O1. De amistades (in)útiles y padres novatos
Mientras que el resto de personas en un rango cercano a unos cinco kilómetros 一por decir algo一 disfrutaban de la tarde de un sábado, Choi Yeonjun estaba mirando atentamente una cabellera abundante y castaña que había irrumpido en su vida de repente y con la fuerza de una bola de demolición.
一¿Qué debería hacer? 一Se preguntó, sin despegar la vista del niño en su sala que miraba atento "My Little Pony" en la televisión.
Un grupo de caballos de colores captaron su atención desde el primer momento en el que había intentado calmarlo con un par de juegos y canciones 一inútiles一 que le habían enseñado a lo largo de su vida para momentos como ese.
一Podrías regalarlo. De igual forma no se parece a ti.
Yeonjun de inmediato le lanzó una mirada de desaprobación a su rubio amigo, ese quien parecía igual 一o más一 entretenido viendo la televisión que el infante, clavando su vista en la pantalla mientras tomaba una lata de cerveza como si no hubiese ningún problema.
一Yeosang, no.
一Es el hijo de tu ex, no tienes porqué cuidarlo 一afirmó Yeosang, mascando la última papa del bowl sobre la mesa y deteniéndose abruptamente al notar algo en la televisión que captó su atención一. ¡Vamos Rainbow Dash!
一¡Reimbu dach! 一Repitió el pequeño Kai mientras aplaudía, sonriendo enormemente.
Yeonsang rió bajo al ver al niño.
一Olvídalo, él me cae bien.
El de cabello azul suspiró con resignación mientras dejaba que su espalda disfrutara de la comodidad del sofá, recostándose de la superficie acolchada de un elegante color gris plomo y botando todo el aire que sus pulmones guardaban al bufar nuevamente 一y de forma exagerada一 poco después.
Choi Yeonjun, primogénito y único hijo de una familia tranquila originaria de una región tranquila de Seúl, adulto "responsable" 一rasgo actualmente colocado en duda一 de veintiséis años con un trabajo como abogado en un buffet de cierto prestigio en la capital al que había llegado con un poquito de ayuda y las buenas recomendaciones de sus más amados docentes de la universidad a quienes agradecía o maldecía dependiendo de la situación, poseedor de un salario que le permitía vivir a "mano suelta" 一aunque usualmente acaba endeudado por su un poco inestable tipo de administración一 y un pequeño círculo de amistad bastante sano según él en el cual habían tres o cuatro personas a lo mucho.
Kang Yeosang y Choi Soobin.
Oh, bueno, dos. Un poco más deprimente de lo que se esperaba para esta narración, pero se querían de igual forma.
Por ahora vamos a concentrarnos en uno de esos dos ciudadanos.
Kang Yeosang era el chico a su lado, una parte crucial de ese circulo de amistad antes destacado. Eran un hombre ya hecho y derecho de cejas gruesas, mirada profunda, de cabello largo y rubio con una pasión por la postergación de asuntos verdaderamente importantes. Se conocieron en la universidad, pertenecían al mismo curso, el rubio era mayor por unos meses, pero aún así acabaron siendo compañeros. Y aunque él dejó sus estudios luego de dos semestres, no perdió contacto con el menor 一por algunos meses一 en ningún momento, convirtiéndose así luego de algunos años en uno de sus amigos más cercanos.
Con esa introducción acabada, proseguimos.
Ciertamente lo último que Yeonjun quería en su vida era un bebé, una criatura, un ser vivo para cuidar y todos sus inconvenientes, todos sabían aquello. No le arruinaría su vida, es cierto, pero sí consideraba que aún era algo jóven para cargar esa responsabilidad, entonces ¿Qué debería hacer con la responsabilidad que se apareció de la nada en su puerta?
¿Cuidarlo hasta que su madre se digne a aparecer y darle explicaciones?
Era la opción más factible.
Pero él no era un altruista empedernido para aceptar esa opción como si nada.
一No quiero cuidarlo tan de repente 一confiesa en un murmullo el de extravagante cabellera azul.
一Entonces devuélvelo 一contestó Yeosang con simpleza.
一Ni siquiera sé dónde está su mamá.
一Yo sabía que Boomin se traía algo raro 一aseguró el rubio, señalando con su dedo índice al peliazul en un ademán para enfatizar一, yo te lo dije cuando comenzaron a salir, sus ojos, Yeonjun, te dije que sus ojos parecían los de una anaconda y no me hiciste caso.
El menor ignoró el gesto acompañado por una pronunciación silábica y 一en general一 toda la palabrería del mayor. Suspiró desganado poco después, contrastando con el aura entretenida del rubio.
Comenzó a pensar.
一¿Debería intentar llamarla? 一Inquirió el de cabello llamativo, mirando a la nada.
一Todas las veces en las que lo hiciste estando borracho decía que el número ya no existía.
一¿Voy a su casa?
一Se mudó hace seis meses.
一¡Sus amigos de la universidad!
一Todos están en el extranjero.
一Su madr-...
一También cambió de número.
Ante las respuestas veloces del rubio, Yeonjun bufó antes de verlo con sus ojos bien abiertos y ceño fruncido.
一¿Y cómo es que sabes tantas cosas de mi ex-novia?
一Alguno de los dos tenía que stalkearla en un momento de depresión post-ruptura.
Así fue como el de cabello azul acabó dejando que su espalda baja quedara en el asiento y sus hombros en el espaldar del asiento.
Esa situación era tan estresante.
Yeonjun habría esperado muchas cosas de su ex, invitaciones a bodas sorpresa, rechazos terribles, sorpresas inconvenientes, incluso una orden de restricción por una falsa denuncia de acoso, pero nunca en su vida creyó que podría dejarle un niño de dos años en su porche junto con una carta y sus papeles de nacimiento.
Dios, ¿Qué había hecho ese pobre samaritano para un castigo así?
一¿Qué comen los bebés? 一Preguntó Yeonjun para sí mismo, aún así el que estaba a su lado lo escuchó.
一Kai 一llamó el rubio y el pequeño volteó a verlo一, ¿Qué comes?
一¡Toobin! 一Respondió sonriente el infante mientras alzaba su peluche con orgullo.
一Que come felpa dice 一respondió sencillo Yeosang, ganándose un golpe en el hombro por parte del peliazul.
Luego de ello Yeonjun se levantó y encaminó hasta la cocina para revisar el refrigerador y los gabinetes en busca de algún alimento apropiado para un bebé de dos años, fallando fuertemente cuando se encontró con que en la nevera solo habían refrescos, latas de cerveza y algo de carne congelada además de salsas y acompañantes para comida ya preparada, mientras que en los gabinetes había cereal azucarado, algunas latas de atún, chucherías y mezclas instantáneas noventa por ciento químicas y nocivas para la salud a largo plazo 一aún así el empaquetado lo presentaba como "ramen"一.
El dueño de la vivienda suspiró una vez más, pronto se haría parte de su rutina. Como gesto de su estado anímico utilizó sus cortas uñas para rascar la inexistente comezón en su cuello 一producto de su suéter de lana一. Por primera vez en su vida se sintió molesto consigo mismo por ser alguien con un muy mal hábito de comer en restaurantes o puestos callejeros en lugar de preparar su propia comida.
Regresó a la sala luego de su inventariado y dejó su mirada caer sobre el bebé que jugaba con el peluche de largas orejas sobre sus piernas, sin despegar su mirada de la televisión, al menos no hasta que de alguna manera sintió la presencia de Yeonjun y su vista se dirigió a él.
一¡Pitupo!
一No soy un pitufo, mido un metro ochenta y uno 一resongó el mayor con las manos en sus caderas y una mirada cansada.
Era la novena vez que Kai le decía "pitufo" en las últimas dos horas.
一Pitupo 一repitió Kai en un murmuro mucho más bajo y con su pequeño ceño ligeramente fruncido, para él tenía mucho sentido que Yeonjun fuera un pitufo, total, tenía el cabello azul.
El mayor dejó caer sus hombros a sus costados, resignado a ser llamado "pitufo".
一¿Quieres comer?
El pequeño castaño asintió frenéticamente, sus cabellos se movían de tal forma que 一combinado con su carita de ojos abiertos y labios cerrados一 era simplemente una inocencia cómica que hizo sonreír al mayor.
Aún con esa sonrisa en su rostro concentró su atención en el rubio que ocupaba su sofá.
一Yeosang, ve a la tienda.
一¡Shhhh! Está en la mejor parte.
La expresión en el rostro del más alto se borró de repente, dirigió su vista a la televisión, denotando incredulidad en todo su ser al ver que por "la mejor parte" se ataba refieriendo al desenlace del capítulo de "My Little Pony" que se estaba transmitiendo.
Dos caballitos de colores fantásticos con alas, largo pelaje y brillantina estaban volando muy agresivamente con equipo protector hacia dos nubes que sostenían un gran cartel que decía en brillante rojo "meta".
Dependiendo de la forma en la que se explicara podrían decir que estaba drogado.
Tomó el control remoto y 一sin pena ni gloria一 apagó la televisión justo en el momento cuando iban a revelar el ganador de la carrera.
一¡¡NOOOO!! 一Exclamó Yeosang con un desgarrador lamento mientras que dramáticamente se arrodillaba en el suelo.
一Noooooo 一repitió Kai en un bajito y suave tono que era acompañado de una expresión inocente.
El borde del control remoto impactó contra el hombro de Yeosang.
一¡Le contagias tu dramatismo! 一Reclamó Yeonjun一 ¡Muévete a la tienda!
一Ajá, mi amor, pero ¿Con qué pago? 一Inquirió el mayor con sus manos levantadas, ojos entrecerrados y una ceja enarcada. Instantáneamente después una tarjeta de crédito impactó contra su rostro一. Animal.
一Solo ve. Trae cosas para bebés 一le pidió con un timbre exageradamente agotado一, cosas que puedan comer los bebés 一aclaró suave y lento antes de que el rubio argumentara一. Si traes algo "para beber" en lugar de "para bebés" te voy a patear en el culo.
一Ay, pero que cosas tan dulces dices, por eso me gustas tanto 一comentó completamente sarcástico el apellidado Kang mientras tomaba la tarjeta del suelo y se levantaba.
一Lo sé, soy increíble.
Como respuesta Yeosang le sacó el dedo medio y salió del lugar mientras hacía mofas del peliazul.
Cuando el rubio salió Yeonjun encendió de nuevo la televisión 一para no aburrir al bebé que había hecho un inconsciente puchero por la falta de caricaturas一 mientras que él por su parte tomaba el sobre que Kai le había dado antes para revisarlo una vez más, llegando hasta la mesita de centro y sentándose ahora en uno de los sofás pequeños a sus costados.
La carta que había leído permaneció en el sobre por esta ocasión, en su lugar tomó los papeles de nacimiento, los sacó parcialmente 一para no esforzarse mucho en guardarlos luego一, llegando hasta la mitad del documento legal en donde un claro y casi que brillante Choi destacaba como apellido dela criatura.
Choi Kai.
Entonces el peliazul se preguntó ¿Cómo hizo Boomin para que colocaran su apellido en los papeles de nacimiento?
Guardó la documentación y mantuvo el sobre en su regazo, frunció sus labios y cejas en una forma divertida para una escena sin contexto y después miró al niño, quien le devolvió el gesto poco después.
一¿Cómo te llamas? 一Interrogó, queriendo escuchar la versión del infante.
一'Ami dice NingNing 一contestó con un indeliberado acento, su coreano estaba mal conjugado y con esos cachetes solo podía causar ternura.
一¿NingNing? 一Repitió a modo de pregunta el inmenso pitufo.
一¡NingNing Kai!
Yeonjun lo miró enternecido.
¿Realmente sería capaz de no cuidar a ese bebé? Se suponía que era su sangre, tal vez Yeosang tenía razón y no debía cuidar al hijo de su ex.
Pero no era solo de Boomin, también era suyo.
O eso le habían dicho.
Con esos pensamientos rodeando su mente se atrevió a dirigirse al castaño una vez más.
一Hola Choi NingNing, yo soy Choi Yeonjun, tu papá.
Con tan solo las últimas dos palabras al pequeño le brillaron los ojos de inmediato.
Su papá era...
一¿Apa' pitupo?
La vaga sonrisa que surcaba los labios del peliazul desapareció como humo en invierno.
一No, Kai 一Negó el mayor en medio de un suspiro一, soy papá Yeonjun. Dilo, papá Yeonjun.
一Pitupipapá 一pronunció Kai en su lugar.
¿Cómo había dicho eso tan rápido?
一No. Papá Yeonjun 一le indicó una vez más一, pa-pá Yeon-jun.
一'Apa chonyun 一Pronunció finalmente el castaño.
El mayor asintió satisfecho.
Porque así es, ahora Yeonjun sería papá Yeonjun.
Ojalá no se arrepienta luego por ello.
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