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Capítulo XXV: Amenazas de la Prehistoria

"El peligro se aproximo. Es preciso vigilar."

—Viaje al Centro de la Tierra, de Julio Verne.

https://youtu.be/L83nI8Py4qw

[Atlántico Sur del Domhan-Eile].

El barco Draco Wang navegaba junto al barco del maestro Yuda. Sabiendo que iba a ser una conversación larga, la tripulación de ambos barcos tomó una pequeña pausa para cerrar las velas y dejar caer un ancla, para mantener ambos barcos suspendidos uno cerca del otro. Los barcos llegaron a una zona de coral con suficiente nivel de profundidad donde los anclas pudieran aferrarse. Además había una pequeña isla cerca con muy pocos árboles y en apariencia deshabitado de cualquier tipo de criatura terrestre.

Luego de asegurar la estabilidad del barco, los jóvenes-bestia y las doncellas volvieron agruparse en el estribor para continuar la conversación con Yuda Uwais y sus esposas rudas. Esta vez el gato Kumal estaba con ellos; sentado cerca de los pies de Gabriel, atento a la conversación.

—Bien, ahora ¿decían algo sobre las misiones? —dijo Jofiel, queriendo ir directo al punto para saber la razón de la visita del maestro Yuda.

—Cierto, las misiones —decía Miguel frotándose la cara con una mano de modo frustrado—. No llegaremos a tiempo, ¿verdad?

—De hecho... se les concedió más tiempo —dijo Amy aguantando una risa, y confundiendo mucho a todos los jóvenes del Draco Wang—. En Escocia, uno de los elfos encargados de investigar la anomalía en el lago de monstruos todavía no llegó. Así que la investigación se retrasó hasta mañana.

—¿Tan importante es ese elfo como para retrasar una investigación muy importante? —pregunto Azrael incrédulo.

Yes, chico ninja —contestó Matilda con molestia, tras haber exhalado por la nariz una columna de humo luego de haber fumado su tabaco—. Aunque es un maldito hijo de puta arrogante discriminador chiflado y lleno de odio hacia la raza humana, es uno de los elfos más brillantes de esta época. Tanto que lo enviaron a la Sociedad Humana a mejorar la ciencia eléctrica, bajo el seudónimo de Nikola Tesla, en contra de su voluntad.

—Ay no... —se quejaron Gabriel, Caroline, Camael y Angela al mismo tiempo, mientras entrecerraban los ojos.

—A juzgar por sus reacciones, imagino que ya lo conocieron —dijo Amy llevándose los dedos de la mano derecha a la boca para aguantar otra risa.

—Por desgracia —contestó Azrael, también sintiéndose disgustado por tener que volver a ver a aquel elfo.

—Esa es la misión de reconocimiento sobre la anomalía en ese lago de Escocia. ¿Qué hay de la otra misión? —preguntó Miguel, queriendo ir directo al punto pues quería saber si aún tenía tiempo de completar tan importantes misiones.

—La inauguración del primer puente entre el País de las Maravillas y el Domhan-Eile, también se retrasó —explicó Yuda sonriendo con humor divertido—. La hija de la Reina de Corazones se sentía muy enferma hoy, y rápidamente pospusieron cualquier evento programado hasta el siguiente día.

—Increíble el drama que montan solo por el malestar de una princesa —dijo Camael.

—Es la única hija de la Reina de Corazones —decía Amy ahora un poco más seria—. Es el futuro de su reino y el último legado de su familia. Si algo le pasa, su reino se desmoronaría y caerán los pilares que mantienen el poco orden en su mundo. Por eso la reina ha maximizado la seguridad para evitar más escapes de la princesa.

https://youtu.be/I89JuVuhi1k

—Según dijo un hombre-conejo blanco al servicio de esa loca amante de la decapitación, la princesa tiene la costumbre de escaparse para ir a ver a un salvaje hombre-tigre dientes de sable —dijo Matilda con humor divertido, para luego tomar otra bocanada de su tabaco.

—¿Se escapa para ver a un hombre-tigre dientes de sable? —pregunto Remiel abriendo mucho los ojos, sospechando que la posible candidata a ser pareja de su amigo eniyamotekun ya le "pertenece" a otro hombre-bestia. Aunque el resto de sus amigos, incluyendo Raziel, estaban más sorprendidos por el hecho de saber que existía ese tipo de bestia.

—¡¿Qué acaso las bestias smilodon no se extinguieron?! —preguntó Miguel con incredulidad.

—Al parecer no. Los rumores apuntan a que hay uno en el País de las Maravillas —decía Tala con indiferencia en su voz y cara—. Fue visto junto con la Princesa de Corazones en más de una ocasión. Y todas fueron durante la noche.

—Uf. ¿Y cómo no hacerlo? Yo también haría una escapada nocturna con mi hombre-tigre para un encuentro al puro estilo de la selva —dijo Amy con un notable sonrojo y mordiéndose el labio inferior, apenando al mencionado baghatma malayo.

—¡También me parece muy romántico! —dijo Clarisse juntando las manos cerca de su mejilla izquierda—. Un salvaje hombre-tigre dientes de sable venido de la Era de Hielo, y una feroz princesa de un reino semejante a la época medieval. ¡Que emoción!

—¡Ejem! Como les decíamos —decía Yuda tocándose el entrecejo un momento antes de volver a mirar a los jóvenes bestia—, el punto es que la inauguración fue retrasada y la reina ha reorganizado todo, en caso de que apareciera el hombre-smilodon queriendo ver a la princesa.

—¿Es peligroso ese hombre-bestia primitivo? —preguntó Rafael, sintiéndose nervioso con la idea de enfrentar a ese tipo de bestia.

—Según el maestro Ezequiel, este hombre-smilodon no es malvado —explicaba Yuda—. Algo que necesitan saber de él, es que hace unos años llegó a nuestro mundo. Fue avistado en diferentes regiones de Asia, y luego desapareció sin dejar rastro. Antes de desaparecer, fue encontrado por Ezequiel en el Himalaya. Ezequiel no percibió intenciones malvadas en el hombre-smilodon. Pero antes de descubrir cómo llegó a nuestro mundo, el hombre-smilodon se marchó y no fue visto de nuevo.

—¿Y cómo saben que es el mismo que está con la princesa? —preguntó Miguel.

—Porque las descripciones del hombre-smilodon que está con la princesa concuerdan con las del que vino a nuestro mundo —respondió Tala—. Y además, la princesa lo llama de la misma forma en cómo él se refería a sí mismo cuando el maestro Ezequiel le preguntó su nombre. Aparentemente, su nombre es Atama.

—Entonces, ¿Cuáles son las órdenes, en caso de que nos topemos con este Atama? —pregunto Azrael.

—Como misión secundaria, deben intentar entablar una alianza con él —respondió Yuda—. Será una valiosa ayuda para tratar con los animales prehistóricos que llegan a nuestro mundo. También nos ayudaría a conocer más sobre el mundo del que provino, para así evitar que otros lleguen a ese mundo, o más criaturas de allí lleguen al nuestro.

—No sé por qué presiento que no será fácil —dijo Uriel rascándose la mejilla derecha.

—Temo que no. Según el reporte del maestro Ezequiel Norris, existe la posibilidad de que Atama sea casi tan fuerte como él en términos de fuerza bruta —dijo Yuda, dejando en shock a todos los jóvenes-bestia y doncellas—. Así que les recomiendo no buscar razones para enfrentarlo, al menos no sin mí.

—¿"No sin usted"? ¿Eso quiere decir que vendrá con nosotros a Avalon? —pregunto Jofiel sorprendido y emocionado con la idea.

—Será solo en caso de que aparezca Atama y suceda algo que lo haga descontrolarse —decía Yuda, todavía con una actitud seria que dejaba en claro la delicadeza de la misión—. En cuanto al resto, ustedes estarán solos.

—En el Reino de Albión se encuentra una de mis estudiantes —dijo Tala, para luego dirigir la mirada hacia la hechicera pelirroja y asentir con la cabeza.

https://youtu.be/VICF1rmTbvI

En respuesta al gesto, Amy levantó la mano izquierda y chasqueó los dedos. Con esto invoco un Círculo Mágico verde frente a ella, con grabados y símbolos de origen celta, en el cual introdujo el brazo derecho y, como si se tratara de un inventario invisible, sacó un maletín pequeño. El Círculo Mágico desapareció entre partículas verdes un segundo después.

