Capítulo LVII: Se Acerca la Tormenta
"El cielo siempre anuncia cuándo va a haber tormenta."
—Viaje al Oeste, Capítulo X.
https://youtu.be/xLC2lj5XCyw
[Lado Este del Reino de Corazones].
Jack, tras la revelación de sus verdaderas armas mágicas, procedió con sacar de su maletín otro artefacto que en su mano se armó por sí sola.
Era algo parecido a una estrella ninja grande, pero con forma del símbolo de las cuatro estaciones y un marcado estilo mecanizado con engranajes. El filo de dicha arma pasó a ser de plata y luego Jack la arrojó a un lado; el arma corto con suma facilidad un par de rocas grandes y sólidas en su camino y, cual boomerang, dobló en el aire para descender y volar de regreso a Jack, aunque primero debía pasar por el arthdruwid.
Sin embargo Rafael, de forma casual, se dio la vuelta y golpeó la enorme arma arrojadiza con el puño izquierdo, justo en el centro donde no estaba hecho de plata. Logró desviar lejos el arma, además de abollarla. No obstante el arma, de forma repentina, cambio de dirección y regreso a la mano derecha de Jack, quien lo arrojó otra vez a un lado y con la mano izquierda lanzó un bisturí de tal forma que la hizo girar en el aire.
Rafael hizo un gesto con una mano y movió una de las rocas flotantes al frente con el propósito de bloquear el ataque. Por eso él se sorprendió un poco cuando el bisturí pasó al lado de la roca y se enterró en su hombrera derecha. El bisturí había tomado una dirección curvada en la trayectoria, similar al lanzamiento de un parecido al de un beisbolista profesional.
"Un lanzamiento típico de los juegos de pelota, y sabe hacerlo con un cuchillo", pensó Rafael mientras se quitaba rápido el arma de plata. Y acto seguido, con un puñetazo derecho, destrozó la roca al frente suyo para hacer volar los pedazos como metralla.
Pero los trozos de piedra solo destrozaron algunos escombros, y además dañaron la pared de un edificio ubicado más adelante que también quedó atrapado en la cúpula de Maná; el ataque había fallado, porque Jack lo esquivo con antelación elevándose al balcón del decimo piso de ese mismo edificio, gracias a un gancho con cuerda disparado desde una pistola especial que él tenía en su mano izquierda. A Jack no le tomó más de unos segundos llegar al balcón, donde guardo la pistola dentro de su gabardina para presionar un botón verde en su maletín.
—¡Treinta cuchillos de plata, cincuenta dagas de plata y treinta canicas de plata! —ordenó Jack con una evidente emoción en su voz, mientras abría el maletín para agitarlo en el borde del balcón de manera violenta.
A pesar del tamaño del maletín, logró sacar de su interior la cantidad insana de objetos que él había pedido, aunque no deberían caber allí por más organizados que estén.
"Ese maletín no es uno común y corriente. Tiene que ser uno de esos inventarios mágicos, como el que Geir nos enseñó en Cathair Emerald", pensó Rafael haciendo gestos con los dedos para mover sus rocas flotantes como escudos contra la lluvia de proyectiles de plata, aunque algunas canicas rodaban y caían al suelo.
Con otro gesto de las manos, Rafael movilizó las rocas para defenderse de unos bisturís que eran arrojados forma curva por las manos del propio Jack. Cualquiera pensaría que el maestro asesino estaba atacando como un desesperado por el modo en que arrojaba sus armas, pero el arthdruwid sabía que su enemigo estaba armando cuidadosamente un plan improvisado.
Sus sospechas cobran fuerza cuando cinco rocas arriba de él se convirtieron en plata y cayeron encima de él; el impacto no fue tan doloroso, pero el verdadero dolor vino de la reacción corrosiva de la plata al entrar en contacto con su piel, como si hubiera tocado ácido.
Mediante un pequeño salto Rafael se alejó para investigar lo sucedido, y en eso noto que esas rocas convertidas en plata tenían clavadas dagas, las cuales en sus mangos se extendía un distintivo brillo plateado bastante delgado y casi imperceptible. Un vistazo más profundo le permitió a Rafael comprender que eran hilos, como el que Jack tenía en su mano derecha unida a su maletín. No obstante estos hilos eran de plata.
Para entender mejor la situación, Rafael movilizó las rocas con otros gestos de los dedos, mientras seguía defendiéndose de la lluvia incesante de proyectiles que le lanzaba su enemigo. Y a duras penas descubrió lo que pasaba: había una red hilos enredados entre las rocas que estaban unidos a los mangos de algunos cuchillos, que el mismo Jack sacaba del interior de su maletín para arrojarlos él mismo, junto con cuchillos que al parecer no tenían hilos. De manera que los cuchillos con hilos se mezclaban con los normales, haciendo casi imposible el saber cuál roca tenía incrustado un cuchillo con un hilo
Sin embargo esa no fue la única sorpresa; mientras Rafael se movía en diferentes lados para evitar que le cayeran encima algunas rocas convertidas en plata, su instinto le advirtió sobre un peligro inminente, y por ello se sobresaltó con el repentino dolor de un bisturí de plata enterrándose en su abdomen derecho, un cuchillo en su bíceps izquierdo y una daga en su pierna izquierda.
Rafael se cubrió la cabeza y el pecho, mientras otras dos dagas alcanzaban su espalda, un cuchillo se clavaba en su antebrazo derecho y otro en su rodilla derecha. Mirando de reojo, el arthdruwid descubrió que los cuchillos y las dagas estaban rebotando de aquellos hilos casi invisibles, que aparte de resistentes también presentaban una sorprendente elasticidad.
—¡Si yo fuera tú abandonaría el duelo intelectual, que mejor se me da, para luchar como mejor se les da a los de tu "clase"! ¡Después de todo, "no es preciso herirme con astucias, si basta tu poder para aplastarme"! —se burlaba Jack con diversión dramática y teatral, repitiendo un fragmento de un soneto de William Shakespeare.
Ahora el maestro asesino llevaba un monóculo en el ojo izquierdo con un engranaje pequeño en un lado; era un monoculo especial que le permitía detectar con suma claridad sus propios hilos como si fueran telas rojas. A sus pies tenía su maletín abierto, del cual sacó otra daga con un hilo en el mango.
Sin soltar el hilo, Jack lanzó la daga con precisión a una roca que pasaba al lado de Rafael. Entonces el hilo, a partir de la mano con la que Jack lo sujetaba, se convirtió en plata casi al instante, junto con la roca en la que estaba incrustada la daga. Y por efecto, la roca convertida en plata cayó cerca de Rafael, obligándolo a moverse justo en el punto que el maestro asesino esperaba.
Jack lanzó el siguiente cuchillo con precisión y de forma curva a uno de los tantos hilos colocados en las rocas; el hilo hizo rebotar el cuchillo como la cuerda de un tirachinas, de manera que el cuchillo avanzó con el doble de velocidad y precisión hacia la nuca del arthdruwid.
Por supuesto que Rafael lo vio venir, y por eso bloqueó el ataque levantando de la tierra una roca con un movimiento fuerte de su mano derecha. Lo que no vio venir fue que ese cuchillo tendría un extraño dispositivo cuadrado en el mango; dicho artefacto tenía una luz roja en el centro, la cual cambió a verde con un distintivo sonido, como señal de que activó algo.
Ese "algo" resultaron ser un grupo de las canicas de plata alrededor de donde estaba parado Rafael, que de un segundo para otro explotarían cual granadas de fragmentación, soltando trozos de plata y gotas de veneno de wolfsbane.
Lo bueno fue que, como la bestia que es Rafael, sus reflejos e instinto le permitieron reaccionar a tiempo, primero alzando ambas manos para levantar con su magia la tierra bajo sus pies, y después de ganar un poco de altura salto lejos del área de las explosiones. Utilizó a algunas rocas grandes levitando en el aire para alejarse de allí, casi como lo haría un enorme gorila al columpiarse por las rocas, y aterrizó cerca del edificio donde estaba Jack.
Parecería que por fin escapo de las trampas del maestro asesino, pero no fue así; tan pronto como Rafael se acercó al edificio, Jack accionó un pequeño botón triangular que sacó del interior de su gabardina. Ese peculiar botón era un control a distancia, que activó una cadena de explosiones colocados en puntos específicos de los primeros cuatro pisos del edificio, para que la estructura empezará a caer justo donde se encontraba Rafael.
A Rafael no le preocupó que el edificio le cayera encima; lo que sí era preocupante para él fue que en casi tres segundos el edificio entero se convirtió en plata a partir del balcón del décimo piso.
