
Capítulo XLVI: Monstruos y Falsos Humanos
"Cuando abrió el pozo del abismo, del pozo emergió un humo semejante al de un gran horno..."
—Apocalipsis, capítulo 9: 02.
https://youtu.be/ySXsFk3v-_E
[Minutos Antes. Domhan-Eile: Reino de Albión].
Poco después de que el portal público al Wonderland fuese abierto, una relativa calma reinaba en el ambiente de la región. Parecía que sería un día tranquilo como cualquier otro. Pero aun así los guardias de las torres de vigía mantenían una estricta vigilancia por orden directa del gobernante.
Nunca pensaron el tipo de amenaza que iban a notificar al gremio de caballeros mágicos de Albión.
—¿Qué demonios...?
Pensó en voz alta uno de los hombres vigías de la torre ubicada en el lado oeste del reino; todos los vigías de las torres entre el norte y el oeste del reino observan desconcertados y preocupados que del otro lado de las montañas, al noroeste, ascendían diez naves voladoras semejantes a ballenas-lagartos, de manera que bloqueaban los últimos rayos del sol que marcaban el inicio del anochecer, como si un manto de oscuridad se acercara al reino para consumirlo.
Ocho de las naves descendieron a la tierra, de un modo tan preciso y profesional que se organizaron en una línea circular, que rodeaba casi toda la región noroeste. Entonces la mandíbula inferior de sus enormes fauces reptilianas descendió a la tierra, como una pista de abordaje, y del interior de cada nave bajó su tripulación; eran filas de cientos y cientos de guerreros de todo tipo, siendo todos fáciles de identificar por sus armaduras y rasgos.
Había un ejército conformado por miles de lanceros, espadachines y arqueros pertenecientes a la Dinastía Qin de la Antigua China, siendo todos en realidad hechos de terracota, con brillantes ojos verdes. Era el famoso Ejército de Terracota.
Detrás del ejército de terracota venían otros ejércitos, conformados por espartanos, vikingos, samuráis, monjes budistas y chamanes onmyoji. Todos estos eran humanos, excepto el otro ejército que vino detrás de ellos.
Les siguieron muertos-vivientes semejantes a zombis con dientes filosos y garras, que caminaban en una postura encorvada; eran conocidos como Ghoul (Necrófagos). Les acompañaban perros negros de ojos rojos que exhalaban humo y tenían picos filosos en la espalda; eran criaturas conocidas como Hellhound.
Los últimos en salir fueron catapultas aterradoras que se asemejaban a escorpiones mecánicos. Y cerca venían monstruos humanoides obesos con cabeza de cerdo, piel grisácea, ojos blancos, largas cabelleras negras, cuernos de demonio y protuberancias filosas en el cuerpo, vestidos con armadura de samurái.
—¡Comuniquen que estamos bajo ataque! ¡También adviertan al Reino de Corazones! ¡Enciendan la alerta de invasión! —avisaba un vigía a su compañero, quien se apresuró a cumplir dicha orden.
Lo mismo estaban haciendo los vigías de todas las torres en las que podían presenciar la inminente invasión. Sin embargo lo que más les preocupaba era que las otras dos naves seguían suspendidas en el aire, junto con otro Barco Volador que emergió detrás de las montañas; era el barco de Qin Shi Huang. Además, a diferencia de las otras naves, estas tres tenían grabados negros en ambos lados de su superficie una secuencia de grabados hebreos que decían Achat, Shmone, Sheva, Tesha (Uno, Ocho, Siete, Nueve).
En el barco central, el emperador chino permanecía sentado en una lámina redonda de terracota en la proa, en posición de meditación, con el medallón siniestro entre sus manos. Se encontraba en medio de un enorme Círculo Mágico trazado en la terracota, con otras cuatro láminas pequeñas con sellos pintados.
La lámina principal tenía grabados hebreos de color negro, que hacían referencia al Árbol del Qliphoth, mientras que las otras cuatro tenían símbolos astrológicos y los mismos números hebreos.
Dentro de los otros dos barcos ballena-lagarto también estaban las mismas láminas con el Círculo Mágico, pero con una escultura de terracota del propio Qin Shi Huang en el centro, y en la misma posición de meditación.
—Maldito sea ese príncipe valaco, por ponerle tan ridículo código a una herramienta tan maravillosa como esta —murmuró Qin Shi Huang con vergüenza y furia, para luego tragarse el orgullo con un respiro, y pronunciar unas palabras muy penosas—. Por los poderes del más allá y que ahora los tengo más acá te ordeno que me obedezcas para abrir las puertas entre el allá y el acá sin coste adicional porque el diablo lo pagará.
Tras recitar esas palabras, el medallón comenzó a brillar de color carmesí con tonalidades violetas, y en respuesta el Círculo Mágico en las láminas desprendió el mismo brillo.
—Estoy seguro de que puso este maldito código a propósito para seguir burlándose de mí... Definitivamente lo mataré. ¡En cuanto tenga la oportunidad le cortaré la cabeza! —dijo Qin Shi Huang entre gruñidos de perro molestos, mientras recordaba aquella humillante noche en que conoció al Príncipe de las Tinieblas.
Qin Shi Huang recordó aquel humillante día en que hizo el trato con Drácula en capítulos anteriores, solo que después de haber llegado a un acuerdo, dialogaron un método para invadir el Reino de Corazones. Debido a que no contaban con más tiempo para construir un plan de invasión lento y seguro, Qin Shi Huang sugirió ser más directo y apoderarse de la zona donde está el portal.
El emperador chino, al igual que el príncipe rumano, sabía que por más pacífico y poderoso que fuese un reino, jamás se permitiría tener dentro de sus muros un portal que conduce directamente a otro reino, del cual no se sabía casi nada. Por eso el portal al País de las Maravillas, por lógica, estaría en una parte de las afueras de Albión, para que en caso de emergencia puedan tomar medidas extremas, como destruir el portal sin problemas y así evitar una invasión desde aquel otro mundo.
Teniendo en cuenta eso, Qin Shi Huang tendría que arriesgarse a un ataque masivo para apoderarse del portal, y así entrar con cuántos soldados suyos pudiera. Entonces Drácula sugirió una alternativa más rápida y segura, mientras que con una mano le enseñaba un extraño artefacto, el cual reveló que era el medallón siniestro.
—He almacenado una parte de mi poder en este artefacto. Te ayudará a acelerar el proceso del ritual Caverna de Gehena. Es un ritual del Sistema Esotérico de los Territorios Israelita, Babilónico y Persa, parecido a los rituales que has hecho para colarte entre las brechas y portales de esta Sociedad Sobrenatural. En circunstancias normales, el ritual llevaría semanas en completarse. Pero con este artefacto y mi poder sirviendo como "atajos", será como romper una pared de cristal y abrir un túnel hacia un punto cercano a la ubicación de mi preciada gema...
En el presente, Qin Shi Huang recordaba las instrucciones del ritual y el medallón, mientras esperaba a que sus fieles lacayos pusieran de su parte para que el proceso fuese más rápido.
Al mismo tiempo, en el País de las Maravillas, cinco hombres japoneses budistas se separaron del resto de los civiles provenientes de Albión, para caminar a un lugar lejos del portal y del pueblo; cada uno llevaba una mochila rudimentaria, bien cerrada con un pequeño candado especial.
Tras alejarse lo suficiente como para tener una vista amplia del pueblo y el castillo del Reino de Corazones, se arrodillaron en el césped, alineándose en cinco puntos, dejaron sus mochilas en el suelo, y empezaron a orar en voz baja. Cualquiera que lograra verlos desde tan lejos, pensaría que fueron a rezarle a Buda para bendecir con su divino poder esa nueva tierra. O eso pensarían, porque en realidad los monjes recitaban una especie de código en japonés.
Aquel código sirvió para que el candado especial de sus mochilas se abriera. El primer monje sacó de su mochila una pequeña lámina redonda de terracota y la depositó en el suelo. El segundo monje sacó una versión en miniatura de las dos estatuas de Qin Shi Huang, hecha con el mismo material, y la colocó en el centro de la lámina. Y el tercer monje sacó cuatro láminas de terracota más pequeñas, las cuales colocó alrededor de la grande.
Lo curioso es que las láminas estaban decoradas con los mismos Círculos Mágicos negros con escritura hebrea y símbolos astrológicos.
Acto seguido la estatuilla, junto con las láminas, brillaron de color amarillo mientras absorbían partículas de Maná del ambiente y, de forma sobrenatural, crecieron en tamaño y longitud hasta ser como las estatuas y las láminas de terracota en las dos naves ballena-lagarto.
