Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo LI: Pinocho de Victor Frankenstein

"¡Maldito creador! ¿Por qué creaste a un monstruo tan horripilante, del cual incluso tú te apartaste asqueado?"

—Frankenstein o el Moderno Prometeo de Mary W. Shelley.

https://youtu.be/jk3K5e4TvDk

[Base de Carmilla: Almacén Principal]

Luego de una batalla contra los esbirros de la base vampírica, el clan de bestias y las doncellas habían resultado ganadores gracias al cazador de monstruos Abraham Van Helsing. Ambos grupos se encontraban ahora descansando y haciendo un repaso de los acontecimientos, mientras Rafael se ocupaba de usar su magia sanadora para curar a Gabriel, quien seguía inconsciente en el suelo a causa de las mortales heridas que sufrió en su pelea contra Joel.

Sin embargo al estar dentro de una base enemiga no podían permitirse estar tranquilos; por eso Azrael y Erzuli se dedicaban a estar cerca del arthdruwid, para asegurarse de que éste último y el baghatma inconsciente no fueran atacados. Los demás también permanecían alertas, sobre todo Miguel y Raven, quienes por un momento se alarmaron al escuchar un aleteo y a alguien acercarse. Pero se relajaron al ver que eran Uriel volando y Raziel trepando por los puentes para dirigirse hacia ellos.

—¡Chicos ¿están bien?! —pregunto Raziel aterrizando en el suelo bastante preocupado por el bienestar de sus compañeros.

—Seguimos vivos y enteros. Eso ya es algo —respondió Azrael con su actitud seria, pero teniendo un tono reconfortante. 

—¡Y gracias a ti manchado santo nuestro amigo rayado no desató el Naraka en este lugar! —dijo Remiel con alegría y levantando la mano derecha en señal de saludo, estando sentado en el suelo junto a sus compañeros, pero se da cuenta de algo extraño—. Por cierto, ¿dónde está el emplumado serio?

—En su propia investigación detectivesca —contestó Uriel con simpleza mientras señalaba con el pulgar izquierdo el sitio donde se encontraba el laboratorio Frankenstein—. Decidió quedarse a investigar un extraño laboratorio que tiene toda la pinta de ser el "cerebro" de la base vampírica, y literal porque hay hologramas de cerebros. 

—¡¿Qué?! —exclamaron Miguel, Azrael y Remiel al mismo tiempo, pues se dieron cuenta de inmediato de que ese laboratorio era el mismo donde estaba la Señora Vampiro, y a donde muy posiblemente se dirigió el licántropo nórdico tras quedar toda la base ardiendo en llamas sagradas. 

Uriel y Raziel explicaron que luego de haberse extinguido las llamas sagradas, Camael quiso ir al laboratorio del último piso para destruir la máquina que usaban los vampiros para controlar a las criaturas. Resulta que en medio de la batalla el garuda, al igual que el resto del clan, escucho lo que le dijo Raven a Miguel sobre el laboratorio principal. Y ahora que la base de los vampiros estaba en su punto más vulnerable, quiso aprovechar el momento para destruir las máquinas y así evitar posibles amenazas con los monstruos sobrevivientes. 

Como es obvio Camael, siendo alguien muy precavido y que piensa antes de actuar, se aseguró de que en el laboratorio ya no hubiera enemigos; durante el primer enfrentamiento con el licántropo nórdico habían derrumbado tantas paredes, que desde el almacén podía verse los pasillos interiores y hasta la mayor parte del laboratorio, por lo que Uriel y Camael pudieron ver que ya no había nadie.

Gracias al conocimiento de Miguel sobre los vampiros, sabían que un Señor Vampiro podría resistir la luz del sol y las llamas sagradas lo bastante como para continuar peleando, o hasta crear algún tipo de protección. Pero en este caso no había ni un alma aparente allí. Además desde una distancia segura Raziel comprobó la zona mediante un haz de luz mágico —el mismo que usó contra los cazadores humanos en Estados Unidos—, y también uso el mismo hechizo que utilizó Ezequiel para expulsar a Azrael de las sombras. 

Viendo que no había peligro aparente, entraron al laboratorio y descubrieron que en efecto ya no había nadie; dedujeron que la Señora Vampiro pudo haber huido junto con el licántropo nórdico, tras ver que sus ejércitos estaban siendo carbonizados por la luz y las llamas sagradas. Así que Camael envió a Uriel y Raziel a avisarle a Miguel sobre la noticia de que ya podían destruir el "cerebro" de la base vampírica, mientras el garuda se quedaba para asegurarse de que los monstruos ya no sean una amenaza.

