Capítulo XXI: Sangre de León
"...No soy monseñor, soy la Bestia, y tú no evitarás la muerte que mereces."
—La Bella y la Bestia de Gabrielle Villeneuve.
[África 1879]
https://youtu.be/rq9yhEkMXMU
Era una de esas tranquilas noches de luna llena, en las que había una increíble paz en el ambiente, con la que se podía disfrutar una profunda y relajante noche de sueño. Y de hecho era así, porque todos los habitantes de un pequeño reino de África, dormían con tal tranquilidad, que sería muy difícil que algo pudiera despertarlos. Pero mientras todos dormían, había cierta persona en el palacio del reino, que estaba tan distraída, que no podía conciliar el sueño.
Un joven Jofiel de 15 años, se encontraba en la biblioteca de su palacio, leyendo algo ideal para una noche así: una historia de terror. Ahora mismo llevaba una simple camiseta blanca y un pantalón azul. Se encontraba sentado en una silla, al lado de una mesa, cerca de una enorme estantería con todo tipo de libros; y no era la única. La habitación estaba llena totalmente de estanterías con todo tipo de libros, y el único espacio sin estante era en donde se encontraba una ventana cuadrada, con cortinas doradas. Aunque había tal cantidad de libros, casi todos eran sobre historia, álgebra, biología, idioma y otros derivados de estos.
Solamente había un solo estante con libros, que no tenían nada que ver con lo anteriormente mencionado, y era la más vacía de las estanterías. Habían libros como cuentos clásicos de los Hermanos Grimm, y otros de relatos e historias fantásticas: como La Divina Comedia, Romeo y Julieta, La Odisea, Las Mil y una Noches, o incluso algunas historias de terror o cercano a eso; como El Hundimiento de la Casa Usher, Frankenstein y Carmilla. Y justamente esa noche él estaba leyendo esta última.
Carmilla, una novela corta sobre una joven y su padre, que en cierto día, llega a sus vidas otra joven muy peculiar, llamada Carmilla, y en el transcurso de la historia, ellos van notando ciertas conductas raras en ella, hasta que al final, se descubre que Carmilla, era en realidad una condesa llamada Mircalla, que vivió hace 150 años; era en realidad una vampiresa.
Jofiel encontró ideal leer una novela así, después de un aterrador evento, que ocurrió hace no mucho, cuando él y su padre, Castello King, habían viajado a Irán, donde al tercer día de estancia, tuvieron que irse rápidamente a Israel, para luego regresar a casa, porque un enorme animal salvaje, similar a un gran tigre antropomórfico, estaba cazando durante la segunda noche de la estancia de ellos en el pueblo, donde se hospedaban: incluso, aquella bestia estuvo a punto de matar al padre de Jofiel. Pero por suerte, Castello logró escapar.
Aquel evento despertó el total interés de Jofiel en lo sobrenatural; por lo que, en cuanto llego a casa en plena medianoche, le apeteció leer algo aterrador antes de dormir. Ahora mismo iba terminando la novela; hasta que algo lo interrumpió: el sonido de pasos en el pasillo. Al principió él creyó que era su imaginación, haciendo que la novela cobrara vida. Pero fue antes de escuchar varias puertas abriéndose. Teniendo un mal presentimiento, Jofiel deja la novela en la mesa, y fue a investigar.
https://youtu.be/q5Z4edkUW4E
En cuanto salió de la habitación, y miro por el corredor, vio a tres de las sirvientas jóvenes, aun en camisones, caminando por el pasillo; estando todavía dormidas. Podría tomarse como un caso de sonambulismo, si no fuera por el hecho de que todas las sirvientas jóvenes del palacio, se encontraban en el mismo estado, e iban en la misma dirección: la salida del palacio.
Jofiel presentía que definitivamente ocurría algo malo, y lo confirmó, cuando, al avanzar por el pasillo, vio de reojo por una de las ventanas, a su lado derecho, que en las calles había algunas mujeres de entre 14 y 26 años, caminando dormidas y en camisón; igual que las sirvientas. Jofiel se asomó por la ventana y se dio cuenta de que habían más; probablemente todas las mujeres jóvenes del reino, y se dirigían a los límites del mismo; donde estaba reunido un extraño grupo, con trajes árabes oscuros, que los ayudaba a camuflarse en la oscuridad.
El joven príncipe fue a advertir a los guardias, pero todos estaban en el suelo profundamente dormidos, y por más que tratara de despertarlos, no podía. Aquello era demasiado anormal; los guardias muy rara vez llegaban a dormirse o tomar una pequeña siesta en su turno nocturno, y solo el sonido de pasos bastaba para despertarlos.
Pero esta vez todos dormían, y no despertaban Definitivamente ocurría algo fuera de lo normal, y sin pensar en más opciones, y temiendo lo que pudiera pasar, Jofiel tomo uno de los sables de los mismos guardias, y rápidamente fue al primer piso, donde salió por una ventana trasera; para descubrir que pasaba.
Como se menciono anteriormente, el reino era pequeño; las casas tenían un diseño que mezclaba la arquitectura árabe con la renacentista y romana. En cuanto al palacio donde se hospedaba la familia de Jofiel, se encontraba en medio del pueblo. Poseía seis torres, cuyas cimas eran redondeadas y color naranja. El color del palacio era en su mayor parte blanco, con decoraciones doradas, y el centro era una gran estructura rectangular de estilo romano, conectada a las torres por medio de grandes murallas de piedra, que servían a modo de puente y pasillo.
Jofiel no tuvo problemas en moverse cuidadosamente por las sombras de las casas, y gracias a que el cielo estaba despejado, mostrando la luz de la luna llena, él podía ver claramente el camino; hasta finalmente llegar al sitio donde iban todas las jóvenes: un gran espacio rodeado de casas, de forma circular, en el que había un espacio libre que daba al exterior. Desde el borde de la pared de una de esas casas, el joven príncipe vio de lejos al grupo de raras personas, quienes eran en total quince hombres, y recibían a las mujeres dormidas, para luego ponerlas en fila; planeaban llevárselas a algún lado, y él de ningún modo lo permitiría.
Los individuos no parecían tener armas, y Jofiel era un gran espadachín y luchador mano a mano. Pero no tuvo tiempo de pensar bien una estrategia de ataque; porque ya casi estaban reunidas todas las mujeres jóvenes del reino, y el grupo se preparaba para irse. Sabiendo que no tenía más tiempo, decidió confrontarlos, o morir intentándolo.
Jofiel salió de las sombras dispuesto a luchar, y los extraños se percataron de él; fue entonces que sucedió lo inesperado: tres de ellos, a una velocidad inhumana, avanzaron hacia el joven príncipe, y lo atacaron con las filosas uñas, que poseían sus manos anormalmente pálidas. Jofiel, por puro reflejo, logró esquivarlos retrocediendo, e intentó dar un tajo con su sable a uno de ellos. Pero éste agarró la espada, y la partió con sus propias manos.
Al instante, otro se abalanzó encima de Jofiel, y lo tiró al piso. Éste intentó separarse de él, y quedo impactado al ver que aquel sujeto, al tener el rostro descubierto, se veía que su piel era pálida como un cadáver. Sus orejas eran puntiagudas. Y además, tenía unos filosos y largos colmillos superiores, semejantes a agujas, junto con unos ojos tan rojos como la sangre; además de que gruñía igual que un perro salvaje, e intentaba acercarse para morderle el cuello; era, al igual que los otros, un vampiro.
