"Los jóvenes se enamoran y encariñan al primer impulso."
—Carmilla, de Sheridan Le Fanu.
https://youtu.be/g-jGHbkM8e4
[Barco Draco Wang].
En este punto las chicas del grupo Twilight Maidens estaban pensando que ya se había acabado su racha de mala suerte. El hecho de que hayan podido conversar en paz era prueba suficiente para ellas de eso.
Caroline y Erzuli reanudaron la rutina de entrenamiento; después de las mil flexiones, continuaron con mil abdominales y terminaron con mil sentadillas, de las cuales la mujer-loba terminó en un extraordinario tiempo record. Aunque de todos modos la mujer-hiena se esforzó al máximo en cada ejercicio; su inutilidad en el combate y la casi pérdida de su discípulo oficial, la habían hecho sentir mal consigo misma. Por eso quería hacer lo que una bestia mejor sabía hacer: entrenar y esforzarse el doble y el triple de lo acostumbrado para mejorar.
Amitiel y Angela también trataron de seguir el ejercicio de las mujeres-bestia; casi se desmayan cuando llegaron a las ciento cincuenta abdominales, y por puro orgullo intentaban continuar.
—Ya deténganse ustedes dos. Van a terminar vomitando sus propios intestinos —dijo Erzuli con ambas manos en las caderas, dividida entre la admiración por la persistencia de las dos semi-humanas, y aguantando las ganas de reírse por la testarudez de ellas.
—No... me... rendiré... Ciento cincuenta y... uno... —dijo Angela, con los ojos cerrados y la cara roja del sobreesfuerzo, logrando hacer otro abdominal para después dejar caer la cabeza con fuerza en el suelo, estirar las extremidades a los lados y empezar a recuperar el aliento.
—Yo... tampoco... no me... rendiré... —decía Amitiel, esforzándose al máximo para hacer otro abdominal, pero ya no podía volver a levantar la cabeza del suelo.
—Amitiel, es obvio que no estás acostumbrada a hacer este tipo ejercicios, y ni siquiera deberías hacerlo —dijo Caroline con una mano en la cadera—. Eres una hechicera del tipo lanzador. Tu estilo es atacar de lejos mediante combos mágicos. No atacar de frente exponiéndote a los ataques como un guerrero mágico.
—¿Desde... cuando... sabes... sobre... estilos de pelea? —pregunto Amitiel entre largas respiraciones y sin abrir los ojos.
—Kondo-sensei ama mucho hablar, sobre todo durante sus clases. Y yo estuve en el grupo de estudiantes que ella enseñaba personalmente —dijo Caroline estirando los brazos hacia arriba.
—No lo dudo, e imagino por qué —contestó Angela abriendo los ojos y abanicándose con la mano derecha.
—Aun así... tengo que seguir ejercitándome —dijo Amitiel, tumbándose en el suelo por completo igual que Angela.
https://youtu.be/cR_EA8DKnkk
—No entiendo por qué quieres ejercitarte tanto, Amitiel. Tú no eres humana. Al menos el cincuenta por ciento no —dijo Clarisse mirando a la sirena mestiza con obvia confusión—. Digo, ¿Qué acaso las sirenas no tienen super fuerza o algo parecido? Porque pasan todo el día nadando, luchando y huyendo de todo tipo de monstruos marinos. Similar a las antiguas especies humanas durante la Edad de Piedra.
—No estás del todo equivocada, "blanca como la nieve" —dijo Amitiel abriendo los ojos para mirar a la humana rubia—. Sí es cierto que, por naturaleza, los tritones y las sirenas tenemos cuerpos ejercitados y más fuertes que los humanos promedio actuales. Y aún hoy en día, se nos sigue motivando a entrenar, porque un tritón con sobrepeso jamás podría escapar o luchar contra un kraken nórdico o un dragón. Pero seguimos siendo "humanos normales", a comparación de jodidos monstruos como las bestias. Sin ofender, Caroline y Erzuli. Por la parte de "monstruos" quise decir...
—Está bien, Amitiel, lo entendemos. Y de todos modos, en cualquier sentido, para nosotras es más como un halago —dijo Caroline sonriendo con amabilidad. Erzuli también sonreía de la misma forma, y hasta con un aire orgulloso.
