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Capítulo LXV: El Tigre Bizarro y la Loba Feroz

"Shere Khan sabía que pagaría con su vida una lucha con Madre Loba...".

—El Libro de la Selva de Rudyard Kipling.

https://youtu.be/Fxsyrif0U50

[Guarida del Clan Nightfall Angels: Habitaciones del Quinto Piso]

Luego de estar un largo minuto abrazados, Caroline liberó al baghatma para que éste empezará a vestirse. Sin embargo la licántropo blanca se quedó en la habitación por precaución a que Gabriel cayera otra vez inconsciente, o tuviera problemas para moverse.

Ni siquiera le importo a ella que él, cuando apartó las sábanas y se levantó de la cama, solo llevaba un pantalón negro corto. Ya que ambos se han visto casi sin ropa, debido a que durante los entrenamientos se lastimaban tanto que destrozaban sus uniformes, por lo que ya se habían visto casi desnudos en más de una ocasión (sobre todo en sus formas bestia).

Pero mientras el baghatma caminaba al armario para ponerse el resto de su ropa, Caroline pudo apreciar cuánto se había desarrollado el cuerpo de él, desde la primera vez que entrenaron juntos, y desde que lo conoció en aquella curiosa noche de enero de ese mismo año.

La piel de Gabriel había dejado de aclararse, quedándose en un tono bronceado permanente —similar a como pasó con Miguel, Uriel y Camael—. Sus marcas y mechas se volvieron tan definidas y oscuras que ahora parecían genuinas rayas de tigre; su cabello había ganado un tono más rojizo, de manera que ahora era de un color rojo anaranjado comparable al del amanecer.

La musculatura de su cuerpo se había desarrollado tanto, que a simple vista él parecería de 18 o incluso 20 años. Y por último los rasgos de su rostro eran distintos al de la mayoría de los indios actuales, y había pasado de parecer medio griego a algo más; parecía una especie de mestizo entre un nativo de las primeras tribus asiáticas, y un nativo de tribu desconocida.

Otros detalles que le parecían fascinantes a Caroline, es el hecho de que el joven-tigre fuera pelirrojo y aun así tuviera una piel bronceada; era una combinación demasiado inusual, ya que por biología los pelirrojos suelen ser muy sensibles al sol. Esto hace que por lo general sean pálidos al punto de tener un tono casi blanco, lo cual es una de las tantas razones por las que eran perseguidos y asesinados, bajo la fuerte discriminación y prejuicio de que son "demonios" o "vampiros".

Es por esa sensibilidad que un pelirrojo de piel bronceada es una rareza total, al grado de que puede ser considerado un "fenómeno" en casi todas las regiones del Mundo Mortal (exceptuando Latinoamérica).

Desde la silla Caroline apreciaba cada detalle del cuerpo del baghatma, mientras sentía una creciente admiración por su físico desarrollado y fascinación por su color de cabello, junto con un fuerte deseo de retarlo a una pelea. Esto hizo que la licántropo blanca fuese invadida por una gran felicidad, y a la vez nerviosismo, porque estaba confirmando el punto que tanto la estaba atormentando; la atracción que ella sentía hacia él, debía venir en realidad de ella misma, y no de algo más.

Caroline estaba segura de eso, porque un día después de haber tenido aquella extraña visión, decidió tener la "conversación" con sus padres; decidió empezar a aprender sobre la atracción y apareamiento de las bestias. Y gracias a eso, descubrió muchas cosas que antes pasaba por alto, como la madurez física que presentaban tanto ella como Gabriel.

https://youtu.be/AJ_xsMnG26U

Por consejo de Syuri Kondo, la licántropo blanca decidió hacer ejercicios específicos para quemar grasa; debido a que Caroline pasó dos años peleando contra monstruos como trolles, ogros y duendes primitivos en el Bosque Oscuro, ha estado alimentándose bastante de dichas criaturas, cuyas carnes proporcionan un nivel tan excesivo de calorías, que la fisonomía bestia de Caroline no podía consumirla toda, lo cual hacía que la energía sobrante se convirtiese en grasa y se almacenara en el resto de su cuerpo.