Por otro lado el maestro asesino había cerrado el maletín y escapado de allí columpiándose en una roca flotante con la pistola-gancho, justo antes de que el edificio comenzará a derrumbarse. Luego aterrizó con seguridad en el suelo, poco después de que el edificio convertido en plata terminase de caer sobre su enemigo.
"Hice bien en colocar bombas en ese edificio como plan de emergencia", pensó Jack alejándose a sí mismo, divertido y confiado en que había ganado. Tenía razones para creerlo; la cúpula cristalina verde de Maná comenzó a fracturarse y desvanecerse como cualquier imagen holográfica, mientras las rocas flotantes caían una por una.
https://youtu.be/PErYWhzykLg
Debido al ruido y los pequeños temblores de las rocas cayendo en la tierra, Jack no pudo darse cuenta a tiempo que en frente de él saldría de la misma tierra el hombre-oso celta.
—Sorpresa —dijo Rafael con una sonrisa visible en las fauces de su cabeza de oso.
"¡¡¿Qué?!!" fue lo que pensó Jack reaccionando rápido para esquivar con éxito un zarpazo izquierdo de Rafael, aunque no puede decirse lo mismo del veloz jab que el arthdruwid conectó en su estómago.
Los jabs no son golpes tan potentes como un perfecto golpe directo, pero el jab de Rafael estaba cargado de suficiente potencia como para romper una fila de bloques de concreto; una potencia más que suficiente para lograr desgarrar la tela ultra resistente de la ropa de Jack y atravesarle el estómago.
Jack voló hacia atrás como un muñeco y chocó de espalda contra la pared plateada del edificio que acaba de derrumbar; cayó sentado con un hoyo en su estómago, el cual empezaba a cerrarse poco a poco, aunque todavía no podía levantarse debido a fracturas graves en su columna vertebral.
—¿Cómo...? ¿Cómo puede ser...? —decía Jack escupiendo sangre y mirando atónito al arthdruwid.
Tan pronto como el maestro asesino recuperó la movilidad de los brazos, agito el derecho para atraer con el hilo su maletín; sintió una chispa de nervios cuando el maletín se quedó inmóvil en el suelo al lado de Rafael. Un rápido vistazo le permitió entender a Jack cuál era el problema.
"¡El primer ataque que hizo...! ¡Corto el hilo con sus garras antes de golpearme!" pensó Jack mirando su muñeca derecha, notando que el hilo resistente que unía su mano con su maletín fue cortado por las garras de Rafael durante aquel zarpazo.
—Debo reconocer que fue bastante ingenioso llenar de explosivos ese edificio para derrumbarlo, y además convertirlo en plata —dijo Rafael con humor jovial, pisando el maletín de Jack—. Pero supongo que no esperabas que yo recordase que ese fue el mismo edificio del que saliste a hacer tu dramática presentación cantando esa canción infantil, ni tampoco pensaste que yo tendría la expectativa de que habrías preparado ese edificio para alguno de tus planes de emergencia; fue por eso que permití que el edificio estuviera dentro de mi dominio.
—¡¿Qué...?! ¡Cof, cof, cof! —exclamó Jack aún más atónito y tosiendo sangre—. ¡¿Dejaste ese edificio dentro de tu dominio a propósito, confiando en que yo lo utilizaría para mis trampas?!
—Sí. Otro punto que quiero reconocer fue tu ingenioso uso de esos extraños hilos para hacer rebotar tus armas, aparte de utilizarlos también como "extensión" para convertir mis rocas en plata. Al principio pensé: "¿tu magia funcionaría con mis rocas, incluso si esos hilos ya están conectados a algo hecho de plata como los cuchillos?" Entonces recordé el sonido que emitían tus cuchillos; eso me dio la respuesta.
—Imposible... ¡Cof, agh! Es imposible que descubrieras tan rápido que mis cuchillos con hilos no eran todos de plata... a no ser que hayas utilizado algo sobrenatural... —dijo Jack tosiendo más sangre, y aún incapaz de creer que su oponente haya resultado más listo que él.
—En realidad no recurrí a nada sobrenatural, sino a una pequeña lección que me enseñó mi amigo Azrael —dijo Rafael, mientras recordaba una charla que él y sus amigos en el barco Draco Wang—. La plata pura emite un distintivo sonido que muchos comparan con el de una campanada. Entre esos cuchillos que arrojaste algunos emitían un ruido diferente a la mayoría cuando se incrustaban y caían en mis rocas; era porque estaban hechos de otro metal, tal vez aluminio o acero pintado para que luzca como plata real.
"¡¿Desde un inicio él sabía que había cuchillos de plata falsa?! ¡¿Eso quiere decir que todo este tiempo fue consciente de mis trampas?!" pensó Jack en completo shock por lo que escuchaba.
—Es fácil distinguir esos sonidos cuando cuentas con un oído tan agudo como el mío —agregó Rafael dándose suaves toques en una de sus orejas con un dedo índice—. ¿O acaso olvidaste que tu oponente no es humano ni tampoco un ser debilitado para que el típico protagonista humano brille y pueda ganar?
—Oso irlandés bastardo... ¿Estás diciendo que todo este tiempo fingías ignorar mis trampas, para tenderme una trampa? —decía Jack con una pizca de ira brillando en sus ojos por la ironía de los hechos.
—Sí, claro, y estoy harto de fingir que no —contestó Rafael de modo burlón—. No tengo que decirte por qué. Estoy seguro que ya tienes una idea.
—Aparentabas estar jugando conmigo por exceso de confianza y que estabas cayendo en mis trampas... ¡Cof, cof! Para investigar más de mis armas, habilidades y estrategias, hasta por fin despojarme de mi mayor ventaja: mi inventario de herramientas —dijo Jack mientras luchaba por ponerse de pie, todavía tosiendo un poco de sangre, pero ahora el hoyo en su estómago y los daños en su espalda estaban sanados—. Imagino que usaste las ventajas de tu zona mágica para escapar del edificio de plata cayendo sobre ti.
—No del todo. Solo escape abriéndome camino al subterráneo con la fuerza de mis puños —explicó Rafael mientras empezaba a quitarse cada uno de los cuchillos de plata clavados en su cuerpo—. También podría haber utilizado mis puños para llegar hasta ti, pero decidí usar mi magia para que fuese más rápido y sigiloso. Solo tuve que escuchar tus pasos para saber dónde estabas. Es interesante cómo se percibe el sonido bajo tierra. ¡Ja!
—Después de haber extendido tu dominio, dudo que conserves grandes cantidades de Maná. Si en verdad eres tan listo como aparentas, conservarías el Maná restante para sanarte.
—Eso es lo que haría un humano inteligente. ¿Pero qué haría una bestia druida? Esa es la divertida cuestión —dijo Rafael, para luego chasquear los dedos de la mano izquierda, y cubrir el maletín de Jack con piedra sólida en forma de un monolito celta pequeño.
—Continúa jugando a que puedes engañarme en todo. No me importa, porque "las improvisaciones son mejores cuando son preparadas" —Jack muestra de nuevo esa sonrisa de lunático mientras decía otra frase de su autor favorito.
—¡Je! "Las palabras elegantes carecen de sinceridad; las palabras sinceras carecen de elegancia" —respondió Rafael con humor burlesco una frase de Lao Tse, que también se lo enseñó su amigo baghatma.
https://youtu.be/xkxrM2RZme0
[Lado Oeste del Reino de Corazones].
Al mismo tiempo, en el otro lado del reino, continuaba la charla entre el baghatma y la kumiho, que hasta el momento era la más pacífica que han tenido, y parecía ser el punto de partida para una mejor relación entre ellos dos.
—Respecto a lo que estábamos hablando, sobre el Yin y el Yang, ¿sugieres que yo debería buscar una nueva razón para vivir? —pregunto Go-Eun con una mirada indiferente, mientras se limpiaba la nariz con la filosa garra de su dedo índice izquierdo sin importarle que estuviera en presencia de alguien.
—Sí, porque solo así podrás vivir realmente —dijo Gabriel volviendo a su actitud seria—. Yo no soy quien para decirte qué tipo de propósito debes buscar, porque eso depende de ti.
—¿Y tú sí has aprendido a vivir realmente? —cuestiono Go-eun arqueando una ceja y sonriendo con sarcasmo, mientras se sacaba la garra de la nariz y, por un instante, manifestó en la punta de la garra una flama azul para quemar un diminuto fragmento de mucosidad.
—Mejor que en tu caso, eso sí puedo decir con seguridad —contestó Gabriel con un suspiro cansado, antes de empezar a darse la vuelta—. Ahora si me disculpas, todavía tengo trabajo que hacer aquí.
—Ya mataste a todos los malditos que atacaban esta aldea. Y mi equipo va a encargarse de los otros idiotas que quedan en esa nave con forma de monstruo marino. Deberías descansar un poco.