—¿En serio decidió quedarse solo en ese lugar? —preguntó Rafael sorprendido y temiendo por la seguridad del garuda,

—Comprendo la idea de Camael. Pero Rafael está en lo correcto; aunque ya no haya vampiros aquí, ese laboratorio sigue siendo demasiado peligroso —dijo Miguel con seriedad y denotando verdadera preocupación en su tono.

—No te preocupes Miguel, el garuda tendrá una valiosa ayuda extra —dijo Raven con amabilidad, para después voltear a mirar a su compañera francesa—. Ángela, ve al laboratorio y ayuda a nuestro aliado.

¡¿Quoi?! ¡Pero Raven...! —decía Ángela como una niña caprichosa queriendo evitar ser castigada.

—Es una orden Ángela —decretó Raven ahora denotando una frialdad que sorprendió a Miguel y asustó a Rafael. 

—¡¡Oh maldita sea!! —exclamó Ángela alzando los puños en un arrebato de furia. Luego invoca sus alas de dagas oscuras y de forma agresiva se eleva volando en el aire, en dirección al laboratorio.

https://youtu.be/giD2xLjUk_I

—No es por ofender, pero ella parecía en serio muy furiosa por tener que ir al laboratorio —comentó Rafael estupefacto de lo exagerado que era la molestia de la francesa. 

—No es por el laboratorio, es por el palomo malhumorado —dijo Jofiel con una pequeña sonrisa divertida mientras se rascaba la nuca—. Cuando Camael y yo nos encontramos con ella y la señorita... eh...

—Clarisse —dijo Clarisse levantando la mano en señal de saludo y sonriendo con radiante entusiasmo.

—Y la señorita Clarisse, no fue un encuentro para nada amistoso —proseguía Jofiel, aunque ahora denotando pena en su sonrisa al recordar el encuentro con las jóvenes francesa y británica—. El águila siamés-mexica y la señorita francesa...

—"Francesa-española" en realidad —agregó Clarisse levantando el dedo índice derecho e interrumpiendo al narasinja—. Su padre era francés y su madre era española. Aunque pasó su niñez en Francia, se mudó a España a los 14 años junto a sus padres biológicos y su dulce abuelita Odette

—Eso explica cómo pudo entender el insulto de Camael —decía Jofiel sorprendido de ese detalle—. Como sea, el punto es que ambos parecieron peor que una pareja a punto de divorciarse; literalmente ella peleo con él a muerte. 

—Me lo imaginaba —dijo Miguel poniéndose una mano en la cabeza—. Durante la batalla contra los vampiros y los monstruos note cierta hostilidad entre ellos dos, sobre todo cuando luchaban juntos. Oh mein Gott.

—Bueno, eso si que es algo inesperado —dijo Raven cruzándose de brazos con molestia, todavía no pudiendo evitar sorprenderse de la cantidad de eventos inesperados que sucedieron en poco tiempo—. Ángela es una hechicera experta en la detección de sellos-trampa y trampas normales, además de tener conocimiento en desbloquear sellos mágicos de seguridad. Con ella no habrá peligro en el laboratorio. Pero que se lleve mal con el garuda, eso si que será un problema. 

—No me sorprende —dijo Remiel sonriendo con pena—. En el pasado hubo un terrible conflicto entre los humanos franceses y los humanos del Reino de Siam, por culpa de un maldito humano griego oportunista y un perverso hermano adoptivo del rey siamés. 

—Y no hace falta mencionar el terrible pasado entre México y España —agregó Raziel mientras levantaba la mirada, recordando ese detalle histórico. 

—Esos dos prácticamente nacieron para odiarse —comento Erzuli cruzada de brazos y estupefacta de la estrafalaria herencia familiar de Camael y Ángela.

—Como si las peleas perro vs gato de Miguel y Gabriel no bastaran —agregó Azrael dando un suspiro molesto al final, y luego busca con la mirada a su compañero draconiano—. Uriel...

—Ya sé, ya sé Azrael —le interrumpió Uriel cerrando los ojos y bajando la mirada con molestia, mientras se alejaba de ambos grupos caminando—. Ya voy a ocuparme de que ese par de mestizos con historial familiar caótico no se maten entre sí.

