34. LUNA.
Nota:hola chicas bendiciones.
¿Como están?.
Pues como lo prometido es deuda les voy a conceder el privilegio de que por fin la verdadera dueña de este libro nos comience a narrar.
Como vieron en el capítulo anterior fue el final de la narración de Fabricio 🤗.
Génesis 27
22 Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú.
Me sentía morir.
Sentía que ya no valía la pena estar en este mundo, solo era una carga difícil de llevar para mis pobres padres los cuales hacían el esfuerzo.
Miró mis brazos llenos de moretones por los golpes de papá y eso me hace llorar más.
Aunque los golpes me duelen demasiado, lo que más me dolió fueron sus palabras.
«Me avergüenza ser tu padre».
Desde aquí podía escuchar claramente el culto y me dolía tanto no poder estar ahí.
Él solo hecho de pensar que fue por culpa de ese chico J3 me enfada.
Solo a él se le ocurre decir esas cosas delante de mi hermano.
Hola soy Luna Caroling y esta es mi historia.
Sé que el nombre Luna Caroling no sale mucho pero a mis padres les dio por ponerme así y creo que dieron en el blanco.
No les voy a contar mi historia desde el principio porque no recuerdo cómo fue mi nacimiento.
Pero lo que si recuerdo desde muy pequeña, es que a mí lado siempre estuvo una niña.
Una niña de la que por veces creí que era mi reflejo porque es demasiado idéntica o mejor aún igual.
Es Sol Caroling, mi hermana gemela.
Ella es un sol como su nombre la describe, una chica bastante extrovertida, siempre quiere destacar en todo y estar por encima de todos, incluso a veces tiende a ser un poco orgullosa, pero eso solo es un poco.
A diferencia de mi que como mi nombre lo dice soy una luna, una chica introvertida que lucha por no llamar la atención, a tal punto que las personas casi no notan mi presencia o cuando me ven, a veces creen que es mi hermana gemela.
Al principio me enojaba, pero ya me acostumbré.
A medida que fuimos creciendo, debido a que mi hermana es tan extrovertida, comenzó a meterse en pequeños problemas los cuales le comenzaron a salir caros, ya que por ser hijas de pastores, no nos podíamos comportar de cualquier manera.
Es por esa razón que en mi familia tristemente aparecieron las preferencias.
Yo me convertí en la número uno, la favorita de papá y mamá por cuánto no causaba problemas, incluso me gané toda la confianza de ellos.
Mientras que con Sol era todo lo contrario, de ella desconfiaban en todo momento.
También me gané el corazón de mi hermano mayor.
Si, había olvidado hablar de él.
Para el soy como la luna de sus ojos jejeje.
Así fue pasando el tiempo.
Mientras mi hermana era castigada por toda clase de imprudencias, yo era premiada por mi prudencia.
Nuestros padres consentían y le daban regalos a la que mejor se portaba, osea a mí.
Se supone que esto debía de alegrarme, pero me entristecía.
Me dolía ver que mi hermana sufriera.
Que mientras para año nuevo yo me ponía un hermoso y costoso vestido nuevo, ella tuviera que pasar con la misma ropa, notándose así la gran diferencia.
Esto hizo que su corazón se llenará de mucho dolor.
Creo que hasta me odio, aunque nunca me lo dijo ni me lo echó en cara.
Pero creo que sí yo hubiera pasado por todo lo que ella pasó, tal vez habría sido así.
Mis padres y hermanos pensaron que al tratarla así, ella iba a cambiar, a ser mejor persona, pero cada día iba de mal en peor.
Recuerdo que una vez nos invitaron a un culto especial en el cual tuvimos la desgracia de conocer al hijo menor de los Xian.
Al principio todo era normal, pero las cosas se complicaron cuando a mí hermana se le ocurrió la gran idea de tener una cita con él.
Ese día, por una vez en mi vida, me atreví a actuar.
Tenía que hacerlo por ella, de lo contrario ella estaría acabada y no soportaría eso para ella.
Sé que si mis padres se enteraban de que ella había tenido una cita con un hombre, la votarían a la calle sin remordimiento alguno.
Ese día incluso la dejé que se pusiera bonita para aquella cita.
Ella pensó que yo no sabía nada, pero yo era su hermana gemela y la conocía bastante bien.
Cuando ya casi ella iba a salir, hice algo por lo que todavía ella se duele, la dejé encerrada en su habitación con seguro y fui yo por ella a esa cita.
Le di tal bofetada aquel día a J1 que nunca más quiso volver a tener algo que ver con mi hermana ya que por un tiempo creyó que yo era ella.
Luego con el pasar de los años él con los J5 y yo, entablamos una bonita amistad, incluso me propusieron ser parte del grupo, cosa que rechacé por ser hija de pastor.
Con la única persona que no me llevo y nunca me llevaré, es con J3.
Es un chico muy inmaduro que vino a pertenecer al grupo después, pero eso fue porque se la pasó rogándole a Jak, no porque realmente se lo ganara y fuera digno.
—¡¡¿Por qué lo hiciste?, me quitaste la oportunidad de ser feliz al lado de Jak!! —fueron las palabras que con ira me grito mi hermana aquel día que volví de aquella cita —¡¡Te juro que me vengaré por lo que me hiciste!!.
Yo no le dije nada, simplemente la dejé que pensará lo que ella quisiera y en silencio la protegía para que no sufriera tantos castigos ya que mi padre era muy duro a la hora de castigar.
Así fueron pasando los años.
Dejamos de ser unas simples niñas para convertirnos en hermosas adolescentes.
Ahí fue donde Sol dio más problemas.
No saben todo lo que hice para protegerla como hermana mayor que soy.
Pero aunque me esforzará demasiado, aún así mi hermana siempre tenía que sufrir uno que otro castigo.
—¿Por qué tengo que ir sola en el autobús? —le pregunta un día mi hermana triste a papá.
—porque a tu hermana yo la llevo en el auto, —responde mi papá mientras disfruta su chocolate —sino quieres el autobús, bien puedes irte caminando.
Sol me dió una última mirada triste y se fue rápido para alcanzar el autobús.
Sentí un nudo en mi corazón.
—dejame ir con ella —le pedí a papá.
—de ninguna manera —hablo él —tu eres una niña juiciosa, por tanto tienes que destacar, llegarás en auto como los niños de clase alta.
Creo que esas acciones hacían mucho daño a mi hermana, pero lamentablemente mi familia no lo notaba.
Recuerdo también como si fuera ayer las fiesta de 15 años, aquella vez me regalaron unas vacaciones inolvidables en familia, en las que tristemente Sol no pudo estar por su mal comportamiento.
Antes de las vacaciones, me celebraron los 15 años por todo lo alto ya que por la misericordia de Dios hemos tenido mucho dinero.
—¿Por qué solo está la foto de mi hermana? —pregunta Sol a mamá, mientras mira la decoración.
—es porque está fiesta solo es para ella —le responde mamá.
Es así como mientras yo sonreía aunque mi corazón lloraba y recibía toda clase de regalos, abrazos y adulaciones, mi hermana tuvo que pasar sus 15 años encerrada en su habitación llorando.
Creo que eso fue una de las cosas más duras que ella tuvo que sobrellevar.
Con solo recordar me pongo muy triste y hasta lloro.
Siempre trate de estar ahí para ella y darle el amor que mis padres no le daban, pero aún así no fue suficiente.
Ella los necesitaba a ellos.
Pienso que por eso se portaba más mal, para llamar su atención.
Pero eso hacia que las cosas empeoraran.
Aparte de ser la favorita de mis padres y hermano.
También era la favorita de la iglesia.
Era la única que tenía el privilegio de participar en el altar y de servir en muchos ministerios como la alabanza entre otros.
El tiempo siguió pasando muy rápido y cuando me dí cuenta ya éramos unas jóvenes que muy pronto iríamos a la universidad.
Ayude a mi hermana en todo lo posible para que se pudiera graduar conmigo.
Todo iba aparentemente bien hasta ahí.
Hasta que...
Hasta que apareció Mario.
Él hombre que me robó el corazón.
O mejor aún, nos robó el corazón.
Porque Caroling también se enamoro de él apenas lo vió.
Al darme cuenta de su amor por él, decidí no interferir y dejar que ella fuera feliz.
Me propuse firmemente en sacarlo de mi corazón.
Sé que él sería lo mejor para ella.
Era un chico cristiano, hijo de pastor el cual también tenía ministerio y muy pronto sería un pastor.
Sabía que mi hermana sería feliz al lado de él, así que la dejé que luchará por su amor.
Grande fue mi sorpresa cuando él fue a hablar con mis padres y en vez de pedir su mano en matrimonio, pidió fue la mía.
No lo podía creer, estaba súper feliz porque en lo profundo de mi ser por más que había luchado para olvidarlo, todavía lo seguía queriendo.
Pero aún así cuando mis padres me preguntaron si estaba de acuerdo, me negué solemnemente, porque no quería quitarle a mi hermana su único amor platónico por así decirlo.
Fue así como pasaron los días y yo sufría en silencio por haber despreciado ese gran amor.
Habían noches que ni siquiera podía dormir en paz, por el solo hecho de estar imaginando una vida feliz al lado de Mario mi gran e imposible amor.
Él me seguía insistiendo.
Lo más duro era que me lo encontraba en todos lados.
—quedate con él —fueron las palabras que me dijo un día mi hermana mientras tenía su mirada perdida en la ventana —al fin y al cabo es a ti quien quiere.
—pero tu también lo quieres —rebatí.
—pero de que sirve eso sí él no, —me contesto —ademas yo ya me di al dolor, no es justo que sacrifiques tu futuro y felicidad por mi, además tu sueñas con tener un ministerio de pastora o esposa de pastor, yo sueño con casarme con un empresario que tenga mucho dinero.
Fue así que con él permiso de mi hermana, me decidí a aceptar el amor de Mario.
Pasaron los días y los meses.
Cuando me dí cuenta ya estaba comprometida, en los días para casarme.
No había marcha atrás, pronto me iría de casa a ser feliz con mi primer y único amor.
Pero un día las cosas dieron un drástico cambio.
Todo paso por mi culpa, me arrepiento tanto.
Aún recuerdo la fecha exacta de aquel terrible día el cual yo juzgue como normal.
Ese día mi hermano tuvo que salir de casa temprano por cuestiones de trabajo.
Mis padres fueron a visitar un hogar de la iglesia que estaba pasando por una situación difícil.
Mi hermana tenía que ir a las pruebas finales para ingresar a la universidad.
Así que la única que quedaba en casa era yo.
Mis padres no me hicieron ninguna recomendación por si a Mario de pronto se le ocurría ir.
No lo hicieron por obvias razones.
1. Ellos sabían que yo siempre me portaba bien.
2. Ellos también sabían que Mario era todo un caballero y jamás iría a verme siendo consiente de que yo estaba sola, además ya estábamos a solo unos cuantos días de unir nuestras vidas en matrimonio.
—no quiero ir —dice mi hermana frustrada.
—tienes que hacerlo —la abrazo y acaricio su cabello —de lo contrario no podrás ser una profesional, osea que tampoco podras casarte con ese millonario que quieres.
—de no ser por tu culpa, ya me habría casado con Jak, —me recuerda —además para casarse con un millonario no se necesita ser estudiada, solo se necesita ser hermosa y eso ya lo soy.
Cómo siempre mi hermana con sus cosas.
—aún así tienes que ir a la universidad, —le digo —al menos mientras conoces al millonario ese —le sigo la corriente.
Es ahí cuando a mi hermana se le ocurre una gran idea.
—¿Por qué no vas tu en mi lugar hermanita? —puso una carita tierna a la cual yo no me pude negar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro