67. ¡LARGO DE AQUÍ!.
Génesis 21
9 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.
10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
11 Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo.
De veras que no sabía que hacer.
Solo quería desaparecer.
La verdad es que no me sentía ni me siento preparada para volver a ver a Mario.
La última vez que lo ví, me afectó bastante.
—oye —me habla Fabricio al ver que me quedé en shock —¿Se te comieron la lengua los ratones o que?.
No digo nada, solo miro a Mario el cual también me mira fijamente mientras se acerca poco a poco.
A medida que lo hace, mi corazón se acelera más y más.
Siento que hasta respirar se me dificulta.
No entiendo porque me afecta tanto su presencia.
—Caroling —dice suavemente cuando está frente a mi.
Para ese entonces todo a mi alrededor desapareció.
Incluso hasta me olvidé de que ahí estaba el fastidioso de Fabricio.
—Mario —pronuncie su nombre de la misma manera.
Sentí una opresión en mi pecho al recordar la razón porque no pudimos casarnos, cuando solo nos faltaba unos cuantos días.
Él se acercó más a mi y me abrazo.
Su abrazo era cálido, reconfortante, transmitía seguridad.
Quise hacer lo mismo.
Abrazarlo también.
Pero de alguna manera me faltó fuerza de voluntad.
—no sabes lo mucho que te extra...—comienza a decir pero fue interrumpido brutalmente.
Aquel momento Fabricio lo arruinó como si nada.
Era mi momento y él sin motivo alguno lo interrumpió.
—a mi me da mucha pena con usted, —le dice a Mario y sin más me separó de él, poniéndome a su lado.
Me movió como si fuera una muñeca.
—en realidad no me da pena —rie de manera sarcástica mientras mira a Mario de manera despectiva, eso hizo que me hirviera la sangre —aquí las muestras de afecto no son permitidas.
Lo miro súper molesta al ver su actitud hacia Mario.
Mario lo mira confundido sin saber siquiera quién es.
—¿Quien te crees para hablar así? —le recrimino a Fabricio.
—digamos que me creo tu futuro —responde orgulloso.
—¿Tu futuro que? —digo a punto de gritar.
De verdad que siento como un calor se apodera de mi rostro de la pura irá que tengo.
Mario me mira confuso.
Lo que menos quiero es que vaya a malinterpretar las cosas.
—yo y él no somos nada —inmediatamente le aclaro.
—¿Estás segura? —pregunta Fabricio sonriendo de lado.
Busco con mi mirada a Erick para que asegure lo que digo.
Pero él ya se fue a orar.
Él único que está aquí metiéndose en lo que no le importa es Fabricio.
—por supuesto que estoy segu...
—hermana Luna —habla Jak a mis espaldas.
Volteo a verlo.
—la estaba esperando —me dice.
—Dios lo bendiga hermano Jak —lo saluda Mario.
—amen —responde Jak con cara de pocos amigos. —acompañeme —dice fijando su vista en mi.
Es así como no pude hablar con él hermano Mario.
Aunque creo muy a mi pesar que era lo mejor.
O al menos eso es lo que me hace sentir Dios.
A medida que caminaba con Jak, podía sentir las miradas de los hermanos sobre mi.
Muchos me miraban con una sonrisa.
Otros que habían sido duros conmigo me miraban avergonzados.
—¿Que me quieres decir? —pregunto cuando llegamos a una de las puertas laterales.
—queria decirte que...
—¡Dios la bendiga hermana Caroling!.
La hermana Bitia aparece de la nada y me da un gran abrazo.
—no sabe cuánto la hemos estado extrañando, que felicidad de que ya esté aquí. —sigue abrazándome.
No lo sé.
Tal vez sea por la forma en que me trató antes, pero siento que este abrazo es muy hipócrita.
«¿Desde cuando la hermana Bitia me aprecia tanto?».
—¿Como está? —finalmente me suelta.
Suspiro aliviada porque ya me estaba sofocando.
—bien gracias a Dios —respondo.
—que felicidad —dice aparentando secarse una lágrima invisible de su mejilla.
Luego mira al hermano Jak.
—¿Y eso ustedes juntos?. —vuelve a mirarme.
—hablemos en otro lugar —dice Jak ignorando por completo a la hermana Bitia.
Él comienza a caminar yo lo sigo.
—que Dios tenga misericordia —le escucho comentar a la hermana Bitia.
«Esa hermana definitivamente no aprende».
Al final terminamos en el lugar de la alabanza.
—quiero que entres al grupo de la alabanza —me dice.
Mis ojos se iluminan de felicidad.
Yo siempre he amado ser de la alabanza.
—gracias por este gran privilegio —digo sincera.
Jak me mira serio.
—desde el domingo en adelante comenzarás a venir a los ensayos y no solo eso, tienes que llegar más temprano que los demás porque te corresponde limpiar los instrumentos. —me informa.
—amen —asiento feliz.
—y si por alguna razón un ujier se ofrece a limpiar los instrumentos, no cedas por nada —escucho una voz femenina hablar a mis espaldas, además la hora de llegada es a las 7:00 am, no a las 7:01.
Me giro a ver y me encuentro con la hermana Emily, que por cierto es muy hermosa.
—¿Por qué? —pregunto.
—porque mi esposo lo usará como excusa para no dejarte ensayar.
Jak la mira y sonríe un poco.
—no lo vas a superar ¿Verdad? —le pregunta.
—jamas —responde ella —ser parte de la alabanza me costó mucho.
Me despido de ellos y busco con la mirada a mis papás.
Finalmente los encuentro orando en la tercera fila de sillas.
Quiero sentarme con ellos, pero no puedo ya que todos los puestos están ocupados.
Me lamento mentalmente.
Sigo buscando una silla adelante ya que no me agrada la idea de hacerme en las sillas de atrás en donde se encuentra ese J3 el cual por cierto no deja de mirarme.
De verdad que no sé lo que le pasa fastidiandome la vida.
Finalmente logró visualizar una silla vacía, lo mejor de todo es que está al lado de Erick.
«Dios es fiel».
Camino hacia allá con una sonrisa.
Pero cuando estoy a punto de llegar alguien pasa por mi lado prácticamente empujándome.
—lo siento —dice una voz femenina altiva.
Miro y es la hermana Ema, la cual ocupa el puesto que yo tanto quería.
Por la forma en que me mira puedo asegurar que me tiene rabia.
«Ni modo».
Me quedo de pie buscando otra silla, que no sea en las filas de atrás.
Al final encuentro una en la mitad de las filas.
Algo que llama mi atención es que todos en esa fila se encuentran arrodillados orando.
Excepto por...
El hijo del pastor.
Está sentado mirando su teléfono.
Es curioso que no se haga en el altar en donde se ubica siempre la familia pastoral.
Fue como si sintiera mi mirada porque levantó su rostro y también me miró.
Yo miré hacia otro lado y camine hacia aquella silla que por cierto está al lado de él.
Pasó con mucho cuidado para no tropezar a los hermanos que están de rodillas.
Cuando finalmente llego a aquella silla, un bolso la ocupa.
Miro al hijo del pastor y este con la sola mirada me da a entender que la silla está ocupada porque a él se le antoja ocuparla con su bolso.
Quise retirar su bolso, pero él me lo impidió.
No me quedo otra opción que irme para las sillas de atrás.
Para ese entonces ya todas estaba ocupadas.
Excepto dos.
Era como si los hermanos se hubieran puesto de acuerdo a venir todos al culto de hoy, incluso también hay amigos que nos visitan por primera vez.
Para completar.
Unos de los puestos vacío está al lado de Mario, el cual se encuentra arrodillado orando.
El otro se encuentra al lado de Fabricio, el cual me mira atento.
Supongo que no tengo que decir cuál fue el puesto que escogí.
Ustedes lo saben perfectamente.
Primero muerta antes que hacerme al lado de Fabricio.
Camino decidida a ocupar aquella silla.
Cuando de repente siento un perfume bastante embriagador y único.
Sabía muy bien de quién era.
Miro hacia atrás y ahí está Fabricio.
Lo más es que todas las miradas de aquellas jovencitas que son sus fans están sobre nosotros.
—sientate a mi lado —dice como si fuera una orden.
Río bajo para no llamar la atención de Mario.
—en tus sueños —respondo.
—en mis sueños hasta me abrazas —contesta.
El solo hecho de pensar que este sujeto sueña conmigo me hace dar náuseas.
«¿Quién sabe que clase de sueños serán?».
—vete de aquí, no pierdas el tiempo, primero muerta antes que sentarme a tu lado. —hablo resuelta.
—¿Segura? —me pregunta con esa sonrisita típica de él.
Quisiera decir que se ve horrible cuando sonríe, pero es al contrario.
Aunque me cueste aceptarlo, es chico es guapo.
Minutos después.
No me lo van a creer pero aquí estoy sentada al lado de Fabricio.
Es más, ni siquiera yo me lo creo.
Se preguntarán ¿Como sucedió?
Pues el muy desgraciado me chantajeó.
Me amenazó con hacer un show en pleno culto.
Considerando como es, sé que lo haría sin ningún problema.
Afortunadamente gracias a Dios, a estado en silencio durante todo el trascurso del culto, cosa que agradezco.
Lo único que me ha pedido es que le comparta la biblia.
....
El culto termina y yo huyó apresuradamente de Fabricio.
Este solo se me queda mirando.
Intento darme alcance.
Pero afortunadamente sus fans llegaron y no lo dejaron ir.
—¡Caroling! —me llama el hermano Mario.
Volteo a verlo y este camina apresurado hacia mi evitando los saludos.
—¿Podemos hablar? —me pide.
Voy a responder que si, cuando siento que alguien rodea mi brazo con su mano.
—nos vamos —habla mi papá autoritario.
Hace días que no lo veía molesto desde que volví a casa.
Pero parece que mi cercanía con Mario no le agrada nada.
—Dios lo bendiga hermano Diótrefes —Mario extiende su mano hacia él.
—amen —responde seco sin tomarle la mano.
Luego me lleva consigo.
Yo solo puedo darle una mirada de disculpa a Mario.
Narra Deimond:
Día siguiente.
Estaba en la oficina súper concentrado revisando unos documentos de suma importancia cuando la puerta se abre.
Abro mi boca para decirle a la persona que primero toque o se haga anunciar de mi nueva secretaria, pero al ver que es ella misma prefiero no decir nada.
No quiero que esa jovencita piense que su jefe es un viejo gruñón.
—¿Cómo le va jefe? —pregunta acercándose a mi.
—cansado, estresado, agobiado de tanto trabajo —me asincero con ella.
—¿Quiere que le haga un masaje? —sonríe de manera coqueta y pone sus manos sobre mis hombros.
La verdad es que su propuesta es tentadora.
Pero jamas cambiaría las dulces manos de mi amada esposa.
Es la única persona que tiene derecho hacerlo.
Iba a decirle que no cuando de repente la puerta se abrió de golpe dejándonos ver un Jak bastante molesto.
«¿Ahora que hice yo?».
Además.
«¿Que hace tan temprano aquí en mi empresa?».
Que yo sepa, no lo he solicitado, tampoco me avisó que iba a venir.
Su mirada va hacia mi secretaria y a donde tiene sus manos.
Le da tal mirada que la pobre instintivamente quitó sus manos de mis hombros.
—¡Largo de aquí! —le ordena a gritos como si fuera su empleada.
Ella me mira como pidiendo auxilio.
Yo solo asiento para que le haga caso.
La verdad es que no tengo ganas de tener una discusión con Jak en su presencia.
Ella se apresura a salir y Jak cierra la puerta con seguro.
—¿Que fue eso? —le pregunto —¿Con que derecho vienes a gritar a mis empleados? —trato de sonar calmado.
Pero la verdad es que me siento un poco molesto.
Ni siquiera mi padre viene hacer eso.
—echala de aquí, —me ordena ignorando mi pregunta —ahora mismo.
—oye, oye, oye —le digo —calmado, calmado, ¿Desde cuándo te crees el dueño de la empresa?.
Jak suspira estresado y camina en círculos alrededor de mi.
Yo lo miro atentó, no sea que en cualquier momento me volque de la silla.
—te lo estoy mandando por tu bien, quizás no sea el dueño de la empresa, pero soy el líder de los J5, además Linda es como mi hermana y no te permito que le faltes así al respeto.
Lo miro incrédulo.
Ni Linda me hace escenas de celos, para que él me venga hacer una y vea cosas donde no las hay.
—¿Quien le está faltando al respeto a quien? —pregunto indignado —Linda es mi esposa, jamás haría algo que la dañara, además te recuerdo que si hubo alguien que la lastimó bastante ese fuiste tu.
No quería decirlo.
Pero me provocó.
—lo sé —contesta —es por eso que la voy a proteger y si tú no echas a esa mujer de aquí, cuando Linda decida dejarte, estaré de su lado.
Eso sonó a amenaza.
Linda jamás tomaría una decisión así.
—¿Me estás amenazando? —me atrevo a preguntar.
Jak me fulmina con la mirada.
—tomalo como quieras —se da vuelta y camina hacia la puerta.
Definitivamente si es una amenaza.
Lo peor de todo es que Jak cumple sus amenazas.
Aparte de eso sí quiere hacer que Linda me deje, lo puede lograr en cuestión de días.
Me da rabia que sea así, pero él tiene mucho control sobre mi vida y no solo sobre mi sino sobre todos los J5.
Siempre ataca nuestro punto más débil.
—espera, espera —me pongo de pie y lo alcanzó —si quieres que la eche lo haré —no me queda otra opción que rendirme.
—mas te vale —me advierte.
Creo que ni Linda estuviera tan enfadada como lo está él.
—solo dame unos cuantos meses, —le pido —lo que pasa es que mi antigua secretaria se tomó una licencia maternal, apenas salga de ese periodo ella volverá a la empresa y María se ira.
Jak suspira con tristeza.
—para ese entonces será muy tarde, después no digas que no te lo advertí, eres tan ingenuo, te tienden una trampa y caes en ella.
¿Que quiso decir?.
Abre la puerta.
—no le vayas a decir nada a Linda —le pido.
—no hay necesidad —responde antes de salir mirándome con tristeza.
—no se te ocurra tocar mi matrimonio —le advierto.
—no lo haré —asegura.
Eso hace que me quedé un poco más tranquilo.
Fin de la narración.
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