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Capítulo XLII: Amistad y Apariencias

"Bienvenido a mi casa. Venga libremente, váyase a salvo, y deje algo de la alegría que trae consigo."

—Drácula, de Bram Stoker. 

https://youtu.be/WWUJEWPGAY0

[Rumania: House of Villains].

Si algo estaba claro, es que la Sociedad Sobrenatural tenía sus propios gobiernos y organizaciones en el planeta Terra, con algunas bases en algún continente.

Esta base, por ejemplo, era una muy particular que estaba orientada a recibir humanos especiales y criaturas, pertenecientes a los catalogados "Cuentos de Hadas" de Europa. No obstante, los invitados que aceptaban eran aquellos sobrevivientes que no pudieron tener su final feliz; aquellos catalogados como villanos, antagonistas, falsos héroes, entre otros.

Por fuera parecería una horripilante mansión sacada de una historia de terror, debido a que estaba ubicada en los pies de una montaña boscosa, oculta en un bosque lúgubre con una espesa neblina, mientras las nubes bloqueaban la luz del sol como si fuese obra sobrenatural, dándole a la región un aspecto nocturno bastante tenebroso y misterioso.

Pero ese exterior siniestro ocultaba el hermoso interior de la mansión; lucía como una gran posada con decoraciones y tapices muy estilo victoriano, con un atractivo toque gótico. Incluso tenían músicos con violines y un piano. El bar estaba siendo atendido por tres hombres y tres mujeres. Había un segundo piso con vista al primero, y el lugar tenía tanto espacio que era acogedor.

Aparte de la entrada principal, custodiada por dos enormes estatuas vivientes de caballeros, el lugar tenía puertas que llevaban a otros salones y pasillos con habitaciones privadas y baños. También había escaleras que conducían al siguiente piso, y mesas en puntos específicos de ambos pisos en los que bebían, comían y discutían criaturas europeas de diferentes especies, incluyendo humanos europeos que parecían venir de Inglaterra, Francia y Grecia.

Lo curioso es que entre los presentes había quienes parecían ser de clases sociales tanto altas como bajas, y aun así todos conversaban, discutían y bebían juntos como viejos amigos. Por supuesto que esto se debía a que todos, pese a ser de regiones, clases y razas diferentes de Europa, tenían algo en común: todos fueron vencidos por "héroes" y "princesas".

Para acompañar el ambiente los músicos ofrecían una relajante y hermosa melodía con los violines, muy digna de un escenario burócrata de la época, como una forma de aliviar el estrés de los presentes. Todos estaban tan enfrascados en sus respectivas conversaciones, que ni siquiera notaron el momento en que apareció en medio del salón un nuevo invitado.

No podía saberse cuándo, cómo ni por dónde llegó, pero de forma repentina allí estaba Vlad III "Drácula" Tepes, vestido con un oscuro traje elegante negro de burócrata valaco, que le ayudaba a camuflarse muy bien en la oscuridad, con una capa negra de interior rojo oscuro y cuello largo.

En comparación a cuando despertó, lucía mucho más joven, llegando a parecer que rondaba entre los 25 y 30 años. Ganó tanta masa muscular que, aparte de verse casi tan robusto como Ezequiel Norris, ahora podía notarse con claridad que medía más de 2, 00 m. Pero seguía conservando su distintivo bigote con perilla Van Dyke.

Camino en completo silencio, inspeccionando el lugar y a todos los estrafalarios personajes que lo habitaban, sin ninguna intención de ocultar su curiosidad. En el camino deslizó sus filosas uñas negras por la superficie de una mesa vacía, levantó la mano y tomó con la uña del dedo índice un bocadillo de la bandeja de uno de los tantos meseros que caminaban por la zona; el bocadillo se trataba de una araña frita, y Vlad lo devoró de un solo bocado, sin preocupaciones en mostrar con claridad sus largos incisivos superiores.

Muchos no tardaron en notar su presencia, y en darse cuenta de lo que era él. Y aun así, no le tomaron importancia; esto le confirmo el punto que Vlad quería descubrir. Confirmo que allí cualquier criatura "maligna" era bienvenida, como un refugio para los desdichados e hijos de las tinieblas.

Vlad terminó llegando a la barra del bar, donde tomo asiento entre algunos peculiares personajes.

