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Capítulo XXIX: La Prueba del Cazador

"Y Dios dijo: produzca la tierra seres vivientes según su especie: bestias, serpientes y animales..."

—Génesis capítulo 1: 24.

https://youtu.be/Jn78behq2ew

[Sede Principal de San Bestia: Sala de Entrenamiento del Segundo Piso]

—¿Alguien más tiene un mal presentimiento sobre esta prueba? —comentó Uriel, un tanto nervioso y preocupado.

Los jóvenes-bestia, luego de completar el formulario para su inscripción como clan del gremio San Bestia, fueron al ala norte del segundo piso de la sede, a lo que parecía la entrada a un teatro, puesto que las puertas a la mencionada sala de entrenamiento eran dobles y en extremo altas. Y tal como dijo Auguste, cerca de la entrada había un vestidor, con diferentes tipos de uniformes deportivos; tales como camisas sin manga y pantalones cortos y largos, todas de color blanco con el símbolo del gremio, y hechas de un material bastante flexible para mayor libertad y comodidad.

Los jóvenes-bestia eligieron los pantalones cortos, en caso de tener que transformarse (cosa que dudaban todos menos Uriel y Remiel, porque aún era de día). Sin embargo Remiel eligió los pantalones largos, dado a que su forma bestia era más humana que la de sus compañeros, además de que llevaba en el cuello un colgante con el símbolo del dharmachakra budista.

Después de ponerse los uniformes de entrenamiento, entraron a la sala de entrenamiento, y quedaron sorprendidos de ver cómo era: más que una sala, parecía la gigantesca arena de un coliseo romano, aunque con el suelo hecho de un extraño material blanco, parecido al concreto. Incluso tenía algunas gradas alrededor, con cuatro habitaciones especiales, donde dentro podía verse mejor la arena. Pero tenía techo, y en el mismo, se encontraban instalados enormes farolas con cristales celestes, como los que había en la sede mexicana de San Bestia.

El grupo estaba en medio del lugar, contemplado todo el establecimiento, y lo tan parecido que era a un verdadero coliseo romano. Sin embargo, lo que más les llamaba la atención, era los cristales en el techo.

—Obvio sí —dijo Azrael con suma seriedad, respondiendo a la pregunta retórica del joven-dragón, mientras veía junto a los demás aquellos extraños cristales—. Esos son Diamantes Lunares, originarios del Alfheim. Absorben la energía lunar, para alimentar los bosques de la tierra de los elfos oscuros durante la noche. Pero además de ese bosque, otros agentes externos pueden extraer esa energía; como nosotros, las bestias nocturnas.

Yare, yare daze. En pocas palabras, ustedes los noctámbulos pueden transformarse aquí, aunque afuera es de día —dijo Remiel un poco nervioso, porque también tenía un muy mal presentimiento.

—Exactamente.

Confirmo lo dicho por el joven-kitsune no otro más que Auguste, quien se dirigía hacia ellos, a paso rápido, desde otro extremo de la arena.

—Disculpen el haberme tenido que ir así. Pero necesitaba asegurarme de que la sala estuviera disponible —dijo Auguste con un poco de pena, y extiende su mano derecha, para que el grupo le entregará los formularios; cosa que ellos van haciendo.

—No hay problema Sr. Grimm —respondió Miguel con amabilidad. Luego entrega su formulario—. Por cierto, ¿Podemos saber qué tipo de prueba es está?

—Se podría decir que es una combinación de prueba física y prueba psicológica —respondió Auguste sarcásticamente.

Entonces, los jóvenes-bestia notan que en las gradas empiezan a aparecer algunas personas, por medio de las distintas entradas; eran cazadores de distintas edades y regiones. Pero lo que sorprendió inmensamente al grupo, fue ver que entre el público, había alguna que otra cara conocida para ellos.

En una de las gradas, entre diferentes miembros de la sede, estaba nada más ni menos que el par de alemanes, que escoltaron a Auguste a la India y a Noruega, para buscar al joven-tigre y al joven-oso respectivamente. Y con ellos estaba también el maestro de Camael, José Santos. Y no solo eran ellos: también estaba Bill Kane y su esposa en otro extremo de las gradas. Parecía que varios de los conocidos estaban allí. Y no solo estaban personas que ellos conocían; en una de las habitaciones personales de las gradas, también estaba una persona conocida.

[Habitación VIP N1]

La habitación parecía una sala de estar; delante tenía una inmensa ventana con buena vista a la arena, y en ambos extremos de la misma, yacía un espejo mágico flotante, por el que se veía diferentes ángulos de la arena, para mejor visión panorámica. En cuanto al contenido de la habitación, en total se encontraban seis sofás repartidos por el lugar, con una mesa redonda en medio, y frente a la ventana había cuatro sillones; en una de ellos estaba sentada Mary, contemplando asombrada la arena y el establecimiento.

Para que no se aburriera en esperar su entrevista con el líder del gremio, se le concedió a Mary la opción de ir a las gradas para ver el combate de entrenamiento. Ella obviamente acepto, no solo para evitar el aburrimiento, sino también para ver bestias en su verdadera forma, y sobretodo, ver el poder del líder de San Bestia.

https://youtu.be/SxThZpslbhE

—Debe de sentirse afortunada, señora Darling.

Mary se sobresaltó un poco al escuchar una voz, de tono orgulloso e imponente, detrás de ella. Y cuando miro detrás de sí, se tensó un poco al ver al extraño individuo en la habitación.

Era una mujer irlandesa que parecía rondar cerca de los 26, o quizás los 27 años. Pero lo que la hacía inquietante, eran algunas de las características suyas; empezando por sus ojos totalmente negros, cuyo iris era un rojo escarlata, que combinaba con su labial rojo. Su cabello era de color negro, además de liso, corto hasta por debajo de la barbilla y ondulado en las puntas. Pero eso solo destacaba aún más el par de pequeños cuernos puntiagudos —igualmente negros—, que estaban encima de su cabeza.

Al contrario que muchas personas en la sede, llevaba puesto un vestido, que podría considerarse inapropiado para los estándares de la sociedad moderna; era un vestido negro gótico bastante revelador, al grado de mostrar mucho de su cuerpo delgado, maduro y voluptuoso, y su piel anormalmente blanquecina (casi grisácea), debido al enorme escote en su pecho, mangas grises semitransparentes, y un corte triangular en la falda, que daba buena vista de su pierna derecha. Además, si ya de por si ella era alta (cerca de 1, 81 m), los tacones negros que traía le daban unos centímetros extras de altura.

—No muchos nuevos visitantes tienen la oportunidad de ver como es una pelea en la selva —dijo la mujer irlandesa, con una sonrisa orgullosa, y tono divertido, mientras avanzaba hacia uno de los sillones frente a la ventana, al lado derecho de Mary, para después tomar asiento.

—¿Qu-quién es usted? —preguntó Mary, saliendo de su estado de sorpresa, puesto que, aparte de no haber escuchado en ningún momento a la mujer entrar a la habitación, sentía una enorme inquietud; en parte, por no saber si ella era una bestia por los cuernos, u otro tipo de criatura.

—No estoy obligada a decirte mi nombre. Pero te lo diré, para que entiendas lo inmensamente afortunada que eres al estar aquí, y en presencia mía —contestó la extraña mujer como toda una reina, sin apartar su vista de la arena—. Soy la verdadera gobernante de Irlanda, únicamente por debajo de la esposa del Tercer Arcángel San Rafael, la Diosa Hada Clidna. Soy la Reina Hada Oscura Maldania.

Aunque en el fondo, de algún modo, Mary sabía la respuesta, igualmente se sorprendió, debido a todo lo que escucho sobre ella; había escuchado tantas historias y descripciones de la temible hada, principalmente por parte de la Reina Victoria, que la mejor forma de resumirlas todas para describirla, era "la Villana del cuento". Y es que, literalmente, muchos la definen así.

La siniestra hada oscura que asesino y torturo a más de diez mil soldados y cazadores humanos, destruyo tres bases de exterminadores de hadas, y maldijo a familias de la realeza, siendo el caso más conocido, el de una doncella de la familia real británica; cuando era apenas una niña, recibió una maldición que, al cumplir los 16 años, la haría dormir hasta la muerte. Sin embargo, aunque la maldición se activó, la joven pudo despertar de su sueño mortal, gracias a la intervención de Ezequiel.

Retornando a la arena, los jóvenes-bestia habían terminado de entregar sus respectivos formularios a Auguste, y justo antes de que alguno de ellos hiciera otra pregunta sobre la prueba, las puertas del lado contrario de la arena se abren, y entran tres personas.

https://youtu.be/bkofRnfGh2A

El primero era un hombre africano adulto, que parecía rondar por los 40 años, y era bastante particular; puesto que, además de ser extremadamente musculoso y alto (2, 03 m), tenía el cabello de color gris natural, y sus ojos eran azul celeste. De vestimenta, llevaba nada más que un pantalón corto de combate, de modo que podía verse que tenía tatuajes tribales negros en el pecho y brazos. Y traía el cabello amarrado en una coleta.

El segundo era otro hombre, más joven que el primero (entre 30 y 35 años), menos alto (1,68 m), y de complexión delgada, pero también musculosa. Tenía la piel de clara, y su cabello era ondulado, largo hasta llegar a los hombros, y de color negro con degradado verdoso. Y sus ojos eran de color azul. Solo vestía un pantalón playero, y tenía en el cuello un collar en el que colgaba una brújula, con el grabado de una frase en español: "No hay mejor tesoro que la aventura".

Y el tercero —quien estaba en medio de ambos—, no era otro que Ezequiel, solo que ahora vestía diferente; llevaba un pantalón corto deportivo de color rojo, junto a una gabardina de manga larga con capucha que hacía juego. Y llevaba en manos y pies cintas blancas.

—Esos que están con el señor Ezequiel son... —decía Raziel, bastante sorprendido.

—Rusbel Guevara, el actual líder de la Sede Mexicana de San Bestia —prosiguió Camael, igualmente perplejo, refiriéndose al hombre de cabello negro-verdoso.

—Y Agayuel Tantor, uno de los viejos maestros de la Sede Africana de San Bestia —agrego Jofiel cruzándose de brazos mientras sonreía, refiriéndose al hombre africano.

—Está bien, me rindo. ¿De qué se trata de esta prueba? —pregunto Miguel, ahora estando bastante nervioso.

—De luchar obvio —respondió Rusbel de forma jovial y bastante divertida, luego de detenerse junto a Ezequiel y Agayuel a pocos metros de los jóvenes-bestia.

¡¡¡Nani!!! —exclamó Remiel blanco del shock, mucho más que sus compañeros (y ellos también estaban bastante impactados).

—Sé que es un poco repentino, pero me interesa conocerlos más a fondo —dijo Ezequiel con su característica sonrisa amistosa—. Quiero ver por mí mismo que tan fuertes son, y cuán decididos están con sus respectivas motivaciones. Además, algunos maestros en el gremio todavía no están convencidos, de lo preparados que están para ser cazadores. Así que decidí despejarles las dudas, como lo hacemos en la madre Rusia: escogí a dos de ellos, a Rusbel y Agayuel, para demostrarles a ambos y al resto, si están en lo correcto, o no, mediante un combate de entrenamiento contra ustedes.

—Por supuesto —contestó Agayuel seriamente, y cruzándose de brazos, de forma totalmente intimidante—. No cuestiono las decisiones del señor Ezequiel. Pero honestamente, no los veo a ustedes listos para ser cazadores. Y no puedo aceptarlos como tal, hasta comprobarlo por mi mismo.

—Yo opino igual que el grandote —dijo Rusbel con una sonrisa, aunque había seriedad en su mirada—. He leído el historial de la mayoría de ustedes, especialmente de Azrael, Raziel y Camael. Y a decir verdad, quiero ver cuánto han mejorado, y si de verdad, ahora son dignos de este camino.

