Capítulo XLVII: Joel vs Clan Nightfall Angels (II)
"¡Om! Feroz, viril Mahavisnú, lleno de fuego, mirando hacia todas partes, Narasinja, terrorífico, auspicioso, muerte de la muerte. Te hago reverencias."
—Narasinja Stotra Mala.
https://youtu.be/9SkTvDoB_Ms
[Base Secreta de Carmilla: Almacén Principal]
Luego de que Joel conjurara por primera vez uno de sus más poderosos hechizos, gran parte de la zona fue azotada por una potente ventisca que duró unos cuantos minutos. Pero fue tiempo suficiente para que el puente en el que se encontraba el mismo Joel fuese congelado, junto con los demás puentes cercanos y algunos vampiros que no lograron escapar a tiempo.
Y cuando el puño de tierra creado por Rafael entró en el rango de aquella ventisca, también sufrió el mismo destino, solo que esta vez el hielo no se detuvo en el puño; aquel hielo cubrió toda la montaña de tierra casi al instante, hasta llegar al subsuelo de dónde provino. El hombre-oso intentó convocar otra montaña de tierra, y aunque su magia hizo efecto, no pudo levantar otra creación rocosa de la tierra bajo el suelo de la base, por un motivo que lo dejó petrificado de la sorpresa; cada pedazo de tierra que yacía debajo de la base vampírica fue congelada con ese extraño hielo, y Rafael no tenía la fuerza suficiente como para fortalecer la tierra y así romper ese hielo.
—Esto no es un hielo normal —dijo Uriel intrigado y a la vez sorprendido, mientras daba unos pasos al frente y se agachaba para inspeccionar más de cerca el hielo que llegó hasta el borde del piso colgante donde se encontraba él al lado Remiel y Azrael.
El joven-kitsune había dado un salto atrás asustado y sorprendido del repentino glaciar que creo el hombre-lobo gris. El hombre-pantera también se sorprendió, más por el hecho de que aquel hielo no parecía normal, ya que tenía tonos violetas mezclados con distintos tonos de color azul. Pero cuando Uriel inspeccionó el hielo e intento derretirlo con un poco de su magia de fuego, confirmó aquellas sospechas.
—Esto es magia elemental de hielo. Pero es diferente a la de Amitiel y otros magos que he conocido. Es más poderosa... —dijo Uriel, no pudiendo ocultar su asombro y preocupación al ver algo que estaba fuera de su comprensión.
—¡Créeme que ya lo note! —dijo Remiel con los pelos de punta y los ojos amplios del terror, mientras se alejaba hasta que su espalda chocó con la pared.
—Y también está el idioma en que ese licántropo conjuro —dijo Azrael con seriedad absoluta—. Es el mismo lenguaje que los elfos. Es nórdico antiguo.
—Y yo creo que sé por qué —dijo Uriel poniéndose de pie, con un tono serio que no reconfortó a sus compañeros—. Es un Arte Mágico de los gigantes del Panteón Nórdico...
Los gigantes del Panteón Nórdico, también conocidos como "Jotun" por su tierra de origen, Jötunheim. Son una de las razas mortales más antiguas del cosmos, y es por su antigüedad que son portadores de un conocimiento universal comparable al de los Taoístas del Panteón Chino y los dioses Devas del Panteón Hinduista; un conocimiento que sobrepasa incluso el entendimiento del mismo Dios Supremo nórdico, Odín, y es capaz de alterar hasta cierto punto la realidad misma.
Es por eso que de todos los Reinos de Yggdrasil, los Jotnars fueron los únicos mortales capaces de oponerse a la tiranía de los humanos del Territorio Nórdico y de los dioses de Asgard, lo que les valió el título de los "Mortales que Superaron a los Dioses". Y entre los Jotnars hubo uno que los superó a todos, incluyendo al único gigante cuyo poder lo hizo coronarse como el Dios Nórdico de la Calamidad, Loki. Tal fue su poder que se convirtió en el ser más poderoso del Panteón Nórdico, la pesadilla viviente de los dioses y la bestia que devoró un universo completo.
