Capítulo XXXIII: Bienvenidos a Albión
"Después de haber viajado durante algún tiempo, llegaron a un espeso bosque, por el que pasaba el camino hacia la capital del reino..."
—Los Dos Compañeros de Viaje, de los Hermanos Grimm.
https://youtu.be/Awk_1S5L5ZY
[Barco Draco Wang].
La cena continuó con charlas triviales y personales, discusiones hilarantes y algunas risas. Aunque la mayoría estaban reunidos pocos después de ejercitarse tanto, no hubo problemas como olor a sudor. De hecho solo Angela, Amitiel, Elsa y Clarisse transpiraban y tenían un ligero olor a sudor, opacado por el intenso olor de la comida.
Los miembros bestias no transpiraban ni menos olían a sudor; solo emanaban un distintivo aroma. Los chicos-bestia tenían un aroma característico bastante dulce y adictivo para las chicas, mientras que las chicas-bestia emanaban un distintivo aroma amargo que sería repulsivo para cualquier chico humano, pero agradable para los chicos-bestia.
Sin darse cuenta todos terminaron de comer —siendo los miembros bestia los primeros—. Pero la charla que tenían todos entre sí era tan agradable que, para continuarla un rato más, Uriel y Amitiel sirvieron algunos bocadillos de postre: galletas con chipas de chocolate.
Cuando terminaron de servir el postre, Clarisse tuvo una curiosidad al respecto; les preguntó a los jóvenes-bestia sobre el tipo de frutas que las bestias depredadoras podían ingerir.
Rafael, Uriel y Jofiel explicaron en conjunto que las bestias depredadoras podían ingerir un reducido y estricto número de frutas como complemento en su dieta: entre las frutas estaban las moras, uvas, manzanas, naranjas, arroz y por supuesto nueces de cacao y granos de café. Por lo tanto, podían ingerir bebidas como jugo de uva, chocolate y café.
Para cuando llegaron a la parte del café, todos casi habían terminado de comer el postre, y ahora bebían café con leche de cabra austriaca y algo de azúcar; lo curioso es que todos tenían una taza de café al lado, menos Gabriel, Caroline, Uriel, Remiel, Camael y Jofiel, quienes en vez de café bebían jugo de uva. Por otro lado el gato Kumal había terminado de comer piezas de carne de pulpo en un plato en el suelo, y ahora bebía tranquilo agua tibia en un tazón.
—Hablando de café, acabo de acordarme de un dato curioso —dijo Gabriel mirando las tazas de café—. ¿Sabían que existe un tipo de café asiático, muy delicioso y valorado, conocido como kopi luwak?
"Oh no...", pensaron, Uriel, Remiel y Jofiel al mismo tiempo, cruzando miradas y sonriendo con diversión, mientras Caroline se tapaba el rostro con una mano y sonreía, porque los cuatro sabían lo que vendría.
"Ya sé a dónde va con eso", pensó Camael tapándose la cara e intentando no reírse, porque justo ahora la harpía cisne estaba tomando café.
—Pues despertaste mi curiosidad, porque yo al menos jamás escuche de ese café —dijo Raven sorprendida e intrigada por eso—. ¿Cuál es su especialidad?
—Principalmente su sabor carente de amargor —dijo Gabriel, esbozando una sonrisa gatuna de inocencia falsa, que denotaba un intento por esconder sus risas internas—. Y para eliminar las proteínas que producen el sabor amargo, lo que hacen es... dárselas de comer a un animal llamado civeta, y luego recogen las frutas rojas de café de sus heces.
El dato curioso dicho por el baghatma provocó que Angela, Erzuli, Miguel, Rafael, Elsa y Amitiel, quienes estaban bebiendo café justo en ese momento, comenzaran a escupir la bebida al suelo, mientras los demás se reían por la reacción de ellos.
—Remiel nos contó ese dato a Uriel, Caroline y a mí en Japón, y nos arruinó la vida —dijo Gabriel riendo—. Así que, como hoy me siento amable, quise compartir nuestro sufrimiento con ustedes. ¡Ja, ja, ja!