Si no fuera por la fisonomía bestia, la cual consume cantidades de calorías mucho más elevadas y con menos esfuerzo físico que la fisonomía de un humano normal, Caroline ahora mismo sufriría de bastante obesidad. Es por esto que Caroline comenzó a esforzarse en diferentes tipos de ejercicios, para consumir toda la energía sobrante, y así ganar más velocidad y resistencia. Como resultado de esto adelgazo su cintura, y sus muslos se volvieron un poco más delgados al perder grasa sobrante.

Pero debido al adelgazamiento de su cintura y al fortalecimiento de sus piernas, ha mantenido su increíble figura voluptuosa, su trasero se levantó un poco y sus pechos empezaron a ganar un poco más de talla. Por otro lado seguía teniendo brazos delgados, pero al flexionarlos se resaltaba un poco los músculos desarrollados de sus bíceps.

Era una mujer de físico fuerte, pero seguía manteniendo sus característicos atributos tanto de bestia hembra como de mujer humana, lo cual era justo lo que ella quería: ser una mujer fuerte sin dejar de serlo y sin dejar de lado su propio lado femenino.

Algo que Caroline noto desde que llegó a la Sociedad Humana, es que algunas hembras humanas empezaban a crear una idea distorsionada sobre ser mujeres fuertes; creían que para serlo debían vestirse como hombres, actuar como hombres y "eliminar" lo que las hacía parecer mujeres. Este tipo de idea le pareció a Caroline bastante "hipócrita", ilógica e imbécil. Y por eso decidió darles a las humanas un ejemplo y lección: que una hembra podía ser fuerte, sin necesidad de parecerse a un varón o dejar a un lado su belleza natural.

Pero lo que Caroline no sabía, es que ahora su cuerpo era el exacto para despertar el instinto reproductivo de una bestia, y es porque sus atributos femeninos tenían sus funciones biológicas: los pechos grandes proporcionaban más leche materna para alimentar bien a varios cachorros, una cintura delgada y fortificada brindaba un mejor desarrollo de los cachorros en el vientre, y unas piernas fuertes permitían a la hembra resistir la fuerza del macho durante el apareamiento.

Con las bestias hembras sucedía algo similar; solo los varones con un cuerpo muy saludable, con músculos desarrollados y buenos genes es capaz de despertar el instinto reproductivo de una bestia hembra, debido a que esos factores eran indicadores físicos de que el varón podría resistir la fuerza y salvajismo de la hembra, luchar contra ella por el dominio durante el apareamiento, y brindaría buenos genes a los futuros cachorros.

Todo esto era importante debido a que en la raza de las bestias, por naturaleza las hembras son mucho más salvajes e incontrolables que los machos, cuando se dejan dominar por sus instintos primitivos. Además, la salud y potencial evolutivo de los cachorros dependía en gran medida de la salud y fuerza del macho, mientras que la inteligencia y talento natural dependía de la inteligencia y talento de la propia hembra.

Es por eso que los varones y las hembras, aun cuando cumplieran con todos los requisitos psicológicos, si tienen cuerpos menos desarrollados y muy poco saludables tienen cero probabilidades de llamar la atención del instinto reproductivo de una bestia. Y del mismo modo, aun cuando cumplieran con todos los requisitos biológicos, también tendrían cero posibilidades si no cumplen con los requisitos psicológicos.

Todo esto explicado por Ismael y Valerie, y comprendido por la propia Caroline mediante un análisis profundo de sí misma.

https://youtu.be/3Dv1DB0wZgM

La licántropo alemana no pudo evitar sentirse impresionada de la biología de su propia raza; también se preguntó si en la biología humana sucedía lo mismo o al menos algo similar, y también llegó a preguntarse cómo debía funcionar la biología de otras razas, como los elfos que viven en un mundo con múltiples ecosistemas, y los enanos que viven en cavernas rodeados de todo tipo de minerales.

