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Incomparable.

Siendo tan pequeño como él era, sumandole el hecho de su poco o nada conocimiento sobre el amor, Natsu Dragneel no era consiente de cuan fuerte podía mover el piso bajo los pies de Laki...

Desde el otro lado de la barra y, con una bandeja en la mano, ella inhalaba y exhalaba furiosamente.
El pedido siguiente era para aquél niño y, como Mira estaba hasta arriba con la cocina, ella era la única que quedaba para satisfacer al hijo de Igneel...

Le miraba desde allí, podía notar con ternura el como Natsu interactuaba con su pequeña mascota; observaba su cabello, su sonrisa y carcajada que, aunque muchos la consideraban molesta, para ella era sumamente bonita y llena de felicidad...
Hasta hace poco pudo notar el cambio de look que tuvo, dejando atrás aquél short y remera, para pasar a sus pantalones blancos y holgados, junto con su chaqueta sin mangas.

Contuvo un pequeño suspiro enamorado al ver por un momento lo que pudo ser, su Nirvana personal...

Ya sea por osadía, por simple inocencia o comodidad, notó al instante el abdomen desnudo debajo de la chaqueta.

Dejó de lado su ensoñación con el pelirrosa y se dispuso a entregarle su pedido, sin notar la mirada misteriosa que le otorgó una morena a unos pasos de ella.

Si todo iba como sus cartas decían, ella se divertiría mucho dentro de poco...

.

.

- A-Aquí t-tienes, Natsu... -Su rostro estaba rojo, completamente rojo de hecho.
Todo por culpa de las miradas nada discretas que los adultos les obsequiaban.

- ¡Oh! ¡Muchas gracias, Laki...! En serio tengo mucha hambre...

- S-Siento la espera...

- ¡No te preocupes! Mira debe tener mucho trabajo en la cocina. -Si supiera que su pedido tardó tanto sólo porque ella lo había estado mirando desde lejos...

- S-Si...

Y ahí quedó todo.

No se espero mucho de Natsu tampoco, sabiendo cuan inocente era este niño, no esperó tampoco que él fuera quien sacase un tema de conversación.

¡Pero aún así! Por favor, sólo quería que su trabajo para llamar su atención se hiciese más ligero...

No era fácil.

Si alguien le hubiese dicho que relacionarse con este chico era tan difícil, hubiera escapado de este sentimiento desde el principio.

- Etto'... ¿I-Irás de misión e-el día de hoy...? -Sus deditos jugaban entre sí mientras desvió la mirada hacía cualquier lado que no fuese el rostro de Natsu.
Juraba que si en ese momento le miraba, caería de bruces al suelo y eso era lo que menos quería.

- De eso estábamos hablando con Happy ¿Verdad compañero? -Se carcajeo entre dientes al escuchar ese "aye" tan infantil de su amigo.- aunque estamos pensándolo aún, no estamos seguros de ir... Quiero decir, será mi primer misión después de todo. -Cierto, ella se había olvidado de aquello.
Pese al buen control de su magia y fuerza bruta que Natsu presentaba, el Maestro recién hoy, luego de su cumpleaños número quince, le dejaria hacer su primer misión.- jiji me dio un sermón larguiiiiisimo sobre el cuidado que debo tener allí afuera, sobre el uso de mi magia y todas esas cosas... Mooo~'... -Algo en su corazón se estrujo al verle hinchar los mofletes de esa forma.
Debía, era su maldita obligación estrujar aquellos cachetitos apenas pudiese...por dios, era tan tierno.- a pesar de que ya tengo quince... -Se lamentaba.

- E-El maestro sólo quiere protegerte, de seguro sólo esta siendo a-algo duro para que puedas defenderte allí afuera... -Respondió.

- ¡Lo seeeee~! Igual no deja de ser molesto.

Iba a seguir hablando, sin embargo...

- ¡Laki, ayúdame un poco por favor...!

Mira la llamó desde la barra.
Suspiró internamente ante la voz.

Esta había sido la charla más larga que tuvo con el pelirrosado.

- Lo siento, Natsu, debo ayudar a Mira-san...

- ¡No te preocupes, hehe~! Si necesitas ayuda, sólo llámame.

- Hai... -Sonrió dulcemente.

Oh pequeño Natsu, y pensar que esa simple frase hubiera desencadenado tal suceso...

.

.

Siendo ya tarde, aproximadamente las siete, pues el sol lentamente se ocultaba por el horizonte. El gremio poco a poco se iba vaciando.
Su simpática compañera le había pedido por favor si no le ayudaba a llevar un barril vacío de sake hacía el sótano del gremio.