—Supongo que la razón detrás de tu insistencia en ejercitarte, es tratar de tener un cuerpo fuerte para poder competir con Uriel cuando tengas sexo con él —dijo Raven sin decoro alguno al hablar.
—¡Raven! —grito Amitiel sentándose y mirando a la dhampiresa, tan sonrojada que hasta sus orejas y hombros parecían tornarse de color rojo.
—Por favor sirenita junior, es bastante obvio —dijo Angela suspirando con molestia mientras se tapaba los ojos con el brazo derecho.
—Bien, bien. Tienen razón —dijo Amitiel resoplando al final—. Chicas, sé que trataran de convencerme de lo contrario, pero admitámoslo. En comparación con ustedes, no tengo un cuerpo tan maduro o fuerte. Cielos, incluso Clarisse tiene potencial de ser una supermodelo.
—Amitiel, tranquila. Tú también tienes un cuerpo maravilloso —dijo Raven con un tono motivador que inspiraba confianza.
—Lo dice la chica-bruja-vampiro con un cuerpo maduro y saludable capaz de dejar satisfecho a un hombre-lobo alemán —dijo Amitiel haciendo un movimiento de arco con los ojos.
—Eh... sí... —decía Raven tartamudeando con notables nervios—. Tal vez podría si Miguel y yo, en el futuro por supuesto, y con el permiso de nuestros padres, hiciéramos el...
—Raven, no tienes que fingir, ya lo sé todo —dijo Caroline con un tono serio, mientras caminaba hacia su propia silla.
https://youtu.be/06H_6oI4EK4
—¡¿Qué?! ¡Ejem! Digo, ¿qué quieres decir, Caroline? —pregunto Raven tratando de simular confusión, aunque su sorpresa inicial lo hizo lucir falso.
—Primero: empecé a sospecharlo cuando detecte el olor de mi hermano en ti —contestó Caroline sentándose en su silla, mirando con frialdad a la dhampiresa—. Segundo: el olor de mi hermano comenzó a tener un ligero cambio, desde que tú dormiste en su habitación. Y tercero: mientras él se cambiaba en su habitación de este barco, tuve una charla privada de hermana mayor y hermano menor con él.
No estaba bromeando; cuando los jóvenes-bestia fueron a sus respectivas habitaciones a cambiarse de ropa, Caroline siguió a su hermano menor para encararlo sobre el tema. Por supuesto que al inicio Miguel trato de negarlo y desviar el tema, y lo hizo de forma tan convincente que podría haber funcionado con la mayoría.
Pero con Caroline no sirvió para nada. Y a ella solo le bastó poner una mirada feroz, cruzarse de brazos y estar en un silencio tenso por unos minutos, para hacer que Miguel sintiera tanto miedo que al final no pudo seguir la farsa y lo revelo todo.
Miguel le reveló que sí, en efecto, se había apareado con Raven; en la noche y luego en la mañana cuando se bañaron juntos. Le suplico a su hermana mayor que guardara el secreto a sus padres, porque él mismo se los iba a decir. Y su hermana mayor prometió guardar el secreto, solo porque esperaba que el mismo Miguel se los dijera a sus padres.
Sin embargo también planeaba hablar con Raven al respecto. Y para ella este fue el mejor momento para hacerlo.
—Ohhhhh —dijeron Clarisse y Elsa sorprendidas al mismo tiempo, tapándose la boca con sus respectivas manos.
—Uhhh... Bueno, fui un poco ingenua al creer que podríamos mantenerlo en secreto por tanto tiempo. ¡Je, je, je! —dijo Raven riendo con pena y desviando la mirada—. Por favor Caroline, no te molestes con él. Es mi culpa. Fui yo quien lo estaba incitando a tener sexo. Es mi culpa, no la de él. Así que si vas a molestarte con alguien, que sea yo. Y quiero que sepas que estoy dispuesta a tomar responsabilidad.
—No voy a mentir: en serio estoy muy molesta —dijo Caroline frunciendo el ceño. Y con un parpadeo sus ojos plateados pasaron a ser de un brillante color azul que denotaba furia, lo cual estremeció de temor a las demás chicas.
