11. DEMASIADO TARDE.
Santa Biblia Reina Valera 1960 - Marcos 4
22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.
Siento como todo mi pulso se acelera y siento que voy a morir si mi hermano me encuentra aquí.
«¿Que excusa sacaré en mi defensa?».
«¿A donde iré con mi afrenta?».
Miro hacia bajo con la intención de tirarme pero con solo ver la altura ya me da vértigo.
Veo como Erick comienza a correr las cortinas lentamente.
«Definitivamente ya soy mujer muerta».
Erick no me va a pasar esto por alto, de ninguna manera.
«Dios mío».
Pongo mis manos en modo de ruego.
«Si tú me ayudas al menos a salir de esta, yo renunció definitivamente a Fabricio para siempre y me consagraré de todo corazón a ti».
Ruego mentalmente.
Las puertas del balcón se comienzan a abrir.
«Dios no me oyó».
Me lamento mentalmente queriendo tirarme por el balcón, la verdad es que no sé que pueda ser peor.
Lágrimas ruedan en abundancia por mis mejillas al pensar en la desgracia tan grande que va a caer sobre mi.
-¡Aquí nadie abre el balcón! -escucho la voz de Fabricio con autoridad.
Lo dijo con tal magnitud que el pobre de Erick inmediatamente cerró las cortinas.
-¿Por qué? -pregunta confundido.
-porque allá afuera hay paparazzis esperando a tomar una foto para hacerme cualquier escándalo -responde Fabricio -así que si quieres tomar aire, bien puedes marcharte.
Es así como Erick y Deimond salen de la habitación seguidos de Fabricio el cual no se fue sin antes echarle seguro a las puertas del balcón.
«Ahora sí me quede afuera».
Minutos después.
Estaba totalmente congelada del frío, incluso los huesos me dolían, mientras que adentro los chicos lo único que hacían era reír y ver películas.
Por lo visto ellos también tienen su noche de chicos, pero mientras ellos disfrutan yo no la estoy pasando nada bien.
Saco mi teléfono y le escribo a Fabricio, pero a la hora de enviarlo me da miedo que los chicos le quiten el teléfono y terminen leyendo el mensaje.
Conociendo como son uno nunca sabe.
Decido esperar un poco más, pero los minutos se hacen eternos.
Trato de dormir abrazada a mi misma, pero es en vano, el frió me lo impide.
Y pensar que podría estar en mi habitación bien cobijada, pero no, prefirí venir a ver a Fabricio.
Lo único que me queda es lamentarme de mi desgracia pero aún así tengo que ser agradecida porque pudo haber sido peor donde Erick hubiera abierto esa puerta.
Cuando finalmente todo se quedó en silencio y parecía habersen quedado dormidos, le envié el mensaje a Fabricio.
Yo:Fabri estoy en el balcón, por favor ábreme.
A los cuantos segundos apareció visto, pero nunca respondió, ni tampoco vino a abrir.
Horas después.
-muevete -escucho la voz de Fabricio que me habla de manera áspera.
Abro mis ojos y soy eclipsada por los primeros rayos de sol, me tapo con ambas manos.
-parate -me vuelve a decir Fabricio.
Me paro de ahí un poco entumecida con los huesos adoloridos y todavía temblando.
Se me rompe el corazón escuchar a Fabricio hablarme de esa manera.
Sigo sin comprender porque cambio tanto.
Le di todo lo que me pidió con tal de hacerlo feliz, pero parece que esto no le basto.
Me quedo mirándolo y me pierdo en sus ojos esmeralda.
Es tan pero tan guapo, que si me dice que me quedé yo lo hago.
Inmediatamente recuerdo lo que le dije a Dios anoche.
«Si tú me ayudas al menos a salir de esta, yo renunció definitivamente a Fabricio para siempre y me consagraré de todo corazón a ti».
Pero me duele tanto renunciar a él.
-deja de mirarme como si fuera Dios, -me dice -solo soy un ser humano.
Por primera vez en la vida no está siendo orgulloso cosa que me sorprende.
Aunque eso de ser orgulloso y egocéntrico es lo que lo hace tan único y especial.
-tomate una ducha caliente si quieres, -continua hablando -en la cocina hay té caliente para que se te pase el frío, luego de eso vete y por favor no vuelvas más, no quiero ser áspero contigo -es lo último que dice antes de salir.
Yo me vuelvo a sentar en el suelo y me pongo a llorar.
Horas después.
Llegó a casa sin anhelos de nada, quisiera ver a Erick y abrazarlo pero este se mudo a un apartamento, según mis padres lo hizo porque estaba aburrido de mi, yo no creo eso.
Voy con la intención de tirarme al mueble para seguir llorando pero me encuentro con mamá la cual sale de la cocina con un delantal el cual tiene dibujadas muchas vaquitas.
-hola mamá -saludo sin alientos.
-hola hija -se acerca y me da un abrazo -¿Que te pasó?.
-nada -bajo mi mirada al suelo.
-¿Como que nada?, pero si haz estado llorando, tienes los ojos rojos.
Como siempre las mamás lo conocen a uno bastante bien.
No puedo más y me suelto a llorar.
«Ojalá pudiera contarle toda la verdad y salir de esta farsa».
Estoy cansada de llevar está hipócrita vida, pero...¿Que más puedo hacer?, soy la hija del pastor, por tanto tengo que comportarme como tal.
Mi madre me abraza con más fuerza.
-cuentame. -dice.
Sé que si lo hago será mi perdición, incluso me pueden echar de la casa.
-¿Acaso esto tiene que ver con un chico? -pregunta.
Inmediatamente me aparto de ella.
-¡Nooo!, por supuesto que no -respondo de manera violenta -¿Por qué siempre creen que todo es por un hombre?.
El solo hecho de pensar que mi madre se entere me aterra, ella de ninguna manera puede saberlo.
-ya cariño -me tranquiliza -tampoco es para que te pongas así.
Ella tiene razón, es solo que me dio miedo sentirme descubierta.
Además no hay nada oculto que no haya de saberse y eso me aterra.
-perdón -me calmo -lo siento, es que odio que pienses eso, estoy así porque en la casa de Ema vimos una película muy triste que me marcó.
-¿Era cristiana? -pregunta.
-si, por supuesto, trataba de unas personas que mataban a los cristianos, se veía muy real.
Veo como mi madre pone cara de tristeza.
-esa es la razón porque siempre debemos de orar por nuestros hermanos que están padeciendo tales pruebas en otros países.
Yo asiento ante sus palabras.
-peliculas así nos hacen conscientes de la triste realidad. -continua.
-lo sé mamá, lo sé.
«Ahora se le da por predicar».
Por veces pienso que mis padres tienen complejo de predicción, supongo que es porque siempre están predicando.
Uno no les puede decir algo porque de una comienzan a citar la biblia y esas cosas.
-creo que voy a descansar un poco -le digo para librarme de la predica.
Camino hacia mi habitación.
-espera -me detiene.
La volteo a ver.
-tu padre está en el templo dando una enseñanza a unos hermanos que están en ayuno, me preguntaba si querías ir y dar algún aporte.
-no madre, -le digo -la verdad es que estoy muy cansada y prefiero descansar.
-esta bien -contesta quitándose el delantal -entonces iré yo en tu lugar, por cierto vino tu amiga a visitarte.
La miró sorprendida.
-¿Amiga? -pregunto.
-si, -camina hacia la puerta -Caroling, está en tu habitación.
«Oh no».
Me quedo mirando a la puerta sin saber que hacer.
La verdad es que Caroling es una chica muy buscadora de Dios y me da miedo que me descubra.
Pero yo me he vuelto una experta en mentir.
Me giro para ir a mi habitación y vaya susto que me doy al verla ahí parada.
-¡Caroling! -exclamo y corró a abrazarla.
Trato de disimular el susto tan terrible que me dio.
Le doy un fuerte abrazo al cual ella no me corresponde.
La miró y ella también me mira fijamente.
-¿Que pasa? -pregunto fingiendo tranquilidad.
«Su mirada no me gusta nada».
-todo lo que le dijiste a tu madre era mentira.
Siento un frío recorrer todo mi ser al escuchar esas palabras.
-no sé de qué me hablas -hablo nerviosa.
-sabes muy bien que si -dice sin dejar ni un solo momento mis ojos.
Miró hacia otro lado.
Se los dije.
Si sigo aquí me va a descubrir.
-de verdad que no sé de qué estás hablando -trato de sonar sincera -ahora si me disculpas voy a estar en el ayuno, así que creo que es mejor que te vayas.
Camino hacia la puerta o más bien corro.
-¡Elisa! -me llama -te conozco demasiado bien y sé que me estás mintiendo, más te vale que te arrepientas de lo que sea que estés haciendo, antes de que sea demasiado tarde.
Abro la puerta y salgo de ahí.
Camino rápidamente hacia el templo que gracias a Dios queda aquí mismo, entro y busco una silla para arrodillarme.
Suelto el aire que tenía contenido al sentir que ya me he librado.
Apenas me arrodillo intento hablar con Dios, pero tristemente las palabras no me salen.
No tengo palabras para hablar con Dios o simplemente el pecado me impide hacerlo.
«Ojalá nunca hubiera caído en esto».
Minutos después.
Escucho que ponen una silla a mi lado.
Abro mis ojos y veo que es Ema.
-Dios te bendiga Elisa -me saluda amablemente.
Desde un tiempo para acá nos la hemos llevado de maravilla y como no si es mi amada cuñada.
-amén -contesto.
-¿Ya viste quién llegó? -me pregunta.
-no. -respondo bajo.
-nada más y nada menos que la hipócrita de Jiseth.
Me giro a ver y efectivamente ya llegó, se encuentra arrodillada en el altar.
Ema le carga mucha rabia y con justa razón ya que anda de pícara con mi hermano, ayer incluso llegó en el auto con él, eso ya es demasiado.
Siempre se la pasa buscándolo, ni siquiera se valora como mujer.
-deberíamos de levantarle un falso positivo y acusarla con el pastor -dice Ema.
La miró sorprendida.
Aunque no es la primera vez que levantamos falsos positivos, el último que hicimos fue en contra de mi hermanito querido y funcionó ya que gracias a eso él está orando con Ema.
-¿No crees que es demasiado?. -pregunto ya que Jiseth es una niña de casa y levantarle algo así es un poco complicado, pero no imposible.
-creo que se lo merece -contesta mirándola con rabia -así se mantendrá lejos de mi Erick.
Por lo visto Ema está decidida a marcar territorio si o si.
Le va a tocar que se case rápido con mi hermanito o si no lo va a terminar perdiendo ya que Jiseth no es la única pretendiente.
Además si Jiseth no sé aparta de mi hermano, le va a ir muy mal.
Me inclina en la silla y sigo simulando que estoy orando.
Ema me toca el brazo.
La volteo a ver.
-mira quién llegó -habla emocionada.
Por su tono de voz deduzco quien es.
Me giro y efectivamente es Erick.
No sé si será porque es mi hermano pero yo lo veo normal, Ema al contrario no cesa de suspirar.
-voy a ir a saludarlo -se para de la silla y casi que corre hacia él.
Yo por mi parte me quedo en mi lugar sin saber que hacer.
Sin tan sólo no me hubiera fijado en Fabricio desde un principio, nada de esto me estuviera pasando.
Pero ya es demasiado tarde para regresar el tiempo.
Tampoco sé cómo alejarme de él, yo lo amo mucho y lo único que anhelo es que Dios trate con su corazón para que se arrepienta, así podremos casarnos y estar juntos por siempre.
Pienso que es la voluntad de Dios que él y yo estemos juntos, de lo contrario no lo habría puesto en mi camino.
Más minutos después.
-Dios los bendiga -saluda mi padre desde el altar. -los invito a acercarse.
Todos nos ponemos de pie y vamos cada uno con su respectiva silla, nos sentamos haciendo un ruedo.
-les invito a que estén de pie y abran sus biblias en Hebreos capitulo 13. -continua.
Todos hacemos lo que mi padre dice.
-vamos a estar leyendo la palabra de Dios en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
-amen -respondemos todos.
Mi padre comienza a leer en alta voz y nosotros leemos mentalmente.
- Hebreos 13
1 Permanezca el amor fraternal.
2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
3 Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.
4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
6 de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.
7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.
8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
10 Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo.
11 Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento.
12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
13 Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio;
14 porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.
15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
16 Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
18 Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo.
19 Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto...
Después de leer nos hizo sentar y comenzó a explicar los versículos, yo mientras tanto me fui en mis pensamientos.
A mí mente venía todo lo que me dijo Fabricio y eso me dolía bastante, trataba de que no me afectará pero era difícil.
-Elisa -me llama mi padre.
Salgo de mis pensamientos de golpe y lo miro.
-señor -respondo.
-¿Cual versículo te llamo más la atención?. -me pregunta.
Todos centran su atención en mi, yo mientras tanto no tengo ni la menor idea de que decir al respecto ya que no puse la suficiente atención.
-eh...-me quedo pensando, y al final digo lo primero que se me viene a la mente -el versículo que más me llamó la atención, fue el versículo cuatro.
-nos puedes hablar de ello -pide mi padre.
-¿Yo? -pregunto.
-si, ya todos hablaron al respecto de este capítulo, solo faltas tú.
«¿A que horas pasó?».
«¿Tan distraída estaba?».
Miró el versículo y me quedo pensando en lo que dice.
«4. Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios».
Siento el peso de mi conciencia al leer eso, pero aún así hago mi mejor esfuerzo y actuación.
-yo entiendo que debemos guardarnos para Dios y ser puros hasta el matrimonio como la palabra de Dios lo dice -respondo.
-¿Así como tú? -pregunta de repente el hermano Jak mirándome fijamente.
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