"Él cumple con los requisitos psicológicos, y ahora con su nueva fuerza y desarrollo físico, está cumpliendo con los requisitos biológicos... ¿Para él yo también cumpliré con todo eso?", pensaba Caroline con detenimiento, al recordar la explicación de sus padres y el análisis que hizo respecto a todo eso y a su propio desarrollo físico, tras terminar de inspeccionar cada detalle del cuerpo desarrollado y fortalecido de su amigo tigre.

—Por cierto Caroline... —dijo Gabriel captando la atención de la mujer-lobo, y terminando de ponerse su ahora característica camiseta blanca con rayas negras encima de su camisa roja—. Aprovechando que estás tan atenta a mí por la forma en que me miras, quiero decirte que... hay algo de lo que me gustaría hablarte más tarde... —tras decir esto el joven-tigre se gira para verla, ahora con un semblante tan nervioso como el que tenía ella ahora mismo—, en privado.

—Que... qué casualidad. ¡Je, je! Yo también quería hablar contigo en privado sobre algo... pues "privado" —dijo Caroline con una temblorosa sonrisa, que denotaba su esfuerzo por contener sus nervios porque al fin se acercaba el esperado momento, y también lo que el joven-tigre quería hablar con ella—. Pero por ahora necesitas comer. Abajo en el comedor deje una caja con tus comidas favoritas: pan francés con una chuleta ahumada de jabalí en medio con salsa amarilla, blanca y roja, condimentada con especias de Asia, y rodeada de alas de pollo frito bañadas en polvo de queso parmesano y salsa de chile picante.

—... ¡¡Al fin alguien me comprende!!

Exclamó Gabriel tras dos segundos de silencio, estando a punto de llorar de la alegría al escuchar el bocadillo que le esperaba. Entonces, sin pena alguna, se acercó a Caroline de un solo paso y se arrodillo ante ella para abrazarla rodeándole el estómago con ambos brazos.

—¡Muchas gracias Caroline! —agradeció Gabriel con una alegría casi infantil.

—¡No-no-no es nada! —dijo Caroline acariciando la cabeza del baghatma—. Desde que estuviste en cama, he ido cada mañana al Bláth an Ghleann para comprar las comidas que más te gustan, para que cuando despertaras pudieras recuperar fuerzas. Y si quieres, puedo acompañarte a la Sede Principal de San Bestia para salir a cazar algún humano desafortunado.

—No es necesario —respondió Gabriel cortando el abrazo para mirar cara a cara a la licántropo blanca, sin dejar de tener esa genuina sonrisa llena de energía, felicidad y restaurada confianza, que solo Caroline y Rosabella han llegado a contemplar—. ¡Con solo comer de lo que me ofreces es más que suficiente para estar al cien por ciento! ¡Dentro de poco podré volver a estar listo para pelear!

"Me alegra ver que no ha perdido su buen humor, y se ha vuelto más animado y seguro", pensaba Caroline, sintiendo una gran calma y felicidad al ver que el joven-tigre seguía tan animado y determinado como ha empezado a ser, desde que conoció al clan.

Cuando Caroline conoció a Gabriel, éste era un poco reservado y distante ante todos, y solo llegaba a ser más expresivo cerca de ella y de Rosabella. Pero a medida que fue pasando el tiempo, él empezó a ser más enérgico y menos "tímido". Al parecer el haber conocido a más bestias como él, influyó en su modo de ser y lo hizo desenvolverse más, como cuando un chico reservado gana confianza y se vuelve bastante enérgico.

Aparte Caroline también notó que Gabriel había ganado un poco más de confianza, de manera que actuaba con más seguridad; ella pensó que tal vez sucedió algo bueno en la misión, que hizo que él ganara un poco más de confianza. Pero sea lo que fuese, ella se alegraba mucho de que sucediera.

Después de animarse un poco, el baghatma se acercó al gato para acariciarlo una última vez, antes de salir de la habitación para ir al comedor. Mientras tanto la mujer-lobo se levantó de la silla y camino directo a la puerta.