—Tienes todo el derecho de estarlo —dijo Raven, todavía incapaz de ver a la licántropo blanca a los ojos. No lo quería admitir, pero se sentía intimidada ante ella.
Ahora entendía por qué Miguel le temía tanto a su hermana mayor.
https://youtu.be/jWL90hdwUiU
—No obstante, me alegra ver que ambos se lo están tomando en serio —dijo Caroline cerrando los ojos y cambiando su tono por uno más amigable.
—¿Eh? —pregunto Raven tan sorprendida que logró dirigir sus ojos a la licántropo blanca.
—Miguel me dijo casi las mismas palabras que tú —prosiguió Caroline con una sonrisa divertida que tranquilizó a todas las chicas, en especial a la dhampiresa—. Me pidió que no me enojara contigo, y dijo que estaba dispuesto a tomar toda la responsabilidad. Ambos son responsables, eso es bueno.
—Entonces... ¿Estás de acuerdo con que yo esté con tu hermano?
—Raven, sé que eres una hembra muy inteligente —dijo Caroline volviendo a mirar de forma molesta a la dhampiresa, dejando de sonreír y cruzándose de brazos, mientras la hostilidad volvía a percibirse en el ambiente.
Las demás chicas querían salir de allí para darles privacidad a la loba alfa y su cuñada dhampiresa. Pero la curiosidad por saber cómo termina la discusión era más grande, y por eso se quedaron allí.
—Las hembras como tú no son de creer en cosas humanas como el "amor a primera vista" —continuo Caroline de forma interrogativa—. Así que debes entender por qué dudo mucho que quieras estar con mi hermano tan rápido, a menos que sea por algo puramente sexual.
—No estoy con él por algo tan superficial, vacío, infantil y pasajero como eso —dijo Raven frunciendo el ceño, mientras sus ojos brillaban de un intenso color rojo iracundo, y miraba a la imponente licántropo blanca directo a los ojos.
—Oigan chicas cálmense, por favor —dijo Elsa comenzando a preocuparse, y por eso levantó el torso de la reposadera en caso de que necesitara moverse rápido para detener el combate.
—Sí. No creo que este barco aguante una pelea entre ustedes dos —dijo Amitiel, preocupada más por la reacción de Uriel si el barco resultaba dañado.
—¿De verdad quieres ser su compañera de por vida? —preguntó Caroline, ignorando por completo a sus amigas.
—Sí —respondió Raven asintiendo con la cabeza casi de inmediato.
—Ni siquiera has pensado en la respuesta.
https://youtu.be/yrQtxbONYJo
—Porque ya lo hice hace tiempo —dijo Raven, dirigiendo la mirada hacia arriba para ver el cielo a través de la tela negra de su sombrilla—. Cuando él llegó a salvarme como mi ángel guardián, y mire sus hermosos ojos dorados, sentí una conexión con él. No es algo que pueda describir con palabras. Pero este sentimiento crecía con el tiempo, y no desaparecía por más que intentara estar con alguien más.
»Al contrario solo me convencía más de que él era mi alma gemela. Y cuando lo volví a encontrar, sentía que mi corazón estallaría de amor a medida que lo conocía en profundidad. Miguel es fuerte, despiadado, valiente, honorable, inteligente, protector, humilde y amable. Sé que sonare muy rara, pero el hecho de que él sea un licántropo también le da un plus colosal a sus encantos.
—Sí... Suenas muy, muy rara —dijo Angela con una mueca de incomodidad.
—Adivinare: ¿te gustan los lobos? —dijo Amitel arqueando una ceja y sonriendo divertida.
—Sí. Y los cuervos también. No me juzguen, por favor —dijo Raven, cambiando sus ojos a color morado otra vez con un parpadeo, y mirando avergonzada a todas las chicas.
—Pues... hay casos registrados sobre cuervos y lobos trabajando juntos en una especie de "relación simbiótica" —decía Clarisse tocándose el labio inferior con un dedo índice de forma pensativa—. Por ejemplo, los cuervos localizan presas para los lobos, y luego comen las sobras que dejan los lobos. Y el nombre de Raven puede traducirse como, pues "cuervo", valga la redundancia, además de que su especie como vampiresa es tipo cuervo. Mientras que el tercer nombre familiar de Miguel significa "lobo", y pues él es un licántropo ¡Je, je!