—Que amable de tu parte, Gabriel —dijo Azrael con sarcasmo, los ojos entrecerrados y un claro odio al decir el nombre del baghatma.
—Rectifico mis pensamientos anteriores: ¡eres un gato maldito y siempre lo serás! —exclamó Miguel furioso, y luego se limpió la boca con el dorso de una mano. Mientras que Raven se reía tan fuerte por la reacción de todos que se quedó sin aliento.
—Creo que no volveré a tomar café en mi vida —dijo Elsa sonriendo divertida, mientras alejaba su taza de café con una mano.
—Yo igual. Aunque de todos modos, no me gustaba mucho que digamos —dijo Rafael, también alejando su taza de café.
—¡¿Tú también estabas al tanto de ese dato perturbador, maldito polluelo?! —le preguntó Angela a Camael, tras limpiarse la boca con ambas manos de forma desesperada.
—Unos nagas fastidiosos me lo dijeron cuando estuve en la Sede India de San Bestia —contesto Camael con una expresión indiferente, antes de empezar a beber de su jugo de uva.
—Y yo lo supe cuando viaje al Reino de Birmania a entrenar —dijo Jofiel también riéndose de la reacción de los demás ante la revelación de ese dato.
—Pues si alguno de ustedes tiene otra porquería que quiera "compartir", mejor ahórresela, gracias —dijo Angela moviendo las cejas y teniendo una expresión de falsa alegría que escondía su mal humor.
—¿Y no tienes curiosidad por saber lo que hacen con la orina de hombre-bestia? —pregunto Camael con una sonrisa burlona, mientras ponía el codo izquierdo encima de la mesa, apoyaba la mejilla izquierda en el puño, y fijaba la mirada en la harpía cisne que estaba sentada al frente suyo en el lado contrario de la mesa.
—No, piolín —contestó Angela con su sonrisa falsa, negando con la cabeza y fijando una mirada llena de desprecio en el garuda.
—¿Qué no usan la orina de hombre-bestia para hacer una bebida energizante? —preguntó Clarisse, recordando haber escuchado algo parecido en su hogar.
—¡Clarisse! —exclamó Angela pasando de su cara de felicidad falsa a una de genuina furia en menos de un segundo.
—¡Solo decía! —dijo Clarisse con su típica sonrisa de no haber hecho nada malo, y levantando las manos a los lados en un gesto de inocencia.
"Lo que le espera a Nayeli cuando se una a este clan", pensó Raziel riéndose un poco, ya imaginándose la reacción de la mujer-ciervo lakota cuando vea lo peculiar que es el clan Nightfall Angels. Porque en realidad el grupo Twilight Maidens, como tal, era un "subgrupo" dentro del propio clan de los jóvenes-bestia.
Todos ellos eran un único clan; una manada; una familia.
Después de tomar sus bebidas, todos ellos comenzaron a turnarse para bañarse en los nueve dormitorios. Los primeros fueron los jóvenes-bestia, mientras las doncellas se dedicaban a vigilar el barco en caso de que surgieran más amenazas. Al mismo tiempo Raven, Erzuli y Amitiel se ocuparon de lavar y reparar la ropa de toda la tripulación.
Con la magia vudú de Erzuli, combinada con la magia de agua de Amitiel y la magia de hilo de Raven, la ropa de todo el equipo estuvo arreglada y limpia como recién salida de una sastrería. Y luego de que todos los chicos-bestia tuviesen su ropa limpia y reparada, se vistieron y cedieron el cuarto de baño de sus habitaciones a las chicas, quienes después de un largo baño se vistieron otra vez con sus características ropas; Amitiel optó por estrenar su nuevo conjunto, en caso de que se presentara otra pelea.
Todos habían comido, reparado sus ropas y refrescado con un baño; ahora estaban listos para una nueva batalla. Y justo a tiempo, porque al pasar dos horas desde que terminaron todos de bañarse, divisaron la Isla de Avalon.
La isla era tal vez el doble o incluso el triple de grande que Irlanda e Inglaterra juntos, con playas de arena y rocas blancas, bosques de un intenso color verde y montañas con árboles gigantes. Había algunas islas mucho más pequeñas en diferentes puntos claves, sirviendo como vigías y puntos de referencia para los barcos normales, y los barcos voladores que venían desde la cima de las nubes.
