Capítulo XVII: La Kumiho que Amo al Tigre
https://youtu.be/gGTAmmTiD_Y
"...No se dio cuenta de que el zorro milenario ya se había apoderado del cuerpo de Daji..."
—La Investidura de los Dioses, capítulo 4.
[Sede Japonesa de San Bestia: Jardín de la Maestra Syuri Kondo].
El jardín, una vez tranquilo, fue azotado por una repentina onda de choque, provocada cuando el baghatma detuvo a la enfurecida licántropo blanca chocando el cuerpo con el de ella. Después la sujetó desde los antebrazos para empujarla lejos de Kira.
Todo eso ocurrió porque Caroline, a una velocidad imperceptible al ojo humano, intentó avanzar directo hacia Kira con obvias intenciones de asesinarla. Era notable dado a la sed de sangre que emanaba la mujer-loba alemana.
—Uy. Parece que a la loba feroz no le gusta "compartir" su tigre bizarro —dijo Kira ahora con diversión cínica, tocándose la mejilla derecha con el dedo índice del mismo lado, mientras ponía el dorso de la otra mano debajo del codo derecho.
—¡Caroline cálmate, solo trata de colmar nuestra paciencia! —decía Gabriel ahora con los ojos verdes de tigre, por lo mucho que se esforzaba en retener a la enfurecida mujer-loba. Aunque era un poco incómodo debido a que los pechos de ella chocaban con el cuello de él.
—Y lo consiguió... —contestó Caroline todavía con esa expresión de shock y furia asesina que la hacían lucir como una auténtica demonio—. Maestra Kondo, aceptó la sugerencia; yo misma me encargare de castigarla con mis puños y garras, hasta matarla...
—¡¿Qué?! —exclamó Gabriel en total shock.
—Entonces está decidido —decía Kondo suspirando al inicio con lastima—. Preparare el dojo para que resuelvan sus problemas.
—¡¡Pero Kondo-sensei...!!
—Olvídalo chico tigre. Cuando una bestia hembra siente que su orgullo es herido, no existen cielo ni infierno que puedan contener su ira. Y no trates de razonar ahora. Como bestia hembra, te digo yo que somos más salvajes y violentas que las bestias varones. Así que, como bestia varón, no te entrometas en su pelea de orgullo, a menos que sea absolutamente necesario.
En este momento fue el turno de Gabriel de gruñir cual tigre; gruñía de furia, mientras veía de reojo a la kitsune coreana, quien había terminado saliéndose con la suya. Si antes él sentía deseos de golpearla, ahora solo quería matarla por haber involucrado a Caroline en ese conflicto.
Así fue como lo que en un inicio era solo un problema entre Gabriel y Kira, también acabó involucrando a Caroline en una enemistad entre hembras orgullosas.
[Presente. Monolitos de los Kelpies].
De vuelta en el presente, en la proa del barco de Mabel, el baghatma seguía desconcertado al descubrir que en la tripulación de la antigua ex pareja de Remiel también estaba Kira Ginoh. De por sí antes ya pensaba que la situación no podía ser peor.
—Mira que he conocido hembras orgullosas. Pero no pensé que te molestara tanto un rechazo a un beso tuyo —comentó Gabriel con sarcasmo, aunque seguía manteniendo un semblante molesto.
—En los cuatrocientos años que llevo siendo bestia, nadie me había humillado como lo hiciste tú... —decía Kira frunciendo el ceño y mostrando los dientes en una mueca molesta—. Lo tuyo no tiene comparación... No tienes idea de lo que fue para mí, el haber tenido que presenciar el rostro de él, respondiendo de esa manera a un beso mío.
Gabriel arqueo una ceja, ahora sintiéndose confundido por el comentario de la kitsune coreana. Mientras que Jofiel, quien se había dedicado a nada más que a analizar la situación, ahora tenía una expresión de sorpresa y seriedad, porque descubrió algo respecto a Kira Ginoh.
—Gabriel, ¿esa es la misma Kira Ginoh que, según Remiel, les causo problemas a ti y a Caroline en Japón? —pregunto Jofiel con un semblante serio.