Terminado el proceso, el cuarto monje comenzó a recitar un sutra dedicado al Vacío, mientras el quinto monje sacaba de su túnica un Espejo Transmisor del tamaño de una carta y de diseño budista.
De vuelta con el Barco Volador principal de Qin Shi Huang en el Domhan-Eile, un soldado de terracota se acercó a Qin Shi Huang y le mostró un Espejo Transmisor, igual que el que tenía el quinto monje budista. Y en el vidrio de dicho espejo mágico, en medio de una neblina oscura, reveló una imagen del pueblo del Reino de Corazones que veían los cinco monjes budistas desde lejos.
—Debo reconocer que el maldito príncipe valaco tuvo razón en enviar monjes budistas japoneses para esta misión —dijo Qin Shi Huang con una risa humorística—. Los humanos de hoy en día tienen permiso de dudar de un fanático o discípulo de cualquier culto o escuela, excepto de los musulmanes y budistas.
Dicho eso, Qin Shi Huang dejo el medallón en la lámina de terracota, observó atento el Reino de Corazones a través del espejo mágico, y recitó unas palabras.
https://youtu.be/-YmALTy6mY8
—Más allá de la luz del universo está la oscuridad del Vacío. Y de la oscuridad se extienden a la luz las raíces del Qliphoth. Las paredes de la Creación colapsan y las raíces forman un túnel hacia un nuevo universo —decía Qin Shi Huang, mientras se cortaba las palmas de las manos con el filo de sus propias protectoras de dedos, para luego manchar con gotas de sangre el medallón—. Llévame a las nubes del Reino de Corazones, cerca de donde esconden la propiedad faltante de tu amo.
Las heridas en sus palmas sanaron rápido, dejando solo algunas gotas de sangre negra en el medallón, el cual absorbió dicha sangre como una esponja. Y entonces sucedió: se activó una reacción en cadena en la que los tres Círculos Mágicos de las tres naves comenzaron a emanar una neblina siniestra de Kenoplasma verde, mientras los números hebreos inscritos en las tres naves emanaron un brillo fantasmal de color azul oscuro.
Lo mismo pasó con el Círculo Mágico en las afueras del Reino de Corazones; desprendió una siniestra luz fantasmal verde, mientras los números hebreos brillaban de color azul oscuro. Solo que esta vez, luego de que el cuarto monje terminase de recitar el Sutra del Vacío, de la lámina emergió al cielo una columna verde de Kenoplasma gaseoso, semejante al humo de un gran horno, que se detuvo en lo alto del cielo para formar un remolino en vertical, parecido al pozo de un abismo.
En el Domhan-Eile también sucedió lo mismo; los tres Círculos Mágicos dispararon una poderosa columna de luz verde fantasmal. Pero en este caso todo ese Kenoplasma proveniente del mismo Sitra Achra se concentró en la ubicación de Qin Shi Huang. Unos segundos después, el emperador chino se puso de pie, se inspeccionó las manos por un momento, y liberó todo ese Kenoplasma verde hacia adelante con solo extender el brazo derecho.
Después de que la columna de Kenoplasma ganara suficiente distancia en frente de los tres barcos, Qin Shi Huang hizo un gesto con la mano izquierda, y como reacción las columnas de Kenoplasma verde se detuvieron en seco, para luego fusionarse y crear un aterrador remolino masivo que parecía la entrada a un abismo de oscuridad.
—¡¡Avancen!! —ordenó Qin Shi Huang gritando tan fuerte que su voz hizo eco en el cielo, mientras movía poco a poco las manos en un gesto claro de abrir algo, lo cual hacía que el remolino ganará más diámetro.
Las tres naves comenzaron a moverse, siguiendo la orden de su emperador, y avanzaron hacia el masivo remolino de Kenoplasma en el cielo. Y en un parpadeo se transformaron en una niebla fantasmal que el remolino absorbió, para luego escupirlo por el remolino en el cielo del Reino de Corazones de Wonderland. Esto pasó en casi un instante, y con la misma velocidad la neblina volvió a tomar tres formas y transformarse en los tres Barcos Voladores.
Viendo que ahora estaban en el paisaje que vio a través del Espejo Transmisor, el emperador chino se agacho para tomar el medallón. Entonces todas las láminas de terracota donde fueron pintados los Círculos Mágicos se disolvieron en polvo, junto con las estatuas. Y con esto, tanto el Kenoplasma infernal como los remolinos desaparecieron en el aire igual que una siniestra nube de gas.