—Por cierto Caroline, en la misión aprendí nuevas técnicas y me he hecho mucho más fuerte. ¡Te lo digo porque ahora estoy seguro de que la próxima vez que peleemos te ganare! —dijo Gabriel acariciando al gato y mirando a la mujer-lobo, denotando tanta emoción, confianza y alegría que sus ojos brillaban.

—¡Je, je! Lo sé. Me contaron sobre que aprendiste nuevas técnicas. Pero no te emociones tigrillo. Yo también he mejorado mis técnicas, y ayer aprendí una nueva "técnica especial", que decidí reservar para nuestro próximo combate —decía Caroline frunciendo el ceño y esbozando una sonrisa desafiante, para luego dirigirse a la puerta de la habitación.

—¿De verdad? ¡Eso es genial! ¡Ja, ja! ¡No esperaba menos de alguien tan increíble como tú! —dijo Gabriel emocionándose tanto que se acercó a Caroline por detrás, y con la mano izquierda le dio una palmada en la espalda para felicitarla.

No obstante debido a la intensa emoción del momento él no midió su nueva fuerza, de manera que la "suave palmada" acabó empujando a Caroline hacia adelante, destrozando la puerta en el acto y enviándola a ella fuera de la habitación.

—Ayayai... —dijo Gabriel con una sonrisa temblorosa y teniendo una gota de sudor en la nuca. Después procedió a acercarse a la entrada para ver si la licántropo blanca estaba bien.

Afuera de la habitación había un espacio antes de llegar a la escalera que llevaba a los pisos inferiores. Las habitación de Miguel y Rafael estaban justo al lado izquierdo de la de Gabriel —la del arthdruwid estaba justo en medio—. El espacio entre las puertas y la escalera del fondo estaba iluminado por la luz del sol que se filtraba a través de una ventana, aunque en las paredes había lámparas de aceite para servir de luz en la noche.

Y en el suelo estaban los restos de la puerta de la habitación de Gabriel, debajo de una caída Caroline, cuyo rostro había chocado contra uno de los barandales de la escalera, causando un pequeño destrozo en dicho barandal. Por supuesto la licántropo blanca no sufrió ni un rasguño y no sintió más que cosquillas, pero no le agrado para nada; lo dejo bien en claro al empezar a gruñir igual que un lobo rabioso, mientras que con las manos se levantaba del suelo.

—Veo que estás muy ansioso por pelear conmigo... y terminar de morirte... —decía Caroline girando la mirada hacia el baghatma, mostrando que ahora tenía los ojos brillando de azul, y aparte su Chi comenzó a manifestarse bajo una amenazante aura blanquecina.

—¡Pe-pe-pe-perdóname Caroline, es que como te dije me volví mucho más fuerte en la misión y todavía no conozco mis nuevos límites! —decía Gabriel con el cabello de punta por el terror, alzando las manos en señal de alto y empezando a retroceder con extrema cautela, tal como haría una persona normal al toparse con un lobo de verdad.

Pero en este caso era un tigre bizarro apenas alcanzando la adultez, que tuvo la mala suerte de hacer enojar a una loba muy feroz.

¡¡Grrrr!!

—¡Haaaa!

Tras un bestial gruñido lobuno de la mujer-lobo, el joven-tigre pego un grito de pánico, se dio media vuelta y empezó a correr de regreso a la habitación, con la primera persiguiéndolo luego de levantarse y darse la vuelta tan rápido como una autentica loba. Mientras tanto el gato Kumal veía incrédulo lo que sucedía, y no hacía más que pensar "que inmaduros salieron mis mascotas".

Gabriel salto al otro lado de la cama, y así evito ser atrapado por Caroline, quien choco con la cama y aterrizo en el colchón; el joven-tigre aprovecho esto para rodearla y salir por la puerta, con el fin de dirigirse a la escalera y bajar para buscar la seguridad con el resto del clan. Pero debido a que corría muy rápido tuvo que detenerse en seco un momento para evitar chocar con el barandal. Y a causa de esta desaceleración, Caroline lo alcanzó saltando sobre su espalda como un auténtico animal salvaje.