—Así es. ¿Por qué la... pregunta? —decía Gabriel girándose para ver al joven-león, y por un momento quedó callado, debido a que se sorprendió de ver la expresión seria del narasinja.
—Escucha con atención Gabriel; mientras tú estabas inconsciente, nos pusimos más al día con nuestros respectivos entrenamientos. Obviamente Remiel menciono a Kira Ginoh. Pero también nos dijo algo de ella, que me pareció muy raro... —decía Jofiel con una actitud seria, que dejaba en claro al joven-tigre que no era un momento para bromas—. Ella no es una kitsune de nacimiento. Ella fue una humana, hija de una sirvienta coreana y un malvado samurái japonés, que fue convertida en kitsune cuando el espíritu de un zorro reencarno en ella, cuando era niña.
—Sí, más o menos eso fue lo que nos contó la maestra Kondo —decía Gabriel, haciendo un poco de memoria—. Por favor no me digas que eso significa muy malas noticias.
—No estoy cien por ciento seguro, pero sé de un tipo de kitsune que se origina a partir de un zorro que reencarna en un humano. Es un caso que suele suceder en Corea... Gabriel, no creo que ella sea un kitsune, sino un kumiho.
https://youtu.be/Rx9OoLwiAho
Aquella revelación hizo que el baghatma abriera mucho más los ojos y quedara en silencio total, por la enorme sorpresa que le causó saber eso. Y no fue el único; desde la segunda cubierta Remiel, quien escuchaba todo lo que pasaba, también quedó en shock al escuchar esa revelación.
"¿Kira de verdad es una kumiho...? Esto no es bueno, para nada bueno...", fue lo que pensó Remiel con la mandíbula casi al suelo y los ojos grandes, ahora preocupado de verdad.
Los kumihos son un tipo raro de kitsune, muy común en las tierras coreanas. Cuando la naturaleza de un cachorro de kitsune se vuelve por completo "Yin" y crece rodeado de magia demoníaca, su espíritu se corrompe y transforma en un mestizo de bestia y demonio: un zorro-demonio mortal, que necesita alimentarse de sangre humana para mantener su longevidad, y solo comiendo una Píldora de Inmortalidad se vuelve una bestia inmortal completo.
Pero que se den las circunstancias perfectas para que esto suceda es algo muy complicado, y en la mayoría de las veces el kitsune ni siquiera crece en un ambiente con suficiente influencia demoníaca.
Aunque si existe una forma especial para que un kumiho nazca; una que es la principal causante del nacimiento de la mayoría de las kumihos: el espíritu de un kumiho existente debe reencarnar en un humano de edad menor a 11 años. Y una vez que suceda la transformación, si el individuo soporta el deseo de comer carne humana por diez días, volverá a ser un humano.
—Tiene que ser una broma... —decía Gabriel con una sonrisa sarcástica, mientras volvía a dirigir la mirada hacia Kira—. Si es cierto que es una kumiho, entonces su poder base debe ser igual al poder promedio de un Qilin.
—Para ser tan astutos y listillos, tú y el kitsune payaso de rayo son muy imbéciles. En serio ¿hasta ahora es que se dan cuenta de lo que soy? —preguntó Kira con sarcasmo molesto, viendo de reojo detrás de sí a Remiel, dándose cuenta de que éste último también estaba sorprendido.
—Pero ¿por qué la familia de la maestra Kondo adoptaría a una kumiho? —cuestiono Gabriel tan confundido que necesitaba respuestas ahora.
—Los kumihos no somos tan comunes ahora, como lo éramos antes de la Dinastía Qing. Los malditos budistas de Japón se encargaron de eso, con sus genocidios secretos en nombre de Buda —decía Kira con un claro rencor en su tono—. Somos unas "hembras" muy valiosas para las bestias varones que buscan parejas fuertes y raras, sobre todo los líderes bestia.
—La verdad no imagino quién podría querer como pareja a alguien como tú —comentó Gabriel entrecerrando los ojos.
En la frente de Kira se hincho una vena por la rabia que ella sintió al escuchar aquel comentario. Pero mantuvo una expresión de serenidad falsa, mientras cerraba la novela que leía, para luego arrojarla a Mabel como si fuera un disco, y ésta última lo atrapo con la mano izquierda, de forma tan precisa y cuidadosa que no daño la novela.
