Capítulo LXI: Las Bellas y las Bestias
"...Tu casamiento con la Bestia va a devolverles un rey a sus súbditos, un hijo a su madre y la vida a su reino: todos vamos a ser felices."
—La Bella y la Bestia de Gabrielle de Villeneuve.
https://youtu.be/4u7S3-MNPOY
[Horas más Tarde. 08: 34 AM. Domhan-Eile: Sede Principal de San Bestia]
—¿Falta mucho para que lleguen?
Pregunto una impaciente Amitiel a unas igual de impacientes Caroline, Elsa y Rosabella. Mientras que Caroline y Elsa vestían la misma ropa que la noche anterior, Amitiel llevaba un vestido sencillo de color azul marino con bordes blancos y falda corta, zapatillas azules, y tenía el cabello recogido con un moño azul. Y Rosabella traía lo más nuevo en cuanto a ropa se refiere en la Sociedad Sobrenatural; una elegante camiseta amarilla de manga larga con capucha, falda larga a juego, botas negras, cinturón blanco y tenía el cabello sujetado en dos coletas.
El resto de las familias Dumont, Wolf y Blunavy se encontraban en una zona cercana, donde había sofás y sillas para que los invitados o trabajadores pudieran descansar o esperar. Todos llevaban sus mejores ropas para la ocasión, y es porque era una ocasión especial; iban a felicitar en persona a Gabriel, Miguel, Rafael y Uriel por el éxito de su primera misión.
Por obvias razones Camael, Azrael y Raziel no tenían ningún familiar esperandolos. De los conocidos de Jofiel solo estaba la sirvienta Siara sentada en uno de los sofás de la zona de espera. Y en cuanto a la madre y hermanas de Remiel, debido a la larga distancia y diferencias horarias entre el Domhan-Eile, el Mundo Yokai y el Mundo Mortal, no podían llegar a esa hora a la sede principal de San Bestia.
—La señora de la recepción dijo que ellos tuvieron una misión "mucho" más complicada de lo previsto, por lo que tardarían bastante en volver a la base —dijo Caroline mientras se mordisqueaba la uña del pulgar izquierdo, y tenía un semblante molesto.
—No imagino cuánto. Son un clan de nueve, y cada uno tiene habilidades y capacidades asombrosas que, como dijo el señor Ezequiel, los complementan unos a otros para casi cualquier situación —decía Amitiel con la mirada baja y teniendo la mano derecha en la barbilla—. ¿Acaso los enviaron a explorar una mazmorra en algún planeta habitable, o fueron a ayudar a los enanos a combatir los monstruos y depredadores del Svartálfaheim?
—No lo creo. Los monstruos de ese planeta son insectos gigantes similares a los de nuestro mundo. Y mi hermano comentó que jamás iría a ese planeta, porque tiene un poco de fobia hacia las arañas por una mala experiencia que tuvo cuando vivía en la selva —explicó Rosabella denotando preocupación por su hermano adoptivo.
—Y Rafael le tiene fobia a las avispas porque por accidente se comió una. Y aunque el aguijón no le hizo nada más que picarle la lengua, el dolor que sintió fue tan horrible que lloró por tres horas —dijo Elsa con pena al recordar ese día, pero también tenía una mirada molesta.
—Mi hermano también tiene fobia a un insecto; específicamente a las babosas, los caracoles e insectos similares —comentó Caroline con ligera lastima, pero sin perder su semblante molesto.
—Bueno, Uriel no le tiene fobia a ningún insecto. Pero si tiene un miedo natural hacia las anguilas y las medusas, además de que le aterran bastante los fantasmas marinos por una mala experiencia que tuvo de niño. Es increíble que ellos, a pesar de tener tanta fuerza y poder, tengan miedos tan ridículos —explicó Amitiel mientras sonreía con pena—. Entonces ¿a qué tipo de misión los enviaron?
—Cuando me comunique con Rafael por medio de ese raro espejo mágico, él me dijo que irían a investigar una posible base de vampiros —decía Elsa, para luego cambiar su semblante a uno iracundo—. No me dijo nada más. Pero cuando Caroline y yo hablamos con la señora de la recepción, supimos más sobre esa "posible" base secreta de vampiros.
—La señora de la recepción no nos dio muchos detalles. Pero si nos dijo que fueron a investigar una posible base de vampiros, establecido en un antro "no apto para cachorros" —comentó Caroline mostrando los dientes de forma amenazante.
—Imagino que no es un bar o algo así, ¿verdad? —dijo Amitiel, empezando a molestarse con la idea del tipo de antro al que fue enviado Uriel a investigar.