Viendo que ahora estaban cerca de la Isla de Avalon, el clan acordó poner a prueba la capacidad de volar del Draco Wang.
https://youtu.be/BVjegoE0vcA
Todos guardaron las cuerdas, se colocaron en sus respectivas posiciones, y se aferraron a donde podían en caso de un vuelo o aterrizaje muy brusco. Uriel y Amitiel apagaron el modo automático en la pantalla de vidrio de la mesa de control, y buscaron el botón para activar el asiento del capitán.
Lo bueno es que encontraron el botón, y el presionarlo hizo que del suelo se abrió una delgada compuerta, de la que emergió una elegante silla plegable de cuero rojo y detalles dorados con cinturones de seguridad. Lo malo es que solo había una silla; Uriel y Amitiel tomaron nota mental de añadir al menos dos sillas más en el futuro para un copiloto y un ayudante extra.
Por ahora Amitiel tuvo que conformarse con sentarse en el regazo de Uriel, mientras éste último ajustaba los cinturones de la silla para que los dos estuvieran seguros. Tomaron un largo respiro, dieron una breve oración al Rey Dragón del Sol que protege los cielos, y juntos presionaron la tecla de la mesa de control, una que tenía un símbolo de alas, y encendía el "Modo Aéreo".
Entonces inició lo que Uriel y Amitiel llamaron "hora del show".
Todo el barco Draco Wang comenzó un proceso de transformación: un mecanismo hizo que los mástiles del medio se dividieran a ambos lados, simulando enormes alas de dragón, mientras que los otros cuatro mástiles solo se distanciaron uno del otro lo suficiente para quedar en forma de "V". Y la rueda del timón se estiró unos centímetros más arriba, volviéndose capaz de moverse un poco adelante y atrás, similar a una palanca.
Desde los bordes de la cubierta del barco se desplegó un cristal luminiscente de color azul, sirviendo como un tipo de "domo" durante un segundo, antes de volverse por completo invisible. Al mismo tiempo la "quilla" del barco emano una luz blanquecina por otro segundo, y los propulsores volvieron a desplegarse desde atrás.
Los jóvenes-bestia y las doncellas creyeron que el barco empezaría a elevarse con lentitud, y de hecho podría haber sido así, de no ser porque Amitiel se emocionó y volvió a elevar una palanca al máximo, siendo esta vez la que correspondía a la aceleración del despegue.
El barco se elevó hasta las nubes de tal forma que casi provoca una ola, y todos los que estaban de pie en la cubierta acabaron chocando contra el suelo. De inmediato Amitiel bajo la palanca casi a la mitad, y el barco desaceleró rápido, permitiendo que el resto de la tripulación se pusiera de pie.
Pronto el temor y las preocupaciones se convirtieron en asombro y alegría, cuando la tripulación contemplo la maravillosa vista de la Isla de Avalon y el océano desde las alturas. Y a pesar de que estaban en el aire, ninguno de los miembros de la tripulación sintió un desequilibrio o que podrían caer en cualquier momento. Raven explicó que esto se debe a la tecnología gravitacional del barco, combinada con la magia de aire del núcleo.
El barco en sí era una maravillosa invención única, nacida de la unión entre la ciencia mecánica y la ciencia mágica.
—¡Siguiente parada: el Reino de Albión! —anunció Uriel en voz alta para que todo el equipo se preparase al viaje.
https://youtu.be/fcG3K2JjQbE
El draconiano rojo giró el timón a la derecha, haciendo que el barco girase en dicha dirección; en el proceso también movió el palo de la rueda del timón hacia adelante, y descubrió que eso hacía que el barco se inclinara en el aire hacia abajo. De inmediato movió la rueda del timón hacia atrás, y comprobó que eso generaba la acción contraria.
