13. UN MES.
1 Samuel 28
7 Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación.
Abro los ojos de golpe y me doy cuenta de que todo ha sido un sueño o mejor una horrible pesadilla.
«No creo que Elisa sea tan mala».
«¿O si?».
Dejó de pensar en bobadas, busco la toalla, me voy a duchar, pero antes de eso pongo mi música favorita a todo volumen y comienzo a bailar.
Debí de haber sido bailarín, soy muy bueno en eso, tengo unos pasos excelentes, aunque a decir verdad yo siempre he sido bueno no solo para el baile, sino para todo.
La mujer que se quede conmigo, se ganaría el premio gordo.
Osea nadie, porque yo soy muy guapo, como para irme a desperdiciar mi belleza y hermosura al lado de alguien, pudiendo sacar bastante provecho de ello.
Cojo el tarro de shampoo y lo uso de micrófono para cantar mientras bailo con todo el ritmo.
Dónde hubiera decidido ser cantante, le había quitado el puesto a Jason de ser el cantante más famoso del mundo.
Sigo sin entender como fue que se ganó ese puesto, tal vez fue porque supieron que era mi amigo.
Lo bueno de vivir solo es que haces lo que se te venga en gana y nadie te dice nada.
Recuerdo que en la casa de mis papás la demora era levantar la voz o subirle tantito al volumen del equipo que ya mi papá parecía que le iba a dar algo y comenzaba a gritar que hiciera silencio.
Que jartera.
Sigo cantando y moviendo mi cuerpo lentamente mientras me quito la camisa.
Si una de mis conquistas estuviera aquí, caería muerta de amor al verme hacer esto.
Definitivamente soy todo lo que ustedes necesitan, pero que lamentablemente nunca tendrán.
Minutos después.
Me miró en el espejo mientras peino mi cabello con los dedos y canto una canción con toda la pasión del mundo.
Definitivamente yo soy muy guapo.
Dónde hubiera optado por ser cantante, no me imagino el ídolo tan grande que sería.
Doy un doble giro practicando mi coreografía, la que me inventé ahorita.
De pronto me enrede o me deslicé por el piso mojado y me fui al suelo.
—¡Ay! —me quejó mientras sobo mi trasero.
Supongo que debo practicar más el baile.
Me pongo de pie y me voy caminando lentamente mientras me sobo la colita.
Ese golpe si que dolió.
En momentos así pienso que el universo me carga envidia por cuánto soy muy guapo.
Gracias a Dios estaba solo, porque dónde hubiera habido un J5, no me imagino la risa, hasta foto con video me habrían tomado.
Ellos son de las personas que no pierden oportunidad para fregarte la vida, tienes que andarte con mucho cuidado delante de ellos.
Tomo el control y le mermo volumen a la música, es entonces cuando escucho el sonido del timbre.
Camino hacia ahí sin dejar de sobar mi colita.
Miro por la pantalla y ahí está Elisa.
Afortunadamente no viene con el traje de la llorona ni su cabello luce un desastre.
Está hasta bonita, viene con el uniforme del colegio, incluso se ha subido la falda un poco más arriba.
Supongo que se escapó del colegio solo para venir a verme, ella sabe que soy tan, pero tan importante que hasta las clases del colegio se salta.
En mis labios sé forma una sonrisa y comienzo a maquinar dentro de mi.
«Tal vez debería de divertirme un rato».
«¿Será....?.»
Pero si lo hago ella se hará más ilusiones y luego querrá que me case con ella.
Pero lo que ella no sabe, es que aún no ha nacido la mujer que se case conmigo.
Definitivamente no voy a ceder.
Ella no entiende que a mí solo me gusta la diversión, quiere algo serio y eso es imposible.
¿Como voy a quedarme con ella cuando muchas mujeres están esperando su turno?.
Me doy media vuelta mientras ella toca el timbre de manera insistente.
—¡No me pienso ir hasta que me abras! —grita.
La ignoro y me voy para la cocina.
Le hago una llamada a mis escoltas para que la saquen.
Mujeres así se vuelven muy molestas.
Días después.