Su nombre fue Fenrir Hróðvitnir.
—Por favor dime que es una broma —dijo Remiel poniendo una mano en su frente, tras escuchar la revelación de su amigo dragón, e incrédulo de que frente a ellos estuviera un usuario de una de las Artes Mágicas más antiguas y poderosas del cosmos.
—¡¡Uriel!!
El hombre-dragón rojo, junto con sus compañeros cercanos, voltearon a la derecha al escuchar a Miguel llamar al primero; vieron al hombre-lobo corriendo por el puente superior y, tras dar un gran salto, aterrizó a un puente delgado ubicado encima y muy cerca del dragón rojo y compañía.
—¡No podremos vencerlos solos! ¡Tendremos que atacarlo entre todos! ¡Pero antes necesitamos un plan! —dijo Miguel con seriedad y la tensión casi incontrolable.
—¡Entonces piensa rápido porque ahora Rafael tiene problemas! —comentó Azrael, logrando levantarse con algo de dificultad, solo para ver que ahora el hombre-oso estaba a punto de pelear contra aquel extraño hombre-lobo gris.
Rafael estaba de pie con la guardia alta, sonriendo con optimismo y preparándose para enfrentar a la bestia enemiga, quien ahora se aproximaba caminando hacia él con una tranquilidad escalofriante.
—Veo que no usaras armas. Entonces yo tampoco las usare —dijo Joel ahora con una mirada serena, para luego soltar su hacha de hielo y la misma desaparece en el aire.
—Tienes un buen sentido del honor. Espero que tu estilo de combate sin armas no decepcione —dijo Rafael sonriendo con confianza y sin temor alguno.
https://youtu.be/f9DmYeRGOkY
Es entonces que ambas bestias avanzaron una contra la otra; el primero en atacar fue Rafael, por medio de un golpe directo derecho, que Joel bloqueo sin problemas con la palma de su mano izquierda, y al instante éste último contraataco con un feroz uppercut en el estómago del hombre-oso. Aquel golpe conectado hizo retumbar el aire por completo, además de hacer que Rafael vomitara sangre. Sin embargo no cedió e intentó de nuevo conectar algún golpe.
Pero era inútil; Joel evadía y bloqueaba cada golpe con una facilidad absurda mientras retrocedía. Acto seguido el hombre-lobo nórdico sujeto el brazo derecho de Rafael, e impactó un sólido puñetazo en su rostro que lo hizo retroceder diez pasos, y casi lo hace caer. Joel estuvo por ir hasta él para atacarlo. No obstante tuvo que saltar hacia atrás para esquivar un golpe de cola por parte de Uriel, quien había descendido para unirse a la batalla.
Ahora con una sonrisa divertida, Joel avanzó para luchar contra todo el que se le ponía de frente. Uriel conjuro Garras del Caos y ataco directo al hombre-lobo gris. Sin embargo éste último con solo un pensamiento se crea brazaletes hechos con aquel hielo, de modo que sujetó las manos de Uriel sin problemas. Pero de inmediato Uriel fortaleció las escamas de su cabeza y atacó con un cabezazo, el cual Joel correspondió con uno también, creando con el choque una fuerte onda expansiva que hizo retroceder a ambos diez pasos.
Por primera vez Joel fue herido, ya que de su frente brotaba una considerable cantidad de sangre, lo cual le hizo hervir de emoción. En cambio Uriel tenía las escamas de la frente destrozadas por completo, más sin embargo no le prestó atención a eso y atacó de frente con una simple bola de fuego disparada desde sus fauces, la cual Joel bloqueo creando un escudo de hielo en su antebrazo izquierdo. Luego el hombre-lobo nórdico avanzó con el puño derecho listo para golpear. Pero para su sorpresa el dragón rojo agito las alas y se elevó en el aire, haciendo ver que detrás de él estaba Rafael también con el puño derecho preparado.
De nuevo Joel recibió otro golpe, esta vez en el rostro y por parte del hombre-oso, seguido de un segundo golpe en las costillas izquierdas, viniendo en este caso de Uriel. Entonces dragón rojo y oso druida juntos empezaron a atacar al mismo tiempo. Pero solo lograron liderar la batalla por unos segundos, porque durante esa lluvia de golpes Joel se protegía con sus guanteletes de hielo, y cuando vio la oportunidad sujeto el puño izquierdo de Uriel y el derecho de Rafael, para después hacer los brazos a un lado y alejarlos seis metros de distancia con un devastador puñetazo en el estómago de ambos.
Antes de que Uriel y Rafael pensaran en el siguiente movimiento, otra vez tenían a Joel de frente, y sin poder reaccionar atacó a ambos; al primero lo alejó con un fuerte golpe en el rostro que lo hizo estrellarse contra otro puente del cuarto piso, y al segundo le sujetó del cuello con la mano derecha para azotarlo contra el suelo. Rafael intentó zafarse de ese agarre, pero la fuerza de aquel hombre-lobo gigante le sobrepasaba por mucho; estaba por completo a su merced.
Sin mediar palabra Joel preparó su puño izquierdo, listo para hundir la cabeza del hombre-oso contra el concreto del puente. No obstante se detuvo al ver que frente a él aterrizó Miguel, cubierto de una energía azul eléctrica tan poderosa que desprendía una luz casi cegadora. Y antes de que Joel reaccionara, Miguel lo apartó unos cuantos pasos al darle un sólido y devastador puñetazo derecho en el rostro.
—¡¿Estás bien?! —preguntó Miguel a Rafael, mientras le ayudaba a levantarse sujetándolo de un brazo.
—Sí... —contestó Rafael terminando de ponerse de pie, con un tono que denoto un poco de dolor y falta de aire. Entonces comienza a preocuparse por el compañero que peleaba a su lado hace un momento. —¡Uriel...! —exclamó Rafael mirando deprisa al puente donde fue enviado el dragón rojo, y lo vio estampado en el concreto del puente.
—¡Descuiden! —respondió Uriel desde la grieta del puente en que se encontraba, sin mostrar evidencia de alguna herida grave, aparte de que ya no tenía llamas en los brazos y él hacía muecas de dolor—. ¡Solo denme un minuto para volver a luchar!
Dicho eso el dragón rojo hace el intento de levantarse para seguir peleando. Al mismo tiempo Camael se acercaba volando para ayudarlos a pelear contra el hombre-bestia enemigo. No obstante Miguel le detuvo para asignarle una misión más urgente.
—¡Camael ve ayudar a Raziel! ¡Él está solo en el séptimo piso de la base! —gritó Miguel al garuda, preocupado al recordar que dejaron al hombre-leopardo solo en un sitio infestado de vampiros.
—¡De acuerdo pero de ningún modo piensen en morir! —contestó Camael con seriedad y molestia, como un esfuerzo por ocultar su enorme preocupación interna. Después reúne toda su energía y vuela cual cometa al sitio de donde salieron ellos peleando con el hombre-lobo nórdico.
—Es lindo que traten de ayudar a vuestro amigo —dijo Joel mientras movía un poco su cuello, captando la atención de Miguel y Rafael—. Pero está bien. Esta pelea no sería tan divertida si todos ustedes no me atacan a la vez.
Si antes estaba preocupado, ahora Miguel sentía que si fuera humano le daría un infarto por los nervios; lo único que le reconfortaba era que Rafael no mostraba ni una señal de tensión o de sentirse intimidado, sino al contrario seguía dispuesto a pelear hasta el final.
Durante toda la batalla en ningún momento alguno de ellos logró causarle un terrible daño al hombre-lobo gris, ni siquiera el mismo Miguel quien le golpeó el rostro con toda su fuerza; de hecho el mismo puño de Miguel, al igual que los de Rafael, resultó dañado al golpear la dura cabeza de Joel. De todos ellos el único que pudo hacer el mayor daño posible fue Uriel, y gracias a que uso una gran porción de la energía solar que consiguió almacenar antes de que anocheciera.
—Cielos santo. ¿Por qué será que últimamente nos topamos con enemigos tan poderosos? Aunque para ser honesto no me quejo de eso. Cuanto más fuertes mejor.
https://youtu.be/iZZ4-9ir95g
Una nueva voz interrumpió la reanudación de la lucha. Joel supo que la voz vino de alguien detrás de él, por lo que, sin sentirse amenazado ni sin tener cuidado, se volteó con lentitud, solo para ver que se le acercaba caminando un hombre-león; Jofiel.
—Este clan de bestias cada vez se vuelve más interesante —dijo Joel, esbozando una pequeña sonrisa tras ver a su nuevo oponente.
—Chicos pueden descansar un rato. Yo me haré cargo a partir de ahora —decretó Jofiel con una gran sonrisa que reflejaba confianza y emoción pura.
—Transmites mucha confianza y orgullo. Je, muy típico de un león —dijo Joel con una pequeña sonrisa divertida, terminando de darse la vuelta para quedar cara a cara con su nuevo adversario.
—¡Je, je! ¡Estás en lo correcto! —contestó Jofiel de forma jovial, amistosa y con esa emoción salvaje que lo caracteriza, y luego detiene su caminata a dos pasos cerca del hombre-lobo nórdico—. El orgullo es parte de mí, al igual que mi emoción por enfrentar a adversarios poderosos.
La tensión entre ambas bestias se hizo notar de inmediato; tanto Miguel como Rafael querían entrar al combate, pero el primero sabía que necesitaba un plan. El problema no solo era la inmensa fuerza del hombre-lobo nórdico, sino también su Arte Mágico. Y antes de actuar Miguel necesitaba conocer los límites de esa magia, para encontrar una forma de luchar contra ella.
Al mismo tiempo las Twilight Maidens se mantenían junto a su líder, protegiéndola de cualquier amenaza que intentara acercársele. Algunas de ellas como Clarisse querían ayudar al clan de bestias que luchaba de su lado, pero también necesitaban evitar a toda costa que los vampiros tuvieran en su poder la piedra; de llegar a ocurrir eso, definitivamente la batalla estará perdida. Es por esto que no podían hacer más, que ser espectadoras del brutal y salvaje combate que tenía lugar en la Base Secreta de Carmilla.
"Miguel, por favor no mueras", pensó Raven sintiendo una preocupación de muerte por su amigo hombre-lobo de la infancia, mientras luchaba por mantener el poder de la piedra reprimida en aquel campo de fuerza.
—¡¡Príncipe encantador tu puedes ganarle!! —grito Clarisse animando al hombre-león con la esperanza de motivarlo para que gane el combate contra aquella bestia enemiga.
Mientras tanto con Camael, éste había logrado pasar sin problemas el enjambre de vampiros, golpeándolos con su arco sagrado, y llegó hasta el piso donde luchaban en un principio Azrael y Raziel contra Joel; allí encontró a cinco soldados vampiros rodeando los escombros de una pared, en los que yacía tumbando el hombre-leopardo, apenas recuperando el conocimiento, y los vampiros iban a aprovechar eso para rematarlo con sus lanzas. Sin embargo cada uno recibió un flechazo en la cabeza por parte del garuda, que los hizo estallar en llamas.
—¡Raziel! —exclamó Camael volando directo hacia el caído hombre-leopardo, para sujetarle de un brazo y ayudarlo a salir de aquellos escombros.