—¡Te atrape tigrillo! —grito Caroline con una sonrisa maliciosa, mientras rodeaba el cuello del joven-tigre con los brazos.

—¡Espera Caroline la escalera está adelan...! —advertía Gabriel más nervioso por lo que estaba por suceder, que por haber caído en las garras de la mujer-lobo.

Pero antes de terminar de hablar, lo que temía el joven-tigre pasó; acabo cayendo de frente al barandal de la escalera, y por el impulso del salto de la mujer-lobo, sumado al peso combinado de ambos jóvenes-bestia, el barandal término destrozándose, mientras Gabriel y Caroline miraban igual de nerviosos como empezaban a caer por las escaleras.

https://youtu.be/KJL5EIsX4qI

[Segundo Piso: Cocina]

Mientras tanto en la cocina, Uriel y Amitiel estaban preparando la comida para servirlas en la hora del almuerzo; para eso abrieron la puerta de unos contenedores, escondidos y camuflados en una pared, y de la misma sacaron filetes de res y carne de atún.

Como en la Sociedad Humana todavía no inventaron un medio "decente" para mantener frescos los alimentos, más allá de "máquinas primitivas" de refrigeración usadas más en bares y empacadoras de carne que en casas domésticas, el clan Nightfall Angels tuvo que instalar en la cocina un pequeño "Almacén Especial", creado por los enanos y repartido en la Sociedad Sobrenatural bajo el nombre comercial de Frystir (Congelador).

Era un invento basado en los principios de las primeras máquinas de refrigeración de la Sociedad Humana, registradas desde 1755 por la invención del profesor escocés William Cullen. El Frystir estaba diseñado para expulsar el calor de su interior, de manera que produciría un frío capaz de crear hielo en cuestión de horas, por lo que podía usarse tanto para mantener la comida fresca como para crear hielo. Aunque para mantenerlo funcionando, cada cierto tiempo debían recargar su energía interna mediante dispositivos eléctricos, que los mismos enanos vendían por separado.

Después de sacar la carne del "refrigerador hecho en Svartálfaheim", Uriel empezó a cocinar las carnes en el horno de piedra, obvio con ayuda de la sirena mestiza, quien se encargaba de "controlar" el fuego del joven-dragón, cada vez que éste empezaba a sobrexcederse. Pero a partir de prueba y error, Uriel ya empezaba a entender cuál era el calor adecuado para freír la carne; de modo que en la sexta ronda, al fin estaba terminando de cocinar sin haber quemado nada.

—¡¿Ves?! ¡Lo estas logrando! —dijo Amitiel estando parada detrás de Uriel, sonriendo y dando un par de aplausos de felicidad.

—¡Sí! ¡Ja, ja, ja! ¡Al fin he cocinado algo sin provocar un incendio! —dijo Uriel con desbordante alegría y emoción, estando arrodillado frente al horno, mientras que con sus propias manos controlaba a distancia la temperatura de una llama en el horno, debajo de una delgada placa de metal cuadrada parecida a un sartén, en la cual estaban cinco filetes de res cocinándose.

Luego de terminar de cocinar los filetes de res, Uriel apago la llama con un simple chasquido de dedos. Prosiguió con sacar la placa de metal del horno usando sus propias manos y, por medio de unas pinzas de cocina, tomo cada filete de res y las puso en distintos platos en la mesa de la cocina con ayuda de Amitiel.

—¡Bien hecho Uriel! —felicito Amitiel el logró del joven-dragón.

—¡Y todo gracias a ti Amitiel! —dijo Uriel sorprendiendo a la sirena mestiza con un abrazo cariñoso y fuerte, que avergonzó bastante a ésta última.

—¡Tranquilo! No es para tanto. Solo repetí los mismos consejos que los cocineros del castillo —dijo Amitiel con tanta vergüenza que volvía a sonrojarse.

No obstante el momento festivo y amoroso entre ambos fue interrumpido, por culpa del ruido de una puerta rompiéndose en el último piso superior, y al cabo de unos segundos le siguieron gritos. Ambos jóvenes pudieron escucharlo gracias a sus agudos sentidos auditivos, de modo que se miraron igual de preocupados al tener el presentimiento de que paso algo malo.

—¿Ahora qué está pasando? —pregunto Amitiel empezando a preocuparse.

—No lo sé, pero lo averiguaremos en seguida —contestó Uriel frunciendo el ceño y preocupándose de que algo malo estuviera sucediendo, ya que escuchaba con claridad lo que sucedía gracias a sus súper sentidos auditivos. Lo mismo era con Amitiel, aunque los sentidos de ésta no estaban desarrollados al mismo nivel que el joven-dragón rojo.

De inmediato ambos jóvenes salieron de la cocina, en dirección al pasillo que daba la escalera para investigar lo que pasaba. Pero no fueron los únicos, ya que Azrael y Erzuli también escucharon lo sucedido. Mientras que Remiel y Raziel, al tener las puertas de sus dormitorios abiertos, también llegaron a escuchar los ruidos. De modo que todos ellos fueron dejando lo que hacían por un momento, para también dirigirse al área de las escaleras con el fin de investigar lo que sucedía.

En el pasillo que conectaba el comedor con la biblioteca y la oficina de mensajes, en un lado se encontraban dos escaleras; una que llevaba al primer piso, y a su lado estaba la que llevaba a los pisos superiores, de manera que estaban separadas por una delgada pared. La primera escalera, que conectaba el primer piso con el segundo, era de tipo recto, mientras que la segunda escalera, que conectaba el segundo piso con los demás, era de tipo caracol con puertas que daban a los tercer y cuarto pisos.

https://youtu.be/p1R7rQu0W5Q

Debido al diseño de la segunda escalera, el joven-tigre y la mujer-lobo fueron cayendo sin control, y solo se detuvieron al caer de forma violenta en el pasillo del segundo piso. Por supuesto gracias a la gran resistencia física de ambos, no sufrieron casi nada de daño por la caída continua, aunque si sintieron bastante dolor.

—Ay ouhh... —se quejó Gabriel con notable dolor mientras ponía las manos en el suelo para incorporarse, ya que cayó de cara al suelo.

—¿Estás bien? —pregunto Caroline con un tono más avergonzado que adolorido.

—Sí... —respondió Gabriel apenas levantando la cabeza y sobándose la cara—. Por suerte aterrice encima de algo blando.

—Claro; encima de mí, idiota.

—¿Eh?

Confundido con el comentario, Gabriel dejo de sobarse la cara para mirar, y entonces se dio cuenta de que Caroline cayo de espalda en el suelo, de manera que él cayó encima de ella, con la cara aterrizando en sus pechos, similar a como cuando regreso junto al clan a la sede principal de San Bestia.

—¡Ja, ja, ja! ¡Perdóname! —dijo Gabriel con diversión inocente, sin ningún tipo de vergüenza, mientras se ponía de pie con algo de dificultad, y luego ofreció la mano derecha para ayudar a su amiga licántropo a levantarse.

—¿Acaso se va a volver una costumbre que yo sea tus "almohadas" de aterrizaje? —pregunto Caroline con una sonrisa sarcástica, aceptando la ayuda del baghatma, de manera que se levanta del suelo sin tanta dificultad, mientras el baghatma se reía con pena del comentario de ella.

Pero antes de seguir conversando, la escena fue invadida por los que escucharon el alboroto.

—¡¿Ahora qué está pasando?! —pregunto Azrael molesto por el ruido, recién asomándose por la puerta de la biblioteca con Erzuli detrás de él.

—¡¿Nos atacan?! —pregunto Erzuli empezando a preocuparse y poniéndose alerta, al creer que los enemigos de su jefa encontraron su nuevo escondite.

—¡¿Es Mabel?! ¡¿Descubrió donde vivo?! —pregunto Remiel asustado y estando detrás de Raziel, quien estaba sin habla por la sorpresa.

Al rato todos quedaron igual que el eniyamotekun, al ver que el baghatma por fin había despertado luego de tres días.

—¡Buenos días a todos! —saludo Gabriel cerrando los ojos y levantando la mano derecha de manera jovial y despreocupada—. Me alegra ver que la pasaron bien sin mí...

—¡¡Gabriel!! —exclamaron Uriel y Remiel al mismo tiempo, entre lágrimas de alegría lanzándose sobre el baghatma para abrazarlo.

—¡Que gusto volver a verte de pie "pequeño hermano"! —dijo Remiel entre lágrimas exageradas de alegría.

—¡Sabía que como verdadero felino aun te quedaban unas cuantas vidas más! —dijo Uriel casi entre lágrimas de felicidad.

—Obvio que si Uriel. Recuerda que en Japón prometimos buscar por mar y tierra a otro dragón o baghatma, que nos salve de ser los maridos de tres de las hermanas de Remiel —decía Gabriel al principio con buen ánimo, para al final ponerse molesto y dirigir la mirada hacia el kitsune, quien empezó a reírse al ser mencionado ese tema.

Y al rato el joven-tigre se tapó la boca con la mano izquierda, apenas dándose cuenta de que menciono ese tema en presencia de dos individuos que no debían escucharlo.

—¿Disculpa? ¿Podrías explicar eso? —pregunto Caroline cruzándose de brazos y frunciendo el ceño, al escuchar algo de lo que no estaba enterada para nada.

—Si Uriel; ¿podrías explicarnos tú también eso? —pregunto Amitiel teniendo un semblante oscuro y poniendo ambas manos en las caderas, a la vez que la temperatura en el lugar disminuía de forma abrupta.

—Pues verán par de "yanderes"... —decía Remiel con una sonrisa burlona, mientras soltaba al baghatma y se rascaba la frente—. Debido a que mi madre y mis hermanas me matarían tan pronto como pusiera un pie en casa, por haberme ido sin avisarles, se me ocurrió la grandiosa idea de salvarme haciendo muy feliz a mamá, cumpliendo el añorado deseo de mis lindas hermanitas de conocer a un dragón como lo hizo la abuela, o un baghatma como lo hizo nuestra madre...

A la mitad de su absurda explicación sobre lo sucedido, Gabriel y Uriel le taparon la boca al mismo tiempo, igual de nerviosos y asustados de que él diera una mala explicación de lo siguiente que pasó en la casa Nishimura.

—¡E-e-e-es una historia muy larga y bastante... "malinterpretativa"! —dijo Gabriel sonriendo con nervios mientras veía a Caroline.

—¡Como lo dijo el tigre! ¡Ya se los contaremos con detalle y sin malentendidos absurdos en otro momento! —dijo Uriel también sonriendo igual de nervioso al ver a Amitiel.

https://youtu.be/Q86OWDz8uOI

—Ya sabía yo que era mala idea juntar a tres chiflados como ustedes —comento Azrael tapándose el rostro por un momento, y estando ahora frente a la puerta de la biblioteca—. Entonces, así que sigues con vida rayado loco. Eso no me lo esperaba —dijo con una mirada indiferente dirigida al baghatma.

—¡Je! Tu optimismo me reconforta, Azrael —comento Gabriel con sarcasmo, dirigiendo la mirada hacia Azrael y entrecerrando los ojos con molestia, mientras apartaba la mano de la boca del kitsune y Uriel también hacía esto mismo.

—Una de las cosas que aprendí por mi cuenta, es que pensar demasiado en positivo solo genera mucha decepción —dijo Azrael con igual sarcasmo, y por ello recibió un golpe en el hombro derecho por parte de Erzuli.

Por un momento Azrael miró de reojo detrás de sí, y vio que la mujer-hiena estaba cruzada de brazos, viéndolo de manera severa. Entonces el joven-pantera dio un suspiro molesto, y volvió a dirigir la mirada hacia el joven-tigre.

—Pero también me alegra verte de nuevo en pie —agrego Azrael ahora con una pequeña sonrisa sarcástica.

