Capítulo XXXI: Buscando un Nuevo Destino
"De momento no sabemos qué destino aguardaba al Idiota. Quien desee descubrirlo tendrá que escuchar la explicación que se brinda en el próximo capítulo."
—Viaje al Oeste, capítulo XXIIII.
https://youtu.be/rOTot0NJdFs
[Barco Draco Wang].
El licántropo alemán no respondió con palabras; solo siguió observando con mal humor al baghatma, evaluando sus palabras, tono e incluso esa mirada honesta que caracterizaba al joven-tigre. Además pasó de estar cruzado de piernas a levantar la rodilla izquierda, apoyando el pie en el suelo, para poner encima su antebrazo del mismo lado.
"Es cierto. Puede que ambos tengan diferencias que los hagan chocar constantemente. Pero si en algo tienen en común, es en lo feroces que son cuando se trata de la seguridad de sus familias, como sus hermanas", pensó Rafael sonriendo, feliz de que tal vez por fin surja un entendimiento mutuo entre los enemistados baghatma y licántropo, que ponga fin a sus conflictos.
Por un momento llegó a pensar que sería necesario que el baghatma se casará con la hermana del licántropo alemán, solo para que al fin cesarán las discusiones. Sin embargo ahora creía que eso solo sería un premio que lograría el baghatma, por ganarse el respeto del Lobo Feroz y el Lobo Valiente; nada más de ellos dos, porque ya se había ganado la bendición y el respeto de Valerie.
—Sigo sintiéndome inseguro sobre dejarte estar con mi hermana —dijo Miguel con un tono bastante severo, aunque un poco menos molesto—. Pero en vista de lo que me han contado, ella se arriesgó a enfrentarse a una kumiho capaz de partir montañas con sus patadas, para salvarte. Y tú la salvaste de ser atacada por ese monstruoso ataque.
—¡Fue terrible! ¡O sea, debió dividir como dos...! ¡No; quince kilómetros de mar! —dijo Remiel sujetándose la cabeza y temblando de pies a cabeza de solo recordar la monstruosa técnica de Chi de Kira, que fue capaz de causar semejante nivel de destrucción.
—Y además, podía manejar las tres energías del ser, y combinarlas en un poderoso ataque, según nos contó Caroline —dijo Jofiel, recordando lo que les dijo la licántropo blanca, poco después de elevar anclas y comenzar a relatar todo lo que pasó durante la batalla contra el clan de Mabel.
—Sí, también eso. A lo que voy, es que ella se lanzó a pelear contra un oponente muy superior, para salvar tu pellejo rayado —proseguía Miguel, todavía con la vista centrada en el baghatma, como un guardián evaluando a un posible enemigo—. Y como conozco bien lo orgullosa que es mi hermana al pelear, sé que no exageraba al decir cuánto la molestó que la salvarás de ese ataque de Chi, que ella podría haber "resistido", entre comillas.
—Entre muchas comillas —concordó Gabriel sonriendo con sarcasmo, recordando la poderosa técnica con Chi de Kira, sin dejar de mirar a los ojos al licántropo alemán para demostrar su postura al respecto.
—Ya han pasado meses desde que ustedes dos se conocen. La competencia entre ambos la ha fortalecido de maneras que no podría haber logrado en el Bosque Oscuro. Y más importante; entre los dos se protegen y apoyan mucho. Para ser sincero, siempre he sido escéptico de la forma en que Caroline conecta con los animales, porque a diferencia de mí que veo todo en base a aspectos mentales, ella ve el corazón y juzga en base a eso. Con los animales y algunas criaturas del Bosque Oscuro le ha resultado, pero no sabía si también funcionaría con las personas. Así que... les daré una oportunidad a ambos.
—¡Ostia puta, lo dijo! —comentó Uriel en español, boquiabierto y tapándose la boca con una mano en señal de asombro exagerado.
—Los milagros son reales, si crees en ellos —dijo Camael en español, sonriendo con sarcasmo por el comentario del draconiano rojo.
—¡No sé a lo que se refieren ustedes dos, pero espero que no sea una "subnormalidad" como dirías tú, Camael! —dijo Miguel entre gruñidos de lobo al draconiano rojo y al garuda.
