Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo LV: Memorias de la Madre Lobo

"Ahora soy yo, Raksha, la demonio, quien te contesta. La cría humana es mía, Lungri, totalmente mía. Nadie la matará. Y tú la verás corriendo con nuestra manada, entregada, como los demás, al riesgo de la caza...".

—El Libro de la Selva de Rudyard Kipling.

https://youtu.be/9VbF2GLUYUY

[Castillo Dumont: Forêt de la Lune]

Mientras tanto en el terreno del hogar de la familia Dumont, como muchas noches, la licantropo blanca Caroline había salido al bosque para otra caminata nocturna; desde que vino a vivir en el Castillo Dumont su acompañante era el baghatma Gabriel, pero esta vez debido a que él estaba en una misión como cazador junto a Miguel y Rafael y el resto de sus nuevos amigos bestia, como acompañante Caroline tuvo que traer a Elsa y a Rosabella. 

Rosabella llevaba como ropa casual un sencillo vestido blanco junto con botas negras. Mientras Elsa llevaba una chaqueta de cuero manga corta encima de una camisa azul con falda corta, junto con botas marrones, pantimedias azules y un cinturón de cuero. Y como extra la joven risos de oro traía en la cabeza un cintillo azul, y en ambas manos portaba los pequeños guanteletes que le regaló Rafael.

Por otro lado Caroline llevaba un vestido gótico, que consistía en una camisa roja sin mangas con un gran escote que resaltaba sus enormes pechos, y mostraba la blusa negra con ajustadas mangas largas semitransparentes que traía debajo del vestido. Su falda era roja con bordes negros y traía una correa de cuero marrón. Debajo de la falda usaba un pantalón negro de licra ajustado y tan flexible, que se adaptaba a sus piernas y voluminosos muslos para no limitar su movilidad. Y como extra llevaba guantes negros y la característica capa roja con capucha. 

Además, mientras Rosabella no tenía cambios físicos notables (más allá de que su cabello era un poco más largo), Elsa se había vuelto un par de centímetros más alta, sus piernas se fortalecieron tanto que ganó una apariencia más esbelta, y sus pechos también aumentaron unos centímetros de tamaño, y sumado con la ropa que llevaba ahora parecía un poco más madura, aunque su rostro y su mirada seguían teniendo el aire de una adolescente de 14 años.

Respecto a Caroline, gracias a su intenso entrenamiento en la sede japonesa de San Bestia, sus atributos físicos aumentaron tanto, que su cuerpo juvenil de bestia se desarrolló con mayor rapidez, de manera que había ganado un par de centímetros más de altura y de tamaño en pechos, y perdió unos centímetros de cintura y grosor de los muslos (pero seguía siendo mucho más esbelta que las humanas promedios).

—¿En serio no atacaran? —pregunto Rosabella con pena y temor, estando detrás de Elsa, quien cargaba con ambas manos una canasta vacía, mientras ambas veían a Caroline a cinco pasos lejos de ellas, alimentando a un grupo de cuatro lobatos con filetes crudos que ella tomó de la canasta.

La razón por la que estaban allí era para traer algo de comida a aquellos cachorros de lobo, cuya manada Caroline y Gabriel encontraron en una de sus caminatas y entrenamientos nocturnos. Y desde entonces, de vez en cuando, esa manada de lobos se acercaba a los límites entre el bosque y el Castillo Dumont para ver a la licántropo blanca. Y en esta ocasión vinieron los cachorros de la manada.

Pero a pesar de que los lobos visitantes eran cachorros, Rosabella seguía incómoda estando cerca de ellos, pues no había olvidado la experiencia traumática que tuvo con esos animales (la noche en que Gabriel la salvó del ataque de una manada de lobos). 

—Tranquila Rosabella. No atacaran, a menos de que los ataques primero —decía Caroline girándose para ver a la joven Dumont, mientras acariciaba con una mano la cabeza de uno de los lobatos, y esbozaba una sonrisa amistosa que inspiraba confianza y seguridad—. Pero si de verdad no puedes soportarlo puedes volver al castillo. No hay problema.

—N-n-no-no. Descuiden, ¡je, je! Solo trato de asegurarme al cien por cien de que son inofensivos —contestó Rosabella con una sonrisa temblorosa y algo de tartamudeo por los nervios que no podía esconder.