Dicho eso, el draconiano rojo abre los ojos, levanta la mirada, extiende las alas y vuela a alta velocidad en dirección al laboratorio principal de la base vampírica, dejando a ambos grupos más tranquilos gracias a la confianza de que él evitara una nueva pelea entre Camael y Ángela, y así los tres puedan ocuparse de destruir el laboratorio, junto con las creaciones de los vampiros. 

[Laboratorio Frankenstein]

https://youtu.be/7MDe-v22wqw

Mientras tanto en el cerebro de la misma base vampírica, el garuda en realidad no estaba destrozando todo como se supondría; primero comenzó una minuciosa inspección del lugar, antes de destruir las máquinas o artefactos que en malas manos serían un grave peligro. Primero inspeccionó la extraña máquina y los pedestales cercanos; por suerte o desgracia las pantallas estaban quemadas y derretidas por el fuego sagrado, lo más probable debido a que funcionaban con pura magia oscura. 

Pero al inspeccionar más de cerca uno de los pedestales, descubrió un compartimiento secreto en el frente; una especie de cajón cuadrado que sale del pedestal, hundiendo tres centímetros un delgado y casi imperceptible botón ubicado en el centro. En el cajón había cuadernos costosamente decorados, que parecían ser registros o documentos de algún tipo; Camael no lo sabía con certeza, ya que los textos que llenaban las páginas estaban en idioma rumano. 

Sin embargo se podía identificar una frase específica que se repetía en la mayoría de las páginas, e incluso estaba escrita en la primera página de uno de los cuadernos a modo de título: Golemul Modern (el Golem Moderno).

Aquella curiosa frase y los monstruos que controlaban los vampiros despertaron una especie de deja vu en la mente del garuda, ya que él había leído sobre algo semejante en la sede mexicana de San Bestia. En una vieja leyenda israelita se hace mención a una especie de criatura creada a partir de barro, y reanimada con magia por medio de uno de los títulos o fragmentos del verdadero nombre del Primordial Israelita de la Creación, o usando un pedazo de papel con la palabra Emet (אמת "verdad" en hebreo) escrita en la misma. 

Sin embargo con el avance de la ciencia humana, sumado con el conocimiento científico que se ha podido recuperar de las ancestrales civilizaciones, se ha logrado llevar a cabo experimentos que han dado lugar a un nuevo tipo de golem; una criatura hecha a partir de partes de otros seres vivos o usando un solo cadáver, y reanimado de nuevo por medios ajenos a las Artes Mágicas. 

No obstante este tipo de golem solo ha podido ser exitoso usando partes de animales, y muy rara vez ha llegado a ser un "éxito" usando cadáveres humanos, ya que estos casos han resultado en terribles abominaciones carentes de juicio propio, o en el menor de los casos han dado origen a un monstruo enloquecido por su nueva vida y aspecto. 

Pero que los vampiros estuvieran utilizando este tipo de golem, y hayan tenido tanto éxito que pudieron replicarlo en escalas inimaginables, era algo muy preocupante; Camael sabe que solo hubo un caso que puede considerarse un verdadero éxito. Pero el científico responsable de tal exitoso experimento se guardó sus conocimientos hasta su trágica muerte, y su creación desapareció de la faz de la tierra. 

Teniendo ahora un muy mal presentimiento, Camael revisó los cajones ocultos en los otros pedestales, en un intento por entender cómo los vampiros pudieron lograr crear sus propios "golem de carne". Pero comenzó a sentir un poco de frustración al ver que todos los registros estaban escritos en rumano y griego, aunque de todos modos ya sabía que ninguno podría estar al menos en inglés. 

Por suerte Azrael había aprendido rumano gracias a su padre, y durante el año de entrenamiento que paso en la sede norteamericana de San Bestia logró mejorar su conocimiento en dicho idioma. Así que Camael saco todos los registros de los cajones en los pedestales (diez cuadernos en total) y los ordenó en una fila en el suelo, cerca de los pedestales, para más tarde con algo de ayuda llevarlos a Azrael para su traducción. 

Luego de sacar todos los registros, Camael centro su atención en lo más llamativo del laboratorio; la extraña puerta redonda ubicada en el fondo del laboratorio, y que parecía ser la bóveda de un banco o la entrada a un cuarto secreto. Por lo que se acercó a esa puerta para intentar abrirla, y mientras avanzaba escucho en la entrada del laboratorio el inconfundible sonido que hacen los tacones al pisar el suelo.