—¡Je, je! Tranquilo wey. Solo decíamos que si esto no es un milagro, que bajen los dioses y lo vean —dijo Camael con un humor bastante divertido.
—¡Ja, ja, ja! ¡Oh rayos y truenos! Qué día ha resultado este —dijo Gabriel mirando al cielo entre risas.
—O noche —corrigió Rafael también riéndose un poco—. Aunque estemos en otro mundo, nunca mejor dicho, seguimos usando el horario terrestre para no confundirnos durante los viajes entre ambos mundos.
—Cierto. Aquí los días duran más que en el planeta Terra —dijo Jofiel.
—Como sea. De igual forma es increíble la lista de locuras que han pasado desde que partimos en este viaje al oeste. ¡Ja! —dijo Gabriel, volviendo a pasarse la mano derecha por el rostro hasta sus flequillos, los cuales no duraron ni un segundo en estar otra vez abajo, como si su atigrado cabello salvaje se opusiera a estar peinado—. Gracias por entenderlo, Miguel. Cuidare de Caroline y me asegurare de que sea feliz. Es una promesa, y yo siempre cumplo mis promesas.
—Espero que sí... Espero muy bien que sí —contestó Miguel de forma amenazante con gruñidos de lobo—. Y como ya decidí darte una oportunidad, tu parte del sueldo volverá a ser como el de todos nosotros.
—Agradezco también eso. ¡Je, je! Aunque la verdad esperaba que no me dieras nada por, pues ya sabes, haber estado un mes entero entrenando con tu hermana.
—Iba a hacerlo. Pero decidí mejor darte un cuarenta por ciento de tu parte acordada, porque tienes un gato y tienes que darle de comer.
—Pues de parte del gruñón de Kumal te doy las gracias.
—Y no lo baje más, porque Caroline me confirmó que en todo el mes de entrenamiento, nunca hicieron algo más a la hora de dormir —dijo Miguel, enfatizando mucho en el "dormir".
El baghatma tardó un segundo en entender el contexto de la última palabra. Y entonces su cara paso de la diversión a la sorpresa, y luego al enfado mientras dirigía la vista hacia el kitsune, quien al notar su mirada se sobresaltó de forma dramática.
—¡Tranquilo "hermanito", no fui yo quien le dijo que la maestra Kondo, al repartir los dormitorios a los nuevos estudiantes, tuvo que darles a ti y a Caroline el mismo cuarto por falta de habitaciones! —explicó Remiel sonriendo divertido y levantando ambas manos en señal de alto.
—Aunque yo tengo mis sospechas de que ella lo hizo a propósito —murmuró Uriel en su idioma español con una sonrisa divertida, tocándose la barbilla con el dedo índice y el pulgar de una mano.
—No fue Remiel ni Uriel quienes me lo dijeron: lo hizo Caroline —explicó Miguel, comenzando a ponerse de pie—. No quiso que hubiera malentendidos. Por eso nos explicó a nuestros padres y a mí las circunstancias, agregando además que no sucedió nada. Incluso nos dijo que ustedes dos en realidad durmieron en camas separadas.
"Sí... y no... Hubo ocasiones en que ella y yo nos quedamos dormidos en el mismo futon, porque colapsábamos del agotamiento por los entrenamientos de Kondo-sensei. Y... debido a eso, acabamos acostumbrándonos a dormir en la misma cama... Pero no creo que sea buena idea explicarle eso ahora a Miguel", pensaba Gabriel sonriendo con nervios por recordar esas noches, y desviando la mirada para que nadie notara su vergüenza.
—¿Cierto? —preguntó Miguel arqueando una ceja, tras notar el silencio y desviación de mirada del baghatma.
—¡Sí, sí! No ocurrió nada —dijo Gabriel riéndose, cerrando los ojos por un momento y moviendo la mano de forma jovial, para luego volver a mirar al licántropo alemán con más seriedad—. Volviendo al tema anterior, me convencieron. No soy bueno dando explicaciones, pero haré mi mejor esfuerzo para enseñarles todo lo que aprendí sobre Artes Marciales.