—Pero no deberías esforzarte en estar aquí si te incomoda —decía Elsa de forma sutil y comprensiva—. Recuerda que sabemos sobre la mala experiencia que tuviste con los lobos en este bosque. Así que no deberías estar aquí si los lobatos te incomodan tanto. 

—Es justamente por eso que decidí acompañarlas —dijo Rosabella con una notable vergüenza tanto en su tono como en su mirada—. Mi hermano siempre viene a este bosque en sus tiempos libres. Y por culpa de mi miedo no puedo acompañarlo, porque no puedo separarme de él sin sentir el constante terror de ser atacada otra vez, por lo que solo lo estorbo o interrumpo su meditación y entrenamiento.

—Lo comprendo. Yo también decidí ser fuerte para no ser un estorbo ni una molestia —dijo Elsa sonriendo y fijando su mirada en el cielo nocturno, recordando a cierto joven-oso druida, mientras se decía en la mente para sí misma con anhelo: "Y también trato de parecer lo más adulta posible, para despertar su instinto reproductivo".

—También lo entiendo —dijo Caroline sonriendo de felicidad, sintiéndose orgullosa de la joven Dumont y también identificada con ella. Ya que la principal motivación que llevó a la licántropo blanca a ser más fuerte cada día, fue el haber estado siendo sobreprotegida por su hermano menor y su padre.

Y de forma curiosa, el baghatma también influyó en sus ansias de ser más fuerte; el tener a Gabriel como rival y haber sellado con él la promesa de alcanzar juntos la cima del monte Rudraksha, la motivó tanto que decidió acompañarlo a la sede japonesa de San Bestia, con el objetivo de aprender artes marciales y dominar el Chi. 

—¡Además como Caroline está con mi hermano debo acostumbrarme a estar cerca de lobos! —agregó Rosabella recuperando la característica alegría infantil y despreocupada que la caracterizaba, haciendo que Elsa comenzará a reírse y Caroline agachara la cabeza con vergüenza absoluta. 

—Rosabella, no quiero ofenderte ni desilusionarte, pero no creo que tu emparejamiento se cumpla —decía Caroline con una sonrisa penosa, mientras veía a los cachorros de lobos terminar de comerse el último filete, y los que ya terminaron se acercaron a ella agitando las colas con alegría—. Por lo que he escuchado, cada verano viene de visita una familia amiga de tus padres, que tienen una hija casi de la misma edad que Gabriel. Y eso viene sucediendo desde mucho antes de que mi familia y yo viniéramos a Francia. 

—¿Hablas de Cinder? ¡Descuida! ¡Ella es solo una amiga mía y de mi hermano! —dijo Rosabella con total seguridad y diversión—. Y nuestros padres no tienen intenciones de emparejarlos para unir familias, como hacen otras familias de la nobleza. Después de todo mi madre no pertenece a la nobleza ni menos a una familia con fortuna. Y la madre de Cinder, aunque era de familia noble, su madrastra y hermanastras la trataban como a una esclava en su propio hogar. 

—Pero he escuchado por parte de las sirvientas que ella... habla con unos ratones y canarios que trae consigo. Y por la forma en que hablaba de tu hermano, parecía gustarle en sentido romántico —dijo Elsa recordando ese detalle, pues en un castillo con tantos sirvientes como el de la familia Dumont, era común que se esparcieran todo tipo de chismorreos—. Además su padre pertenece a la familia real de Ciudad Esmeralda. Así que técnicamente Cinder es una princesa. Sería una gran oportunidad para que tu familia gane más prestigio y fortuna en el Domhan-Eile.

—Tienes razón Elsa. Pero están olvidando algo importante: la decisión de mi hermano —decía Rosabella ahora teniendo un tono divertido—. Es cierto que Cinder habla con los animales, igual que mi hermano. Pero él no es nada compatible con ella; primero tiene que aguantar la ansias de comerse los ratones y los canarios que acompañan a Cinder, segundo no puede traerse consigo a los gatos que encuentra en el pueblo por casi lo mismo, y tercero ella no le atrae para nada. Cinder es una chica estupenda. Pero es demasiado joven y... "pasiva" para mi hermano.

—¿A qué te refieres? —preguntó Caroline no entendiendo eso y, de cierto modo, sintiendo una pequeña sensación esperanzadora. 