—Te pido por favor que tú y tu "novio" peleen fuera de mi barco. Quiero minimizar el daño lo mayor posible —aconsejo Mabel con diversión.
—Claro. De todos modos este lugar es muy incómodo de pelear para mí —contestó Kira con un tono que reflejaba una rabia contenida, a punto de explotar.
Dicho eso, Kira se dejó caer por el barandal directo al suelo de la cubierta principal. Gabriel, por su parte, se puso en guardia para estar listo a cualquier ataque de la recién descubierta kumiho de Corea. No obstante, tan pronto como los pies de Kira tocaron el suelo, ella desapareció a plena vista, y ahora se encontraba caminando al lado derecho del baghatma, ante el total asombro de éste último.
https://youtu.be/5OJsPtA3Rmg
"No fue Teletransportación... es muy veloz...", pensó Jofiel atónito, ya que vio como la kumiho paso de un lado a otro en un parpadeo, gracias a la velocidad que poseía.
De inmediato Gabriel reaccionó girando a la izquierda, a la vez que atacaba con la pierna de misma dirección en una patada horizontal, la cual pasó por encima de Kira cuando ésta dobló la espalda hacia atrás y flexiono las piernas, al punto en que su cabello casi toco el suelo.
—Demasiado lento —comentó Kira a modo de burla mientras se volvía a erguir, con las manos en la espalda, sin dejar de ver a su oponente.
Todavía manteniendo ambas manos en la espalda, Kira se movió a su izquierda con un giro de 360, esquivando en el acto una patada vertical derecha del joven-tigre. Entonces éste último, tras poner el pie izquierdo en el suelo, de inmediato se dio la vuelta, se apoyó en el suelo con los dedos de los pies, concentró los músculos de las piernas y se impulsó cual hacia adelante como una bala, a la vez que se preparaba para ejecutar un golpe directo derecho.
Acto seguido una onda de choque estremeció todo el barco, cuando Kira levanto la rodilla izquierda e impactó un rodillazo en el estómago de Gabriel, al mismo tiempo en que esquivo el puñetazo moviendo la cabeza a la derecha junto con el resto del cuerpo.
"A Gabriel solo le basto dos ataques para darse cuenta de que Kira lo supera en velocidad, sin ni siquiera ir en serio. Así que concentro toda la fuerza de sus piernas para impulsarse y atacar como un proyectil. Pero aun así, la kumiho reaccionó más rápido, y su velocidad es suficiente para dar un contragolpe al instante", analizaba Jofiel todavía con una actitud seria.
Jofiel ya estaba teniendo una idea del nivel en el que se encontraba Kira, y no era nada alentador. Sobre todo al considerar que ella ni siquiera necesitaba transformarse.
Mientras tanto Gabriel seguía aturdido por el golpe en el estómago; la aceleración que dio solo sirvió para multiplicar la fuerza del contragolpe que recibió. Tanto que por un instante él estuvo cerca de vomitar lo que desayuno. Pero apretó los dientes y lo resistió, aunque de todos modos la sangre se escurrió entre sus dientes.
—No eres digno de seguir el legado de Absalon Khan... —susurraba Kira mientras acercaba los labios al oído izquierdo del baghatma, manteniendo todavía la rodilla levantada, y sonriendo con burla—. Sigues siendo ese niño de la selva, tan pequeño y débil como una rana, Bheka.
El baghatma quedo paralizado del shock cuando escucho aquel último nombre. Y tuvo razón en reaccionar así; han pasado dos años desde la última vez que escucho lo que fue su primer nombre.
—¡Gabriel reacciona! —grito Jofiel ahora empezando a preocuparse de verdad.
Y el hecho de que su voz denotara tanta preocupación, muy rara en alguien como él, hizo que su amigo tigre al fin despertara de su estado de shock. Y justo a tiempo, porque después de reaccionar, Kira actuó primero; retrocedió poniendo el pie izquierdo en el suelo y, apoyándose ahora con dicho pie, levanto la otra pierna en una patada vertical, que rozo la barbilla de Gabriel cuando intentó esquivarlo moviéndose hacia atrás.