Gabriel seguía un poco inseguro sobre entrenarlos. Pero a diferencia de la mayoría de ellos, el baghatma tuvo en su vida a tres maestros, contando con Syuri Kondo. Por eso, lo que hará será poner en práctica los métodos de enseñanza que aprendió ellos, incluyendo algunos que él mismo desarrolló para fortalecerse en ausencia de algún maestro.
https://youtu.be/zxlzmZS9NEM
Mientras tanto en el lado contrario del barco, las chicas habían continuado dialogando acerca de su relación con los jóvenes-bestia. Y entre las conversaciones también profundizaron sobre algunos aspectos de sus propias vidas.
Amitiel confeso que al principio no tenía metas, más allá de ser la próxima gobernante de Atlantis. Pero tras conocer a Uriel, tuvo como sueño explorar con él los mares del Mundo Mortal. No obstante, gracias a su vasto conocimiento sobre antigüedades e idiomas, tampoco descartaba ser arqueóloga y profesora, o incluso podría serlo mientras viaja por el mundo junto a Uriel en su barco. Ya que no se conformaba con ser solo una simple arqueóloga de Italia, y nunca dejaría de amar aventurarse en el océano.
Clarisse confesó que soñaba con convertirse en una esgrimista profesional, casarse con un hombre extraordinario y vivir aventuras con él igual que en las leyendas medievales. Aunque no descarta la opción de ser zoóloga —de animales normales y sobrenaturales—, por la pasión que siente al estudiar sobre los animales y las bestias. Tomo esta decisión poco después de conversar con Jofiel durante la noche en que ella durmió en su habitación en la guarida del clan Nightfall Angels.
Angela solo dijo que, después de que terminara la búsqueda de las Gemas del Abismo, regresaría a España para reunirse con sus padres, y luego retomaría las clases de ballet para protagonizar una obra en Francia que ella ha soñado con actuar. No tenía más aspiraciones, porque desde niña ha amado el teatro y el ballet. Por lo tanto, se conformaba con ser una bailarina profesional y continuar haciendo lo que amaba y admiraba.
Elsa solo explico que no tenía muchos planes en la Sociedad Humana. Por eso estaba considerando dedicarse por completo al trabajo de cazadora en la Sociedad Sobrenatural, y viajar junto a Rafael en sus cacerías como su "escudera" o "valquiria". Además, también consideraba ser una deportista profesional en la Sociedad Sobrenatural, para demostrar que el estilo de lucha de Rafael es el ideal para conquistar la cima del boxeo, que hoy en día estaba ganando popularidad en ambas sociedades.
Erzuli, como una bestia que ha vivido en una tribu en África, no tenía otros planes más que continuar siendo la maestra de Azrael. Y si es posible, llevárselo con ella a África para continuar entrenando. Después ella regresaría a su propia tribu para convertirse en la nueva chamana de las bestias hiena de África, porque ser la guía de su pueblo era su propósito de vida. Y más ahora que había demostrado que la tribu de las hienas podía ser amigos de la tribu de los leopardos, gracias a su agradable amistad con Azrael.
Raven era la que más aspiraciones tenía; como prueba de eso, explicó que no se decidía entre intentar ser arqueóloga, astróloga, doctora, bióloga, profesora de idiomas, profesora de historia general, o profesora de defensa contra artes profanas. También tenía la opción de ser la siguiente directora del credo de sus padres. Pero ahora que conoció a Miguel, estaba considerando mucho ser detective en la Sociedad Sobrenatural junto con él.
Caroline, como ya lo había explicado con anterioridad a Gabriel la noche antes de dormir, tenía como opción secundaría ser una cantante —si Gabriel aceptaba unirse a ella para ser juntos un dueto musical—. Pero su meta principal y sueño era ser una maestra de San Bestia. Y entre las sedes, ella fundaría una en Alemania. No esperaba ser la maestra suprema de toda la organización, pero se conformaba con ser solo maestra de una sede. Ya que ella agradecía lo que tenía y no buscaba tener más que todo lo demás.