Amitiel, por su parte, gracias a que tenía el manual de instrucciones abierto en su regazo, descubrió que había un botón que cambiaba la modalidad del barco para moverse en reversa, y que la primera palanca que había subido antes para encender los propulsores, ahora controlaba la velocidad a la que se desplazaba el barco por el aire. La rueda del timón estaba justo en medio de la gran mesa de controles, así que con práctica una sola persona podría conducir el timón y manejar la mesa de controles.
Sin embargo, debido a la cantidad casi absurda de comandos y controles a la hora de volar, estaba claro que sería necesario al menos un copiloto que se ocupara de la mesa de controles, mientras el capitán manejaba la rueda del timón. Con este entendimiento en mente, Uriel y Amitiel acordaron sus roles en el manejo del barco: el draconiano rojo se ocuparía de manejar el timón, mientras la sirenita controlaba la mesa de controles. Ya en el futuro pensarían cómo añadir sillas extras, para que más miembros de su clan se unieran en el manejo del barco durante las travesías aéreas.
El viaje en el aire fue mejor de lo que esperaron todos. Para Uriel, Amitiel, Camael y Angela no era tan asombroso por obvias razones. Pero para los demás fue indescriptible el asombro que sentían al volar en el barco, y contemplar desde las alturas la maravillosa isla, que parecía salida de un cuento de hadas o antigua leyenda celta, como los relatos del folclore irlandés y las leyendas arturianas.
Los bosques eran tan verdes como los de Irlanda. Y la mayor parte de las rocas en los ríos, las cascadas y los acantilados era de un blanco mármol igual a la playa. De vez en cuando divisaban a alguna criatura nativa de esa tierra, como ciervos blancos y negros de astas brillantes, unicornios salvajes y peligrosos, hipogrifos de plumas plateadas, establecimientos modernos de ogros inteligentes de la especie irlandesa, pueblos de duendes de tipo leprechaun y también otras criaturas salvajes difíciles de identificar por la espesura de los bosques.
Las criaturas semi-humanas como los leprechaun, gnomos, hadas y spriggan, al ser nativas del Territorio Celta, sus rasgos humanos son como los nativos de los países de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Galicia, de la misma manera en que los elfos y los enanos tienen rasgos típicos de los nativos europeos como los rusos, noruegos, suecos e islandeses. Claro que cada especie tenía características distintivas que se irían mostrando más adelante.
En la tierra había diferentes caminos lisos de piedra normal, con arcos de diseño delgado y elegante con esferas luminiscentes a modo de lámpara; los caminos venían en diferentes direcciones y se cruzaban en algunos puntos, en los que se hallaban carteles con los nombres de los pueblos a los que llevaban los caminos de piedra. El clan no los necesitaba para guiarse; el mismo mapa digital en la mesa de controles los guiaba en la dirección correcta a su destino.
Aunque los demás tripulantes estaban más concentrados en observar el paisaje desde los bordes del barco.
—Qué raro. Esos unicornios no parecen... caballos. Al menos no como uno —dijo Camael, mirando desde el borde del barco una manada de las míticas criaturas—. Sus colas, las facciones de sus cabezas, esas melenas que llevan algunos, las patas y su pelaje, no concuerdan a los de un caballo.
—Los humanos los comparaban con caballos. Así que empezaron a describirlos como tal durante el paso del tiempo —explicó Angela, teniendo los brazos cruzados en el barandal y estando al lado del garuda, mirando la manada de unicornios.
—¡No solo eso! —dijo Clarisse acercándose feliz al barandal junto a Angela y Camael—. En realidad son una especie aparte relacionada con los caballos. No obstante siguen siendo diferentes. ¿Ven esas melenas y barbas que llevan algunos? Es una cualidad distintiva que tienen los machos.
—O sea que tienen dimorfismo sexual —dijo Jofiel también acercándose, curioso por mirar la manada de unicornios abajo en la tierra.
—¡Sí! Y en cuanto al nombre; al principio se les llamaba Monocenus. Pero luego se les nombró de la misma forma en que algunos tontos llamaban a los rinocerontes en la antigüedad —explicó Clarisse con mucha pasión al hablar de los unicornios—. Aquí existen dos tipos de unicornios. Por un lado están los unicornios reales, que son más inteligentes y cuyos machos tienen distintivas melenas y barbas. Y por otro lado están los unicornios reem, que parecen más cabras que caballos y actúan casi como asnos.