—¿Qué sucedió...? —pregunto Raziel aun desorientado, pero reconociendo la voz de su compañero águila.
—Luego te explico. Primero tenemos que salir de esta zona peligrosa —dijo Camael con seriedad y directo al punto, terminando de sacar al hombre-leopardo de los escombros sin ningún problema, para después ayudarlo a levantarse sujetándolo del brazo derecho y empezar a caminar con el fin de salir de allí.
En cuanto ambos llegaron al borde del piso para descender a un puente inferior seguro, fueron testigos del tremendo choque de poder que hubo allá abajo; el hombre-león y el hombre-lobo gris habían iniciado su combate. El primero en conectar un golpe fue Joel, logrando impactar un puñetazo derecho en el rostro de Jofiel. Al principio el hombre-lobo gris sonrió confiado en que aquel golpe bastaría para al menos desorientar a su oponente. No obstante su sonrisa se borró al instante cuando vio que el golpe no hizo retroceder a Jofiel, ni menos pareció afectarle.
—Vas... a... necesitar más que eso... ¡¡Para vencer a un luchador de lethwei!! —exclamó Jofiel sin dejar de sonreír y apartando el puño de Joel, para luego conectar un golpe directo derecho en el rostro de éste último.
https://youtu.be/pm2Fgaige1U
El hombre-lobo gris apretó los colmillos y arremetió de nuevo conectando un izquierdazo otra vez en el rostro del hombre-león. No obstante éste no volvió a inmutarse y atacó con un combo feroz, empezando por una patada baja izquierda en la pierna de Joel, seguida de otra en las costillas y un codazo derecho que por desgracia logró ser bloqueado. Entonces inicio una ronda de salvajes golpes consecutivos, en los que ninguno parecía inmutarse; gracias a la gloriosa resistencia de Jofiel, éste resistía los golpes de su oponente como todo un campeón y atacaba de inmediato con una serie de combos, que Joel apenas podía contrarrestar.
Todos los presentes se impresionaron por completo de lo igualado que parecía el combate, y es por un detalle del cual se percataron tanto Miguel como Raven, Azrael, Erzuli, Uriel, Camael y Ángela: era la primera vez que el hombre-lobo nórdico peleaba contra un artista marcial. Esto por supuesto no pasó desapercibido tampoco para Carmilla, Diana y Bellona, quienes comenzaron a sentir un creciente terror al ver que lo más temido para ellas acaba de suceder; ellas sabían más que nadie el hecho de que Joel no tenía nada de experiencia en peleas contra un maestro de artes marciales, por lo que era uno de sus puntos débiles.
Esa debilidad fue uno de los factores que le permitieron a Azrael durar tanto luchando solo contra Joel. Pero en el caso de Jofiel, la diferencia de fuerza y velocidad no era tan alta como en el caso del hombre-pantera, de modo que el hombre-león era capaz de darle bastante pelea al hombre-lobo nórdico, al punto de empezar a frustrarlo.
Ahora esbozando una expresión feroz, Joel se movió a la derecha, esquivando un golpe directo de Jofiel, y conectando un uppercut tan poderoso debajo de la barbilla, que envió al hombre-león a atravesar dos puentes del centro de la base y caer en el puente del quinto piso. Sin embargo antes de que su espalda tocara el suelo, Jofiel dio un par de giros en el aire y aterrizó de pie, para luego impulsarse hacia su izquierda, de este modo esquivo con éxito un puñetazo descendente de Joel que partió por la mitad el puente.
Mientras ambos caían Jofiel se paró encima de un fragmento del puente y salto hacia el hombre-lobo gris, para atacarlo con un codazo derecho descendente, el cual Joel logró bloquear con ambos brazos, pero la fuerza del golpe lo hizo impulso con tanta fuerza que atravesó el puente debajo de él y destruyó un barco al aterrizar encima de éste.
—Je, je, je. Definitivamente... eres alguien maravilloso... —comentó Joel, ahora esbozando una gran sonrisa parecida a la de un lunático. Entonces se pone de pie haciendo un simple movimiento, y ve al hombre-león atravesar la cubierta del barco para aterrizar en el suelo, cinco pasos delante de él.
Ambos se encontraban en la cocina de aquel barco de guerra, por lo que había una pequeña nube de harina en el aire y en el suelo estaban dispersados utensilios de cocina, pedazos de lo que fue una mesa de madera cuadrada y algunos trozos de carne que parecían pertenecer a humanos. Jofiel se dio cuenta de esto, y como si se olvidara que estaba en medio de un combate, del piso tomó un hueso con una porción de carne y le incoó el diente con una feroz mordida. Tras degustar la deliciosa carne, tomó otro pedazo del suelo y se lo arrojó a su oponente en señal de amistad.
—Eres sin duda el oponente más extraño con el que he peleado —dijo Joel sin dejar de sonreír y atrapando el pedazo de carne—. Pareces un narasinja de la tribu griega, pero peleas como uno de la tribu india. ¿Puedo saber tu nombre?
—¡Je, je! Puedes llamarme la "Bella Bestia de Birmania" —contestó Jofiel con una sonrisa igual que la del licántropo gris, terminando de comerse la carne hasta el hueso y lamiéndose el hocico con disfrute del sabor de la sangre humana.
Tras tener su respuesta, Joel mastico un pedazo de la carne que le entregó su oponente y luego la tiró al suelo. Entonces ambos se prepararon poniéndose en guardia, y se lanzaron uno contra el otro para continuar su feroz pelea; el narasinja atacó con una patada baja derecha que desestabilizo al licántropo nórdico y lo hizo vulnerable a un codazo vertical izquierdo. Sin embargo éste último lo resistió para tomar distancia, agacharse y sujetar por sorpresa a su oponente de la cintura, para luego comenzar a arrastrarlo hacia la pared de la cocina y atravesarla en el proceso.
Ambos empezaron a atravesar paredes del barco hasta que por fin salieron y chocaron contra un carro acorazado, también arrastrándolo unos cuantos metros en el acto. Es entonces que por fin Jofiel desata Poder del Rey: Elevación del Prana. Y cuando su cuerpo libero aquel masivo poder dorado, sorprendió a Joel y empeoro el terror en el trío de vampiresas que veían el combate.
"¡¡¿Ese narasinja es un usuario de Prana?!!", pensó Carmilla sorprendiéndose por primera vez y sintiendo un verdadero terror al igual que sus concubinas, tras ver en el espejo transmisor lo que más temieron llegar a presenciar; Joel estaba por enfrentar a un guerrero que controla una de las dos energías internas cósmicas.
—¡¡Es hora de calentar esta batalla!! —exclamó Jofiel con su característica emoción salvaje e impactando un rodillazo tan poderoso en el estómago de Joel, que le hizo escupir sangre, además de obligarlo a separarse de él.
Acto seguido el narasinja atacó con un veloz y exitoso combo de tres golpes directos en el pecho y rostro del licántropo nórdico, y para terminar atacó con un codazo vertical derecho, el cual Joel intentó bloquear con su puño derecho cubierto de hielo, provocando con el choque una onda expansiva que hizo retroceder los barcos y vehículos cerca de ellos, aparte de mandar a volar a los mutantes que todavía seguían cerca.
La fuerza de aquel choque también hizo retroceder a ambos guerreros bestia unos cuantos metros lejos del otro; Jofiel tenía el codo magullado, mientras el hielo en el brazo de Joel seguía intacto. Tan pronto como ambos cruzaron miradas, volvieron a lanzarse el uno contra el otro en un nuevo feroz choque, y el lugar empezó a resonar con los poderoso golpes que conectaban entre sí. Esta vez Jofiel tenía la batalla dominada por completo gracias a su incremento de poder, haciendo que Joel apenas pudiese devolver los ataques, de modo que se cubría más de lo que atacaba.
El licántropo nórdico intento desorientar al narasinja con un golpe de la cabeza. Pero sus esfuerzos resultaron inútiles, y terminó recibiendo una patada en las costillas, seguida de un codazo descendente con salto que conectó en la cabeza de Joel. Después intentó debilitar al narasinja con un potente golpe en el estómago, más sin embargo éste lo resistió y atacó de inmediato con un codazo izquierdo ascendente debajo de la mandíbula, seguido de dos golpes directos. Entonces el licántropo nórdico paró de atacar, para cubrirse con los brazos.
Tal era la fuerza y brutalidad de los golpes, que pronto el piso agrietado donde estaban ambos se formó una grieta, la cual fue tornándose roja por la enorme cantidad de sangre que perdían ambos. Incluso la mayor parte de la armadura y vestimenta de ambos había sido destrozada durante la pelea. Además por primera vez en mucho tiempo Joel estaba en total desventaja, lo cual le frustro y a la vez emociono, porque por primera vez usaría el cien por ciento de su verdadera fuerza en una pelea.
—¡Töfralist Vanir: Úlfhéðnar! (¡Arte Vanir: Piel de Lobo!) —conjuro Joel mientras se cubría de la lluvia de golpes que le daba el narasinja. Acto seguido en el licántropo nórdico se manifestaron marcas de color dorado; una en cada brazo y pierna con forma de la runa uruz (ᚢ), y en su espalda resplandecía el símbolo triangular nórdico valknut.
https://youtu.be/kRVrnq35Hck
Pero lo que sorprendió al narasinja al punto de parar su lluvia de golpes, fue ver que detrás del licántropo nórdico se manifestó la imponente sombra azul blanquecina de un hombre joven, de complexión bastante musculosa, cabello largo y rebelde, brillantes ojos dorados, portaba las mismas runas que Joel en sus brazos, llevaba puesto solo brazaletes y falda acorazada de estilo germánico, y en vez de orejas humanas tenía las de un lobo. Y detrás de la sombra se materializó un enorme círculo flotante de color celeste con runas de hielo en los bordes.
—Me toca —dijo Joel, esbozando una sonrisa que reflejaba una emoción salvaje comparable a la de Jofiel.
Entonces, sin siquiera saber cuándo, el narasinja recibió un puñetazo tan poderoso en el estómago, que le hizo vomitar sangre, agrieto el suelo y lo hizo retroceder casi veinte metros. Logró detenerse gracias a los vehículos de guerra que se llevó de por medio, sumado a que clavó las garras de los pies en el suelo; estuvo a punto de caer por la falta de aire, pero lo resistió y levantó la mirada para ver a su oponente, quien ahora estaba frente a él listo para atacar con el siguiente golpe.
De inmediato el narasinja aumentó la circulación de Prana, lo que a su vez le concedió un nuevo aumento de poder; esto fue con el propósito de hacerse a un lado para esquivar el golpe de Joel, lo cual consiguió por un pelo e hizo bien en hacerlo, porque la nueva fuerza del licántropo nórdico fue tan grande, que su puño causo un viento lo bastante poderoso como para partir por la mitad los vehículos acorazados, junto con la tierra y la pared de la base hasta el quinto piso, que estuvieron frente al golpe.
Luego de esquivar aquel desquiciado ataque, Jofiel comenzó a retroceder para intentar bloquear los salvajes golpes de su oponente, que parecían viajar a la velocidad del rayo, y no solo eso: ahora Joel respondía mejor a los combos del narasinja, llegando a bloquearlos y contraatacar casi de inmediato, en especial las patadas bajas y codazos sorpresa.