A su lado derecho se encontraba un hombre británico de 40 años, de cabello negro, delgado bigote, ojos azules, constitución física alta y fuerte. Su piel clara quemada por el sol, sumado con el colorido traje púrpura de capitán marino, y el garfio que tenía por mano izquierda, eran señales obvias de que él era un veterano capitán de un barco pirata. 

Al lado izquierdo había otro hombre, bastante atractivo y de físico fuerte, que aparentaba 30 años o menos. Debía ser un francés, a juzgar por su acento y rasgos, como su piel clara y los ojos azules. Su cabello era negro y lo bastante largo como para tenerlo sujetado en una pequeña cola de caballo. Vestía un simple traje oscuro con gabardina verde, botas de cuero y un pañuelo blanco alrededor del cuello, siendo lo más destacado de él una horrible cicatriz en su rostro, que parecía haber sido hecha por las garras de un gran animal.

—Tienes muy buen físico.

Decía, expresando curiosidad seductora, una hermosa mujer adulta que atendía ese lado del bar. De cabello castaño claro y corto con algunas canas, fríos ojos verdes y cuidada piel clara, lo cual sumado con su acento daba a entender que era francesa. Además llevaba un modesto vestido color burdeos, igual que todas las meseras y mujeres del bar.

—¿Eres nuevo en el club? Tu cara me parece familiar, aunque no recuerdo haberte visto aquí antes —dijo la mujer francesa arqueando una ceja.

—Podría decirse que soy nuevo aquí... Aunque no es la primera vez que camino por esta tierra desolada y triste —contestó Drácula con la mirada baja, recordando la última vez que camino en esa región, hace cuatrocientos años—. Si mis viejas memorias no me fallan, esta mansión le pertenecía a una bruja de la Tribu de los Morrigu.

—¡Ja! Sus "viejas memorias" no le fallan. Ahora la bruja que usted menciona tiene una mansión mucho mejor, desde que la ascendieron como Reina de las Brujas —explicaba la mujer francesa con una sonrisa sarcástica—. Convirtió esta casa en un refugio para los marginados de ambas sociedades, según escuche, como tributo a un viejo amigo que la liberó de los perversos musulmanes durante la dominación de los otomanos hace cuatrocientos años.

—Un gesto muy amable de su parte —dijo Vlad con una pequeña sonrisa sarcástica—. Si ella ahora es la reina de su gente, imagino que debe estar más que feliz. ¿Cierto?

—Me temo que no. Últimamente ha estado deprimida, desde que su hija abandonó los dominios de su tribu.

—Es... triste escuchar eso. ¿Tienen noticias del paradero de su hija?

—Solo rumores. Pero escuche que su hija fue vista en Alemania, cerca del Bosque Oscuro. Así que todavía está viva, y puede regresar a casa algún día. ¿Pero qué hay de ti? ¿Por qué el interés en la antigua dueña de esta mansión? ¿Cuál es tu historia?

—Mi historia es todo menos un cuento de hadas —dijo Vlad, mientras entrelazaba los dedos de sus manos encima de la barra del bar, mostrando sus largas y filosas uñas negras—. Y dudo mucho que sea del agrado de ustedes.

—¡Ja, ja, ja! En este lugar puedes hablar sin penas, porque aquí todos tenemos una historia desagradable —dijo el capitán pirata con garfio, teniendo un forzado humor feliz que ocultaba un profundo rencor—. Un día puedes ser el capitán de una poderosa tripulación de piratas, que llega a una maravillosa isla en otro mundo, llena de tesoros magníficos. Y al siguiente día, un niño irlandés pelirrojo volador, criado por hadas e incapaz de crecer, te corta una mano en un duelo. Luego te roba tu tesoro con ayuda de un grupo de niños perdidos. Y para más humillación te vuelve a derrotar, ahora con ayuda de una niña y sus dos hermanos.

—Linda historia —dijo Vlad con una pequeña risa, y luego centra sus brillantes ojos rojos en la mujer francesa—. ¿Usted también tiene una historia así de "fantástica", madam?

—Yo no tengo una historia que valga la pena contar —contestó la mujer francesa con obvia vergüenza y molestia.