—No —respondieron Caroline y Elsa al mismo tiempo con un tono iracundo, y ahora fue el turno de Amitiel de ganar un semblante serio y furioso.
—No entiendo. ¿De qué están hablando? —pregunto Rosabella con una confusión inocente, al no entender para nada de lo que hablaban las tres chicas.
—Te lo explicarán tus padres cuando tengas un poco más de edad —comentó Amitiel con tono disgustado y cruzándose de brazos.
Rosabella no estaba conforme con la respuesta e iba a insistir otra vez en saber de qué hablaban. Pero guardó silencio cuando ella, Amitiel, Elsa y Caroline vieron que por la enorme entrada del gremio, entre los ciudadanos y miembros del gremio que ingresaban, estaba entrando el clan Nightfall Angels, acompañado de las Twilight Maidens.
https://youtu.be/BbqQl7t8R8A
—¡Hermano! —grito Rosabella con tanta felicidad que comenzó a correr, evadiendo a todos los que estaban en su camino, para llegar hasta su preciado hermano adoptivo baghatma.
Debido al cansancio de todo lo acontecido, Gabriel tuvo que ser sujetado desde atrás por Rafael y Camael para evitar caer al suelo, cuando Rosabella saltó sobre él para abrazarlo. Lo sucedido lo tomó por sorpresa; ya que no había dejado de pensar sobre el enfrentamiento con los hombres-máquina, y en las consecuencias que traerían sus acciones pasadas.
Pero todo eso fue dejado de lado por el momento para concentrarse en el presente, ahora que tenía de frente a la pequeña niña humana que se había convertido en su hermana. Además se dio cuenta de que Caroline también se encontraba allí, pero la expresión que ella tenía dejaba en claro cuán molesta estaba. Y dado a que la licántropo blanca había venido a la sede principal del gremio, el baghatma ya suponía el motivo del descontento de ella.
Y no fue el único en darse cuenta de que le esperaban problemas.
—¡Hola Elsa! —saludo Rafael con nerviosismo al ver a la joven risos de oro acercarse con una expresión molesta, así que se acercó a ella para intentar calmarla—. A juzgar por la forma en que me miras así, creo que ya te enteraste sobre el lugar al que fuimos enviados.
—Sí —respondió Elsa a secas, estando parada frente a Rafael, cruzada de brazos y con la mirada molesta centrada en los ojos de él, mientras éste estaba también parado, nervioso de pies a cabeza.
—Ya sabía que terminarías enterandote —dijo Rafael con los hombros decaídos—. Pero te juro que-¡haaa!
—Luego hablaremos de lo que pasó o no, osito —comentó Elsa con molestia, mientras sujetaba de una oreja a Rafael y lo jalaba con tanta fuerza que él se quejaba de dolor—. Pero por ahora...
Para la absoluta sorpresa de Rafael, la pequeña ricitos de oro pasó de tener furiosa a luego darle un abrazo tan fuerte, que si no fuera por la actual resistencia y fuerza del joven-oso, ahora mismo sería aplastado.
—Me alegró de que estés bien —dijo Elsa con una hermosa sonrisa feliz y relajada, mientras hundía su rostro en el pecho del joven-oso.
Rafael, tras tardar unos segundos en procesando el repentino cambio de humor de Elsa, solo se dedico a dar un suspiro cansado, para después sonreír con vergüenza y abrazar a la pequeña rubia, quien sin importar cuan furiosa estuviese seguiría enterneciendo el corazón de él, aunque no del modo en que la misma Elsa quisiera.
Por otra parte Uriel y Amitiel se encontraban parados frente al otro; mientras el draconiano rojo se rascaba la nuca con pena, la pequeña sirena tenía ambas manos en las caderas y lo veía con disgusto.
—¿Me creerás si te digo que al final nunca entre a ese antro, sino que acabé afuera como apoyo de emergencia, y luego fui teletransportado dentro de la base de vampiros por magia negra? —pregunto Uriel con una sonrisa penosa, sabiendo que Amitiel también se enteró sobre la misión.
La joven sirena solo lo miro en silencio por unos largos segundos. Luego dio un largo suspiro, cerró los ojos y bajó la cabeza.
—Podrás ser un pirómano y cleptómano de minerales brillantes. Pero no eres un mentiroso; eres tan idiota que se nota cuando intentas mentir —decía Amitiel con una sonrisa divertida, para después sorprender al draconiano con un fuerte abrazo.
—Lo sé, pero soy tu dragón idiota —comentó Uriel a modo de broma, ganándose una pequeña risa de la joven sirena, junto con un suave golpe en el pecho por parte de ésta.
