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Capítulo LVIII: Kumal de los Cait-Sidhe

"...Pero mira a nuestro Tom, cómo me mira. Uno pensaría que él sabe todo lo que estoy diciendo."

—El Rey de los Gatos, de Joseph Jacobs.

https://youtu.be/3FISciPpyb8

[Meses Atrás. Planeta Terra: Francia].

Todavía recuerdo ese día. En aquel tiempo no podía ver, pero ahora sé todo lo que ocurrió y puedo construir una imagen mental de lo sucedido basándome en todo lo que olía, sentía y escuchaba. 

A pesar de que no podía ver nada después de nacer, sentí las manos que me tomaron y me colocaron en una caja pequeña, junto a mis cuatro hermanas. Sentía los bruscos movimientos de la caja por la prisa que tenía la humana adulta. Luego sentí el terrible frío de la época de invierno. Sentí cuando la caja se detuvo, y entonces mi nariz percibió ese horrible olor; el olor del basurero donde nos llevaron para dejarnos morir.

Mis hermanas y yo maullábamos sufriendo por el hambre y el frío. Nos acomodamos juntos y abrazamos para intentar calentarnos. Llamamos por mucho tiempo a nuestra mamá para que nos alimentara y protegiera del frío, pero ya no la escuchábamos. En su lugar yo escuchaba muchos pasos y voces de humanos caminando cerca, y nadie quería hacer algo por nosotros.

Íbamos a morir abandonados y olvidados en la nieve de ese basurero, y pudo haber sido así de no ser por ella; la única humana que tuvo el corazón de tomar la caja para alejarnos del olor y la suciedad de ese basurero, buscar un pañuelo limpio para protegernos del frío, y tratar de calmarnos con sus arrullos. En ese momento no lo sabía, pero nos había salvado esa pequeña humana a la que llamaban Rosabella.

Escuche a Rosabella hablar con alguien que no olía como humano; Rosabella lo llamaba "hermano", pero muchos lo llamaban "niño demonio" y otros lo conocían como "Gabriel". Lo escuche a él decir que buscaría a mamá mientras Rosabella se ocupaba de cuidarnos.

Ese joven macho se comunicó con los otros gatos del pueblo, y ellos le dijeron a dónde fue la humana que nos abandonó a mí y a mis hermanas. Gabriel y Rosabella siguieron el rastro y las indicaciones de los otros gatos y encontraron a tiempo el hogar donde vivía mamá.

Nuestra mamá era una gata doméstica traída de una tierra lejana que los humanos llamaban "Sri Lanka". De nuestro papá todo lo que sabíamos fue por parte de mamá, que a menudo lo describía como un "alfa de los gatos", pero unos humanos malvados lo alejaron de nosotros poco antes de que naciéramos.

La familia humana con la que vivía mi mamá no tenía recursos para tener más gatos, y lo lógico para ellos fue abandonarnos a mí y a mis hermanas en un basurero tan pronto como nacimos. Pero los padres de Rosabella llegaron a un acuerdo con esa familia humana, y le prestaron todos los recursos que necesitaban para que pudieran quedarse con nosotros hasta que creciéramos. 

Gracias a Gabriel y Rosabella mis hermanas y yo pudimos quedarnos con mamá y sobrevivir. Pudimos crecer felices, hasta ese amargo día.

Pasó un tiempo que para los humanos eran casi cuatro meses; mamá nos estaba amamantando y limpiando como de costumbre, sus humanos habían salido al patio un momento y dejaron la puerta abierta, por lo que el perro de los humanos vecinos entró a nuestra casa. Mamá trató de defendernos aunque ese perro era más grande y fuerte. Logro desgarrarle un ojo y la mandíbula al perro, y sin embargo yo sabía que mamá no podría ganar. 

Mis hermanas estaban detrás de mí, temblando de miedo, y yo me encontraba delante de ellas para brindarles protección. Yo también sentía miedo, pero más miedo le tenía a perder a mamá y a mis hermanas; en vez de valor, fue ese miedo a perder a mi familia lo que me impulsó a ayudar a mamá y lo que libero mi verdadera forma. 

https://youtu.be/_elx6WVW9ug

De repente me sentí más fuerte y grande que antes. Mi cuerpo ardía y vi que ahora podía manifestar de mi cuerpo la "Flor Roja", que en mi caso era de un tono azul que transmitía paz. El perro dejó de gruñir y ladrar con valentía a agazaparse con miedo y chillar de pánico. Lo siguiente que recuerdo fue escuchar los gritos de una humana tras verme devorando al perro. 