—¿Lo ves Caroline? —dijo Raven volviendo a mirar a la licántropo blanca, ahora con una expresión más amigable—. Puede que sea obra del ángel guardián de él, los dioses ancestrales de nuestros pueblos, el destino o alguna fuerza compleja del universo que solo un taoísta comprendería. Pero gracias a esas casualidades extrañas él y yo nos encontramos. Podría haber resultado desagradable, pero Miguel resultó ser un joven maravilloso. Cada cualidad suya me ha hecho amarlo más. Y su regalo me hizo adorarlo.
—¿Su regalo? ¿Hablas del libro? —preguntó Caroline arqueando una ceja.
—Sí. ¿Tienes idea de cuántos chicos les dan a las chicas como regalo dulces, ropas costosas, flores, joyas y materiales de belleza muy caros? Pudiendo elegir lo típico, me compro un libro, y de los que me gustan. Si eso ya de por sí me dio ganas de saltar sobre él y bombardearlo con besos, el respeto y la responsabilidad que me demostró cuanto intente incitarlo a tener sexo conmigo, por un momento nublo mi juicio y me hizo arrancarle la ropa para intentar unirme a él sin siquiera pedir su permiso.
—Eh... Raven, yo tendría cuidado al hablar frente a la hermana mayor de Miguel, porque lo que estás diciendo podría interpretarse como que ibas a violarlo —dijo Clarisse, incómoda y temerosa de una reacción violenta de la licántropo blanca.
—Y también cuidaría la forma de hablar acerca de acostarte con un hombre-bestia —dijo Angela bastante incómoda.
—¡Je, je! Perdón. Pero es la verdad —decía Raven con una risa inocente, para luego mirar a Caroline con más coraje y determinación—. Miguel me entiende, me respeta, le preocupa mis sentimientos tanto como me preocupan los suyos, y lo admiro tanto como él me admira a mí. Es más que un chico extraordinario: es un verdadero hombre. Y si en algo te doy la razón, Caroline, es que soy inteligente: por eso sé que yo sería la mujer más estúpida en el universo si dudara de estar con Miguel. Así que lo diré ahora: amo a tu hermano, voy a estar con él en las buenas y en las malas, y en el futuro seré la madre de sus hijos.
https://youtu.be/_hzssKb9940
—Dios mío... Sabía que hice bien en quedarme a escuchar esto —murmuró Clarisse tapándose la nariz y la boca con ambas manos para aguantar las ganas de chillar de la emoción.
Erzuli se sentía tan orgullosa de Raven que estaba por llorar. Elsa también sentía estar al borde de las lágrimas. Angela movió los ojos y resopló con molestia. Amitiel, por otro lado, miraba boquiabierta a la dhampiresa; le había dejado en shock el cómo Raven hablaba así en frente de la aterradora y feroz hermana mayor de Miguel.
Sin embargo lo que más sorprendió a Amitiel, era cómo Raven tenía tanta confianza como para estar decidida a estar con su hombre-lobo, mientras que la joven sirena mestiza dudaba tanto que seguía incómoda en expresar su amor por su hombre-dragón en público.
—Admito que fue un discurso muy impresionante —dijo Caroline cerrando los ojos y sonriendo un poco—. Muy bien, me convenciste. Tienes mi bendición.
—¡Ah! ¡¿En serio?! —dijo Raven sorprendida y emocionándose tanto que apenas podía controlarse.
—Sí —Caroline vuelve a mirar a la dhampiresa, ahora con respeto, y otra vez teniendo los ojos plateados junto con su característica sonrisa amable y honesta—. Para ser sincera, no puedo pensar en una mejor hembra que esté al lado de mi hermanito. Eres inteligente, poderosa, decidida, feroz, cariñosa y tienes carácter de alfa. Además mi hermanito te respeta, te admira y tú lo motivas a ser más fuerte. Mamá te adorara. Y papá... puede que le preocupe al inicio, por tu herencia vampiro. Pero te aceptara tan rápido como sepa que le darás algo de disciplina al necio de mi hermanito. ¡Je, je, je!