"Ya no tiene más poder. El ritual debió consumirlo todo como sacrificio para generar la brecha. Lástima. Me hubiera servido, en caso de que necesite más poder", pensaba Qin Shi Huang decepcionado tras comprobar el estado del artefacto. Luego se lo guardó en la faja de su ropa, y se dio la vuelta para contemplar el extravagante y misterioso nuevo mundo.
Había sido un ritual largo y tedioso, pero había valido la pena.
Mientras tanto en la plaza del Reino de Corazones, el equipo 1 del clan Nightfall Angels, junto con la princesa Heidy, miraban atónitos los tres gigantescos Barcos Voladores. Lo mismo fue para todos en el pueblo; tanto los habitantes del Reino de Albión como los del Reino de Corazones veían los tres Barcos Voladores, mientras una ola de incertidumbre caía sobre todos ellos. Algunos civiles ya habían empezado a buscar refugio, y los guerreros se preparaban para un posible enfrentamiento.
—No son de este mundo, ¿Verdad? —pregunto Nayeli bastante preocupada, y queriendo confirmar el tipo de amenaza que enfrentaban.
—Las naves con forma animal son Barcos Voladores de tipo Buque de Guerra Imperial Kaiju —explicó Gabriel mirando las tres naves con una mezcla de preocupación y molestia—. He visto imágenes de ellos en la Sede Japonesa de San Bestia. Fueron utilizados por los clanes dragón de Japón, antes del Acuerdo de Paz con los clanes dragón de China y Corea, por lo que hoy en día son modelos antiguos. Y solo fueron utilizados recientemente por Qin Shi Huang, durante su guerra perdida contra Yuda Uwais.
—Entonces ocurrió lo que sospechábamos —dijo Miguel con absoluta seriedad.
—¡Lo sabía! ¡Esas máquinas voladoras son del mundo de ustedes! —dijo Heidy furiosa y señalando al clan de forma acusativa.
—Antes de que empieces a acusarnos, velo de manera lógica —decía Rafael, dándose la vuelta para mirar a la princesa—. Si nuestros superiores o incluso el Reino de Albión tuvieran intenciones de llevarse la gema a la fuerza, nosotros no estaríamos aquí para tomarlo en anonimato y de forma pacífica. "Una invasión para apoderarse de tu mundo", es lo que también puedes pensar. Y sé que deberíamos darte explicaciones razonables para creer en nosotros. Pero ahora mismo no hay tiempo para eso.
—Sí. Ahora tenemos que lidiar con un emperador loco e idealizado —dijo Elsa con un semblante serio.
—De todos modos ya necesitábamos una pelea para probar lo que aprendimos en nuestro último entrenamiento —dijo Raziel intentando mostrarse seguro y decidido como su clan.
—Tú tienes una misión más importante —dijo Miguel, poniendo su mano sobre el hombro de Raziel—. Tienes que asegurarte de ayudar a escoltar a la Princesa de Corazones a la seguridad de su castillo.
—¡¿Eh?! —exclamó Heidy sorprendida y a la vez confundida, ya que estaba pasando por un momento de dudas de si había una relación entre el clan de Raziel con la llegada inesperada de aquellas tres naves.
—¡Pero también he aprendido de Gabriel un sistema de combate acorde a mi estilo! ¡Ya soy lo bastante fuerte como para protegerme a mí mismo! —dijo Raziel, expresando su deseo de demostrar que ya estaba listo para demostrar su fuerza como bestia, al igual que sus amigos y su hermano.
—Raziel, los fuertes se protegen a sí mismos. Pero los más fuertes protegen a los demás —dijo Rafael, ganándose la atención del eniyamotekun amarillo—. Proteger una vida es más importante que ganar mil batallas. Y si Miguel te encomienda esta misión, es porque confía en tu fuerza.
Las palabras sabias de Rafael sorprendieron bastante a Nayeli, y lograron hacer reflexionar a Raziel, quien solo asintió con la cabeza y mostró una sonrisa sincera, dando a entender que entendió y aceptó su misión.
—Nayeli, ve con Raziel —dijo Miguel viendo a la chica ciervo—. Tus habilidades con el arco serán útiles en caso de que los ataquen tiradores.
—¡A la orden, jefazo! —contestó Nayeli mostrando el puño con absoluta confianza.