Durante esta charla, la licántropo blanca fue la última en hablar. Y al llegar a este tema, ella menciono que, mientras entrena para cumplir su sueño, también está ayudando al baghatma a encontrar una meta a la que dedicarse.
Explicó que el joven-tigre, al haber crecido centrado solo en sobrevivir, desarrolló la mentalidad simple de un animal que solo piensa en intentar vivir un día más; les dijo que el joven-tigre estuvo tan concentrado en sobrevivir, que olvidó cómo vivir. Así que ella intenta corregir eso, buscando algún oficio de ambas sociedades en la que él podría dedicarse, aparte de ser un cazador.
Erzuli confesó que se sentía identificada con la mujer-loba, porque también había pasado por lo mismo con Azrael; la noche en la que intentó ayudarlo a buscar una meta propia, más allá de la venganza. Raven, Amitiel, Elsa y Clarisse también se sintieron afligidas por la preocupación que tenía la mujer-loba por el futuro incierto del baghatma. Es por eso que todas acordaron intentar ayudar, recomendando algunos oficios como opciones.
https://youtu.be/CCg4qSsw6sA
—¿Qué me dices de juez? —le pregunto Raven a Caroline—. Los baghatma son muy cotizados en empleos que tienen que ver con juicios y cosas así, por su talento para analizar a las personas.
—Es una buena opción. Pero Gabriel no tiene paciencia para ordenar montañas de papeleo, y seguir largos y exhaustivos análisis intensos para demostrar la culpabilidad de alguien. Prefiere ahorrarse todo eso resolviéndolo a golpes —explicó Caroline, con una pequeña risa al imaginarse al baghatma con el típico traje y peluca de juez.
Le parecía muy divertido a la licántropo blanca. Sobre todo en la hilarante escena del joven-tigre golpeando con el martillo a un criminal hasta que confesase todas sus fechorías.
—Te lo imaginaste con la ridícula peluca y el traje de juez, ¿cierto? —pregunto Elsa sonriendo con diversión y moviendo las cejas, notando la radiante sonrisa de su amiga lobuna alemana.
—¡Je, je, je! ¡Sí! —dijo Caroline despejando la imagen de su mente para no comenzar a tener un ataque de risa.
—¿Le gustaría ser guardaespaldas? —pregunto Amitiel mostrando el dedo índice derecho por un segundo en señal de llamar la atención—. Muchas familias poderosas suelen contratar a un baghatma, por sus dones de identificar el peligro. Incluso mi familia llegó a considerar contratar uno. Pero poco después conocí a Uriel y desecharon la idea, considerando que un draconiano sería suficiente.
—Es una excelente sugerencia. Pero conociendo a Gabriel, lo rechazara. Se lo sugerí, y me dijo que mejor lo tendría como última opción, no vaya a pasar que le toque ser guardián de una de esas hembras raras, que pagarían montañas de oro por aparearse con un hombre-bestia —dijo Caroline entrecerrando los ojos y sonriendo con sarcasmo.
Había empezado a imaginarse al baghatma en un elegante traje de guardaespaldas, estando él bastante disgustado e intentando apartar con una mano a una mujer vestida en traje de lencería.
—Como le sucedió a Yuda Uwais con su séptima empleada, la sacerdotisa elfa Hrist, quien actualmente es una de sus esposas —comentó Clarisse suspirando con ensueño, por considerar muy romántico la historia de la sacerdotisa elfa de la noche con el baghatma de Indonesia.
—Sí, algo así —dijo Caroline agitando un poco la cabeza a los lados para apartar de inmediato la imagen de su cabeza, antes de llegar a pensar en el baghatma casándose con la hembra que debía proteger. Se rehusaba a imaginarse la escena, porque la hacía sentir tan enfadada que podría romper el suelo de un puñetazo. Y no sería una buena idea hacerlo en un barco en medio del mar.
—Ni juez ni guardaespaldas... ¿Qué tal comandante de un ejército? —pregunto Angela, tras pensar en detenimiento algún empleo que involucre los dones naturales de un baghatma.
