Brandish.

Una linda y simpática conejita saltaba de aquí para allá con una charola de comida; lo típico de un desayuno.

¿Qué cómo hace para que no se le caiga nada?

La habilidad supongo...

Mientras saltaba, tarareaba una pegadiza tonada. Pero paró cuando observo a un pequeño zorro dormir plácidamente en los pastizales...

Un carmín apareció en las mejillas de la pequeña conejita de cabellos verdes.
Dejando de saltar y yendo de puntitas se acercó lentamente hacia el pequeño...

Dejó la charola a un lado y se limitó a mirarlo más detenidamente.

Doki~doki

Fue su corazón...

Era muy bonito; pelo rosado totalmente desordenado y cola esponjosa del mismo color.
Dormía plácidamente, sin prestarle atención a los alrededores.

Quizás fue un simple impulso... Pero no pudo resistirse.

Con su manito acarició tímidamente los cabellos rosados del zorro...

— Mmng'...

Se removió ante el tacto.

Ella intentó sacar su mano rápidamente...

Doki~doki

Más no pudo hacerlo.

El pequeño zorro la había atrapado en un cariñoso y calido abrazo.

El pequeño carmín de antes, se convirtió en un sonrojo gigante y la tranquilidad que tenía se convirtió en un manojo de nervios incesante.

— A-Ah... —Quiso decir algo pero sus nervios no la dejaban... Quiso liberarse pero no pudo.
Más bien, una parte de ella le decía que no debía...

— Brandish~... —La pequeña se estremeció.

La tonada que el zorro usó para decir su nombre fue demasiado... Muy tierno, muy dulce... ... Sin duda alguna, iba a morir a manos de un pequeño zorro rosado.— ¿Tu corazón hace doki~doki...?

Y lo último que vio antes de desmayarse, fue la pequeña sonrisa que su zorro amigo le daba...

— ¡O-Oe Brandish!

¿Quién lo hubiera pensado?

Los zorros y los conejos llevándose tan bien...

•Nasho-Sama•