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Capítulo XVI: Busqueda y Destinos Cruzados

"—¡Oh siempre llegarás a alguna parte —aseguró el Gato—, Si caminas lo suficiente!".

—Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carrol.

https://youtu.be/RDewfr_Y_5g

Con el pasar del tiempo, la vida entre el hombre-tigre blanco y la chica-zorro fue mejorando; hasta ser como la de una verdadera pareja. A Sakura le pareció extraño ese cambio en Kainan, y por eso, en una noche, antes de dormir, le pregunto sobre eso; y él le explicó que, debido a que los hombres-tigre son una especie de un solo género, a causa de que solamente el Padre de los Tigres influyó en su creación, sin su pareja, la especie sufre lo que él sufrió antes de tenerla, y después de perderla; el sentimiento de estar "incompletos".

Era algo similar al caso de los dragones. Pero se reducía exclusivamente a una compañera. Básicamente, cada hombre-tigre era como su Creador: un "Adán sin Eva". Y por eso, sufrían el sentimiento de estar "incompletos". No obstante hay una solución para eliminar ese sentimiento. Según la historia, el Padre de los Tigres era como el mismo sol: "una luz solitaria, que a cambio de iluminarlo todo, sufría la soledad". Sin embargo, existía algo que, aunque no era igual al sol, lo complementaba; la luna.

Y las viejas historias dicen que, después de que el Padre de los Tigres perdiese a su pareja, a manos de los humanos, vago por la India antigua, hasta encontrarse con una Loba Madre; blanca cuál misma luna, y ojos azules cual mismos zafiros. Ella, aunque era diferente a él, lo complementaba; ambos eran como el sol y la luna. Y de manera similar, Sakura era la "Luna" de Kainan.

La negación del hombre-tigre blanco a tener pareja, se debía porque no quería tener familia; para no volver a sufrir el dolor de la pérdida de otro ser querido. Y aunque él tenía el horrible sentimiento de estar "incompleto", estaba dispuesto a resistirlo hasta la muerte. Además, Kainan sabía muy bien que no siempre los hombres-tigre consiguen su "Luna". Incluso ha habido quienes jamás la encontraron.

https://youtu.be/m8qoV-S9q6g

Por ello, lo sucedido con Kainan, podría llamarse una jugarreta del destino, o una broma de la casualidad; ambas reforzadas por el hecho, de que él no quería, ni esperaba encontrar a la denominada "Luna". Pero lo cierto era que así fue, y él pudo abrir su corazón a ella. Y años después, nacerían sus siguientes hijos: seis niñas a las que llamaron (de mayor a menor respectivamente) Haru, Hanako, Ayaka, Ayame, Mai y Kohana.

Aunque el trato inicial eran "seis cachorros", al final, terminaron teniendo ocho; lo cual, alegró a la pareja. Sin embargo, había un detalle, que preocupo a Sakura; su propia longevidad. Las bestias pueden vivir el doble, o incluso el triple que un ser humano común, debido a que las Células Bestia ralentizan abruptamente el envejecimiento. Pero no lo suficiente, para que vivan tanto como un kitsune.

También estaba el detalle de que, muy rara vez, las bestias depredadoras llegan a la vejez; porque tienden a morir en combate. Por eso, Sakura decidió aumentarle la longevidad a Kainan; transfiriéndole parte de su esencia vital a él, por medio de relaciones sexuales. Los kitsune poseen la capacidad de robar esencia vital, para vivir más tiempo; similar a los súcubos o íncubos, quienes se alimentan de esencia vital. Pero a diferencia de ellos, los kitsunes también pueden transferir sus propias esencias vitales a otro individuo (aunque no necesariamente a través de relaciones sexuales).

Y entonces, al pasar los años, se comprobó algo sorprendente; cuando Byakko cumplió los 9 años, obviamente se transformó en un hombre-tigre blanco como Kainan. Pero cuando Remiel cumplió los 11, obtuvo la cola y orejas de zorro como Sakura; era un kitsune (aunque de color blanco; color heredado de su padre Kainan).

La simbología de que cada cola representa cien años de vida, no significa, literalmente, que obtienen su primera cola al cumplir dicha edad. De hecho, cuando un kitsune joven cumple los 11 años normales, obtiene su primera cola; dando inicio a su larga longevidad. Y al cumplir doscientos años, obtienen la siguiente cola; de ahí la simbología.

Que Remiel fuese un kitsune como Sakura, sorprendió a la pareja, puesto que esos casos eran en extremo raros, y creían firmemente que sería un hombre-tigre como Kainan. Aunque debido a eso, por decreto de la Sociedad Sobrenatural y el Reino Yokai, Remiel ahora debía vivir y ser entrenado en este último, hasta que cumpliese la mayoría de edad (900 años).

Sin embargo, eso implicaría separarlo de su familia (puesto que Sakura no quería abandonar el Mundo Mortal, y Kainan no podía vivir en el Reino Yokai). No obstante, Kainan pidió ayuda de sus maestros del gremio San Bestia, y ellos lograron llegar a un acuerdo con los líderes del Reino Yokai; Remiel, y el resto de los hijos kitsune que tuviese la pareja, estarían en el hogar ancestral de los Kitsunes cada 50 años (en esa dimensión), y después de ese tiempo regresarían al Mundo Mortal, para descansar y estar con sus padres durante seis meses; para luego regresar y continuar su educación.

Debido a que los kitsune tienen una larga expectativa de vida, su concepto del tiempo es diferente; por lo cual, para Remiel, aquellos 50 años fueron casi la mitad de un año; lo mismo fue para las seis hijas que tuvieron Kainan y Sakura tiempo después; las cuales, obviamente terminaron siendo kitsunes; porque solo los varones obtienen la maldición del hombre-tigre. Aunque ahora la pareja permanecería separada de sus hijos la mitad del tiempo, podían ir al Reino Yokai para hacerles algunas visitas, y hasta quedarse por un tiempo allí con ellos en una residencia temporal.

Pero las visitas eran un poco tensas, porque Kainan y su hijo Byakko debían permanecer siempre al lado de Sakura, para evitar posibles problemas por parte de los demás yokais; porque ellos no confiaban mucho en los extranjeros, debido a un incidente que hubo siglos atrás, cuando "dos inmortales extranjeros" llegaron allí: un Dios extranjero con alas de ave doradas, melena rojiza y aurora dorada, acompañado de una mujer-demonio con alas de murciélago y cuernos de carnero.

Ambos eran exiliados de una tierra, muy lejos de Japón, con el mismo nombre que el Dios extranjero, y habían llegado al Reino Yokai. Pero algo pasó que, el Dios Creador Japonés, Izanagi, se enfadó con ellos, y tuvieron una batalla tan grande, que casi destruyen el Reino Yokai. Por esto, el Dios Extranjero se vio obligado a matar al Dios Izanagi. Debido a los problemas ocasionados, ambos inmortales tuvieron que irse a otra tierra.

Desde entonces, los yokais no volvieron a confiar en extranjeros. Pero la familia del tigre y la kitsune no centró en ello, y se enfocó en pasarlo bien. Y al pasar los años, se descubrió que, de los ocho hijos, Byakko y Remiel fueron los únicos que heredaron la afinidad a la magia eléctrica como Kainan; haciendo de ellos Electromancers. Por lo cual, Kainan les regaló sus reliquias familiares: a Byakko le dio los guantes Garras de la Tormenta, y a Remiel la katana Filo del Trueno.

Ambas reliquias familiares fueron forjadas siglos atrás en China, por un inmortal, basándose en el Tigre de las Tormentas, y se las regaló al antepasado de Kainan; para que defendiera a su familia y a su pueblo del ataque de los yaoguais oscuros (espíritus animales monstruosos similares a demonios). Y lo curioso, es que Remiel recibió su nombre, en honor a ese inmortal.

Aparte de las reliquias familiares, Kainan decidió también legar su ancestral arte marcial, al único de sus hijos, que tomó el camino del guerrero: Byakko. Le enseñó el estilo Garra y Colmillo del Gran Tigre; una evolución del Estilo Tigre en el Kung Fu, agregando técnicas del Chi kung, mezcladas con la acupuntura. Fue creado por el primer avatar del Padre de los Tigres que hubo en China, para luchar contra vampiros.

Byakko, al haber elegido ser un guerrero, decidió unirse al gremio de su padre; San Bestia; y luego de tres años de pruebas, se convirtió en un miembro oficial. En cuanto a Remiel, aunque era muy bueno con la espada y en el manejo de la magia, no quería ser guerrero, pues tenía otros planes; como él y su hermano mayor siempre han divertido a sus hermanas con sus chistes, Remiel decidió ser comediante. Las demás hermanas también tenían sus planes (aunque algunas aún no se decidían): soñaban con ser cantante, pintora, escritora, diseñadora, empresaria o cocinera como su madre.

La familia tenía un muy brillante futuro; el cual, parecía incierto, por un suceso que ocurrió un día, en el octubre del 1879: después de que Kainan y Byakko fueron a una misión en el extranjero, no se supo más de ellos. Siempre que salían a una misión así, se mantenían en contacto con Sakura por medio de mensajes, pero esta vez no enviaron ni una sola nota. Preocupada, la mujer-kitsune fue al gremio a preguntar sobre su marido e hijo, y estos le informaron que ellos y su clan fueron a una misión secreta en el extranjero, y misteriosamente desaparecieron.

Lamentablemente no podían decir más de esa misión, por ser un "asunto internacional que involucraba a varias organizaciones". Y como tal, no podían decir más al público. Aunque dijeron que trabajarían lo antes posible para encontrarlos, no sirvió de consuelo para Sakura; ella estaba totalmente angustiada, y quería salir a buscarlos. Pero no podía salir fuera de los límites de Japón, porque en el resto del mundo habían incontables peligros y amenazas mortales para los kitsunes; especialmente los cazadores de monstruos y los vampiros.

Sin embargo, los demás miembros de San Bestia sí pudieron confirmar que ambos seguían vivos, pero su paradero era totalmente desconocido. Saber que seguían vivos, le fue suficiente a Sakura, como para creer que ellos regresarían. Y por eso, cada día, después de trabajar, espera su regreso pacientemente en la sala de la casa.

Sakura no tenía problemas con cuidar a los niños cuando regresaban del Reino Yokai; ya que, debido a que ella y Kainan tenían una vida sencilla, sumado al trabajo de ambos en los que ganaban mucho, poseían ahorros suficientes, como para mantener a veinte personas por diez años; además de ahorros de emergencia, que Kainan guardaba por si algo le llegaba a pasar, y Sakura se quedaba sola con los niños.

Había pasado un mes desde la desaparición de ambos hombres-tigre. Pero Sakura y sus hijas mantenían la fe de que ellos regresarían. Sin embargo el joven-zorro ya no soportaba ver a su madre y hermanas así, ni soportaba la preocupación de saber qué fue de su padre y hermano mayor. Remiel creía que tal vez en esa misión fueron capturados por un enemigo y los mantiene cautivos, o llegaron a un sitio por el cual quedaron atrapados.

Sea cual sea la situación de ellos, él no se iba a quedar con los brazos cruzados. Y por ello, tomado su katana Filo del Trueno, y sin que su familia y el Reino Yokai lo supiera, decidió también ir al Mundo Mortal. Pero no se iría sin tomar medidas. Usando todos sus ahorros, visitó una tienda en el Reino Yokai, y compró un familiar yokai mensajero, con forma de gato blanco; para enviar mensajes a su familia desde donde quiera que él esté, y de ese modo, mantenerlas al tanto de que él está bien y activo.

Remiel visitó la sede japonesa del gremio San Bestia (ubicada allí mismo en Tokio). Y pese a su gran insistencia, no podía saber cuál, o qué era la misión; porque ese tipo de misiones solo lo podían saber miembros del gremio, o una organización amistada con ella. No obstante, el joven-zorro logró dar con unos compañeros de su hermano mayor. Al igual que él, ellos estaban preocupados por su amigo tigre blanco. Pero aun así, no podían decirle nada a Remiel sobre la misión. Sin embargo, uno de ellos sí pudo decir quién la dio; un hombre-lobo, miembro del gremio San Bestia de Estados Unidos, llamado Bill Kane.

El joven-zorro por fin tenía algo por donde comenzar su búsqueda. Pero no sabía cómo llegar, ni cuánto tiempo iba a tardar; porque no había Salones Astrales Públicos, que llevarán directamente a Norte América. Tampoco contaba con dinero para hacer múltiples viajes, y si regresaba a casa a buscar dinero, su madre trataría de impedir que él viajara; por miedo a que también desapareciera. Robar tampoco era una opción para Remiel. Entonces, tras salir de la Sede Japonesa San Bestia, bastante frustrado, fue a un parque de Tokio para planear cómo hacer su larga travesía; y eso lo llevó a este momento.

—Eso... fue... ¡¡Increíble!! —exclamó la chica-gato entusiasmada, después de que Remiel terminó su relato—. Es increíble la historia de los kitsune y la tuya. ¡Me encanto! ¡Digno de estar en mi colección! Como agradecimiento por tan increíble relato, te ayudare a ir a Estados Unidos.

https://youtu.be/bCBwoUCFg1c

—¡¿De verdad?! —dijo Remiel levantándose del suelo, muy feliz y emocionado—. ¡Te lo agradezco mucho...! Eh...

—Mabel Cheshire —se presenta la chica-gato.

—"Cheshire"... Curioso apellido. Un honor conocerte. Mi nombre es Remiel Nishimura.

—Muy bien, Remiel. Ahora que nos conocemos, ¡iniciemos el viaje!

—¡Sí! Espera... Ahora que lo pienso... Desapareces y reapareces en otro sitio. Te apellidas Cheshire y eres una mujer-gato... ¡¡Eres de...!!

—¿El mundo que ustedes llaman "País de las Maravillas"? Pues sí, zorro astuto —interrumpió Mabel a Remiel, reapareciendo sorpresivamente detrás de este, y susurrándole al oído; asustándolo otra vez.

—¡¡Te he dicho que dejes de hacer eso!! —exclamó Remiel molesto, y alejándose de Mabel, después de volver a ser asustado.

—Disculpa lo olvide ¡je, je, je!

"Si de verdad viene de esa rara dimensión, puede que esté tan chiflada como los demás habitantes de allí". Pensaba Remiel con cara de pena.

—Bueno ¿a qué estamos esperando? ¡Vamos! —dijo Mabel tomando de las manos a Remiel, tras unos segundos estando totalmente quieta, el brillo rosa los envuelve, y entonces Mabel lo lleva directo hacia detrás del árbol; para después llegar a un parque muy distinto a los de Japón.

En donde estaban era de día. Las casas que se veían a lo lejos no eran para nada orientales, sino las típicas casas norteamericanas elegantes de la época. Y el árbol por el que pasaron no era de cerezo, sino un árbol común de manzanas.

—¡Bienvenido al estado Washington D.C. de Estados Unidos! —saludo Mabel con gran emoción.

¡¡¡Naniiii!!! —exclamó Remiel en extremo conmocionado, por lo fácil que resultó, no solo llegar al país norteamericano, sino incluso llegar a su capital.

—¡Por supuesto! ¡Espera un momento, iré a mi hogar original y traeré algo de dinero! —Mabel se queda quieta un momento, y en cuanto el brillo rosa la cubre, pasa al lado del mismo árbol de manzanas, y desaparece. Luego de unos segundos, aparece del otro lado del poste, pero con un vestido similar al de la nobleza de color rosa, y un bolso de igual color lleno de dólares—. ¡Listo ahora podemos alquilar un apartamento aquí!

Remiel, quien estaba cómicamente impactado con la boca abierta, simplemente se desmaya por la impresión; haciendo reír a Mabel. Después de llegar mágicamente a Estados Unidos (literalmente), ambos comenzaron su rumbo. No les fue muy difícil conseguir viviendas temporales. Incluso se hospedaban en lugares en extremo caros, por la exagerada cantidad de dinero que poseía la chica-gata; y no solo tenía dólares. Remiel quedó muy sorprendido al saber que Mabel poseía una exagerada cantidad de dinero de distintos países. Ella era como un "banco viviente".

Mabel le había explicado que tenía tal cantidad de dinero, por diferentes trabajos que consiguió en los países que visitaba, desde que llegó de su "tierra natal" hace seis años. Remiel le creyó sin problemas, y nunca le preguntó sobre su mundo e historia (principalmente porque no quería saber de un mundo, en el que la lógica no existe, y todos están locos). Y solo se enfocó en su búsqueda. 

Remiel no quería ir directamente a la sede, por "razones propias". Por lo que decidió buscar al tal Bill Kane, para de que le revelara cuál era la misión; por ello, investigaron su paradero. Pero no encontraron mucho acerca de él. Resulta que Estados Unidos no era como Europa, Asia o África, en los que las bestias y demás seres sobrenaturales tenían mucha libertad. 

En el país norteamericano, las criaturas sobrenaturales eran acosadas sin piedad, por un grupo de cazadores de monstruos; el cual, trabaja independientemente de las demás organizaciones. Por lo que las criaturas y demás razas permanecen en total anonimato todo el tiempo. Y solo se reúnen en bases de gremios, o zonas urbanas secretas.

Por ello, Remiel y Mabel debían moverse en anonimato, y en total cautela; algo que era difícil para el dúo, por la katana del joven-zorro. Resultó que dicha katana parece tener una especie de voluntad propia; por lo que, cuando Remiel la vuelve invisible, o la guarda en su talismán, ésta vuelve a aparecer por si sola; lo que generaba problemas con las autoridades. Desde entonces la mantiene envuelta en una tela blanca, por si aparece sola en público. Y aunque Remiel era bueno con la misma, aún no conoce del todo su poder y manejo; principalmente porque él jamás quiso ser guerrero, por lo que no se esforzó en aprender a usarla en todo su potencial.

Pasaron casi tres meses, y hasta el momento, Remiel y Mabel habían viajado por diferentes Estados, siguiendo pistas del paradero de Bill Kane; al mismo tiempo que huían de los cazadores de monstruos. Y mientras tanto, Mabel le enseñaba inglés a Remiel, y este aprendía a gran velocidad; no por nada era uno de los estudiantes más listos de la Academia de Kitsunes (aunque tendía a vaguear bastante). Pero eso no era todo, pues, durante ese tiempo, la relación entre Remiel y Mabel se había vuelto muy cercana (aunque a veces ella le hacía alguna que otra jugarreta, que a él le disgustaba).

Sin embargo, en cierto día, cuando Remiel paseaba por las calles del condado de Marion, Tennessee, gracias a su manejo decente del inglés, se dio cuenta de algo; en un viejo letrero de hace un mes, ponía que una vez más, en tres bancos ha estado desapareciendo el dinero de la noche a la mañana; como por arte de magia. Podría llamarse una corazonada o paranoia, pero Remiel no podía evitar sentir un muy mal presentimiento.

https://youtu.be/3fmzNyO4hLY

Incapaz de estar tranquilo con ese descubrimiento, fue a investigar más del tema. Con un poco de esfuerzo en su inglés, logró descubrir que los mencionados bancos, no fueron los únicos robados de esa forma. En la mayoría de bancos de los distintos Estados, hubo desapariciones de menos del 50% del dinero. Y eso ha sido así, desde hace casi seis años. En un principio el número de dólares desaparecidos era tan bajo, que no se tomó importancia del asunto. Pero a medida que fue aumentando la cifra, y no solo en uno, sino en varios bancos de diferentes Estados, se hizo evidente que estaban siendo robados de manera misteriosa.

No obstante, lo que reforzó las sospechas de Remiel, era que los robos se habían detenido por casi un año, y habían resurgido hace tres meses; casi al mismo tiempo, en que él y Mabel llegaron a Estados Unidos. Y no solo era el país norteamericano. Remiel descubrió, por parte de uno de los periódicos mundiales de la sociedad Sobrenatural,The Night Times, que hubo el mismo robo en diferentes países de distintos continentes; incluido recientemente Japón.

Era obvio a donde apuntaban las sospechas, y aunque Remiel no quisiera creerlo, debía saberlo. Y por eso, decidió aclararlo de una vez, en una tranquila noche, en la que ambos iban de regreso a la residencia donde se hospedaban temporalmente. Remiel usaba un traje casual naranja, mientras que Mabel usaba un muy elegante vestido rosa, cuya falda le llegaba hasta por debajo de las rodillas, y su cabello lo tenía sujeto en dos coletas.

Las calles estaban desiertas e iluminadas con la luz de la luna llena. El dúo solo caminaba tranquilos, hasta que Remiel, ya cansado de las dudas, le encaró a Mabel lo que sospechaba; le pregunto si en realidad, ella obtenía el dinero robando bancos. Una negación, o una forma de evadir el tema, era lo que se esperaba Remiel, y no que ella lo confirmara con un simple "Sí", junto a una sonrisa cínica, con aire divertido; aunque sin señales de ser una broma.

De todos modos, Mabel planeaba contárselo en algún momento, y por eso le reveló todo; cada vez que ella viajaba a un nuevo sitio, iba a un banco con cualquier excusa que se le ocurriera, solo para conocer el lugar. Y así, usando su habilidad especial, Aquí y en Ningún Lugar, aparecía en el banco durante una noche a la semana y robaba el dinero. Dado a que solo se llevaba pequeñas porciones en diferentes bancos, sumado a su extremo sigilo y habilidad, no dejaba señal de un robo.

Pero a medida que fue pasando el tiempo, ella no podía evitar la tentación de tomar más de lo que se permitió; ocasionando que aumentará la cantidad de dinero, y de veces que robaba en una semana; hasta ser casi a diario. Y por esto, algunos países se dieron cuenta rápido de la desaparición del dinero; aunque muy tarde, porque Mabel podía escapar sin problemas, y como no tenía relación con nadie en ese mundo, ella era como un fantasma.

—¡¿Pero cómo puedes hacer algo así?! —exclamo Remiel molesto, cuando Mabel terminó de revelar todo; aunque esta solo se reía.

—¡Ja, ja, ja! ¡Querido Remiel, es tan adorable tu bondad! —dijo Mabel entre risas, con algo de cinismo y crueldad, que espantaba al joven-zorro—. Si alguien tuviera la capacidad de estar en cualquier sitio, ¿para qué crees que usaría esa habilidad? No seas tan inocente. Solo imagínalo: estar en el lugar que quieras, sin nada que te detenga ni prohíba viajar, es algo que cualquiera disfrutaría al máximo. En mi hogar de origen, yo y los míos no nos divertimos mucho, porque simplemente no hay nada que nos impida viajar, ni que valga la pena tener. Además de que todo allí es casi igual. Pero aquí, puedo viajar donde sea, conocer diferentes tierras y culturas, y enriquecerme de ellas. Y por supuesto, también gozar de los lujos que ofrecen cada una de ellas. ¿Para qué tener un don, sino sacas provecho de el?

—Definitivamente estas demente.

