Capítulo XXXVI: La Rueda del Destino
"...De nuevo era prisionero, y la red de mi destino parecía irse cerrando cada vez más."
—Drácula de Bram Stoker (1897).
https://youtu.be/4_V1brAecmI
[La Corte de las Tinieblas: Coliseo del Faraón]
En lo más profundo de la fortaleza principal de la aristocracia vampírica, yacía construido una arena de combate, muy semejante al mismo coliseo romano: solo que en menor escala y la arquitectura era sombría, de un estilo que mezclaba lo gótico con lo renacentista. Incluso el techo estaba adornada con lámparas detalladas y decorado con pinturas de dicho estilo. Tanto el estilo de la arquitectura como el objetivo de su construcción se debían en mayor parte al Señor Vampiro Radames, para recordar su vida humana en la antigua Roma y porque le gustaba el movimiento cultural que inició entre los siglos XV y XVI.
Aunque fue construido nada más que para ser un objeto de decoración gigante, se le encontró un buen uso: los Señores Vampiro lo utilizaban con el fin de llevar a cabo luchas entre sus esclavos o familiares para distintos propósitos; desde enfrentamientos de gladiadores para simple entretenimiento, hasta combates para ganar jerarquía o poder.
Y justo ahora se estaba llevando a cabo un enfrentamiento; no era para entretener o ascender en jerarquía, sino más bien demostrar superioridad y buscar distinción. Pero la lucha no estaba siendo llevada a cabo por esclavos o familiares, sino por los mismos amos: los luchadores en este caso eran Felsegor y Radames contra el mismo Drácula.
El vampiro egipcio seguía en su atuendo habitual, mientras que el joven señor vampiro húngaro ahora llevaba una armadura medieval europea en su mayor parte de color turquesa, con tonalidades oscuras; de hombreras y rodilleras con diseño de flores, pechera ajustada con el grabado de una rosa en medio y un casco con cuernos de carnero, además de que tenía una capa azul con dibujos de flores negras en los bordes (parecía la versión oscura del clásico cabello de muchos cuentos de hadas).
Anteriormente, tras debatir sobre lo que sucedió con el famoso dios-tigre, luego de tener como avatar mortal a Absalón, y teorizar la posibilidad de que después de 400 años volviera a transmigrar en una nueva encarnación mortal, hubo un debate sobre la posición de poder en la Aristocracia Vampírica, ahora sabiendo que un vampiro primitivo —Drácula— seguía vivo. Y como era de esperarse, hubo algunos Señores Vampiros que no estaban del todo felices de estar por debajo de alguien.
Por lo tanto, Drácula decidió tomar las riendas y demostrar su posición, mediante el camino usual que usaban las bestias y los animales: hacerles ver quien estaba en la cima de la cadena alimenticia, con una demostración de superioridad en combate.
A pesar de que aún le faltaba mucho por recuperarse, Drácula propuso ese duelo sin dudar. No obstante Terrordar, Pandora y Maldibion no necesitaban pelear, porque ya lo reconocían como superior. Por otro lado Mefisto no podía luchar debido a que necesitaba permanecer en su escondite. Apokalis no tenía interés en pelear, porque consideraba deshonorable enfrentarse a alguien debilitado. Orlok tampoco estaba en condiciones para luchar, debido a que aún estaba recuperándose de una mortal herida, que recibió en Noruega años atrás a manos de un druida. Y respecto a Carmilla, ella tuvo sus propias razones para no desafiar a su antepasado.
Radames y Felsegor fueron los únicos que aceptaron desafiar a Drácula, en parte porque sabían muy bien —como los demás— que éste aún no estaba recuperado del todo. A pesar de que en apariencia el Príncipe de las Tinieblas lucía casi "restaurado", su fuerza iba a tardar demasiado en regresar, y aunque lo hiciera solo podría recuperar un 50% de su fuerza original; porque la otra mitad ya no "habitaba" en él.
Mientras tanto los otros Señores Vampiros verían el enfrentamiento desde las gradas; en un balcón especial con nueve tronos, en los que se sentaban ellos para ver los combates en la arena. Sin embargo dos de ellos estaban ausentes. El primero no era otro que Mefisto, quien seguía en su escondite y solo presenciaría la lucha por medio de un espejo transmisor. Y el otro Señor Vampiro ausente era la propia Carmilla, quien decidió mejor ver el resultado del enfrentamiento desde su dormitorio, también por un espejo transmisor.
—¿Qué demonios estás mirando? —preguntó Felsegor con cierto disgusto al Príncipe de las Tinieblas.
Todos miraban atentos la arena desde sus respectivas posiciones, y al igual que Felsegor se extrañaron mucho al ver una reacción repentina de Drácula: éste había desviado la mirada a su propia derecha, como si hubiera notado algo sorprendente en el techo. Por precaución los Señores Vampiros y los guardias repartidos alrededor de las gradas miraron en la misma dirección que él, más no vieron nada fuera de lo común. Pero la expresión Drácula le hizo entender a Terrordar, e incluso a Mefisto, que él captó algo que considero sorprendente.
—¿No pueden sentirlo y escucharlo? —dijo Drácula sin apartar la mirada de lo que llamó su atención. Entonces extiende un poco ambos brazos a los lados de modo teatral, y dirige su mirada por completo al techo, para después cerrar los ojos, como si escuchara una agradable melodía. —¿No sienten cómo las energías del universo vibran? ¿No escuchan cómo la madre tierra y los animales cantan todos juntos, festejando que su gran rey y protector está danzando otra vez? Es tan hermoso, que hasta yo también podría bailar.
—Definitivamente ya estás senil viejo demente, o el largo sueño te volvió loco —dijo Felsegor divertido de lo que le parecía las locuras de un viejo que perdió la cabeza, literalmente. Entonces el joven Señor Vampiro extendió el brazo derecho, y usando la filosa uña de su dedo índice, brillando de color rosa, a una velocidad fugaz trazó en el aire el dibujo fosforescente de una flor. —Ars Diaboli: Muerte del Corazón.
Al instante el dibujo de la flor se volvió más brillante y en su centro comenzó a condensarse una intensa energía oscura; el trazado estaba preparándose para disparar toda esa energía en un poderoso destello, directo hacia el Príncipe de las Tinieblas, quien seguía distraído en su mundo.
—Cuanta envidia me das, Rudra —dijo Drácula, aún mostrando una sonrisa soñadora, pero cambiando a un tono iracundo.
https://youtu.be/bR0N2eguwb8
Felsegor, sin tomarle importancia a lo dicho por Drácula, situó el dedo índice derecho en el centro del trazado y se preparó para disparar. Estuvo tan concentrado en apuntar el objetivo para no fallar y quedar mal, que ni siquiera le presto atención a un repentino sonido, y cuando le cayó algo encima terminó disparando por accidente; el trazado liberó dos poderosos láseres rojos del centro, que volaron cual rayos hacia Drácula, quien seguía en el mismo estado, y pasaron de largo cada uno a ambos lados de él, sin siquiera tocarlo.
La sorpresa y confusión no se hizo esperar en todos los que miraban lo sucedido. Pero el más afectado era Felsegor, quien miraba anonadado su disparo fallido. Entonces miró al suelo, furioso, para ver qué fue aquello que cayo encima de su cabeza y le hizo fallar el tiro; era una de las tantas lámparas que colgaban del techo para iluminar el lugar, que al parecer se había roto la cadena que la sostenía por simple mal estado de la misma.
—Que curioso. Olvide cambiar las lamparas —dijo Radames sonriente de la diversión al ver la lámpara en el suelo—. Aunque no pensé que una cediera justo ahora. Perdóname ¡Ja, ja, ja!
Felsegor solo gruño igual que un perro como respuesta. Luego volvió a fijar su mirada en el Príncipe de las Tinieblas, quien seguía hablando solo.
—Tanto el cielo como la tierra te consideran alguien digno de recibir honor, amor y veneración, a pesar de que tu sientas no merecerlo —decía Drácula abriendo los ojos, aun mirando el techo—. Incluso los mismos infiernos te respetan y temen. Tienes el potencial de ser el amo absoluto del cosmos. Pero vives apartado de anhelos que consideras innecesarios, para tener una vida tranquila junto a tus dos amadas. Para tener la paz, que tanto has deseado.
Drácula extiende el brazo derecho hacia arriba, como si quisiese alcanzar algo en el cielo, mientras seguía hablando, y seguía ignorando a sus oponentes.
—En cambio si yo muriera, no podría tener paz, ni menos volver a verla a ella. A diferencia de ti, que pudiste triunfar sobre tu destino trágico, cambiar y ganarte un lugar junto a tus amadas, yo no puedo. Quien nace como un monstruo, muere siendo algo mucho peor —Drácula cierra la mano derecha y aprieta el puño—. Y por eso yo mismo creare un lugar, donde ella y yo, viviremos en paz, y nadie volverá a lastimarnos.
Él estaba tan sumergido en su propio mundo, que una vez más ignoraba que Felsegor volvió a cargar el ataque, ahora con más potencia y se concentró en su totalidad para no fallar el disparo. Sin embargo éste volvió a escuchar ese raro sonido que oyó antes de fallar el primer tiro; ahora pudo reconocerlo como el sonido provocado por ciertos mecanismos giratorios, semejantes a una rueda metálica o engranaje.
Y tal como sucedió antes Felsegor fallo el ataque; en esta ocasión otra lámpara cayó encima de su brazo —con el que fijaba su objetivo—, haciendo que se desconcentrara justo en el momento en que disparó otros cuatro destellos rojos. Y como consecuencia estos pasaron de largo de Drácula, e impactaron contra la pared de la arena.
"¡¿Qué demonios está pasando?!", fue lo que pensó Felsegor mirando la otra lámpara que interrumpió su ataque, estando tan furioso que la piso; creando una grieta de la fuerza de su pisada junto con un leve temblor del suelo.
—¿Oh? ¿Ya empezó el combate? —pregunto Drácula sonriendo, bajando los brazos y mirando otra vez al par de Señores Vampiro, al sentir el pequeño temblor del suelo—. Disculpen, me invadió la nostalgia y me deje llevar.
—¡Maldito no te atrevas a subestimarme! —exclamó Felsegor harto de lo que sea que estuviera sucediendo. Entonces coloca su otro brazo en el trazado, y amplifica la absorción de energía oscura, de modo que el trazo de flor disparó una serie de láseres igual que una ametralladora.
Y tal como sucedió antes, volvió a escucharse ese sonido de mecanismo girando. Pero Felsegor ya no le importaba, puesto que si volvía a caer otra lámpara o incluso el techo entero, igual su rafaga de láseres no se detendría; al menos cinco o siete darían en el blanco. No obstante ocurrió lo más inesperado para él; Drácula, con una expresión indiferente, empezó a caminar directo hacia él de modo casual, mientras los láseres pasaban de largo sin siquiera rozarlo.
Era algo inexplicable; cada láser que se suponía iba directo al Príncipe de las Tinieblas, durante el trayecto chocaba con otro láser, haciendo que el curso de ambos se desviara y pasará cerca de su objetivo original. En término literal era como la descripción gráfica de un milagroso golpe de suerte. Felsegor había quedado tan conmocionado, que para cuando se dio cuenta Drácula ya casi había llegado hasta él, por lo que reacciono rápido y con los nervios a flor de piel.
—¡Ars Diaboli: Cazador de Rosas! —conjuro Felsegor, haciendo que el trazado volviera a ganar otro potente destello, para después dividirse en dos y crear en medio de ambos el holograma de una espada.
Entonces ambos trazados desaparecen y el joven Señor Vampiro toma el mango de aquella espada holográfica, haciendo que se convirtiera en una verdadera espada; de filo delgado y color negro con grabados de flores rojos, y un mango con forma de cráneo de ave con cuernos de carnero, con ojos de fuego rosado.
Acto seguido el joven Señor Vampiro alzó la espada hacia arriba, listo para dar un feroz tajo descendente. "Esta vez no fallare", fue lo que pensó con toda la confianza del mundo. No obstante otra vez aquel extraño sonido se hizo presente y él fue víctima de la "casualidad", ahora bajo la forma de un colapso del suelo bajo sus pies, haciendo que él se hundiera de los pies al pecho. Además su espada terminó golpeando el suelo, dividiendo gran parte del mismo por accidente.
Radames, sorprendido de lo que acababa de suceder, retrocedió con un gran salto y contempló asombrado como parte del suelo colapsaba, dejando intacto el terreno donde pisaba Drácula.
—¡Ups! Parece que el techo de la mina bajo el coliseo se derrumbó. Que "casualidad" que ocurrió justo ahora —decía Radames sonriendo divertido del sin fin de eventos inesperados y casuales que ocurrieron sin cesar, cuyas causas él ya lo conocía.
En los escombros del suelo, Felsegor emergía furioso, maldiciendo en su idioma natal (húngaro) y enviando rocas por todos lados. Pero detuvo su rabieta cuando al levantar vio que tenía en su frente la filosa uña del dedo índice derecho de Drácula. El vampiro húngaro estuvo por atacar con su espada aprovechando la cercanía. Pero se congeló por completo al ver algo que lo sorprendió al grado de producirle terror.
https://youtu.be/99DEjXDrB1k
Detrás del Príncipe de las Tinieblas se manifestó la colosal silueta oscura de un ser humanoide delgado, con brillantes ojos blancos en su totalidad, piel que parecía metal, y cabello largo igual de negro que levitaba cual manto fantasmal. Aparte lo más llamativo eran las marcas blancas con forma de mándala en su cuerpo, y tres pares de brazos.
Y en la espalda de aquella figura flotaba un gran círculo de color blanco, muy similar al timón de un barco. Pero con las puntas filosas y una especie engranaje en el centro, decorado con líneas que formaban un mandala. Era el símbolo del dharmachakra budista, aunque de diseño diferente, casi mecanizado e imponente, como si careciese de alguna chispa de vida y fuera algo de lo que había de temer.
—Tu destino ahora depende de mi. Intenta oponerte, y créeme que tu final no será muy feliz —dijo Drácula con una sonrisa amable, que contrastaba con sus siniestros y resplandecientes ojos rojos.
El Señor Vampiro húngaro no respondió; ni con palabras ni menos con alguna acción. No fue solo porque su instinto le advertía de un posible peligro imposible de enfrentar; fue porque literalmente vio su propia muerte. Frente a sus ojos se vio a si mismo, apuñaladose en el corazón con su propia espada. Aquella visión y todo lo sucedido, le hizo entender a Felsegor por fin que sucedía, al igual que los demás Señores Vampiros, exceptuando Terrordar.
—Ese es... el poder del anterior Rey Vampiro, que obtuvo al abandonar Egipto y regresar a su hogar original en el Territorio Israelita, ¿Verdad? —dijo Pandora abrazando con más fuerza su muñeco tétrico, mientras veía maravillada el mítico poder del que tanto se ha habló en la historia de su gente.
—Así es Pandora —respondió Maldibion con una expresión serena, y continuó explicando—. Muchos creen ciegamente que el bien y el mal no existen; que todo es gris y ambiguo. Obvio esos son los que no conocen la realidad del universo. La naturaleza trabaja y funciona mediante mecanismos complejos, que giran unos con otros igual que engranajes para mantener el delicado equilibrio del cosmos. El bien y el mal, es uno de esos engranajes, el cual junto con el engranaje del tiempo y el engranaje del espacio, hacen girar la rueda del destino.
Tal como explicaba Maldibion a la vampiresa de apariencia infantil, todo el universo giraba en torno a las fuerzas opuestas que conforman la luz y la oscuridad. Por lo tanto, mientras exista algo bueno, también existirá una versión mala para mantener el equilibrio. Y el Príncipe de las Tinieblas es lo opuesto al gobernante universal descrito en las leyendas del Territorio Hinduista, y a los mesías de otros territorios. Es lo contrario al Chakravartin Deva humano Ashoka Vardhana, al humano trascendido Buda Gautama y al avatar Jesús de Nazaret.
Como tal, el Príncipe de las Tinieblas tiene el poder de controlar y manipular la rueda de la fortuna, que determina los eventos y consecuencias alrededor del mundo, para así crear un posible resultado que le beneficia; tal como el ganar la lotería, conseguir oro en la calle, e incluso salvarle la vida a alguien que será un gran aliado para él en el futuro, o arruinarle los planes a sus enemigos para aumentar las probabilidades de salir victorioso sobre ellos.
"Es cierto... Él todavía puede usar el poder que controla el mundo...", se decía Felsegor en su mente, aterrado de tal revelación que dudaba en un inicio, y recordando el nombre de aquel mítico poder con terror: "¡Es Chakravartin Asura!".
Sin pensarlo más el Señor Vampiro húngaro desapareció su espada, y levantó ambas manos en señal de rendición. Como respuesta Drácula sonrió aún más y apartó la mano de la frente de él. Luego se volteo a mirar al otro oponente, quien estaba parado lejos en el suelo y de brazos cruzados.
—¿Y tú también piensas seguir oponiéndote a tu destino? —pregunto Drácula a Radames.
—¿Por qué no hacerlo, si es lo que he hecho siempre? —respondió Radames aun sonriendo, aunque su mirada ahora transmitía una notable furia—. Desde los últimos años del maldito emperador romano Julio César, no he hecho más que servir a otros; desde un herrero en Egipto y un barquero en Roma, hasta un maestro de una cuadrilla de gladiadores, para después estar bajo la esclavitud del hijo mayor del anterior Rey Vampiro y Cleopatra, Cesarión. No fue hasta después de la caída de la primera Aristocracia Vampírica, que obtuve este puesto por mis propias manos. Entonces pensé que ya no volvería a servir a nadie más, hasta que usted regreso. ¿Acaso mi destino es estar sirviendo a otros? Yo creo que no.
El Señor Vampiro egipcio levantó ambos brazos, haciendo que emergiese en él un aura celeste con tonalidades negras y moradas. Acto seguido el espacio alrededor de él se torno de un tono azul marino, que hacía parecer que se encontraba bajo del agua.
—Como dijo ese demonio cabra loco del Aquelarre: "mejor gobernar en la tierra que servir en el infierno" —dijo Radames de modo divertido—. Magia de Agua: Servidor de Hapi.
Al instante detrás de Radames se manifestó un gran círculo mágico azul con jeroglíficos en los bordes. Entonces el espacio mágico comenzó a tomar forma, hasta asemejarse al gigantesco cráneo de un cocodrilo con parte de la columna vertebral incluida, y una hilera de filosos dientes semejantes a agujas. Felsegor viendo el tipo de ataque que iba a realizar su compañero decidió tomar distancia; una sabia decisión, puesto que aquel cráneo de cocodrilo, en cuanto terminó de formarse, abrió las fauces y de golpe avanzó directo hacia el Príncipe de las Tinieblas.
—El destino no es justo con todos: puedes ser un héroe, ser el acompañante del héroe, ser el villano en la historia de ese héroe —decía Drácula levantando la mano derecha, como si fuera a tocar el ataque con el dedo índice—. O en mi caso, puedes aceptar tu destino y morir como un personaje más en la historia...
Detrás de Drácula apareció otra vez el mismo ser humanoide, quien con uno de sus tres brazos derechos repite la misma acción que él, y el engranaje del dharmachakra en la espalda empieza a girar, provocando de nuevo ese sonido, junto con una extraña turbulencia en el ambiente, que por un instante lo torno todo de un color más blanquecino.
—O puedes controlar tu destino y vivir para escribir tu propio final feliz —prosiguió Drácula, ahora mostrando una pequeña sonrisa sarcástica.
Acto seguido el cráneo de cocodrilo gigante, a unos metros cerca de su objetivo, empezó a cambiar de dirección; fue desviándose a la derecha, hasta pasar de lado de Drácula, para después ir girando a la izquierda —por detrás de él—, y por último partir del frente de Drácula hacia el mismo Radames.
—¡Magia de Agua: Pirámide de la Luna! —conjuro Radames deprisa y una vez más vuelve a crearse el espacio acuático alrededor suyo, solo que esta vez se extendió un poco más y tomó forma de una gran pirámide, para luego solidificarse como un cristal azulado irrompible.
El cráneo de cocodrilo llegó hacia quien lo creó, cerró las fauces y junto con la pirámide de cristal explotó en un gran estallido de energía parecido a un cristal rompiéndose en miles de pedazos, y liberando un pequeño maremoto de agua. Pero al poco aquellos fragmentos y funesto río descontrolado empezó a desvanecerse en el aire, mostrando a Radames aun de pie, con las manos extendidas hacia adelante para resistir su propio ataque. El vampiro egipcio bajo los brazos con lentitud y miro adelante, viendo que ahora el Príncipe de las Tinieblas estaba frente a él.
https://youtu.be/jIcWhIu2lV4
—El deseo de estar por encima de todo. Un anhelo innecesario y estúpido muy típico de los humanos, que los conduce a su propia inevitable extinción —dijo Drácula con una expresión indiferente, pero teniendo un tono comprensible—. Escucha niño, la realidad puede ser feliz o triste, dependiendo de cual sea tu verdad. Pero la verdad real, es que todos somos sirvientes o esclavos de algo. Unos sirven a líderes o jefes. Otros son esclavos de sus ideales, objetivos, sueños, sentimientos o incluso su propia vida.
—¿Qué tratas de decir? ¿Qué acepte el tener que servirte como tu estupido lacayo? —pregunto Radames frunciendo el ceño y mostrando los colmillos de forma amenazante.
—Que aceptes la realidad y no te sientas tan mal, solo por tener que servir a tu legítimo rey. A fin de cuentas, cada uno de nosotros es sirviente o esclavo de algo al final: ya sea de una persona, entidad, ideal, sentimiento o concepto. La realidad es que nadie es libre, ni siquiera los dioses. Ellos son prisioneros de su propia condición divina, que los condena a una vida eterna llena de angustias y tragedias. ¿Quieres un ejemplo? Mira al gran Dios de la Destrucción, Shiva.
»Él pese a tener un poder ilimitado y ser el pináculo de los dioses, ha sufrido la peor de todas las tragedias. Y aunque recuperó su felicidad, pasa la eternidad viviendo con miedo de su propio poder; de su otra personalidad. Vive con miedo de lastimar a aquellos a quienes más ama. Otro ejemplo que puedo darte son el Dios Primordial Yahweh y el dios-tigre Rudra; ambos, pese a todas sus cualidades, pasaron por penurias y tristeza, que volverían loco a cualquier mortal o ser de mente débil.
—Si es así, ¿entonces tú a qué sirves o de qué eres esclavo?
—En mi caso, soy esclavo de la solitaria eternidad y sirviente de mi única verdad —dicho esto Drácula se da la vuelta—. Te dejare reflexionarlo en solitario. Sea cual sea la decisión que tomes, lo sabré.
El Príncipe de las Tinieblas procede a caminar lejos de Radames, mientras que éste estuvo tentado a atacarlo por la espalda. Pero se abstuvo de hacerlo, porque sabía que por aquel poder, cualquier ataque sería inútil, así que —para su disgusto— acepto la derrota. Por otro lado, al igual que él, los demás Señores Vampiros también tuvieron en claro que ya no mandaban sobre su sociedad, porque su legítimo rey había regresado.
—No queda más opción —pensó Orlok haciendo una mueca de disgusto—. A pesar de no tener ni la mitad de su fuerza completa, ese aterrador poder sigue estando activo.
—Exacto viejo amigo —dijo Terrordar con una sonrisa cruel—. Con el poder Chakravartin Asura, Drácula ahora puede controlar el flujo de acontecimientos, para crear posibilidades de que sucedan eventos que le favorezcan. Incluso, gracias a su capacidad de manipular hasta cierto punto las leyes físicas de la energía y la materia, puede usarse para controlar el rumbo al que se dirige todo lo que este hecho de materia o energía, como el hechizo de Radames.
»Lo que Drácula hizo fue simplemente alterar el camino que iba a recorrer el hechizo, de manera que lo redirigió hacia su conjurador. Además atacarlo por sorpresa también es inútil, ya que ese poder funciona por si mismo para proteger a su usuario, como si tuviera mente propia. Es una fuerza que hace de Drácula un ser inamovible e imbatible, que siempre triunfara. De hecho, fue gracias a ese mismo poder, que yo pude encontrar la verdadera tumba de Drácula, cuando nadie más pudo.
»En el 1879 el cuerpo de Drácula término de regenerar la cabeza, que él perdió en su lucha final contra su hijo traidor. Entonces el Chakravartin Asura desencadenó una serie de causas y consecuencias alrededor del mundo, que determinaron como resultado mi hallazgo exitoso de pistas, acerca de que él no estaba muerto del todo. Entonces el Chakravartin Asura siguió esa cadena de acontecimientos, para que yo siguiera encontrando más pistas acerca del plan original y verdadero paradero de Drácula, hasta que finalmente di con su tumba hace poco.
—¿Plan original? —pregunto Orlok arqueando la ceja, confundido en ese detalle.
—Me refiero a que en realidad Drácula planeó su propia muerte —explicó Terrordar.
—Con un poder así, ¿para qué haría tal estupidez? —pregunto Apokalis recostado en su silla, y sintiendo algo de emoción por conocer más de ese poder.
https://youtu.be/beL5yKYlh18
—Él sabía que, aunque logrará conquistar Valaquia, ni con su poder podría ganarle a la fuerza combinada de Daniel, Absalón, Isaac y Jacob. En especial al segundo, por ser avatar de un dios de categoría universal —reveló Terrordar frunciendo el ceño y haciendo una mueca furiosa—. El Chakravartin Asura es invencible en escalas mortales. Pero contra un ser que trasciende el espacio y tiempo, como un dios de categoría cósmica o universal, es casi inútil. Y el Dios de las Bestias se ubica en este último. Pero eso no es todo.
»Nadie, ni siquiera los dioses, pueden derrotar a la naturaleza. Y Rudra Shere Khan es la encarnación de las fuerzas más salvajes e indomables de la naturaleza. Una fuerza que lo convierte en un ser imparable e impredecible, que ni siquiera puede ser controlado por el destino. Es por eso que Drácula decidió fingir su propia muerte, para despertar en una época en que sus potenciales amenazas ya no estén sobre la tierra.
—¡Je, je! Pues al parecer no funcionó del todo, porque "aparentemente" el Dios de las Bestias ha descubierto su plan, y ha transmigrado en otro niño humano que necesita a un padre —dijo Apokalis casi entre risas.
—Y eso es algo que me extraña —dijo Terrordar ahora confundido—. Si de verdad supo que Drácula no murió del todo, y transmigro en un nuevo avatar para destruirlo, ya lo habría hecho hace un año. Pero no fue así. Si es cierto que regresó, algo sucedió para que su avatar no madurará, o el proceso se ralentizará bastante.
—Sea cual sea el caso, está en las mismas condiciones que Drácula —dijo Maldibion con una mano en su barbilla, de modo pensativo—. Ahora todo depende de quien encuentre a quien primero, o quien recupere sus poderes primero. Si el avatar madura primero y despierta todos sus poderes como dios, incluido ese aterrador poder que es capaz de contrarrestar el Chakravartin Asura. O...
—O Drácula recupera los fragmentos de la gema, en la que su hijo traidor sello la mitad de su poder original —prosiguió Pandora con una sonrisa inocente—. Y según tengo entendido, con el despertar de Drácula, el poder sellado en cada fragmento también despertó. Eso quiere decir que los lugares en donde están, dentro de poco, comenzarán a sufrir los efectos dañinos y tóxicos de la magia demoníaca. ¡Eso hará la búsqueda mucho más fácil!
Próximo capítulo: El Legado de Fenrir.
Nota del autor: aquí dejo una pequeña referencia gráfica XD.
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