—¡Oigan, un barco se dirige al otro lado del pueblo! —dijo Caroline, notando que una nave ballena-lagarto había cambiado de rumbo para alejarse a una región apartada del pueblo e incluso el portal.
—¡En esa región están los campos de los granjeros! —dijo Heidy ahora más preocupada que nerviosa y molesta—. ¡Allí hay familias de campesinos que no saben casi nada de adiestramiento en combate!
—Otra nave se dirige al lado contrario —aviso Gabriel, notando que la otra nave se estaba dirigiendo a un punto más cerca de la plaza.
—¡Es el área de las posadas! ¡También hay familias viviendo allí! —decía Heidy expresando más preocupación y furia—. ¡Van atacar las zonas de mi hogar aún pobladas con habitantes vulnerables!
—El extraño barco diferente a los otros dos está retrocediendo. Parece que van atacar esta zona —dijo Raven dándose cuenta de que el barco de Qin Shi Huang solo se dedicaba a retroceder un poco, como si estuviera buscando el mejor ángulo para aterrizar, o descender a su tripulación.
—Yo iré a ayudar a los granjeros —dijo Gabriel de repente, y todos lo vieron caminando en dirección al oeste, que es donde se encontraban los campos de huertos y granjas del reino.
—Te acompañaré —dijo Caroline con una cara seria que ocultaba su preocupación intensa por su baghatma.
—No. Quédate a ayudar a tu hermano con los invasores en esta zona —dijo Gabriel, deteniéndose para mirar a la licántropo hembra—. Esos bastardos podrían esparcirse como hormigas por todo este pueblo, causando caos en muchos lugares a la vez. Lo mejor es exterminarlos rápido mientras estén concentrados en un solo punto.
—Es un buen razonamiento. Pero hay un detalle —dijo Rafael, denotando preocupación.
—Chico-tigre, un barco de ese tamaño debería albergar por lo menos seiscientos soldados —dijo que Nayeli estupefacta con lo que escuchaba del baghatma.
—Genial. Así tendré mucha carne fresca con la que afilar mis garras —contestó Gabriel con una sonrisa gatuna de malicia.
—¡Pedazo de bobo, esto es serio! —exclamó Caroline molesta y ahora expresando toda su preocupación mientras corría a sujetar de los hombros a su macho—. ¡La amenaza es un antiguo emperador chino maestro de la alquimia y el cultivo de Chi revivido como vampiro! ¡Incluso si él no está en esa nave, es probable que esté lleno de familiares humanos y abominaciones horribles como los Yaoguai que nos atacaron!
—Lo sé. Y no soy tan orgulloso como para afirmar que puedo hacerlos pedazos a todos sin problemas —dijo Gabriel, apartando un mechón blanco de cabello en la frente de su hembra para verla mejor a los ojos—. Pero si puedo prometer que salvare a los campesinos y me reuniré con ustedes aquí.
—Hermana, mantente cerca de los campos —decía Miguel con un suspiro exasperado—. Elimina a cualquier escoria de esa nave que llegue al pueblo, y si lo ves necesario ve a ayudar al gato maldito.
—¡¿Qué?! —exclamaron Gabriel y Raziel igual de sorprendidos. Los demás miembros del clan también se sorprendieron, pero Caroline era la más sorprendida de todos, tanto que se quedó sin habla.
—Vayan antes de que me arrepienta. Y asegúrense de volver en una pieza —dijo Miguel cerrando los ojos para controlar su rabia interna y preocupación como hermano sobreprotector.
—Entonces yo me ocuparé de ayudar a los caballeros a defender las posadas —dijo Rafael, mientras la ricitos de oro corría para estar a su lado con una sonrisa emocionada—. En un ambiente como este, puedo usar mi Geokinesis al máximo. Así que no tendré problemas enfrentando ejércitos.
—De acuerdo —dijo Miguel abriendo los ojos para ver al oso druida—. Te encargo esa tarea.
—Iré contigo Rafael —dijo Elsa con una sonrisa despreocupada—. Puedo ayudar a que ningún canalla llegue a la plaza o escape a las casas cercanas.
—Bien, siempre y cuando no tomes riesgos innecesarios y evites pelear sin pensar —dijo Rafael con una expresión severa que demostraba su preocupación.
—¡Lo prometo! —dijo Elsa asintiendo con la cabeza y chocando los puños con emoción.