Jofiel luchaba desesperadamente, por evitar que lo mordiera. Pero el vampiro era muy fuerte. Y todo iba a peor, cuando los otros dos comenzaron a acercarse. En ese momento, Jofiel creyó que de verdad iba a morir. Pero aun así, no iba a darse por vencido. Él debía salvar a esas mujeres inocentes, y aunque tuviera que luchar contra esos quince vampiros, o más, no iba a dejar que cayeran en manos de esos horribles monstruos. Por eso, él se negó a ceder, y continuar luchando: una decisión, que literalmente transformó su vida, y despertó a la bestia.
https://youtu.be/iZZ4-9ir95g
Sus ojos se tornaron dorados y felinos, sorprendiendo, y aterrando, al vampiro que tenía encima. Luego sus uñas se tornaron filosas y enormes como garras. El vampiro ya no podía ejercer más fuerza, porque Jofiel se había vuelto más fuerte. Después, un brillo dorado similar a una flama, comenzó a envolver al joven príncipe; aumentándolo de tamaño, destrozando su camisa, y dejándolo únicamente en un pantalón azul medio destruido.
Entonces, sujeto de los hombros al vampiro, y lo partió en dos; haciendo que estalle en llamas. Los otros dos vampiros se detuvieron, y al igual que el resto, miraron con horror y sorpresa, el como Jofiel se ponía de pie, ahora transformado en un hombre-león, mientras emanaba una poderosa y extraña energía dorada, igual a un fuego tranquilo.
—No sé que demonios sucede... pero me siento increíble —decía Jofiel con una sonrisa llena de emoción salvaje—. Ahora... elijan el orden en el que quieren morir.
Los otros dos vampiros regresaron junto a sus compañeros, y entonces cada uno se preparo para luchar: cinco de ellos se transformaron en unas horrendas criaturas, similares a hombres-murciélago, tres transformaron partes de su cuerpo en partes de insectos: uno obtuvo un par de aguijones de escorpión en su espalda, otro obtuvo seis extremidades extra, que simulaban patas filosas, era igual a una araña, y el último se alargo a inverosímiles proporciones y le crecieron innumerables patas filosas en los costados, parecía una especie de ciempiés gigante.
Los otros cinco se transformaron en perros negros gigantes con cuatro ojos rojos. Y en cuanto al último, no mostró cambio alguno, pero empezó a emanar una especie de aura siniestra, que hacía añicos la tierra. Aunque fue un espectáculo macabro e impresionante, Jofiel no sintió miedo; al contrario, solo se emocionó aún más por pelear.
De inmediato, los vampiros-perro avanzaron con velocidad sobrenatural para atacar. Jofiel, todavía sonriendo, alzo la mano derecha, para luego descenderla en un potente golpe de palma, que destrozó la cabeza de un vampiro-perro, junto con parte de la tierra. Seguidamente, dio un salto hacia adelante; destrozando, con un codazo en descenso, la cabeza de otro vampiro-perro.
Pero en cuanto él aterrizó en el suelo, un vampiro-perro le mordió el hombro derecho desde atrás, y otro la pierna izquierda. Sin embargo, él no se inmuto para nada. Aquel dolor no se comparaba al que él tuvo que pasar cada día, durante tres años enteros, para aprender el boxeo birmano.
El lethwei, también conocido como el arte de las nueve extremidades; un arte marcial birmano antiguo, conocido junto con el Muay Boran, como uno de las artes marciales más brutales del mundo. Debido a su estilo de combate, el cual es atacar directamente, el luchador debe poseer una gran resistencia, para soportar las embestidas de su oponente. Pero el cuerpo humano no está diseñado para tal cosa, por lo que hay que entrenar duramente, para desarrollar el nivel de necesario de resistencia; como en el caso de Jofiel.
Por orden de su abuelo, el joven príncipe viajó a Birmania a los 9 años, para aprender el mortal arte marcial; allí, cada día, él dañaba y lastimaba su propio cuerpo, para desarrollar un monstruoso nivel de resistencia. Aunque no se esperan resultados de inmediato, en Jofiel se vieron en tan solo ocho meses. Y a la edad de 12 años, se volvió un gran luchador del Lethwei; ganándose el título de "El Rey del Lethwei", aparte del apodo de "Bella Bestia".
