
Capítulo LXX: Noche de Bellas y Bestias (I)
"La pregunta que me hace cada vez, si quiero acostarme con él, me prueba que persiste en su amor. Sus bondades me lo confirman..."
—La Bella y la Bestia de Gabrielle de Villeneuve.
https://youtu.be/ZYuS4COuNSE
[Guarida del Clan Nightfall Angels: Habitación de Miguel]
Después de que Raven hiciera que Miguel despertara el instinto reproductivo, y casi causará que ambos terminaran apareándose como auténticos animales en celo hasta el amanecer, se acostaron juntos en la cama, uno al lado del otro bajo las sábanas en total calma, para charlar sobre lo que ya era bastante obvio hasta para sus amigos.
Raven explicó que en la raza vampírica existe algo que ellos conocen como "Trastorno de la Flecha de Eros", que como su nombre lo indicaba, era un trastorno relacionado con el deseo sexual.
Algo que caracteriza a los vampiros, es que suelen desarrollar trastornos que en la Sociedad Sobrenatural clasifican como "Sociopatía" y "Psicopatía. No obstante, lo que diferencia el Trastorno de la Flecha de Eros de los otros, es que hace del vampiro una criatura lujuriosa y de fácil dominio por el placer, cuando encuentra a su "alma gemela".
El trastorno hace que un vampiro sufra de pasiones parecidas al amor, llegando al extremo de obsesionarse con alguien en particular, al grado de sentir excitación con sólo tocar a esa persona específica. Tal es el nivel de obsesión y pasión, que aun cuando el vampiro intente amar o incluso tener relaciones sexuales con alguien que no sea su "alma gemela", no sentirá casi nada de placer o disfrute. Y si el "alma gemela" del vampiro muere, el vampiro padecerá de un terrible dolor emocional, que lo incitara a suicidarse.
No obstante, con el tratamiento adecuado, o en caso de que el trastorno fuese leve, el vampiro podrá resistir el deseo del suicidio con una idea ilusoria, de que su "alma gemela" puede "reencarnar" para reencontrarse con él/ella. Por lo general, este tipo de idea conduce a que el vampiro vuelva a obsesionarse, esta vez con alguien de apariencia y comportamiento bastante parecido a su fallecida alma gemela.
Como tal el trastorno suele ser más común en humanos convertidos en vampiros, quienes al perder a un amante en su vida humana, buscan con desesperación una forma de traerlo a la vida, o incluso reemplazarlo con otro que se le parezca.
Un caso muy popular de esto es la condesa Minerva, quien perdió a su amante cuando fue convertida a la fuerza en vampiro, y entonces al conocer al sobrino de su fallecido amante, lo acogió en su castillo para convertirlo en su nuevo amante. Y para evitar volver a perder al amor de su vida, empezó a enseñarle a cazar vampiros. No obstante lo que ella no sabía, era que el sobrino de su amante, en una noche de luna llena, fue convertido en un hombre-tigre, al ser poseído por el alma de Rudra; el sobrino del fallecido amante de Minerva, era Absalón Khan.
La dhampiresa también explicó que su padre, Adrian Tepes, sufrió el mismo tipo de trastorno. Pero al seguir conservando parte humana, no padeció de los impulsos suicidas. Aunque no pudo evitar sentirse atraído por alguien, que era la viva imagen de su fallecida amante; Julieth Queen.
"Eso explica muchas cosas", fue lo que pensó Miguel al conocer sobre ese peculiar trastorno de los vampiros.
Además debido a que Raven era parte vampiro, ella también no era exenta de sufrir el mismo trastorno. De hecho, a causa de su acelerado desarrollo biológico, Raven comenzó a padecerlo poco después de que Miguel la salvará; por lo que acabo sintiendo una atracción por él, que solo fue haciéndose más fuerte con el pasar del tiempo.
—¿Por qué me tienen que pasar a mí estas cosas? —se preguntó a si mismo Miguel en voz baja, con los ojos entrecerrados y denotando pena—. ¿Y no has intentado "obsesionarte" con alguien más?