—¡Esperen, si me prestan atención un momento, les puedo decir que podría crear una oportunidad para darles más ventaja! —decía Raven deprisa, ganándose la atención de todos—. Aún no sé con certeza cuánto faltaría para que anochezca en este mundo, pero puedo crear una "noche" artificial para que puedan usar sus verdaderas formas.
—¿Eres capaz de eso? —preguntó Gabriel atónito.
—Existen rituales para generar temporadas artificiales —explicaba Raven, haciendo un buen trabajo en mantener la calma en una situación tan crítica como esa—. En la antigüedad muchos pueblos nativos usaban rituales en nombre de algún dios o demonio para que hubiera tiempo lluvioso, tiempo nublado o tiempo de cosecha artificiales.
—Eso es cierto. Mi pueblo natal tenía conocimiento de rituales parecidos —dijo Nayeli apoyando lo dicho por la dhampiresa—. ¿Conoces un ritual para crear una luna artificial?
—Algo así. Mi pueblo tiene un ritual en honor a la diosa eslava Marzanna para traer la fría noche del invierno. El ritual no adelantara el tiempo o algo parecido. Solo bloqueara el cielo en esta región para enfriar el ambiente y generar una luna artificial, como la última luna llena del invierno.
—¿Cuánto te tomará realizar un ritual como ese? —preguntó Miguel.
—Con un material de alta calidad y bastante raro como este, diría que unos minutos —dijo Raven mostrando la bolsa en la que tenía guardado la gema demoníaca—. Como descendiente directa del linaje del Rey Vampiro, puedo aprovechar una pizca del poder real de esta gema como "atajo" para acelerar el proceso del ritual.
—¿Y estarás bien extrayendo poder de esa cosa? —preguntó Miguel con obvia preocupación.
—Soy más humana que vampiresa. Y mientras sea solo una porción pequeña de poder, no habrá problemas —dijo Raven con la misma confianza en su fuerza que la que tenía Miguel en la fuerza de su propio clan—. Cuando todo sea seguro y hayamos detenido la invasión, reunámonos aquí y regresemos al portal.
—Me parece bien —dijo Miguel sonriendo con más confianza, y luego mira al resto de su equipo—. Raven y yo acompañaremos a Raziel y Nayeli para mantener segura la gema y a la princesa, y buscar un lugar donde hacer el ritual.
Mientras el clan discutía sus planes, Heidy se mantenía como espectadora para analizar a cada uno de ellos, en búsqueda de intenciones ocultas. Pero con todo lo que ha escuchado, ha tenido un severo conflicto mental.
"¿Realmente no están relacionados con esos extraños barcos flotantes invasores? ¿De verdad quieren ayudar a defender mi gente y mundo de un ejército del mundo de ellos?", fueron algunos de los pensamientos todavía dudosos de Heidy. Sin embargo, tuvo presente que casi todos ellos eran bestias, y en este momento de desesperación todos transmitían en su mirada el mismo sentimiento: la determinación primitiva y deseo puro de proteger algo.
Era una mirada que la hizo recordar aquella situación en la que conoció al hombre-smilodon.
https://youtu.be/VoF9HUvYPKs
—Los caballeros tienen la orden de llevar a los plebeyos a lugares seguros del reino —decía Heidy con un resoplido para calmarse el enojo—. Uno de esos lugares es el interior de los muros de mi castillo. Si nos apresuramos, podríamos llegar a donde está mi madre y ponerla al tanto de todo.
—Entonces está decidido —dijo Miguel con una pequeña sonrisa—. Buena suerte a todos.
Dicho y hecho, el equipo se dispersó junto con los civiles restantes en la plaza del pueblo. Raziel y Nayeli, junto con Miguel y Raven, escoltaron a Heidy de regreso al castillo. Gabriel y Caroline se dirigieron a ayudar a los granjeros. Rafael y Elsa decidieron proteger el área comunal más poblada.
La plaza había sido casi abandonada; los caballeros se ocuparon con rapidez y eficiencia en guiar a los civiles a lugares seguros, aunque el resto de los civiles ya habían empezado a huir para ponerse a salvo por su propia cuenta. Los nativos del Reino de Corazones demostraron una increíble preparación ante situaciones como esas, ya que todos corrían en direcciones específicas que llevaban a refugios construidos para emergencias.