—¡¿Vamos a luchar contra ustedes y con Ezequiel?! ¡Esto tiene que ser una fucking broma de mal gusto! ¡Y lo dice alguien que bromea mucho! —exclamó Remiel bastante asustado y dando unos pasos atrás, mientras que sus demás compañeros, pese a estar sorprendidos y preocupados (algunos más que otros), no estaban asustados.

—¡Ja, ja, ja! ¡Descuiden! Como somos muy malos conteniéndonos, tome medidas para darles un poco de ventaja —contesto Ezequiel bastante divertido de la reacción del joven-kitsune. Luego les muestra su brazo derecho, y chasquea los dedos, haciendo que aparezcan alrededor de sus antebrazos marcas púrpuras, con símbolos célticos—. Antes de organizar todo esto, llame a Maldania para pedirle que viniese un momento al gremio, y nos pusiera este par de sellos. Son sellos de magia oscura: cada una sella un porcentaje de nuestro poder. En mi caso, ambas sellan el 70% de mi fuerza total.

"¡¡¡70%!!!", pensó Mary desde la habitación en las gradas, verdaderamente impactada e incapaz de comprender hasta qué nivel estaba Ezequiel, para que tuviera que ser sellado más de la mitad de su poder. Y su sorpresa no acabó allí, porque, por primera vez en su vida, es testigo de una bestia adoptando su verdadera forma: Ezequiel, Rusbel y Agayuel habían comenzado su transformación.

https://youtu.be/zml42Po2bpw

La piel de Rusbel empezó a tornarse blanca, y luego a marchitarse, mientras una luz verdosa le envolvía. Pero podía verse que debajo de su piel muerta, había escamas de un color verde claro. Entonces su cuerpo comenzó a contorsionarse ligeramente, crecer unos cuantos centímetros y ganar un poco de masa muscular, al mismo en que sus ojos cambiaban a dorados, sus uñas se volvieron filosas, y su cabeza comenzó a alterarse, mientras su piel y cabello caían, hasta ser como la cabeza de un cocodrilo.

Completado el crecimiento anormal, él se pone erguido, y extiende sus brazos a los lados, quitándose toda la piel marchitada restante de su cuerpo, junto con su cabello; los cuales fueron reemplazados por una capa de piel escamosa tan verde como el jade. Y por último, en la parte baja de su espalda, emergió una cola de cocodrilo, y sus pies se alteran, hasta asemejarse a las patas de dicho animal, pero conservando algo de anatomía humana, de modo que podía mantenerse de pie.

Se había convertido en un hombre-cocodrilo, también conocido en el Caribe, México y otras regiones latinoamericanas como okicipactin, de las palabras náhuatl: cipactli (caimán) y oquichtli (hombre).

En cuanto a Agayuel, éste también aumentó un poco de tamaño (40 cms más), y pese a eso, su pantalón no se rompió, sino que se estiró y ajusto a su nueva complexión. Una luz azulada comenzó a envolverlo, mientras su piel empezaba a descolorarse, tornarse grisácea como su cabello y, a simple vista, áspera y gruesa. Y en la parte baja de su espalda, creció una pequeña cola con pelos en la punta, del mismo color que su cabello. 

Entonces su cabeza comenzó a alterarse de modo sorprendente; un par de incisivos suyos fueron creciendo y alargándose, mientras se curvaban hacia arriba, seguidos del estiramiento de su nariz junto con su labio inferior, y el crecimiento de sus orejas. El proceso siguió, hasta que su cabeza humana se convirtió en la de un elefante africano. Y aunque sufrió tal cambio, sus ojos permanecieron iguales, y todavía conservaba sus tatuajes y cabello; la transformación se completó, cuando sus pies se alteraron, hasta ser patas paquidérmicas.

Se había transformado en un hombre-elefante, conocido en África como tembomutu, de las palabras suajili: tembo (elefante) y mtu (persona).

En cuanto a Ezequiel, mientras se quitaba su gabardina roja, era cubierto por flamas blancas, que carbonizaban su piel, hasta ser reducirlas a cenizas. Y debajo de la piel chamuscada, había brillantes escamas plateadas. Además, su cuerpo fue ganando pocos centímetros de altura extra, y en cuanto a masa muscular, igualmente solo gano un poco. Sus uñas se extendieron igual que garras, y en su parte trasera emergió una larga cola de reptil plateada.

Por último, sus ojos cambian a azules, al mismo que su cabeza y pies se alteran, hasta ser como la cabeza y patas de un lagarto. No obstante, en la cima de su cabeza surgieron un par de pequeñas astas de ciervo, y en su espalda crecieron un par de alas emplumadas de color blanco puro, aunque con punta filosa.

Se había transformado en un hombre-dragón blanco, o como él mismo se define: un draconiano plateado.

—Que se diviertan —dijo Auguste sarcásticamente, mientras se retiraba de la arena, por la misma puerta por donde entraron los tres maestros bestia.

—¡Espere señor Auguste...! ¡Oh maldición! —decía Miguel sorprendido y molesto de lo repentino que era todo. Pero luego decide dejar la discusión para otro momento, y comenzó a transformarse en licántropo, y sus compañeros siguieron su ejemplo: uno a uno, fue transformándose en su forma bestia, y al igual que sucedió con los tres maestros bestia, la vestimenta de ellos se adaptó a sus verdaderas formas.

Mientras tanto, en la habitación VIP, Mary estaba boquiabierta, al quedar enormemente impactada al ver cómo se transformaban, y cómo era la verdadera forma de una bestia. Ciertamente no pudo evitar sorprenderse; especialmente con la apariencia de Ezequiel: era una extraña mezcla entre ferocidad y belleza, contraria a la forma de Uriel, que era imponente y aterradora. Ella no era capaz de imaginarse cómo debió ser el pasado, cuando los humanos apenas aprendían a construir casas.

—Un consejo señora Darling —decía Maldania, teniendo su vista totalmente enfocada en Ezequiel, y sonriendo con cierto toque seductor—, olvida todo lo que te enseño la sociedad humana, porque lo que estás a punto de ver, es la naturaleza en su estado más puro. Este es el mundo temido y repudiado por el humano llorón actual: el Mundo de la Selva.

https://youtu.be/f8l6NX7w7oA

Volviendo a la arena, luego de que los jóvenes-bestia tomaron su respectiva verdadera forma, se agrupan y levantan la guardia al máximo. Sabían bien que, aunque los tres maestros bestia tuvieran su verdadera fuerza sellada, seguían siendo peligrosos. Y por ello, debían pensar bien lo que iban a hacer; o al menos eso planeaban todos menos cierta bestia.

—¡Espera maldito gato loco! —exclamó Miguel impactado y mortalmente preocupado, al ver que Jofiel, sin pensarlo dos veces, se lanzó a atacar.

Sin embargo, Jofiel no le escucho, y tan pronto como estuvo cerca de Ezequiel, lanzó un poderoso derechazo, que éste último respondió con un izquierdazo. El choque de ambos puños causó una devastadora onda expansiva, que hizo resonar todo el coliseo. Acto seguido, el hombre-león fue visto volando hacia atrás, hasta caer en el suelo, cerca de sus compañeros, con marcas de golpes en el pecho y rostro.

—Camael... ¿Lo viste no? —pregunto Gabriel gratamente sorprendido.

—Así es —respondió Camael, bastante serio.

Tanto el hombre-tigre como el hombre-águila, por la agudeza de su visión, vieron como en un breve parpadeo, luego de aquel choque de puños, Ezequiel conectó seis rápidos jabs izquierdos en el pecho de Jofiel, seguido de un puñetazo derecho en el rostro, que lo mandó a volar. Y eso no era todo: Ezequiel había adoptado una postura de combate, que el resto del clan pudo reconocer.

—¡¿Él es un boxeador?! —dijo Remiel nuevamente impactado y asustado.

—De peso pesado y campeón de cincuenta combates en Rusia. Madre era muy exigente con mi entrenamiento —agrego Ezequiel con una sonrisa amistosa—. Y según tengo entendido, el león impulsivo es maestro de lethwei. Los artistas de ese arte son unos verdaderos cabeza dura, literalmente —Ezequiel se mira la mano derecha, haciendo ver que tenía las escamas de los nudillos agrietados.

—¡Ja, ja, ja!

Quien se reía tan divertidamente no era otro que el hombre-león; éste se levantaba del suelo sin problemas, con una expresión que reflejaba emoción pura.

—¡Ese golpe si me dolió! —dijo Jofiel verdaderamente emocionado, aunque tenía la frente y el pecho lastimado por los golpes recibidos—. ¡Estás en lo correcto! ¡Desde los nueve años, he entrenado mi cuerpo para resistir cualquier golpe; especialmente mi cráneo! ¡Ahora mismo, mis huesos son más fuertes que el acero!

—No te hagas el chulo gato orgulloso —contesto Agayuel, sumamente serio, mientras daba un par de pasos pesados al frente—. Y no crean que solo porque tenemos la mayor parte de nuestra fuerza sellada, caeremos tan fácilmente.

—Je, je. Jamás podríamos creer tal cosa señor —decía Miguel sonriendo un poco, aunque estaba en extremo alerta y preocupado. Luego miro a su compañero león—. Jofiel, será mejor que calmes tus ansias de pelear, y pensemos un poco antes de atacar.

—Me parece una sabia decisión lobo sabio —contestó Rusbel con una sonrisa sarcástica, mientras caminaba lentamente hacia ellos. Después se quita la brújula, y la misma, junto con la cadena, comenzó a brillar de dorado, y luego se convierte en una gran espada bastarda, de intrincado diseño, mango dorado y hoja oscura, que él empuñó en su mano derecha—. ¡Pero no crean que sus enemigos se pararan a esperar a que los analicen!

Dicho eso, el hombre-cocodrilo aceleró su paso, y en unos segundos, ya estaba cerca del grupo, listo para efectuar un gran corte vertical. Pero afortunadamente, uno de ellos reaccionó a tiempo.

https://youtu.be/AiOs7nNbPWU

—¡Luz en la Guerra: Sacro Espada! —conjuro Camael dando un paso al frente, e invocando una espada de energía purpura. Luego dio un corte descendente, que obligó a Rusbel a detenerse en seco y retroceder, por lo que la espada termino golpeando el suelo—. ¡Miguel, enfócate en idear un plan! ¡Nosotros nos ocuparemos de entretenerlos!

—Jo, jo. Una estrategia simple. Pero útil en momentos desesperados. Veamos que tal les va —contesto Ezequiel, cruzándose de brazos, y emocionándose un poco.

Inmediatamente, Rafael avanza, seguido de Gabriel, Uriel, Remiel y Jofiel. Mientras, Raziel se queda atrás, por si necesita conjurar un hechizo, y Azrael decide quedarse también a analizar el combate. Es entonces que estalla el colosal duelo entre bestias.

Remiel se enfoca en atacar a Rusbel, por lo que se dirige hacia él, y mientras corría, su talismán dharmachakra desprende un brillo eléctrico azul, y bajo la forma de un rayo, se convierte en la katana Filo de la Tormenta en su mano derecha.

Magia de Rayo: Filo Eléctrico —conjuro Remiel tan pronto como tuvo su katana en mano. Luego dio un corte horizontal, con el filo de su katana envuelta en electricidad pura.

Entonces ocurre un ensordecedor choque vendaval y eléctrico, cuando la katana chocó con la espada del hombre-cocodrilo, y para sorpresa del joven-kitsune, no solo aquella espada pudo resistir el potente golpe de su katana, sino también anuló la magia eléctrica. Inmediatamente Remiel toma distancia, alejándose a veinte pasos con dos saltos. Rusbel iba a perseguirlo. Pero se detuvo, y con suma simplicidad, mueve su espada en múltiples giros, bloqueando exitosamente varias flechas púrpuras, que iban directo hacia él, y fueron disparadas por el garuda, quien tenía en mano su Sacro Arco.

—Ya veo —dijo Camael con suma seriedad, mientras veía que la energía de las flechas mágicas, al ser destruidas, eran convertidas en energía pura, y absorbidas por la espada—. Por lo que veo, esa espada no anula la magia, sino la absorbe.

—¿Una espada absorbe magia? —dijo Remiel bastante sorprendido—. Camael, mantente alerta a cualquier sorpresa. Si puede absorber magia, lo más seguro es que también puede liberarla en algún ataque.

—Je, je, je. Veo que sabes mucho sobre artefactos mágicos —dijo Rusbel un poco sorprendido, y poniendo la espada en su hombro.

—Aunque no prestaba atención en clases, de vez en cuando leía algún que otro libro sobre magia. Mi padre decía que ese conocimiento me sería útil algún día —respondió Remiel bastante divertido y sarcástico.

—Y él tiene razón. En la selva, usar bien la cabeza, puede evitar que la pierdas —contesto Rusbel, con algo de humor.

https://youtu.be/Wwt23wTIf_0

Mientras tanto, Jofiel se dirigía para combatir al hombre-elefante. Éste sin pensarlo más, lanzó un derechazo tan poderoso, que el viento circulaba alrededor del puño, y exitosamente impacto con la cabeza del hombre-león. Pero aun así, no evitó que se le acercara, y conectara un golpe directo en su estómago, seguido de otro, y terminado con un codazo vertical, que le hizo retroceder. No obstante, Agayuel volvió arremeter, y logra conectar un devastador golpe en el pecho del hombre-león, aunque una vez más, a costa de recibir otros dos golpes directos, seguidos de un uppercut izquierdo debajo de la mandíbula.

Luego Jofiel dio un salto, y conectó un codazo derecho en descenso, directo en el rostro del hombre-elefante. Pero en cuanto aterrizó al suelo, tuvo que alejarse unos cuantos pasos, para evitar ser aplastado por un brutal pisotón de su oponente paquidérmico, e hizo bien en hacerlo; porque aquella pisada fue lo bastante fuerte, como para agrietar el suelo, y levantar algunos fragmentos, a pesar de que el material con el que estaba hecho era más resistente que el concreto.

"Este cachorro gritón... aunque su estilo de lucha le hace difícil bloquear ataques, lo resiste todo para acercarse y atacar", pensaba Agayuel mientras tomaba distancia, y continuaba analizando: "Pero aun así, sigue recibiendo daño, y tarde o temprano, eso le pasará factura. Además, parece que no controla su instinto de lucha".

—¡Je, je, je! Luchar contra otra bestia es mucho más divertido —decía Jofiel, sonriendo como un salvaje lunático, y con su guardia en alto—. ¡¿A qué esperas?! ¡Ataca elefantón!

Al mismo tiempo, Uriel se dirigía hacia Ezequiel, con los brazos en flamas al haber conjurado el hechizo Magia de Fuego: Garras del Caos. Entonces, en una rápida sucesión, el hombre-dragón rojo da varios derechazos e izquierdazos, lo bastante fuertes como para romper una gran roca, pero no lo bastante veloces como para lograr dar un golpe a Ezequiel, puesto que éste evadió cada golpe con una agilidad increíble para su tamaño, complexión y peso.

Y con la misma velocidad, conectó un derechazo en las costillas de Uriel; haciendo que éste, aparte de escupir sangre, fuera levantado del suelo, y enviado a varios pasos hacia atrás. No obstante, se reincorpora en el aire, y cae de pie, resistiendo el terrible dolor en sus costillas; aquel golpe fue lo bastante fuerte, como para dañarles las escamas, y herirlo internamente.

—Aunque logres darme un golpe con tu magia, no podrás hacerme mucho daño, debido a nuestros elementos naturales: fuego y luz —dijo Ezequiel, todavía sonriendo amistosamente—. Pero en mi caso, si puedo hacerte bastante daño, por la enorme diferencia de poder que hay entre nosotros. Lo recomendable sería que atacaras físicamente.

—Je, gracias por el consejo. Lo tendré en cuenta —contesto Uriel con una sonrisa sarcástica, mientras cancelaba su hechizo flameante. Pero antes de volver a intentar atacar, su amigo hombre-oso se le adelantó.

https://youtu.be/KZ3udoFrtvQ

—Según tu historial, tu estilo de lucha es similar al boxeo tradicional —dijo Ezequiel, refiriéndose al hombre-oso, mientras éste avanzaba a paso rápido para pelear—. Veamos que tanto has pulido tu técnica.

Dicho eso, en un breve instante, el draconiano plateado estuvo frente al hombre-oso; listo para una ronda de jabs. Entonces hubo múltiples estallidos de viento, cuando los golpes de ambos comenzaron a impactar a velocidades inhumanas. En breves momentos, Rafael se cubría con los brazos, y contratacaba con jabs rápidos, y Ezequiel hacía lo mismo; ambos parecían estar en un punto muerto.

"Para su tamaño y peso, se mueve bastante rápido; es incluso tan veloz como una bestia boxeadora de peso ligero. Podría llegar a ser un gran boxeador", pensaba Ezequiel un poco orgulloso del hombre-oso, al mismo tiempo, en que recordaba la respuesta de éste en la prueba escrita; la motivación de Rafael.

"Una vieja amiga mía estuvo a punto de ser otra víctima de este cruel mundo. Pero por azares del destino u obra divina, yo estuve allí para evitarlo. Sin embargo, en el resto del mundo hay otros que no tienen la misma suerte. Y por eso quiero ser un cazador: para evitar más tragedias. Sé que no podre salvarlos a todos, pero al menos, me sentiré feliz al saber que logre proteger a otros, tal como lo hice con Elsa, y como todavía continuó protegiendo su sonrisa".

Devuelta al presente, tras unos segundos de intercambios de golpes, Ezequiel usa su hombro izquierdo para desviar un derechazo del hombre-oso. Luego, con la misma velocidad, conecta un uppercut derecho en el rostro de éste, que le hace retroceder unos cuantos pasos, además escupir un poco de sangre.

—¡Wow! ¡Señor Ezequiel usted es muy buen boxeador! —dijo Rafael bastante emocionado y sorprendido, mientras se sujetaba la mandíbula, un poco adolorido.

—Y tú tampoco te quedas atrás, cachorro osado —contesto Ezequiel bastante divertido. Entonces se da cuenta que el hombre-tigre también se acercaba, a paso lento, para luchar contra él—. Je, je. El cachorro atigrado que se hace llamar "Fuerza de Dios", pero cuyo verdadero nombre es...

https://youtu.be/zEMve7DK75A

—¡Cállate! —le interrumpió Gabriel, ahora con una aptitud molesta, que confundió a Ezequiel—. No menciones ese maldito nombre. Ese nombre murió con el niño humano que lo llevó una vez, y las malditas bolsas de carne que se hacían llamar su familia —Gabriel empieza a emanar su energía Prana rojiza, con cierta hostilidad—. Yo soy el hijo de Adán y Bella Dumont, ¡el baaghadami Gabriel Khanom!

—Me alegra ver que has aceptado a esa familia como propia, y no rechazas tu tierra —contestó Ezequiel feliz y orgulloso. Entonces cambia a una mirada seria—. Pero sigues viviendo con rencor y odio. Aun te falta mucho para alcanzar el moksha.

Inmediatamente, Ezequiel dio un paso al frente, y ejecutó sus jabs rápidos cual relámpagos. Y mayor fue su sorpresa, al ver algo extraño: los ojos del hombre-tigre brillaron de rojo por un momento, y a la misma velocidad, éste esquivó cada uno de los jabs, y luego se aleja tres pasos hacia atrás. Aquello sorprendió por un momento a Ezequiel. Pero recordó de inmediato un detalle importante.

"Está usando la agudeza visual y facultades de su habilidad, para ver el alcance de mis ataques. Sin embargo, parece que lo aprendió recientemente, puesto que esquivó mis jabs por los pelos", decía Ezequiel mentalmente, notando que sus golpes rozaron la mejilla derecha y el pecho del hombre-tigre. "Tampoco muestra signos de haber aprendido a usar las otras capacidades, que son exclusivas de sus ojos verdes. Y yo que ansiaba ver el poder que fue del bisabuelo Absalón", pensaba Ezequiel, un poco desilusionado.




Próximo capítulo: Verdaderos Hombres.

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