Pero no necesito darse la vuelta para ver quién era; primero porque sus instintos primitivos no le advirtieron nada de peligro ni hostilidad, y segundo porque ya tuvo una idea de quién puede ser.

https://youtu.be/CYFUiYoYPbg

—Se ve que estuviste ocupado —comentó Ángela entrando al laboratorio, cruzada de brazos y notando la fila de registros vampíricos en el suelo, mientras sus alas de dagas negras se desmaterializaba cual humo—. Escucha pajarraco, mi jefa me ordenó venir aquí a ayudarte con desmantelar este laboratorio del terror, y solo por respeto a ella estoy aquí. Te lo digo para que no te hagas ideas de que vine por caridad. 

A pesar de que el garuda la escucho llamarlo igual no le prestó atención; primero porque estaba más interesado en saber que contenía aquella bóveda, y segundo porque le caía mal la doncella francesa. Tratar de ignorar a las personas problemáticas era algo que aprendió de Gabriel, quien sin importar cuantos prejuicios y discriminaciones sufría en la Sociedad Humana por su ascendencia, punto de vista y/o color de cabello, permanecía indiferente a todo eso, y solo llegaba a enfadarse cuando lo tachaban de demonio o insultaban a quienes él consideraba familia (como los Dumont y sus primeros dos maestros).

Pero en el caso de Camael, las injusticias y las acusaciones exageradas eran lo que más le molestaban. Y por el lado de Ángela, el ser ignorado como si no existiera era un pecado grave.

—¡¿Me estás ignorando pajarraco insolente?! —exclamó Ángela con tanta rabia que bajó los brazos, apretó los puños y en su frente se agrando una vena—. ¡¿Acaso tus padres no te enseñaron que es de mala educación y algo deshonorable el ignorar a una dama?!

—A mis verdaderos padres solo los conozco por historias y memoriales de sus respectivas tribus. Y mi maldita familia adoptiva, lo único que me enseñaba era a ser un pájaro enjaulado sumiso y dependiente —respondió Camael de forma indiferente, como si no fuera la gran cosa, mientras seguía inspeccionando los bordes de la puerta de la bóveda en busca de algún punto donde pudiera abrirse.

Con esa respuesta Ángela no volvió a pronunciar palabra; su rostro había pasado de reflejar enfado a sorpresa y confusión. Y es que ella sintió una gran confusión por el modo tan indiferente con el que el garuda reveló tal detalle personal, y también sintió sorpresa de saber eso, porque le hizo sentir un terrible deja vu; le trajo terribles recuerdos de una amarga infancia que quería olvidar.

—Además no estoy ignorando a una dama; sino a una hembra fastidiosa —agregó Camael con el mismo tono indiferente y todavía intentando descubrir cómo se abría la bóveda.

"Maldito pajarraco... Y justo cuando estaba por hacerme sentirme un poco mal...", pensó Ángela cerrando los ojos y apretando los dientes con rabia, ahora no sabiendo si sentir algo de empatía o furia.

—¡Buenaaaas! —saludo Uriel mientras entraba al laboratorio de forma casual, levantando la mano derecha en señal de saludo y sonreía con diversión, igual que una persona cuando entra a una habitación donde una pareja se encontraba discutiendo—. ¿Interrumpo alguna pelea?

—En realidad no; llegaste justo en el momento indicado —respondió Camael teniendo ahora un tono que denotaba buen humor, mientras se daba la vuelta para ver al draconiano rojo, y luego señala la bóveda con el pulgar izquierdo—. Uriel, necesito que uses tu fuego en la puerta de esta cámara.

—Al menos podrías decir "por favor" —contestó Uriel a modo de queja mientras se ponía la mano derecha en la nuca.

—Lo haré, cuando termine el quinto sol de la Era Mexica —comentó Camael a modo de sarcasmo molesto.

—¿Y eso cuando demonios ocurrirá? —pregunto Uriel con igual sarcasmo.

—¡Cuando al hijo de Tláloc y Chalchiuhtlicue le salga de los cojones ser el nuevo sol del Panteón Mexica! ¡Ya deja de quejarte y ayúdame a abrir esta maldita caja fuerte gigante! —respondió Camael empezando a perder la paciencia.