—¡Yo también me siento feliz de ver que estas bien! —dijo Raziel feliz, estando cerca del grupo y poniendo la mano derecha encima del hombro izquierdo del baghatma—. Los demás también se alegraran mucho de ver que por fin despertaste. ¡Y hay que avisarle a tu familia de inmediato!

—Tienes razón. Hay que avisarles que todavía me quedan seis vidas —dijo Gabriel sonriendo un poco ante la idea de ver a la familia Dumont, para hacerles ver que ya se encontraba mejor—. Pero antes me gustaría...

Justo cuando estaba por mencionar lo que necesitaba primero, su estómago respondió por él, gruñendo casi tan fuerte como sus rugidos.

—Me gustaría primero ir al comedor... —prosiguió Gabriel sujetándose la barriga y haciendo muecas de dolor—. Me siento como si no hubiera comido nada en meses.

—Pues estás de suerte. ¡Hoy serás el primero en probar mi nuevo menú de recetas, ampliado por los conocimientos de recetas asiáticas e irlandesas de Remiel y Rafael! —dijo Uriel con felicidad y dando una suave palmada en el hombro izquierdo del baghatma.

—¿Tú cocinando? ¿Camael ya compró el sistema anti-incendios? —preguntó Gabriel preocupándose con la idea de Uriel cocinando.

¡Me cago en la ostia! ¡¿Tú también?! —exclamó Uriel molestándose tanto que sus dientes se pusieron filosos y su cabeza echaba humo—. ¡Para tú información mientras invernabas yo he superado mis límites y ahora estoy un paso más cerca de convertirme en la próxima leyenda culinaria europea!

"Creo que Uriel se motivó demasiado", pensó Amitiel entrecerrando los ojos, estupefacta de lo alto que se ponía el dragón rojo con solo conseguir cocinar con éxito una simple tanda de filetes.

—Eso lo dudo —comento Azrael con los ojos entrecerrados, haciendo que el joven-dragón cayera al suelo por al escucharlo.

—¡¿Cómo que "lo dudo"?! ¡¿Podrías ser un poco más optimista?! —exclamó Uriel levantándose del suelo furioso por el comentario del eniyamotekun negro.

—Y lo soy: soy optimista en el hecho de que no entraras ni en el top de mejores cocineros de España o Andorra —dijo Azrael con igual indiferencia, molestando aún más al joven-dragón.

"¿Qué no sería lo mismo que ser pesimista?", pensó Raziel sonriendo con pena y cerrando los ojos, avergonzado de la escena que montaba su hermano gemelo.

"A pesar de que son especies distintas, me recuerdan tanto a mi viejo clan...", pensó Erzuli sonriendo con ternura y nostalgia al ver a los jóvenes-bestia, ya que le trajo buenos recuerdos de su propio clan anterior en África.

Por otra parte, Caroline miraba en silencio y feliz como su amigo tigre recuperaba el tiempo perdido, con sus nuevos amigos. En momentos así ella no podía evitar hacer breves recuerdos del pasado, para ver cuánto había crecido y cambiado el joven-tigre, tanto en el exterior como en el interior.

Paso de una infancia humana cargada de dolor, odio, decepción, rechazo social y conflicto existencial que el destino le entrego sin razón alguna, y en la que solo pudo sobrevivir con pura voluntad y recibiendo ayuda de animales salvajes que lo vieron como un igual, a ser un hombre-tigre trabajando en un gremio de bestias, y rodeado de una genuina familia que de verdad lo quiere y acepta, un grupo de camaradas bestias que lo entiende y trata como su igual, y también un "amigo del alma" que lo ayudara a seguir creciendo.

Por no mencionar también que a su lado está la misma Caroline: una loba feroz que lo motiva a ser más fuerte, le dio un sueño que alcanzar, y poco a poco le va enseñando a luchar, madurar y amar.

"Tal vez no se dio cuenta todavía por lo despistado que es. Pero desde hace mucho ya encontró la paz, que tanto anhelaba encontrar...", pensó Caroline con una sonrisa que reflejaba alegría por su amigo tigre. 




Próximo capítulo: Vestigios de un Antiguo Mal.

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