"...A pesar de abrir tantas tumbas y de privar a tantos vampiros de su horrible existencia, el pueblo no quedó totalmente libre de la influencia diabólica."
—Carmilla de Sheridan le Fanu.
[Francia: Ciudad de Lille]
https://youtu.be/iCKYetNYR2M
Ciudad de Lille: una ciudad del norte de Francia conectada con París por medio del transporte ferroviario (cortesía de la Revolución Industrial), y ubicada en la frontera con Bélgica, la cual se sitúa a orillas del río Deûle, afluente del río Lys. Desde hace años la ciudad ha presentado un desarrollo excepcional, gracias a enormes yacimientos de carbón, aparte de la conexión con la ciudad de París que le brinda las vías de ferrocarril. Y ahora inicia su desarrollo arquitectónico con proyectos de construir estructuras, que le darán imagen a la ciudad en el futuro.
Una ciudad en proceso de expansión y desarrollo, era muy ideal para ser el objetivo de una sociedad vampírica, que planea expandir su influencia más allá de las tierras rumanas. Y el mejor modo de comenzar sería por establecer una base de operaciones secretas; no era la primera vez que la Aristocracia Vampírica consigue crear bases en Francia, aprovechando los tiempos de cambios y desestabilidad del país o de las mismas ciudades.
Sin embargo el gremio San Bestia ha conseguido eliminar con éxito las bases. Y ahora quedaba una, cuya ubicación se sospecha que está en tres ciudades; la ciudad de Lille era una de ellas. No obstante necesitaban confirmar que alguna las posibles localizaciones fuese la verdadera base, antes de iniciar una cacería. Por ello enviaron un clan a investigar con sigilo cada localización durante el día y, de ser necesario, también en la noche.
La posible última base de los vampiros en Lille, era un curioso burdel llamado Dernière Nuit, el cual estaba ubicado muy lejos de las casas del vecindario, y ubicado en una igual de curiosa pequeña área boscosa, que se salvó de ser talada para la construcción de más casas o ferrocarriles. El establecimiento era de diseño rectangular y enorme; tenía al menos cuatro pisos, la entrada era de doble puerta y el vidrio de las ventanas eran azules con extraños degradados violetas.
Dentro del establecimiento las paredes eran negras, mientras que el piso y el techo era de color rosa oscuro. El lugar era iluminado por las más modernas lámparas de aceite, y en el fondo había una pista de baile con cortinas violetas, donde de vez en cuando una o varias mujeres daban un erótico baile. La zona media del lugar estaba decorado por muebles, mesas y sillas de colores rosas, y en una esquina se hallaba un bar, cuyos barman eran hermosas mujeres en trajes góticos.
Y en el lado contrario, en medio de dos puertas, un mostrador que era dirigido por tres mujeres con elegantes vestidos. La pared del mostrador tenía tres carteles con distintos nombres y edades que iban entre 16 y 40 años, además de que el lugar estaba lleno de hombres y mujeres con distintas vestimentas, siendo las de éstas últimas diferentes y reveladores trajes góticos.
En cuanto al clan escogido para investigar ese sitio, cuatro de sus miembros estaban sentados en un sofá cercano a la entrada; no era otro que el nuevo clan Nightfall Angels, y ellos tenían nuevo uniforme que a partir de ahora sería su ropa de civil.
https://youtu.be/oPamCZ5PnXc
Gabriel ahora llevaba un pantalón holgado de tela flexible y color blanco con rayas negras, sujetada con una cinta roja, junto a una chaqueta blanca sin mangas a juego, la cual mantenía desabrochada, y debajo tenía una camisa de color rojo oscuro. También traía zapatos negros y vendas blancas de luchador desde las manos hasta los codos (más que todo para ocultar las rayas de tigre). Y por último en su cuello traía un anillo dorado con inscripciones budistas grabadas alrededor.
Pero aparte de su vestimenta también tenía cambios físicos; había ganado un poco más de masa muscular, sus ojos ahora eran un azul casi verdoso, tenía un par de marcas en sus mejillas y tres recien formandose en su frente. Y su cabello se había vuelto más alborotado y espinoso (como cuando entró en su forma semi-bestia), y era tan largo que una porción de ambos lados de su cabeza llegaba hasta debajo de su barbilla, y detrás de su cabeza tenía una pequeña trenza en medio de la espesura de su cabello (cortesía de Rosabella).