Es entonces que el draconiano rojo se da cuenta de que también estaban acercándose los padres de Amitiel, quienes tenían una expresión más alegre que la que tenía la joven sirena en un inicio. "quizás no se enteraron mucho sobre a donde me enviaron", pensó Uriel con más calma, y deseando que no se enterasen jamás.
—¡Hola señor piedra azul y señora cabello rojo! ¡¿Cómo están?! ¡Espero que bien púrpuras! —saludo Uriel sonriendo y levantando la mano derecha con buen ánimo al ver a los padres de Amitiel.
—Tan irrespetuoso como siempre, niño reptil —comentó Eric cerrando los ojos y suspirando con molestia por los apodos y falta de respeto por parte del joven-dragón—. Por lo menos ya no hemos recibido más quejas de robos.
—¡Je, je, je! Bueno, algunas cosas nunca cambian —dijo Ariel divertida y para nada ofendida por los comentarios del joven-dragón, y luego centra la mirada en éste—. Por cierto, Uriel, felicidades por tu primera misión exitosa. Por curiosidad, ¿Qué tipo de misión te dio la organización San Bestia?
—En realidad la misión fue espiar una posible base enemiga —respondió Amitiel soltando a Uriel y girándose con una jovial sonrisa para ver a sus padres—. Ya sabes mamá, lo típico. Misiones "fáciles" de cazadores novatos. ¿Verdad Uriel? —preguntó ella esto último al joven-dragón con un ligero tono severo.
—¡Cla-claro! —contestó Uriel con una sonrisa disimulada, pero luego desvió la mirada y empezó a susurrar con molestia—. Aunque la "misión fácil" fue tan caótica que pediré un aumen...
Uriel calló su queja cuando de repente recibió un fuerte golpe en el estómago por parte del codo derecho de Amitiel, quien seguía sonriendo feliz como si hace un minuto no hubiera parecido querer llenar de golpes al draconiano rojo. Pero sus respuestas lograron convencer a Eric y Ariel de no hacer más preguntas sobre la misión; les hizo creer que tal vez fue muy horrible o demasiado secreto como para mencionarlo en público.
https://youtu.be/SnLzVZri3zE
Mientras tanto Azrael y Erzuli empezaban a separarse del grupo, con el propósito de comprar un jugo de manzana azul del Alfheim en un pequeño mercado establecido cerca de allí. Aparte ambos iban a aprovechar el momento para charlar, ya que el eniyamotekun negro estaba interesado en conocer más a la bultungin, tras haber descubierto que ella, aparte de ser una guerrera chamán, también poseía una habilidad similar a la de él. El resto de sus compañeros los vieron ir al mercado,
—¡Oye hermano espera yo también quiero comprar algo! —decía Raziel dándose cuenta de que su hermano había ido al mercado junto con Erzuli.
Al eniyamotekun le apetecía también beber algo tras la caótica misión que tuvieron junto al clan. Pero el poco dinero que tenían encima lo guardaba su hermano Azrael, por lo que el eniyamotekun comenzó a correr para alcanzarlo. Y por las prisas Raziel acabó empujando a una joven que venía caminando también a paso rápido desde su lado derecho, con rumbo a la salida. Raziel no tuvo ningún problema con el choque, pero la joven fue una historia diferente; había caído al suelo de forma muy brusca, como si hubiese chocado de frente contra una pared de concreto.
—¡Aaay! ¡Mira por dónde vas idiota! —exclamó la joven adolorida y furiosa en todo el sentido de la palabra, mientras intentaba ponerse de pie, aunque con dificultad debido al dolor del choque accidental.
—¡Lo siento mucho! ¡Perdóneme! ¡A veces olvido lo fuerte que soy! —se disculpaba Raziel con temor y absoluta vergüenza, como si hubiera cometido un terrible crimen en vez de un simple tropiezo accidental.
Por cortesía Raziel ayudó a la joven a levantarse, sujetándola con delicadeza de un brazo, mientras seguía disculpándose sin cesar con ella, de modo que tuvo una vista clara de la extraña joven que se cruzó en su camino.
Parecía una chica europea que rondaba por los 17 o 18 años, con un anormal tono de piel tan claro que se acercaba a un tono rojizo. Era de constitución bastante delgada y un poco esbelta, con pechos de tamaño modestos, lo cual era muy notable debido a que llevaba un vestido ajustado de color vinotinto, sin mangas y con dibujos de rosas doradas.