—Voy a sanar a los campesinos de esta aldea —explicó Gabriel viendo las cabañas y las granjas, sintiendo una gran culpa por no haber llegado a tiempo—. Todavía no soy tan bueno usando mi energía Prana para sanar como lo hace Rafael con su magia, ni puedo revivir a los que ya están muertos. Pero al menos quiero intentar ayudar los sobrevivientes.
—De eso no tienes que preocuparte —dijo Go-eun desviando la mirada, sonando molesta casi de manera forzada, y Gabriel se detuvo para mirarla otra vez—. Mientras construías una montaña de cadáveres, yo estuve sanando a los heridos y logré salvar a algunos que aún podían sobrevivir.
—¿Cómo...? —decía Gabriel con incredulidad, y la kumiho le respondió antes de que él terminara la pregunta.
—En los clanes kitsune de Corea y China estudie la magia Mudang Yesul que permite controlar la sangre de muchas maneras —explicó Go-eun haciendo cuatro gestos con la mano derecha muy parecidos a los sellos manuales taoístas—. Aprendí a utilizarla para reconstruir tejido orgánico y movilizar el flujo de sangre, aunque el uso principal es esto.
Con un último sello manual, Go-eun movió el brazo derecho a dicho lado suyo, con la palma apuntando hacia arriba, como si arrastrara algo; en respuesta a su acción, toda la sangre seca que tenía Gabriel encima y en su pantalón se despegó de él, en forma de sangre fresca, y se condensó en una única esfera sangrienta levitando encima de la palma de la kumiho.
—Es muy útil para limpiar nuestra ropa y los desastres después de una buena cacería —explicó Go-eun sonriendo orgullosa, y luego agitó la mano hacia atrás para arrojar el orbe de sangre a la sangrienta montaña de cadáveres cercana.
—Ya veo —dijo Gabriel inspeccionándose el pantalón y el cuerpo, sorprendido de la limpieza instantánea de sangre.
—Bueno, necesitaba ejercitarla un poco y esta fue una oportunidad única —dijo Go-eun volviendo a cruzarse de brazos y hablando rápido, como tratando de pensar en algo improvisado como excusa para sus acciones.
Go-Eun seguía incapaz de mirar de frente al baghatma. Pero se armó de valor por un momento y lo miró de reojo; se sorprendió y a la vez molesto mucho al verlo sonriendo con cálida alegría mientras la veía.
—¡Grrr! ¡¿Por qué sonríes y me miras así?! ¡No lo hagas! —exclamó Go-eun gruñendo furiosa y con su cara pálida adoptando una notoria coloración rosa.
—Sabía que en el fondo, muy en el fondo, tenías un buen corazón —dijo Gabriel moviendo las cejas, todavía sonriendo y mirando con ternura a la kumiho.
—Rectifico lo que te dije antes: ¡me desagradas más ahora! —exclamó Go-eun acercándose de manera amenazante hasta estar a dos paso cerca de él, como si estuviera a punto de golpearlo.
—Y tú ahora me desagradas un poco menos —contestó Gabriel con humor jovial, y entonces retrocede un paso al mismo que dobla la espalda un poco hacia atrás, esquivando con éxito una sorpresiva patada alta de la kumiho.
—Me gustaría romperte los huesos ahora. Pero antes quiero que me aclares una duda —dijo Go-eun volviendo a su postura orgullosa y tomando profundos respiros para tranquilizarse—. ¿Qué fue lo que ocurrió con tu hermana? Por lo que dijiste, ella fue la única de tu familia original que si llegaste apreciar. Y por lo que sé ella vive con otra familia adoptiva en Francia.
https://youtu.be/3oPS5SxivRs
Poco a poco la sonrisa risueña del baghatma decayó y el aire divertido de sus ojos fue reemplazado por un humor más serio. La kumiho noto ese cambio, y por un momento creyó que el baghatma no le respondería; se equivocó.
—Nisha y yo... nos distanciamos después de esa segunda noche de luna llena... —dijo Gabriel después de unos segundos de silencio deprimente.
—Kondo me hablo de esa parte. La noche en que al fin perdiste la paciencia y castigaste a esas basuras que tenías como familia de sangre.