Miguel llevaba un conjunto de pantalón y gabardina azul oscuro con cuello triangular y manga larga, de estilo europeo, junto con una camisa negra. Traía botas de cuero negras detalladas, un cinturón negro con pequeñas carteras incluidas. Además tenía el área de las muñecas, codos y rodillas reforzadas con un metal delgado y liviano color gris, junto con un trazado de mismo material en la parte trasera de la chaqueta que tenía forma de una cruz.
Y por último llevaba en su cuello el collar que había recibido de regalo por parte de aquella niña (Raven), y al lado del mismo collar traía un rosario metálico con un cristal azul en el centro. En cuanto a su aspecto físico, tenía el cabello un poco peinado, pero manteniendo ese aire rebelde y descuidado. Había ganado un ligero degradado azul oscuro en la parte superior del cabello, y tenía en la mejilla derecha un pequeño tatuaje tribal negro con forma de colmillo.
Rafael, como alguien que detesta las formalidades, solo traía como nueva ropa casual una simple camisa color café, debajo de una chaqueta manga larga color verde oscuro y detallado con dibujos hojas de un verde más claro, junto a un pantalón de mismo color con degradados verdes igual de claros y un par de botas negras. También traía un cinturón con pequeñas bolsas colgando alrededor. Y en su cuello portaba un collar metálico de color gris con el símbolo celta del árbol de la vida.
Respecto al físico, su cabello era de un tono más claro y estaba incluso más desordenado que el del joven-tigre, además de haber ganado la suficiente longitud como para que esté casi alcanzando su barbilla. Y como extra tenía en el lado izquierdo de su rostro un tatuaje tribal azul con forma lineal y circular, que empezaba por encima de su ceja, pasaba por su ojo a la mejilla y bajaba al cuello hasta el pecho.
Raziel, en contraste con sus compañeros, vestía una elegante gabardina blanca con manga y longitud más corta que la de Miguel, y detalles metálicos grises en los hombros, espalda y bordes, junto con un pantalón que combinaba. Aparte llevaba botas puntiagudas negras y un cinturón marrón con una cartera rectangular grande en un lado, por el que guardaba su grimorio. Y como collar traía una cadena de metal con el símbolo de la estrella de David colgando.
Su físico no tenía muchos cambios; había ganado un poco más de masa muscular y altura, su cabello amarillo era tan largo por la parte trasera que las puntas llegaban hasta la nuca, mientras que el frente y los lados estaban recortados de modo elegante. Aparte las manchas negras de su cabello fueron retocadas con tinte amarillo para camuflarlas.
—¿De verdad esta es la última "granja"? —preguntó Raziel en voz baja, bastante dudoso e incómodo, mientras trataba de no ver el sitio en que se encontraba por vergüenza.
—Según algunos informes, ha habido varias desapariciones en está región. Y en los burdeles de la sociedad humana solo van humanos, obviamente. Por lo que no hay informes ni historial de este lugar en la Sociedad Sobrenatural —contestó Miguel con seriedad y teniendo un tono bajo, analizando cada rincón y persona del sitió, aunque también se veía incómodo—. Además solo mira el vidrio de las ventanas. Podría tratarse del mismo que usan los vampiros en sus guaridas.
—Lo leíste de ese estrafalario libro de vampiros, ¿verdad? —preguntó Gabriel con sarcasmo.
—Claro —contestó Miguel con una sonrisa orgullosa—. Es importante conocer a tu enemigo a fondo, y el Vampedia es uno de los libros sobre vampiros más completos que hay. Incluso tiene información sobre los híbridos dhampiros, como que nacen de la unión de un vampiro varón con una humana, y tienen un ritmo de crecimiento muy por encima de un humano normal. También dice que los vampiros usan un tipo de cristal, diseñado para no dejar que pase el calor de la luz solar. Y curiosamente este burdel es el único que tiene un vidrio parecido.
—¿No será porque los dueños tienen buen gusto por los vidrios? —sugirió Rafael estando recostado en el sofa, bastante aburrido.
—Quizás. Es por eso que debemos investigar sigilosamente este sitio para encontrar pruebas contundentes, antes de realizar un ataque —contestó Miguel con seriedad, luego mira a su compañero tigre—. Y espero que esta vez te controles, tigre semidios.