Me encuentro en el bar de Jason.
Todo luce calmado, estoy en la zona vip, un lugar exclusivo para gente como yo.
Cómo tod@s ustedes saben soy una persona exclusiva así que no puedo revolverme con cualquier gente.
Podrían hasta pasarme una infección con tan solo tocarme o verme.
Hay buena música de fondo, también hay muchas chicas lindas que pagarían por acostarse conmigo, pero hoy ni siquiera puedo pensar en eso, lo único que hago es beber como un desesperado.
Veo a J5 caminando hacia acá mientras se saluda con todas las chicas, no hace mucho salió de los baños con una, después de entrar con otra.
Ese es mi amigo que no pierde oportunidad.
Lo entiendo perfectamente ya que debemos aprovechar al máximo nuestra juventud, porque luego ya viene la vejez y no cualquiera dormirá con nosotros.
Aunque desde que tengamos dinero, podemos tener las mejores doncellas a nuestro alcance.
—¿Que pasa brother? —pregunta Jason sentándose a mi lado. —bebe con calma de lo contrario te vas a emborrachar muy rápido.
—eso es lo que quiero —contesto —quiero beber hasta quedar totalmente perdido.
Jason se me queda mirando sorprendido.
—pero... ¿Por qué? —vuelve a preguntar.
Recuerdo el porque estoy aquí y le doy un golpe a la barra.
—porque estoy llevado y ya no sé que hacer —respondo desesperado.
Jason se comienza a reír.
—¿Es enserio? —pregunta —estas llevado siendo toda una estrella de Hollywood bañada en billetes.
No lo aguanto más y suelto la sopa.
—es que Elisa me tiene mal —hablo con agonía.
—¡¡¿Te enamoraste de ella?!! —pregunta horrorizado.
Por poco y me trago la copa al escuchar eso.
—¡¡Obvio nooo!! —grito.
—¿Entonces? —pregunta Jason un poco más calmado.
Es ahí cuando le comienzo a contar la historia desde el principio.
No desde que nací, solo desde que se me ocurrió la gran idea de burlarme de la hija del pastor, hasta ahora que ella anda como una loca desquiciada persiguiendome.
Todos estos días parece una depredadora detrás de su presa y por más que la evito y la hago sentir mal, no se rinde, siempre se las arregla para buscarme y rogarme que le de otra oportunidad.
Siempre pensé que era un privilegio que las mujeres anduvieran detrás de ti, pero ahora con Elisa, siento que es una afrenta.
—creo que lo mejor será que me vaya del país para siempre —digo al final.
Jason levanta una ceja divertido.
—considerando lo que me has dicho, posiblemente se meta en tu maleta y se vaya contigo —se burla de mi.
Le doy una mirada fulminante a Jason por andar con esos chistes.
Aunque pensándolo bien si, aunque no se meta en mi maleta, se las arreglará para perseguirme.
—siento que estoy en graves problemas —me lamento.
Él pone una mano sobre mi hombro en señal de compañerismo, recordándome las reglas de los J5.
Uno para todos y todos para uno.
Siempre meteremos las manos al fuego por nuestros amigos.
—tu problema tiene solución —me da esperanza.
Lo miro esperando a ver qué es lo que me va a decir.
—sencillo, —se encoge de hombros —mándala a matar y ya está.
Lo miro con horror.
Jamás me imaginé que de la boca de mi amigo saldría algo así, es cierto que es malo, pero no me imaginé que fuera tanto.
También es cierto que no me aguanto a Elisa, pero eso ya sería demasiado, no me imagino yo pobre cargando con la muerte de alguien en mi conciencia.
—¡¡¿Estás loco?!! —exclamo.
—para nada, —se vuelve a encoger de hombros como si fuera algo muy normal —eso hace Jak con sus admiradoras cuando se ponen cansonas o ¿Por que crees que Shiney no volvió a aparecer?.
Un escalofrío recorre mi columna al pensar en eso.
Es verdad, Shiney ha desaparecido del mapa, lo último que supe fue que hacecho a Jak.