Una de esas direcciones era la entrada al interior de los muros que protegían el castillo. Y entre algunos de ellos iban Miguel, Raven, Raziel y Nayeli siguiendo a Heidy. En el camino se toparon con seis caballeros que reconocieron a la Princesa de Corazones y se acercaron de inmediato para escoltarla, mientras que ella se dedicó a darles órdenes de ayudar al clan que la seguía.
—Oye tú... Raven, si mal no recuerdo, ¿Qué requisitos necesitas para tu ritual de la luna? —preguntó Heidy, después de instruir a sus guardias en apoyar al clan que la acompañaba.
—Tierra fértil con muchas hojas verdes, un poco de agua y una escultura de madera de la diosa Marzanna —explicaba Raven con detalle—. Pero construir una escultura mientras trabajo en el Círculo Mágico me podría llevar treinta minutos en terminar el ritual.
—¿Y qué tal si solo trabajas en el Círculo Mágico mientras yo fabrico la escultura? —preguntó Miguel, sorprendiendo a la dhampiresa—. Cuando vivía en el Bosque Oscuro, mi hermana y yo fabricábamos esculturas en honor a la diosa Marzanna para llevarlas al río, como parte de una vieja costumbre de la familia de mi madre que marcaba el fin del invierno en Marzo.
—Claro, había olvidado que desciendes directamente de los pueblos eslavos —dijo Raven sonriendo orgullosa de su amado hombre lobo—. Si puedes fabricar la escultura, eso me ahorrara mucho tiempo.
—¿Esperamos a llegar al castillo? ¿O buscamos un sitio seguro para que puedas hacer el ritual? —pregunto Nayeli a la dhampiresa, mientras veía atenta los alrededores en busca de amenazas.
—Si me permiten opinar, considero que lo mejor es dirigirnos a un sitio seguro cercano para hacer el ritual —dijo Heidy antes de que la dhampiresa pudiera responder—. El maestro Amenadiel también necesita la noche para pelear al máximo. Así que este ritual será beneficioso para mi reino.
—Entonces te seguimos princesa —dijo Miguel con seriedad, y Raven estuvo de acuerdo.
—¡Cuidado adelante! —aviso Raziel, y de inmediato todos se detienen con la guardia en alto, ya que vieron en el techo de una casa más adelante diez soldados de terracota armados con espadas, que descendieron al suelo sin problemas.
Lo grave era que en el lugar todavía se encontraban algunos civiles, entre los cuales una mujer con un niño pequeño en brazos iban a ser las primeras víctimas. Así que Miguel se adelantó con una velocidad superior a la máxima alcanzada por un lobo, para proteger a aquella mujer y el niño de aquellos aterradores enemigos.
De forma precisa y fluida, Miguel usó una mano para agarrar la muñeca derecha de un soldado de terracota, y con la otra mano le propinó una secuencia de golpes críticos en las articulaciones, el cuello y la cabeza, que agrietaron por completo al soldado de terracota. Y de remate, Miguel le golpeó el centro del pecho con ambos puños, destrozando a la creación de cerámica.
Otro soldado de terracota se acercó atacando con la espada, la cual fue desviada por el licántropo azabache, quien empleando la muñeca izquierda movió el brazo del soldado de terracota, para luego conectarle bajo la barbilla un golpe de la muñeca derecha. Y por medio de otra secuencia de golpes precisos en puntos críticos de los brazos, el cuello y el torso, el soldado de terracota también cayó en pedazos.
El tercer soldado de terracota se acercó a Miguel por atrás, dispuesto a atacarlo por sorpresa. Y la sorpresa se la llevó el propio soldado de terracota, al recibir en el rostro un golpe del dorso de la mano izquierda de Miguel, quien se había dado la vuelta para hacer un ataque giratorio, y proseguir con derribar al soldado de terracota con una patada baja giratoria. Luego, como remate, el cuello del soldado de terracota aterrizó sobre la rodilla derecha del licántropo azabache, quien lo decapitó descendiendo el codo derecho sobre el cuello del soldado de terracota.
Otros dos soldados de terracota se acercaron para atacar juntos, solo para ser inmovilizados por una secuencia imperceptible de golpes precisos y calculados en sus articulaciones, dejando hoyos y grietas en cada punto golpeado. Y mientras uno fue decapitado por un zarpazo ascendente bajo la barbilla, el otro recibió una patada giratoria que le destrozó la cabeza.
Miguel había peleado siguiendo las enseñanzas que aprendió de su cuñado tigre...
—Veloz y suave como el viento. Fuerte y feroz como un lobo. Es la esencia del estilo de combate que aprendió tu hermana, adoptando las bases del Karate con las bases de antiguos estilos eslavos. Este Arte Marcial es perfecto para ti, porque no tiene técnicas con formas específicas; solo movimientos fluidos, empleados con una mente fría y un cuerpo relajado, para adaptarse a cualquier tipo de oponente. Tú ya tenías las bases para desarrollarlo por tu propia cuenta; yo solo te ayudare a terminar de completarlo.
Fue la lección del Arte Marcial que Gabriel le enseñó a Miguel; era el mismo estilo de lucha que seguía Caroline y heredó de los antiguos pueblos eslavos, muy parecido al Systema.
El Systema es un Arte Marcial originario de Rusia, con la síntesis entre diferentes estilos de combate eslavos con otros estilos como el Karate y el Muay Thai, además de ser el estilo de combate empleado por las fuerzas especiales de Rusia en el futuro. Por lo tanto, en contraste con otros Artes Marciales enfocados en la defensa personal, el Systema suele enfocarse más en incapacitar y matar al oponente de manera rápida y eficaz, empleando movimientos fluidos, calculados y precisos a través de un cuerpo relajado.
Y Miguel dominó las bases necesarias, enseñadas por el Avatar de Rudra, para crear su propio Systema.
Los cinco soldados de terracota restantes se propusieron atacar juntos al licántropo alemán. Pero los cinco se detuvieron al notar que alguien más se acercaba a ellos: Raziel. Y antes de coordinarse para atacarlo, el eniyamotekun amarillo se alistó a poner a prueba lo aprendido; adoptó una postura un poco encorvada, cruzando los brazos con las manos semiabiertas, tomó una larga bocanada de aire y visualizo con atención cada detalle del cuerpo de sus enemigos.
Todo esto, mientras se repetía a sí mismo las enseñanzas de Gabriel...
—Imparable como el fuego, adaptable como el agua, inamovible como la tierra y ligero como el aire. Esas son las bases de este estilo de lucha. En cuanto al rayo, en realidad es un derivado de los cuatro principios, en mi caso del fuego. Cada quien puede desarrollar su propio derivado, de acuerdo a su propio estilo, porque cada quien tiene más inclinación a un elemento sobre los otros. Es por eso que solo puedo enseñarte las bases del Godfist Style; depende de ti descubrir cómo desarrollarlo.
Con esa lección en mente, Raziel desató una secuencia de golpes con las palmas abiertas y las garras extendidas, destrozando diferentes puntos vitales del cuerpo de aquellos soldados de terracota, tales como los costados, los hombros, la cabeza y el pecho. Cada punto destruido agrieto el cuerpo entero de los soldados de terracota y los hizo derrumbarse en pedazos.
Fue un movimiento parecido al sistema de combate empleado por diferentes fuerzas especiales, conocido como CQC (Close Quarters Combat). Un estilo de lucha enfocado en actuar rápido en espacios cerrados o con muchos obstáculos, para incapacitar de manera inmediata a muchos enemigos.
—¡Waoh! ¡Eso fue absolutamente genial y épico! —elogió Nayeli sorprendida de la manera tan elegante y eficaz con la que ambos jóvenes-bestias derrotaron a los soldados de terracota.
—Sí... Lo fue —dijo Raven, fascinada por la destreza que desarrolló su amante licántropo en el combate cuerpo a cuerpo.
—Ya está a salvo señora —dijo Raziel, acercándose con una sonrisa gentil a la mujer que tenía al niño pequeño en brazos.
—Busque refugio enseguida y no salga hasta que todo esté controlado —le dijo Miguel a la mujer con seriedad, pero sin perder su caballerosidad.
—¡Sí-sí! ¡Gracias, muchas gracias por salvarme! —agradecía la mujer llorando de alivio y agradecimiento, antes de dirigirse rápido junto a otros civiles a un lugar seguro en el pueblo.
Mientras tanto la Princesa de Corazones veía en silencio lo sucedido, analizando las expresiones y las acciones de aquellos jóvenes-bestias. Y mientras más los conocía, más veía a su amado hombre-smilodon reflejado en ellos.
Poco a poco, Heidy sentía más confianza en el extravagante clan de Raziel. Y con esa creciente confianza, venía un destello de esperanza en que su hogar podría salir rápido de esta terrible invasión.
Próximo capítulo: Animalidad vs Humanidad.
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