—Y también fue la noche en que Nisha descubrió lo que yo era —agrego Gabriel, continuando con el relato—. Como te dije antes, Nisha sentía aprecio por nuestra madre. Lo sé muy bien, porque recuerdo claramente el horror en los ojos de Nisha cuando le dije lo que iba a hacer; ella intentó detenerme, y yo tuve que incapacitarla con un golpe. Fue la primera y única vez que llegue a golpearla, y me hizo sentir tan horrible que yo mismo me rompí la mano... Después apareció la tía de mi madre, la moleste para que me siguiera fuera de la casa, la luna llena salió y pasó lo que pasó...
Gabriel cerró los ojos y tomo una breve pausa, porque ahora mismo estaban llegando esos malos recuerdos a su mente con cada palabra que salía de sus labios; recuerdos de esa noche en que descargó toda su rabia contra esas tres humanas, que lo criaron nada más que para tenerlo como un objeto con el que descargaban viejos rencores personales.
Se sintió aún peor al recordar también las últimas palabras dichas por aquella entidad demoníaca, que explicaban cuánto lo odiaba ahora su hermana de sangre.
—Después de esa noche, Nisha dejo de considerarme su hermano por lo que yo ahora era, y por primera vez me llamo raksasam (demonio) —proseguía Gabriel abriendo los ojos para mirar a la kumiho—. Jamás me perdonó por haber matado a nuestra madre, pero en ese tiempo ya casi todo dejó de importarme. Y antes de que Auguste nos llevará a Francia, le dije a Nisha que ahora mi nombre sería "Gabriel", porque el hermano que ella amaba había muerto, junto al resto de su familia, tal como ella me decía.
—Incluso con lo mal que tu madre te trataba, ¿tu hermana la quería? Y aun con lo mucho que la protegiste, ¿dejó de considerarte su hermano nada más al saber que ya no eres humano? —dijo Go-eun arqueando una ceja, luciendo bastante molesta—. Me sorprende que no odies a tu hermana de sangre aunque sea un poco. A mí me parece igual de despreciable que el resto de tu familia original.
—Nisha no era así al principio, y supongo que su cariño se debía porque nuestra madre si la quería. Además Nisha fue la razón por la que no abandone la aldea para vivir totalmente en la selva, y me dio lo más cercano a un propósito para vivir más allá de solo sobrevivir por instinto. Se podría decir que mi vida empezó gracias a ella...
Mientras Gabriel decía esas palabras, recordaba a su hermana menor cuando ella todavía lo quería; cuando ella todavía sonreía y mostraba ternura a través de esos hermosos ojos. Este bello recuerdo le devolvió el suficiente buen ánimo para sonreír un poco.
Go-eun no podía entender lo que era tener un hermano porque jamás tuvo uno, ni siquiera en su familia adoptiva. Pero sí entendió que para el baghatma esa hermana de sangre fue casi como un "ancla", uno que lo salvó de ser poseído por su diablo interno.
—Si eso es todo lo que querías saber, entonces me retiro. Tengo que buscar a mis amigos —dijo Gabriel observando a lo lejos, intentando concentrarse para percibir la presencia de sus amigos.
Fue en eso que detectó dos energías Chi malignas bastante poderosas en el lado norte del Reino de Corazones. También percibió otro Chi de misma maldad en la dirección que llevaba al lado este del Reino de Corazones. Pero entre las otras presencias esparcidas por el reino hubo otra en particular con un nivel de poder alto, y con un mismo nivel de maldad que las que estaban en el norte y el este. Esta presencia maligna y fuerte se dirigía al lado sur del reino, donde estaba ubicado el portal de regreso al Reino de Albión.
—¿También lo notaste? —pregunto Go-eun con un semblante molesto mientras veía de reojo a su izquierda, donde se encontraba el lado noreste del reino—. Tus amigos están peleando contra Qin Shi Huang y algunos otros individuos. Reconocería el repulsivo Chi de ese emperador loco donde fuera, aunque no puedo decir lo mismo de las otras presencias con las que pelean tus amigos.
—Pero hay algo raro. Percibo decenas de presencias en el sur. Y lo que me preocupa es que se aproximan a ese lugar dos individuos, de los cuales uno es más malvado que cualquier otro humano que haya conocido —dijo Gabriel, comenzando a tener un mal presentimiento—. Si las otras presencias que están allá son simples personas del Domhan-Eile, deberían haber regresado al Reino de Albión hace mucho a través del portal que está allá.
https://youtu.be/ZlMHw1pDoU4
—El maldito Qin Shi Huang pensó en todo cuando decidió invadir este reino; eso incluye la posibilidad de que el Reino de Albión enviase refuerzos —dijo Go-eun con molestia—. El hijo de puta sello el portal.
—¡¿Qué?! —exclamó Gabriel girándose para ver a la kumiho.
—No sé exactamente cómo lo hizo. Pero de alguna forma creó un enorme Círculo Mágico arriba del portal, que interrumpe la conexión con el portal que está en el Reino de Albión. Mientras ese Círculo Mágico esté activo, nadie puede atravesar la puerta en este lado ni del otro. Imagino que el sujeto con alma podrida que se dirige para allá tiene la orden de asegurar que el Círculo Mágico permanezca intacto. Aunque puede que tenga problemas.
—¿Detectaste algo más?
—Junto a las personas en el portal percibo la poderosa alma de una extraña criatura parecida a un gato. También está un humano raro, bastante fuerte, con un alma salvaje semejante al de un león. Y con ellos está un licántropo muy parecido a tu amigo lobo.
"Criatura extraña parecida a un gato, humano fuerte con un alma salvaje como un león, y un licántropo parecido a Miguel... No puede ser lo que creo que es...", pensaba Gabriel con el corazón palpitando rápido ante una idea que le preocupaba, así que se concentró en buscar esas almas para confirmar algo. Le estaba costando un poco, ya que todavía era nuevo en el manejo del Chi, pero consiguió percibir las presencias que detectó Go-eun.
Su corazón casi se detuvo en cuanto reconoció la presencia de Rosabella y Bella Dumont, Valerie Wolf, Cinder, Cinderella y Bruno Bernard cerca de las tres presencias que percibió Go-eun, las cuales Gabriel identificó como Kumal, Adán Dumont e Ismael Wolf.
—Go-eun, ¿puedes encargarte de la nave animalesca que está cerca de aquí? —preguntó Gabriel con un notorio esfuerzo en no hablar deprisa.
—No será un problema. Los bastardos atacaron el barco de Mabel tan pronto como aparecimos aquí. Quizás pensaron que éramos aliados del Reino de Albión y quisieron derribarnos. Aunque de todos modos Mabel ya tenía pensado ayudar al Reino de Corazones, según dijo ella porque jamás permitiría que unos invasores de mierda ataquen su tierra natal.
—Entonces dejó la seguridad de esta zona a cargo de ti y de Caroline.
—Espera, ¿qué? —dijo Go-eun parpadeando unas cuantas veces y pasando de la calma a la furia—. ¡O no, por supuesto que no! ¡Ni aunque me pagues con diez platos de mandu no voy a ayudar a la perra malnacida!
—Te preparare treinta tazones de mandu dulce con pollo. Y la carne será de gallinas salvajes de los páramos del Domhan-Eile.
—... ¡Arrrgh, maldita sea, trato hecho! —exclamó Go-eun con frustración, después de un momento de fuerte y dramática reconsideración mental.
Tras ese pequeño acuerdo, Gabriel tenso los músculos de las piernas y, con un poderoso salto, se desplazó por los techos de las casas, moviéndose tan rápido que cualquiera lo compararía con un rayo. Sus pisadas quedaron impresas en el techo de las estructuras, y cuando llego a la tierra empinada que llevaba a los barrios urbanos superiores del reino, escaló la tierra a cuatro patas como un verdadero tigre.
Arriba se encontraba un muro bajo que servía como protección para evitar caer por la rocosa tierra empinada. Y el baghatma tenía tanto apuro que atravesó ese muro derrumbándolo junto con la pared de la casa ubicada adelante. Él siguió destruyendo otras dos paredes hasta salir a la calle, y a partir de allí escaló una torre pequeña con sus uñas filosas para entonces continuar su camino por los techos de las casas de ese vecindario.
Su preocupación era evidente por la forma en que se dirigía al lugar donde su familia y amigos estaban en peligro; el mismo lugar al que se aproximaba un hombre japonés rikishi, bastante alto y fornido, cuya fuerza superaba a la de Qin Shi Huang en su edad de oro como humano, y era comparado con el malvado Dios Japonés del Rayo Raijin.
Ya había pasado el momento de calma, y ahora se acerca la tormenta que sería desatada por el inminente choque entre el Avatar de Rudra y el Sucesor de Raijin.
Próximo capítulo: Kumal de los Cait-Sidhe.
Dato: el mandu es un tipo de comida coreana parecida a los dumplings de carne y vegetales.
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