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2. LA FIESTA.

Nota: ¡¡Holis, bendiciones!!.

Este capítulo va dedicado para mí secretaria 🥰🤗.

Dios te bendiga mas y más Caritho.

Quería agradecerte públicamente por ayudarme con esta hermosa portada para mí libro.

Que mi Dios te bendiga mucho más y te de cada día más talento.

He traído un versículo especialmente para ti.

Luego de ello pueden seguir disfrutando de este libro.

Santa Biblia Reina Valera 1960 - 1 Samuel 26
25 Y Saúl dijo a David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás. Entonces David se fue por su camino, y Saúl se volvió a su lugar.


Narra Fabricio:

¡¡¡por fiiiiiiin!!!.

¡¡¡Por fiiiiiiin!!!.

¡¡¡Por fiiiiiiiin!!!.

Finalmente tengo mi propio libro.

Ahora sí no le pienso dejar narrar a nadie así como casi no me dejaron a mi.

Por fin chiquitas llegaron al libro que desde un principio estaban buscando.

Sean cordialmente bienvenidas.

Lo sé.

Lo sé.

Lo sé.

Sé que se leyeron esos otros libros, solo para que la escritora publicará mi libro.

Se los agradezco inmensamente.

A pesar de que no las conozco en persona.

También tengo un espacio en mi corazón para amarlas a ustedes.

Quiero decirles que yo si tengo historia por contar.

Yo nací con una cuchara de oro en la boca, así que ya se imaginarán lo dura que ha sido mi vida.

Todos los días tuve que llevar un traje nuevo.

Desde bebe se ha hecho lo que yo quiero y punto.

Todo lo he tenido a pedir de boca.

Incluso entre a estudiar y todas las chicas me amaban.

Para ese entonces yo no me daba cuenta de que era tan guapo y solo tenía mente para una chica.

Hasta que...

Hasta que se formó el grupo de los J5.

Obviamente los J5 no sería un grupo completo sin mi.

Así que mi primito que es el líder me incluyo.

Claro que tuve que pasar una prueba.

Aquella prueba se trataba de algo muy sencillo, era ponerle el cuerno a mi "primer amor" por así decirlo.

Al principio no lo quise hacer, no de ningúna manera.

Hasta que al final cedí.

No quería pasar desapercibido, siempre he sido uno de los populares, de ninguna manera podía estar fuera de ese grupo.

Lo recuerdo como si fuera ayer...

Llegó al colegio como de costumbre acompañado de mi chica, apenas tengo 12 años, pero eso no me es impedimento para tener mi novia.

Aquí el que no tiene novia es un mojigato o mojigata.

Lo más seguro es que es un rarito o le gustan las personas del mismo sexo.

Caminamos hacia nuestra clase y de camino nos encontramos con los J4, los cuales al verme se comienzan a burlar, pero mi primo con una sola mirada los vuelve a dejar serios.

—¡Hola chicos! —muevo mi mano en forma de saludo, pero ellos que se encuentran en el segundo piso, deciden ignorarme.

—no me agradan esos chicos —comenta mi novia.

—a mi si —contesto —y deseo pertenecer a su grupo.

—¡No!, —dice ella —no quiero que seas igual de engreído que ellos.

—no lo será, —le digo —yo seré diferente porque te amo a tí.

Ella me mira poco convencida.

Seguimos nuestro camino hasta que de pronto mi novia chocó con la persona que no debería de chocar.

Es Gracia.


Una de las chicas más hermosas que estudia aquí, la cual tiene algo muy especial en su rostro.

Casi nadie sabe de su procedencia, pero todos los días llega en una limusina a estudiar, se rumora que sus padres son igual de millonarios que los de los J4.

Y aunque no lo parezca ella parece ser una chica de la realeza.

—perdón —se disculpa ella.

—no creo que con un "perdón" se solucionen las cosas —se atreve a decir mi novia.

No sé porque pero tengo un mal presentimiento.

Está chica es una chica apartada de la sociedad, no le gusta hablar con nadie.

Le gusta pasar horas y horas metida en el jardín leyendo un libro en todos los descansos y nadie se atreve a interrumpirla.

A pesar de que es muy hermosa, también es rara.

Es muy diferente a las otras chicas que estudian aquí.

—¿Que quieres que haga? —pregunta ella.

Noto que se siente un poco incómoda al tener que hablar tanto.

—¿Que estás dispuesta a hacer para que te perdone?. —pregunta mi novia.

—ella no tiene que estar dispuesta a hacer nada, —se escucha una voz a nuestras espaldas —si tienes un problema, arreglalo conmigo.

Volteamos a ver y nos encontramos con Jak mi primo encabezando a los J4.

Para colmo de males se han reunido la mayoría de estudiantes a ver la escena.

Gracia le da una sonrisa de boca cerrada a mi novia.

—ya lo oíste —le dice —dile lo que tiene que hacer para ganar tu perdón —continua su camino.

Jak se queda esperando a que mi novia diga algo, pero ella simplemente me toma del brazo y seguimos nuestro camino.

—¡Esto va para todos! —Jak alza la voz —el que se meta con aquella chica, toca la niña de mi ojo.

Desde ahí comprendí porque nadie se le acerca.

No sé que tienen ese par, pero para Jak ella es una chica muy especial.

A pesar de que nunca lo he visto cruzar ni siquiera una sola palabra con ella.

Es como si no se diera cuenta de su existencia, pero cada vez que alguien la mira más de la cuenta o le dicen algo, ahí empieza el problema.

—si miras como son —refunfuña mi novia —y aún así quieres estar en su grupo.

No contesto nada porque no quiero problemas, además ella es muy especial para mí, nuestro amor comenzó desde que éramos niños.

Entramos al salón en dónde varias de mis compañeras ponen su mirada en mi.

Yo las ignoro porque solo tengo ojos para mí querida novia.

Nos sentamos en el mismo puesto de siempre quedando los dos juntos.

Comienzo a jugar con su cabello mientras llega la maestra.

—buenos días a todos —saluda.

—buenos días —respondemos.

Es una señora un poco obesa, la cual tiene lentes porque ya se está quedando ciega, en fin...

Pienso que ya debería de jubilarse, además considerando que este es un colegio prestigioso, no deberían de estudiar maestras feas.

—Fabricio —dice mi novia en baja voz.

—¿Uumm?.

—sé lo que estás pensando.

«Ya me conoce bien».

—bueno hoy vamos a estar hablando de... —la profe se calla de golpe al ver quienes comienzan a entrar.

Nada más y nada menos que los J4.

«Ya me imagino yo en ese grupo».

Me quedo como tonto mirándolos hasta que pasan por mi lado.

—hola primis —saludo.

—mocoso —murmura al pasar por mi lado sin mirarme.

«Cuanto desearía ser el mayor».

Yo no tengo hermanos, pero Jak es como si lo fuera, es mi primo hermano y he hecho todo lo posible por ser de su agrado y parecerme a él.

Quiero estar en todo, incluso he hecho esfuerzos sobrenaturales, cómo estar en su mismo grado y esas cosas.

Pero parece que nada es suficiente, aún así no me pienso rendir, quiero ser como él y lo voy a lograr, quiero ser igual de popular y esas cosas.

—deja de estar pensando bobadas y concéntrate en la clase —dice mi novia al ver que tengo la mirada perdida.

Es ahí cuando me doy cuenta de que la maestra ya tiene medio tablero lleno.

«¿En qué momento sucedió eso?».

«¿Acaso es bruja o que?».

Aquí entre nos, siempre he sospechado eso.

Que día le dí mi tarea y apenas la vió dijo que era plagio, ni siquiera necesitó revisarla.

Por poco y me hace reprobar la materia, afortunadamente Jak abrogó por mi, de lo contrario ya llevaría un punto bajo.

Cómo siempre mi primito salvandome la patria.

Horas después.

Finalmente me pude despegar de mi novia porque se fue al baño, así que no pierdo oportunidad para ir a dónde están los J4.

Se encuentran en la cafetería del colegio, el lugar en donde más se gastan bromas, en dónde casi todos los días, cualquier sale con la ensalada de frutas en la cabeza o cosas así.

—hola chicos —saludo con ánimos.

Intento sentarme en la silla que está libre, pero Jason de una sola patada la tira al suelo.

—aquí no hay lugar para mocosos. —me dice con desprecio.

Jason es J4 un sujeto que apareció de la nada y ahora es el mejor amigo de mi primo, hay veces que siento celos de él, porque me quito el puesto, además anda en malos paso y sé que está induciendo a mi primo a eso.

Espero a que Jak diga algo, en mi defensa pero no lo hace, simplemente se dedica a ver la escena pensativo.

J2 y J3 comienzan a reírse.

—eso estuvo bueno —dice Deimond.

Yo lo miro furioso.

Deimond es uno de los chicos más populares, solo por ser hijo de los socios de mi primo y porque salto de yo no sé dónde, le concedieron ser J2 cosa que obviamente es injusta.

—¿Te paso un pañuelo? —pregunta.

—dale su muñeco para que se vaya —bromea Erick.

Erick es J3 el tiene el privilegio que yo no tengo, tuvo la oportunidad de pertenecer al grupo sin necesidad de insistir, Jak personalmente se lo pidió e incluso le ayudo con la prueba que tenía que pasar, es muy afortunado.

Jak obviamente es J1 el que manda en el grupo y decide todas las cosas.

—mira —Jason me da una servilleta.

—¿Para que? —la tomo en mis manos.

—es para que te limpies los mocos —responde antes de empezar a reírse en junta de los demás.

Eso me saca de quicio.

Lo peor de todo es que se les comenzaron a unir las risas de los chicos de las otras mesas.

Ya no puedo más y saco mi lado malo.

—por lo menos yo soy un mocoso, pero al menos no soy un arrastrado, drogadicto al que ni siquiera sus padres quieren —le digo.

Inmediatamente la risa se le va y se pone rojo de la rabia.

Se levantó y en menos de un santiamén ya me tenía alzado de la camisa.

—repite lo que dijiste —me dice con odio mientras empuña su otra mano.

—dije que...

—¡¡Suficiente!! —habla Jak. —¡Suéltalo, es mi primo y no permito nada con él!.

—¡Entonces dile que se calle!. —contesta Jason.

Me suelta y caigo al suelo.

—pero tu fuiste él que...

—¡Cállate! —me dice Jak —y lárgate de aquí.

No me queda de otra que pararme de ahí en medio de la burla de los demás y volver por mi camino.

A medida que avanzo siento muchas miradas sobre mi y escucho algunos cuchicheos.

Me prometo mentalmente que algún día estaré por encima de ellos y los humillaré.

Cuando llego a la mesa de siempre mi novia ya está sentada.

Me mira con decepción y niega con la cabeza.

—no entiendo porque eres tan masoquista, siempre te gusta que te estén humillando. —me dice.

No le contesto nada porque todavía estoy furioso.

Así es un día en este colegio.

Muchos creen que estudiar aquí en la gran cosa, pero los únicos que disfrutan son los J4.

Horas después.

Voy caminando hacia la salida tomado de la mano de mi novia en medio de un rio de estudiantes que luchan por salir de primeros de aquella prisión.

Es así como le llamamos a este colegio.

—¿Ya oíste de la fiesta? —le pregunta un chico al otro.

—¿La de los J4? —pregunta.

—si, esa misma —responde el otro —va a estar buenísima.

—según creo la fiesta será en casa de J1.

«Increíble».

Van a hacer una fiesta en casa de mi tia y ni siquiera me han invitado.

«Esto no es justo».

—vamos Fabri —mi novia me jala al ver que me quedo parado —¿No me digas que estás pensando en ir a esa fiesta?.

—para nada —respondo.

Una hora después.

—por favor Jak —le pido —no puedes dejar a tu primo por fuera de la fiesta.

—claro que puedo.

Estoy acostado en mi cama hablando con él por teléfono.

—dejame ir.

—no, —responde sin titubear —una fiesta es para divertirse, si tú vienes tendré que hacer de niñera y no estoy de humor para eso.

—te prometo que me porta...

Corta la llamada sin dejarme terminar de hablar.

Pues independientemente de que él quiera o no, voy a ir a esa fiesta.

Mi teléfono se ilumina con una llamada de mi chica.

—hola —contesto.

Me quedo mirando hacia la mesa de juegos y me doy cuenta de que un soldado se cayó.

—hola Fabri llamo para invitarte a cine con mis amigas.

—me encantaría —me pongo de pie y me acerco a la mesa. —pero no puedo.

—¿Por qué?

—me duele el estómago —miento —por cierto voy a colgar, necesito ir al baño.

Termino la llamada.

Me agachó y recojo el soldadito.

—vamos amigo —le digo —tienes que estar en pie para la batalla.

Voy a mi closet y decido que ponerme para ir a esa fiesta.

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