—Definitivamente tienes potencial para ser bióloga y zoóloga —dijo Amitiel parpadeando un par de veces, impresionada del conocimiento e intelecto de la rubia británica.
—Me pregunto a qué sabrán los unicornios —dijo Azrael asomándose por el borde para ver a la manada de unicornios y lamiéndose los labios, igual que un leopardo observando una manada de gacelas.
—Hermano, ¿en serio piensas matar y comer un unicornio? —pregunto Raziel estupefacto y horrorizado con la idea, estando cerca del barandal también para ver la manada de los susodichos animales.
—Uhhh. No te lo recomendaría, chico-pantera —dijo Clarisse, perturbada por el comentario del eniyamotekun negro—. La razón por la que los unicornios no son una especie muy amenazada en estado salvaje, es porque su carne tiene un sabor demasiado amargo y repulsivo. Sus únicos depredadores naturales son los ogros germánicos, los trolls y los tatzelwurm, porque ya de por sí son carroñeros.
—Eso explica por qué no vimos ni un solo filete de unicornio en las carnicerías de este mundo —dijo Jofiel tocándose la barbilla, y haciendo un poco de memoria sobre los diferentes tipos de carne que ha visto en la Sociedad Sobrenatural.
Mientras el grupo dialogaba sobre las criaturas que veían desde el barco volador, Uriel y Amitiel seguían mirando al frente con el gran asombro que tenían los demás. Esto se debía a que, poco a poco, iban entrando a los límites de un inmenso valle rodeado de montañas boscosa y ríos, en el que se encontraba el glorioso Reino de Albión.
https://youtu.be/joj3oCRooHc
Los inmensos muros y torres que rodeaban toda la ciudad eran tal, como lo que se vio en la entrada hace pocos capítulos pasados —cuando la familia Dumont y Bernard llegaron al reino—. Y por eso, la vista aérea del magnífico reino gobernado por la magia y la ciencia como uno, fue suficiente para que todo el grupo olvidase por un momento la razón de su visita. Y solo despertaron de su estado de fascinación cuando estuvieron cerca de desembarcar en la cima de una de las torres de vigilancia; delante de ellos había otros cinco barcos voladores en fila, esperando obtener el permiso de los vigías para ingresar en la ciudad.
Siendo una ciudad con barcos voladores, era obvio que debían tener un estricto control respecto al espacio aéreo para las naves que surcaban los cielos, sobre todo encima de dicha ciudad. Por eso cada reino/pueblo grande contaba con sus propias torres y estructuras, en las que los barcos voladores podían desembarcar o ganarse la aprobación de hacerlo en un sitio concreto. Así se evitaban peligros como un barco dañado cayendo en un área poblada, o el ingreso de barcos voladores hostiles como piratas.
Por otro lado, Miguel y Raven llamaron al resto del equipo para reunirse con Uriel y Amitiel en la popa, con el fin de discutir la siguiente acción respecto a las dos misiones; mientras esperaban su turno para llegar a la torre vigía, todos se reunieron en el lugar del capitán, para decidir de una vez lo que harían a continuación.
—Lo hemos hablado mucho, y llegamos a la conclusión de que tendremos que separarnos en dos grupos —dijo Miguel, cruzado de brazos y frunciendo el ceño con seriedad—. De esta manera completaremos las dos misiones al mismo tiempo, y podremos recuperar las dos posibles Gemas del Abismo antes de que caigan en malas manos.
—Estaría en contra de la idea de separarnos, si no fuera por el hecho de que ya somos muchos —dijo Jofiel, echando un rápido vistazo a todos los miembros del clan—. Con tantos miembros en nuestro equipo, podremos apañárnosla bien.
—Exactamente —dijo Raven asintiendo con la cabeza—. Y por eso Miguel y yo hemos tomado una decisión, respecto a quienes formarán ambos grupos: Jofiel, Clarisse, Azrael, Erzuli, Camael, Angela, Uriel, Amitiel y Remiel, ustedes serán los encargados de ir a Escocia a investigar el lago de la misión, descubrir si es una Gema del Abismo lo que causa la anomalía, y de ser así obtenerla antes que otros.
—¿Puedo llevar mi barco a Escocia? —pregunto Uriel, con un claro intento por contener su emoción de ir a Escocia, la tierra original de los dragones rojos, y además con su nuevo barco.
—Claro que sí —dijo Miguel con una sonrisa, reconociendo la emoción del draconiano rojo—. Les será de gran ayuda en el lago. Pero antes tendremos que entrar al Reino de Albión, para ver si tienen una forma de trasladar tu barco a Escocia. De no ser así, lo dejaremos atracado en un sitio seguro. Después de todo, eres su capitán. Y a donde tu vayas, tu barco deberá acompañarte.
—Por eso a veces me caes bien jefe —dijo Uriel feliz de llevar su barco a Escocia, y también por el hecho de que solo él podría dirigirlo.
—En vista de los miembros del primer grupo, supongo que tú, Raven, Gabriel, Caroline, Rafael, Elsa y Raziel se ocuparan de la Gema del Abismo que se oculta en el Reino de Corazones —dijo Camael mirando al licántropo alemán.
—Afirmativo —dijo Miguel volviendo a su expresión seria—. Nosotros nos ocuparemos de la misión de este reino.
—¿En serio mi hermano y yo tenemos que separarnos? —pregunto Raziel nervioso al saber que esta vez su hermano no irá con él.
—Lo siento, Raziel. Pero te necesitamos en nuestro grupo por tu magia sagrada, y en caso de que el gato maldito vuelva a ser poseído por su lado Asura y cause un alboroto —explicó Miguel señalando con la mirada al baghatma, quien se reía con pena y se rascaba la mejilla izquierda.
—Está bien hermano. Con Gabriel, Rafael y Miguel a tu lado, estarás a salvo —dijo Azrael fijando una mirada severa en sus amigos tigre, lobo y oso, confiando en que mantendrán a salvo a su hermano.
—¡Y no solo la trinidad ruda de nuestro clan; también estarán la "demonio blanco" Caroline, la bruja-vampiro Raven, la boxeadora rubia Elsa, y por supuesto la estudiante estrella de la maestra Tala Powhatan! —dijo Remiel con total jovialidad—. Ya hasta me compadezco de los pobres malditos que les tocará enfrentarlos aquí.
https://youtu.be/_oG7onlvOBk
—Si los rumores son correctos, uno de los "pobres malditos" será el rey de las escorias, Qin Shi Huang —dijo Miguel, sintiendo auténtica preocupación de enfrentarse a un enemigo tan perverso y poderoso como el emperador chino convertido en demonio.
—Mientras ustedes enfrentaran a un emperador chino desquiciado, a nosotros nos tocará enfrentar a estúpidos humanos que cayeron ante las promesas falsas de un vampiro político —dijo Angela molesta por los tipos de enemigos que tal vez enfrenten en su misión en Escocia.
Aunque ella ni nadie en el clan tenía la menor idea del tipo de oponentes que encontrarían allá.
—Al menos ustedes quizás lo tengan más fácil —decía Rafael con una sonrisa nerviosa y sujetándose el cuello con una mano—. Para nosotros un paso en falso significaría perder la cabeza, literalmente. O sea, ¿han escuchado las historias de la Reina de Corazones?
—Yo sí. Y sinceramente no son muy amigables —contestó Clarisse con una adorable expresión pensativa—. La llaman la "Vlad Tepes" del Reino de Corazones, que en vez de empalar lo que hace es decapitar.
—Que reconfortante —dijo Camael con sarcasmo.
—También he escuchado esa parte. Por eso debemos proceder con sumo cuidado —dijo Raven con una seriedad que dejaba en claro que la misión no será sencilla. Luego levantó la mano derecha a la altura del pecho y enseñó una carta doblada seis veces.
Era la carta que les había entregado Tala Powhatan antes; la que contenía información detallada sobre las dos misiones, que sin duda apuntaban a clase "S" por el nivel de dificultad y factores impredecibles que tendría.