—Oh vamos Remiel. No puedes hablarme de ética y valores, porque eres una bestia. Según me contaste, parte del trabajo de tu padre y hermano mayor, consiste en matar y devorar humanos malvados; algo que para los valores humanos, sería asesinato. Pero para nosotros, las bestias, no es asesinato; porque ellos no son nuestros semejantes, sino nuestras presas. Y es por eso, que nosotros, por más cariño que le tengamos a los humanos, no sentiremos nada al matarlos o lastimarlos. Porque un depredador no puede sentir empatía por su presa. Lo mismo ocurre contigo. Si llegas a matar o lastimar a un humano, sea bueno o malo, no sentirás nada. Es el ciclo de la vida. ¿Te gusta mi lección de historia? A que soy una buena narradora. ¡Ja, ja, ja!

Remiel estaba profundamente callado, porque no podía contrariar a Mabel. Aunque él jamás mató a alguien, ni siquiera a un humano, sabía que si llegaba a hacerlo, no sentirá nada. Su padre y hermano mayor trabajaban encarcelando bestias rebeldes y descontroladas, porque las bestias no tienen permitido matarse unas a otras; solo podían matar humanos: sus presas.

No obstante, en lugares donde hay influencia del gremio San Bestia, se inculca a las bestias jóvenes solo matar humanos malvados. Esto era, para que las bestias tuvieran un sentido "moral", que no fuera en contra de su naturaleza, ni en contra de su objetivo primordial; controlar la población humana. Y se ha demostrado que en la humanidad, abundan más los malos que los buenos; por lo que solo matar malvados, no afecta negativamente la meta de control poblacional.

Habían bestias como Remiel, que poseían algo que muy pocos tienen: valores. Su padre, que era una bestia que persigue la maldad, le enseñó a él, y a su hermano y hermanas la diferencia entre lo bueno y lo malo, a respetar a todas las criaturas vivientes, y que matar no era tan malo, pero tampoco tan bueno; solo había que matar cuando era necesario, o para sobrevivir y nada más. También les enseñó a no cometer crímenes ni aptos deshonorables; como robar. Y el haber aprovechado dinero ajeno, que probablemente también era familias que les hacía mucha falta, hizo sentir muy mal a Remiel.

—Je, no puedo negar tu razón retorcida. Y por eso, aquí termina nuestro viaje juntos —dijo Remiel con una expresión triste.

https://youtu.be/VSlvkm8Rh3E

—¡¿Qué?! No puedes estar hablando en serio —decía Mabel ahora alterándose, y negándose a creer lo que escuchaba—. ¿Es otro chiste verdad? ¡Ja, ja, ja! Porque realmente es muy diver...

—No es otro de mis chistes —la interrumpe—. Jamás he hablado tan en serio en mi vida.

—No puedes... no puedes hacerlo. Después de todo... ¿vas a dejarme por estupidez ética? —dijo Mabel, a punto de empezar a llorar.

—No es una estupidez. Mientras más lo pienso, peor me siento. En mi viaje para encontrar a mi padre y hermano, estuve disfrutando el dinero de familias, ¡que probablemente lo necesitaban mucho más que yo! ¡Ni aunque trabaje toda mi vida podré pagar todo eso! —dijo Remiel, ahora molestándose, para luego darle la espalda a Mabel, y comenzar a retirarse—. Así que lo mejor que puedo hacer, es simplemente irme lejos de ti. No sé cómo, pero seguiré mi viaje; sólo.

—¡Oye espera! —dijo Mabel, reapareciendo detrás de un poste enfrente de Remiel, y se para delante de éste y trata de detenerlo—, ¡Escucha entiendo que estés molesto, pero no tienes porqué irte solo porque...!

—¡Ya he dicho que no contribuiré en arruinar a más personas; sean humanos, elfos, enanos, orcos o incluso sátiros! Arruinarle la vida a los malditos políticos eso sí que lo acepto. Pero es posible que de todo ese dinero robado, haya también el de familias inocentes que dependían de esos ahorros. ¡Y aparte de sentirme mal por ello, también decepcionaría a mis padres, hermano y hermanas! —dijo Remiel con gran enojo, mientras pasaba de largo de la chica-gata.

—¡Bien! —exclamó Mabel, ahora con lágrimas—. ¡Entonces lárgate zorro estupi...!

Mabel no pudo terminar de hablar, porque de la nada, le cae encima una red negra; atrapándola en la tierra. Remiel, quien ya estaba bastante lejos de ella, se volteó sorprendido; dándose cuenta que, aparte de lo sucedido, ve a dos figuras salir de un callejón oscuro.

Uno era un hombre-jaguar, que llevaba un atuendo oscuro con detalles rojizos; que consistía en una chaqueta negra sin camisa, pantalón negro hasta las rodillas y un cinturón negro lleno de artefactos: extrañas estrellas ninja con más forma de cruz, y un bolso ancho en su lado izquierdo, que parecía estar lleno. Y aparte de su atuendo, en su mano izquierda portaba lo que parecía ser una especie de ballesta; la cual posiblemente usó para disparar la red.

La otra figura era la de una mujer-lobo gris, cuyo atuendo era similar al del hombre-jaguar. Pero llevaba una camisa blanca corta cubriendo sus pechos, su traje tenía algunas marcas tribales azules, su cinturón estaba lleno de dagas, en vez de una cruz tenía un collar con un tótem de lobo hecho de madera. Mabel al saber el aprieto en el que estaba, decidió escapar con su habilidad; se queda totalmente quieta y el aura rosa comienza a envolverla

Magia de Trueno: Electro Trampa —conjuro la mujer-lobo, chasqueando los dedos.

La red en la que estaba atrapada Mabel comenzó a emanar corriente eléctrica; que aparte de solo causarle molestias a la chica-gata, le impidió usar su habilidad. Mabel apaga su habilidad, y la electricidad se detiene. Sin embargo, no la vuelve a usar, porque sabe que esa era una trampa planeada para ella; ya que, la electricidad mágica le impedía usar su habilidad; estaba atrapada.

—Mujer-gata, estás bajo arresto —dijo el hombre-jaguar con seriedad.

Mabel supo que ahora ya no tenía salida. Volvió a ver hacia adelante, con la esperanza de que Remiel la fuera ayudar. Pero él ya no estaba ahí; eso le terminó de romper el corazón. El joven-zorro estaba oculto detrás de unas de las casas cercanas, porque reconoció la vestimenta que usaban el hombre-jaguar y la mujer-lobo; ambos eran miembros del gremio San Bestia de Norteamérica. Si ellos estaban allí, significaba que, de algún modo, habían descubierto sobre Mabel y su habilidad. Y por ende, la estaban buscando; y finalmente la habían encontrado y arrestado por sus robos.

Por un lado quería ayudarla, pero por otro lado debía dejar que ella respondiera por sus crímenes, y no dejar que lo atraparan a él, pensando que era un cómplice. Remiel no considero ir con ellos para encontrar a Bill Kane, porque cabía la posibilidad de que Mabel, por rencor, tachara al joven-kitsune de total cómplice, y él correría riesgo de ser arrestado por quien sabe cuánto tiempo; y no podía esperar más. Aunque Remiel sentía que merecía también pagar, pese a que no sabía nada, ahora no era tiempo para eso. Debía terminar su viaje primero.

Después de lo sucedido, el joven-kitsune siguió su rumbo sólo. No sabía si el gremio lo perseguía o no, pero debía darse prisa en llegar al Estado cercano: Georgia. Según lo último que investigó de Bill Kane en Marion, éste se había mudado a la capital de Georgia. Como Remiel ya no contaba con la ayuda de Mabel, el viaje sería más largo y peligroso. No obstante, el destino le tenía preparado algo más, porque cuando llegó a un oscuro bosque, cerca de la frontera con Georgia, escuchó gritos de agonía, por parte de varios hombres, y algunos disparos; mezclados con rugidos de un jaguar, o leopardo. En aquel bosque, un destino se cruzó con otros dos.




Próximo capítulo: Una Luz en la Oscuridad.

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