Su cabello era largo hasta la cintura, ondulado y de un color rojo oscuro con mechas de un tono más claro. Tenía los labios pintados de rojo y sus ojos eran de un color azul oscuro. Llevaba además una tiara dorada parecida a una corona, y un cuello de tela rojo con diseño de corazones, muy similar a los cuellos lechuguilla usados entre los siglos XVI y XVII. Pero lo más destacado de ella era una singular marca rojiza natural en su ojo izquierdo, cuya forma era parecida la de un corazón.
—¡Tienes suerte de que hoy estoy de buen humor y que mi madre no está aquí, o de lo contrario perderías la cabeza! —exclamó la chica pelirroja con una funesta y exagerada cólera, luego de levantarse del suelo con ayuda de Raziel, y ahora empezaba a limpiarse con las manos el vestido y el cabello, como si en realidad se hubiera caído en lodo.
—¡Lo siento mucho, de verdad lo siento mucho señorita! ¡Fue un accidente! —se disculpaba Raziel retrocediendo un paso, y tratando de disculparse por temor a haber ofendido a alguien muy importante en la Sociedad Sobrenatural.
—¡¿"Señorita"?! ¡¿Acaso no sabes quién soy yo?! —exclamó la chica pelirroja centrando la mirada en él, ahora denotando una ligera confusión aparte de furia asesina.
—¡N-n-n-no! ¡E-e-e-en realidad no; lo siento mucho señorita, alteza, su majestad! —decía Raziel entre tartamudeos, no sabiendo qué decir para no ofender a la chica pelirroja, quien a juzgar por sus palabras, su muy fluido lenguaje inglés, su ropa de estilo aristócrata y la obvia distancia que tomaban las personas que pasaban cerca de allí, parecía tener alguna posición social muy alta e importante en esa parte de la Sociedad Sobrenatural.
Pero la única razón por la que el joven-leopardo no había salido corriendo de allí, es por miedo a que eso le causará a él futuros problemas y también por simple cortesía; su padre les enseñó a él y a Azrael a ser bastante respetuosos con las hembras, sobre todo las que tienen un carácter fuerte (igual que la madre de ambos jóvenes-leopardo).
Y esa chica aristócrata de rojo tenía todas las señales de ser una hembra de un carácter muy fuerte en todo el sentido de la definición.
—¡¿Es en serio?! —exclamó la chica pelirroja, cambiando a una expresión de total incredulidad, como si hubiera escuchado una broma de mal gusto.
—E-e-e-en serio. Lo siento mucho —decía Raziel todavía nervioso y disculpándose, además de notar que muchos civiles veían la escena preocupados, lo cual no le reconfortaba para nada. Cada vez estaba más seguro de que había hecho enojar a alguien de alguna familia real.
—¡E-e-e-e-en-entonces está bien! ¡So-so-solo por tu ignorancia perdonaré tu ofensa por esta vez! —decía la chica pelirroja ahora con tantos nervios que parecía como si no supiera que decir en realidad—. Soy He-Helena, Helena Redhea-¡Redhair! —decía ella corrigiéndose a sí misma al decir su nombre y apellido—. ¿Cuál es tu nombre, plebeyo?
—Ra-Raziel, me llamo Raziel —decía Raziel nervioso y todavía con miedo.
—Raziel... "Secreto de Dios" en antiguo idioma hebreo. Reconozco que tus padres eligieron un buen nombre —decía Helena con una sonrisa orgullosa y curiosa—. Y a juzgar por tus facciones, tono de piel y color de cabello, debes de ser un mestizo de europeo y nativo norteamericano.
—A-a-algo así... —comentó Raziel desviando la mirada a otro lado y sonriendo con pena al no saber cómo resumir tan extraño caso de mestizaje suyo, el cual solo podía compararse y ser superado por casos de mestizajes como los que hay en Latinoamérica.
—Ya veo, entonces, si quieres compensarme, me complacería mucho saber sobre Norteamérica. Para ser más exacto; la frontera con el salvaje oeste —decía Helena poniendo una mano en su mejilla derecha mientras sonreía, denotando cierto aire nostálgico—. Ha pasado diez años desde que lo visite junto con mi madre, y quiero saber que tanto ha cambiado en los últimos años.
—Pues... la verdad es que, aunque ha mejorado respecto a la comunicación y la ciencia, todavía siguen habiendo mil maneras de morir en el lejano oeste. Se considera una suerte si no visitas algún doctor; e-e-en serio, es más probable morir en algún tra-tratamiento médico que por ataques de animales, discusión con un desconocido, tomándose una fotografía o-o-o transportando un gran trozo de hielo desde las regiones frías —explicaba Raziel con pena mientras se ponía una mano en la cintura y se rascaba la cabeza.
—¡Fabuloso! ¡Es bueno que no se hayan perdido algunas de esas maravillosas costumbres! —decía Helena dando un fuerte aplauso y esbozando una gran sonrisa alegre—. ¡Cuéntame más!
https://youtu.be/XJyM5pXuQ5A
Mientras empezaba la extraña conversación, el joven-leopardo se sentía más aliviado al poder calmar la furia de la chica pelirroja, por lo que se dedicó a responder sus preguntas con cuidado de no hacerla enojar, aunque igual no pudo evitar reírse con pena al tocar ciertos temas que a la chica pelirroja le gustaba; como las diferentes formas en que alguien moría en el lejano oeste.
Por otro lado la gente que pasaba cerca reanudo su marcha con más tranquilidad al ver el buen estado de ánimo de la chica pelirroja. Y desde lejos Azrael y Erzuli veían la escena también igual de tranquilos; al principio el eniyamotekun negro estaba por intervenir para ayudar a su hermano de corazón blando, como siempre ha hecho desde que murieron sus padres, pero fue detenido por la mujer-hiena ya que lo considero un "simple problema que cualquiera puede solucionar".
—¿Ves? Tu hermano tiene todo bajo control —dijo Erzuli con una sonrisa divertida y poniéndose ambas manos en la cintura, mientras daba con el codo izquierdo un suave golpe a Azrael en el pecho—. Y lo mejor de todo, con suerte, conocerá a una hembra como posible alternativa para convertirse en un "adulto completo".
—Sí... supongo que lo tiene todo bajo control —respondió Azrael sonriendo un poco, aunque tenía un semblante inconforme—. Pero definitivamente no quiero que su primera opción sea esa hembra aristócrata.
—¿"Primera elección"? ¿Entonces no tiene más posibles candidatas a "compañera de por vida"? —decía Erzuli sorprendiéndose cada vez más al grado de quedar boquiabierta—. No quiero molestarte, pero será mejor que empiecen a buscar posibles opciones para que maduren. Por lo que veo, muchos de tus "hermanos de clan" ya tienen a una posible candidata. Te recomiendo que tú y tu hermano también busquen una, o estarán tan solos como vuestro amigo zorro.
—¿Por qué será que todas las bestias africanas estan tan obsesionadas con ese tema? —se preguntó Azrael a sí mismo en voz alta con molestia, recordando que en la sede Africana de San Bestia las bestias nativas de esa tierra también no dejaban de insistirles a él y a su hermano de que, ahora que ya habían madurado sexualmente, debían empezar a buscar hembras para que maduren lo más pronto posible.
—En África nuestras tribus están en constante conflicto, y eso hace que nuestros instintos de preservación estén más activos que el de otras bestias que viven en zonas más "pacíficas". Además las bestias debemos dejar un legado; un descendiente que asegure la supervivencia de nuestra tribu y la continuación de nuestra cultura, para que así, al menos, demuestre que no hemos vivido ni muerto en vano —decía Erzuli con un admirable respeto y orgullo en sus palabras.
—Lo entiendo. Y hablo en serio cuando digo que si hubiera encontrado a una hembra que cumpla con mis estándares, ya la tendría como posible candidata. Pero al igual que el león lunático, soy muy estricto en ese aspecto —decía Azrael con incomodidad por hablar de tales temas, en especial con una hembra de su raza—. Y respecto a tu comparación, en realidad el zorro bufón no está tan solo como supones. Desde que lo llevo conociendo muchas hembras se le han acercado. Pero al parecer el muy imbécil todavía no olvida a su ex.
—¿En serio? ¡Qué terrible! —comentó Erzuli anonadada y empezando a sentir pena por el kitsune.
Como es obvio Remiel, a pesar de estar un poco distanciado del grupo, gracias a sus agudos sentidos auditivos podía escuchar un poco la conversación de Azrael y Erzuli. Pero ignoró por completo lo que decían, ya que en cuanto llegó a la sede se le apareció a sus pies en medio de un fuego azul su gato familiar, parado sobre las patas traseras y cargando en las patas delanteras cuál manos humanas siete cartas, las cuales estaban selladas en envolturas de color rojo y juntadas con una cinta blanca.
El kitsune supo de inmediato que se trataban de los mensajes mensuales de sus hermanas y madre, por lo que tomó las cartas, despidió a su gato familiar con el clásico "arigato, sayonara", y luego caminó detrás de sus compañeros de clan a la vez que tomaba distancia para ver las cartas; comprobó que las cartas eran de parte de su madre y hermanas, pues cada carta tenía escrito en la envoltura los nombres de ellas en kanjis japoneses.