—A las bestias masculinas les atraen bastante las hembras adultas poderosas o de carácter fuerte y dominante. Pero Cinder no es peleadora, no tiene un carácter tan fuerte, detesta la violencia, y además es dos años menor que mi hermano —explicaba Rosabella con emoción infantil!—. En cambio tú Caroline, eres una luchadora con una increíble fuerza y talento para pelear, que además es valiente, amable y a la vez feroz. 

»Y como plus eres una bestia que ya está en la edad adulta y tu pelaje es de color blanco; ¡su color favorito! Incluso tú y mi hermano tienen casi los mismos pasatiempos. Por ejemplo siempre que vamos al pueblo, él se detiene para ver y acariciar cada gato que encuentra, al igual que tú te detienes a acariciar perros y lobos.

—¡Je, je! Sí, ese detalle tierno de él la conozco —decía Caroline con humor divertido y sintiendo ternura al recordar aquellos curiosos momentos.

Era una costumbre que cuando el baghatma iba al pueblo, de vez en cuando se detenía para ver y acariciar a cada gato callejero que se encontraban en el camino, y siempre que él regresaba al pueblo, los gatos iban directo hacia él cuando lo veían, del mismo modo en que lo hacían los lobos o los perros al ver a Caroline. El comunicarse con los animales era una capacidad natural de las bestias, pero ellos dos tenían el hábito de comunicarse más con los animales que con otras personas. 

—¿Ves? Ustedes dos son compatibles. Y lo mejor de todo es que, aunque se complementan el uno al otro, por sí solos son independientes, y se fortalecen para no depender siempre de otros. ¡Y las mejores relaciones son esas en las que ambas partes son independientes! Ya que por separado ambos son fuertes. ¡Pero juntos pueden alcanzar cimas con más facilidad que estando solos! —decía Rosabella, por fin empezando a separarse de Elsa, pero manteniéndose detrás de ella por el todavía persistente temor hacia los lobos—. Después de todo lo primordial y básico de una relación, es que ambas partes se ayuden y fortalezcan juntos, ya que una amistad o una relación de pareja no te hace débil ni menos fuerte, sino todo lo contrario. De eso consiste la relación de una pareja de bestias; de apoyo y motivación mutua.

—No sabía que eras tan sabia en temas sociales —dijo Elsa sorprendida de la sabiduría que demostraba la joven Dumont, a pesar de la corta edad y actitud infantil que tenía casi todo el tiempo—. ¿Quién te enseñó todo eso?

—¡Fue ese apuesto chico-león llamado Jofiel que conocimos en Cerdeña! —respondió Rosabella con un ligero sonrojo y una radiante sonrisa—. No sé si por ser un animal social, como los leones, tenía algo que ver. Pero él sabía mucho sobre las bestias y el cómo se relacionaban. Así que le pedí que me enseñara un poco sobre lo que sabía, para entender más a mi hermano y a Caroline.

—Es increíble todo lo que haces, solo para que se cumpla tu sueño de ver a tu hermano feliz al lado de su "Bella" —dijo Elsa sintiéndose conmovida por todo el empeño que hace la joven Dumont—. Pero, aunque sea cierto que a tu hermano le agrade Caroline, ¿Qué tal si Caroline no siente lo mismo?

—Entonces ¿por qué no se lo preguntamos? —respondió Rosabella con emoción, y luego se gira para ver a Caroline, quien ahora acariciaba a los cachorros de lobo que recién terminaban de comer.

La joven risos de oro fijó la mirada en la licántropo blanca, esperando oír alguna clásica negación por parte de ésta sobre la posible atracción que había entre ella (Caroline) y el baghatma. Pero pronto Elsa comenzó a sentir una gran sorpresa al ver que Caroline no lo negó como siempre lo hace; solo se puso de pie, cruzó los brazos, miró el suelo y mostró una pequeña sonrisa que reflejaba diversión y una floreciente felicidad.

—Cuando nos conocimos, hubo algo en él que me intrigaba —decía Caroline de forma jovial, mientras seguía con la mirada al suelo—; su amor por los bosques, su deseo de superar sus límites cada día, su voluntad inquebrantable y su sentido del humor, hacen que él me agrade mucho. Todo eso sumado a que sea tan fuerte como yo, tenga talento para ser un artista marcial, y que además sea pelirrojo, me hacen sentir... atraída por él. Todas sus cualidades despiertan en mí una atracción, que me hace querer luchar y entrenar con él por siempre.

»Además el rojo y el negro, como son mis colores favoritos, sobre todo el rojo, no puedo evitar siempre admirar su cabello y el pelaje de su forma bestia, del mismo modo en que él nunca deja de verme y apreciar el pelaje de mi forma bestia, por ser el blanco su color favorito. ¡Je, je! Por eso a veces nos quedamos viendo el uno al otro como bobos. También tenemos la costumbre de entablar conversaciones y familiarizarnos mejor con los animales, de modo que entre nosotros nos entendemos mejor. Y cuando entrenamos juntos, no puedo evitar sentirme feliz y... nostálgica...

—¿Nostálgica? —pregunto Elsa, en un principio feliz y emocionada, igual que Rosabella, de lo que revelaba la licántropo blanca. Pero luego se sintió confundida al escucharla decir que sentía nostalgia al estar con el baghatma.

—Es difícil de explicarlo... Pero casi siempre que estoy con él, sobre todo estando nosotros en nuestra verdadera forma, no puedo evitar sentir una agradable nostalgia, como si... como si ya lo hubiese conocido antes, y me emocionara por volver a verlo. Es una sensación que he empezado a sentir cuando vi por primera vez esos brillantes y hermosos ojos verdes de su forma bestia.

Tanto Elsa como Rosabella quedaron confundidas al escuchar esa revelación. Por otro lado Caroline seguía mirando el césped y sonriendo como una joven risueña, recordando la divertida noche en que conoció al baghatma, y los siguientes momentos que pasó con él; charlando, entrenando, cazando e incluso compartiendo momentos divertidos, como aquel día en Japón en que se conocieron todavía más.

Ambos se encontraban en un bosque en plena mañana para ejercitarse un poco al aire libre trotando, haciendo flexiones y practicando algunas técnicas de sus respectivas artes marciales (kalaripayattu y karate). Y durante un pequeño descanso, estando ambos sentados en el césped frente al otro, charlaban sobre la bestial batalla que tuvo el baghatma y sus demás compañeros de clan contra Ezequiel y los otros dos maestros. Es entonces que Caroline aprovechó la ocasión para preguntarle sobre esa danza que hizo él, antes de usar su arte marcial primario por primera vez en un combate.

https://youtu.be/IWqNq-wwF9Y

Gabriel le explicó que en realidad no conocía esa danza hasta ese momento; solo dejo que su cuerpo siguiera el ritmo de un coro que él escuchaba en su mente. Y para demostrárselo repitió la canción allí mismo; el baghatma empezó a cantar el mantra om namah shivaya, y de modo curioso las aves y demás animales comenzaron a acercarse a esa parte del bosque, como si los atrajera el mantra. Mientras tanto la licántropo blanca quedó maravillada.

A pesar de que la voz del joven-tigre era juvenil, a la hora de cantar el mantra ganaba un tono poderoso y al mismo tiempo solemne, que casi se asemejaba al trueno.

—Esa canción es hermosa —dijo Caroline ampliando los ojos—. Podrías ser un buen cantante en un coro. ¡Je, je! ¡Y también un gran bailarín!

—La verdad prefiero bailar antes que cantar —respondió Gabriel tras dejar de cantar, para luego mostrar una expresión molesta e incómoda, mientras cerraba los ojos y bajaba la mirada con vergüenza—. No se me da bien hacer rimas, escribir canciones ni tampoco sincronizar mi voz en un coro. Además bailar me gusta más, casi tanto como pelear y entrenar.

—Que lastima. Serías un buen complemento para un grupo de ese género musical que inventaron las bestias asiáticas; creo que en el Domhan-Eile lo llaman "metal and rock"  —decía Caroline con desilusión, y luego levanta la mirada al cielo—. Al menos yo si fuera tú soñaría con estar en un grupo musical "metal and rock", inspirando y haciendo feliz a la gente con fantásticas canciones.

—¿Y por qué no lo intentas? —preguntó Gabriel volviendo a mirarla, arqueando una ceja y rascándose la nuca, confundido y denotando curiosidad de un modo casi infantil.

—No creo que se me dé bien... —respondió Caroline dirigiendole la mirada con bastante pena. 

