O8. De caramelos y popós de colores
Si había algo de lo que Kim Yugyeom se arrepentía en esos momentos era el haber seguido a su mayor el día que se postuló para trabajar en una guardería.
Luego de compartir con cientos de niños a lo largo de su estadía en aquel trabajo, la paciencia del azabache había desaparecido como humo de la nada, todo porque Choi Kai y Kang Taehyun eran un desastre.
Es decir, si individualmente eran un desastre, unidos eran una bomba atómica.
Yugyeom estaba cansado, muy, muy cansado.
Tenía tres años trabajando en aquella guardería, más de mil largos días de arduo trabajo con niños entre uno y tres años, en todo ese tiempo su paciencia había alcanzado límites que él ni siquiera sabía que tenía, había sido como un curso intensivo de paternidad en el que aprendió todo lo necesario para lidiar con todo lo que un niño podría querer o necesitar, había cuidado más infantes de los que él podría tener nunca y a veces creía que ir cada día a trabajar era como un método anticonceptivo, pero en todo ese tiempo y a pesar de todas las grandes experiencias que había tenido antes, nunca antes tuvo un dúo de niños tan característico como Taehyun y Kai.
Habían transcurrido dos semanas, dos largas semanas en las que Kai iba cada día al patio de juegos, y en todo ese tiempo no se había separado del pelinegro a quien luego de compartirle un color lo denominó su amigo, teniendo así una linda amistad donde se sonreían, jugaban juntos, compartían sus juguetes e incluso dormían juntos, o apilados, más bien, Kai tenía una manía por tirarse sobre Taehyun cuando éste ya estaba plácidamente dormido. Debemos decir que todo eso era bastante lindo en realidad, pero Dios, Yugyeom necesitaba un descanso de esa dupla.
En esos catorce días de bella y floreciente amistad Kai ya había metido la cabeza en la tubería dos veces, en la segunda ocasión casi se traga un sapo llamado por él como "zabo"; Taehyun había jalado los cabellos de una niña que quería jugar con Kai tres veces, le había perdonado antes por ser muy molesta con él, pero cuando se acercó a su amigo, no pudo contenerse; juntos rompieron la llave del baño del lugar 一sabrá el padre cómo一 y también hicieron un plan estratégico para escalar un estante que casi se cae con ellos en la parte más alta y le produce un paro cardíaco a Mark, su compañero de trabajo, cuando escuchó a los niños hablar de poder volar.
一¡KAI, DEJA A LIA EN PAZ! 一Gritó el pelinegro que iba con prisa al lugar del conflicto, saliendo desde sus asuntos en el baño solo para ir a salvar las coletas de la niña que chillaba muy agudo.
一¡TeTe besho no! 一Balbuceó el castaño mientras intentaba tomar de nuevo el cabello de la niña que lloraba fuertemente, irritado los oídos de todos los demás bebés que se limitaban a observar o correr hasta donde Mark en busca de la "zona segura".
一¡Suéltame! 一Gritó la niña mientras que Yugyeom los separaba.
一¡No quiero! 一Exclamó Kai cuando el mayor de los dos tomaba su mano para intentar abrir su puño y obligarlo a soltar a la niña.
¿Y la razón del conflicto? Ah, estaba durmiendo tranquilamente en medio de su manta roja de estrellas amarillas, ignorante de todo el escándalo que estaba formando Kai solo porque Lia le había dado un "piquito" en los labios mientras él dormía.
En fin...
Así era el día a día en la guardería Moon con el pequeño Kai estando allí.
(...)
El bebé de cabello castaño revuelto miraba confundido al gran azabache que le observaba con sus cejas buscando unirse en el centro de su rostro y con sus brazos cruzados mientras que él estaba sentado en un banquito, moviendo sus pies de manera dispareja como si estuviera en un columpio.
—Kai 一llamó Yugyeom, el mencionado fingió demencia y miró a otra parte一. Choi Kai, no puedes golpear a los demás niños.
El bebé infló sus mofletes con molestia. ¿No podía hacerle "pum pum" a los demás niños como los héroes en la televisión?
一¿Po' qué? 一Preguntó el bebé, poniendo una expresión que daba a entender que no estaba de acuerdo con el mayor, incluso si no le había respondido aún.
一Porque ellos no te han hecho nada.
El de apellido Choi arrugó su nariz.
一Lia besho a TeTe 一afirmó el infante con su ceño fruncido.
Yugyeom suspiró.
Es cierto que los actos no consensuados deben ser corregidos al momento, no obstante, tomar las coletas de una niña y jalarla lejos de la "víctima" de tal acto problemático no era la mejor forma de corregir a la pobre niña, misma que ahora permanecía hipando al otro extremo del salón mientras jugaba a la casita con sus amigas, quienes miraban feo al castaño que 一mientras era regañado por Yugyeom一 las miraba de reojo, muy tentado a sacarles la lengua.
Vamos, son niños. No era como si Lia quisiera lastimar a Taehyun, no era necesario llegar a ese punto.
一Los problemas los puedes resolver sin llegar a los golpes o a lastimar a otros 一explicó Yugyeom con calma, el bebé mantuvo su expresión discrepante一. Simplemente a Lia le gusta Taehyunnie y se lo quería demostrar.
一A Tae no le gu'ta eya 一aseguró el menor, cruzándose de brazos o enredándose entre ellos cuando quiso imitar a Jugom y en su lugar terminó abrazándose a sí mismo por no saber cómo hacer el gesto.
一¿Estás seguro? 一Inquirió el azabache, tomándose la molestia de sentarse en el suelo, justo frente al niño.
一A mí no me gu'ta 一respondió Kai como si eso justificara su argumento.
Yugyeom abrió su boca sorprendido, riendo bajito e incrédulo al escuchar la respuesta del bebé.
Increíble.
Los niños no dejaban de sorprenderlo.
一Vamos a hacer un trato 一empezó el azabache, ganándose la atención no enojada del bebé一. Si te portas bien por el resto del día te daré un caramelo ¿Okay?
Los ojos oscuros de Kai brillaron ante la tentativa propuesta.
一Oquei.
(...)
El sol brillante de las tres de la tarde creaba una agradable calidez en la ciudad, un viento fresco acariciaba a todo lo que se le atravesara, moviendo los árboles y haciendo rodar a las hojas secas que se encontraban en el suelo. Varios padres llegaban a lo que se había convertido en una encrucijada de historias divertidas relatadas por bebés emocionados que corrían hasta sus padres para darles un abrazo luego de todo un día sin poder verlos, iluminando los rostros de los adultos con sus amplias sonrisas y cálidos gestos de afecto.
La hora de la salida se acercaba, Yeonjun estaba recostado del costado de su camioneta, usando su teléfono como entretenimiento momentáneo mientras esperaba tranquilo que el pequeño NingNing saliera para llevarlo a casa como el resto de padres presentes, entre los cuales había un selectivo grupo de mujeres jóvenes que estaban detallándolo múltiples veces de arriba abajo sin ningún tipo de disimulo o pudor.
De todas formas Yeonjun no les estaba prestando verdadera atención, aunque quisiera su conciencia no se lo permitía. Él iba a buscar a Kai, no a conseguirle una mamá.
Luego de un par de minutos más, dos altos hombres jóvenes iban saliendo junto con un pequeño grupo de niños que iban tomados de las manos mientras cantaban animados una canción infantil, cada uno de los niños inmerso en su propio momento para lucir sus habilidades innegables de canto.
Cada adulto se fue acercando a su niño correspondiente, recibiéndolos con cariño y un cálido afecto familiar que Yeonjun secretamente atesoraba en la distancia.
Era lindo.
Casi tanto como el niño que corrió hasta él en su momento de distracción y se colgó de su pierna cual mono.
一¡'Apá!
一¡NingNing! 一Saludó el mayor, imitando la emoción del bebé al que le estaba desordenado sus cabellos一, ¿Te portaste bien?
一¡Shi!
Luego de la respuesta, el peliazul tomó al niño entre sus brazos, lo levantó para cargarlo sin necesidad de mucho esfuerzo y 一después de tenerlo bien asegurado一 comenzó a hacerle cosquillas, disfrutando de su potente y aguda risa que contagió a uno que otro adulto que los miraba desde la distancia, y dejando muy poca atención en el dulce masticable que se deshacía en la boca del bebé.
(...)
Cinco de la tarde, Yeonjun tenía un ataque de pánico.
一¿Qué hago? 一Preguntó Choi asustado, esperando respuesta de parte de quien estaba al otro lado de la línea.
El sonido del masticar y luego el agua cayendo dentro de un vaso fue lo que llenó la afonía entre la regunta y la respuesta.
一¿Cómo se supone que sepa? 一Respondió el contrario, aún masticando su comida.
一¡Choi Soobin! 一Chilló Yeonjun desesperado.
一¡Me estás diciendo que tu niño cagó verde! 一Exclamó Soobin con comida en su boca, alterando aún más a Yeonjun一 ¡¿Me ves cara de experto en la mierda y sus colores?!
一Con toda la que te tragabas de tu ex...
一Silencio pequeña escoria.
El de cabellera azul suspiró frustrado mientras que sin darse cuenta su tic nervioso hacía presencia en su ojo luego de un largo tiempo sin someterse a grandes presiones como aquella en la que no sabía qué hacer con el niño que al ir al baño había defecado en colores anormales.
Él simplemente le estaba cambiando el pañal a Kai cuando resulta que el pequeño había hecho popó verde.
一¡Se me está muriendo el niño, Soobin, seriedad! 一Pidió el peliazul con exageración propia de él a la vez que movía sus brazos frenéticamente.
Un suspiro cansado y lleno de impaciencia se escuchó por parte del azabache.
一Llévalo al pediatra, qué sé yo. No soy médico, Yeonjun, por Dios.
Kai por otro lado estaba mareándose al intentar descifrar en qué clase de mundo un techo de tal aburrido color gris sería aceptado, todo eso estando todavía acostado en el mesón del baño principal en la planta baja que el mayor había acomodado exclusivamente para cambiar los pañales del pequeño.
Al final la conversación de Yeonjun y Soobin concluyó en que lo mejor era llevar al niño al médico.
Así fue como 一luego de quince minutos de preparación, viaje y un bebé refunfuñando porque se estaba perdiendo el estreno del nuevo capítulo de Paw Patrol一 Choi Yeonjun, respetable abogado de un bufete de prestigio, estudiante graduado con honores en sus clases destacadas, hombre joven de grandes principios, excelente presencia y atractivo aspecto, estaba en un hospital discutiendo con una enfermera que no quería recibir al pequeño castaño que tenía entre sus brazos.
Excelente escena.
一Señor, ya le dijimos, pudo haber sido un caramelo nada más, no creo que el bebé necesite hospitalización 一repitió la enferma por tercera ocasión, sacando paciencia de quién sabe dónde o cómo一. ¿Está seguro que no le ha dado uno?
一Si lo hubiera hecho lo recordara, señora.
一Señorita 一corrigió la mujer, frunciendo su ceño y poniendo sus manos en sus caderas, tal como una señora.
El Choi mayor continuó discutiendo de forma acalorada 一y ya por razones no relacionadas al bebé一 con la mujer de uniforme azul que no le estaba permitiendo pasar a por lo menos hacer un chequeo con un pediatra y descartar cualquier potencial enfermedad intestinal predicha tenebrosamente por Google en el bebé, mismo que miraba a ambos adultos con curiosidad, pensando si esa era la forma "no violenta" para resolver los problemas de la que Jugom le había hablado antes, todo eso hasta que un médico se acercó con prisa hasta ellos al verlos en su disputa.
一Discúlpeme señor 一interrumpió el más bajo vestido con una larga bata blanca mientras daba una pequeña reverencia que Yeonjun hubiese correspondido si tan solo no estuviera molesto一. Yo soy el doctor Wang, soy pediatra, ¿Cuál es el problema?
Finalmente, un profesional en bebés.
Ese debería ser el nombre de la carrera, ahora que lo pensamos.
一El niño está haciendo heces de color verde.
El profesional asintió, comprendiendo el susto del más alto quien se sintió más calmado al ver que al fin alguien estaba prestándole suficiente atención a la alarmante situación.
一¿No le ha dado caramelos o algo de color verde para comer, verdad?
Entonces Yeonjun se picó de nuevo.
¡Que no le dio caramelos, joder!
Abrumado por la desesperación e irritado por la incomprensión de los profesionales en el área, el alto hombre joven de cabello azul estuvo a punto de comenzar una discusión otra vez cuando el ruido molesto de alguna clase de plástico delgado llama su atención. Pasó su vista hacia el menor en sus brazos, Kai estaba jugando con el envoltorio de un caramelo que, oh vaya, era verde.
Y mientras que la popó de Kai fue verde por los químicos del dulce, la cara de Yeonjun se volvió roja por la vergüenza.
【🍼】
Se picó: Expresión Venezolana (también usada en otras partes de la región latinoamericana) para referirse a que se molestó o irritó.
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