Luego, en una rápida secuencia, Kira le golpeo el pecho y estomago con el mismo pie derecho dos veces, haciéndolo retroceder varios pasos. Fue entonces que el joven-tigre al fin empezó a recuperar el ritmo, y gracias a eso comenzó a bloquear con los antebrazos, codos y rodillas el salvaje combo de ataques de Kira.
La kumiho atacaba mediante una gran variedad de técnicas con patadas bajas, horizontales y verticales que incluían volteretas y giros. Todo esto de forma veloz y salvaje, mientras ella seguía manteniendo los brazos cruzados en la espalda.
"Parece que su arte marcial se enfoca más en patadas, similar a la disciplina nativa de Corea. Pero no es el mismo Arte Marcial... es otro que no consigo identificar...", pensaba Jofiel, analizando la forma de pelear de la kumiho, y por primera vez en mucho tiempo se sorprende al no reconocer ni tener una idea del tipo de estilo de lucha del oponente.
Al principio el joven-león iba a unirse a la pelea. Pero decidió mantenerse al margen por un momento más, para descubrir y analizar la forma de pelear del nuevo enemigo. Pero ahora al descubrir que es un nuevo estilo de lucha, tomo la decisión de unirse a la pelea.
Sin embargo justo cuando dio un par de pasos al frente, tuvo que detenerse para mover el lado izquierdo del cuerpo hacia atrás y levantar el puño izquierdo, golpeando en el acto el rostro de un Yokai perro, que intentaba atrapar al narasinja sujetándolo por detrás.
—No crean que me olvide de ustedes, manada de Yokais —dijo Jofiel cerrando los ojos, mientras el Yokai perro que golpeo caía de espalda al suelo, inconsciente—. Solo los ignore, porque creía que ustedes serían lo bastante inteligentes como para comprender cuan bajo están de mi nivel.
—¡Miserable bishonen insolente! ¡Te voy a desfigurar tu bello rostro! —exclamo un Yokai tengu con una katana en mano.
Todos los Yokai allí presentes centraron la atención en el joven-león, y empezaron a correr hacia él para atacarlo todos a la vez. Fue entonces que al fin entendieron cuanta verdad decía el narasinja en realidad, cuando uno a uno fue cayendo ante los puños de Jofiel.
Era una total locura; Jofiel arremetió al Yokai tengu más cercano con un codazo izquierdo diagonal, para luego girarse y conectar un codazo horizontal invertido con el otro brazo en el rostro de un Yokai perro. Luego esquivo tres tajos de la katana de un tengu moviéndose a los lados, para después golpear con el codo izquierdo la parte lateral de la katana, rompiéndola en el acto, y luego arrojo al tengu contra otros tres Yokai por medio de un brutal golpe derecho en el rostro.
Jofiel se dio la vuelta y estrelló contra el suelo un tengu por medio de un golpe directo izquierdo. Alejo a un Yokai perro con una patada frontal derecha en el pecho. A otro Yokai perro lo noqueó con un rodillazo izquierdo debajo de la mandíbula. Después, con la mano izquierda, sujeto de la muñeca izquierda a un Yokai tengu para detener un tajo ascendente, y luego desmayarlo con un fuerte codazo en el rostro.
A medida que avanzaba la pelea, Jofiel pasaba de tener una cara seria a esbozar una sonrisa que denotaba una creciente emoción desenfrenada.
https://youtu.be/A5z5pPMP1zg
—¡No lo hacen mal, por lo menos sirven para calentar mis músculos, pero no tengo tiempo para jugar con ustedes! —decía Jofiel poniéndose en guardia con ambos antebrazos frente al rostro tal como en el Lethwei. Mientras los Yokai lo rodeaban, pero ahora mantenían la distancia y no se apresuraban a atacar sin cuidado.
—¡Jofiel te encargo el resto de la misión! —grito Gabriel, estando en medio de una lluvia de patadas que él solo podía bloquear, y con cada patada bloqueada retrocedía un centímetro.
—¡Chico-tigre en otras circunstancias te habría hecho caso, pero no puedo dejarte pelear solo contra una kumiho, ni menos una como esa! —dijo Jofiel dejando de sonreír para estar por completo serio.
—¡Confía en mí no voy a pelear solo! ¡Y sin esta zorra loca en tu camino te será más fácil sacar a Remiel de este antro flotante!
—¡Maldito rayado este es un buque de guerra de doscientas monedas doradas, no un apestoso antro flotante! —exclamó Mabel al borde del barandal en el puente de mando, furiosa de lo que escucho sobre su barco—. ¡Go-eun haz sufrir a ese insolente!
—¡No tienes que pedírmelo! —contestó Kira dando media vuelta a la derecha mientras se agachaba, para luego impulsarse a la izquierda con el pie derecho, a la vez que levantaba la pierna izquierda en una poderosa patada alta.
Aquella patada fue bloqueada por ambas manos de Gabriel. Pero la fuerza empujo su guardia e hizo que se golpeara la quijada contra el dorso de sus propias manos. Esto, aparte de aturdirlo y desorientarlo, lo envió hacia una enorme roca, ubicada cerca del barco, que sobresalía por encima del agua como un pequeño monte.
El baghatma aterrizó en la cima de aquella colina playera, donde el suelo era irregular, estaba cubierto de pasto junto con algunos árboles, y había un par de los tantos monolitos que le daban nombre al lugar. Allí Gabriel cayo de espalda contra la tierra, creando un pequeño cráter con su caída.
Tardo un poco en intentar levantarse, ya que apenas podía mover las piernas por el aturdimiento. Y debido a esto, fue que no pudo apartarse cuando Kira salto del barco, y aterrizo parada encima del baghatma, con ambos pies en la tierra a ambos lados de la cintura de él.
—Sabes, por un momento llegué a sentir real empatía por ti... —decía Kira con una falsa expresión de pena, mientras ponía ambas manos en la cintura, e inclinaba lo más que pudo el torso hacia adelante para ver de cerca el rostro del baghatma—. Porque yo entiendo lo que es odiar tu propio nombre original.
—Sí, se nota lo mucho que te cause "empatía" —comentó Gabriel con sarcasmo, frunciendo el ceño y tocándose la barbilla con la mano izquierda, todavía afectado por el golpe.
—Aunque te cueste creerlo, no soy tan insensible como piensas que soy.
—La verdad es que eso no me importa. Lo que me interesa saber es ¿cómo maldiciones descubriste cuál era mi nombre original?
—No fue difícil descubrirlo. Ya sabes que a la Kondo-seonsaeng (maestra Kondo) le gusta mucho hablar y escucharse su propia voz. Incluso me explicó que en sánscrito significaba "Rana". ¡Je, je, je! Y yo pensaba que mi primer nombre era estúpido.
—Al menos "Kira" tiene significados geniales. En el idioma original de mi tierra significaría "Rayo de Luz". En ruso podría traducirse como "Señora". En irlandés como "Cabello Oscuro". En japonés como "Brillante". Y en eslavo como "Mujer Fuerte".
—Qué curioso. Dijiste casi lo mismo que kondo-seonsaeng —dijo Kira con un tono disgustado, que su rostro ahora reflejaba con honestidad—. Aunque me gusta el último significado en idioma eslavo, también me disgusta el hecho de que es casi igual al nombre de tu amiga loba feroz: "Mujer Fuerte y Valerosa".
—Un nombre más que apropiado para ella. Si te molesta tanto tener un significado similar, debe ser porque te recuerda lo inferior que eres a Caroline.
Con ese comentario, Kira volvió a fruncir el ceño y mostrar una mirada asesina. Entonces ella se sentó en el vientre del baghatma, de una forma tan violenta que casi le quita todo el aire de los pulmones a él y levantó un poco de tierra.
—Aun estando en una posición muy desfavorable para ti, sigues igual de desafiante —decía Kira levantando un poco la cabeza, mirando desde arriba el rostro del baghatma, mientras acomodaba las piernas para poner las rodillas en el suelo—. Al menos en eso te pareces a Absalon.