—¡Ja, ja, ja! ¡Gracias, Caroline! ¡Prometo que no te decepcionare; seré una gran hembra para tu maravilloso hermano! —dijo Raven tan feliz que parpadeaba varias veces para contener las lágrimas.
—Espero que los padres de Raven piensen lo mismo —susurro Erzuli desviando la mirada, mostrándose preocupada y nerviosa.
—¿Qué hay con ellos? —preguntó Caroline volviendo a tener una expresión seria tras escuchar el comentario de la mujer-hiena.
—Eh-eh-eh. ¡No es nada! —dijo Raven, por un instante luciendo preocupada, para luego mostrar los dientes en una forzada sonrisa y encogerse de hombros—. Ya sabes, lo típico. Los padres desaprueban a la pareja de su hijo, hasta que lo conocen en profundidad gracias a una serie de eventos surrealistas.
—¡Oh, como en muchas comedias románticas! —dijo Clarisse aplaudiendo al captar la referencia.
—Bueno, tienes razón en eso, Raven —dijo Caroline, aceptando la respuesta de la dhampiresa y sonriendo más relajada—. Si tú eres tan inteligente y razonable, supongo que tus padres también deben serlo.
"Sí... sobre todo papá", pensó Raven con sarcasmo, todavía mostrando los dientes en una gran y forzada sonrisa, para ocultar su nerviosismo ante la preocupación y la ironía. Porque si en algo también tenían en común ella y Miguel, es que la mamá de Raven, Julieth Queen, adoraría mucho al licántropo.
El padre de Raven, Adrian Tepes, por el contrario sería como Ismael Wolf; se preocuparía bastante, por el hecho de que Miguel era una bestia, de la especie licántropo, y de remate un descendiente del pueblo eslavo y de Daniel Artorias, con quien tuvo un violento encuentro en el pasado, del cual Adrian tuvo que escapar para sobrevivir.
https://youtu.be/fvXaZ6n7ctI
—Chicas, ahora que estamos en el tema de los chicos-bestia, Clarisse, ¿qué hay de ti y el chico-león? —pregunto Amitiel por pura curiosidad, y para saber cómo actuaba la humana para ganarse la atención de un hombre-bestia—. He notado que has estado detrás de él.
—Nada destacado —dijo Clarisse sonriendo con pena—. Sé que parezco una acosadora. Pero hay una explicación. Verán, desde niña he crecido leyendo historias sobre las bestias. Los humanos del reino de donde vivo no tienen una civilización tan avanzada como el resto de la Sociedad Sobrenatural, porque vivimos aislados de prácticamente todo lo sobrenatural. Los únicos que tienen contacto con lo sobrenatural son mi familia y algunos pocos miembros de la realeza. A los humanos de mi tierra.... tampoco les agrada algo que se disfrace de humano.
—Lo comprendo —dijo Amitiel frunciendo el ceño, sabiendo bien que, a pesar de que existen reinos humanos en la Sociedad Sobrenatural, no significa que vivan en "armonía" con las otras criaturas.
De hecho, esos reinos son la prueba reciente de la antigua razón que llevo a las criaturas sobrenaturales a crear su propia sociedad para vivir distantes y ocultos de los humanos. Aunque los que más cerca están de tener algo parecido a una relación pacifica, son los humanos refugiados de Irlanda y Escocia que escaparon de la hambruna, la persecución y el prejuicio de los británicos, estadounidenses y otros países.
—Por eso la mayoría de las historias que he leído siempre han tratado de lo mismo —proseguía Clarisse con notable tristeza en su mirada—: que las bestias son malvados monstruos que al final son vencidos por el cliché héroe humano. Pero yo no pensaba igual que los otros niños o adultos. O sea, ¿por qué las bestias siempre tienen que perder el duelo? ¿Por qué todo lo que no es humano si puede ser maltratado, despreciado y humillado, mientras los humanos son siempre recompensados, alabados y elevados al puesto de héroes?
—Tuviste una opinión diferente a la mayoría —dijo Elsa, sintiéndose identificada con Clarisse porque también piensa lo mismo.
—Y por supuesto no fue una opinión muy popular en mi tierra —dijo Clarisse dirigiendo la mirada al suelo, bajando los hombros y juntando las manos en el regazo—. Muchos otros niños y sus padres me veían como alguien rara.
—También comprendo eso —dijo Amitiel, sintiéndose identificada con la humana británica en ese aspecto, por recordar el tiempo en que los otros niños la veían rara porque hablaba con los peces. Claro que eso cambio cuando Uriel llegó a su vida. Y entonces eran dos "bichos raros" en una pequeña isla de Italia.
Si lo que dijo Raven le hizo reflexionar a Amitiel sobre sus dudas de formalizar su relación con Uriel, ahora el pensar en esto le hizo recordar cuánta alegría le trajo el draconiano rojo a su vida.
—Entonces un día mi madre me dio de regalo un libro, con la más hermosa de las historias sobre bestias: la historia de un príncipe hombre-león, que logró un final feliz con la mujer que amaba —proseguía Clarisse volviendo a sonreír con ternura.
—¿La historia sobre los padres adoptivos de Gabriel? —pregunto Elsa.
—En realidad no —respondió Clarisse con una pequeña risa—. La historia del señor y la señora Dumont no es la única sobre el tema que existe. A lo largo de los siglos ha habido muchos casos sobre un chico de la realeza convertido en narasinja, que debe ganarse el amor de una doncella para tener su final feliz. Las novelas de la Bella y la Bestia están inspiradas en esas historias. Mi madre me ha contado y leído muchas de esas historias. Y cuando cumplí doce años, empecé a investigar más historias así: en las que el hombre-bestia no es el villano destinado a ser asesinado por el típico héroe humano.
—Descubriste las historias reales —dijo Elsa esbozando una sonrisa divertida.
—¡Exacto! —dijo Clarisse con hiperactiva alegría, mirando a Elsa y luego a Amitiel varias veces de forma rápida, mientras seguía hablando—. ¡Y fueron las mejores historias que leí y escuche en mi vida! Entendí que hay más en las bestias de lo que creen la mayoría de los humanos. Cuando conocí a la maestra Erzuli, supe que todo este tiempo era yo quien tenía la razón. Y por eso decidí que algún día ayudaría a un chico-bestia a lograr su final feliz.
—Entonces apareció Jofiel, quien curiosamente es un hombre-león, como el de la primera historia de un hombre-bestia con un final feliz que leíste —dijo Caroline armando el rompecabezas.
—No es por ofender, Clarisse, pero dudo mucho que ese león loco necesite un final feliz —dijo Angela estremeciéndose de solo recordar las sonrisas de lunático que hacía Jofiel al pelear, tanto en su forma bestia como humana.
—Al principio era eso. Pero conforme fui conociendo a Jofiel, descubrí un lado opuesto al salvaje y desquiciado. Él es alguien que desea aprender de otras culturas, luchar al lado de amigos en los que confiar, y proteger a quienes no pueden protegerse. ¡Además es respetuoso, agradable y carismático! No sé si llegaré a ser su compañera de por vida. Pero me gustaría intentarlo.
—¿Y si él no quiere ser un humano? —pregunto Erzuli.
—¡No me importa! —contestó Clarisse aún más feliz, abrazándose a sí misma y suspirando con ternura—. ¡Ahhh! ¡Será mucho mejor y maravilloso! Por algo las hembras de otras razas prefieren a los hombres-bestia que a los humanos varones, en contraste a lo que sucede con todas esas ridículas historias sobre héroes humanos idealizados y sobrevalorados.
—Trataría de cuestionarte. Pero si hasta las diosas y diablesas prefieren a los hombres-bestia, debes de tener un punto —dijo Angela sonriendo con sarcasmo y rascándose la frente, preguntándose si acaso ella era en realidad la única rara del grupo, por no sentirse atraída al instante por un hombre-bestia como las otras chicas.
https://youtu.be/HxcDZQoyer4
Mientras las doncellas del grupo Twilight Maidens tenía su charla, en la que compartían más información personal y profundizaban en su amistad, en el lado contrario del barco los jóvenes-bestia también se estaban relajando ahora que tenían un momento de paz.
Y su forma de relajarse era la misma que Caroline y Erzuli: entrenar como deportistas que están en la línea entre lo profesional y obsesivo.
Al igual que las doncellas, vestían para la ocasión: todos llevaban el mismo tipo de pantalón deportivo corto y holgado de color negro. Así que podía apreciarse cuánto habían madurado todos ellos. En comparación al día en que participaron en la prueba final de San Bestia, ganaron más definición muscular que les daba una apariencia más madura, pese a que todos ellos no pasaban de los 18 años.
Lejos de todos ellos estaba Raziel sentado en una silla al lado de una mesa redonda; el joven-leopardo había perdido el tinte amarillo de su cabello rubio, de manera que ahora eran visibles sus manchas negras agrupadas en rosetas. Además el color amarillo de su cabello liso, suave y grueso había ganado una coloración dorada oscura, que se asemejaba mucho más al de un auténtico leopardo.
En la mesa se encontraba abierto el maletín que les dio la maestra Tala Powhatan. En el maletín abierto flotaba un espejo rectangular, de marco color burdeos con líneas brillantes celestes que se conectaban a un pequeño cristal triangular en la parte superior.
Después de completar sus ejercicios, Raziel fue a probar el espejo transmisor, por orden de Miguel, para comunicarse con la estudiante de la maestra Tala Powhatan. Dentro del maletín había una nota con instrucciones sencillas sobre cómo usar el espejo transmisor.
A Raziel solo le tomó unos segundos entender el funcionamiento del artefacto, dibujo con el dedo índice izquierdo la palabra clave para encender el espejo mágico, y le pidió con amabilidad comunicarse con Nayeli.
Le tomó a Raziel cinco intentos tratar de comunicarse con la mujer-ciervo, debido a que en los primeros cuatro aparecieron las palabras en el vidrio del espejo las palabras "Llama más Tarde". Pero en el quinto intento el vidrio oscuro paso a mostrar un remolino blanco, el cual se despejo y mostró la cara de la mujer-ciervo.
La vista de la pantalla era demasiado cercana para mostrar la apariencia completa de Nayeli. Sin embargo, hasta donde podía verse, ella aparentaba ser una hermosa joven de apenas 18 años. Tenía los rasgos típicos de una mujer humana nativo americana, tal vez de la tribu Lakota o Algonquina. Su cabello estaba atado en una sola trenza, era liso y de color marrón oscuro con mechas blancas. Tenía los ojos de un llamativo color azul cielo, lo que significaba que en su forma bestia debían ser dorados como en la mayoría de las especies. Y su piel era de un tono bronceado.
Nayeli se emocionó mucho cuando su espejo transmisor se encendió; tal era su emoción, que a Raziel le costó mucho centrar su atención en el tema de las misiones, porque ella no paraba de hablar rápido sobre lo emocionada que estaba de trabajar con un clan oficial.
Para empezar, Raziel le pidió con amabilidad saber algún dato adicional acerca de las dos misiones; ya había terminado de leer la carta que les entrego Tala Powhatan, así que solo querían confirmar que no faltaba nada.
La mujer-ciervo adoptó una actitud seria, y empezó a hablar primero de la misión en el Reino de Albion. Pero no dijo nada relevante, aparte de la misma información que les dijo el maestro Yuda Uwais y sus esposas.
El único dato extra fue que se ha avistado la presencia de Atama en las cercanías del Reino de Corazones. Así que es casi una certeza que él podría aparecer en la inauguración de la entrada oficial al País de las Maravillas; lo más probable es que apareciese cuando la Princesa de Corazones hiciera acto de presencia.
Así que Raziel preguntó sobre la misión en Escocia. Y lo que Nayeli les dio fue mucha más información que tanto el joven-leopardo como el resto de su clan agradecieron.
https://youtu.be/VICF1rmTbvI
—Espera un segundo, veamos si entendí —decía Raziel con los ojos cerrados y agitando las manos en señal de alto, para luego volver a mirar el vidrio del espejo transmisor—. Los elfos encargados de investigar la anomalía en el lago de Escocia, capturaron vivo a una extraña criatura que parecía ser un extraño "eslabón perdido" entre la especie homo sapiens y la especie merrow (sirena). Lo cual significa que existe la posibilidad de que también salgan criaturas marinas inteligentes, como esos extraños simios inteligentes que vienen de ese mismo mundo.
—¡Sí! —dijo Nayeli desde el espejo transmisor con una enérgica voz y asintiendo con la cabeza—. Los elfos nombraron a la criatura. Pero es uno de esos nombres científicos raros de muy mal gusto. Ya me entiendes. Pero aquí entre nosotros, yo prefiero llamar a la criatura como el "Monstruo de la Laguna Negra" —dijo ella esto último de forma dramática y misteriosa, para luego sonreír con orgullo—. Lindo nombre, ¿verdad?
—Un poco largo —opino Raziel de forma respetuosa.
—Es más corto y fácil de decir que el que le pusieron los elfos. ¿O cómo lo hubieras llamado tú?
—Tal vez algo como "Gill-man".
—Oye no está mal ¡Tienes talento! ¿Cómo dijiste que te llamabas?
—Raziel, de la Tribu Leopardo de África.
—¿África? —repitió Nayeli con una obvia clara de confusión—. No es por ofender kitty-boy, pero tus rasgos no parecen muy de los nativos de esa tierra. Me recuerdas más a los mestizos entre europeos y nativos de mi tribu original. Tu cabello dorado oscuro y tus ojos azules refuerzan ese parecido.
—Es complicado. Pero la madre de mi padre era nativo americana, y el padre de mi padre era rumano. Y mi madre era hija de una humana británica y un hombre-pantera de la Tribu Yoruba.
—¡Wooh! ¡Tremendo globalismo tienes en tu sangre! ¡Je, je, je! ¿Eres de Latinoamérica? Escuche que ese tipo de mezcla étnica es bastante común en esas tierras.
—No. Soy de Estados Unidos.
—También lo explica. ¡Ja! Hoy en día en nuestra tierra hay muchos inmigrantes. Aunque no reciben muy buen trato, en comparación a los inmigrantes en Latinoamérica. ¿De cuál tribu era la madre de tu padre?
—En parte era Lakota.
—¡Ohh! ¡Tienes sangre Lakota igual que yo! ¡Es una coincidencia increíble! ¡Podríamos ser grandes colegas, claro siempre y cuando no me veas como un delicioso aperitivo! ¿Qué tipo de carne comen los leopardos? No recuerdo haber escuchado que en África haya ciervos.
—No pareces tener muchos amigos, ¿o sí? —dijo Raziel sintiéndose un poco incómodo por las preguntas personales de la mujer-ciervo.
—Pues... la verdad es que no —confesó Nayeli cambiando su expresión excesivamente alegre por una muy nerviosa y apenada—. Soy nueva en todo esto de bestias, clanes y tribus regionales. Diría que después de mi rito ya no puedo volver a ver a los amigos que tenía como humana, pero la verdad es que ni amigos humanos he tenido.
—Lamento oír eso —dijo Raziel rascándose la nuca y desviando la mirada por un segundo, empezando a compadecerse de la mujer-ciervo.
—¡Pero ahora somos amigos, ¿verdad?! —dijo Nayeli volviendo a su expresión alegre y enérgica—. Ya sabemos los nombres del otro. Conocemos nuestras tribus regionales. ¡Incluso compartimos algo de sangre Lakota!
—Claro —dijo Raziel sonriendo y encogiéndose de hombros—. Podemos ser amigos. Tampoco es que yo haya tenido muchos en realidad. Y mi clan no es precisamente el mejor grupo para conversar, sin terminar peleando cada dos o tres oraciones.
—¡Oye aguafiestas las peleas refuerzan la amistad! ¡¿No has oído que las mejores amistades inician a la primera golpiza mutua?! —grito Uriel.
—Aunque admito que me sacan algunas risas de vez en cuando. ¡Je! Y son peleadores extraordinarios —dijo Raziel casi riéndose por el comentario del draconiano.
—¡Ja, ja, ja! ¡Ya lo imagino! ¡Estoy ansiosa por empezar a trabajar con ustedes! —dijo Nayeli sonriendo con desbordante confianza y orgullo. Por su forma de hablar y actuar, parecía tener mucha autoestima, lo cual admiraba el joven-leopardo.
—Y yo también estoy ansioso por trabajar contigo, Nayeli —dijo Raziel sonriendo con emoción. Tal vez era su actitud pasiva, pero no podía negar que encontraba muy agradable a la mujer-ciervo.
Próximo capítulo: Familia del Niño Salvaje.
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