Además, gracias a las prodigiosas capacidades físicas de las bestias, las cuales empiezan a desarrollar naturalmente, tras despertar la transformación por primera vez, hace de la raza capaz de usar el lethwei en todo su potencial, sin necesidad de fortalecer su resistencia. Y dado a que Jofiel ya entrenó su cuerpo, sumado a que ya obtuvo su transformación, ahora era mortífero con el Lethwei. Algo que por supuesto, ignoraban aquellos vampiros.
https://youtu.be/45QHGDEjMbw
Otro vampiro-perro avanzaba para morder frontalmente a Jofiel, y éste se defendió; destrozándole la cabeza con un uppercut izquierdo. Luego, con el mismo brazo, el hombre-león le destrozó el cráneo al vampiro-perro que le mordía la pierna. Después, con su mano derecha, agarró la cabeza del que le mordía el hombro, y con pura fuerza bruta, la aplasto con un potente agarre.
Entonces él se percató de que los vampiros-murciélago se aproximaban, junto con los vampiro-insectos. Jofiel, ahora más emocionado, avanzó para masacrarlos. El vampiro-escorpión atacó frontalmente, y el hombre-león agarró ambos aguijones, para luego atraerlo hacia él, y darle un combo de puñetazos directos, que hizo añicos la cabeza y el estómago del vampiro-escorpión.
Luego avanzó hacia el vampiro-araña, quien había dado un potente salto, y fue en picada, con el propósito de empalar al hombre-león con sus extremidades filosas. Sin embargo, el brillo en Jofiel aumento, y éste dio un potente salto; haciendo que, en un parpadeo, llegara al frente del vampiro-araña, y le diera un codazo bajo, que le destrozó la cabeza, junto con parte del torso.
En cuanto Jofiel aterrizó en el suelo, empezó a ser rodeado por el vampiro-cienpies, con el propósito de envolverlo y hacerlo pedazos con sus patas filosas; un plan que terminó invertido, cuando el hombre-león alzo sus brazos a los lados con una fuerza tan brutal, que sus garras filosas hicieron pedazos al vampiro-cienpies.
Luego Jofiel miro a los vampiro-murciélagos, quienes volaban directamente hacia él; y él fue hacia ellos. En una rápida sucesión, de forma imperceptible, el hombre-león conectó un golpe directo en el rostro de dos vampiros-murciélago, seguido de un codazo horizontal en el rostro de otro. Luego un par de golpes directos en el pecho y rostro de otro, y para terminar; un codazo en ascenso por debajo de la barbilla al último vampiro-murciélago.
Cada golpe conectado destrozaba la cabeza, junto con parte del cuerpo, de los vampiros, y luego cada uno de estos empezaron a arder en flamas. Además, desde que inició el combate, Jofiel sentía como su fuerza aumentaba cada segundo; hasta comenzar a sentir una pequeña presión en sus músculos. Sin embargo no le presto atención, y se concentró en la pelea; la cual, estaba cerca de terminar, al quedar un único vampiro.
https://youtu.be/4MzsoASVGLw
El vampiro restante solo miraba al hombre-león, hasta que mostró una anormal y psicótica sonrisa, al mismo que su ropa empezó a destrozarse, mientras aumentaba de tamaño, y era cubierto por una extraña materia oscura, que cambiaba su cuerpo; hasta transformarse en una extraña armadura medieval oscura, cuyo diseño parecía una mezcla entre el estilo clásico europeo con el estilo griego; sumado con un estilo gótico, demacrado y macabro.
Tenía detallado extraños diseños de rosas purpuras y negras, las hombreras eran puntiagudas, y el casco tenía la forma de un cráneo humano con cuernos de carnero. Y como detalle final, tenía una capa negra, que al instante, se convirtió en un par de alas de murciélago. Aunque lo más destacable, era que ahora el vampiro medía cerca de 2, 40 mts (era mucho más alto que la forma bestia de Jofiel). Ese vampiro era un Caballero de la Muerte; uno de los tres rangos más altos de la raza vampirica, junto con Apóstol de las Sombras y Marques de la Oscuridad, y siendo únicamente inferior a Señor y Rey Vampiro.
El hombre-león quedó sorprendido, y más emocionado por pelear. Se puso en su postura de combate, y en unos meros segundos, quedo enfrente del vampiro, y la tierra empezó a temblar con los potentes golpes y combos directos, que el hombre-león conectaba. Aunque el vampiro ya vio venir el ataque, no se molestó en reaccionar de inmediato; por lo que se tomó su tiempo, y envió a volar al hombre-león contra la pared de una casa, con una sola y fuerte patada frontal.
Jofiel se levantó, por primera vez sintiendo un fuerte dolor; incluso escupió sangre. Miró al vampiro, y se dio cuenta que la pechera de éste apenas tenía unas ligeras abolladuras. Además, el vampiro apuntó con su mano izquierda a Jofiel, y de la misma, disparó una gran esfera verdosa y negra, que el hombre-león esquivo sin problemas; aunque no pudo evitar sorprenderse, al ver que la esfera destrozó la pared de la casa, y no se detuvo; siguió atravesando casas, formando una línea de destrucción, hasta desvanecerse en el aire.
Luego de esa demostración de poder, Jofiel miro de vuelta al vampiro, y vio que éste invoco, con materia oscura, una gran espada en su mano derecha; la cual, encendió en flamas verdes. Ante todo esto, no había duda de que aquel vampiro, era por lejos, más fuerte que los otros, y Jofiel sabía que no podía vencer solo con la fuerza. Según la cultura popular, y la novela Carmilla, la mejor forma para matar a un vampiro era cortandole la cabeza, o estacandole el corazón.
https://youtu.be/oxyQHjOBgmE
Sin embargo, el cuello del vampiro estaba protegido, al igual que todas las zonas vulnerables de su armadura, por una extraña maya gris. Y la pechera era en extremo fuerte. Si Jofiel iba a perforarle el corazón, y cortarle (o destrozarle) la cabeza, tendría que ejercer una fuerza por lejos mayor de la que ya tenía. Con todo en contra, se puso en posición de pelea, e hizo algo, que aprendió en la India, y que encontró ideal en este momento de desesperación.
—♪Ugram veeram mahavishnum: Juvlantham sarvothomugham: Nrishimam... —cantaba Jofiel, en total paz y armonía. Era un mantra dedicado a Narasinja; el Dios Protector, y cuarto avatar del Dios Hindú Preservador, Vishnu.
El mantra se cantaba principalmente en momentos de peligro. Y a Jofiel le pareció un buen momento para cantarlo, con la vaga esperanza de recibir algo de ayuda y fuerza divina, del mítico Dios Hombre-León, para salir victorioso contra el demoníaco ser que tenía en frente. Y de cierta forma, tuvo su efecto: la energía dorada en Jofiel aumento de golpe, junto con su fuerza, y la presión en su cuerpo.
https://youtu.be/eW6kIZjE_Y4
Aquello sorprendió a Jofiel, y horrorizo en extremo al vampiro; por lo que se lanzo para atacar, y terminar rápido la pelea. El hombre-león, viendo que su enemigo se aproximaba, listo para atacar con su gran espada, decidió aprovechar el nuevo aumento de poder, e igualmente avanzo para atacar con todas sus fuerzas.
En cuanto ambos estuvieron cerca, el vampiro sostuvo su espada con ambas mano, y dio un corte horizontal derecho, que Jofiel respondió con un codazo diagonal de misma dirección, cargado de energía; haciendo pedazos la espada, al golpear su parte central. Aunque Jofiel sintió una fisura el hueso de su codo, no le presto atención, y de inmediato, pateó la rodilla izquierda del vampiro con tal fuerza, que lo desequilibrio, y lo obligó a inclinarse.
Luego el hombre-león, de forma instintiva, cargo gran parte de su energía en su brazo izquierdo, y se preparó para golpear con él. Sin embargo, el vampiro alzó la mano izquierda; listo para disparar una ráfaga verde; algo que el hombre-león evitó, al destrozarle la mano, junto con gran parte del brazo, con un poderoso golpe directo izquierdo. E inmediatamente, la energía acumulada en el brazo izquierdo de Jofiel, paso a su otro brazo, al mismo que él conectó un golpe recto derecho en el cuello del vampiro; logrando, aparte de romper la malla gris, desintegrarle el cuello junto con la cabeza, en un gran estallido de luz dorada.
https://youtu.be/R2ox1xcx0Js
Terminado el intenso y brutal combate, el hombre-león se alejo del vampiro, y vio como el cuerpo de éste cayo al suelo totalmente inerte. Jofiel se propuso acercarse para intentar destruirle el corazón. Pero se detuvo al sentir un intenso dolor en sus brazos, y fue cuando vio que tenía los huesos de los mismos rotos. Aparte, aunque sus demás heridas sanaban casi de inmediato, no era lo mismo con los brazos.
Aunque, de todos modos, ya no era necesario rematar al vampiro; el cuerpo inerte empezó a arder en flamas azules. Aparentemente, cortarle la cabeza a un vampiro si funciona. Y justo a tiempo, porque empezó a amanecer, y con los primeros rayos del sol, la energía dorada de Jofiel desapareció, al mismo que él cambiaba de vuelta a su forma humana. Luego él noto que las mujeres comenzaron a despertar.
¿Como se iba a explicar todo esto? Era lo que se preguntaba mentalmente Jofiel. Pero sería para otro momento; porque él finalmente sucumbió al cansancio de la pelea, y cayo al suelo inconsciente. Después de ese evento, Jofiel se despertó en su dormitorio, donde al poco, recibió la visita de su padre y abuelo. Allí fue cuando el abuelo de Jofiel, Francisco King, de algún modo, estando al tanto de todo lo ocurrido, finalmente le revelo el secreto de la familia King: por herencia de un ancestro, llamado Jacob, ellos eran narasinjas (humanos-león).
Anteriormente había humanos-leones, que se originaron junto con otras bestias primitivas. Pero los humanos-león modernos, a diferencia de los anteriores, se originaron principalmente por una encarnación del Dios Hindú Vishnú, quien para salvar a un niño de su cruel padre, un Rakshasa (Demonio Hindú), reencarno en un mortal, transformándolo en el primer hombre-león moderno, y mato al Rakhasa.
Pero tras salvar al niño, y abandonar el cuerpo de su avatar, éste aun poseía la transformación. Por ello, los descendientes del Primer Narasinja también fueron humanos-leones. Sin embargo, la especie no solo se origino únicamente por herencia; también hubo humanos que se convirtieron en narasinjas, como castigo y modo de redención, por parte de algunos inmortales; como fue el caso de Jacob.
Jacob era un hombre caprichoso, malcriado, vanidoso y egoísta; y por ello fue condenado. Una noche, mientras él se encontraba en Roma, en la casa donde se alojaba, llamó a su puerta una pareja de mendigos, pidiéndole solo un pedazo de pan. Pero Jacob, asqueado por el aspecto de ellos, los hecho a la calle. De repente surgió una luz cegadora, y cuando él pudo ver, la pareja de mendigos había cambiado: la mendiga ahora era una hermosa hada, y su pareja era un hombre joven similar a un ángel.
La hada se presentó como una de las Grandes Reinas de la Tierra; la Diosa Reina de las Hadas y las Banshee. Y el ser angelical, como Uno de los Siete Altos Príncipes; Aquel que está por encima de toda herida y enfermedad. Aunque Jacob trató de disculparse, la pareja inmortal comprobó que en el corazón de él, no había amor. Y por ello, Jacob fue convertido en un hombre-león, y solo cuando aprendiera el verdadero significado de amar, podría ser humano otra vez.
Después de ese evento, Jacob fue perseguido cruelmente por los humanos, como un vil monstruo. Entonces él, buscando un modo de expiación, y para huir de los Caballeros Santos, viajo a Rumanía; lugar donde, en una prisión, conoció a Daniel Artorias, Isaac Talamh, Absalon Khan y Vlad III Tepes; con quienes formó una curiosa, y valiosa amistad. Y algún tiempo después, Jacob acompaño a Daniel, junto a Isaac y Absalón, para obtener redención; salvando a los inocentes de los verdaderos monstruos.
En el viaje, derrotaron al Primer Rey Vampiro. Salvaron a los elfos, enanos, dragones y orcos de la extinción; exterminando a los humanos que los amenazaban. Unieron las diferentes tribus de bestias. Destruyeron la secta oscura de un demonio cabra, que se rebeló contra sus Reyes para conquistar la tierra. Y acabaron con el primer reinado de la Aristocracia Vampirica. Entonces, al completar el viaje de redención, el grupo se disolvió, con el propósito de ayudar otras tierras, y crear un grupo en diferentes partes del mundo, para transmitir sus enseñanzas al resto de las bestias, y así, continuar su legado y meta; dando origen al Gremio San Bestia.
https://youtu.be/8iWgvwi80n8
Pero durante el viaje con el grupo, Jacob conoció a una mestiza, llamada Victoria; cuyo padre era un miembro de la familia toscana Gianfigliazzi, y su madre una esclava de origen africano. Y de manera similar a él, Victoria también dejó de ser humana, al convertirse en una mujer-leopardo; aunque para ayudar a quienes sufrían a manos de los vampiros, y crueles humanos.
Con ella, Jacob por fin comprendió lo que era el amor, y al hacerlo, obtuvo la posibilidad de ser humano otra vez. Pero rechazó esa oportunidad, y siguió siendo un hombre-león; para seguir al lado de Victoria, y ayudar a los inocentes. Y cuando llegó el momento de separarse, Jacob y Victoria se mudaron a África, para mantener orden entre las tribus de bestias africanas, y ayudar a la gente que sufría a manos de los vampiros, que iban allí por presas fáciles.
Un tiempo después, la pareja tuvo dos hijos: Víctor e Ignacio; el primero fue un hombre-leopardo como Victoria, y el segundo un hombre-león como Jacob. Mientras que el primero opto por ser el siguiente líder de la sede Africana de San Bestia, el segundo siguió su propio camino, y creo su propio reino; primero construyo su palacio, luego un pueblo para familias sin hogar, y en años siguientes, esa pequeña tierra se convirtió en el pequeño reino que es hoy.
Obviamente los descendientes de Ignacio heredaron la maldición del hombre-león. Pero a partir del tatarabuelo de Jofiel, el resto de la familia ya no podía transformarse. El poder del león aún seguía latente en la familia King; las fisonomías y características, que eran (principalmente) el cabello dorado y los ojos azules, en los últimos descendientes, lo demostraba. Pero ninguno de éstos pudo activar la transformación, hasta ahora.
Gracias al poder del león que habitaba en Jofiel (aunque inactivo), éste era invulnerable a la magia hipnótica de los vampiros, que invadieron el reino. De vez en cuando, los vampiros van en grupos; viajando en pueblos o aldeas pequeñas y apartadas de la civilización, para obtener fácilmente víctimas humanas; comúnmente mujeres jóvenes y vírgenes.
Después de ese día, Jofiel comenzó un arduo entrenamiento, para aprender a dominar su poder, y naturaleza bestial. En cuanto al daño en el pueblo, y el resto de lo sucedido, no hizo falta explicaciones, ni hubo tanto problemas en encubrir lo ocurrido; pues, de inmediato, el abuelo de Jofiel se contacto con la organización de Islandia, Verndarálfur, y ellos arreglaron todo el incidente.
Con el pasar del tiempo, Jofiel pudo descubrir más a fondo su poder, el cual era también herencia de su ancestro, Jacob: Poder del Rey. Una habilidad, que le permite manipular el Prana, para aumentar su fuerza y velocidad sin límite; un proceso que puede acelerar, cantando mantras hinduistas.
No obstante, había un detalle; el cuerpo de Jofiel si tenía límites, y por ello, si llegaba a aumentar su fuerza más allá, de lo que su cuerpo podía soportar, ira recibiendo una carga tan enorme, que podría llegar a romper sus huesos, si se sobrexcedía, y las lecciones provocadas por su propio poder tardan más en sanar, que cualquier otra herida.
Pero lo que jamás él debía hacer, era usar alguna otra técnica de la habilidad, que implicara gastar Prana. Al usarse dicha energía, el individuo entra en una sincronía total con el universo, y la consciencia del Primordial Hindú; dotando al usuario de una fuerza y poder, que trasciende el entendimiento, espacio, tiempo y toda ley universal.
No obstante, si un mortal llega a usar técnicas que gastan Prana, como las técnicas divinas, el desgaste sería tan abismal, que no solo provocaría terribles daños al cuerpo; también reduciría los años de vida. Por esto, solo los inmortales, quienes poseen literalmente vida infinita y una fortaleza sin igual, pueden usar el Prana en toda su plenitud.
Después de casi dos años de puro entrenamiento, para dominar el control del Prana y la habilidad, su familia recibió la invitación de una familia amiga en Cerdeña, para asistir a una fiesta de cumpleaños. Por cuestiones políticas y personales, Francisco y Castello no podían asistir, por lo que enviaron a Jofiel en lugar de ellos, para que así, él conociera la cultura original, de la que provenía su familia; sin tener idea de la caótica noche que sucedería en la isla, y que Jofiel conocería a un grupo muy particular de bestias.
—Y así fue como ocurrió —dijo Jofiel terminando su historia.
—¿Pero en serio todavía no sabes nada, del porque nada más fuiste tú, el que despertó la transformación? —preguntó Miguel con mucha curiosidad.
—No, aún no —respondió Jofiel con un poco de decepción.
—¿Y qué hay de aquella bestia que casi mata a tu padre? —preguntó Rafael.
—Tampoco sigo sin saber nada. Hay muchas cosas confusas respecto a todo esto. Pero honestamente, no estoy tan preocupado por saberlas, al menos por ahora —explico Jofiel.
—¿Y tu madre? No la has mencionado. ¿Qué fue de ella? —pregunto Uriel.
—Mi padre y abuelo me dijeron que ella murió cuando yo nací —decía Jofiel, empezando a decaer—. Su nombre era Dalila. Y por lo que me dijeron, era humana...
https://youtu.be/8xxl0_qW9kk
Mientras Jofiel hablaba, con pesar, sobre su madre fallecida, Gabriel estaba callado, y sumido en sus pensamientos; porque hace dos años, cuando Auguste y los otros dos alemanes, iban de camino a Francia, junto a él y su hermana, pasaron cerca de unos pueblos de Irán; el mismo, donde el padre de Jofiel estuvo a punto de morir, por aquella "bestia desconocida". Y el joven-tigre tenía vagos recuerdos de esa noche, en las que perseguía a un hombre adulto, similar a Jofiel.
No obstante, a Gabriel también le parecía raro, que el abuelo de Jofiel pidiera ayuda de otra organización, en vez de la Sede Africana de San Bestia, que era dirigida por otro descendiente de Jacob. Y también estaban el hecho de que nunca visitaron esa otra parte de la familia, y la casualidad de que un grupo de vampiro atacará ese pueblo, justo cuando el joven-león despertó la transformación, y completó su entrenamiento de Lethwei.
Podría llamarse paranoia, producto de las malas experiencias. Pero el joven-tigre no podía evitar tener la sospecha, de que el abuelo y el padre de Jofiel, no eran tan buenos como aparentaban ser; aparte de que le ocultaban algo al joven-león. Y Gabriel no quería saber que sucedería, si alguien tan bondadoso, y a la vez de naturaleza tan salvaje, como Jofiel, llegara a descubrir una posible oscura verdad, de su familia.
Le preocupaba bastante lo que podría ocurrir, porque muchas veces, solo basta con un mal día, para cambiar la vida de una buena persona.
Próximo capítulo: Memorias del Pasado
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