—¿Tú qué sabes de él?
—Más de lo que puedes creer...
https://youtu.be/DA3A421eMcI
Decía Kira inclinando el torso hacia adelante y apoyando las manos en el suelo, a ambos lados de la cabeza del baghatma, quien permanecía tranquilo ante la situación y la posición que puede malinterpretarse mucho. Pero además estaba confundido al ver, por primera vez, un aire triste en los ojos de la kumiho.
—Le encantaba las uvas y el estofado con carne de res. Su color favorito era el blanco, aunque también usaba el color rojo en sus ropas, para que sus enemigos no lo vieran sangrar cada vez que se lastimaba a sí mismo por imprudente. Tenía problemas para comprender los sentimientos de otros. Se levantaba cada mañana solo para ver el amanecer desde lo alto. Le encantaba viajar a lugares desconocidos. No le gustaba el dramatismo, la cursilería ni las verduras.
»Aunque no lo admitía, le temía a las arañas. Le gustaba jugar al parchís, humillar a los engreídos, y retar a todos a una pelea. Al principio solo soñaba con morir en una maravillosa batalla, pero luego cambió y decidió vivir al máximo al lado de sus esposas e hijos. Era un mal mentiroso, pero jamás rompía ni faltaba a sus promesas. Y aunque antes pensó que no viviría lo suficiente para tener un propósito, su nueva familia le dio una meta por la que seguir viviendo y luchando.
Decía la kumiho con nostalgia, y sonriendo con una alegría honesta y pura que contrastaba con las sonrisas falsas y cínicas que suele tener. Era una sonrisa de felicidad genuina, carente de toda malicia.
—Rayos. Por la manera en que lo describes, pareciera como si... —decía Gabriel sorprendiéndose cada vez más ahora que, tras hacer una pequeña recapitulación mental, sospecho una posibilidad que hasta ahora desconocía—. Ya veo.... Tú llegaste a conocerlo en persona, demasiado diría yo.
—Fue el "sol" que iluminó la época más oscura de mi vida. Era nuestro destino encontrarnos. Pero el universo es caprichoso. Y como capricho hizo que nuestro encuentro sucediera mucho después de que él ya no me necesitara. Y para cuando yo cumplí la edad suficiente para casarme... él nos había dejado a todos. Aunque tuvo una larga vida y vio a sus nietos nacer, el precio que pagó por usar en exceso el poder de Rudra fue demasiado alto.
—¿Y qué tiene que ver él conmigo? —preguntó Gabriel confundido por eso, pero también intentando ganar algo de tiempo, ya que con la mano izquierda empezó a buscar rastros de vida vegetal en el suelo, a escondidas de la atención de la kumiho.
—No te hagas el imbécil, porque se nota mucho cuando no lo eres —decía Kira, ahora volviendo a tener una expresión de alegría maléfica, y entonces sujetó la mandíbula inferior del baghatma con la mano derecha—. Cualquiera que haya conocido a Absalon, se daría cuenta de tan obvios detalles. Tienes su misma cara. Sus mismos ojos. Su simetría de rayas. Incluso sus expresiones...
Kira dejó de hablar un momento para empezar a olfatear el cabello del baghama, su rostro y su cuello, casi como lo haría un canino. Y entonces ella alejó la cabeza, con una expresión que reflejaba una satisfacción infantil, como el de una adolescente cuando huele una deliciosa y nostálgica fragancia.
—Tienes su mismo aroma... —dijo Kira con felicidad nostálgica, luego procedió con lamer la mejilla derecha del baghatma, e hizo una expresión de disfrute como si probara un delicioso helado—. Y también tienes su mismo rico sabor.
"Esta zorra esta loca", pensó Gabriel estupefacto y ahora sintiéndose muy perturbado. Lo único que lo reconforto, es que con la mano izquierda logro detectar una pequeña raíz, sobresaliendo de la tierra, que provenía de un pequeño árbol cercano.
—Eres idéntico a él en lo que respecta el exterior. Pero en cuanto al interior, he notado muchas diferencias, que me resultan decepcionantes —proseguía Kira ahora con un semblante molesto—. Por ejemplo, esa enfermiza compasión que le tuviste a ese oni fanfarrón. Tuviste la oportunidad de destrozarle el brazo, y hacer algo creativo como usar sus huesos para atacarlo, tal como habría hecho Absalon.
—Deja de compararme con Absalon, porque no soy como él ni jamás lo seré —decía Gabriel, ganándose una mirada fría de la kumiho—. Y lo que paso con ese oni no fue compasión. Simplemente no le vi sentido a seguir lastimándolo, si de todos modos no hace falta matarlo.
—Y ese fue tu error. Debes infundir el miedo a escorias como esa, luchando con crueldad absoluta hasta romper sus espíritus, y hacerlos desear jamás volver a pelear en sus miserables vidas. Si no entiendes eso, la vida misma tendrá que restregártelo de la peor forma.
—¿Qué quieres decir?
—Tarde o temprano volverás a presenciar la auténtica depravación y la hipocresía, quizás de parte de los Falsos Humanos. Y cuando eso pase, sé que el rugido de tu bestia interna incendiara el cielo y hará caer la tormenta sobre los culpables. Solo espero que cuando eso pase, actúes rápido para que alguien cercano a ti no sufra por culpa de tu misericordia infantil.
—Interesante consejo. Así que este es tu lado "empático" —decía Gabriel con sarcasmo molesto, mirando directo a los ojos de la kumiho—. Siendo sincero, yo también empecé a sentir un poquito de empatía por ti. Pero lamento decirte que no puedo ocupar el lugar de tu fallecido amor juvenil, porque soy sagitario ¡Y tú eres una zorra trastornada!
Aquel comentario hizo que la poca paciencia que le quedaba a la kumiho coreana se agotara. Y entonces ella reforzó el agarre en la mandíbula de Gabriel, al grado de clavarle las uñas en la piel. Posterior a esto, Kira mostró los dientes en una mueca feroz, mientras apretaba la mano izquierda en un puño y concentraba tanto Chi que se hizo visible a través de un aura negruzca rodeando su cuerpo.
https://youtu.be/MS3yXViC9lY
"¡¡Ahora!!", fue lo que pensó Gabriel, mientras concentraba energía Prana en su mano izquierda, y transfería un poco a la raíz del árbol; esa chispa de vitalidad viajó a través de la raíz cual señal del cerebro a una parte del cuerpo, siendo el "cuerpo" en este caso el árbol. Esto provocó que el árbol y toda la vegetación cercana crecieran con vitalidad, y con ello generaran flores silvestres, más vegetación y todo irradiase luz por un instante.
Kira había levantado el puño izquierdo potenciado con Chi y, justo cuando lo iba a descender en dirección al rostro de Gabriel, se alarmo al notar la luz y transformación de la vegetación que los rodeaba, ocasionando que la kumiho se distrajera por un segundo.
Segundo que Gabriel aprovechó para sujetarle el antebrazo derecho, para después levantar las piernas, pisar el suelo con tanta fuerza que hundió los pies en la tierra, y ejercer tanta fuerza en las piernas que se levantó de golpe.
"¡Bastardo, me tendió una trampa!" pensó Kira apretando los dientes con furia, y reaccionando de inmediato ante el movimiento de su oponente. De modo que, para evitar que se invirtieran los papeles, se aferró al baghatma cruzando las piernas alrededor de la cintura de él, con tanta fuerza que le hizo sentir dolor.
Acto seguido ella intentó atacar con el otro brazo. Pero también fue sujetado del antebrazo por la otra mano de su oponente. Entonces los dos comenzaron un pequeño forcejeo, en el que Kira intentaba mover los brazos, pero Gabriel se lo impedía. Aquí fue cuando éste último se dio cuenta de que superaba a la kumiho en términos de fuerza bruta.
Durante los próximos segundos ambos no hicieron otro movimiento, más que seguir forcejeando, debido a que estaban planeando cuál ataque sería el más apropiado.