—Su nombre es Nayeli, de la Tribu Ciervo de Norteamérica —decía Tala, volviendo a dirigir la mirada hacia los jóvenes bestia—. Ella será quien los guíe en la misión de Avalon. Si tienen alguna duda, pueden comunicarse con ella por medio de este Espejo Transmisor —Tala señala la maleta que Amy invoco—. También agradecería mucho que la dejen unirse al clan de ustedes, al menos durante esta misión. Es una de mis estudiantes más nuevas y prometedoras, pero necesita experiencia antes de unirse a un clan oficialmente.

—¿Todavía no está inscrita en un clan? —preguntó Rafael sorprendido por ese dato.

—No. Fue hace poco que paso el rito para convertirse en bestia. Y todavía está aprendiendo sobre cómo ser parte de nuestra raza —explicaba Tala, todo el tiempo manteniendo un semblante serio, aunque hablaba como una auténtica mentora—. Tengan paciencia con ella. Si quieren, pueden aceptarla como parte del grupo de hembras que los acompañan a ustedes —Tala se fija en el grupo Twilight Maidens—. Además, Nayeli tiene algo de experiencia en carpintería y sastrería, así que les puede resultar útil para reparar su barco.

—Claro, no tendremos problemas en aceptar a una nueva compañera en nuestro equipo —dijo Raven sonriendo y asintiendo con la cabeza en señal de confianza y aprobación—. Mientras más seamos, menor serán las posibilidades de fallar.

—Estoy de acuerdo. Aún somos muy inexpertos en todo esto. Así que necesitaremos mucha ayuda para asegurar el éxito de nuestras misiones —decía Miguel también sonriendo con confianza.

—Y también necesitaremos más mano de obra para nuestro nuevo barco —decía Uriel volteando la mirada para ver su querido barco.

—Otro importante datazo, niñatos —decía Matilda, terminando de exhalar humo de su tabaco por la nariz—. Cuando lleguen a la isla mágica, prepárense para una posible "fiesta" de balas, explosiones y guerreros de terracota.

—¿Por qué? —preguntó Miguel frunciendo el ceño, teniendo un mal presentimiento de esa advertencia.

—Porque tal vez conozcan a un traicionero hijo de puta, que conozco muy bien —decía Yuda adoptando un semblante molesto, que preocupó a los jóvenes bestia—. Es un emperador que vendió a su propia gente por fama y poder. Aunque la Sociedad Sobrenatural lo conoce como el Rey Demonio Dorado, la historia humana lo conoce como Qin Shi Huang.

https://youtu.be/h6iWlDZjaTg

El ambiente entre ambos barcos se había llenado de tensión, al revelarse las posibles amenazas adicionales que enfrentaría el clan Nightfall Angels en su misión en Avalón.

Existía la posibilidad de luchar contra un hombre-tigre dientes de sable, cuya fuerza bruta era casi comparable a la del mismísimo Ezequiel Norris, y era sobreviviente de un mundo lleno de amenazas prehistóricas. Y también existía la posibilidad de que tengan que luchar contra nada más ni menos que el perverso y sanguinario histórico emperador Qin Shi Huang.

El maestro Yuda Uwais les explicó que algunos turistas han visto guerreros de terracota en una isla cercana a Avalon; eran soldados creados por la magia del emperador Qin Shi Huang. Y el hecho de que estén activos, implica que él sigue con vida, y es posible que se encuentre en el Domhan-Eile. 

Y que esté tan cerca de Avalon, justo cuando está por abrirse la primera entrada pública hacia el País de las Maravillas, no podría ser una coincidencia.

Jofiel cuestionó el hecho de que no hayan cancelado el festival, sabiendo que hay rumores sobre una amenaza tan grave como el malvado emperador chino. Pero Yuda les dijo que esa es la razón por la que el festival sigue en curso: eran solo "rumores". No podían hacer nada hasta tener pruebas sólidas de que Qin Shi Huang estaba cerca de Avalon y planeaba algo contra el Reino de Albion.