—Lo único "fantástico" de su historia son una hada madrina y unas zapatillas —decía el hombre francés con la cicatriz en el rostro, teniendo un humor cínico—. Ella vivía en una lujosa mansión con dos hijas. Bueno, en realidad la mansión y su dinero eran de su bellísima hijastra, a la que apodaban "Cenicienta" y trataban como una esclava. Pero el karma actuó como un hijo de perra. Y ahora, mientras la hermosa hijastra vive feliz en un castillo con un príncipe, la madrastra malvada perdió la mansión, el dinero, el estatus y la reputación. Ni siquiera cuenta con la ayuda de sus dos hijas de sangre, porque una vive feliz con un panadero y la otra con un herrero.

—Gracias... —decía la mujer francesa con un aterrador e intimidando semblante furioso, antes de partir una botella de vino vacía en la cabeza del hombre francés, quien permaneció indiferente ante el golpe—, por compartir mi historia, monsieur Gastón.

—Para eso están los "amigos" —respondió el hombre francés sonriendo con cinismo, mientras se apartaba el vidrio de los hombros con las manos, para nada afectado por el golpe de la botella, que sin duda habría noqueado y herido a cualquier humano normal.

—¿Y qué hay de ti? —pregunto Vlad, sonriendo divertido por las historias que estaba escuchando y por lo que acaba de pasar.

—Adonis Gastón fue un cazador destacado y el chico bonito más apuesto y fuerte de Francia —decía el capitán pirata del garfio, sujetando una elegante copa de vino con su única mano—. Estaba obsesionado con una campesina bastante bella e inteligente. El chico bonito podía tener a cualquier chica que quisiera, menos a ella. ¡Je, je! ¡Y con razón! Porque esa campesina prefirió a un hombre-león melancólico y gentil. Así que nuestro heroico y apuesto cazador intentó llevarse a la chica por la fuerza y deshacerse del monstruo, como en cualquier cuento de hadas.

—Y por lo que veo ahora, el "héroe" de esta historia resultó ser otro —dijo Vlad aguantando una risa, mientras se señalaba el rostro para dar a entender que se refería con su comentario a la horrible cicatriz en el rostro del hombre francés.

—Ese maldito animal parlante se robó el final feliz que yo me merecía —dijo el hombre francés, Adonis Gastón, frunciendo el ceño con la mandíbula rígida y las venas resaltándose en su frente—. Ahora Bella vive casada con ese animal disfrazado de hombre, tienen una hija y adoptaron a un niño-tigre salvaje de una aldea del sur de la India.

—Tendrás que vivir con eso, porque tú no eras ningún "héroe". A veces no todo es lo que parece. A veces los que parecen "héroes", son auténticos monstruos camuflados por la glorificación ciega de sus fanáticos. Y los tachados de "villanos" son personas que eligieron ser más que planos y estereotipados personajes idolatrados por los humanos idiotas —dijo Vlad con un humor jovial que podría parecer retorcido, pero que divertía a las personas y criaturas del lugar que lo escuchaban, e incluso se ganó la admiración de algunos de ellos.

Sí, ese lugar extravagante no había perdido el ambiente acogedor que Drácula recordaba; todavía podía sentirse bienvenido allí, aunque su vieja amiga ya no estaba ahí para recibirlo, escucharlo y reconfortarlo.

https://youtu.be/3tzE98pQH08

[Planeta Wonderland: Reino de Corazones].

Fue sorprendente y a la vez agradable para el grupo reencontrarse con caras conocidas. Y también fue inevitable que tanto Raziel como Nayeli se sintieran "excluidos", y con razón; el eniyamotekun amarillo y la chica-ciervo lakota no conocían a las familias Dumont y Wolf por tanto tiempo como Rafael y Elsa. Aunque a Raziel no le importaba mucho esto, a Nayeli le molestaba bastante estar fuera de lugar en una conversación.

—Sabes Raziel, cuando tengamos unos días de descanso, te llevare a conocer mi aldea —dijo Nayeli sonriendo divertida por la reunión con las familias Dumont, Wolf y Bernard, mientras estos hablaban con los otros miembros del equipo 1.

—¿Por qué? —pregunto Raziel sorprendido y confundido.

—Para descubrir si encontramos a algún pariente tuyo y de tu hermano. O que al menos tengan relación con alguna aldea. Me parece deprimente que ustedes dos no tengan más sitios a donde ir, ni más personas a las que visitar.

—Es muy gentil de tu parte, Nayeli. Pero la verdad es que mi hermano y yo estamos bien así —dijo Raziel sonriendo divertido—. La familia no es solo lazos de sangre, y no se forma en un solo día. Además, aunque tengo pocos amigos, todos son grandiosos.

Nayeli se sorprendió mucho al conocer este lado filosófico del joven-leopardo, y comprendió rápido lo que él decía. Después de todo, aunque Raziel no suele pasar horas hablando con los otros miembros de su clan, todos han sido bastante respetuosos y buenos con él...

—Si necesitas ayuda en tus estudios, solo notifícalo y te prestaré el dinero que necesites para comprar más libros. Eres parte de mi clan. Y aunque ya somos nueve miembros, eso no te hace menos importante que los otros.

Le dijo Miguel una ocasión en la biblioteca de la guarida, tras enterarse que Raziel empezó a estudiar la filosofía original de los Astros, sin contar con suficientes datos ni recursos para avanzar en la investigación.

—¿Alguna vez has jugado parchís? ¡Es muy divertido! ¡Ven, les voy a enseñar a ti y a los demás cómo se juega! Olvida las penas. Es más fácil de lo que parece, y te sacara unas buenas carcajadas. Ya has estado estudiando bastante, y te mereces un buen descanso.

Le dijo Jofiel bastante animado en el primer piso de la guarida, cuando quiso enseñarles a jugar algunos juegos de origen asiático al resto del clan, para reforzar la amistad y el trabajo conjunto entre todos.

—Ya has leído esos libros por casi ocho horas. Mejor ve a dormir. Está bien que quieras aprender tus propios métodos para hacerte más fuerte, pero cuando se trata de la mente debes tomártelo con calma.

Le dijo Rafael una noche en la biblioteca de la guarida, tras hallar al joven-leopardo sentado en el suelo casi dormido en frente de una columna de libros relacionados con el Panteón Israelita. Y por si fuera poco, el joven-oso también lo ayudó a guardar los libros en la estantería.

—¿Cómo que prefieres comer de lo que haya? ¡No seas así! ¡Debes tener alguna comida favorita! ¡Siéntete libre de pedir el plato que más te guste, y sin pena amigo manchado!

Fue lo que le dijo Uriel en el comedor de la guarida en el primer día, cuando él organizó una reunión de clan allí para crear la lista de recetas de su menú personalizado, en el que iba a incluir la comida favorita de todos. Y el siguiente miembro en la lista era Raziel.

—Gracias, Raziel. Puede que los demás chicos ya te lo hayan dicho, pero eres un buen amigo en el que se puede confiar los secretos... Si alguna vez necesitas algo, puedes contar conmigo.

Fue lo que le dijo Camael una noche, cuando Raziel visitó su habitación para ayudarlo con un dilema respecto a tener dos legados culturales diferentes. Y además, durante la charla, el garuda acabó revelando una culpa que no se atrevía a compartir con nadie.

—Está bien, Raziel. No tienes que disculparte conmigo, porque no te voy a odiar, por más dolor que me cause este fastidioso collar. Jamás odiaría a alguien con un alma tan pura como la tuya; todo lo que puedo sentir es respeto y admiración por ti.

Le dijo Gabriel en la Sede Principal de San Bestia, después de que les entregaran al clan el Aro Celestial que contendría el poder divino del Dios de las Bestias si su avatar perdía el control. 

Y no hace falta mencionar la ayuda incondicional que Remiel le ha ofrecido a Raziel para encontrar una hembra.

Todos en el clan no tenían problemas en entablar conversaciones unos con otros. Pero había quienes se sentían más cómodos con algunos que con los demás. Como por ejemplo, la amistad que Remiel desarrollo casi de inmediato con Gabriel y Uriel por el tipo de humor que compartían. Otro ejemplo es la confianza que Miguel le tenía a Azrael y Camael por ser también los más serios del clan.

Pero en cuanto a Rafael, Raziel y Jofiel, todos se sentían cómodos hablando y pasando el tiempo con ellos tres.