Remiel supuso que su madre y hermanas no iban a poder venir, por lo que enviaron cartas como compensación. Sin embargo eso no lo deprimió; con solo leer una carta de su familia, le bastaba para levantarle el ánimo y seguir con el día. Y es que de todas maneras solo había una cosa que podría devolverle todo el ánimo. Pero eso quizás sería en otras circunstancias, porque lo que sintió fue una sorpresa tan grande que lo dejó paralizado de pies a cabeza y encogió sus ojos.
Se había quedado tan en shock que no pudo ni hablar, cuando vio en una pared, cerca del rincón de sofás y sillas, un tablón de anuncios en el que había una noticia importante que informaba sobre un incidente en un barco volador, que transportaba criminales procedentes del País de las Maravillas; la noticia informaba sobre el escape de una criminal bestia de especie gato, y como retrato estaba una foto de Mabel Cheshire.
"Ay no... Lo que me faltaba: el regreso de la tóxica", pensaba Remiel con sarcasmo, esbozando una sonrisa temblorosa y golpeándose la frente con una mano, incrédulo y a la vez estando en un punto en el que ni él mismo sabía si alegrarse o aterrarse; su lado racional le decía que debía inclinarse en lo último.
https://youtu.be/wnJHVkztECM
Mientras el joven-kitsune se debatía sobre cómo sentirse, otro de los miembros del clan tuvo un mejor recibimiento, aunque no viniendo de algún miembro de la familia.
—¡Señor Jofiel! —gritaba la sirvienta Siara corriendo hacia el narasinja, para luego abrazarlo tan pronto como lo tuvo de frente—. ¡Oh gracias al gran Olodumare que usted está bien!
—¡A mí también me alegra verla señora Siara! —dijo Jofiel devolviendo el abrazo por un momento, para después despegarse con lentitud de la sirvienta—. Mi padre y mi abuelo no vinieron a felicitarme, ¿verdad?
—No... lo siento mucho señor. Su padre todavía sigue en tratamiento mental, y se niega a salir de casa. Y como sabe su abuelo no tiene tiempo libre —decía Siara con pesar—. En su lugar me enviaron a mí para felicitarlo en nombre de ellos.
—Descuide. La verdad es que ahora no me importa sus felicitaciones ni que estén aquí. Me siento feliz de que sea usted la que esté aquí —decía Jofiel con una sonrisa alegre y volviendo a abrazar a la sirvienta—. Solo falta el maestro Lin Oo para que este momento sea perfecto. Desearía que él pudiera venir aquí para que vea cuán lejos llegué gracias a sus enseñanzas... Ustedes dos... son lo más cercano que tengo a un verdadero padre y a una verdadera madre.
—Lo sé, lo sé —decía Siara estando al borde de las lágrimas, y no era la única.
Clarisse los veía desde un poco lejos para no interrumpir lo que ella creía que era una "reunión familiar", pues parecía de verdad eso. Y al ver como el narasinja, que a simple vista parecía la descripción gráfica de una bestia maniática de las peleas, también podría llegar a ser tan caballeroso y cariñoso, le enterneció por completo el corazón a ella.
—Él es... tan... —decía Clarisse con las manos en el pecho y a punto de llorar, no sabiendo cómo describir a Jofiel, quien para ella era un hombre como ningún otro que haya visto.
—Oh por favor Clarisse, ten algo de decoro —decía Angela tapándose el rostro, sintiéndose avergonzada por lo infantil que parecía su amiga británica.
—Bienvenida a mi mundo —comentó Camael con un tono sarcástico y divertido, mientras daba dos suaves palmadas en el hombro izquierdo de Angela.
El garuda estaba divertido al ver que la francesa pasaba por algo similar a él. Y ésta al escuchar el comentario de él, le dirigió la mirada con molestia mientras gruñía.
Por otra parte Miguel estaba siendo abrazado y felicitado por sus padres, quienes estaban felices de verlo regresar sano y a salvo de su primera misión como cazador del gremio San Bestia. Pero tras unos segundos de abrazo y festejo Miguel, mostrando una incontenible emoción y nervios, se separó un momento de sus padres para presentarles a la principal responsable del camino que él eligió.
—No sé cómo explicar esto pero... papá, mamá, quiero que conozcan a la joven que salve en el Bosque Oscuro hace dos años: Raven —decía Miguel sonriendo con nervios y señalando con la mano izquierda de forma cordial a la dhampiresa, quien se acercaba caminando detrás de él con una sonrisa amistosa, aunque se le notaba cierta inseguridad y pena.
—¿Una dhampiresa? —dijo Ismael sorprendido y teniendo un tono hostil, lo cual le hizo ganarse una mirada severa por parte de Valerie, que lo hizo cambiar su actitud desconfiada por una apenada.
—Perdona si te ofendió señorita —se disculpaba Valerie con vergüenza por la actitud hostil y desconfiada de su marido, aunque estaba justificada por el historial nada bonito de la raza vampírica.
—Descuide señora. No hay problema. Esta bien que desconfíen de mí, por ser parte vampiro. Lo entiendo bien... —decía Raven desviando la mirada y tratando de mantener una expresión amistosa, pues ya se esperaba una reacción así por parte de al menos uno de los familiares de Miguel.
No hacía falta decir que los vampiros y dhampiros incluidos no tenían las mejores relaciones con las bestias, en especial con los licántropos. Y Raven era más que consciente de eso, por lo tanto era obvio que estar allí, en la entrada de una base de bestias, conociendo a la familia de su amigo licántropo, fue lo bastante incómodo como para hacerla sentir apenada.
—Pero la verdad no me importa lo que seas o tu linaje. Sé por experiencia cuán malos y dañinos pueden ser los prejuicios —decía Valerie con sinceridad y comprensión—. ¡Además hoy es un día grandioso! ¡Mi hijo bestia regresa sano y salvo en su primer día de este trabajo y por primera vez nos presenta a una chica!
Con su comentario la incomodidad de Raven creció tanto que sus mejillas ganaron un ligero sonrojo, mientras que Miguel casi cae al suelo.
—Mamá, por favor no empieces como cuando Caroline nos habló del gato maldito... —decía Miguel bajando la mirada con absoluta vergüenza, aunque luego se para erguido y se sorprende al notar un detalle importante—. Por cierto, ¿Dónde está Caroline?
De inmediato tanto el licántropo joven como su padre empezaron a mirar a los lados, y entonces se dieron cuenta de que la licántropo blanca en realidad estaba a diez pasos cerca de ellos, cruzada de brazos y viendo de frente la pequeña reunión familiar que tenía el baghatma con la familia Dumont.
Después de un minuto de abrazo, Gabriel fue liberado por fin de su hermana adoptiva cuando se acercaron Adán y Bella; ésta última le pidió a su hija que le diera espacio por lo cansado que parecía estar el baghatma, y Rosabella obedeció con pena y preocupación al creer que estaba lastimando a su hermano mayor. Pero el baghatma la tranquilizó dándole un par de palmadas en la cabeza, para luego acercarse un par de pasos a sus padres adoptivos.
https://youtu.be/IAjv9jTUlv4
—Felicidades por tu primer día de trabajo —dijo Bella sonriendo de felicidad y conteniendo las ganas de abrazar al joven-tigre, ya que éste parecía muy cansado y agobiado, y ella no quería molestarlo.
—Por favor cero felicitaciones —dijo Gabriel cerrando los ojos con cansancio—. Y también por favor espero que no estén preparando una tonta fiesta de celebración por volver sano y a salvo.
—¿Ni siquiera una "pequeña" celebración? —dijo Bella levantando la mano izquierda a la altura del rostro, y haciendo el gesto de "pequeño" con el dedo índice y el pulgar—. ¿Ni aunque hubiera diez platos llenos de alitas de pollo frito y diez jarras de jugo de uva?
—Hummm... Bueno, esta bien. Pero solo una pequeña y breve. Luego de eso me iré a la cama a dormir por una semana —decía Gabriel mirándola con un poco de ánimo renovado, ganándose con su respuesta una radiante sonrisa tanto de su madre adoptiva como de su hermana adoptiva—. ¿Y tú qué? ¿No dirás nada? —preguntó el baghatma al dirigir la mirada hacia su padre adoptivo, quien permanecía callado.
—Pues sigo diciendo que deberías peinarte y cortarte un poco el cabello. Y deberías considerar vestirte mejor. Pareces un salvaje en proceso de civilizarse, o un peleador callejero salido de un torneo clandestino en Indonesia —decía Adán cruzándose de brazos y frunciendo el ceño, molesto de ver la imagen que empezaba a tener el joven-tigre ahora que pasó un largo tiempo lejos del Castillo Dumont.
—Gracias. Y tú deberías considerar usar un estilo de peinado más rebelde y genial. Ya sabes; uno más largo, suelto y natural, similar al típico que usan los cantantes de metal and rock. Ya que tienes un tipo de cabello ideal para ese estilo —respondió Gabriel teniendo una pequeña sonrisa sarcástica, mientras hacía movimientos circulares con las manos alrededor de su propio cabello para explicar mejor lo que decía.
—Eres un idiota —contestó Adán con una sonrisa falsa.
—Me han llamado de peores formas —dijo Gabriel levantando los hombros.