Ahora sé que nadie le creyó a esa humana, porque yo había retornado a mi aspecto anterior y todo lo que encontraron ellos fueron restos del perro, mi mamá muerta, mis hermanas temblando en un rincón, y a mí cubierto de sangre acostado al lado de mi madre moribunda.

Me acurruque al lado de mamá y ella me rodeo el cuerpo con una de sus patas delanteras. Me dijo que yo era tan hermoso como papá, y que ahora ella podía descansar en paz porque mis hermanas y yo estaríamos a salvo.

Después de decirme eso, su respiración se detuvo y deje de escuchar su corazón. A pesar de mi edad entendí lo que pasaba; sentí que todo en mi interior se quebró y algo parecido a agua salió de mis ojos, como suele pasar con los humanos en algún estado de ánimo muy fuerte.

Los humanos enterraron el cuerpo de mi mamá y lloraron su muerte. En cuanto a mis hermanas y a mí, tuvieron que buscar otras familias humanas que nos adoptaran. Pero casi todos querían perros y los muy pocos que amaban a los gatos no tenían recursos para adoptar uno.

Como nadie capaz de cuidarnos nos quería, Rosabella nos llevó al hogar de uno de los hermanos mayores de su madre, al que le encantaban los gatos, para que cuidase de nosotros. Allí teníamos comida, agua y lugares seguros donde dormir. Además Gabriel y Rosabella nos visitaban a menudo para vernos y jugar con nosotros.

Desde que mamá murió pensé que ahora era deber mío cuidar de mis hermanas, debido a que de los cinco yo fui el único que resultó igual a papá. Era un pensamiento un poco exagerado, considerando que ahora mis hermanas estaban a salvo en ese hogar donde recibían cariño, refugio y alimento a diario. Pero yo me sentía "vacío" ahora; si no podía cuidar de mis hermanas no le veía otro sentido a mi sobrenatural existencia.

A veces solía escaparme de esa casa para aventurarme un poco en las calles de ese pueblo, sin miedo alguno gracias a mi sobrenatural forma que heredé de papá. En las calles descubrí cuán injusta era la vida, en especial para nosotros los gatos, y también descubrí a alguien haciendo la diferencia.

Había platos de comida y agua esparcidos por diferentes puntos del pueblo donde se concentraban los animales callejeros; los otros gatos me dijeron que un joven macho diferente a los humanos dejaba comida y agua para los animales en la calle, y a veces se llevaba consigo un gato a su hogar para atenderlo y cuidarlo por unos días antes de regresarlo al pueblo.

Se trataba de ese extraño joven macho llamado Gabriel. 

Los otros animales se referían a él como un "animal con forma humana". Él podía comunicarse con todos los animales, porque entendía nuestros idiomas; conocía el Lenguaje de la Selva. Él entendía la forma en cómo los animales percibíamos y sentíamos todo. Además, al igual que nosotros los gatos, a él lo rechazaban los demás humanos excepto la pequeña Rosabella y la familia de ella que cuidaba de él.

A pesar de que éramos diferentes tanto en apariencia y raza como en forma de pensar, me sentí identificado con él, y él también se sintió identificado conmigo. Por nuestra conexión él me llevó a su hogar como hacía con otros gatos, pero esta vez para que yo viviera allí con su familia humana. Supe que sus padres humanos estaban indecisos porque, según decían, cuidarme era una enorme responsabilidad. Rosabella en cambio les estaba insistiendo en que permitieran que yo me quedara con él.

Luego de muchos intercambios de palabras, que en su mayoría no entendí mucho, los padres de Rosabella aceptaron que nos quedáramos juntos, con la condición de que Gabriel se ocupará de todas mis necesidades, como lo haría una "mascota". Ese joven macho lo prometió como si hiciera un juramento sagrado, y hasta el día de hoy nunca dejó de cumplirlo.