—Miguel y yo elegimos los miembros de ambos grupos, en base a los factores y peligros de ambas misiones —dijo Raven desdoblando la carta para leerla de nuevo, y mostrando que era casi tan larga como un pergamino—. Y para ser sincera, la misión que más me preocupa es la de Escocia.
—Por el hecho de que puede ser una gema que está abriendo una grieta dimensional —dijo Camael, entendiendo la razón por la que, de las dos misiones, la segunda era la más difícil y peligrosa.
—Sí —dijo Raven con notoria preocupación—. De ser cierto que ese portal conduce a un mundo hostil, cabe la posibilidad de que termine provocando una invasión de animales prehistóricos y otras criaturas desconocidas en nuestro mundo.
—Y será el inicio de una nueva Edad de Piedra —dijo Rafael, sabiendo el tipo de amenaza y consecuencias que traería la otra Gema del Abismo—. Por la Madre Tierra... Desearía poder acompañarlos para salvar mi segundo hogar natal, y además poder disfrutar de las tierras en las que vivían los ancestros de mi padre.
—Descuida Rafael. Nadie atacara la hermosa tierra de Escocia en nuestra presencia. Además te traeremos unos recuerdos para que añadas a tu colección —dijo Jofiel sonriendo con absoluta confianza.
—Gracias, Jofiel —agradeció Rafael.
—Siempre y cuando podamos partirle la cara a algún villano de pacotilla, yo no tengo problemas a donde vayamos —dijo Elsa sonriendo con orgullo y chocando los puños cerca de los pechos—. ¡Asegúrense de traernos dientes de dinosaurios si se encuentran con uno!
—¡Ja, ja, ja! ¡Me encanta tu entusiasmo y energía, Goldy! —dijo Erzuli divertida—. Ten por seguro que si peleamos con dinosaurios en Escocia, les traeremos a ustedes unos dientes de recuerdo.
—Pensándolo mejor, no es tan mala la misión a la que iremos nosotros —dijo Angela comenzando a sonreír de emoción con la idea de enfrentarse a alguna criatura prehistórica, mientras no fuese algún kraken.
—Por esta vez concuerdo contigo, plumas de cisne —dijo Camael también sonriendo por la misma idea.
—Hablen por ustedes. Los dinosaurios me dan mucho miedo —dijo Amitiel estremeciéndose en el regazo de Uriel, porque conocía historias acerca de grandes monstruos prehistóricos, por su gente en Atlantis. Y eran tan espeluznantes como los dragones que tanto aterrorizaban a los tritones y sirenas.
—Rayos... Sería maravilloso pelear con dinosaurios —dijo Gabriel, teniendo en su hombro derecho a Kumal, y soñando con pelear con un dinosaurio.
—Oh sí. ¡Je, je! Aunque sea muy trillado, me encantaría que sucediese —dijo Caroline también soñando lo mismo. Entonces ella y el baghatma chocaron puños como gesto de estar de acuerdo.
—De hecho, es tan disparatado que podía pasar, dada a nuestra suerte —comentó Uriel entrecerrando los ojos.
—Ya hemos enfrentado autómatas y humanos famosos revividos. No sería tan raro que de pronto tengamos que pelear con dinosaurios, simios inteligentes y bestias primitivas —dijo Jofiel con su típica sonrisa de loco emocionado, porque creía con firmeza que todo era posible en las aventuras de su clan.
—Sigan hablando así, y al final del año acabaremos peleando con criaturas del espacio exterior —dijo Azrael con una sonrisa sarcástica.
—Hombre, hay que ver el lado positivo; mayor sean las amenazas, más nos pagaran, más pronto saldaremos nuestras deudas, y más fuertes nos haremos —dijo Uriel casi riéndose.
—Sí. Mientras más fuertes sean nuestros oponentes y más peleas tengamos, más poderosos nos haremos. Ya que esa es la característica distintiva de nuestra raza guerrera —dijo Rafael con un suspiro soñador, sintiendo el mismo deseo natural que sus amigos bestia de ser más fuerte.
Próximo capítulo: Nayeli de los Lakota.
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