—¡¿Acaso ustedes siempre solucionan todo con destrucción?! —exclamó Ángela incrédula y furiosa, para luego empezar a caminar en dirección a la bóveda.

—Por lo general es Gabriel el que soluciona todo destruyendo algo en el proceso —dijo Uriel bajando la mano derecha y levantando la mirada, pensando en lo destructivo que ha demostrado ser su amigo tigre durante el entrenamiento en la sede japonesa de San Bestia.

—No planeo explotar la puerta, sino derretir los bordes para que caiga —explicó Camael con molestia, a la vez que se hacía a un lado para que la doncella francesa viera la puerta reforzada—. Por si no te has dado cuenta, no tiene combinación, cerrojo o algún tipo de medio físico en que pueda abrirse o cerrarse. Y si se abre con magia, solo los vampiros podrían abrirla sin tener que derribarla.

—Obvio; usar las artes mágicas es igual a usar el cerebro —dijo Ángela, parándose frente a la puerta de la cámara—. Y por suerte para ti, las hembras de la raza humana estamos adaptadas para especializarnos mejor en el área intelectual.

Tras decir eso, Ángela extiende la mano derecha hasta tenerla a unos centímetros cerca de tocar la puerta de la cámara. Y entonces ella comenzó a concentrar la magia oscura en la palma de la mano, para realizar un encantamiento con dicho elemento mágico.

https://youtu.be/1T48g2M4PWU

Arte Prohibido: Descifrado Astral —recito Ángela, creando entre la palma de su mano y la puerta de la cámara un círculo mágico de considerable tamaño, color negro y que tenía grabado en el centro incontables letras y números de color rojo, que formaban un círculo y cambiaban simultáneamente por otras letras—. Como sospechaste pajarraco, la puerta está cerrada con un Sello de Magia Oscura.

—Y a juzgar por esas letras y números, teorizó que estás tratando de descifrar la palabra clave para abrirla —dijo Camael inspeccionando el círculo mágico que creó la francesa frente a la puerta.

¡Fantastique! Admito que tienes un intelecto excepcional, para ser un ave —elogió Ángela en un principio con su idioma francés en un tono orgulloso y a la vez feliz—. Pero mi hechizo de descifrado no es perfecto; el tiempo en que tarda en hallar las palabras claves depende de cuánto sepa yo del tipo sello, junto con el lenguaje empleado y la persona que la conjuro. Sin embargo, antes mi líder Raven y yo tomábamos juntas clases de latín y también estudiamos a fondo la cultura de los vampiros. Con este conocimiento, ahora mi Descifrado Astral tiene un 80% de probabilidad de encontrar la clave para desactivar el sello.

Mientras la francesa explicaba la función de su hechizo, las letras y números en el círculo mágico siguieron cambiando, a medida que una a una iba desapareciendo y otras detenían el constante cambio. El proceso siguió así, hasta que en el centro del círculo mágico solo fueron quedando determinadas letras, que juntas formaban un extraño texto en inglés, que Camael y Ángela entendieron bien, pero en ésta última generó una inmensa confusión.

—Qué extraño —dijo Ángela empezando a denotar cierta preocupación—. Descifrado Astral debería de mostrar la clave, y en vez de ello está mostrando algún pensamiento o reflexión.

—Te equivocas; tu hechizo hizo su trabajo —contestó Camael casi sin ninguna emoción en su rostro, aunque sus ojos transmitían un aire de nostalgia, como cuando un hombre encuentra algo significativo de su niñez.

—¿Qué estás diciendo? Si quieres burlarte de mí te advierto que...

—Estoy hablando en serio —interrumpió Camael a la doncella francesa, y luego levanta la mano derecha para señalar con el dedo índice las letras—. Esto es el párrafo de una novela. Lo sé, porque de niño era una de mis novelas favoritas. Quien conjuró el Sello puso de clave un párrafo de esa novela que posiblemente también leyó bastante. ¡Je, je! Muy ingenioso.

—Sí es así, entonces esto será largo y agotador —dijo Ángela con molestia, y después toma un largo respiro para recitar lo que decía el texto en el círculo mágico, al mismo tiempo en que concentraba su magia oscura en la puerta de la cámara—. "Como a Adán, me habían creado sin ninguna aparente relación con otro ser humano, aunque en todo lo demás su situación era muy distinta a la mía. Dios lo había hecho una criatura perfecta, feliz y confiada, protegida por el cariño especial de su creador; podía conversar con seres de esencia superior a la suya y de ellos adquirir mayor saber. Pero yo me encontraba desdichado, solo y desamparado".

Tras terminar de pronunciar las palabras en el círculo mágico, al instante los bordes de la puerta de la cámara desprendieron un brillo de color verde oscuro, para luego empezar una serie de sonidos que se asemejaban al movimiento de engranajes y mecanismos desconocidos. Entonces el círculo mágico de Ángela desaparece y la puerta se mueve cinco centímetros adelante.

El garuda y la francesa se alejaron tres pasos hacia atrás por precaución, creyendo que la puerta iba a caer o hacer algo parecido. Sin embargo la puerta, tras moverse pocos centímetros de donde estaba, comenzó a girar hacia la derecha al mismo tiempo en que se movía en dicho lado como una rueda, dejando ver poco a poco el interior de la cámara secreta.

¡Ostiaaa! Camael, no pensé que fueras un fanático de la novela Frankenstein o el Moderno Prometeo —dijo Uriel sorprendido de ese detalle personal de su compañero águila.

—De niño, novelas como esa y libros como el Popol Vuh eran mi forma de "escapar" de la jaula en la que me retenían —explicó Camael con ese tono indiferente, como si ese detalle personal no fuera algo importante, aunque en sus ojos se notaba una creciente ira al mencionar la palabra "jaula".

Tras explicar eso, Camael ingreso a la bóveda para descubrir de una que resguardaban los vampiros; como todo guerrero precavido y sensato, fue en extremo cauteloso al dar el primer paso dentro de la cámara. Sin embargo no existen palabras para describir la inigualable sorpresa que sintió tanto Camael al ver el interior de la cámara.

Parecía más bien una enorme habitación, cuyas paredes y techo estaban reforzadas por un sólido metal gris; pegado a una pared yacía una simple cama y cerca se encontraba un estante con algunas novelas, en cuyos lomos se veían títulos como las Desventuras del joven Werther de Goethe, Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne, la Divina Comedia de Dante Alighieri, e incluso una versión traducida al inglés de la novela china la Investidura de los Dioses y el poema épico hindú el Nacimiento del Dios de la Guerra.

Se podía ver con total claridad el lugar, gracias a que las paredes tenían integrados pequeñas esferas de vidrio, con orbes blancos eléctricos flotando en el interior. Omitiendo esto último y el diseño de las paredes, la cámara parecería una habitación "normal", y es que justo era eso: era la habitación de alguien que estaba encadenado de los pies a la pared, cerca de la cama, de manera que pudiera alcanzar el estante pero no la puerta de la cámara.

La persona que se encontraba encadenada justo estaba sentado en el suelo, leyendo la novela el Paraíso Perdido de John Milton, aunque no pudo terminarlo debido a que se asustó bastante cuando Camael ingreso a la cámara.

https://youtu.be/WKTBRK36Xfs

No manches... —dijo Camael en su español mexicano y ampliando los ojos, incrédulo y estupefacto como jamás lo estuvo en su vida.

¡Sacré bleu! ¡¿Eso es humano, zombie, vampiro o qué?! —exclamó Ángela tras ingresar a la cámara, y quedar tanto asqueada como desconcertada de ver lo que habitaba allí.

—Tiene cierto parecido con las criaturas con las que peleamos abajo. Pero parece que tiene voluntad propia e inteligencia —dijo Uriel estando detrás de Camael y Ángela, pero logrando ver el interior de la cámara y a la criatura que yacía encerrada en la misma.

La criatura parecía un humano varón de entre 25 y 27 años de gran estatura (cerca de 2,44 m) y constitución corpulenta. Debido a que vestía una simple camisa marrón sin mangas y un pantalón de mismo color, se podía ver que su piel era de un tono amarillento y apergaminado. Su cabello era de color negro, liso y abundante; tenía barba de candado, sus dientes eran tan blancos como una perla, lo cual contrastaba con sus ojos aguanosos y labios negros naturales, pero combinaba con los hermosos rasgos de su rostro. 

No obstante, a diferencia de las otras criaturas, ésta parecía más "humana" y no transmitía nada de hostilidad; solo miedo, confusión, pena y tristeza. Era como ver la descripción viva de una persona desdichada y marcada por las tragedias que sufrió a lo largo de su vida.

—Y bien... ¿Qué vamos a hacer con esta criatura, Camael? —pregunto Uriel ahora teniendo un semblante serio.

—¿Por qué debería decidir yo? —cuestiono Camael con molestia a la pregunta del dragón rojo.

—Pues, de todo el clan tú y Azrael son los más fríos y directos a la hora de tomar decisiones. Aunque tú eres más directo que él —explicó Uriel con sutileza para no molestar al garuda—. En lo personal, no veo motivo por el que debamos lastimar a esta criatura. En Cerdeña y en otras islas he conocido distintos tipos de bribones y desgraciados de la peor calaña. Aunque no puedo ver el mal como Gabriel, sé reconocerlo. Y este sujeto, sea lo que sea, no es malvado.

—¡¿De verdad estás seguro de eso?! —decía Ángela incrédula de lo que decía el draconiano rojo y todavía estando perturbada de la apariencia de la criatura.

Sin embargo el garuda veía algo distinto; tras quedarse mirando un poco más a la criatura, de pronto a sus ojos toda la habitación fue reemplazada por una sucia habitación de madera, con una ventana en la que se filtraba la luz del sol, en donde estaba el estante ahora yacía una colección de libros amontonados unos encima de otros, y en el sitio donde se encontraba la criatura ahora estaba un niño de cabello marrón claro, piel pálida y ropa andrajosa, que lloraba en silencio y miraba por la ventana a las aves volar en libertad.

Era un amargo recuerdo de la terrible infancia de Camael.

—A veces los verdaderos monstruos son los que parecen más "humanos" —dijo Camael con verdadero disgusto en su voz, y entonces comienza a acercarse a la criatura, quien parecía aterrarse más con cada acercamiento del garuda—. Esta bien que tengas miedo —decía Camael deteniéndose un paso frente a la criatura—. Pero esta vez ya puedes estar tranquilo.

Uriel quedó estupefacto al ver por primera vez a Camael actuar de un modo tan amable frente a un extraño, ya que el garuda solo llegó a actuar amable y social con el resto del clan en muy raras ocasiones, más nunca con un extraño, debido a que él no era una persona muy sociable ni tampoco tan extrovertida como para actuar amigable frente a desconocidos.

Pero por otro lado, Uriel se sintió muy feliz de ver que Camael había dado un paso más para ser más sociable, en especial ahora que frente a ellos estaba una criatura que necesitaba saber que ya no había peligro. Y en cuanto a Ángela, a ella también le afectó ver tal escena tan conmovedora; le volvió a traer aquellos terribles recuerdos, pero esta vez acompañados de uno que ella atesoraba tanto, que era capaz de ablandarle el corazón.

"Este pajarraco en serio me va a dar jaqueca", pensó Ángela con molestia, aunque esbozaba una pequeña sonrisa que contradecía sus pensamientos. Entonces, para también sorpresa de Uriel, prosiguió con acercarse a la criatura. 

—Pensé que te desagradaba su aspecto —comentó Camael al escuchar a la francesa acercarse por el sonido de los tacones.

—No te hagas ideas presumido. Solo me sorprendió, eso es todo —contestó Ángela con tono orgulloso y molesto, mientras se arrodillaba al lado izquierdo del garuda, y veía a la criatura que se encontraba frente a ambos—. Descuida, sea lo que seas. No estamos del lado de los vampiros ni hemos venimos a lastimarte. 

—Pero tampoco estamos aquí para liberarte —dijo Camael con su característica seriedad y forma directa de hablar, pero esta vez con menos frialdad y más comprensión—. Sin embargo podemos sacarte de aquí, si deseas volver a tu hogar. Es decisión tuya si quedarte en las sombras, o volver a ver la luz del día. 

Tras decir eso, Camael extendió el brazo derecho en señal de estrechar su mano con la de la criatura como muestra de amistad. Ante esta acción y aquellas palabras, la criatura dejó de mostrarse aterrada y empezó a denotar sorpresa y tranquilidad; al parecer entendía a la perfección la situación y lo que decía el garuda, por lo que mostró una pequeña sonrisa que reflejaba la alegría inocente de un niño.

—No tengo un sitio al que llamar "hogar"... Pero nada me daría más dicha, que volver a ver la luz del hermoso día —respondió la criatura con un tono de voz que denotaba verdadera inteligencia y a la vez alegría infantil, porque finalmente vinieron "ángeles" a sacarlo de aquel infierno. 




Próximo capítulo: Corazón de Metal.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro