Capítulo LXIV: Ecos de la Bestia Interna
"¿Qué mano se atrevió a tomar el fuego?"
—Tigre, Tigre de William Blake.
https://youtu.be/-L9EICDBp8c
[En Algún Lugar Desconocido]
Después de tanto tiempo, desde aquel día en que se liberó de los monstruos que atormentaban su existencia desde su nacimiento, el joven-tigre Gabriel había regresado a la selva. Sin embargo no era la que él conocía: se encontraba caminando en medio de una jungla de las tierras indias, llevando nada más que su pantalón holgado blanco con rayas negras, y observando los alrededores mientras que con ambas manos acariciaba las hojas y los árboles.
Sentía todo como si fuese real, e incluso podía sentir el calor del sol y escuchar a los animales. Pero nada era real; era otro de sus visiones o sueños, ya que esa selva era incluso más antigua y virgen que la que él conocía.
"Otra vez no...", fue lo que pensó el baghatma, con molestia y cansancio, al darse cuenta de que otra vez estaba teniendo un extraño sueño. —Nada de esto es real. Ni siquiera es mi hogar —dijo Gabriel cerrando los ojos, dándose cuenta de cuán diferente era toda esa selva a la cercana de la aldea en que nació.
«Tienes razón: no es real».
Se oyó una poderosa voz masculina semejante al trueno, que hizo eco en toda la selva. El joven-tigre se sobresalto por un momento al escucharla, pero no se asustó, porque ya tenía una idea de quien podría ser.
»Pero si es tu hogar. O mejor dicho; así es como se veía hace miles de años atrás».
—Ya veo... ¡Je, je! Al fin te dignas a hablarme directamente —dijo Gabriel con una sonrisa sarcástica, mientras se sentaba en el suelo y se ponía en posición de meditación—. No tienes ni la maldita idea de cuánto estuve esperando por tener una conversación más directa contigo.
«Lo sé; cada estupidez que pasa por tu tonta cabeza llega a mi mente, cachorro estúpido».
Dicho eso, de repente Gabriel sintió detrás de sí una presencia; desde la piel de su espalda podía sentir el pelaje de la espalda de un animal mucho más alto que él.
Por curiosidad miro el suelo a su derecha, y aunque no pudo ver la sombra del animal que estaba a su espalda, debido a las sombras que producían los árboles, si pudo ver la larga cola rojo anaranjado con rayas negras y punta blanca, que caracterizaba a los tigres de su tierra. Por la forma de la espalda del animal y la cola, Gabriel pudo intuir que su amigo del alma se había manifestado a sus espaldas bajo la forma de un "tigre normal".
Los dos permanecieron callados por un buen rato, en el que las hojas de los árboles caían como pétalos, y el sol brillaba con tanta intensidad que la luz en la zona era casi cegadora, pero daba una sensación de paz y confort. No obstante el pequeño momento pacífico fue cortado por el propio dios-tigre.
«Cuatro veces, cachorro problemático; te tuve que salvar la vida cuatro veces en menos de cuatro días: cuando ese licántropo con magia jotun estuvo a punto de matarte, cuando el Meng Amok te estaba descontrolando, cuando esa máquina viviente estuvo por arrancarte los ojos, y cuando regresaste junto a tu clan al lugar donde trabajan. Has estado más cerca de la muerte en estos meses que en todo el tiempo que llevo viviendo en ti. Eres casi tan problemático y descuidado como lo fueron Absalon, Dante y Khalam».
Se quejó el dios-tigre con un tono furioso, como un padre regañando a su hijo irresponsable.
—Lo sé, y por eso agradezco tu ayuda —dijo Gabriel con un tono divertido, pero sincero y agradecido—. Sé que debería decir "no la necesito", o "no quiero volver a recibir tu ayuda". Pero eso sería muy pretencioso de mi parte, y el viejo Kattapa se molestaría mucho. Por eso y mucho más, en serio agradezco tu ayuda. Si no fuera por ti y por mi clan... definitivamente no habría podido sobrevivir.