De verdad, Cana debería controlar más su consumo de alcohol. A este paso acabaría bebiendo mucho más barriles en un futuro...

- ¡Lakiiiii...! -La llamó.- ¡Ya he metido el barril donde querías!

Natsu siempre se caracterizó por ser servicial, ayudaba a otros sin problemas, de hecho.
Cuando su compañera le había dicho que le ayudaría, este se había negado rotundamente, alegando que sería más fácil si ella terminaba de ordenar las mesas de arriba mientras él, con algo de dificultad, llevaría el barril hacía el lugar que ella le había sugerido.

Costó un poco debido a la poca luz que el lugar ofrecía, siendo un simple y humilde foco el cual iluminaba el lugar.
No negaba el hecho de haber tirado unas cuantas cosas al suelo mientras trataba de guiarse entre toda la oscuridad con el barril a cuestas.

Su curiosa vista de paseaba por ciertos espacios del lugar.
Pese a la poca luz, él aún podía ver mejor que cualquier otra persona, siendo este ajeno a aquello.
Tan distraído estaba, que nunca escuchó el llamado de Laki desde arriba de las escaleras...

- ¿Natsu?

- ¡Woah'! -Se exhaltó al oír aquella voz tan cerca de su oído.
Si hubiese estado más atento, quizás se hubiese dado cuenta de la botella que había pisado sin querer...

- ¿O-Oye qué estás... ¡Kya! -Obviamente no tardó en llevarse a Laki junto con él.

Su respiración se cortó y sus ojos se ensancharon al ver justo lo que tenía debajo de él...

El cabello violeta casi azul suave desordenado, sus ojitos marrón oscuro mirándole con vergüenza, las mejillas sonrosadas...todo, todo su rostro era la definición de belleza.
Incluso si esos lentes tratasen de ocultar la mirada fijada en otro punto a la suya, no podía, ni siquiera opacaba la belleza que ella podía otorgar.

Olisqueo profundamente para que el exquisito aroma a moras se impreganse en su olfato, tanto como en la memoria...

No se dio cuenta.
De hecho, no notó como su rostro se acercaba lentamente al de ella, quien le miraba completamente ruborizada.
Ella no se negaría en lo absoluto a lo que Natsu proponía, de hecho, tenía que admitir que le gustaba la iniciativa que él imponía...

Acercándose.

Sólo unos centímetros.

Sus ojos se cerraban lentamente cuando llegaba hacía los labios. Siendo que ella imitaba la acción, no podía aguantar más los fuertes y rápidos latidos que su corazoncito hacía.

Sólo unos milímetros y...

- ¡Ha-ja! Yo sabía que ustedes tenían algo. -Laki no tardó ni medio segundo en empujar al pelirrosa a un lado.
Observó, entre avergonzada y molesta, hacía la persona que les interrumpió sin problemas.- Y pensar que la mojigata de Laki Olietta buscaría cobijo en el busca pleitos de Natsu.

- Tú...-Su sonrisa altanera creció aún más al ver la expresión molesta de Laki.

- Itte'...¡Eso dolió, Laki!

- L-lo siento...-Se disculpó algo cohibida.

¿Acaso no se había dado cuenta de la situación?

- Ustedes, par de tortolos estaban por hacer algo muy sucio dentro del sagrado gremio... ¿Qué diría el maestro si los viera? Ni siquiera puedo imaginarme lo molesto que estaría.

- No se lo dirías... -Interrumpió Natsu.

Pese a entender poco y nada de la situación por su... Inocencia, este no podía ignorar el molesto tono de voz con el que la morena les hablaba.

- Pruebame. -Respondió mientras se colocaba frente al pelirrosa.
Siendo ella un poquito más alta, le observaba desde arriba, apoyando sin vergüenza sus atributos en crecimiento sobre el pecho de Natsu.

- C-Chicos, no creo que-

- ¿Qué quieres a cambio? -Natsu no supo como sentirse cuando observó la sonrisa aterradora que la morena le dio.

Desearía cuidar más su lengua para la próxima.

- Un beso.

- ¿Hah'...?

- Ya sabes, un beso en la boca... ... Si me das eso, no le diré nada al mestro y, sobretodo, les dejaré seguir con lo que estaban haciendo... -Espetó con cierto anhelo.

Laki se congeló en su lugar al oír la propuesta.
Natsu no podría aceptar de ninguna manera aquello.

- ¡Bien, lo haré!

- ¡Natsu! -Pero cuando quiso llegar para interrumpir aquello, Natsu ya le había besado.
Algo dentro suya se rompió, algo así como si un nudo se formara en su pecho.- N-No...

Cana no tardó en sujetar al muchacho por las mejillas, intesificando aquel beso, que para su sorpresa, Natsu no parecía disfrutar nada aquello.

- ¡Oye no hagas eso! -Furioso, el pelirrosa se separó de Cana.

Ella no olía tan bien como Laki.

Ella no tenía el cabello tan bonito que Laki tenía.

Ella no tenía la bonita expresión de Laki.

En pocas palabras.

Ella no era Laki...

- ¿Q-Qué sucede...?

- Nada, no me gusta. -Cortantes fueron sus palabras para la morena.- ahora vete, ya hice lo que me pediste.

Viendo como no podría conseguir nada más, Cana simplemente se retiró del lugar.
Ella verdaderamente estaba molesta, pero de alguna u otra forma ella quería a su pelirrosa besandola nuevamente...

No fue hasta que se sercioro de que la silueta de la castaña desaparecía por las escaleras, cuando se volteó hasta Laki.

Se sentía realmente mal en ese momento.

- Laki...

- ¡No te acerques! -Quiso tocar su hombro, pero se movió cuando ella le había gritado.
Se encontraba de espaldas a él y, por lo poco que podía ver, ella trataba de limpiarse las lágrimas desesperadamente...

- Oye, Laki... -Intento nuevamente acercarse a ella, pero simplemente Laki se alejaba aún más.

¿Cómo demonios debía actuar en este momento?

Si algo odiaba profundamente, era ver llorar a las personas.
Le recordaba fuertemente a cuando él había sido abandonado por Igneel...

No recordaba un sólo día donde no hubiese llorado por su padre en aquel entonces.

- Yo...

- Sólo... ... S-Sólo vete... -Se mordió el labio inferior al escucharla.

Era sumamente terco.

Si dejarla allí llorando era lo que ella quería, entonces no podía hacerlo.
No mientras siguiera así...

- No me iré.

- ¡¿Qué no escuchas?! Te he dicho que te fuer-

Calló.

Calló completamente al sentir unos cálidos brazos rodeandola.

- Lo siento ¿Si...? Yo... B-Bueno, no sé porqué estás triste en este momento, pero no quiero verte de esa forma. Odio ver llorar a las personas que... - Diablos ¿Por qué costaba tanto decirlo?- ... Q-Que quiero...

- ¿M-Me quieres...? -Leve, casi como un susurro.
Pero él era Natsu, por supuesto que la escuchó.

- ¡Claro! ¿Cómo no lo haría? Eres tan amable y bonita conmigo... Seria tonto si no lo hiciera, Laki.

- Es injusto...-Todavía a podía escuchar su voz alterada por las lágrimas soltadas.
Natsu sólo apretó un poco más el abrazo cuando ella puso sus manos sobre las suyas.- es injusto lo que me estás haciendo... Es injusto lo que le haces a mi corazón, Natsu Dragneel.

- L-Lo siento... Sii pudiese hacer algo, créeme que lo haría.

- E-Entonces... ¿P-Podrías...

- ¿Podría...?

- ... besarme...?

Natsu sintió como ella se volteaba hacía él.

Sus ojitos brillaban a través del cristal de sus lentes.
Sean por las lágrimas o no, a él le resultaban tan bonitos.

Luego fueron sus labios, los cuales temblaban con cierta vergüenza.

Fue, literalmente, un golpe a su corazón el verla así.

Ella definitivamente no era como Cana.

Sus ojos, su rostro, su cabello, todo.

Ella era tan...

- Hermosa...-Susurró.
Laki le escuchó perfectamente, lo cual la hizo enrojecer aún más.

- ¡Hazlo y-ya, t-tonto...! -Ya no podía aguantar más la vergüenza que sentía.

- A-Aye...

Y pese a no ser el más experto.

Sus labios se conectaron.
Ella apoyó sus manos en el pecho de él, mientras que Natsu simplemente la tomaba por los brazos...

Uno simple, pero que evidenciaba la amalgama de sentimientos que esa acción conllevaba.

Natsu no hizo más que disfrutar de sus labios. Eran tan dulces y cálidos.

Pero todo debía terminar alguna vez...

Lentamente se separaron, aún en la misma posición y mirandose entre sí.

- Te quiero, Natsu...

- Yo también, Laki.

Sea lo que fuera a pasar de aquí en adelante, él lo tomaría todo.

Pues había encontrado, aunque sin saberlo aún, a una compañera más importante que los demás.

Alguien con quien compartiría sus más grandes aventuras...



















































Nasho-Sama

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