En la primera noche que pasé viviendo ese enorme hogar, él me mostró su forma real y yo entendí por qué él era tan diferente de los otros humanos; según Rosabella su "hermano" era un extraño tigre, o más bien un animal relacionado con ellos. Pero para mí era como un "gato" muy grande, y eso me hizo sentir la suficiente confianza como para mostrarle también mi apariencia real.

Ambos éramos criaturas extrañas entre nuestras familias, rechazados por la mayoría y viviendo nada más que para cuidar de nuestras hermanas. Al principio me costaba aceptar procesarlo, y todavía estaba tan decidido a cuidar de mis hermanas que me escapaba solo para ir a verlas, aunque de todos modos Gabriel y Rosabella me llevaban a visitarlas de vez en cuando.

Me costó aceptar que mis hermanas estaban a salvo, habían crecido y ya no necesitaban de mi protección. Luego pensé que si seguía a Gabriel y Rosabella, tal vez encontraría otro propósito. Entonces la familia en ese hogar creció con la llegada de la humana Valerie, los tres extraños lobos Miguel, Caroline e Ismael, el extraño oso Rafael y la semi-humana llamada Elsa.

Todavía no me sentía cómodo cerca de los nuevos integrantes de nuestra "manada", por lo que comencé a quedarme la mayor parte del tiempo en las habitaciones del extraño tigre y la pequeña humana, así que muy rara vez yo estaba presente durante sus reuniones y charlas grupales.

Un día Gabriel, Miguel y Rafael salieron junto con los padres de Rosabella y otros miembros del hogar a un viaje familiar, y al regresar de ese viaje Gabriel me explicó que estaría ausente por un mes, y que yo debía cuidar de su familia adoptiva. Percibí su preocupación y, por primera vez, también su miedo, lo cual me sorprendió; me sorprendía que alguien como él fuera capaz de sentir miedo, y pude entenderlo. Él estaba aterrado por lo que podría pasarle a su familia adoptiva en su ausencia.

Yo le prometí que así sería, y él pudo marcharse con Miguel y Rafael más calmado, con la confianza puesta en mí. Desde las sombras, lo alto de las escaleras y en los rincones más lejanos, cuide de Rosabella y toda su familia como lo haría un alfa con su territorio. Y por primera vez sentí que tenía un propósito que cumplir.

Pasado un mes Rosabella, sus padres y yo visitamos el nuevo lugar donde vivían Gabriel, Miguel y Rafael; allí descubrí que nuestra manada creció con nuevas integrantes. Y conseguí otro propósito cuando Rosabella me pidió que me quedara en esa casa a cuidar de su hermano, que aún se recuperaba de su última cacería.

Yo esperaba paciente acostado en la cama del extraño tigre, y después de que él despertó le conté sobre el pedido de su hermana de cuidarlo a él. Se molestó al principio, pero se calmó y me dijo que después me devolvería con ella para seguir protegiéndola. Luego en esa misma noche lo vi escribir en la mesa de su habitación la carta que enviaría a sus padres humanos por "correo mágico", o lo que sea que fuese ese tipo de mensajería.

Lo escuche hablar con Caroline antes de dormir, y entendí que él todavía no hallaba su lugar en ese pueblo. Todavía era como un gato callejero buscando una razón para vivir, más allá de la supervivencia natural y el deseo de proteger a la manada.

Entonces me llevó consigo a su siguiente aventura, en la que descubrí lo peligrosa y alocada que sería su vida fuera de casa.

Llegamos a un pueblo lleno de más animales extraños que caminaban erguidos y en formas humanas.

Volé junto con Uriel y Amitiel, además de ayudarlos contra aquel demonio pavo real.

Los ayude a resolver un simple problema en el manejo de esa gran máquina que cruza el océano.

También ayude a Caroline a descubrir el verdadero talento natural de Gabriel.

Observe fascinado las alturas cuando la máquina flotadora se elevó en el cielo.

Los acompañe a aquel nuevo pueblo rodeado de muros, donde pasamos la noche en un hogar temporal.

Y luego nos reunimos con el resto de la manada en otro pueblo muy extraño, donde Gabriel me dio el objetivo de proteger a Rosabella y a los que estaban con ella.