—¿Eh? ¡Pff! ¡Ja, ja! Por favor no seas pesimista. No puedes sonar tan mala —dijo Gabriel de modo jovial e incrédulo—. Tienes una voz suave, dulce y a la vez poderosa; ideal para cantar canciones épicas y emotivas. Si no lo crees, ¿Qué tal si nos cantas alguna canción?

—¿Para quedar en ridículo? Mejor no. Lo más seguro es que te rías y los animales de aquí comiencen a huir o taparse las orejas, como en cualquier novela de comedia —dijo Caroline cerrando los ojos, frunciendo el ceño y cruzándose de brazos, empezando a denotar molestia y tanta vergüenza que sus mejillas se tornaban rosas.

—Tranquila estoy hablando en serio —decía Gabriel dejando de sonreír y mostrándose bastante temeroso de la actitud molesta de la licántropo blanca, pero tras dar un suspiro cansado cambia su semblante por uno serio e incómodo—. Caroline, sabes que odio el dramatismo y la cursilería. Por eso no puedo decir un largo y estúpido discurso de novela dramática, sobre lo maravillosa que es tu voz. Solo puedo decirte que es la más hermosa que escuchado en mi vida. Y que cantes aquí y ahora será una buena forma de que lo veas por ti misma. Además sería lo justo, pues me trague mi orgullo y cante frente a ti y todos estos animales. 

Caroline se mantuvo mirándolo sin pronunciar palabra, y teniendo una mirada molesta que ponía nervioso a Gabriel. Pero entonces ella cambió a una expresión cansada, y luego esbozo una sonrisa alegré que tranquilizó al baghatma.

—Tienes razón. Esta bien, cantaré... ¡Pero te advierto que si te ríes...! —decía Caroline, al final mostrando los dientes en una mueca molesta con la ferocidad digna de un verdadero lobo. 

—¡No lo haré! —prometió Gabriel ampliando los ojos con temor, y arrastrándose un paso hacia atrás por el césped con las manos.

Caroline tragó saliva, cerró los ojos y se concentró para prepararse mentalmente, ya que era la primera vez que cantaba frente a alguien; tal era su vergüenza, que ni siquiera había cantado alguna vez frente a su familia. Pero ahora estaba en un sitio donde solo había animales como público, y la única persona presente era Gabriel, quien se tragó su propia vergüenza para cantar por primera vez frente a alguien que no era Rosabella. Solo por esto último y por puro orgullo, la licántropo blanca se armó de valor para hacer lo mismo. 

Como canción eligió un poema alemán que su padre le cantó a su madre, y a veces antes de dormir ambos les cantaban a Caroline y Miguel cuando estos eran más pequeños: Der Mond ist aufgegange (la Luna ha Salido).

https://youtu.be/olT6z-aErv4

—Der mond ist aufgegangen die goldnen sternlein prangen am himmel hell und klar: der wald steht schwarz und schweiget, und aus den wiesen steiget der weiße nebel wunderbar. Wie ist die welt so stille, und in der dämmrung hülle so traulich und so hold! ls eine stille kammer...♪

Cantaba Caroline en su lengua materna —alemán— con una voz tan tranquila, suave y a la vez vibrante de vida, que sería hipnotizante para los oídos de muchas criaturas, en especial humanos y bestias. Y al estar mezclado con el sonido del bosque y los innumerables animales que lo habitaban, parecía el arrullo de la misma madre tierra. 

La licántropo blanca abrió los ojos, sin detener su canto, y sintió una indescriptible felicidad al ver que el baghatma y el resto de los animales presentes la veían con atención, mientras sus ojos brillaban de asombro y encanto. Esto le dio más confianza en sí misma, por lo que comenzó a cantar con más fuerza y energía. Y para complementar el momento —y hacerlo menos cursi—, Gabriel se levantó del suelo, sonriendo como un gato travieso, y para la consternación de Caroline comenzó a danzar al ritmo de la canción y el sonido del bosque. 

La danza que hacía el baghatma era bastante similar a la que hizo en la última prueba de San Bestia, pero esta vez improviso haciendo poses bizarras y movimientos característicos del kalaripayattu enfocados en mejorar la flexibilidad (inspirados en los movimientos de diversos animales), lo cual aparte de hacer el baile pegajoso y entretenido, le pareció tan divertido a Caroline que casi la hace soltar algunas carcajadas; hasta el mismo Gabriel comenzó a reírse de lo surrealista que parecía la escena entre ellos dos. 

En ese día se dio inicio a las divertidas prácticas conjuntas del joven-tigre como bailarín y la mujer-lobo como cantante, y también fue cuando por fin Caroline comenzó a soltar más su lado divertido y juvenil, gracias a las pequeñas motivaciones que le daba Gabriel. Pero sobre todo fue el día en que la licantropo alemana comenzó a darse cuenta de que, por primera vez, había despertado su instinto reproductivo, el cual la hacía sentir atracción hacia el macho que ella consideraba digno de ser su "rival de por vida". 

Y en realidad no era algo de sorprenderse; entre ellos dos había un vínculo tan poderoso, que desde la noche en que Caroline lo conoció, atesoraba con cariño cada momento que pasaba a su lado; para ella estar con el baghatma compensaba los dieciocho años de aislamiento que paso en el Bosque Oscuro, por lo que a veces le llegaban a la mente un recuerdo de esos amados momentos. 

Pero esta vez, ahora que ella por fin se sincero de lo que en verdad sentía por él, sucedió algo extraño.

https://youtu.be/HEf_xrgmuRI

—¡Caroline! —exclamó Elsa sintiendo un terrible golpe de preocupación al ver que, de forma repentina, la licantropo alemán se sujetó la cabeza con ambas manos, haciendo una mueca de dolor, y comenzó a dar cinco pasos hacia atrás.

La joven risos de oro corrió hacia su amiga licántropo para ayudarla en lo que sea que le estuviera sucediendo; Rosabella, al principio el temor hacia los lobos presentes la detuvo, pero cerró los ojos y, mientras se concentraba por completo en ayudar a la licántropo blanca, logró moverse y seguir a Elsa. 

Ambas humanas se mantuvieron cerca de su amiga licántropo, quien parecía tener un insoportable dolor de cabeza, dado a los horribles gruñidos animalescos que hacía mientras se seguía sujetando la cabeza con ambas manos; tal repentino suceso las asustó y preocupo tanto que no supieron que hacer, más que mantenerse cerca de ella por si se caía o necesitaba algo. Incluso los pequeños lobos se alteraron tanto que retrocedieron y empezaron a ladrar, como si intentaran avisar que algo "anormal" le estaba pasando a la licántropo blanca. 

—¡Caroline ¿qué te sucede?! —pregunto Rosabella, con un tono que reflejaba su angustiosa preocupación, intentando entender qué le sucedía a la licántropo blanca, pues sabía muy bien que una bestia no podría tener dolores de cabeza a tal grado. 

—¡No lo sé! ¡De repente mi...! ¡Mi cabeza me duele mucho..! —decía Caroline entre gruñidos semejantes a un canino adolorido, tratando de explicar lo que le pasaba, aunque no encontraba las palabras exactas para describirlo. Lo que ella sentía era como si dentro de su cabeza algo luchará por salir. 

Entonces Elsa y Rosabella dieron un paso atrás cuando Caroline abrió los ojos, revelando que ahora los tenía de un color azul zafiro semejantes a los de su forma bestia. Y además las mechas blancas de su cabello empezaron a extenderse, de manera que todo su cabello comenzó a ser de dicho color. Parecía que estaba entrando a su forma bestia, pero eso no podía ser debido a que no se manifestaba la característica aura que se emerge cada vez que una bestia muestra su verdadera forma. 

Sin ningun modo en que Elsa y Rosabella lo supieran, frente a los ojos de Caroline todo se estaba tornando opaco y de distintos tonos azules, para luego pasar a un remolino de imágenes; eran recuerdos de la misma Caroline, que iban desde su momento actual hacia atrás. Parecía la descripción gráfica de la frase "ver la vida pasar frente a los ojos". 

No obstante en este caso hubo algo extraño; cuando ese remolino de recuerdos llegó a la infancia de Caroline, continuó mostrando sus memorias olvidadas como una bebé, y cuando llego al momento de su nacimiento, no se detuvo; todo lo contrario siguió mostrando nuevas imágenes las cuales estaban nubladas en su mayor parte. Pero luego el remolino se detuvo en uno en particular ubicado en lo más hondo, que tenía la suficiente visibilidad como para poder distinguirse una parte de lo que se trataba.