—¡Ohhh mein Gott! ¡Je, je! ¡Creo que no! A Gabriel no le gusta el militarismo, comandar ni nada que tenga que ver con ser soldado. Aunque admito que se vería muy bien en un uniforme especial de soldado... ajustado... rojo... —decía Caroline sonriendo y recuperando su buen humor, porque comenzó a imaginarse al baghatma vistiendo un traje de combate de la Sociedad Sobrenatural, de color rojo y negro, y bastante ceñido al cuerpo.
—¿También te lo imaginaste con ese traje rojo y ajustado? —pregunto Raven moviendo las cejas un par de veces y ampliando su sonrisa.
—Cuñadita... —dijo Caroline con lentitud y un tono severo, aunque su sonrisa y mirada daban a entender que solo jugaba.
—¡Je, je! No tienes de qué avergonzarte. Yo también me he imaginado a Miguel en tipos de ropa que lo harían ver más atractivo de lo que ya es.
—Espero que no sean nada indecentes —dijo Caroline todavía con su fingida actitud severa.
—¡Claro que no! ¡Ja, ja, ja! —contestó Raven agitando una mano de forma despreocupada, y entendiendo que su cuñada solo estaba jugando.
Aunque la dhampiresa comenzó a desviar la mirada y morderse el labio inferior, mientras se imaginaba a Miguel en una oscura y azulada armadura de caballero europeo. Después en una elegante ropa azul de príncipe. En pantalones deportivos de color azul oscuro con una chaqueta a juego abierta en el pecho. Y al final en una ropa de pieles de lobo, como la que usaría un hombre del norte en la Edad de Piedra.
"No son las únicas en tener mucha imaginación", pensó Elsa mordiéndose el labio inferior, mientras visualizaba en su mente a Rafael vistiendo muchos tipos de ropa.
Al principio lo imagino en un elegante uniforme verde de la nobleza, seguido de un traje de médico. Una típica ropa escocesa. Armadura salvaje con piel de oso. En pantalón corto con cintas blancas en las manos como un boxeador. Y al final un revelador conjunto de ropa hecha casi en su totalidad por hojas y tela, como un hombre salvaje del bosque europeo.
"Yo no necesito imaginación para Uriel", pensaba Amitiel con una pequeña sonrisa, entrelazando los dedos de sus manos encima del vientre, y recordando los diferentes tipos de ropa que se ha probado el draconiano rojo a lo largo de los años.
A la sirenita le encantaba todos esos conjuntos en él. Pues para ella el draconiano rojo se veía asombroso sin importar el tipo de ropa que llevase. Aunque la sirenita tenía cierta preferencia por las ropas elegantes y la armadura reluciente, que para ella hacían ver a Uriel como un "Dios del Sol", aunque sonara exagerado.
—Además, según me contó la señorita Clarisse, el maestro Yuda Uwais había formado parte del ejército de los elfos luminosos durante un tiempo. Y acabó casándose con su superior, esa elfa luminosa pelirroja llamada Merida —dijo Erzuli, acordándose de ese detalle en particular por el reciente encuentro con dicho maestro y sus esposas.
—Retiro lo dicho. Definitivamente no será soldado —dijo Caroline rápido, regresando su humor molesto, y a su vez volviendo a tener su sonrisa falsa. Su comentario y repentino cambio de humor les causó tanta gracia a las otras chicas que las hizo soltar una carcajada.
—¡Ja, ja, ja! ¡Y definitivamente tienes que decidir qué es lo tuyo con él, porque con una amiga como tú, el pobre chico-tigre jamás conseguirá una hembra! —dijo Erzuli comenzando a reír por la respuesta y el repentino cambio de actitud de su amiga loba.
—Por favor no exageres, Erzuli —dijo Caroline todavía con mal humor.
—Exagerar es poner una mirada de demonio asesino cada vez que una chica se acerca a quien se supone es solo tu "amigo" —dijo Amitiel con diversión—. Uriel me ha mencionado eso sobre ti. Elsa también. No lo niegues, Caroline, porque acabas de tener esa mirada, dos veces. Y se nota demasiado.