El narasinja era tan social y amigable que era difícil rechazar su compañía, y además se ocupaba de que el clan estuviera unido como equipo y amigos peleadores.

El arthdruwid actuaba como un consejero filosófico y hermano mayor para todos, por la sabiduría que empezaba a ganar y el amor fraternal que ofrecía.

Y el eniyamotekun amarillo, para la sorpresa de todos, tenía talento para ser un guía espiritual y psicológico, gracias al conocimiento que ha estado recopilado con sus estudios de la antigua filosofía hebrea.

Si alguien conocía a todos en el clan en profundidad, más allá de la apariencia y todo lo que se veía de ellos en público, era Raziel. Y por eso él respetaba y valoraba su hermandad.

—Son pocos, pero también son amigos asombrosos —dijo Raziel cerrando los ojos y mostrando una hermosa sonrisa, que reflejaba lo agradecido que estaba por tener tal amistad con el clan. 

—Ya me di cuenta. Aunque todos son de pueblos diferentes, con sus propias filosofías y costumbres, lograron convertirse en una hermandad de peleadores —decía Nayeli sonriendo, y no pudiendo evitar pensar para sí misma: "si tan solo mi pueblo natal haya podido ser así...".

—¿Puedo acompañarlos a la plaza? —había preguntado Cinder.

—No lo creo —contestó Miguel de inmediato con severidad.

—Le preguntaba al tigre —dijo Cinder frunciendo el ceño con molestia, dirigiéndole nada más que una breve mirada al licántropo alemán, quien se molestó mucho por esta actitud.

—Las órdenes del líder son la ley —dijo Gabriel también con actitud severa, y sorprendiendo un poco al licántropo alemán por el respeto que le demostró—. Estamos en una misión extremadamente importante, no un viaje turístico.

—Pero es la primera vez en este año que volvemos a hablar. La última vez que nos vimos fue en la navidad pasada —dijo Cinder mostrando una expresión tierna como método de persuasión—. Y me gustaría volver a pasar el tiempo con Rosabella y contigo.

—Tal vez después de que termine esta misión. Repito, tal vez —decía Gabriel, mientras cargaba al gato kumal para dárselo a Rosabella, quien lo tomó de inmediato con un cariñoso abrazo.

Kumal intentó bajarse de los brazos de Rosabella, quien se rehusaba a soltarlo como si fuese un preciado peluche. Entonces el baghatma se agacho un poco para mirar al gato a los ojos, y éste dejó de moverse para devolverle la mirada.

Ikkada undu. Unake raksha karen (quédate aquí. Protégelos) —hablo Gabriel más en gruñidos que con palabras humanas, y en respuesta Kumal maulló asintiendo con la cabeza.

—¿Qué clase de idioma fue ese? —pregunto Cinderella sorprendida.

—Fue una secuencia de palabras relacionadas con el telugu y el hindi de la India —explicó Raziel—. Es lo más cercano a cómo se escucharía en palabras humanas el Lenguaje de la Selva, el idioma universal de los animales y los primeros humanos.

—Hermano... ¿Desde cuándo hablas el Lenguaje de la Selva? —le pregunto Rosabella atónita y parpadeando un par de veces al baghatma—. Siempre supe que te comunicabas con los animales a base de gestos y gruñidos. Pero nunca te escuche hablar así. ¿Y qué fue lo que le dijiste a Kumal?

—Si algo aprendí de Miguel y Rafael, es a tener un plan de contingencia. Y de Raziel aprendí a confiar en la fuerza interior de los demás —decía Gabriel enderezando la espalda para mirar a Rosabella y sus padres adoptivos—. Kumal los acompañara como refuerzo, por si necesitan ayuda extra.

—¿En qué puede ayudar un pequeño gato? —preguntó Bruno perplejo.

—No quiero arruinarte la sorpresa amigo. Por eso solo diré que ese gato no es como ningún otro, fuera del Territorio Celta —dijo Adán sonriendo divertido—. Además no podemos seguir distrayéndolos de su trabajo.

—Tiene razón, señor Dumont. Estamos en servicio, así que no podemos acompañarlos en el festival —dijo Miguel con seriedad y educación.

—Los veremos más tarde, en cuanto termine el festival —dijo Rafael con su típica sonrisa amable.

—De acuerdo. Tengan mucho cuidado —dijo Valerie con una sonrisa, confiando en que sus hijos y los amigos de ellos estarán bien.

—¡Buena suerte a todos, en especial a ti hermanito! —dijo Rosabella, mientras movía una de las patas delanteras de Kumal en señal de despedida.

—Nos vemos luego, Gao —dijo Cinder con una tierna sonrisa, despidiéndose solo del baghatma.

—Sí, hasta luego Cinder... —dijo Gabriel frunciendo el ceño, luciendo como si quisiera decir algo serio, pero luego muestra una cara más alegre—. La verdad es que fue bueno volver a verte.

—Eh-eh. Lo-lo-lo ¿dices en serio? —pregunto Cinder tartamudeando y parpadeando un par veces, confundida y a la vez sintiéndose feliz.

—Sí. Confieso que me caías mal cuando creías que yo era un matón mimado cualquiera, nada más por mi apariencia. Y empezaste a agradarme cuando aprendiste a no juzgar. Pero hoy me siento feliz de volver a verte, porque me confirmaste algo que me estaba trayendo dudas existenciales desde hace unos meses.

—¿Qué...? ¿Qué fue lo que te confirme? —pregunto Cinder, cada vez más confundida y no sabiendo si alegrarse o preocuparse al respecto.

—Que realmente puedo ser feliz —contestó Gabriel, sonando bastante alegre y esperanzador.

https://youtu.be/eWkdG-nsHpE

Cinder no entendió bien esas palabras, pero igual se alegró de haber ayudado de alguna manera al baghatma. Por otro lado Valerie notó algo peculiar; su hija Caroline sonrío en cuanto Gabriel dijo aquellas últimas palabras, como si entendiese el contexto real.

Mientras tanto, Bruno y Cinderella eran más que conscientes de los sentimientos de su hija por el hijo adoptivo de los Dumont, y también sabían que no podían hacer nada para hacerle entender a su hija que eso no iba a funcionar. Solo les quedaba esperar a que Cinder viese por sí misma que ella, como hembra, no cumplía con lo necesario para llamar la atención del instinto reproductivo del baghatma.

Un año atrás, la familia Bernard visitó el castillo Dumont para hablar con Adán sobre una cooperación entre las investigaciones de ambos en sus respectivas áreas; con la familia vino Cinder, quien se dedicó a evaluar la escuela secundaria, en la que el baghatma empezó a asistir, llevando al inevitable primer encuentro entre ambos.

Al principio Cinder sospecho que Gabriel era un delincuente, un matón o un mimado egocéntrico popular, nada más por la apariencia de él. Lo creyó con firmeza a raíz de un malentendido, que surgió cuando vio al baghatma golpear a diez chicos en su escuela. Después de ese incidente, Rosabella preparó todo para presentarle su hermano adoptivo a Cinder en el Castillo Dumont.

Terminó siendo una presentación no muy amigable...

—Voy a dejarte en claro unas cosas, niño bonito, conozco los de tu tipo, así que no te hagas ideas conmigo. El mundo no gira a tu alrededor por tener ese cuerpo perfecto, y golpear a otros no te hace mejor ni superior a nadie. No eres nada.

Fue lo que dijo Cinder, cruzada de brazos y mirando al hombre-tigre con nada más que desprecio. Por más amiga de Rosabella que fuese, a ésta última le enfadó mucho que Cinder hablara así de Gabriel. No obstante, cuando la pequeña Dumont intentó defender a su hermano adoptivo de esas acusaciones prejuiciosas, Gabriel simplemente se dio la vuelta y empezó a retirarse a su habitación, con un semblante disgustado.

—¡Hermanito espera...!

Decía Rosabella corriendo detrás de él, tratando de disculparse por las acusaciones prejuiciosas de Cinder. Mientras tanto ésta última no se sintió para nada culpable; pensó que había herido el orgullo del baghatma, y eso la hizo confirmarse más de que él era otro matón egocéntrico cualquiera.

El malentendido terminó esa misma noche, cuando ambas niñas y sus padres se reunieron para cenar juntos en el comedor; Gabriel se había quedado en su habitación, como acostumbraba a hacer cuando había visitas en el castillo. Adán y Bella pasaron a hablarles a la familia Bernard sobre el niño que adoptaron hace pocos meses, incluyendo el hecho de que se trataba de un chico-tigre nativo de una aldea indoeuropea del sur de la India.

También explicaron algunos de los problemas que ha tenido Gabriel para adaptarse a la escuela y la vida en el pueblo, y no por el hecho de ser nativo de otra tierra con una cultura muy distinta. El joven-tigre no estaba acostumbrado a interactuar con humanos, lo cual ha llevado a que fuese bastante solitario tanto en la escuela como en el pueblo.

Además, ha sido víctima de burlas por diferentes motivos; le decían "cabeza de zanahoria" por su color de cabello, lo llamaban "vegetariano" y "debilucho" por venir de la India, lo rechazaban y se burlaban de él por el respeto que le tenía a los dioses hinduistas y taoístas, lo llamaban "princesa" por las veces que lo vieron comunicarse con los animales, y ahora lo tachaban de delincuente o egocéntrico por su apariencia salvaje y mal carácter.

Cada día él tenía que soportar todo tipo de burlas y prejuicios por cualquier mínimo detalle, en cualquier parte donde hubiera humanos, y lo soportaba todo como muy pocos pueden hacer. Pero lo único que no aguantaba es que lo llamen "demonio".

Conocer al hijo adoptivo de los Dumont en profundidad, más allá de los prejuicios y la apariencia, le fue difícil de creer a Cinder. Por eso, al día siguiente, ella comenzó a espiarlo desde lejos en la escuela y en la calle, durante tres días, y lo que vio fue suficiente para confirmar todo lo que dijeron Adán y Bella.

Gabriel era rechazado y recibía burlas por cualquier detalle de él. Y las veces que él intimidaba o golpeaba a otros chicos, era cuando lo llamaban "demonio" o alguien intentaba hacerle daño a su hermana adoptiva. Sin embargo, las veces que llegó a defender a otros chicos que eran intimidados, no fue porque se compadecía de ellos o defendía a los débiles.

Les daba palizas a los matones y prejuiciosos porque odiaba a esa clase de personas; él estaba lleno de odio y rencor. Es por eso que él jamás aceptaba agradecimientos ni quería ser considerado un "héroe". Incluso en ese aspecto, el baghatma era honesto.

Pero más allá del odio y rencor, ese exterior salvaje e insufrible, y esa capa de orgullo falso, se escondía un corazón humilde, sincero, empático y honorable como el de un verdadero maestro de los que hay en Asia.

Ese corazón tan "humano" fue lo que cautivo a Cinder, y la motivó a darle al baghatma la felicidad que la vida tanto le ha negado de forma tan cruel e injusta. No obstante, ahora que ella lo volvió a ver, también le fue evidente el extraordinario cambio que el baghatma ha tenido desde que conoció a Caroline.

"Gabriel ahora luce radiante y cálido como el sol, en vez de aterrador y feroz como una tormenta. También es más expresivo y jovial... ¿Fue por conocer a otras bestias como él? O... ¿La mujer-loba tuvo algo que ver?", eran los pensamientos de Cinder, tras haber notado la evolución que ha tenido el baghatma, en comparación al verano pasado que fue la última vez que se vieron.

Quería saberlo, pero Cinder prefirió averiguarlo más tarde, ya que no quería seguir haciendo perder el tiempo al clan.

El Equipo 1 se despidió de las familias Dumont, Wolf y Bernard, acordando reunirse con ellos en el portal en caso de emergencia o al finalizar el evento. Entonces ambos grupos siguieron su propio rumbo a lo que debía ser la plaza del pueblo.

Mientras Miguel y Raven conversaban con Rafael, Elsa, Raziel y Nayeli sobre el Reino de Corazones y la época medieval de esta antigua Escocia Alterna, Gabriel y Caroline caminaban casi pegados al lado del otro, y juntaron los meñiques de una mano; sin siquiera mirarse, sonrieron en sincronía y dejaron que los demás estuvieran concentrados en la misión.

Ambos se dedicaron a disfrutar un rato del momento, porque en realidad era su primer día siendo pareja tras haber resuelto todo entre ellos en su pelea de entrenamiento.




Próximo capítulo: Sinceridad a Golpes.

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