Está vez él no se puso a pedirnos ayuda como siempre lo solía hacer y está es la hora que no sé cómo se deshizo de ella, solo sé que desapareció.
Ni hablar de Ximena la hermanita esa de la iglesia que también lo quería, de ella tampoco he vuelto a saber, solo sé que un buen día no volvió a asistir a la iglesia y nadie la extraño.
Niego con la cabeza.
Esas desapariciones solo fueron mera coincidencia, Jak no es así.
Es cierto que es un carelimón y esas cosas, pero no es así.
Es cierto que me tiene chantajeado, pero no es así.
Es cierto que hasta la pobre Emily le tiene miedo, pero no es así.
También es cierto que hasta la demonia de Deimond le hace caso, pero no es así.
Incluso es cierto que a veces se desaparece del mapa, nadie sabe a dónde va, ni siquiera Emily que es su esposa, pero aún así con todo y eso, no es así.
Además es cierto que tiene una mirada con la que parece que te va a matar, pero eso no nos da derecho a pensar esa clase de cosas de nuestro gran y fiel amigo Jak que siempre nos saca de penas y nos lleva a descansar.
—no hace mucho tuve que botar un cadáver de una mujer que él mismo mató —continua Jason diciendo.
Lo miro con horror.
—¿Que? —pregunta —alguien tiene que limpiar el desastre.
Lo miro como si tuviera tres cabezas.
«Será que...».
Jason se comienza a reír.
—solo era broma —me dice sin contener la risa —ojalá hubieras visto tu cara de miedo.
Por un instante me lo creí.
Suspiro aliviado al saber que no es verdad.
Jason ríe un rato pero al ver que a mí no se me hace gracia, se queda serio.
—tranquilo —soba mi hombro —sé la forma en la que puedes librarte de esa chica.
—¿Así?. —alzo un ceja.
—solo que en el futuro tendrás que vertelas con Erick, —me asegura —no fue muy buena idea meterte con su hermana, él es un chico muy vengativo y tarde que temprano te las hará pagar y bien caras, de la forma que menos te puedes imaginar.
Él solo pensarlo me da miedo, pero sé que tarde que temprano se va a enterar.
—lo bueno es que es evangélico y no se puede vengar —le digo un poco más tranquilo.
—aún así —prosigue Jason —él se las arreglará para cobrarte esto de la mejor manera de tal manera que ni tu notarás que era una venganza, pensarás que fue mera casualidad o una terrible accidente, lo conozco muy bien y sé lo que digo.
Pienso por un momento en eso, pero decido arriesgarme, ya que de todas formas el tiempo no se puede devolver.
—¿Cual es la forma de quitarme esa chica de encima? —pregunto.
—dale dónde más le duele.
Me contó el plan con pelos y señales para que Elisa me deje en paz.
Es un plan tan cruel que por un momento considere la primera opción.
Pero si ella no me deja en paz, definitivamente no me queda de otra, de lo contrario terminará acabando con mi paz interior.
Le voy a dar un mes, solo un mes para que me deje en paz.
Narra Elisa:
Un mes después.
Meto la llave en la puerta de mi casa mientras pienso en lo que me dijeron.
Ya he intentado todas las maneras posibles de volver con Fabricio, pero todo ha fracasado hasta ahora.
Pensé que me había quedado sin recursos, pero una compañera de colegio me contó que a ella le pasó lo mismo con su novio y para que volviera a ella, le tocó ir donde una señora que sabe hacer cositas, trabajitos.
Dice que aquella mujer después de pedirle ciertas cosas como la foto de ese chico y alguna que otra prenda íntima.
Logro hacer que ese hombre volviera rendido a los pies de mi compañera.
Yo no quería hacer algo así, pero después de tanto estudiar las opciones, creo que no me queda de otra.
Entro a la casa, cierro la puerta detrás de mi y marco el número de mi compañera.
—¿Si? —contesta.
—hola —saludo mientras voy hacia la sala —¿Me puedes regalar el número de la brujita?.
—¿Él número de quién? —escucho la voz de mi padre.
Suelto el teléfono asustada y volteo a verlo.
Está sentado en la sala con mi mamá.
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