—Ya les dije que lo pensaría. Solo no me presionen más, por favor —dijo Caroline suspirando con cansancio y frotándose la cara con ambas manos por un segundo.
Lo había estado pensando bastante. Y ahora, motivada por sus nuevas amigas, sobre todo su cuñada, había encontrado el valor para intentar luchar contra su propia inseguridad y explorar su relación con el baghatma; resolver de una vez si era posible que los dos, como bestias que eran en realidad, podían convivir juntos como algo más que amigos.
—Mejor sigamos centrando nuestras neuronas en hallarle un oficio ideal al tigre bobo —pidió Caroline, tratando de ocultar el creciente nerviosismo que sentía por la inminente charla que iba a tener con el joven-tigre.
—Si mis padres estuvieran aquí, dirían que eres una hembra alfa de alfas, por atreverte a decirle "bobo" al avatar del Dios de las Bestias. ¡Ja, ja, ja! —dijo Erzuli entre risas divertidas.
—Podrá ser la encarnación mortal del Rey de Todos los Reyes Bestias, Juez de toda la Creación y Dios Padre del Cosmos. Pero frente a mí siempre será el mismo gato maldito al que no dudare en darle unos buenos coscorrones cuando se pase de bobo —explicó Caroline frunciendo el ceño, sonriendo de forma orgullosa, y agitando el puño derecho un par de veces en señal de dar una lección violenta. Lo cual hizo reír a las otras chicas.
—¡Pfff! ¡Cof, cof! ¡Ja, ja, ja! ¡Me encantas chica loup-garou! —dijo Angela entre carcajadas tan fuertes que casi se atraganta con su propia saliva—. Si fueras humana consideraría mucho invitarte a comer. Pero ya sé que las bestias solo sienten atracción hacia el género opuesto, por todo eso del instinto reproductivo.
—¿Qué acaso tú no estás ya con el garuda? —le pregunto Elsa a la harpía cisne, sonriendo con diversión y levantando una ceja.
—Ni lo menciones, ricitos de oro —dijo Angela dejando de reír de golpe, mientras fruncía el ceño con molestia y su sonrisa caía.
—Tranquila Angela. Yo también comencé a creerlo, pues porque tú y Camael ya parecen una pareja casada, por la competición y discusiones constantes que tienen —dijo Clarisse aguantando las risas—. Y además, según una historia que leí sobre las bestias, el primer garuda tuvo como esposa a una harpía cisne. Puede ser el destino, u obra de los dioses del pueblo paterno de él.
—Jamás estuve con un hombre humano, menos estaría con un hombre-bestia —dijo Angela con molestia y cruzándose de brazos—. Hasta los elfos varones me parecen más atractivos, sin esas raras astas de venado.
—Sabes Angela, jamás he visto a un chico que discutiera tanto contigo sin huir, ni tampoco sin intenciones de conquistarte —dijo Raven con una sonrisa burlona, y mirando de reojo a la harpía cisne—. También debes reconocer que ustedes dos tienen mucho en común.
—Y que sus rasgos asiáticos lo hacen muy atractivo —agregó Clarisse con otra pequeña risa divertida y tamborileando los dedos de ambas manos entre sí frente al pecho—. ¿Ya lo viste semidesnudo?
—No y espero no verlo jamás —dijo Angela mostrando los dientes en una mueca de repulsión, y estremeciéndose al intentar apartar la imagen de su cabeza.
—¡Miau!
https://youtu.be/QcPf4yKSe38
En medio de la conversación y las risas por los temas discutidos, el maullido del gato Kumal llamó la atención de las chicas, quienes lo vieron acercarse corriendo a la silla de Caroline. Y al llegar a los pies de ella, empezó a maullar con notable urgencia.
—¿Sucede algo malo? —pregunto Raven, notando de inmediato la urgencia que tenía el gato.
—No. Solo está diciendo que quiere mostrarme algo. Pero que no es nada malo ni privado, por lo tanto no importa si ustedes me acompañan —explicó Caroline levantando el torso del respaldo bajo de la silla playera para mirar al gato.
—¡Entonces vayamos todas a ver! —dijo Clarisse comenzando a levantarse rápido de su silla con emoción infantil—. ¡Te seguimos, Caroline!
—¡Je, je, je! De acuerdo —contestó Caroline, divertida por el humor infantil e hiperactividad de la humana rubia, que le recordaba mucho al de Rosabella. Luego procedió con levantarse de la silla, y estirar un poco su alto y tonificado cuerpo pálido.
—No tengo nada más que hacer. Así que mejor las acompaño a ver qué quiere ese gato tan extraño —dijo Angela con una sonrisa sarcástica.
—Muy extraño... —concordó Amitiel frunciendo un poco el ceño y fijando la mirada en Kumal—. Sé que los gatos son muy inteligentes. Pero presiento que este no es nada normal.
—Ningún gato es normal, en realidad —dijo Raven con una sonrisa divertida, estando ahora de pie un poco lejos de su silla para poder estirar los brazos hacia arriba sin chocar con la sombrilla.
—¿Cómo así? —pregunto Amitiel intrigada y empezando a levantarse de la silla.
—Mientras los perros protegen del peligro físico, los gatos protegen del peligro sobrenatural —explicó Angela, terminando de levantarse de su silla y comenzando a estirarse también.
—Aunque hoy en día la mayoría tiene sus dones restringidos, y sólo unos pocos gatos logran despertarlos —agregó Erzuli de pie y crujiendo los huesos de su tonificado y esbelto cuerpo oscuro.
—¡¿Creen que Gabriel, por su naturaleza como avatar del Rey Tigre, haya influenciado de alguna manera a Kumal?! —dijo Clarisse comenzando a teorizar muchas cosas fantásticas al respecto.
—O quizás sea obra de la Reina Gata Freyja del Panteón Nórdico —sugirió Elsa, también de pie y estirando los músculos de su pálido y esbelto cuerpo—. Antes de ser una diosa-gata, ella era la esposa del tiránico dios Odín. Pero se separó de él y se casó con Rudra. Quizás haya bendecido al nuevo avatar de Rudra, enviándole un guardián y guía.
—Cuando se trata del Dios de las Bestias, hasta lo más absurdo es posible —dijo Erzuli con absoluta certeza, pues como chamana de su tribu tenía una conexión especial tanto hacia los inmortales como los mortales.
Después de que todas las chicas se hayan levantado de sus sillas y estirado los huesos de sus cuerpos, procedieron a caminar para seguir a Caroline, quien a su vez seguía a Kumal para saber qué quería mostrarle a ella.
Por otra parte, en cuanto se pusieron en marcha, el tema de Rudra y los dioses hizo que la licántropo blanca recordase algo, que tenía que ver con aquella visión que tuvo hace unos días.
—Oye Erzuli, ahora que hablamos sobre Rudra, los dioses y lo sobrenatural, recordé algo que quería preguntarte, sino es mucha molestia —dijo Caroline frunciendo el ceño con seriedad, pero sin voltear a ver a la mujer-hiena que caminaba detrás de ella.
—¡Claro! Pregúntame lo que quieras, gran loba alfa. Como chamana que soy, es mi deber tratar de responder cualquier pregunta respecto al más allá o los dioses —dijo Erzuli de modo jovial, con una amistosa y orgullosa sonrisa que inspiraba confianza.
—De casualidad... ¿sabes si algo más, aparte de los inmortales, puede reencarnar? —preguntó Caroline, frotándose el brazo izquierdo con nerviosismo.
—La respuesta a tu pregunta es: sí. Aunque depende. Los inmortales pueden reencarnar cuando quieran, e incluso de manera automática. Los mortales, por el contrario, y hasta donde mi tribu y yo sabemos, solo pueden hacerlo bajo el permiso y poder de los inmortales.
—¿Y qué hay de los animales?
—Los animales son un caso especial; cuando una especie animal gobernada por un Rey Bestia reencarna en un humano, dicho humano se transforma en una bestia de la especie de ese animal. Mientras que en el caso de las bestias, pues más del noventa por ciento fuimos animales en una vida anterior.
—¡Woooh! ¡¿En serio?! —exclamó Clarisse boquiabierta. Amitiel y Elsa también estaban en un estado de sorpresa semejante.
—Sí. Las bestias ya de por sí tenemos almas de animales. También es posible que una bestia renazca como animal, y luego vuelva a nacer como bestia. Además, cuando un animal logra algo extraordinario, que lo hace destacarse entre los suyos, puede ganarse la oportunidad de renacer como una bestia inmortal o un superbestia mortal. Es algo mucho más común de lo que se cree.
Mientras Erzuli explicaba ese detalle sobre las bestias, todas las chicas escuchaban atentas. Incluso Angela había sentido un poco de interés en eso, sobre todo por la idea divertida de que Camael pudo haber sido una simple águila en una vida pasada.
—De hecho, es probable que los otros chicos-bestia del clan Nightfall Angels, e incluso Caroline y yo, hayamos sido animales comunes en una vida pasada. Y tal vez en esa vida pudimos conocer a Rudra en su forma de tigre normal —continuaba explicando Erzuli—. Es solo una hipótesis carente de bases sólidas. Pero explicaría las extrañas circunstancias que nos llevaron a conocer a su avatar actual; fue para apoyarlo en esta vida, como ya lo hicimos una vez en otra vida.
—¡Sería épico y maravilloso! ¡Lo creo con certeza! ¡Estoy segurísima que es así! —dijo Clarisse creyendo por completo en esa posibilidad.
—Yo también lo creo —dijo Elsa sonriendo maravillada de esa anécdota, y creyendo con seguridad de que Rafael pudo haber sido un oso muy sabio, cariñoso y amable en una vida pasada.
—¡Ja! Pues yo lo creeré cuando haya prueba concluyentes de que es verdad —dijo Angela, manteniendo el beneficio de la duda y escepticismo entre tanta "sobrenaturalidad", como ella lo llamaría.
—¿Cómo sería el caso de Uriel, si él es un dragón? —pregunto Amitiel. No estaba segura de creer o no en todo eso, pero igual tenía curiosidad.
—En su caso pudo ser un lagarto o una serpiente. Esas especies de animales pueden convertirse en dragones bajo circunstancias sobrenaturales. Lo mismo es con las bestias lagartos y serpientes.
—¡Ja, ja, ja! ¡Pues ahora tengo algo con lo que molestar a ese chico-dragón orgulloso! —dijo Amitiel entre carcajadas, ansiosa por decirle a Uriel que quizás en una vida pasada debió ser una simple lagartija o serpiente. Hasta comenzaba a imaginarse su reacción.
—Si casi todas las bestias debieron ser animales en al menos una vida pasada, ¿pueden recuperar sus recuerdos de esa vida? —pregunto Raven intrigada en el tema, y curiosa por saber si de repente Miguel puede despertarse una mañana con recuerdos de ser un lobo normal.
—Me temo que es casi imposible revivir esos recuerdos —dijo Erzuli, adoptando un semblante un poco deprimente—. Los animales tienen una personalidad muy simple y plana, en comparación a criaturas más inteligentes como los humanos y las bestias. Por eso los animales casi no tienen recuerdos importantes, más allá de los de sobrevivir y actuar en base a objetivos básicos, como reproducirse y comer. Sin embargo, en el caso de haber sido un animal muy inteligente, existe una mayor posibilidad de revivir esos recuerdos. Aunque no estoy muy segura. El tema de la reencarnación no es mi área.
"Ya veo... entonces puede ser solo eso... Que tonta he sido", pensó Caroline riéndose de sí misma, por creer que aquella visión trataba de algo muy importante, cuando en realidad debió ser un simple recuerdo revivido de una vida pasada en la que ella fue una loba normal. Y como puede ser el caso de cada uno de los miembros bestia del grupo, ella pudo haber sido un simple animal que el Rey Tigre conoció en alguna de tantas vidas suyas.
No obstante el saber eso la llenó de felicidad; la hizo confirmarse a sí misma de que lo que sentía puede ser solo nostalgia de su vida pasada como loba normal, mezclada con la atracción real que la hacía sentir su instinto reproductivo por el baghatma.
Próximo capítulo: Camino del Tigre Buda.
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