"¡Ha memorizado los patrones de ataque de Jofiel!", pensaron Miguel y Azrael por igual, dándose cuenta de que el licántropo nórdico no era pura fuerza física como aparentaba. También tenía una capacidad de adaptación tan desarrollada, que era capaz de memorizar el estilo de lucha de su oponente, al punto de ya saber cómo contraatacar y contrarrestar las técnicas en muy poco tiempo.
Es por ello que ahora el licántropo nórdico dominaba la pelea por completo, solo que en este caso el narasinja supo que no podía permitirse recibir de lleno un solo ataque, ya que al solo bloquear los golpes, sentía como los huesos de las zonas impactadas empezaban a agrietarse. La forma en como la diferencia de nivel entre ambos se distancio tanto sorprendió por completo a todos los presentes, y aterró a la doncella británica Clarisse; a pesar de haber conocido a Jofiel por tan solo unos minutos, ya había comenzado a sentirse encariñada hacia él.
Por otro lado Carmilla, Diana y Bellona tras ver el giro de acontecimientos sintieron una indescriptible relajación; debido al miedo y tensión habían olvidado el poder que guardaba Joel, y que tanto Rafael como Miguel y Uriel reconocieron tan pronto como él conjuro aquel hechizo: el Arte Vanir, la mítica y poderosa magia natural de la tribu de dioses nórdicos, encargados de preservar y proteger la naturaleza: los dioses Vanir.
Como dioses protectores de las criaturas del Territorio Nórdico, no es de extrañar que los Vanir le enseñaran su magia a Fenrir, para que éste pudiera defender los Nueve Reinos de Yggdrasil de la crueldad y sed de poder de los dioses de Asgard, quienes eran liderados por el eterno enemigo de los dioses Vanir y los gigantes, el tiránico Supremo Dios nórdico Odín.
Y al ser Joel un legítimo sucesor de Fenrir, heredó ambas antiguas Artes Mágicas, obteniendo así un poder que de ser desarrollado a su máximo potencial puede trascender los límites mortales y rozar los límites inmortales, del mismo modo en que lo pueden hacer los artistas marciales con las energías Chi y Prana.
—¡¿A qué estás esperando?! ¡Sé que aún escondes más poder así que úsalo! ¡Ataca con lo mejor que tengas Bella Bestia de Birmania! —decía Joel emocionado igual que un completo lunático, y atacando con un uppercut, que a pesar de haber sido bloqueado por ambos brazos de Jofiel, igual éste término sufriendo tanto daño, que los huesos de sus brazos junto con las costillas se agrietaron al punto del quiebre.
Pero a pesar de su estado y el claro resultado del combate, Jofiel seguía sonriendo de la emoción; sin importar que tan grave fuera el momento, él ya no se deja llevar por la desesperación ni menos por el temor. Es por esto que solo fue la insistencia de su oponente lo que le llevó a decidir usar el arma definitiva del lethwei, que le concedió la victoria en casi todas sus batallas.
Por ello tomo algo de distancia entre él y su oponente por medio de una patada frontal izquierda, cargada de tanto Prana que los huesos de la pata se agrietaron. Pero esto valió la pena, ya que logró empujar al licántropo nórdico lo suficiente, para atacarlo con el "arma definitiva".
—¡¿Querías ver mi mejor ataque?! ¡Entonces lo verás! —exclamó Jofiel liberando su energía Prana en todo su esplendor, la cual una vez más toma la sombra colosal e imponente del Dios Hindú de la Fortuna, Ganesha.
La imagen del dios tomó por sorpresa a Joel, lo que le permitió a Jofiel acercarse para saltar y sujetarle la cabeza con ambas manos, listo para darle un cabezazo con la técnica Hacha de Ganesha. Entonces ocurre un choque tan poderoso que levanta una nube de tierra, hace temblar todo el suelo y provoca una lluvia de grandes pedazos de cerámica, que una vez formaban la parte del suelo donde se encontraban ambos hombres-bestia.
Próximo capítulo: El Renacer de un Dios.
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