—No lo dudo... —agregó Adán mirando al techo por un momento, mientras Bella y Rosabella se reían por dentro de la escena entre "padre" e hijo—. Y... ¿Qué hay del collar "anti-rabia divina"? —preguntó Adán, intentando hallar otro tema para conversar—. Hace poco le preguntamos a Auguste si Ezequiel no tiene en su tesorería un collar más cómodo. El que llevas parece muy ajustado y llama mucho la atención.
—Nah, está bien. Con los sutras adecuados este aro se adapta al cuello o al brazo —decía Gabriel mientras se tocaba el aro dorado que todavía llevaba en el cuello—. Además Ezequiel me dijo que los discípulos de Buda II Cundi y Buda VII Joshua tienen más cosas, como una corona dorada que aprieta y una corona de espinas que quema. Pero le dije que mejor me quedo con esto.
Dicho eso y antes de que se alargará la conversación, el baghatma comenzó a caminar hacia adelante, pasando al lado de Adán y Bella, para ir directo hacia Caroline, quien seguía parada a una considerable distancia, viéndolo a él con un semblante molesto.
—Algo me dice que al fin supiste sobre el lugar de la misión —comentó Gabriel con una sonrisa apenada, mientras detenía la caminata a dos pasos frente a la licántropo blanca.
—Que perceptivo —contestó Caroline con un tono tan feroz como su mirada, y luego empezó a tronarse los nudillos—. Digas lo que digas ahora, no te salvará del castigo que te daré la próxima vez que entrenemos juntos.
—Lo sé. Ni siquiera tenía pensado en explicarte lo sucedido o suplicarte piedad —decía Gabriel cerrando los ojos y bajando la mirada, mientras seguía sonriendo como un completo tonto—. Solo quería verte una vez más... —hace una pausa para bostezar, y luego prosigue—, antes de tomar una pequeña siesta...
Caroline arqueó una ceja, ya que no entendió lo último. Pero antes de decir algo más, tuvo que dar un paso adelante para atrapar a Gabriel, quien de forma inesperada cayó inconsciente frente a ella. Aunque debido a la pequeña diferencia de altura entre ambos y lo inesperado que fue eso, la cara del baghatma aterrizó justo en los pechos de la licántropo blanca como si fueran almohadas, lo cual hizo que ciertas personas malentendieran la situación.
—¡¡¿Qué estás haciendo con mi hermana gato maldito?!!
—¡¡Miserable cachorro aléjate de mi hija!!
Exclamaron Miguel e Ismael, ampliando los ojos y mostrando los dientes, por la rabia que les invadió al ver lo que ambos creyeron que fue una acción inapropiada del baghatma. Mientras que el resto de los presentes, incluyendo los civiles y trabajadores que estaban allí, se preocuparon, en especial la familia Dumont.
—¡Gabriel! —exclamó Bella ampliando los ojos y con la preocupación al cielo, a la vez que junto con su marido se acercaban al inconsciente baghatma que ahora descansaba en los brazos de Caroline.
—¡Hermanito ¿estás bien?! —pregunto Rosabella asustada y alterada mientras se acercaba también para ver si su hermano adoptivo le pasaba algo.
—¡¡Oigan esperen no se preocupen!! —grito Rafael alzando el brazo derecho al aire, logrando captar la atención de todos—. ¡Tan sólo colapso del agotamiento por la misión! ¡Literalmente tuvimos que cargarlo la mayor parte del camino, y Gabriel hizo el máximo esfuerzo para no caer dormido, porque según él ansiaba ver a alguien antes de dormir por quien sabe cuántas horas! ¡Luego de un largo descanso estará como nuevo!
Aquello sorprendió por completo a Caroline; el baghatma dejo que alguien más lo ayudará a andar e hizo su máximo esfuerzo para no colapsar, solo para verla a ella. No hacía falta suponerlo por lo último que él dijo antes de desmayarse por el agotamiento: "Solo quería verte una vez más...".
"Je, je. En serio que eres un tigrillo muy testarudo", pensaba Caroline sonriendo divertida, estando ahora arrodillada en el suelo y todavía sosteniendo con cuidado al baghatma. Pero dejaba descansar entre sus pechos la cabeza de él, mientras le acariciaba el suave cabello y, con cariño, lo veía dormir.
Por ahora Caroline decidió esperar el momento adecuado para hablar con Gabriel respecto a todo; sobre la "memoria pasada" de la noche anterior, y sobre la atracción que ella siente hacia él, para confirmar si esa atracción viene de ella misma o, en realidad, es de otro posible ser que habita en ella...
Próximo capítulo: "Beast May Cry".
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