Ni en las calles había experimentado tantas emociones como las que he vivido en esta aventura. Pero me divertí bastante, incluso si ahora estoy haciendo lo que empecé a hacer: proteger a la manada, en especial a Rosabella y a su hermano, los únicos que tuvieron el corazón de salvarnos a mis hermanas y a mí de ese basurero.

Mi gratitud sería protegerlos, y creo que hoy había llegado esa oportunidad...

https://youtu.be/TjjkeCdue8s

[Presente. Lado Sur del Reino de Corazones].

Desde la entrada al pueblo hasta las cercanías había pedazos de soldados de terracota, y se escuchaba el ruido del choque acero contra acero, voces de los caballeros luchando con fervor y el crujido de la cerámica rompiéndose. A pesar de que debían haberse destruido más de doscientos soldados de terracota, no dejaban de aparecer más como si fuera un ejército infinito. 

Si esto fuera un ataque a un reino común y corriente, carente de magia, los soldados habrían tomado el reino casi sin esfuerzo. Pero los caballeros mágicos de Albión y los caballeros del Reino de Corazones, como guerreros que recibieron equipamiento mágico y contaban con entrenamiento especial de hechiceros, resistían bastante bien contra el ejército enemigo. 

Mientras tanto en los alrededores del portal se juntaron más de cincuenta personas procedentes de Albion, incapaces de regresar por el mismo portal; arriba del lugar flotaba un gigantesco Círculo Mágico violeta, conformado por doce más pequeños con palabras en latín y símbolos astrológicos. Era el sello mágico que bloqueaba la conexión astral entre los dos portales.

Sin embargo los civiles no estaban del todo "vulnerables", porque aparte de algunos caballeros que estaban allí para protegerlos de los soldados de terracota, también había algunos civiles capaces de luchar; por ejemplo algunos magos con suficiente conocimiento para pelear, y también algunos individuos notables.

—¡Miren allí! ¡Se acercan más personas! —aviso una mujer entre los civiles, señalando a un pequeño grupo saliendo de la entrada del pueblo para dirigiéndose hacia ellos también con la intención de cruzar el portal.

Se trataba de la pareja Wolf, acompañada de las familias Dumont y Bernard. Pero antes de llegar junto al resto de las personas primero tenían que pasar por decenas de enemigos, compuestos en su mayoría por soldados de terracota.

Lo bueno es que Bruno Bernard no era un simple investigador de la cultura celta; portaba consigo un arma mágica especial de los celtas, convertida en un anillo plateado con un diamante turquesa que llevaba en su dedo angular derecho.

Pero con solo alzar la mano derecha el anillo en su dedo se disolvió en cientos de partículas turquesas, que luego se reorganizaron en la palma de su mano en una forma específica, y se transformaron en un sable briquet con un mango de diamante cómodo para la mano y una hoja blanca con inscripciones en irlandés antiguo.

Bruno se defendía muy bien de los soldados de terracota, luchando incluso con cinco a la vez; el filo de su sable mágico cortaba a los sólidos guerreros de terracota como si fueran de papel, él se movía tan rápido que era casi imposible de seguir con la vista, y su destreza reflejaba años de entrenamiento y experiencia.

Su estilo de lucha como espadachín era agresivo y casi carente de elegancia, más como un guerrero de la antigüedad que un soldado moderno. Y ahora que tenía el cabello desarreglado por la lucha frenética, lucía menos como un "príncipe" y más como un feroz guerrero galo.

Por otro lado estaba Ismael Wolf, en su forma de hombre-lobo grisáceo con su ropa en mayor parte destruida, utilizando tanto sus garras como sus puños para destrozar a cada soldado de terracota en su camino, y lo hacía de forma magistral.

Se agachó para esquivar el ataque de una lanza, al mismo tiempo que respondía con un zarpazo que le destrozó las piernas al soldado de terracota, para después estrellarle la cabeza contra el suelo con la otra mano.

Permaneciendo en una postura agazapada, Ismael giro el cuerpo para destrozar con el dorso de una mano la espada de otro soldado de terracota, cuya cabeza voló en pedazos después de que Ismael se pusiera de pie levantando la otra mano en un zarpazo ascendente.

Salto hacia un lancero de terracota, y mediante una voltereta frontal lo sujetó de los hombros para después arrojarlo contra un grupo de diez soldados de terracota. Después Ismael se dio la vuelta, atrapo con una mano la lanza de otro soldado de terracota en pleno ataque, y le rompió la cabeza con un golpe de palma abierta en la cara.