—Trataré. Pero no prometo nada —respondió Gabriel, frunciendo el ceño, mientras activaba el poder de sus ojos, viendo el color oscuro en las almas de casi todos los individuos de allí.
—En ese caso cuento contigo Raziel, para si se presenta la ocasión —decía Miguel, dirigiendo su mirada a su amigo leopardo—. Espero que hayas memorizado bien los sutras que te enseñó el señor Ezequiel.
—Claro. No es tan difícil como parece —contestó Raziel nervioso, debido al peso de la responsabilidad que llevaba encima, sumado a la incomodidad que sentía al estar en ese lugar.
—También cuento contigo Rafael, en caso de que necesitemos destruir por nosotros mismos este lugar, si se trata de una verdadera Granja de Vampiros —dijo Miguel, centrando la mirada en su amigo oso.
—¡Por supuesto! —respondió Rafael sonriendo y chocando sus puños con desbordante emoción—. ¡Ya estoy ansioso por demostrar los resultados de mi entrenamiento! ¡Les enseñaré a esas criaturas el poder de un poderoso druida que controla la tie...!
—¡Silencio oso tonto! —le calló Miguel tapándole la boca con una mano y mirando a los lados, nervioso de haber llamado la atención. Luego aparta la mano para permitirle hablar, pero en voz baja.
—Perdona. Es que me emocione ¡Je, je, je! —se disculpó Rafael en voz baja y riendo con vergüenza de su propia emoción.
—Hablando de entrenamiento, Gabriel, ¿Cómo te fue en Japón con tu entrenamiento como...? Bueno, ya sabes, ¿encarnación de un inmortal? —pregunto Raziel, interesado de saber que tipo de entrenamiento tuvo su compañero tigre como avatar de un dios. Aparte quería tener una conversación agradable que le anime y deje de sentir tan incomodo por estar en un burdel.
—Estupendo... Fabuloso... —decía Gabriel, fingiendo alegría y emoción, sin ni una sola intención de disimular la furia interna que sentía, para luego mostrar esa ira de forma abierta y sin cuidado alguno—. ¡Tanto que cinco días después me gané el acoso de una maldita zorra loca!
https://youtu.be/lcs_GXu8IA0
Como es de suponerse, antes de realizar alguna misión Ezequiel ordenó que cada miembro del clan fuese a una sede distinta, para ser entrenados durante un mes bajo la tutela de algún maestro o ex-maestro del gremio. El grupo se puso de acuerdo y cada joven-bestia visitó una sede específica, para desarrollar mejor sus habilidades y/o técnicas. Pero no fueron los únicos con el mismo objetivo; Elsa y Caroline también optaron por entrenar en algunas sedes.
Entonces Miguel decidió quedarse a entrenar en la Sede Principal, mientras Rafael fue a la sede Nórdica en compañía de Elsa, para entrenar bajo la tutela del maestro y también druida Ferben Vorskogur. Respecto a Jofiel y Camael, el primero iría a la sede china para pulir su arte marcial contra otros artistas marciales, mientras el segundo a la sede india para desarrollar su control sobre la energía Prana, y después de dos semanas, iría a la sede china junto al joven-león para mejorar su estilo de lucha con armas.
En cuanto a Azrael y Raziel, tal como ellos lo ansiaban, fueron enviados a la sede africana a aprender más sobre su legado materno (la tribu Yoruba y los chamanes), y tras dos semanas de aprendizaje Raziel fue a la sede Principal para aprender a desarrollar su legado paterno (talento para la magia), mientras que Azrael fue a la sede nórdica para aprender más de sus habilidades como psíquico.
Por último Gabriel, Caroline Uriel y Remiel visitaron juntos la sede japonesa, para realizar cada uno un entrenamiento especial diferente; mientras el joven-dragón desarrollaba su arte mágico y el joven-kitsune su técnica con la katana, la mujer-lobo aprendería karate y el joven-tigre a desarrollar más su propio arte marcial (el kalaripayattu), además de que ambos también aprenderían a dominar la segunda energía interna universal: el Ki (Chi).
Según Ezequiel, debido a que Gabriel aprendió a usar el Prana muy tarde, su desarrollo como reencarnación de Rudra se había ralentizado bastante, de modo que necesitaba desarrollarse lo más pronto posible, para que estuviese preparado para el motivo por el cual el Dios de las Bestias decidió reencarnar otra vez al Mundo Mortal después de tanto tiempo.