Gabriel dudaba de si tumbarla al suelo o no, porque en esa posición la kumiho podría volver a someterlo con alguna llave marcial. Por otro lado Kira planeaba morderlo, pero dudaba de hacerlo porque él podría contraatacar también con una mordida, y los dos quedarían enfrascados en un duelo de mordidas que sin duda el baghatma ganaría por su fuerza de mordida superior.
"¡En ese caso usare esto...!", pensaron ambos al mismo tiempo, teniendo la misma idea. Y entonces el lugar resonó con un ruido estrepitoso, cuando la frente de ambos chocó al atacarse el uno al otro con un cabezazo a la vez.
Aquel ataque simultáneo desorientó a los dos al grado en que se soltaron el uno al otro. Kira cayo al suelo sobándose la frente con ambas manos, mientras que Gabriel caminaba hacia atrás tocándose la cabeza con la mano derecha. Ambos tenían moretón en sus respectivas frentes, pero no tardaría más de un segundo en sanar.
Aparte el baghatma fue el primero en recuperar la consciencia, y por lo tanto el primero en atacar; salto e hizo una voltereta en el aire, para después descender con una patada izquierda, que estremeció toda la colina cuando impactó en el suelo, debido a que la kumiho lo esquivo girando por el suelo a la derecha de él.
Entonces Gabriel deslizó el pie derecho por el suelo hacia la izquierda en una patada baja giratoria, que una vez más falló cuando Kira se apoyó en la tierra con ambas manos y dio una voltereta hacia atrás, volviendo a estar de pie.
"No solo es inferior a mí en fuerza bruta. Tal parece que quiere evitar a toda costa mis patadas. En ese caso...", pensaba Gabriel, percatándose de las ventajas que él tenía ante su oponente. Y por eso, tras completar el giro por el suelo, volvió a ponerse de pie mientras hacía otro giro, moviéndose hacia adelante, y atacaba por medio de una patada alta con la otra pierna.
Pero Kira demostró que no era la primera vez que tenía un combate así, porque reaccionó de inmediato con el movimiento más recomendable; se agacho mientras daba media vuelta a la izquierda, esquivando la patada en el acto, y contraataco con un puñetazo izquierdo en el estómago del baghatma.
No fue un golpe tan fuerte a comparación de las patadas de ella. Pero tenía suficiente fuerza para enviar al joven-tigre a chocar de espalda contra una enorme piedra, en la que quedó hundido de tal manera que estaba casi sentado. Y antes de levantarse, Kira se movió tan rápido que apareció parada frente a él.
—Sabes, si no fuera por el Chi, esas piernas que tienes me fracturarían unos cuantos huesos —decía Kira con un semblante serio, mientras ponía el pie izquierdo en la roca, justo al lado derecho del rostro del baghatma—. Pero de todos modos, la pasaría muy mal si recibo muchas patadas tuyas. Así que voy a tener que dislocarte las rodillas, y luego...
https://youtu.be/f9DmYeRGOkY
Kira no pudo continuar con sus amenazas, debido a que fue interrumpida por algo que aterrizó en el lugar de forma tan violenta, que levantó tierra y plantas. La kumiho volteo la mirada a su derecha y el baghatma a su propia izquierda; ambos observaron la dirección en la que ocurrió el impacto, y descubrieron que allí había una persona.
En un recién formado cráter, cerca de un monolito casi derrumbado, había aterrizado de cuclillas la licántropo blanca Caroline, quien ahora procedió a ponerse de pie con lentitud, y teniendo un semblante furioso. Su mirada estaba fijada en la kumiho, y transmitía tantas intenciones asesinas que parecerían los ojos de un auténtico demonio.
"Al fin llegó...", pensó Gabriel sonriendo no solo de alegría, sino de creciente emoción.
—Ya veo... A esto te referías cuando le dijiste al chico italiano que "no pelearías solo" —dijo Kira entrecerrando los ojos, entendiendo lo que quiso decirle el baghatma al narasinja en el barco de Mabel.
—Aléjate de él ahora, zorrita malnacida, y prometo que considerare no hacerte pedazos... sino romperte los huesos —dijo Caroline de forma lenta, sin ninguna pizca de piedad, mientras juntaba ambas manos y se crujía los dedos.
Próximo capítulo: Brujo y Guerrero Taoísta.
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