—¡Si llego a ver al responsable de toda esta locura lo mato! —exclamó Ismael con furia mientras arrojaba la lanza con tal fuerza y precisión, para que la hizo atravesar la cabeza de un arquero de terracota ubicado en el balcón de una casa lejana.

—¡Igual yo! ¡¿Quién podría tener tanta maldad y poco honor como para causar todo esto en una celebración?! —dijo Bruno con igual molestia mientras destruía con su sable mágico las espadas de cuatro soldados de terracota, al mismo tiempo que les cortaba la cabeza, todo esto en rápidos movimientos casi imperceptibles al ojo humano.

—El tipo de persona al que no le importa en lo más mínimo las vidas de las personas, eso está claro —dijo Adán con el mismo sentimiento disgustado. Él se encontraba delante de su esposa e hija para protegerlas, y junto a ellas también estaban Valerie, Cinderella y Cinder. Aparte el gato Kumal seguía en los brazos de Rosabella, quien permanecía al lado de su madre Bella.

Un soldado de terracota espadachín logró acercarse hasta donde estaba Adán, y un segundo después voló por los aires con la cabeza ahuecada y rota por un único golpe proveniente del puño izquierdo de Adán, que ni siquiera alcanzó a verse por lo rápido que fue.

—Me pregunto si los chicos-bestia y las chicas están bien —dijo Cinderella con miedo, sin soltar la mano de su hija Cinder por precaución.

—Por supuesto mamá. Ellos deben estar a salvo, donde quiera que estén —dijo Cinder tratando de ser optimista, aunque toda esa situación la tenía angustiada.

—¡Obvio que lo están! ¡Mi hermano y Caroline están con ellos! ¡Y además todos son muy fuertes, incluso Raziel y esa chica llamada Nayeli, ya que ambos también son bestias! —dijo Rosabella con mucho optimismo y casi sin preocupación notable.

—Estoy de acuerdo. Elsa también es bastante fuerte para lo dulce y pequeña que se ve. Y Raven es una mujer sumamente poderosa, según me explicó mi hijo —dijo Valerie también tratando de ser optimista, pese a que en el fondo la preocupación por sus hijos la carcomía, debido a que su instinto de madre le decía que estaban enfrentando una gran amenaza.

—Yo también quiero creer que están bien —dijo Bella, igual sintiendo un mal presentimiento como madre—. Todo esto es una locura. Una locura total... como si se hubiera desatado el infierno.

—Ellos no son niños; pueden arreglárselas. Ahora mismo tenemos que centrarnos en llegar al portal para estar a salvos —dijo Adán sin dejar de mirar a los lados en total alerta.

—Llegar allá será fácil. Solo hay que mantenernos juntos. Estas cosas de cerámica son los típicos enemigos básicos que se encuentran en el primer capítulo de cada aventura, o en los primeros niveles de una mazmorra —comentó Bruno sonriendo con diversión, después de partir en tres pedazos a un lancero de terracota sin esfuerzo alguno.

—Si eso es cierto, creo que se acercan los enemigos del siguiente nivel —dijo Ismael mientras destrozaba la cabeza de un espadachín de terracota con el dorso de una mano, y tenía la mirada puesta en un nuevo grupo de adversarios que se acercaba.

https://youtu.be/-XZVeAEcqEI

De callejones diferentes salían extrañas criaturas; unas cuantas se parecían a grandes perros negros con picos en la espalda, un par de cuernos pequeños en la cabeza, cuatro ojos verdes, mandíbula alargada, cola delgada, pelaje demacrado, largos colmillos semejantes a los de un jabalí, y de sus fauces escupían chispas de fuego verde.

Eran perros infernales nativos de las tierras asiáticas, conocidos en China como Huodou.

Junto a los perros también venían otros que eran perros salvajes de Asia, conocidos como dholes. Pero estos estaban en un estado casi esquelético, con mandíbulas estiradas que mostraban sus dientes en algo parecido a una sonrisa enferma. Sus ojos carecían de vida, y sus pelajes lucían viejos.

Eran cuerpos muertos de dholes poseídos por espíritus demoníacos, comandados por un perro infernal de una especie distinta a los que estaba allí.

Ese perro infernal alfa en particular era un ejemplar hembra, parecida a una loba, de pelaje blanco grisáceo con un degradado más oscuro subiendo por su espalda y extendiéndose desde la frente hasta la punta de la cola. Tenía un par de ojos a diferencia de los otros sabuesos infernales, pero de un intenso color rojo sangre con pupila blanca. Sus colmillos apenas sobresalían de sus fauces. El pelaje en su cabeza y nuca era más espeso casi como una melena, y en su cuello portaba un collar negro con puntas filosas.

Era un sabueso infernal hembra de especie hebrea, conocida como Hellhound.

Junto con los perros infernales venía otro muy distinto; uno de pelaje pardo con tamaño y robustez bastante intimidante con fríos ojos púrpuras, garras poderosas y la distintiva característica de tener dos cabezas.

Se trataba de un monstruo infernal procedente de las tierras griegas, descendiente del sabueso de dos cabezas Orthus.

Por otra parte una criatura se asemejaba a la escultura de un jaguar grande, hecho al parecer de piedra y jade de color verde negruzco con manchas de un verde fosforescente, resplandecientes ojos rosas, cuernos de cabra y alas rojas parecidas a las de un ave. Al lado le seguía más criaturas del mismo tipo, pero que se asemejaban a perros con pequeñas alas de ave, colas de lagarto y fosforescentes colores variados.

Eran gárgolas de especie Alebrije, nativos de las tierras de Mesoamérica.

Viendo a tantas clases de enemigos, Ismael regresó a donde estaba su esposa Valerie y se mantuvo cerca para protegerla. Bruno también se acercó un poco más a su esposa Cinderella y a su hija Cinder por lo mismo. Mientras tanto Adán estaba tratando de pensar en una forma de escapar, porque luchar allí no era la mejor opción; no cuando están en un campo abierto con tres mujeres y dos niñas que no podían defenderse de ese tipo de amenazas.

"Maldición. Si estuviéramos sólo nosotros tres no sería un problema lidiar con estos idiotas. Pero siendo lógico, será demasiado complicado atacarlos mientras protegemos a las hembras", pensaba Ismael de manera lógica y analítica, lo cual no era muy reconfortante para él.

"Si por lo menos estuviéramos en un espacio cerrado, donde las mujeres y las niñas pudieran refugiarse detrás de nosotros, sería mucho más fácil protegerlas y lidiar con estos monstruos de cuarto nivel de mazmorra", pensaba Bruno, también preocupado por lo mismo.

"Mire por donde se mire, estar en un campo abierto como este es demasiado desfavorable para nosotros", pensó Adán con un semblante disgustado que denotaba su furia por la situación.

Y sin embargo ninguno estaba dispuesto a flaquear.

"No obstante, las protegeré aunque me cueste la vida", pensaron Adán, Ismael y Bruno al mismo tiempo, igual de dispuestos a evitar que fueran lastimadas Bella, Valerie, Cinderella, Cinder y Rosabella.

Por otro lado el gato Kumal, todavía en brazos de Rosabella, observaba a los enemigos y luego a Rosabella; en su mente había entendido lo difícil y complicado que era la situación. Entendió que ellos necesitaban ayuda extra para sobrevivir, y también era consciente del terror por el que estaba pasando Rosabella ahora.

La pobre niña francesa temblaba de pies a cabeza y parecía estar a punto de llorar; estaba aterrada por las decenas de perros demoníacos que le recordaban a esos lobos que la atacaron hace tiempo, pero esta vez su hermano mayor no estaba cerca de ahí para salvarla como en aquella ocasión.

Esta vez alguien más estaba allí para cumplir su promesa con el hermano de ella y agradecerles a ambos por todo.

—¡Kumal! —grito Rosabella preocupada, debido a que el gato que sostenía acaba de salirse de sus brazos para caminar rápido hacia adelante, pasando al lado de Adán y dirigiéndose hacia el gigantesco perro de dos cabezas, quien lo veía con curiosidad y relamiéndose con hambre.

Kumal desaceleró el paso para caminar tranquilo, mirando sin temor al monstruoso perro de dos cabezas. Este momento le recordaba a aquel día en que protegió a sus hermanas de aquel perro rabioso, y tal como en aquella ocasión no iba a quedarse sin hacer nada. 

«Un perro me arrebato a mamá. No permitiré que otro me arrebate a alguien más de mi familia» dijo Kumal en el lenguaje de los gatos, antes de que él iniciara el proceso de transformación mientras seguía caminando.

https://youtu.be/5Es7vGm1Qyo

El cuerpo del pequeño gato comenzó a emanar flamas azules mientras crecía de forma sobrenatural. Alcanzó una altura un poco superior a la de un tigre siberiano, y desarrollo una robustez notoria por un crecimiento acelerado de los músculos de su cuerpo. 

Su pelaje se había tornado de un color negro azabache. Tenía bajo su cuello una mancha blanca resplandeciendo en sagradas flamas azules, con líneas que se extendían al lado de las extremidades delanteras hacia la espalda, donde tenía más flamas del mismo tipo desde la mitad de la espalda hasta la cima de la cabeza. 

Su larga cola terminaba en una flama azul como una antorcha. Sus garras también irradiaban una ardiente luz celeste, y sus ojos azules con pupila blanca resplandecían con la misma intensidad que sus flamas sagradas. 

«Esta vez será mi turno de salvar sus vidas» dijo Kumal con un rugido semejante al de una pantera, mezclado con un aterrador e imponente eco fantasmal.

El perro de dos cabezas ladro como señal de desafío, y luego corrió hacia Kumal, quien en un parpadeo desapareció de la vista del perro de dos cabezas en un flash azul, porque ahora estaba arriba del monstruoso perro aplastándole las dos cabezas con las patas delanteras. El suelo se quebró con el impacto de las dos cabezas, las cuales explotaron en llamas azules bajo las patas delanteras del gato celestial.

En un segundo Kumal salto hacia la pared de un edificio ubicado casi diez metros lejos delante de él, y a partir de allí se impulsó hacia el perro de dos cabezas, resultando en aquella derrota instantánea que dejó en shock a los vampiros y a la Hellhound hembra.

—¿Ese gato es lo que creo que es? —dijo Bruno pasándose la mano por su alborotado cabello con atónita incredulidad.

—Sí que lo que es —dijo Adán sonriendo orgulloso.

—¿Y qué es exactamente? —pregunto Cinder sorprendida.

—Técnicamente es un híbrido nacido del cruce entre una gata bengalí de Sri Lanka y un gato salvaje europeo de Escocia —explicó Valerie de una manera un poco científica.

—¡Kumal es un Gato de Kellas! —dijo Cinderella reconociendo la especie del gato.

—¡Sí, es un Cait-Sidhe! —dijo Bruno con brillos en los ojos y sonriendo con alegría por estar en presencia de una legendaria criatura de los bosques celtas.

A lo largo de la historia se han reportado en Irlanda, Inglaterra y Escocia casos de felinos desconocidos y otros de gran tamaño. Uno de los más conocidos es el Gato de Kellas, híbridos de gatos domésticos y gatos montes europeos. También está la "Bestia de Exmoor", cuyos avistamientos comenzarían a ser reportados en 1970.

Pero mucho antes de estos avistamientos modernos, los antiguos pueblos europeos que habitaban las islas y tierras celtas tenían sus propios avistamientos, como el monstruoso Cath-Palug y los Cait-Sidhe.

Los Cait-Sidhe, también conocidos como Cat-Sith o "Gatos Hada", son una feroz, inteligente y mística raza de felinos mágicos del folclore de Irlanda y Escocia. Son muchas las leyendas acerca de su figura, a menudo descritos como grandes gatos con pelajes oscuros y una distintiva mancha blanca en el pecho, similar a los Gatos de Kellas.

Se decía que robaban almas de los difuntos y les atraía temperaturas altas como las del fuego. Otra de las leyendas decía que en Samhain (un festival de origen celta que marca el final de las cosechas y el inicio del invierno) si se dejaba fuera de casa un tazón con leche un Cait-Sidhe bendeciría la casa en agradecimiento, mientras que maldeciría a las casas que no dejarán comida.

En sentido irónico Kumal era como un gato celestial, que ahora iba a salvar a su familia de perros infernales. 




Próximo capítulo: Kukulkan, Thor y Fujin.

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