Y antes de recuperar sus Astras (Armas Celestiales), tales como el Trishula Samsara (Tridente del Ciclo de la Vida) y el Dhanush Hara (Arco del Destructor), debía aprender a dominar la segunda energía interna, para así fortalecer el vínculo entre su alma y el alma de Rudra, además de fortalecerse para resistir el infinito poder del Dios de las Bestias, que ya estaba empezando a emerger de él.
Para ello su entrenamiento quedó a cargo de nada más ni menos que de la maestra Syuri Kondo, quien tenía un dojo dedicado al aprendizaje del karate, aparte del dominio del Chi. Al principio Gabriel no tuvo tantos problemas, más que soportar el prejuicio de los humanos japoneses y los yokais; incluso él y Uriel visitaron la casa de Remiel, donde tuvieron una estancia un poco incómoda, debido a las cercanías y coqueteos de las hermanas menores del joven-kitsune hacia ambos.
No obstante nada se comparaba a los problemas que surgieron casi una semana después, cuando al dojo vino de visita un ex-estudiante; era una mujer coreana, que aparentaba estar entre los 19 y 21 años de edad; su cabello era de un color lila, aparte de ser liso y largo hasta debajo la barbilla, pero atado en un par de coletas y peinado a los lados. Tenía en las mejillas un par de marcas oscuras similares a los bigotes de un zorro.
Sus ojos eran de color rojo fuego, con un sombreado negro alrededor de los párpados y sus labios eran rosados. Tenía la piel pálida y poseía una constitución bastante atlética; con busto mediano y estatura de casi 1,79 m, además de tener unas piernas tonificadas (tanto como las de Caroline), lo que daba a entender que ella peleaba usando más los pies que las manos. Y como vestimenta usaba un pantalón holgado de color negro con rayas de tigre fucsia, junto a una camisa ajustada de manga larga y color negro.
https://youtu.be/JfS5bjfKwLE
Ella era Ginoh Kira; una kitsune de 899 años (18 en edad humana) proveniente de las tierras coreanas, una de las primeras estudiantes de la maestra Syuri y también su "prima lejana" (según la misma Syuri Kondo).
La maestra de la sede japonesa explicó que Kira, a la edad de 779 años, de forma repentina abandonó el dojo de Karate para regresar a las tierras coreanas, con el propósito de desarrollar su propio arte marcial, mediante la combinación de algunas técnicas del karate con uno originario de Corea; abandono a la familia, para recorrer su propio camino.
Pero de vez en cuando visitaba a sus familiares en Japón y el dojo para estar con ellos una temporada; al sexto día de entrenamiento de Gabriel y compañía, fue una de esas visitas temporales, y el momento en que se originó una serie de nuevas catastróficas desdichas para él.
Durante los entrenamientos, descansos o tours por Tokio en compañía de Caroline, los choques entre el joven-tigre y la kitsune coreana eran constantes; al principio ella no hacía más que molestarlo llamándolo por simples apodos vulgares, o burlarse de él por no ser todavía un "adulto completo". Pero los problemas escalaron a un nuevo nivel, cuando Kira empezó a molestarlo físicamente para pelear; aquello enojo por completo a Caroline, y la hizo desafiar a Kira a un combate de karate, el cual ésta última aceptó sin dudar.
Como es obvio la kitsune coreana superaba en artes marciales y experiencia a Caroline. Sin embargo ésta última la igualaba gracias a su monstruosa fuerza y resistencia, logrando causarle un grave daño a la Kira, y ésta en respuesta desencadenó un extraño poder siniestro, que pudo haber herido de gravedad a Caroline, si Gabriel no interrumpía el combate. Y éste último habría desatado el poder destructivo de Rudra a causa de la ira hacia la kitsune coreana, si la misma maestra Syuri no hubiera detenido ese enfrentamiento y obligado a Kira a retirarse.
Uriel y Remiel no entendían el motivo de ese acoso por parte de la kitsune coreana; casi parecía que le tenía a él rencor por alguna razón que todos desconocían, lo cual no debía ser posible, ya que ambos jamás se habían conocido hasta ahora; incluso el mismo Remiel bromeó que quizás Gabriel la molesto en alguna "vida pasada", aunque luego menciono un detalle, casi como algo curioso, pero que hizo pensar bastante al joven-tigre; aquella kitsune coreana emanaba un Chi tan siniestro, que podría compararse con el de un demonio.
https://youtu.be/-XZVeAEcqEI
—Lamento escuchar eso —dijo Raziel sintiendo pena por su amigo tigre, después de que éste terminará de contar un resumen de su tiempo entrenando en Japón.
—Descuida. Lo bueno es que ya termino el entrenamiento, por lo que ya no tengo que volver a ese infierno. Así que no volveré a ver a esa loca nunca más —dijo Gabriel dando un suspiro de alivio, aunque luego su mirada cambia a una seria y preocupada—. A menos de que se le ocurra venir hasta esta parte del mundo buscando revancha.
—Eso ya sería demasiada mala suerte para ti —dijo Rafael empezando a sentir también algo de pena por su amigo tigre—. Pero la verdad es que no me sorprendería. En serio amigo, tienes muy pésima suerte.
—Gracias, por recordarmelo —agradeció Gabriel con sarcasmo molesto y entrecerrando un poco los ojos.
—Luego seguimos hablando de nuestras desastrosas desdichas, porque al parecer alguien ya tendrá la suya, aunque disfrazada de placer —dijo Miguel con diversión sarcástica, notando que uno de los jóvenes del lugar ya fue a la recepción a pedir una "cita" con una de las mujeres en los cuartos de atrás—. Sentados aquí observando como bobos no lograremos nada. El único modo de saber si esto es una Granja de Vampiros, es ir directo al "gallinero".
—O seaaaa... —decía Rafael tratando de comprender el plan de su amigo lobo.
—Me refiero a que tendremos que fingir que vamos a pedir una "cita" —explicó Miguel con más detalle, y empezando a perder la paciencia.
—Si Elsa se entera de que pedí una "cita" en un burdel... me convertirá en alfombra —dijo Rafael en voz baja, rascándose la nuca, mirando a otro lado con pena y estremeciéndose de miedo, al imaginarse lo furiosa que se pondrá la joven risos de oro si llegaba a enterarse de esa misión.
—Y a Caroline no le agradará tampoco que yo haya pedido una "cita" en un lugar como este —dijo Gabriel, recordando lo furiosa que se ponía la mujer-lobo cuando la kitsune coreana se le acercaba a él en Japón—. Y tú Raziel tampoco puedes ir porque eres sacerdote.
—"Sacerdote" en término de mago, no en términos religiosos. Descuida es muy común confundir los términos —explicó Raziel, para luego mostrarse perturbado y en extremo nervioso—. Y de todas formas si este burdel resulta ser normal... no quiero verme involucrado en algo así... No estoy listo mentalmente. Lo siento mucho Miguel.
—¡Haaa! ¡Está bien lo haré yo mismo trío de cobardes! —exclamó Miguel furioso de las excusas de sus propios compañeros, mientras se levantaba con brusquedad del sofá y caminó con pasos iracundos hacia la recepción.
—¡Ese es el espíritu! ¡Por algo eres el jefe! —elogió Rafael feliz y orgulloso de su amigo lobo.
El joven-lobo caminó decidido hacia la recepción del burdel, aún furioso de que sus propios compañeros lo dejarán solo en el plan. Pero daba igual; de los cuatro presentes él era el más preparado para casi cualquier situación, ya que era de pensar rápido e idear contramedidas o planes de contingencia, en base a los cálculos o análisis de la situación. No por nada cuando se propuso para dirigir el clan, ninguno de sus compañeros se opuso, y hasta lo reconocieron como el mejor candidato para ser el jefe del clan.
—Bienvenido mon chéri.
La atención de Miguel fue directo al plan, en cuanto escuchó la sensual voz de la recepcionista; era una mujer rumana adulta, joven y atractiva. Pero no mostraba algún indicio verídico que demostrará si era una vampiresa o no. Además el cliente reciente ya había elegido a la mujer con la que pasaría la noche, y se dirigió a la puerta del lado derecho de la recepción.
—No tiene que decir sus deseos: sé lo que busca —dijo la mujer, enfocando su mirada en los ojos de Miguel, estremeciéndose un poco de los nervios—. Le puedo hacer una recomendación de las bellezas más experimentadas si así lo desea —ella señala los carteles en la pared de la recepción.
—¿Eh? ¡No, no, no! ¡No hay problema! —dijo Miguel sintiéndose aliviado, pues por un momento comenzó a tener la sospecha descabellada de que la mujer había descubierto que él no estaba allí por motivos de placer.
Entonces echó un vistazo rápido al cartel, notando que era una lista con nombres de diferentes mujeres, y al lado estaba su edad; todas no pasaban de los 40 ni tenían una edad inferior a 16 años. Lo que sí le pareció curioso a Miguel es que algunas tenían nombres extraños, lo cual podía ser un indicio de que podían ser vampiresas.
Según el Vampedia es una vieja costumbre que los vampiros, al ser convertidos, adoptan un nuevo nombre, como símbolo de que "empiezan una nueva vida". Y era bastante común que el nuevo nombre fuese un apodo, título familiar o su nombre original al revés. Pero aunque Miguel necesitaba más pruebas que un simple "nombre raro", de todos modos decidió elegir a una de esas mujeres para estar seguro de si podría ser una vampiresa; así que miro cada nombre, indeciso de cual escoger. No obstante un nombre en particular captó toda su atención: NEVAR, EDAD 20.
—Nevar... —dijo Miguel, pensando en voz alta ese nombre.
—Veo que le llamó la atención nuestra querida Nevar —dijo la mujer notando la mirada fija del joven-lobo y escuchando lo que dijo—. Debo decirle que ella está de suerte, porque hoy es su primer día de trabajo y un galán como tú será su primer cliente.
—S-s-sí gracias por el cumplido —dijo Miguel ruborizándose y luchando por mantener la calma—. E-e-entonces quiero una cita co-co-con ella.
—¡Entendido! ¡Será un absoluto placer! Pero para ella claro. ¡Ji, ji, ji!
De inmediato la mujer se dirige a un estante con varias llaves, las cuales tenían cada una un número específico. Mientras Miguel empezó a sentir tantos nervios que ya se le notaba, pues comenzó a dar algunas vueltas y mirar a los lados; en medio de eso su mirada cayó en sus tres compañeros, quienes desde lejos, aún sentados en el sofá, lo veían sonriendo y levantando los pulgares de ambas manos en señal de apoyo hacia él; esto no le hizo sentir mejor.
—Voy a matarlos... —susurro Miguel, mostrando una expresión asesina que reflejaba sus deseos de golpear a sus compañeros, quienes lo dejaron solo en su plan.
—La joven está en el pasillo derecho en la habitación siete. Con solo 800 francos podrá disfrutarla toda la noche, o más bien ella lo disfrutara a usted —dijo la mujer sonriendo de modo seductor.
—¡Me parece bien! —dijo Miguel girándose de inmediato para ver a la recepcionista, y cambiando su expresión asesina a una alegre en menos de un segundo.
Luego el joven-lobo, para su pesar interno, sacó de su chaqueta un pequeño fajo de billetes que consistía casi la mitad de su monto de dinero actual y lo usó para pagar la "cita". Después tomó la llave y camino a la puerta del lado derecho de la recepción, que tenía encima un letrero que ponía en francés Bellezas Letales.
A pesar de que estaba preparado para todo, jamás imaginó lo que encontraría más adelante.
[Forêt de Silence]
https://youtu.be/VzMAwJ6OhI4
La oscuridad de la noche le daba a la zona un terrible aire fantasmal, el cual era acompañado de una espesa niebla que le daba un toque aterrador y siniestro. Tal era así que no había muchas personas en las calles de la ciudad de Lille, o los pocos que habían eran malvivientes esperando una oportunidad para hacerse con una víctima, sin tener idea de que ellos podrían serlo. Pero aun así, ni los más valientes se atrevían a caminar por el bosque cercano al burdel; parecía la entrada a un oscuro mundo de pesadilla.
Sin embargo no era nada que un par de jóvenes-bestia del clan Nightfall Angels, no podrían enfrentar; en medio del bosque cercano al burdel caminaban Jofiel y Camael.
El joven-león llevaba puesto una chaqueta manga corta de color azul claro, encima de una camisa amarilla, junto a un pantalón holgado del mismo color que la chaqueta, sujetada con un cinturón amarillo. Traía zapatos deportivos también amarillos y vendas blancas en las manos. Además tenía en la espalda el trazado dorado de la cara de un león, y como collar llevaba una cadena de metal con el símbolo del dharmachakra colgando.
Respecto a su aspecto físico, no tenía muchos cambios, salvo que ahora tenía un par de flequillos en su frente, gano unos centímetros de altura, obtuvo más masa muscular, y su cabello dorado era tan largo que llegaba al nivel de la barbilla por detrás y al nivel de los ojos en ambos lados.
El joven-águila traía puesto una gabardina corta de color blanco, de manga corta, adornado con detalles dorados y una capucha que tenía un filo semejante a un pico de ave. Alrededor de los hombros llevaba un pañuelo verde con diseño de mándala dorado. Traía un pantalón holgado de color blanco, sujetado con una correa de cuero, el cual tenía el símbolo dorado de la tribu de los garudas del Reino de Siam. Por último llevaba un par de botas negras con punta filosa, protectoras de cuero en las muñecas y, como collar, una cadena con un medallón metálico en el que estaba grabado el símbolo del águila Cuauhtli, perteneciente al calendario azteca.
En cuanto a su aspecto físico, su cabello también había crecido bastante, al punto en que llegaba más allá de su barbilla y rodeaba su cabeza, por lo que solo recorto la parte frontal para no tener dificultades con la vista. Aparte se había tatuado en la frente un pequeño mándala de color rojo.
—¿Por qué Miguel tuvo que seleccionarnos para rondar esta zona? —pregunto Camael con molestia y bajando la mirada con los ojos cerrados, mientras hacía una mueca de disgusto y caminaba detrás de su compañero león.
—Porque muchos de los desaparecidos tenían algo en común; fueron vistos por última vez cerca de este bosque. Y si de verdad el burdel es una Granja de Vampiros, pues esas vampiresas son quisquillosas al elegir víctimas. Por lo que si nos ven y tratan de capturarnos, las detendremos, avisaremos al resto y destruiremos el burdel —explicó Jofiel con seriedad, mientras miraba a los lados en total alerta a cualquier tipo de señal.
—En pocas palabras, somos la carnada perfecta —dijo Camael sintiéndose más molesto.
—¡Je, je! Por favor no seas tan pesimista amigo emplumado. Ve el lado bueno; nuestras habilidades y técnicas se complementan unas a otras, de modo que somos el duo indicado para enfrentar grupos de enemigos armados o luchadores mano a mano —decía Jofiel con tono jovial, pero sin dejar de ver a los lados en busca de peligro, como un depredador alerta en la selva—. Es la razón principal por la que Miguel nos escogió como los vigilantes de esta zona.
—Entiendo. Pero de todas formas, démonos prisa en llamar la atención de un maldito vampiro para irnos de aquí —dijo Camael, mirando de reojo detrás de sí y a sus alrededores, para nada cómodo—. Tengo un muy mal presentimiento de este sitio.
[Burdel Dernière Nuit: Dormitorios]
Mientras tanto en el interior del burdel, Miguel se encontraba parado frente a una puerta de madera con un gran número "7" de color dorado grabado en la misma. Él estaba en medio de una serie de pasillos largos iluminados por lámparas, y llenos de puertas con más números similares. El único sonido que se oía era el del escenario principal, más ninguno procedente del interior de las habitaciones; ni siquiera se escuchaba otra puerta abrir o cerrarse, lo cual empezaba a empeorar las sospechas.
El joven-lobo estaba por abrir la puerta y entrar a su "cita" con la mujer dentro. Pero por un momento pasó por su mente la idea de que ese lugar fuera un burdel común y corriente, y esto casi rompe su fría calma; a pesar de todo él seguía siendo un joven inexperto en temas como las relaciones con fines reproductivos. Ni siquiera dedicó su tiempo a aprender sobre ello.
Sin embargo, tras dar un suspiro recuperó la calma, con valor puso la llave en la cerradura y por fin abrió la puerta.
La habitación era pequeña, y como iluminación tenía un candelabro en el techo. En un rincón se encontraba un pequeño armario y en el contrario un tocador. Las paredes eran de colores oscuros y al fondo se hallaba una cama matrimonial, cubierta por cortinas rojas; el lugar era perfecto para que un vampiro o criatura de las sombras se pudiera esconder, por lo que Miguel cerró la puerta para no levantar sospechas y se mantuvo en total alerta.