—Créeme cuando te digo que mis padres no tomaron para nada bien, que mi "alma gemela" fuese un chico extraño que conocí en un Bosque Oscuro —dijo Raven con una sonrisa humorística—. Intentaron quitarme esta atracción, obligándome a conocer a todo tipo de distinguidos y atractivos jóvenes. Admito que algunos fueron lo bastante "interesantes", como para tener una relación romántica. Pero al cabo de unas semanas, termine por dejarlos.
—¿De verdad? ¿Y quién fue tu último intento de amante?
—Angela.
—¡¿Qué?!
—Varias de las especies de vampiro son básicamente como los humanos, solo que con las emociones amplificadas. De modo que en esas especies es mucho más común que haya atracción sexual por casi cualquier cosa en realidad, hasta por personajes ficticios.
—En primer lugar: ese último dato sobre los personajes ficticios, es muy turbio. Y en segundo lugar: sé que es bastante común que tengan amantes machos y hembras por igual. Lo que no me espere es que la "señorita simpatía" fuese amante tuya.
—Lo que pasa es que, al ver que los chicos no funcionaban para quitarme esta atracción, mi madre tuvo la idea de intentar con las chicas. Así fue como termine conociendo a muchas doncellas, como Angela, siendo ella la única con quien tuve una "conexión". Y fue la única amante, con la que pude formalizar una relación por bastante tiempo; nos bañábamos juntas, y hasta compartíamos cama.
—¿Y qué pasó?
—Pues al final ella no era lo que yo quería. La verdad es que mi atracción, aunque intentara camuflarlo con un "amor pasajero" o reemplazarlo con un "amor sexual", no podía desaparecer. Al contrario solo seguía creciendo. Y cuando me di cuenta de que no podía eliminar este sentimiento, corte la relación con Angela. Obvio eso no le gusto a ella, en especial por el hecho de que la dejara por un extraño que ni yo conocía. Pero acabó aceptándolo, y continuamos siendo amigas.
—Supongo que estoy atrapado en tu corazón. Y ni siquiera sé cómo pude terminar allí. No sé qué ves en un simple licántropo mestizo campesino con problemas económicos, sueños de ser un investigador y pasión por las peleas, como yo.
https://youtu.be/mUZoy_hVu4U
—Más de lo que te ves a ti mismo —dijo Raven abrazando al licántropo alemán, y acostando la cabeza en el pecho de él, mientras ponía la pierna derecha encima de la suya—. Aquella noche en que me salvaste, vi en tus ojos a un lobo feroz capaz de despedazar a cualquier criatura que se le pusiera enfrente. Pero en vez de hacer algo así, decidiste ayudarme; me protegiste y guiaste hasta mi madre. Desde esa noche, no he podido evitar seguir pensando en ti. ¿Quién eres? ¿Cómo alguien tan noble podía vivir en ese horrible bosque?
»¿Serás como mi padre? ¿O tal vez serás algún tipo de caballero maldecido por una malvada bruja? Sea lo que fueses, no podía quitarte de mi mente: tus hermosos ojos dorados de lobo feroz, la calidad sensación de seguridad que sentía al estar a tu lado, y esa bondad que pude percibir con solo escuchar tus palabras... me cautivaron. Y ahora el saber que eres inteligente, maduro, un excelente jugador de ajedrez, y regalas algo tan duradero y especial como un libro, me atrapaste por completo. Si soy una loca por haber elegido a un chico así para ser mi "alma gemela", entonces prefiero ser una loca feliz.
—Y si yo soy el idiota más grande del mundo, por no haber olvidado a una hembra que conocí en una sola noche, entonces prefiero ser el idiota más grande del mundo —respondió Miguel con una sonrisa sarcástica, mientras correspondía al abrazo de Raven, abrazándola con solo el brazo derecho—. Sabes, hace un tiempo alcance la madurez sexual, por lo que ya puedo sentir atracción por las hembras indicadas.
—Sí, Erzuli me explico sobre eso; que el instinto reproductor de las bestias empieza a activarse a partir de los 16 años, incitándolos a sentir atracción sólo por alguien del género opuesto, si cumple con los requisitos biológicos y psicológicos, en base a la "selección natural". En esos aspectos, ¿yo los cumplo?
—Más de lo que te imaginas. Antes solo te veía como alguien especial; como mi primera amiga fuera del Bosque Oscuro. Pero ahora es oficial, de que tú eres capaz de despertar mi instinto reproductivo. Lo sé ahora que te conozco mejor... y después de casi violarme...
—No iba a violarte, tonto —le interrumpió Raven con un tono divertido, levantando la mirada para verle el rostro.
—En teoría si ibas a hacerlo —argumento Miguel devolviéndole la mirada, todavía sonriendo con sarcasmo—. Ibas a aparearte conmigo en contra de mi voluntad. Mi instinto reproductor es una cosa, y mi voluntad es otra. No hay comparación. Y un apareamiento debe suceder bajo consentimiento mutuo.
—De acuerdo, lo siento. La verdad es que no sé mucho de las relaciones entre bestias. Esto del instinto reproductor, no es como las ideas e interpretaciones que tienen los humanos, respecto al amor y la atracción sexual. Y la verdad es que yo no soy muy "empática" que digamos. Si ya de por si me cuesta comprender eso del "amor romántico", comprender sobre el instinto reproductor de las bestias es todo un desafío científico.
—Pues ya tienes tu oportunidad de hacer un "trabajo de campo" —respondió Miguel volviendo a mirar el techo—. Raven, para ser sincero, me haría muy feliz que fueras tú quien me hiciera un "adulto completo". Pero...
—Si crees que sigo insegura sobre esto, estás equivocado —le interrumpió Raven, mientras volvía a acostar la cabeza en el pecho del licántropo alemán y se aferraba a él con más fuerza—. Soy consciente de las responsabilidades que vendrán, y estoy dispuesta a afrontarlas. Te prometo que tomare responsabilidad.
—¿Eh? Espera, espera un momento, no soy un experto en el tema, pero que yo sepa es el macho el que debe tomar responsabilidad de estas cosas.
—Pues yo tampoco soy una experta en el tema. Pero desde mi punto de vista, la responsabilidad debe caer en ambos, siendo el más "adulto" en mente, el que cargue con el mayor peso. Y entre nosotros dos, biológica y mentalmente yo soy la más adulta.
—Disculpa que pregunte, pero si dices "biológica y mentalmente", entonces ¿Cuántos años tienes en realidad?
—¡Je, je! En realidad tengo 9 años.
—... ¡¡¿Ehhhh?!!
—Recuerda que soy una dhampiresa. Los mestizos de vampiros tienen un desarrollo biológico acelerado, por lo que crecen y maduran mucho más rápido que un humano normal. Y yo que tengo genes vampiros, literalmente crecí rápido. Pero no pienses que tengo la mente de una niña de nueve años. Como dije, mi madurez e inteligencia crecieron a la par que mi cuerpo hasta los ocho años; edad en la que desde entonces no he pasado por más cambios físicos. Según el último análisis biológico y test psicológico que me hizo mi madre, mi crecimiento acelerado se detuvo a los 20 años, y seguiré viéndome así hasta los ochenta.
—Entonces, en biología, tú serías mayor que yo por cuatro años... Oh mein Gott...
—No me digas que te avergüenza tener una novia un poco mayor que tú —comento Raven con una sonrisa burlona.
—No es eso... Es solo que me parece trillado que yo, un licántropo de 16 años de nacido que biológicamente es de 18 en edad humana, este con una dhampiresa bruja de 20 años que en realidad tiene 9 años de haber nacido... Solo espero que no aparezcan policías del Domhan-Eile en la puerta de mi guarida, para arrestarme y llevarme a juicio.
—Pues... dudo mucho que un juez llegue a creer que tengo 9 años. ¡Je, je! En todo caso, yo sería la que estaría afrontando problemas legales en la capital del Domhan-Eile, por ser una mujer de 20 años que tiene como novio a un chico de 16 años.
—Eso ya es discutible, porque en biología las bestias ya somos mayores de edad a los 16 años, y es así en todas las especies. En edad humana ya tendría 18 años.
—Entonces lo nuestro sería un problema legal polémico y bastante discutible, que sería muy divertido e interesante de ver y debatir. ¡Je, je, je!
—Estoy de acuerdo. ¡Je, je, je!
https://youtu.be/u_78h2iNXr8
Ambos permanecieron riéndose por unos segundos más, para luego quedar en un cómodo silencio por otros segundos, hasta que Miguel volvió hablar.
—Entiendo que estés dispuesta a afrontar las responsabilidades. Con el dinero y tu posición social, no tendrías problemas. Y yo, aunque no estoy en una muy buena posición económica que digamos, estoy dispuesto a trabajar hasta diez misiones al día si hace falta. Pero no quiero forzar esto. Si de verdad vamos a estar juntos, entonces debe suceder naturalmente y a su debido tiempo, para conocernos mejor y descubrir por nosotros mismos, si seremos felices juntos.
—Miguel, sé que las bestias tienen algo que llaman "compañero de por vida", que es lo más parecido a la idea de "alma gemela" que tienen los vampiros. Para mí tú eres mi amor eterno. Y viendo que pude ser capaz de activar tu instinto reproductivo, demuestra que para ti puedo ser tu "compañera de por vida".
—Lo sé. Pero es que... quiero asegurarme de que esto puede ser posible. Si vamos a estar juntos, e incluso llegaremos en un lejano futuro a... a...
—¿A casarnos?
—Sí, a casarnos, aunque estamos viendo demasiado a futuro... El punto es que si vamos a ser pareja de por vida, lo sensato y correcto sería que primero nos conociéramos mejor; ir paso por paso, para descubrir cómo nos desenvolvemos juntos, y así dejar que todo surja de manera natural, para no forzar nuestra unión ni obligarnos a estar juntos.
—Cada vez estoy más convencida de que eres el correcto, porque no cualquier chico de tu edad tiene una madurez así —dijo Raven con genuino asombro, un creciente respeto y cada vez más sintiéndose más enamorada del joven-lobo.
—Cuando creces en un Bosque Oscuro lleno de monstruos, actuar con madurez es igual a sobrevivir. Además, mi madre trabajaba antes para una agencia privada como experta en biología, y también como la primera investigadora mujer de su pueblo. Mientras que mi padre fue líder de un grupo de licántropos e investigador privado, cuando trabajo en el Consejo de las Bestias. Así que puedo decir que yo también tuve un crecimiento rápido, aunque solo en lo mental. Y por desgracia, no puedo decir lo mismo de mi hermana mayor.
—Ya veo. En ese aspecto, también nos parecemos... Entiendo tu punto, y por eso estoy de acuerdo. Iremos paso por paso; tal vez cuando finalice la misión de mañana, vayamos a una cita como cualquier pareja "normal". Pero aun así... ¿sabes? Todavía sigo excitada por el momento anterior, y ahora que te tengo así, tan cerca de mí... me gustaría que me complacieras.
—Raven, ya te dije que...
—Entiendo que quieras empezar paso por paso. Pero de verdad quiero esto... Miguel, independientemente de lo que pase en el futuro, quiero tener este momento contigo: quiero al menos quedarme con esto como un hermoso recuerdo, ya sea de algo que empezó o de lo que llegamos a tener. Quiero ser yo quien te convierta en un adulto completo, y que seas tú quien me haga una "mujer completa". Quiero ser parte de ti, y que seas parte de mí. ¿Acaso no lo quieres tú también?
—Sonará cursi, pero en realidad si lo quiero, y más de lo que te imaginas. Raven, para mí sería un honor y la mayor felicidad de mi vida, que seas tú quien me convierta en un adulto completo.
—En ese caso, ¿aceptas hacer esto? No hay problema si lo hacemos primero, y luego empezamos paso por paso; sería como el "primer paso" de nuestra relación bestia-vampiro. Aviso que no hay riesgo de que quede embarazada. Por precaución, conjure un hechizo que sirve para evitar embarazos, y estará activo hasta mañana. No te preocupes; es un hechizo efectivo de las brujas del pueblo de mi madre... Pero si aun así no quieres, no seguiré insistiendo. No quiero obligarte a hacer esto, porque como tú mismo lo dijiste, debe ser bajo consentimiento mutuo. Así que lo dejo a tu decisión.