«Me alegra ver que no te sobreestimas y eres respetuoso cuando debes serlo. En eso eres mejor a como era Absalon y Khalam en un inicio. El chico con problemas surrealistas y el viejo monje hicieron un gran trabajo en educarte. Pero fracasaron en enseñarte a valorarte y confiar más en ti mismo. Si sigues actuando así vas acabar muriendo antes de que completes la misión por la que reencarne en ti».
—Si tanto te molesta, entonces ¿por qué no me enseñas todo de una vez? O mejor aún: ¿por qué no me dices la razón por la que reencarnaste en alguien como yo? —dijo Gabriel empezando a alzar la voz, y ganar un tono molesto e impaciente con cada palabra.
«No puedo, porque todavía no lo recuerdo todo».
—¡¿Cómo que no recuerdas?! —exclamó Gabriel con total incredulidad.
«Escucha cachorro tonto; para reencarnar en un cuerpo humano, lo que hago yo es destruir mi propio cuerpo físico, para así obligar mi alma a comenzar el ciclo de reencarnación en un cuerpo "compatible", pero a costa de perder casi todos mis recuerdos. Cuando regrese a este mundo todo lo que sabía yo era que soy un espíritu vengativo; un juez que no descansa hasta eliminar a cada malnacido, que tus inocentes ojos detectan. A medida que fuiste creciendo, poco a poco mis recuerdos regresaban a mí. Pero no supe quién era yo en realidad, hasta tu pequeña batalla en esa isla del Territorio Griego, donde tú y tu clan derrotaron a ese dragón abisal».
«Cuando aprendiste a controlar el Prana luego de ver a tu amigo león, una gran parte de mis memorias empezaron a llegar a mí igual que un tsunami en una tormenta. Sé que estuve esperando el momento indicado para volver al Mundo Mortal; a regresar a esta rutina de avatares y cacería de locos con delirios de grandeza... Pero sigo sin recordar con exactitud qué fue lo que estuve esperando. Tampoco recuerdo mis técnicas y habilidades, aparte de las que ya has aprendido; como el Meng Amok, el Tuphanu Garjana, y las tecnicas del Godfist Style, el Arte de las Ocho Extremidades y mi Pashu Kalari».
—Entonces tengo que seguir aprendiendo tus técnicas por mi propia cuenta... teniendo más experiencias cercanas a la muerte —dijo Gabriel con una sonrisa temblorosa, al saber que le esperaba más desafíos de nivel extremo para seguir fortaleciéndose.
«La fuerza nunca es fácil de conseguir. Pero te advierto que no abuses de esa fuerza. El Meng Amok y el Tuphanu Garjana no consumen tanto Prana como mis "Técnicas Prohibidas", así que usarlas no te matará. No obstante, mi poder es como el fuego: si la controlas y usas adecuadamente, te calentara y te mantendrá vivo, pero si te controla a ti y la usas de forma irresponsable, te quemara y te destruirá. Vas a aprender a usar todos mis poderes, pero tu cuerpo seguirá siendo mortal, y por ende no podrá resistir la fuerza y desgaste agresivo de mis "Técnicas Prohibidas", ni tampoco podrá resistir un uso excesivo de mis técnicas normales».
«Puedes entrenar tu cuerpo para resistir mi poder, y así no morir tan rápido, o si tienes suerte hallar un modo de "extender tu vida". Pero de todas formas se cuidadoso al usarlas. No seas como Absalon; a él no le importaba usar los poderes que aprendía de mis recuerdos, siempre y cuando pudiese ganar una pelea, y aun cuando eso mismo lo estuviera matando. Si no fuera por sus esposas y clan, él habría muerto mucho antes de comenzar a viajar a los Territorios Hinduista, Chino y Japonés. Por eso debes ser muy cuidadoso en tus batallas, y aceptar la ayuda de tu clan cuando sea necesario».
—Nunca nadie se había preocupado tanto por mí. ¡Ja, ja, ja! —comentó Gabriel a modo de broma, ganándose un gruñido molesto por parte de Rudra—. Está bien solo bromeaba ¡je, je! Lo entiendo en serio. Agradezco tus consejos y preocupación. Soy consciente de lo peligroso que es, y aunque no me importa mucho, igual intentare ser cuidadoso.
«Eso espero cachorro, porque a partir de ahora no volveré a ser tan "benefactor". Necesitas empezar a crecer y madurar, y por eso a partir de ahora tendrás que arreglártelas sin depender tanto de mi ayuda. Solo te ayudare cuando sea absolutamente necesario, y nada más. El resto dependerá solo de ti y de tu clan».
—Me parece bien. Y... ¿volveremos a tener una charla directa como ahora?
«Quizás sí, o quizás no. Tal vez cuando recupere todos mis recuerdos, o tenga que volver a regañarte».
https://youtu.be/8iWgvwi80n8
—Entonces antes de que despierte, o como sea que termine esta "charla mental", quiero pedirte un favor —dijo Gabriel levantando la mirada, y teniendo ahora un tono más serio—: estoy al tanto de que casi todos tus avatares tuvieron concubinas o "esposas extras", aparte de su "luna".
«Es verdad. Aunque también hubo algunos casos en los que lograron tener una sola esposa, como el caso de Khalam con esa humana taoísta llamada Hua Mulan».
—Eso es a lo que me refiero; quiero pedirte que por favor intentes mantener bajo control mi instinto reproductor, y que hagas algo para ahuyentar a otras hembras que se me acerquen. No quiero tener algo como un harén.
«Marica ¡Ja, ja, ja!».
—¡Desgraciado estoy hablando en serio! —exclamó Gabriel molestándose por ser el turno del dios-tigre de bromear con él—. Sabes muy bien que estoy condenado a tener concubinas, por mi condición de pertenecer a una especie masculina con tasas de natalidad muy bajas. Pero no quiero tener concubinas. Si voy a pertenecer a una hembra, quiero pertenecer solo a... a...
«Lo comprendo. Ya hay una hembra especial que capturó toda la atención de tu instinto reproductivo, tu mente y tu corazón. Y no quieres darle una vida de "hermanas de harén". La hembra elegida es esa licántropo blanca germánica de hermosos ojos azules, llamada Caroline Rosenthal».
—No tiene caso negarlo, sobre todo a ti por razones obvias. Tienes razón; no quiero que ella tenga ese tipo de vida.
«Pero tampoco quieres decirle que quieres ser solo de ella, porque te consideras indigno de ser su compañero de por vida. Y además tienes miedo de que se arruine la amistad entre ustedes con una mala relación de pareja. ¡Je, je! En serio que eres un completo idiota».
—Ohhh ¿ahora resulta que eres un consejero de relaciones bestiales?
«Solo te estoy dando algunas lecciones como un veterano en esto, para que dejes de ser un cachorro temeroso y actúes como un verdadero macho adulto de una maldita vez».
—No es tan fácil como parece. Podría ir directo al punto y ser honesto con Caroline. Pero aunque lo haga, y aunque ella también sienta lo mismo, no significa que, automáticamente, debamos ser pareja. ¿Sabes por qué la mayoría de los matrimonios o emparejamientos son un fracaso? Porque ambas partes se emparejan o casan antes de conocerse mejor y saber con absoluta seguridad si son capaces de convivir juntos. Y el nivel de conocimiento mutuo entre Caroline y yo, no es suficiente para confirmar si funcionaremos como pareja. Nos llevamos bien siendo amigos y rivales, pero como pareja todavía no es seguro.
»Y no quiero arruinar mi amistad con ella convirtiéndome en su pareja, para luego descubrir que no funcionamos y terminamos en malos términos. Yo de verdad... no quiero que nuestra amistad se arruine... —decía Gabriel bajando la mirada y sosteniéndose la frente con la mano derecha, mientras las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos, pero él trataba de contenerlas por puro orgullo—. Conocerla fue lo mejor que me ha pasado en mi patética existencia, y por eso no quiero decepcionarla o romper nuestra amistad... Por eso... prefiero estar a su lado como amigo, a tener que alejarme por haber sido una decepción como compañero.
«Te entiendo; te entiendo más de lo que te imaginas. Y por eso te aconsejo que no te lo guardes: díselo ahora que ambos están en el inicio de la adultez, o lo lamentaras por el resto de tu vida. El problema real es que lo estás viendo desde una "perspectiva humana", cuando en realidad es algo distinto. Las relaciones entre parejas de bestias no son como las humanas; hasta se ahorran como veinte "citas" con una sola pelea o cacería conjunta. Te recomiendo que lo consultes con una pareja de bestias para que lo entiendas».
«Y en cuanto a la inevitable atracción que sientes con esa mujer-lobo, por mi parte te aconsejo que ambos se pongan de acuerdo en cómo llevarán ahora su relación. Pueden seguir siendo amigos para continuar conociéndose mejor, o también pueden intentar experimentar por un tiempo cómo se desenvuelven juntos como "compañeros de por vida", para así estar seguros de llevar su relación a otro nivel, o seguir como mejores amigos. El resultado de ese experimento, dependerá solo de ustedes dos».
—¿Y qué hay de las innumerables hembras que intentarán acercarse a mí a lo largo de mi maldita vida?
«De eso no tienes que preocuparte. Pronto descubrirás que no cualquier hembra puede captar nuestra atención, o al menos ser lo bastante "decente" para ofrecer un emocionante combate, en especial durante el apareamiento. Y tal como piensas, esa licántropo blanca de ojos azules es muy especial; más especial que casi todas las hembras del Mundo Mortal. Si todavía no estás seguro, entonces puedes preguntárselo ahora mismo».
—¿Qué? —preguntó Gabriel no entendiendo la última frase.
Tras decir esas palabras todo el escenario comenzó a temblar, y entonces el despejado cielo diurno empezó a ser cubierto por nubes tormentosas, mientras un feroz viento azotaba la selva. Y además los truenos empezaron a retumbar en el cielo.
«Una cosa más, cachorro: puede que yo haya olvidado mi propósito de estar aquí, pero he recordado algo que tú y tu clan deben de tener como prioridad: tengan cuidado con las Gemas del Abismo, y encuéntrenlas antes de que su "plaga demoníaca" lo contamine todo...».
Con esa última advertencia, que dejó más que confundido al baghatma, éste al fin despertó de su sueño.
https://youtu.be/CoUuLWLJ-ng
Ahora se encontraba acostado en una cama, en el interior de una habitación grande, aunque de diseño simplista, con solo una ventana con cortinas naranjas y aparte de la puerta de entrada, al fondo había otra puerta, la cual daba al baño personal de la habitación. También había algunas pertenencias personales; como un closet lleno de ropa, un par de lámparas de aceite con diseño siamés colgando del techo, y en un rincón había un estante con una colección de pequeños animales de arcilla, siendo uno de cada especie y la mayoría de tipo terrestres.
Como adorno en una pared había cuatro pósters: uno era de fondo negro con el kanji chino "虎" (Tigre) de color rojo en grande, otro era el dibujo artístico de dos peleadores de muay boran luchando entre sí, el tercero era el dibujo de un cachorro de gato de bengala, y el último era un dibujo del mismo Gabriel junto con su hermana adoptiva Rosabella.
Tras una breve observación, el baghatma se dio cuenta de que era de día, ya que la luz del sol iluminaba toda la habitación por medio de la única ventana que había allí. También se dio cuenta de que en su lado izquierdo dormía su preciado gato de bengala de tan solo seis meses de edad, que se hacía llamar a sí mismo como "Kumal".
—¡Al fin despertaste!
Gabriel se sobresalto un poco al escuchar de forma repentina la inconfundible voz de Caroline a su derecha; se sorprendió al verla sentada en una silla cerca del lado derecho de la cama, vestida con su atuendo casual, pero con la capucha baja al estar ahora en total privacidad. En sus manos tenía uno de los libros que el joven-tigre guardaba en un baúl bajo la misma cama.
El libro que la licántropo blanca leía era el primer volumen del Kinder- und Hausmärchen (Cuentos para la Infancia y el Hogar) de los hermanos Grimm, lo cual era bastante irónico, ya que era el volumen donde se encontraba la versión popular del cuento de Caperucita Roja.
Además, con el repentino grito de Caroline, el gato de bengala en la cama también se despertó, y al ver al baghatma también despierto, montó las patas delanteras en su pecho, llamando la atención de Gabriel, por lo que éste comenzó a acariciarle la cabeza al gato con la mano izquierda.
—Empiezo a pensar que te gusta molestarme —dijo Caroline adoptando un semblante molesto, mientras dejaba el libro en una mesa cuadrada que estaba al lado de la mesa, y entonces procedió a cruzarse de brazos—. Por un momento pensé que entrarías en una especie de "sueño perpetuo" o algo así.
—¿De que estas hablando? —preguntó Gabriel con una cara perpleja al no entender nada—. Después de la celebración que montaron mis padres en el castillo, llegué a la guarida de mi clan poco antes de que anocheciera. A juzgar por el tiempo afuera, debe ser mediodía, así que solo dormí por quince o quizás dieciséis horas.
—Tigre imbécil... —decía Caroline apretando los dientes con rabia, y entonces liberó toda su preocupación y angustia acumulada en un fuerte grito—. ¡¡¡Dormiste por tres días!!!
—¡¡¿Queeé?!! —exclamó Gabriel con los ojos agrandados y el cabello erizado por la sorpresa que le invadió al escuchar tal revelación.
—Después de que mi hermano y Rafael te trajeron para descansar, no volviste a despertar. ¡¡Pasaron tres días desde que te acostaste a dormir aquí!!
Decir que el baghatma estaba estupefacto al oír que estuvo dormido por tres días, sería quedarse corto.
Luego de haber regresado de su primera caótica primera misión y haber descansado un poco, se despertó un momento para asistir a una pequeña fiesta en el Castillo Dumont junto con Miguel y Rafael, donde comieron carne de pollo, pescado y res, y bebieron jugo de uva, naranja y manzana hasta saciar su hambre y sed. Después de eso los tres fueron a su guarida de clan para descansar el resto del día, y eso fue todo.
No esperaba que pasaría tres días durmiendo.
—Rayos... Eso es a lo que yo llamo "sueño pesado" —dijo Gabriel mientras seguía acariciando la cabeza del gato, todavía estupefacto de saber que paso tanto tiempo dormido.
Y como respuesta a su comentario recibió un puñetazo en el estómago, por parte de Caroline, que le saco todo el aire, casi destroza las patas de la cama y elevo al gato un metro en el aire para luego caer en un lado de la cama.
—¡Esto no es ninguna broma katze verdamm (gato maldito)! —exclamó Caroline con tanta furia que se le notaba una vena en la frente y habló en su lengua natal—. ¡Tus padres se preocuparon tanto que llamaron a alguna especie de veterinario experto en biología de bestias! El especialista dijo que no tenías nada fuera de lo común, aparte de un nivel de agotamiento tan anormal que tu pulso estaba muy débil. Era algo anormal incluso para una bestia tan joven como tú. ¡Dijo que era un milagro que siguieras con vida!
"Más que milagro, yo lo consideraría primeros auxilios de mi amigo del alma", pensó Gabriel mientras se sujetaba la barriga con la mano derecha, bastante adolorido e intentando recuperar el aliento, recordando además lo que dijo el dios-tigre sobre la cuarta vez que le salvó la vida.
Pensó que quizás, mientras estaba inconsciente, Rudra debió de haber estado influyendo en su cuerpo de algún modo para mantenerlo con vida, hasta que el cuerpo recuperará la energía suficiente para seguir viviendo por su propia cuenta. De hecho, al hacerse un pequeño auto-análisis físico, le pareció tener la rara sensación de que hasta hace unos momentos tenía un "agarre" sobre su corazón, como si "algo" estuviera haciendo latir su corazón a la fuerza.
—¡¡¿Me estas oyendo?!! —gritó Caroline con más histeria y acercando su cara a la del baghatma, creyendo que él la estaba ignorando. Esto asustó tanto al joven-tigre y al gato de éste que ambos ampliaron los ojos y se les erizó el pelaje, mientras veían a la aterradora e iracunda mujer-lobo.
—¡Sí te escucho! —dijo Gabriel con el poco aire que pudo recuperar—. Perdón... si los preocupe... ¡Cof, cof! ¡Ouuh!
https://youtu.be/A_Yllu0alZU
—¡Oh mein Gott! ¡Lo siento! —dijo Caroline pasando de furia animal a preocupación mortal, al darse cuenta de que quizás se excedió un "poco" en su arrebato de ira.
Sin embargo al rato empezó a mostrar una expresión conflictiva que reflejaba tanto furia como preocupación, y hasta pareció que estaba a punto de llorar.
—Pero... pero... no tienes idea de cuánto nos preocupaste... No tienes ni la maldita puta idea de cuánto... —decía Caroline apretando los puños y haciendo muecas con los dientes, similar a como lo hace un canino al gruñir de molestia.
Gabriel y su gato Kumal parpadearon un par de veces y cruzaron miradas, igual perplejos de escuchar a Caroline decir malas palabras de esa forma, ya que ella no era el tipo de persona que tiene un vocabulario muy "colorido". Sabían bien que ella debía de estar muy furiosa y preocupada para decir semejante combinación de malas palabras.
El gato Kumal, con tan solo la mirada, le comunicó a Gabriel que intentara calmar a Caroline. Y tras darle ese "consejo visual", Kumal procedió a darse la vuelta, bajarse de la cama con elegancia e ir a un rincón para acicalarse, pues sabía que aquello era un momento "privado" entre sus "mascotas" baghatma varón y licántropo hembra.
—Caroline... Está bien... ¡Cof, cof! Estoy bien, aunque casi terminas de rematarme... —decía Gabriel, todavía adolorido y con falta de aire, mientras que con la mano derecha tomaba la mano izquierda de la mujer-lobo—. Solo necesitaba descansar... bastante... En serio no te imaginas la misión "facilita" que tuvimos el clan y yo aye... hace tres días.
—Je. Vaya misión "facilita" —dijo Caroline soltando una pequeña risa por el comentario optimista del joven-tigre, pero todavía denotando angustia—. Mi hermano me contó lo sucedido... Lograste despertar la parte Asura de tu naturaleza, y también controlar el Chi. Pero a costa de sufrir mucho.
—"Mucho" se queda corto la verdad... —dijo Gabriel desviando la mirada al recordar los sucesos de la otra noche.
Con molestia recordó su brutal batalla contra aquel licántropo nórdico, y con pesar recordó el resultado de sus acciones pasadas. Por un lado estaba sintiendo la determinación de empezar a controlar su nuevo poder, para asegurarse de no perder ni volver a dejar inconclusa el combate contra el licántropo nórdico. Pero también, por otra parte, estaba sintiendo una intensa preocupación al rondar en su mente la pregunta de cuántos enemigos o "villanos" habrá creado, como resultado de sus pasadas cacerías y acciones irresponsables.
En la misión tuvo la suerte de contar con su clan para salir vivo. Pero él sabía muy bien que el rayo no siempre cae dos veces en el mismo sitio: no siempre va a tener tanta suerte, y más ahora que va a estar viajando a muchos lugares, tanto de Francia como en otras partes del mundo, para realizar misiones junto a su clan.
Existía una enorme posibilidad de volver a tener que enfrentar a ese tal "Buda", o algún otro enemigo personal. Aparte el baghatma sentía la necesidad de tomar la responsabilidad de eso. Ya que él empezaba a sentirse culpable por los males que trajeran esos culpables que él mismo creó. Y lo que menos quería era que su nueva "familia" sufriera por culpa de él.
—Sé que sonará muy cliché lo que voy a decir, pero lo que pasó en esa misión, me hizo pensar y reconsiderar muchas cosas —dijo Gabriel volviendo a mirar a la licántropo blanca.
—Espero que entre esas "cosas" este la de "valorar tu propia vida" —dijo Caroline con una pequeña sonrisa, en parte divertida por el comentario del joven-tigre, pero todavía sonando severa y preocupada—. Podrá no importarte lo que piensan o dicen los demás de ti. Pero deberías ser más cuidadoso en tus batallas. Solo porque tengas a Rudra y aprendas a hacer lo que él hace no significa que seas invencible, ni tampoco que tu propia existencia no vale nada. Ya aceptaste el apellido "Dumont" tanto como aceptaste "Gabriel" y "Khanom" como formas de dirigirse a ti. Pero sigues rechazando tu nombre original y... y dudando de tu propia existencia.
—Por favor no empieces tú también.
—¡¡Grrrr!!
—¡No lo decía de mala manera! —dijo Gabriel poniendo ambas manos frente suyo en señal de alto, asustándose por el gruñido aterrador y feroz de la mujer-lobo—. Créeme que tratare de... tomar en cuenta todo eso; sobre aprender a apreciar mi existencia —dicho esto, él usa parte de sus renovabas energías para sentarse, mostrando que ya no tenía su collar ni sus camisas, y luego cierra los ojos y da un suspiro cansado para decir lo siguiente—. Esta vez intentaré ser más responsable con lo que hago. Tratare de apreciar mejor mi existencia... tanto como aprecio todo lo bueno que ha llegado a mi vida hasta ahora: como mi familia adoptiva. ¡Je, je! El bizarro clan Nightfall Angels también... y sobre todo tú.
—Eso sonó muy cursi y dramático de tu parte —dijo Caroline ahora más calmada y mostrando una pequeña sonrisa.
—Lo sé, y no tienes idea de cuán ridículo me siento al tener que decir toda esta cursilería barata, solo para ser lo más sincero posible contigo —respondió Gabriel frunciendo el ceño y teniendo un ligero sonrojo de vergüenza.
—¡Je, je, je! Me lo imagino... A ti nunca te ha gustado el dramatismo. Y que estés ahora haciendo ese sacrificio para ser sincero conmigo... me hace muy feliz.
Justo cuando el baghatma estaba por abrir los ojos, una vez más su rostro acabó siendo aplastado por los pechos de la licántropo blanca, debido a que ésta se había sentado a su lado en la cama y lo sorprendió con un cariñoso abrazo.
—Caroline, por favor, me estas matando de la vergüenza con todo este dramatismo ridículo —dijo Gabriel entrecerrando los ojos, no avergonzado por tener frente al rostro los pechos de su amiga lobuna, sino de lo dramático que lucía la escena entre ambos. Y por eso intentaba despegarse de ella, aunque en vano.
—¡Je, je! Si, si, ya lo sé... Solo... Solo déjame estar así contigo por un rato —dijo Caroline con una sonrisa divertida y de radiante felicidad, mientras aumentaba la fuerza en el abrazo para no separarse del baghatma.
Ella quería empezar a confirmar algo que la venía molestando desde esa noche en particular, en la que tuvo aquella extraña visión. Y al tener al baghatma de frente, mientras compartía con él ese momento íntimo, pudo sentir de nuevo y esta vez con más fuerza esa creciente atracción hacia él; ahora la licántropo blanca pudo ver con toda la claridad del agua, que esa atracción venía del corazón de ella en realidad, y no de algo más como pensaba antes, lo cual fue algo que la hizo sentir muy feliz...
Próximo capítulo: El Tigre Bizarro y la Loba Feroz.
Dato Curioso: el título de este capítulo es una referencia a la canción "The Beast Inside" de la banda Dynazty, cuya letra sirvió de base e inspiración para la historia de fondo del personaje "Gabriel Khanom", igual que el capítulo "Sangre de León" y la historia de fondo del personaje "Jofiel King" son una referencia e inspiración de la canción "Blood of a Lion" de la banda Beast in Black.
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