Camino hacia la cama, despacio y listo para atacar a la primera señal de peligro; sujeto la cortina que rodeaba la cama, preparo sus garras para un enfrentamiento, y apartó las cortinas para ver la cama; era un colchón rosado con sabanas rojas y almohadas del mismo color, pero no había rastro de la mujer que según lo esperaría allí. Esto hizo que las sospechas y nivel de alerta del joven-lobo se dispararán hasta las nubes. Y gracias a eso, sus primitivos instintos le advirtieron que había peligro detrás de él.
https://youtu.be/lCxgHsyfQ28
De inmediato Miguel reaccionó girándose, y por poco logró atrapar el brazo de su atacante; era una mujer joven que parecía rondar entre los 20 y 19 años, de constitución bastante voluptuosa, busto grande, piel casi blanquecina, labios pintados de morado, sombreado rosado alrededor de los ojos, largo cabello negro con mechas moradas y llevaba puesto un camisón gótico de color negro. Pero lo más notable eran sus brillantes ojos rojos como la sangre y el par de filosos incisivos superiores, que ella mostraba con un gruñido similar al de un canino.
El joven-lobo no necesito ver esas características para comprobar que esa mujer era una vampiro; la siniestra energía oscura con tonalidades púrpuras en su mano derecha, que él había detenido sujetandole la muñeca, le pareció suficiente. Al instante la vampiresa cubrió la otra mano de la misma energía y la usó para atacar. Pero Miguel también le sujeto el otro brazo sin esfuerzo, comenzando un pequeño forcejeo entre ambos.
La vampiresa poseía una fuerza increíble, aunque lo más increíble fue un detalle que Miguel tardó en percatarse: podía escuchar los latidos del corazón de ella. Esto impactó por completo al joven-lobo, porque le hizo saber de inmediato que ella era una mestiza, que sólo nacía bajo circunstancias especiales de padre vampiro y madre humana; era una dhampiresa. Este pequeño segundo de sorpresa lo distrajo lo suficiente, como para que la recién descubierta dhampiresa lo aprovechara ejerciendo una fuerza mayor, hasta tumbar a Miguel en la cama y subirse encima de él.
En ese momento la dhampiresa consiguió liberar su brazo izquierdo, y estuvo por usarlo para sujetar el rostro de Miguel; una acción que éste último logró proveer a tiempo, de modo que esquivó el ataque moviendo la cabeza a un lado, para luego volver a sujetar la muñeca del brazo izquierdo de la dhampiresa. Acto seguido él desató la fuerza bestial de su interior, provocando que sus ojos cambiaran a dorado, algo que impactó a la dhampiresa, y a su vez le permitió a Miguel empujarla para cambiar de posición.
Ahora el joven-lobo era quien estaba encima de ella, y decidió aprovechar esto para matarla de una vez; le soltó el brazo derecho por un instante, extendió las filosas uñas de su propia mano izquierda y las cargó de eléctrico poder lunar, con el fin de apuñalarle el corazón. Sin embargo, a pocos centímetros de que la mano izquierda de Miguel perforará el pecho de la dhampiresa, se detuvo.
La atacante también dejó de luchar, ya que anuló la energía sombría en sus propias manos, y tenía los ojos fijos en el collar del joven-lobo, mientras éste último veía un curioso collar que portaba la dhampiresa, el cual se reveló durante la acción; era un collar de tela del que colgaba un colmillo de lobo.
Después, en sincronía, ambos centraron la mirada en los ojos del otro; Miguel pudo ver que los de ella dejaron de tener ese demoníaco brillo rojo, y ahora era de un familiar violeta normal, que reflejaba una creciente y enorme felicidad al ver los ojos dorados de él.
En ese instante un nombre cruzó por la mente de ambos.
—Miguel... —dijo la dhampiresa mostrando una genuina sonrisa que irradiaba felicidad, y teniendo una melodiosa voz que fue como una música celestial para los oídos del joven-lobo.
—Raven... —dijo Miguel con una sonrisa y mirada que reflejaban la alegría infantil de volver a ver a alguien que no esperó nunca en la vida volver a ver, pero que en el fondo anhelaba poder hacerlo.
Próximo capítulo: Legendario Cazador de Monstruos.
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