O7. De guarderías y pequeños amigos.
Entre alfombras de colores, bloques de madera y plástico, muñecas, pinturas y una cesta de pelotas, una ambientación cálida de un lugar lleno de niños era lo único que podía apreciar el pequeño Ning desde su lugar en la entrada, detrás de él un muchacho del tamaño de un rascacielos llamaba la atención del grupo de niños para que conocieran al castañito de abrigo de pingüino que tenía un puchero en su boca.
Los otros bebés se emocionaron por tener un nuevo amiguito, NingNing miraba confundido todo su alrededor, pero 一a defensa del menor一 ¿Quién no estaría confundido?
Hace una hora y media estaba en casa viendo una señora cocinar tostadas en la TV mientras que su padre intentaba copiar inútilmente la receta y ahora se encontraba en un gran lugar con muchos niños por todos lados, algunos llorando, otros jugando y otros intentado aprender cómo ir al baño mientras que los dos adultos responsables del lugar 一recordados por el infante como Jugom y Mart一 se dividían apresuradamente las tareas para mantener a los veinte niños presentes.
Estaba buscando algo que le llamara su atención cuando su vista chocó con una niña que estaba intentando comerse una araña que buscaba escapar de sus pequeñas manos.
Al bebé no le gustaba donde estaba.
一'Apa Yonyun... 一Murmuró el bebé con su ceño fruncido, dejando que el rascacielos de cabello negro lo cargara, colocando sus grandes manos de adulto bajo sus hombros para llevarlo a cualquier lugar donde pudiera entretenerse.
"Regresaré en unas horas, ¿Está bien? debes portarte bien, si lo haces jugaremos juntos todo el día" esas habían sido las palabras con las que Yeonjun convenció al pequeño castaño que ahora se encontraba aburrido apilando un montón de bloques de quedarse en el lugar.
Que aburrido era esa tonta guagdegía.
Solo tenía una gran torre.
Una gran y sorprendente torre que por algún milagro no había caído aún sobre la cabeza del señor Mart.
En tu cara Times square, un niño de dos años hizo una torre más grande que tú.
一Oh, ¿No te gustan los bloques? 一Preguntó aquel gran hombre de cabello negro y sonrisa amigable, era Jugom, el bebé negó a su pregunta一. Ow, que mal, ¿No prefieres ir a la mesa de colorear?
En ese momento, a Kai le brillaron los ojos de inmediato.
¿Por qué no sabía que había una mesa para colorear?
Tonta ignorancia de bebé.
Con saltitos emocionados llevándolo junto con el 一ahora一 asombroso señor Jugom, el primogénito de un Choi pudo dislumbrar con luces, trompetas y cantos angelicales además de un brillo único aquella mesa de plástico rosado con cajitas de creyones encima y cientos de papeles reutilizables a la disposición total de los alegres niños que llenaban el lugar.
一¡Yugyeom, ayúdame acá! 一Le llamó Mart a su compañero, el aludido señaló la mesa mencionada al pequeño frente a él y se retiró apresurado para ayudar a su compañero a sacar la cabeza de un pequeño de la tubería.
El niño suspiró dramáticamente, casi tanto como una actriz de telenovela, asombrado de pies a cabeza al ver la mesa de dibujo. Al estar frente a frente se sintió maravillado al ver las pequeñas cajas de colores y libros para colorear a lo largo de la mesa.
Muy bien, el niño Choi había cambiado de opinión.
¡Que fabuloso era aquel sitio llamado guagdegía!
Se sentó en una de las sillas y tomó unos de los libritos para colorear junto con una cajita que tenía varios creyones. Abrió sus páginas con cuidado y seleccionó minuciosamente la afortunada ilustración que sería coloreada por él, siendo este un dibujo de Elsa.
Emocionado, el pequeño castaño comenzó a colorear, notando como su obra de arte cobraba vida a medida que sus imprecisos, pero coloridos trazos rellenaban la figura femenina en el papel. Trazos verticales, horizontales, un par o dos de unos redondos y algunos aleatorios dependiendo de qué parte de la princesa estuviera coloreando, siendo las manos las más difíciles.
Igual logró hacerlo, se salió de las líneas de todas las maneras posibles, pero lo hizo.
Luego de un rato pintando, la mayoría de niños ya estaban en el pequeño patio de recreo, llevando un poco de aire fresco y sol como lo recomendaban los organismos de salud a nivel mundial, mientras que el castaño recién inscrito continuaba concentrado en encontrar el color perfecto para el cabello de la princesa de las montañas o como sea que la llamaran.
¿Cuál sería el color ideal para el cabello de Elsa?
¿Verde? Dios, no. El bebé hizo una mueca de solo pensarlo
¿Azul? Tal vez, no lo descartaba. Tomó el color y lo dejó a un lado.
¿Rosado? Ehmm, ¿No?
¿Amarillo? ¡Sí! ¡Ese era el color!
Decidido, el bebé llevó su mano hasta la caja de colores para sacar aquel brillante color amarillo que parecía llamarlo insistentemente como un imán al metal.
Pero, oh, ¿Qué es eso?
¿Por qué hay otra mano intentando agarrar el mismo color?
Kai miró la mano que había tomado por error al interponerse entre él y su objetivo y luego alzó un poco su vista, encontrándose así con un pelinegro de más o menos su misma altura y de ojos algo grandes que lo miraba con su ceño fruncido.
一Mío 一había dicho el niño cuando el castaño intentó llevarse el color, su carita demostraba plenamente su inconformidad con el nuevo bebé en el lugar.
一No, caja. Color e' de caja 一corrigió el de apellido Choi mientras jalaba el color hacia él una vez más.
El pelinegro le imitó la acción, llevando la crayola hasta su "territorio", Kai repitió, llevándola a de regreso a su lugar, comenzando así la pequeña guerra entre ambos infantes para ver quién se quedaba con el dichoso color.
一¡Solta! 一Le gritó Kai, jalando hacia él.
一¡No kiero! 一Respondió el contrario, haciendo lo mismo solo que en su dirección.
Miradas furiosas, todo su odio de bebé corría plenamente por sus venas en una forma egoísta de decir "esto es mío", creando discrepancia con el contrario, quien creía exactamente lo mismo. Estaban ante la definición de un "estira y encoge" en donde ninguno de los bebés estaba dispuesto a ceder su claro derecho a colorear sus propios dibujos con precisamente ese color amarillo en particular, incluso si habían otros cinco creyones exactamente iguales en la misma caja.
Cuando parecía que de la disputa no saldría algo mayor a un berrinche de niños, el pequeño pelinegro infló sus mofletes y frunció sus cejas por completo para después jalar con mucha más fuerza que el que parecía más pequeño.
De pronto un crack se escuchó en el lugar.
Le habían hecho una grieta al color.
一¡Niños, niños! ¡No peleen! 一Exclamó Yugyeom, quien llegaba apresurado desde afuera hasta la escena del "crimen", arrebatándole el color a ambos niños en cuanto los alcanzó.
Los infantes exclamaron molestos.
一¡Jieon! 一Chilló el pelinegro de nombre desconocido con su léxico impecable, indignado por la inesperada aparición de su mayor.
Yugyeom colocó un semblante serio y se inclinó hacia el frente para estar tan solo un poco más cerca de la altura del pequeño niño.
一Taehyunnie, Kai es más pequeño, no seas tan duro con él. Tú ya tienes tres años, él solo tiene dos 一le regañó el pelinegro mayor al menor, haciendo que el pequeño bajara la cabeza.
Kai miró lo triste que se veía el nombrado Taehyunnie, inconscientemente se sintió malito, como cuando su madre le escondía a Toobin.
¿A sí se sentía el tal Tejiuni? ¿Como él cuando su madre escondía a su preciado Toobin?
el castaño se había quedado en completo silencio en su lugar, el mayor de los tres suspiró con frustración y le pasó el dichoso color amarillo al pequeño castaño que miraba atento como el bebé a su lado se aguantaba las ganas de llorar.
一Toma Kai-ah, sigue coloreando.
Y dicho eso el mayor regresó a su labor inicial, rescatar la cabeza de Jeongin de la tubería antes de que creyera que los sapos eran sus amigos.
El castaño siguió al mayor con su mirada, después la pasó hasta el niño a su lado, el pequeño Taehyun no había dejado de hipar bajo debido a su silencioso llanto, odiaba ser regañado, ¡Pero debían entenderlo! Estaba aprendiendo, aún no sabía cómo hacer amigos. Más lágrimas descendieron por sus mejillas hasta caer por la punta de su nariz hasta sus pantalones cortos de color negro, algo que aparentemente solo Kai había notado hasta el momento.
En medio de todo, Taehyun alzó su mirada cuando sintió un toque sobre su hombro, al hacerlo pudo ver al pequeño Kai extendiéndole la mitad del color amarillo por el que antes peleaban y que ahora estaba partido a la mitad justo por el mismo lugar donde lo habían agrietado.
一Comparti' 一habló el pequeño mientras dejaba una pedazo del color en la mano impropia, miró a quien podría llamar "jieon" y le sonrió, curvando su pequeña boca hacia arriba en un gesto adorable一. ¿Amigos?
El pelinegro observó al menor, luego al color en su pequeña manita y sonrió mientras se secaba las lágrimas con el borde de su pequeño y calentito suéter azul.
一Amigos.
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