Hogar, dulce hogar
En una helada montaña, tres jóvenes miraban fijamente al hombre de aspecto salvaje, también conocido como Ren.
Los chicos casi muriendo del frío no les quedó de otra más que aceptar la ayuda del desconocido.
-Bien, iremos contigo- dijo Hidan de mala gana.
El mayor le dedicó una enorme sonrisa para después enfocarse en el rubio.
-Dejame darte una mano para que puedas levantarte del suelo- pero justo cuando estaba por agarrar el brazo del artista, este fue apartado por un fuerte manotazo.
-No me toques bastardo, hm- señaló Deidara molesto por la invasión a su espacio personal.
Ren retrocedió un poco para permitirle a los chicos recoger sus cosas y apagar la improvisada fogata.
-Te seguimos- dijo Itachi, haciendo que el guardián de las montañas se diera vuelta y caminará hasta salir de esa pequeña guarida.
Una vez afuera los ninjas pudieron notar que frente a ellos había una especie de trineo, solo que este era enorme, con espacio suficiente para que pudieran viajar cómodamente junto con su equipaje.
Hidan frunció el ceño sin entender cómo moverían esa cosa por la nieve, si ese hombre no tenía ningún tipo de animal para jalarlos.
-¡Oye idiota!, ¿y ahora qué hacemos?, ¿tu plan es que lo empujemos hasta ser enterrados por está tormenta?- preguntó el jashinista claramente enojado.
Cómo respuesta Ren soltó una enorme carcajada dejando a los presentes confundidos.
-No se preocupen por eso adorables cachorros, yo me encargare de llevarlos sanos y salvos a su nuevo hogar- tras decir eso el hombre se dejó caer en la superficie helada.
Los menores estuvieron atentos hasta que notaron que todo el cuerpo del guardián comenzaba a cambiar. Dando paso a un enorme lobo, de pelaje oscuro, garras como espadas, colmillos afilados y ojos amarillos.
Los ninjas tenían la boca muy abierta gracias a la presencia de esa bestia.
El lobo tomó con su hocico una cuerda que colgaba a su transporte y la sujetó con fuerza.
-¡Listo, ya pueden subirse, pequeños!-
Los menores intercambiaron miradas dudosos de seguir a ese fenómeno, pero el clima solo empeoraba, indicando que debían salir de ahí los más pronto posible.
Con calma los chicos se sentaron en el trineo, dejando al rubio en medio, ya que era el sitio más seguro.
-¡Muy bien, a correr!- y así Ren avanzó tan rápido que hizo que los jóvenes cayeran de espaldas, golpeándose parte de la cabeza.
Con dificultad el creyente se incorporó para maldecirlo.
-¡MALDITO SACO DE PULGAS!, ¡VE MÁS DESPACIO!, ¿¡ACASO TRATAS DE MATARNOS!?-
Pero Ren no parecía escucharlo, ya que estaba demasiado concentrado esquivando los pinos y las rocas que se encontraba mientras se abría paso por la nieve.
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Casi una hora después, el enorme lobo había bajado el ritmo, indicando que estaban cerca de su destino.
Por el cansancio del viaje, Hidan y Deidara se habían quedado dormidos, dejando a Itachi a cargó.
El Uchiha observaba a su alrededor notando que esa parte de las montañas era distinta, la vegetación estaba muy bien conservada, algunos animales vagaban por ahí buscando alimento, incluso habían letreros de advertencia.
Todo eso llamó la atención del joven de ojos oscuros, que no pudo aguantar más y decidió hablar.
-¿Por qué está parte del bosque parece más habitable?-
Ren sin dejar de avanzar decidió contestarle al pequeño de marcadas ojeras.
-Oh eso, es que hace unos décadas mi hogar estaba conectado con el pueblo del sur, muchos subían a las montañas para conseguir alimentos o simplemente a explorar, y para ayudarlos un poco adaptamos el sitio para que los humanos estuvieran más cómodos-
-¿Entonces hay más como tú?-
-Habían, ahora solo quedó yo, la noticia se corrió y varios ingratos han tratado de cazarme, por lo mismo ya ningún habitante llega a esta está parte, ya que podrían morir en medio de una batalla-
Itachi guardó silencio por unos segundos para después recargarse con sus amigos.
-Debes ser difícil estar solo-
Ren bajo las orejas en señal de tristeza.
-Al principio lo fue, pero ahora estoy acostumbrado, aunque debo admitir que es agradable tener vistas y más de niños tan adorables-
Itachi le dedicó una pequeña sonrisa, comprendiendo que ese hombre tan impulsivo y salvaje no tenía malas intenciones.
A los pocos minutos el lobo se detuvo frente a una enorme cueva, muy parecida al viejo hogar de los chicos.
Con cuidado el Uchiha despertó a sus compañeros para que notarán la entrada.
-¿Ya llegamos?, hm- preguntó el rubio mientras se tallaba uno de sus ojos.
Hidan levantó la mirada para luego hacer una mueca de desagrado.
-Genial, otro patético agujero- y así los ninjas bajaron del trineo juntos con sus pertenencias.
-¡Pónganse cómodos, están en su casa!- gritó el guardián para adentrarse en su hogar, pero ahora en su forma humana.
Los menores lo siguieron pero al momento que pusieron un pie ahí un desagradable olor invadió sus fosas nasales.
Los tres miraron hacia abajo para notar que el pasillo estaba lleno de huesos de animales, corteza podrida, pieles y cáscaras de diferentes frutas.
-Y yo creí que el cuarto de Tobi era una pocilga, hm- dijo Deidara tratando de esquivar la suciedad pero era casi imposible.
-¿De verdad nos quedaremos en este asqueroso basurero?, he sentido menos asco durmiendo sobre cadáveres- comentó Hidan tapándose la nariz.
Itachi quería opinar pero en eso Ren apareció entre las sombras sosteniendo un conejo muerto que ya le escurría la sangre.
-¿Y qué les parece?- y de una sola mordida el mayor se comió la mitad del animal.
Esa acción provocó que los tres jóvenes se llevarán las manos a la boca, tratando de controlar el asco que les provocó tal escena.
"Debemos de enseñarle modales" pensaron al mismo tiempo los hermanos.
En cambio Ren inclinó la cabeza sin poder comprender porque de repente las caras de los chicos habían cambiado de tono, a uno realmente pálido.
Así arrancamos este pequeño proyecto nwn ❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨ esperó les guste.
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