Todo lo que podían hacer por el momento, era apostar por la intervención de los miembros de San Bestia que fueron enviados como guardias para proteger la isla. Y entre los guardias obviamente estaba el clan Nightfall Angels.

—Eso es todo lo que necesitaban saber —dijo Tala estando cruzada de brazos y todavía con un semblante frío, luego de que Yuda finalizara la explicación sobre las nuevas amenazas a las que se iban a enfrentar los jóvenes bestia—. El resto de la información está en el mensaje escrito que les entregue hoy en el restaurante MacDarren. También consultar más información con mi estudiante cuando hablen con ella por el espejo transmisor.

—Bien, ahora que ya terminaron de compartir los datos extras, ¿podrían hacernos un favor? —decía Miguel tratando de controlar su molestia interna.

—Depende del tipo de favor —dijo Matilda a secas, guardando los restos de su tabaco en una caja de metal pequeña, y luego guardar dicha caja dentro de su chaqueta.

—Por si aún no se han dado cuenta, hace poco fuimos atacados —decía Miguel, poco a poco mostrando lo molesto que estaba de recordar a Mabel y su tripulación.

—¿Por quién? —pregunto Yuda levantando una ceja.

—¡Por piratas humanos! ¡Malvados y feos piratas humanos! —decía Remiel con una sonrisa nerviosa, antes de que Miguel nombrara a la mujer-gata británica y su clan—. Los dejamos muy atrás cuando huimos. Así que no esperamos volverlos a ver. Y también es probable que hayan escapado. Pero aun así, ¿serían tan amables de estar atentos, por sí volvemos a ser atacados durante nuestro viaje?

—Ustedes deberían resolver sus problemas por su propia cuenta durante sus misiones. Pero si se trata de criminales muy peligrosos, mi tripulación y yo nos haremos cargo —dijo Yuda frunciendo el ceño y teniendo un tono cruel, lo cual estremeció de temor al kitsune.

—¡Muchas gracias sensei! —dijo Remiel inclinando el torso hacia adelante un par de veces en señal de gratitud.

—Al contrario, soy yo quien debe agradecerles —decía Yuda con una pequeña sonrisa, mientras fijaba la mirada en el joven baghatma—. Como harimau jadian, es una auténtica bendición para mí estar en presencia del avatar del rey y progenitor de mi pueblo.

—Si quieres un autógrafo del Rey Tigre podemos negociar un precio —decía Uriel con una mano en la barbilla y la otra debajo del codo, como si tratara de imitar a un hombre de negocios—. Aceptamos francos, monedas doradas y dólares. Pero el cincuenta por ciento debe ser por adelantado.

—Uriel, ¿Estás tratando de aprovecharte del estatus de Gabriel, como avatar de Rudra, para negociar su firma con un maestro de San Bestia? —preguntaba Azrael incrédulo de lo que acaba de escuchar.

—Ciertamente lo está haciendo —dijo Matilda casi riéndose, mientras Amy se reía a carcajadas fuertes, Tala ladeaba la cabeza a los lados y Venus sonreía con diversión.

—Dragones. Solo ignórelo por favor, maestro Yuda —decía Miguel sonriendo con vergüenza y apretando los puños para tragarse las ganas de estrangular al draconiano rojo.

—¡Je, je, je! ¡No hay problema, al contrario me divierten mucho! —decía Yuda sonriendo y agitando una mano en señal de despreocupación.

—Sí, nuestro esposo no es un aguafiestas frío como la "pocahontas loba", o sea Tala —dijo Matilda con humor divertido.

—Que graciosa estas hoy, Matilda —contesto Tala frunciendo el ceño con molestia, mientras la vaquera castaña se reía.

Por otro lado los jóvenes-bestia y las doncellas notaron que, de la puerta del puente de mando, salieron otras dos mujeres muy peculiares. 

https://youtu.be/7SPnSGJwbm4

La primera era una elfa luminosa que se asemejaba a una humana rusa de 18 años. Y por lo tanto, aparte de sus largas y puntiagudas orejas, tenía la piel clara con algunas marcas delgadas de color blanco en forma de rayas. Ojos de color ámbar. Y cabello liso de color rojo con degradado dorado en las puntas, corto hasta la barbilla y atado en un par de coletas.

Como cualquier elfo femenino, su cuerpo era delgado y atlético con pechos pequeños, de modo que se destacaban sus caderas esbeltas. Y como ropa llevaba un ajustado y flexible uniforme blanco con falda corta y pantalones, que incluía botas, brazales, cinturón y hombreras de cuero. En su espalda colgaba un carcaj lleno de flechas, y tenía sujetado un arco de madera dorada adornada con grabados nórdicos y un rubí redondo en el centro.

La segunda mujer también era una elfa, pero de especie oscura y de estatura más alta que Yuda por unos pocos centímetros. Así que se asemejaba a una humana sueca de 30 años, pero su piel clara era de un tono rosado con algunas marcas negras que parecían tatuajes tribales. Ojos de color azul intenso. Su cabello liso le llegaba hasta las caderas como una cascada, era de un color plateado y estaba atado a la mitad en dos largas coletas bajas. Como todas las elfas ella era delgada, pero a diferencia de la mayoría tenía pechos grandes y muslos voluminosos, resaltados por su cadera estrecha, dándole una apariencia demasiado madura y voluptuosa para ser una elfa.

Tenía un vestido de color negro, que podría llevar una princesa nórdica. Carecía de mangas y tenía bordes morados, un amplio escote, un par de cortes que mostraba sus largas y voluptuosas piernas, y otro corte que mostraba su estómago tonificado. También llevaba tacones bajos igual que Venus, y portaba en su dedo angular izquierdo un anillo plateado de intrincado diseño nórdico con el símbolo azul de una media luna.

—Adivinare: ¿ese par de hermosas bellezas nórdicas también son esposas de este maldito baketora malayo suertudo? —pregunto Remiel entrecerrando los ojos.

—Sí —contestó Camael con indiferencia—. La elfa pelirroja es Merida, segunda esposa de Yuda, sobrina de Ezequiel Norris, y antigua líder de la élite del ejército de los elfos luminosos, la Guardia del Sol. Y la elfa de cabello plateado es Hrist, tercera esposa de Yuda, Sacerdotisa de la Luna del pueblo de los elfos oscuros, y pariente lejana de Ezequiel Norris por parte de Absalon Khan.

—No es por querer juzgar, pero la elfa oscura luce demasiado... voluptuosa para ser una elfa —susurro Angela al oído de Camael.

—Algunas elfas desarrollan cuerpos así —explicaba Rafael, habiendo escuchado el comentario de la harpía cisne—. Al igual que sucede con los enanos, los elfos también tienen su propia belleza. Para ellos una hembra hermosa es una mujer delgada con pechos pequeños y caderas poco esbeltas. Por eso las elfas con cuerpos voluptuosos tienen problemas para conseguir pareja entre su raza, así que muchas buscan a una bestia varón. A las elfas les agrada mucho los hombres-bestia, sobre todo los felinos por su relación con la Reina Gata Freyja.

—Y a diferencia de las ridículas historias humanas, en realidad las elfas suelen sentir asco y repulsión por los humanos varones —agregó Camael—. Pues los ven de la misma forma en como un humano ve a un simio u otra especie humana más primitiva.

—Eso explica muchas cosas, y estoy de acuerdo con ellas respecto a los humanos varones —decía Angela sonriendo al final con diversión.

Como sucede con los enanos, los elfos se asemejaban de cierta manera a los humanos de ascendencia europea, principalmente rusos y suecos. Pero tenían la particularidad de ser un poco más altos que los humanos promedio, y todos tenían cuerpos delgados, flexibles y ágiles como criaturas herbívoras adaptadas para escapar de depredadores. Lo cual era cierto, dado a sus orígenes y lo que eran antes de dividirse entre elfos del sol y la luna.

Por eso las elfas suelen tener cuerpos muy delgados, más bajos que los varones de su raza y con atributos femeninos poco desarrollados. Mientras los elfos varones, aunque pueden ganar mucha definición muscular, no pueden conseguir tanta masa muscular como los varones de las razas bestia y humana. Ya que sus cuerpos están desarrollados para ser más veloces y flexibles que fuertes y robustos, sobre todo las hembras.

—Dios mío. Parece que los hombres-bestia son los más cotizados en las elecciones de pareja entre las hembras de todas las razas —comentó Angela estupefacta de todo lo que estaba descubriendo ahora sobre las bestias.

—Ni que lo digas. Muchas hembras aristócratas de la Sociedad Sobrenatural ofrecen una fortuna solo por conseguir un hombre-bestia —dijo Jofiel tapándose la cara con una mano por obvia vergüenza.

—Me suena a que lo dices por algo, ¿no? —dijo Azrael sonriendo un poco.

—En ocho ocasiones, algunas elfas y hadas me han ofrecido más de mil monedas doradas por pasar una noche con ellas —contestó Jofiel—. Obviamente me rehusé, primero porque yo todavía no había alcanzado la madurez sexual, y segundo porque prefiero conocer mejor a una hembra antes de aparearme con ella.

—Ahora entiendo por qué antes Amitiel y su madre no me dejaban visitar este mundo —dijo Uriel riéndose un poco.

https://youtu.be/LtEYgrmW2to

—¡Hola, hola, hola chicos y chicas, bellas y bestias o lo que sean ustedes! —dijo Merida con una amplia sonrisa, y agitando las manos en señal de amigable y cálido saludo a la tripulación del Draco Wang, mientras se dirigía hacia Yuda dando pequeños brincos alegres y enérgicos.

—Buenas tardes —saludo Hrist de forma educada a la tripulación del Draco Wang, dirigiéndose una breve mirada inexpresiva antes de fijar los ojos en Yuda y sonreír un poco, como si solo su marido fuese digno de su atención. Y en contraste con Merida, caminaba con el cuidado, la serenidad y disciplina de una mujer de la realeza.

"Joooder. Al menos la elfa luminosa parece amigable y tierna. La elfa oscura luce como si todo le valiera mierda, a excepción de su marido", pensó Uriel con una ceja levantada y una sarcástica sonrisa, estupefacto por el tan opuesto saludo del par de elfas.

—¿Ya ingresaron las coordenadas? —pregunto Yuda al par de elfas, después de que éstas terminaran de llegar hasta él.

—Sí, mi amor. Y los motores están listos —dijo Hrist de forma respetuosa, con una pequeña sonrisa y los ojos brillando de adoración, respeto y amor hacia el baghatma malayo.

—¡Podemos recorrer kilómetros en pocos minutos y sin inconvenientes! ¡Solo da la orden, "Tiger-Captain"! —dijo Merida con desbordante alegría y parándose firme con exageración.

—En ese caso ya podemos partir —dijo Yuda sonriendo con notable emoción, y luego dirige la atención en la tripulación del Draco Wang—. Bueno, aquí nos despedimos. Como les dije, mi tripulación y yo seremos sus refuerzos. Así que, en caso de que todo se salga de control, nos volverán a ver pronto.

—Entonces, hasta que nos volvamos a encontrar, maestro Yuda —dijo Miguel serio y asintiendo con la cabeza.

—Gracias, muchas gracias por la ayuda, maestro Yuda Uwais —dijo Raziel con total respeto y sonriendo con inocente felicidad.

—¡Ja! Al contrario, ¡soy yo quien debería agradecerles! —dijo Yuda riéndose un poco, para luego girarse y mirar la bandera de su barco—. Hace muchos años el universo me concedió la bendición de la libertad. Y la use para viajar más allá de mi isla natal, navegar mares desconocidos y explorar los confines del Mundo Mortal. Conocí escorias que odie con todo el alma. 

»También conocí a grandes oponentes que se convirtieron en mis mejores amigos —dicho esto, Yuda paso a mirar a sus esposas y las otras mujeres en su barco—. Y en algunas tierras, conocí a hembras valientes, inteligentes y fuertes que eligieron seguirme en mis aventuras, formando un equipo inspirado en grupos de hembras guerreras como las Valquirias, las Amazonas y las Brujas.

"Similar a nosotras que formamos equipo para ayudar a Miguel y su clan", pensó Raven sorprendida de ese curioso paralelismo.

—Pero el día en que fui ascendido a maestro de la Sede India de San Bestia, marcó el fin de mis aventuras y el inicio de mis responsabilidades como guardián de todo un territorio. A veces extrañaba volver a tener una aventura con mi familia. Entonces de un evento trillado en Cerdeña, apareció cierto clan surrealista —Yuda fija la mirada en el clan Nightfall Angels—, y se me concedió la oportunidad de subir una vez más en mi amado barco, y navegar junto con mi tripulación a una emocionante aventura. Por eso, estoy agradecido con ustedes.

—De nada. Estamos bien con que nos dé las gracias. Pero también no estaría mal unas cuantas monedas como agradecimiento —dijo Uriel con una sonrisa orgullosa. 

—Uriel... —dijo Miguel tapándose la cara con una mano por vergüenza.

—¡Ja, amigo por una vez en tu vida no seas tan humilde y aprovecha las oportunidades! —dijo Uriel entre risas a Miguel, quien solo suspiro con cansancio.

—Antes de irnos, les recomiendo que den la vuelta al norte —dijo Yuda también riéndose un poco, y luego señala la dirección de la proa del Draco Wang con la mano izquierda por unos segundos—. Si siguen en esta dirección, acabaran llegando al Continente de las Sombras. Y créanme que no querrán ir allí. Pero si miran el mapa de navegación de su barco sabrán las coordenadas exactas de la isla de Avalon y no se perderán.

—Genial. Solo tengo que terminar de leer el maldito manual para saber cómo cojones veo el mapa de navegación —dijo Uriel desviando la mirada, entrecerrando los ojos y sonriendo con sarcasmo.

—En ese caso será mejor que empieces ya. Este mundo es más grande que el nuestro. Y sus mares son más peligrosos —dijo Yuda—. Selamat tinggal.

—¿Qué? —pregunto Elsa confundida.

—Él dijo "hasta pronto" en malayo —explicó Gabriel todavía estando de mal humor.

—¡Buena suerte en sus aventuras! —dijo Merida con desbordante optimismo.

—No mueran —dijo Hrist con indiferencia.

—¡Hasta que nos volvamos a ver niños! ¡Gracias por las risas! —dijo Amy con alegría risueña mientras agitaba una mano en señal de despedida.

—Sigan haciendo locuras, niñatos, que solo se vive una vez —dijo Matilda con una sonrisa orgullosa.

—Sean cautelosos, estén alerta a cualquier posible amenaza, y por favor cuiden de mi estudiante Nayeli —pidió Tala con notable preocupación en su mirada.

—¡Pero sobre todo tengan mucho cuidado! —dijo Venus con una mirada preocupada que la hizo lucir bastante tierna.

—¡Adiós y gracias por los consejos! —dijo Clarisse agitando una mano, cerrando los ojos y sonriendo en grande con dulzura.

Luego de despedirse, la tripulación del barco de Yuda elevo el ancla, desplegó las velas y reanudó su navegación. Su barco avanzó mientras hacía una suave y asombrosa maniobra para girar en dirección al norte, y se desplazó hacia adelante, poco a poco ganando una velocidad que se consideraría anormal en un barco de esa época.

En cuestión de segundos se encontraban a cientos de metros lejos, y Uriel no pudo evitar elogiar tan maravillosa forma de manejar ese barco; era claro que la tripulación de Yuda tenía talento y experiencia de sobra. Miguel estuvo de acuerdo con Uriel. Además Rafael comento que ya estaba ansioso por ser una tripulación tan genial como la de Yuda.

—¿Saben qué, montón de salvajes? Apoyo la emoción y todo sobre ser una tripulación legendaria —decía Angela con un sarcasmo más que obvio—. ¿Pero qué tal si lo discutimos de camino a una isla habitada y segura?

—Sí. Por esta vez fuimos afortunados de que el barco que nos seguía era del maestro Yuda. Y prefiero que nos larguemos de aquí cuanto antes —dijo Camael cruzándose de brazos—. Lo digo porque con nuestra suerte habitual, en cualquier momento podría salir un monstruo marino.

—Eso ya es una exageración —dijo Uriel frotándose la cara con ambas manos y resoplando un poco—. Sé que en este mundo son más habituales los ataques de monstruos marinos que en el nuestro. Pero en serio, las probabilidades de que justo ahora nos ataque uno son...

https://youtu.be/8hTD7stXeLI

Antes de que el draconiano rojo terminara su frase, de repente el barco comenzó a agitarse un poco. Y a unos cuantos metros frente al estribor del Draco Wang, donde se encontraban todos reunidos, emergió una serie de ocho tentáculos gigantes, junto con la enorme cabeza de una criatura semejante a un pulpo. Pero de color negro con ojos rojos, cabeza triangular con protuberancias filosas, y su boca eran fauces llenas de dientes filosos como el de una criatura humanoide.

—Uriel... ¿decías algo de las probabilidades? —pregunto Camael cerrando los ojos, apretando ambas manos con lentitud, y suspirando para calmarse, ya que estaba más furioso que preocupado por la criatura marina.

De hecho los demás habían quedado boquiabiertos de la sorpresa por la aparición del monstruo marino. Y un segundo después, algunos entraron en pánico total.

—¡Un monstruo marino! —grito Clarisse del terror mientras se refugiaba detrás de Jofiel.

—¡Un calamar gigante! —grito Elsa palideciéndose del miedo y el asco.

—¡Un pulpo demonio! —exclamó Angela horrorizada y sujetándose la cabeza con ambas manos, mientras su cabello se erizaba por los nervios y el terror.

—¡Un kraken nórdico! —exclamó Amitiel asustándose tanto que se recuperó por completo de su estado de colapso psíquico.

—¡Un almuerzo gratis! —dijo Uriel con los ojos muy abiertos y una gran sonrisa que mostraba sus dientes de dragón—. ¡Chicos preparen la olla y la sartén; hoy comeremos pulpo cocido, enriquecido con pimentón, bañado en salsa picante con sal y aceite de oliva, y acompañado con empanadas y patatas fritas!

"Este dragón de seguro es pariente de gallegos", pensaron Camael y Angela entrecerrando los ojos, incrédulos de lo que acababan de escuchar.

—¡No seas idiota Uriel! —exclamó Gabriel mientras daba un paso al frente, extendía las garras y sonreía emocionado con la mirada fija en el kraken—. ¡Primero tenemos que rebanarlo en pequeños trozos y reservar algunos pedazos para rellenar las empanadas!

«¡Yo quiero pedazos triangulares!», maulló Kumal subiéndose al barandal gruñendo y erizando el pelaje de su espalda, mientras mostraba las garras y los dientes, dispuesto a enfrentar al kraken.

—¡Y la miel, no olviden la miel! ¡Seguro sabrá delicioso con un toque dulce! —dijo Rafael dando un paso al frente, también extendiendo sus filosas uñas y sonriendo emocionado por cazar al kraken.

—¡Esperen un momento antes tienen que consultar conmigo; conozco otras recetas en las que la carne de pulpo encajara muy bien! —dijo Remiel igual de emocionado y dando un paso al frente con su katana desenvainada.

—¡Yo igual! ¡Conozco algunas recetas italianas y persas que encajaran bien! —dijo Jofiel extendiendo las garras y sonriendo como un desquiciado.

—Bueno, no puedo quejarme. Como dijo un viejo y conocido refrán de bestias europeas —decía Miguel avanzando un paso, relajado a comparación de los anteriores jóvenes bestia—: si la vida te da un pulpo, hazte un pulpo a la gallega.

—Jamás he comido un pulpo. Pero reconozco que este luce muy delicioso —dijo Azrael con una mano en la barbilla, analizando al kraken.

—¡Yo también estoy emocionado por probar la carne de pulpo por primera vez! —dijo Raziel feliz y emocionado de forma casi infantil.

—Ustedes sí que están enfermos, amigos. Pero bueno, a mí también me apetece pulpo a la gallega —dijo Camael encogiéndose de hombros y sonriendo un poco.

"No puedo creer lo que estoy escuchando... ¡estos salvajes son monstruos mucho peores!", pensaba Angela tan atónita y boquiabierta, que su mandíbula podría caer al suelo y sus ojos salirse de sus cuencas. Por otro lado Raven, Caroline y Erzuli se estaban riendo a carcajadas por los comentarios de los jóvenes-bestia, mientras que Clarisse, Elsa y Amitiel se relajaban al saber que todo estaba bajo control.




Próximo capítulo: Viaje al Reino de Albión.

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