Miguel duró varios segundos en silencio, pensándolo bien; su lado racional le insistía que no, pero su lado bestial le decía que aceptara. Por primera vez en mucho tiempo, sus dos lados estaban incitándolo a hacer dos cosas distintas, por lo que no sabía qué hacer. Era la primera vez que tenía un conflicto tan fuerte entre racionalidad e instinto puro, ya que suelen estar de acuerdo, sobre todo cuando su supervivencia pende de un hilo.
Desde que tiene uso de razón, ha intentado actuar más por el lado racional que por el bestial, siendo aquella vez en que entró al Bosque Oscuro para salvar a Raven, la primera ocasión en que deshecho la racionalidad para seguir sus instintos naturales.
Y hasta ahora, no se había arrepentido de eso. Después de todo la primera vez que no hizo caso a su mente racional, le trajo la más grande de las alegrías; le hizo descubrirse a sí mismo, ver las maravillas de la noche y además conocer a alguien que marcaría tanto su vida, que lo convertiría en el licántropo cazador que es hoy.
Jamás se ha arrepentido de esa decisión. Y por eso, tras analizarlo por un minuto que pareció una hora, decidió que tampoco se arrepentiría de hacerle caso a sus instintos una vez más...
https://youtu.be/njAJNDhuvas
De repente Miguel comenzó a posicionarse encima de Raven con cuidado, y luego la sorprendió al sujetarle las bragas, para después proceder a quitárselas. Entonces, con una sonrisa juguetona, Raven le ayudó en eso moviendo las piernas, acabando tan expuesta como el joven-lobo, de modo que éste último se detuvo un momento para apreciarla.
"Es bellísima...", pensó Miguel, no dejando de maravillarse de lo hermosa que era la dhampiresa. Y no es por atracción o algo parecido; desde su punto de vista, Raven era una hembra preciosa en todos los sentidos.
Unos tres segundos después, Miguel reanudo la acción acostándose encima de Raven, mientras su cintura y espalda eran envueltas por las piernas y los brazos de ella.
—Espera un momento... —dijo Raven deteniendo la acción un momento al darse cuenta de algo—. Lo había pasado por alto, pero ¿Qué pasa si el resto de tu clan oye lo que sucede aquí? Las habitaciones están justo al lado de las otras, y con sus sentidos de bestia podrían escucharlo todo.
—Es por eso que antes tomamos medidas —dijo Miguel con una sonrisa divertida—. Para no escuchar ronquidos en las noches, las habitaciones tienen afuera Sellos Mágicos similares a los de las habitaciones del burdel humano, que impiden que cualquier sonido del interior se escuche afuera, cuando las puertas se cierran. Así que, mientras la puerta de mi habitación permanezca cerrada, ningún tipo de sonido de aquí se oirá afuera.
—Habérmelo dicho antes —dijo Raven esbozando una gran sonrisa, para luego sujetar con fuerza a Miguel por detrás de la cabeza con una mano, y atraerlo hacia ella para iniciar una lucha de besos y choques de lenguas.
Duraron así unos segundos, solo besándose como amantes apasionados, hasta que empezaron a dar rienda suelta a sus respectivos lados salvajes; instinto reproductor puro contra lujuria vampírica erótica. A causa de esto se intensificó tanto la acción, que Raven empujo a Miguel con la fuerza suficiente para cambiar de posiciones, resultando en que ella estuviera encima de él.
Ahora que la dhampiresa tenía el dominio primero, era su oportunidad de dar el siguiente paso; ambos sabían que no había vuelta atrás, y aun así estaban decididos a hacerlo, porque también sabían que no se arrepentirían de eso.
El joven-lobo ayudó a la dhampiresa a acomodarse y prepararse para el momento, sujetándola de las caderas para posicionarla de forma correcta. Y tras unos segundos de preparación mental, Raven acabó dando el primer paso.
Con una rapidez que no fue normal, dio un sentón sobre la pelvis del licántropo, uniéndose con él de una forma violenta y rápida, que el licántropo alemán apenas pudo sentir cuando su virilidad atravesó la "delgada barrera" de la feminidad de la dhampiresa. Pero sí noto que la dhampiresa expresó dolor, lo cual preocupó al licántropo alemán y le hizo creer que la había lastimado, ya que era ajeno por completo a esos temas.
—De-descuida Miguel —logró decir Raven, resistiendo el dolor y teniendo un fuerte sonrojo, notando la expresión preocupada del joven-lobo—. Es normal en una hembra cuando tiene su primera vez. A-además, gracias a mi lado vampiro, sanare enseguida.
—Pero aún así, ¿estás segura de poder resistirlo? —preguntó Miguel, todavía con miedo de lastimar de gravedad a la dhampiresa—. No sé si podré medir mi fuerza una vez que continuemos.
En respuesta, la dhampiresa cambio el color de los ojos a uno rojizo intenso, mostró los dientes e hizo crecer los incisivos superiores igual que un vampiro de verdad. Luego con la uña del dedo índice derecho, empezó a hacer un suave y superficial corte en el fuerte pecho del joven-lobo.
—No me subestimes solo porque sea menos vampiresa que un mestizo común —decía Raven con una sonrisa maliciosa, que contrastaba con las radiantes e inocentes que solía mostrar antes—. En todo caso, sería yo quien recomendaría que no te contengas, porque podría matarte. Y de todos modos, a las vampiresas y brujas nos encantan los "juegos rudos". Así que suéltate un poco, como el lobo feroz que eres en el fondo.
Quizás fue la forma desafiante en que Raven dijo eso, o tal vez fue esa pasión ardiente que había entre ambos. Pero Miguel respondió de inmediato, sentándose en la cama para abrazar a Raven, y empezar a saborear los labios en un cariñoso beso. Raven por su parte correspondió a la acción, envolviendo ambos brazos y piernas alrededor del cuello y cintura de Miguel, mientras iniciaba el acto reproductivo moviendo las caderas.
Y es entonces que sucedió lo que venía advirtiendo Miguel; mientras él acariciaba todo el cuerpo de Raven con ambas manos, le clavó las garras por accidente en varias partes, como en los muslos y en las caderas. Pero Raven respondió a esto rasguñándole sin piedad la espalda, a la vez que aceleraba e intensificaba el movimiento de las caderas.
Mientras Miguel daba rienda suelta a su instinto animal puro, Raven liberaba toda la lujuria que venía conteniendo desde hace meses para ese soñado momento, causando que en medio de la salvaje acción ambos se infringieran heridas tan profundas, que la cama no tardó en ensuciarse con la sangre de ambos.
Lo curioso es que Raven había dicho que le iba a dar a Miguel una noche inolvidable. Pero resultó que al final sería él quien se lo estaba dando a ella.
https://youtu.be/-w2m-TeLi6I
[Habitación de Rafael]
La habitación del arthdruwid no era muy elegante, pero tampoco tan simplista; en realidad parecía más la habitación de una cabaña, debido a que, aparte del armario y la cama, había un estante con diferentes documentos y libros con portadas que los hacían parecer viejos. También había un pequeño archivador de madera tallado a mano, en el que se guardaban diferentes tipos de notas. Y justo al lado estaba otro archivador, con una palabra tallada en el borde superior, que decía en irlandés "Adornos y Artefactos Celtas".
En un rincón se hallaba un simple tocador de madera rústica, en cuya mesa estaba el viejo oso de peluche de Elsa. Las lámparas eran lo único de diseño "elegante", y es porque parecían verdaderas "lámparas mágicas", aunque en realidad eran solo lámparas de aceite normales. Cerca de la cama había una mesilla, en la que se hallaba un viejo libro de muchas páginas, en cuya portada estaba escrito "Beatha Naofa" (Vida Sagrada), y al lado se encontraban los guanteletes "Fuerza de Grendel" en el suelo.
También había un segundo armario, pero adornado con dibujos infantiles en la puerta, y entre esos dibujos estaba trazado el nombre "Elsa". Además, cerca de este armario, había una mesa redonda y dos sillas, en la que había una colección de pequeñas figuras de madera, que consistían en soldados y reyes medievales de la antigua Escocia y Noruega, incluyendo pequeñas maquetas de castillos, torres, cabañas y árboles de dichas tierras.
Rafael se encontraba acostado en la cama con la sábana encima, sin nada de ropa, leyendo uno de sus diarios de notas, en el que estaba escrito el alfabeto "Ogham", para repasar y memorizar los hechizos en el antiguo idioma celta.
—¿Ya has recordado toda tu infancia, Rafael? —pregunto Elsa, estando parada en frente de su armario acomodando su ropa, vistiendo un camisón amarillo de tela sedosa que solo le llegaba hasta la mitad de los muslos.
—Con lo poco que he aprendido, ya lo recuerdo casi todo —respondió Rafael con una sonrisa que denotaba una felicidad juvenil restaurada, y nostálgica.
Después de mucho tiempo, Rafael había comenzado a recordar toda su infancia al lado de su padre, Angus, incluido las conversaciones que llego a tener con él, en las que Rafael supo el nombre de su madre, Lagertha. Y eso se debe a algo, que Rafael no había tenido en cuenta: desde que nació, su padre le ha estado hablando en inglés e irlandés en la mayoría de las ocasiones, pero cuando decía nombres y algunas palabras, era con la pronunciación y acento del ancestral idioma de los celtas.
No obstante, a diferencia del inglés y el irlandés moderno, el idioma celta no se preservaba de forma escrita, sino oral. Por lo que, tras morir su padre, Rafael solo pudo continuar aprendiendo inglés e irlandés gracias a los libros y escritos que había en la cabaña, mientras que el idioma celta lo olvido por completo. Y solo empezó a recordarlo cuando llego a la Sede Nórdica de San Bestia, donde descubrió sobre el abecedario "Ogham", que era lo más parecido a una forma "escrita" del idioma de los celtas.
Y es que el "Ogham" era un tipo de escritura, que solo los druidas de rango mediano y superior podían conocer, ya que era un método de "comunicación secreta" entre los sabios de las tribus celtas, para evitar que conocimientos peligrosos cayeran en malas manos. Por lo que el padre de Rafael, por lógica, no iba a enseñarle ese tipo de escritura hasta que éste tuviese la edad y madurez suficiente como druida.
De hecho, Rafael encontró algunos trazos en las paredes de la cabaña y en los árboles cercanos, que formaban parte de la escritura "Ogham". Pero al no conocer esa escritura, él creyó que eran simples trazos o símbolos, no un tipo de idioma.
—Aunque gracias a la capacidad adaptativa que tenemos las bestias, aprender nuevos idiomas es tan fácil como aprender a caminar. Sobre todo los idiomas que están relacionados con la lengua madre de la tribu regional a la que pertenecemos —explicó Rafael.
—Ya veo. Pero ya has estudiado demasiado. Además es hora de dormir. Así que deberías descansar —dijo Elsa cerrando el armario, para después empezar a acercarse a la cama.
—Nunca es tarde para aprender, y debo esforzarme en aprender sobre el idioma original celta, si quiero memorizar la absurda lista de hechizos druídicos del libro —dijo Rafael, pero entonces su diario fue quitado de sus manos por Elsa, quien se había subido a la cama.
—Hazme caso. Mañana partiremos a un sitio que sin duda será muy peligroso —dijo Elsa de forma severa, para luego dejar el diario en la mesilla cercana a la cama—. Lo mejor que debes hacer ahora, es descansar lo mejor que puedas.
Dichos eso, Elsa se acostó al lado izquierdo de Rafael bajo las sábanas, mientras lo abrazaba con cariño. Y aunque el joven-oso no llevara nada puesto, mientras que Elsa solo se cubría con un camisón corto, sin nada debajo, no sentía nada de pudor.
Como Rafael pasó el resto de su infancia viviendo en soledad, casi como un auténtico oso, no comprendía casi nada sobre la modestia y el pudor de los humanos, de manera que solo llevaba ropa para no sufrir de tanto frío, mientras que en las noches menos frías dormía convertido en oso y sin ropa; fue algo que descubrió Elsa, en la semana siguiente en que empezó a dormir a su lado.
Por supuesto Elsa se encargó de enseñarle sobre que estaba mal no llevar ropa en público, de manera que Rafael, por su alto sentido del respeto y educación, aprendió a nunca estar desnudo en público, al menos no en forma humanizada. Sin embargo, lo cierto es que Elsa se aprovechó de la inocencia de Rafael sobre esos temas, para indicarle que no había "problema" en que él no llevara nada cuando estuviera solo con ella.
Y pasado casi un año de eso, Elsa empezó a aprovecharse todavía más de la inocencia de Rafael, para intentar "enamorarlo". Desde entonces ella ha comenzado a bañarse junto con él, y también a dormir a su lado casi sin ropa. Sin embargo, como es obvio, debido a la apariencia juvenil y a que en años bestia ella seguía siendo una "cachorra", Rafael jamás llego a sentir ni una pizca de atracción por ella, sobre todo porque en ese tiempo él aún no había madurado sexualmente.
No obstante ahora el joven-oso alcanzó los "18" en edad humana; ya era capaz de sentirse atraído por las hembras indicadas. Y también ahora Elsa tenía conocimiento sobre el instinto reproductivo de las bestias, gracias a la exhaustiva investigación que hizo en la Sede Nórdica de San Bestia sobre el tema. Pero al parecer, Elsa todavía no lucía lo bastante "madura", para atraer al arthdruwid. Por eso decidió avanzar al siguiente nivel en esa noche.
—Por cierto Rafael, cuando se muden a otra mejor guarida, deberían considerar comprar una con habitaciones más grandes, si vas a guardar los artefactos de tu tribu que consigas. Recuerda que ahora vivo contigo —dijo Elsa, tratando de hallar un tema de conversación, con el fin de prepararse mentalmente para lo que iba a hacer a continuación.
—He estado viendo los catálogos de guaridas en venta. Y de momento solo me han llamado la atención tres —explicaba Rafael, con la mirada al techo—. Uno es una serie de cavernas subterráneas, localizada en un área boscosa del Domhan-Eile donde viven gnomos. La otra es una vieja mansión escondida en un bosque de este país. Y la última es una torre abandonada, ubicada cerca de un poblado de refugiados humanos irlandeses, en las cercanías de un bosque y un lago.
—Todas esas opciones están justo donde hay bosques —comentó Elsa, notando ese detalle.
—Debido a los diferentes biomas a los que pertenecemos todos en el clan, un bosque es lo más aceptable como hábitat para nosotros. Las civilizaciones humanas se han vuelto demasiado... "civilizadas" para nosotros, las bestias. Y por eso nos conformamos con vivir en un bosque, lejos del bullicio de las ciudades demasiado "modernizadas".
—Eso lo entiendo bien.
—¿Y tú estás bien con eso? Digo, ya ha pasado bastante tiempo desde que volviste a la civilización, y quizás ahora te gustaría...
—No —le interrumpió Elsa, sentándose de repente encima del vientre del arthdruwid para mirarlo cara a cara—. Jamás viviré en un lugar así. No quiero ser parte de la misma gente, que crea monstruos como mi tía. Mi único deseo es estar a tu lado, Rafael... para toda la vida...
Dicho eso, con un fuerte sonrojo en sus mejillas, Elsa se sujetó los bordes del camisón. Entonces comenzó a quitárselo con lentitud y suavidad, para luego arrojarlo al suelo, quedando expuesta en su totalidad, de manera que se podía apreciar cuánto había madurado su cuerpo juvenil.
Próximo capítulo: Noche de Bellas y Bestias (II).
Nota del Autor: debido a las pautas de la plataformas, dejo esta nota para aclarar que tanto los personajes Miguel y Rafael, como bestias, ya tienen más de 18 años en edad humana, Raven también es mayor de 18 años biológica y mentalmente por su genética de vampiro, y Elsa también alcanzó la mayoría de edad por su condición "especial".
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