Parecía la zona de una selva en alguna parte de la India, la cual solo era apreciable gracias a la luz que brindaba la luna llena. Y en medio de la maleza rondaba un animal intentando ocultarse, pero le era casi imposible debido a que su tamaño y color de pelaje jugaban en su contra; era una loba adulta de tamaño un poco mayor que el promedio de los lobos actuales, su pelaje era en su totalidad de un color blanco puro, y sus ojos tan azules como el zafiro. 

Sin embargo lo más destacado de esa loba era que tenía la barriga muy grande, y no era por sobrepeso; estaba en un avanzado estado de embarazo. Es por esto que la loba no podía correr tan rápido ni saltar tan alto ni seguido. Por ello tras un largo recorrido se acostó para descansar; intentó ocultarse en grupos de hierba alta, pero el color de su pelaje más su tamaño la hacían demasiado visible.

De repente las orejas de la loba se movieron al captar el sonido de la hierba siendo pisada, y al girar la cabeza en dirección de donde provino el sonido, se dio cuenta de que había sido encontrada por un animal enorme. Así que dejo de intentar ocultarse y se levantó, enseñando los dientes y gruñendo con ferocidad, mirando de frente al depredador que yacía parado a tres metros lejos, en una zona en la que la tierra estaba elevada y las sombras de los árboles oscurecía. 

Pero gracias a la luz de la luna presente en el lugar, con esfuerzo se podía visualizar que el animal era un enorme tigre adulto, cuyo pelaje era de un rojizo naranja como el amanecer, con rayas tan negras como el cielo nocturno, y unos ojos verdes que brillaban cual estrellas en la oscuridad y transmitían una tristeza tan profunda como el abismo. 

Y tan pronto como el tigre y la loba cruzaron miradas todo volvió a nublarse, para luego volver a formarse un remolino de recuerdos, el cual se disipó frente a los ojos de Caroline, regresando su mente al presente; Elsa y Rosabella la sostenían cada una desde un lado por si acaso ella perdía el conocimiento. Pero se mantuvo estable, e incluso el dolor de cabeza desapareció por completo, casi como si su mente se hubiera aliviado al dejar libre algo. Como prueba de que todo estaba bien los lobatos dejaron de ladrar y empezaron a agitar las colas con alegría, mientras seguían mirando atentos a la licántropo blanca. 

—¿Ya te encuentras bien Caroline? —pregunto Rosabella sintiéndose más tranquila al ver que su amiga lobo dejó de gruñir de dolor y se mantuvo quieta, además de que los ojos de ella volvieron a ser grises y su cabello regreso a ser de color marrón.

Aunque las mechas blancas de su cabello parecían haberse extendido un poco más. Pero ese fue un detalle que a las dos humanas les pareció lo menos importante ahora mismo. 

—Sí... Fue solo... solo un... "dolor de cabeza"... —decía Caroline bajando las manos y, aunque no se notaba dolor en su tono, si se apreciaba la confusión y molestia que ella sentía por la rareza de lo sucedido.

—¿De verdad? —pregunto Elsa para nada convencida por el tono con el que la licantropo blanca respondió. De modo que, al igual que Rosabella, la soltó y se mantuvo cerca de ella en caso de que le volviera a pasar algo similar.

—Claro... No se preocupen —decía Caroline tratando de sonreír y tranquilizar a las dos humanas, porque en realidad no sabía como explicar lo que le sucedió, y lo que presenció. 

Había escuchado que el baghatma tuvo repentinos recuerdos de sus "vidas pasadas". Pero aun así Caroline no podía creer que a ella le sucedió lo mismo que a él; le era imposible creer que aquello que vio era un recuerdo de alguna vida pasada suya. Y de ser así, no alcanzaba a entender quién pudo haber sido ella en otra vida. Sin embargo no era tan despistada, porque reconoció los inconfundibles ojos verdes de aquel tigre en ese recuerdo. 

Y casi como si fuese una confirmación, de pronto comenzó a percibirlo a él.

https://youtu.be/ubPsBLKxBiY

—¿Qué pasa Caroline? —pregunto Elsa comenzando a preocuparse otra vez al ver que, de forma repentina, la licantropo lobo amplio los ojos y se volteó para mirar en dirección al norte.

—Es Gabriel... Puedo sentir la energía Chi de él aumentando. ¡¡Él logró controlar su energía Chi!! —dijo Caroline sonriendo y alzando el puño derecho al aire de forma triunfal.

Caroline podía sentir la energía Chi de Gabriel, lo cual la hizo entender de inmediato que el baghatma por fin consiguió controlar dicha energía; tal acontecimiento la llenó a ella de tanta felicidad y orgullo, que olvidó por completo lo que sucedió hace un momento. Y es que, sin darse cuenta, el sentir aquella inconfundible energía Chi caótica y a la vez pura la hizo sentir una indescriptible alegría, y nostalgia. 

[Base de Carmilla: Almacén Principal]

Después de la breve pausa que hubo cuando Gabriel y Jofiel desviaron las esferas de luz, los jóvenes-bestia reanudaron la marcha, al mismo tiempo en que los hombres de metal despertaron de su estado de incredulidad y continuaron la balacera, esta vez con los objetivos fijados en el narasinja y el baghatma, ya que eran las amenazas más graves por su capacidad de redirigir las esferas luminosas de los trabucos especiales.

Aunque Jofiel era lo bastante rápido como para esquivar la mayoría de las balas, no tenía la precisión ni las técnicas para redireccionarlas o hacer algo semejante, además de que su tamaño le dificultaba mucho más el evadir las balas. Es por eso que Remiel tuvo que ir delante de él para desviar las balas usando la katana, mediante rápidos y precisos movimientos que aprendió gracias a su tiempo en la sede japonesa de San Bestia.

Por otro lado Gabriel no necesito ayuda en esta ocasión, ya que empezó a poner en práctica otra técnica que le enseñó el luchador nómada, pero que no podía ejecutar bien a causa de que no dominaba el Chi en su momento: [Godfist Style: Eye of the Nebular Hurricane]. La técnica consistió en detenerse un momento, quedando quieto por completo, luego volver a cubrir sus brazos con energía Chi, para después comenzar a mover solo los brazos, ejecutando movimientos giratorios suaves y tan rápidos que dejaban proyecciones detrás de sí, de manera que simulaba un torbellino de viento, y tal cual como lo simulaba, lo creaba.

Aquellos movimientos circulares estaban generando un torbellino de viento, que se tragaba las balas que llegaban al frente del baghatma; durante el proceso algunas balas terminaron desviándose a otras direcciones e impactando con los árboles cercanos, mientras que otras se quedaron siguiendo los brazos de Gabriel igual que objetos dentro de un tornado.

Luego sin perder velocidad, el baghatma llevó la mano derecha detrás del "tornado de balas", y entonces extendió el brazo derecho hacia el frente en un poderoso golpe de palma, que disperso el tornado en un feroz vendaval que sacudió toda la zona sur de la base, junto con las balas que había atrapado, las cuales fueron disparadas con el doble de fuerza, de modo que atravesaron las ramas del frente, la mayoría impacto contra las balas que seguían llegando, y algunas llegaron hasta los hombres de metal.

Sócrates y sus subordinados tuvieron que dar un paso atrás para evitar las balas, mientras que el que mantenía el agujero negro recibió una en el pecho y costado izquierdo, que le hizo tambalearse un poco y distorsionar el portal entre sus manos, pero lo resistió y se mantuvo firme haciendo que el portal volviera a mantenerse estable. Y entonces envió aquel agujero negro a la denominada Puerta Astral, activandola en el acto.

Los tubos en la Puerta Astral empezaron a soltar descargas eléctricas de color violeta, mientras eran alimentadas por la electricidad de mismo color que generaba el agujero negro, el cual comenzó a extenderse, de manera que empezaba a cubrir todo el espacio de la Puerta, a la vez que la misma emanaba más descargas eléctricas violetas, junto con una luz fantasmal púrpura que sólo podía ser Energía del Vacío.

Por otra parte los hombres de metal, al dejar de disparar para esquivar el regreso de sus propias balas, se dieron cuenta de que entre los árboles oscuros venía el muñeco de metal que creo Erzuli.

—¡Sasaki Kojiro prepara tus espadas! —ordenó Sócrates a uno de los fusileros, empezando a perder la calma, y luego se gira para ver a los portadores de los trabucos—. ¡Cañoneros prepárense para activar los modos Alfa, Beta y Omega!




Próximo capítulo: Dioses de la Ciencia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro