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Capítulo 1: El Despertar del Héroe

Narra Link:

"... Abre los ojos..."

Una luz blanca, tenue, aparece frente mío. Es pequeña, pero poco a poco incrementa su tamaño. Se vuelve tan grande que termina por envolverme en ella. Un ruido blanco está presente en mis alrededores, apaciguándose mientras deja pasar a la voz de nuevo.

"Abre los ojos..."

Una luz azul aparece en medio de la luz blanca, distorsionada. Lentamente las imágenes comienzan a hacerse claras en mi vista. La luz blanca empieza a desaparecer, abriendo paso a la luz azul y a un entorno oscuro.

"Abre los ojos..."

Mi vista se vuelve clara. Una patron extraño con luces azules se encuentra frente a mis ojos. ¿Dónde estoy? ¿Qué... ha pasado? Cierro mis ojos de nuevo, el cansancio me invade.

"Despierta, Link..."

Vuelvo a abrir mis ojos, obligando al cansancio irse. Escucho algo drenarse... ¿es agua? Me veo envuelto en ella. El agua se filtra en su totalidad y parpadeo unas cuantas veces más para despertar completamente. Finalmente, decido incorporarme hasta quedar sentado.

Miro mis alrededores. ¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar? Salgo del lugar en el que me encuentro, el cual parece ser una cama, y me pongo de pie. A unos metros frente mío se encuentra un pequeño pilar, iluminado en una tenue luz azul.

Camino hacia él, curioso por lo que sea que esté ahí. Al llegar, su luz se intensifica y segundos después saca un artefacto de lo más extraño. Pareciera que me lo está ofreciendo.

"Toma la Tableta Sheikah. Te servirá de guía ahora que saliste de tu letargo."

Esa voz... tomo la tableta en manos y la examino. De repente se ilumina, mostrando un símbolo. Me resulta tan familiar...

El mecanismo de donde ha salido la tableta regresa a su estado anterior y una puerta frente a mí a mi lado derecho. Coloco la tableta en mi cintura y me encamino hacia el exterior de la habitación. Durante mi trayectoria, me topo con algunas ropas: un pantalón viejo y una camiseta vieja; y vuelvo a quedar frente a otro mecanismo como el de la tableta.

"La Tableta Sheikah te abrirá el camino. Acércala a la terminal."

Hago caso a las indicaciones de aquella voz y acerco la tableta a la terminal. Ésta se ilumina y muestra un aviso: "Tableta Sheikah verificada. Se abrirá el acceso al exterior."

El mismo símbolo que vi en la tableta se ilumina en la puerta, y varios mecanismos accionan en conjunto hasta abrirla. Me coloco frente a ella, una potente luz pega en mi rostro y me cubro unos momentos hasta adaptar mi vista.

"Eres la luz que disipará las tinieblas que eclipsan Hyrule. Sal y cumple con tu destino..."

Subo unas cuantas escaleras y trepo un pequeño muro de rocas para lograr salir del lugar. Al estar finalmente en el exterior, troto hasta llegar al final de un precipicio. Veo el mundo de lo que parece ser Hyrule frente a mí, es inmenso. Increíblemente inmenso.

Observo todo el alrededor hasta que mi vista no alcanza, termino en una estructura grande y alta a mi lado derecho que no parece estar muy lejos. Luce como un templo. Abajo, a unos cuantos metros más a la derecha, hay una persona.

Está mirando en mi dirección. Se da media vuelta y se regresa a una pequeña fogata detrás suyo. Tal vez pueda explicarme qué hago aquí, así que camino hasta llegar a su lugar. Es un anciano. Estoy decidido a hablarle, pero una manzana asada atrae mi atención y el hambre que no sabía que tenía me gana, tomando la manzana en mis manos.

-¡Oye, tú, ladronzuelo! ¡Esa manzana asada es mía! -el anciano me reclama molesto y yo me sorprendo- ¡jo, jo, jo! -ríe al final- es broma, puedes quedártela. Ya veras que las manzanas están mucho más ricas asadas -parece amistoso- hum... Esto sí que es inusual. Hace mucho que no recibo visitas -dice intrigado-

-¿Quién eres? -finalmente pregunto-

-¿Que quién soy? Te aseguro que los detalles de mi vida son de poco interés -responde- Basta con decir que hace muchos años que llevo una vida solitaria en estas tierras -sonríe- lo cual me lleva a preguntarte: ¿qué haces aquí, joven? -ok, parece ser que él tampoco sabe qué hago aquí-

-¿Dónde estoy? -pregunto-

-¿Acostumbras contestar preguntas con más preguntas? -dice irónico- en fin, está claro que nuestro encuentro no es mera casualidad, así que te lo diré. Estás en la Meseta de los Albores, el lugar donde se construyeron los cimientos del Reino de Hyrule -se levanta del suelo y apunta con su bastón hacia la construcción que vi unos momentos atrás- aquel edificio que ves a lo lejos era un templo donde se oficiaban ceremonias importantes. De eso ya hace cien años. Ahora no es más que un montón de ruinas, al igual que el antiguo reino -vuelve a encararme- como ves, este lugar ha caído en el olvido. No es más que la sombra de lo que un día fue -y con eso, vuelve a sentarse frente a la fogata-

Decido continuar mi camino sin decir una palabra más y solo me despido con un ligero movimiento de cabeza. Miro hacia el templo, tal vez ahí pueda encontrar algo útil. Camino por unos cuantos metros más hasta que aquella voz me detiene.

"... Link... Link... Ve al lugar marcado en el mapa de la Tableta Sheikah."

De repente la tableta emite un sonido y la tomo en mis manos. Un punto naranja se encuentra iluminado en lo que luce como un mapa sin descubrir aún y veo mi localización. Guardo la tableta y me dirijo hacia el punto indicado.

Una vez ahí, veo una estructura oculta entre las rocas, tiene los mismos patrones que vi en aquel lugar donde me encontraba dormido. Dentro de ella, otra terminal se encuentra emitiendo una luz naranja tenue.

Me acerco y veo un agujero donde podría encajar la tableta fácilmente. Un aviso aparece: "Coloca la Tableta Sheikah". Tomo la tableta en mi mano izquierda y la inserto en la terminal. Ésta responde aceptando la tableta, insertándola por completo y su luz naranja resplandece. Otro aviso se muestra: "Tableta Sheikah verificada. Iniciando activación de la torre. Cuidado: se prevén fuertes temblores."

¿Espera qué?

Tal y como indica, el suelo tiembla debajo mío, haciéndome caer de espaldas. De repente, siento como la estructura empieza a ascender hacia el cielo. Unos momentos después se detiene y logro incorporarme. Miro a los alrededores, hay varias torres iguales en puntos lejanos. ¿Estaban ahí antes?

Miro la terminal de nuevo, la cual muestra otro anuncio: "Se va a actualizar el mapa". Una piedra encima de ésta se ilumina con un azul intenso y la información del área cae en una gota directo en la tableta. Me acerco a la pantalla y veo como el mapa se muestra completamente claro en un abrir y cerrar de ojos: "Se actualizó el mapa." La tableta me es entregada y vuelvo a guardarla.

Parece que ya he terminado todo aquí, así que opto por irme. Pero esa voz... vuelve a llamar mi atención. Algo se ilumina en un castillo a la lejanía. Troto hacia la orilla de la torre.

"Recuerda... Concéntrate... Trata de recordar... Has estado dormido durante los últimos cien años."

El suelo tiembla tomándome por sorpresa y yo trato de equilibrarme. Un aura maligna emerge del castillo. Tiene el aspecto de un monstruo.

"La bestia... Cuando la bestia recupere su verdadero poder, el mundo llegará a su fin."

La luz se intensifica y la bestia vuelve a ocultarse.

"Link... Debes darte prisa... Aún hay esperanza."

Bajo de la torre a pasos rápidos y al llegar a la superficie escucho una carcajada sonora, la cual me sorprende y me pongo en estado de alerta. De repente veo llegar al anciano volando desde el punto donde se encontraba cuando lo conocí y aterriza frente mío.

-Esto sí que es un acontecimiento curioso... -habla- de repente se elevaron una serie de torres como esta por todo Hyrule. Es como si se hubiera despertado un poder latente que se ocultaba en estas tierras. ¿Te importaría decirme si ocurrió algo... extraño cuando estabas en la cima de la torre? -me pregunta-

-Oí una voz -respondo-

-¡Una voz! ¡No me digas! -parece bastante sorprendido- ¿y esa voz te resultó familiar?

-No -pero siento que debería-

-Entiendo. Pues es una lástima -dice desanimado- ya habrás visto esa aura de malicia que rodea el castillo -apunta hacia el castillo- tiene nombre propio... es Ganon. Hace cien años, en estas tierras se contrabando el reino de Hyrule, que gozaba de paz y prosperidad -me relata- hasta que ese ser maligno despertó, y con su inmenso poder, arrasó con todo. Muchas vidas se perdieron... Sin embargo, consiguieron recluirlo en el Castillo de Hyrule, que simboliza la grandeza de estas tierras. Cien años han pasado y aún sigue ahí encerrado, esperando el momento de terminar lo que empezó -me mira- dime, joven... ¿Piensas ir a ese castillo?

-Sí -respondo decidido-

-Lo suponía -ríe- la meseta en la que nos encontramos está completamente aislada por un precipicio. Si saltaras desde esta altura... lo único que te esperaría en la niebla de abajo sería una muerte segura. Y necia. Aunque si tuvieras una paravela como la mía, ¡sería otro cantar!

-¿Paravela? -pregunto curioso-

-¡Jo, jo, claro! Un pobre hombre como yo no puede volar por ahí sin algún tipo de artilugio -ríe- no me importaría dártela. Pero tendrás que hacer algo por mí a cambio. A ver... -piensa- ¿qué te parecería intercambiarla por un tesoro que se esconde en un lugar no muy lejos de aquí? -me propone- ven conmigo. Quiero enseñarte algo

Dicho esto, camina seguido por mí hasta avanzar unos cuantos metros. Se detiene al pie de una roca mirando hacia la lejanía y yo me detengo a su lado.

-¿Ves ahí una especie de santuario iluminado? -apunta con su bastón hacia el lugar y yo miro una estructura envuelta en luz naranja- empezó a brillar justo cuando aparecieron las torres. Yo diría que un sitio así debe de custodiar algún tipo de tesoro oculto -ríe- quieres mi paravela, ¿no? Pues yo quiero el tesoro

Supongo que no tengo otra opción por ahora, así que me dirijo hacia el santuario indicado. Una vez ahí, coloco la Tableta Sheikah sobre la terminal y ésta se activa: "Se ha verificado la Tableta Sheikah." Un círculo con patrones se ilumina de azul detrás mío y lo miro: "Se va a registrar esta ubicación en el mapa como punto de teletransporte. Se va a desbloquear la entrada."

La entrada se abre y el santuario se ilumina de azul. Entro al santuario y una plataforma me lleva a algún punto subterráneo. Una vez completamente abajo, salgo de la plataforma y miro con sorpresa mi alrededor.

"Mi nombre es Oman Au. Tú, que entraste a mi santuario, recibe un desafío en nombre de la Diosa Hylia."

Me adentro al santuario, ubicando otra terminal, por lo cual me acerco a ella y dejo la Tableta Sheikah a su disposición. La terminal vuelve a depositar información en la tableta y veo que me ha agregado un módulo: Magnesis.

Aprovechando mi nueva herramienta, soy capaz de avanzar por el santuario considerado como una prueba. Sin demorarme mucho, logro llegar al final en donde al final de unas escaleras se encuentra un hombre encerrado en un cubo azul, meditando pacíficamente.

Me acerco a él y toco el cubo, provocando que éste desaparezca en fragmentos. El hombre es un anciano, parece una momia, y su voz resuena en todo el santuario.

"Soy Oman Au, fundador de este santuario. Soy el monje encargado de juzgar el poder de todo aquel que llegue aquí, y de guiarlo para que venza a Ganon. Ahora que al fin ha aparecido un héroe verdadero, ha llegado el momento de cumplir con mi cometido. Por lo tanto, seguiré los designios de la Diosa Hylia... y te haré entrega de un orbe del valor."

Después de sus palabras, una esfera violeta con el símbolo de una cresta aparece frente mío y la tomo algo curioso por el acontecimiento. Miro al monje y éste parece sonreír.

"He cumplido con mi encomienda... Que la bendición de la Diosa Hylia te acompañe dondequiera que vayas."

Y así, se desintegra frente mío y yo soy sacado del santuario hacia la superficie. Una vez fuera, vuelvo a escuchar la sonora carcajada del anciano y lo veo volar con su paravela hacia mí. Aterriza frente mío y me mira con una sonrisa.

-Veo que conseguiste un orbe del valor. ¡Buen trabajo! -me felicita, espera ¿qué?-

-¿Cómo lo sabes? -pregunto algo sorprendido-

-¡Soy vidente! O algo por el estilo... -responde no del todo seguro- con la edad, la vista se estropea, pero también uno es capaz de percibir otras cosas. O a lo mejor soy el único, ¡jo, jo, jo! -ríe- no es casualidad que hayan aparecido esas torres y que se haya activado el santuario. Todo se debe a esa Tableta Sheikah que llevas sujeta al cinto -apunta con su bastón hacia la tableta-

-¿Qué quieres decir? -estoy confundido aún-

-En cuanto vi la Tableta Sheikah, esta historia me volvió a la memoria... Antiguamente, en estas tierras habitaba una civilización muy avanzada conocida como los Sheikah -relata- Gracias a su gran poder y sabiduría, evitaron innumerables desastres que amenazaron este mundo. Por desgracia, esa civilización desapareció hace muchísimos años... o al menos eso es lo que se cree. Es asombroso que uno de sus legados haya sobrevivido todo este tiempo dentro de un santuario -sonríe- ahora escúchame bien, joven. Hay más santuarios como éste esparcidos por la meseta. Sin ir más lejos, se encuentran otros tres. Obtén el orbe del valor de cada santuario y recibirás mi paravela como recompensa -ríe-

-¡Ese no era el trato! -reclamo algo molesto-

-Bueno, supongo que he reconsiderado el precio. No temas, para alguien joven como tú, será pan comido -sonríe- mira, como muestra de buena fe, te daré un consejo que te servirá para encontrar los santuarios y otras cosas. Cuando estés buscando algo, súbete a un lugar elevado para observar mejor la zona -me recomienda- vamos a ver... ¿Por qué no vuelves a subir a la torre de antes? -miro hacia la torre, algo exhasperado por tener que subir toda esa distancia-

-¿Va en serio? -pregunto-

-Jo, jo, jo. No te enojes. Aún me queda otra cosita por enseñarte -ríe- consulta el mapa de la Tableta Sheikah -saco la tableta y abro el mapa- ¿ves que el santuario del que acabas de salir y esa torre están señalados con unos íconos azules?

-Sí -respondo-

-La Tableta Sheikah posee el poder de teletransportarte a esos lugares... o eso dicen. Quizá no funcione, al ser un artefacto tan antiguo, pero no pierdes nada por probarlo -se gira a ver la torre y con eso finaliza nuestra conversación-

Supongo que no me queda de otra más que hacer lo que me dice por ahora. Abro el mapa de la tableta una vez más y selecciono el punto de la torre. En un abrir y cerrar de ojos, me encuentro en la cima de ésta, sorprendido y a la vez intrigado por las funciones de este aparato.

Sin problema alguno, logro localizar los demás santuarios y descubro una función en la tableta que me permite marcarlos para no perderlos de vista. El día cae y la noche avanza mientras me encuentro obteniendo los orbes de valor de cada santuario.

En un punto, me veo en la necesidad de pedirle una prenda para el frío al anciano, ya que en unas montañas nevadas se encuentra el último santuario. Una vez terminadas todas mis tareas, salgo triunfante del santuario y vuelvo a ver al anciano volar con su paravela hacia mí. Aterriza frente mío y me sonríe.

-Con este último orbe del valor, ya has completado todos los santuarios que había en esta zona. Jo, jo, jo -ríe- Link... Ha llegado el momento de contártelo todo. Si te imaginas una X en el mapa con los santuarios en los extremos, verás el punto donde las líneas se cruzan -me indica- ahí es donde debes ir. Te estaré esperando. En el lugar... donde se cruzan... -su anatomía se ilumina en un azul turquesa, tomándome por sorpresa, y desaparece ante mis ojos-

Sin demorarme un segundo más, saco el mapa y trazo la X imaginaria. Los santuarios se unen... en el Templo del Tiempo. Corro a toda prisa directo al lugar, observo el cielo, parece que ya va a amanecer. Llego al lugar y busco señales de vida del anciano.

-Estoy aquí arriba. Apúrate y sube -lo escucho hablar y miro hacia el techo-

Busco alguna escalera que me lleve con él y llego al tejado. Con cuidado avanzo para no caer y tener una muerte segura y finalmente llego con él. Unas llamas azul turquesa lo envuelven, es como si fuera un fantasma. Al verme, ríe a carcajadas, satisfecho por mi logro.

-No esperaba menos de ti. Ahora, supongo que llegó el momento de revelar mi identidad -su semblante se torna serio- mi nombre es Rhoam Bosphoramus Hyrule. Yo fui el último monarca de Hyrule, un reino que ya no existe -una fuerte luz azul lo envuelve, cegándome por unos momentos y provocando que me cubra. La luz se desvanece y veo con claridad su aspecto. Ahora lleva los ropajes de un rey- Fue hace cien años que el cataclismo devastó mi reino. Todo quedó en ruinas. Y yo, también caí ante su ira. Sin embargo, conseguí que mi espíritu lograra perdurar. No quise abrumarte con todo esto justo cuando despertaste. Fue por eso que asumí otra identidad para poder guiarte -me explica mientras ve hacia el Castillo de Hyrule- discúlpame.

-No, no hay problema, entiendo su posición -respondo, sintiendo como mis confusiones se van desvaneciendo un poco y me mira-

-Ahora ya estás preparado para saber qué ocurrió hace cien años... -comienza a relatar-

"La verdadera naturaleza de Ganon se pierde en la noche de los tiempos. El Rey demonio nació en este reino, más la malicia lo devoró y lo convirtió en lo que ves ahora. Las historias de Ganon se transmitieron durante generaciones en forma de leyendas y cuentos. Sin embargo, en algún momento del pasado llegó a nuestros oídos una ominosa profecía. Decía así: "Numerosas señales indican el retorno de Ganon. Aunque el poder para enfrentarlo yace enterrado en el reino".

Decidimos hacer caso a la profecía y comenzamos a excavar por todo el reino. Así fue como descubrimos múltiples reliquias que nuestros antepasados habían diseñado. Por un lado, las Bestias Divinas, cuatro gigantescas reliquias que aprenderíamos a controlar. Y, por otro, los guardianes, unos mecanismos que luchaban con voluntad propia. Estos hallazgos se ajustaban a las leyendas que durante años habían circulado por el reino y hablaban de un pasado remoto.

Decían que la princesa de la familia real, con un poder sagrado... una joven portadora del alma de la Protectora de la Trifuerza... y un caballero elegido por la espada de la leyenda confinaron a Ganon con la ayuda de las reliquias. Hace cien años también existía una princesa con el mismo poder, una joven con la misma alma y un caballero excepcional. Así que decidimos replicar el plan que habían diseñado nuestros antepasados.

Elegimos a cuatro valientes que poseían un gran talento y les encomendamos la difícil tarea de controlar a las Bestias Divinas. La princesa asumió el papel de líder, y los nombró "campeones" un título digno de su encomienda. Ahora que contábamos con la princesa, la protectora y los campeones, estábamos seguros de la victoria.

Sin embargo... la malicia de Ganon no conocía límites, y nos atacó de una manera totalmente inesperada. Surgió de los cimientos del Castillo de Hyrule... y se apoderó de las Bestias Divinas y de los guardianes, volviéndolos en nuestra contra. Tanto los habitantes del castillo como los cuatro campeones perdieron la vida. El caballero y la protectora sufrieron graves heridas y cayeron inconscientes mientras defendían a la princesa.

Y fue así como el cataclismo, Ganon, acabó destruyendo el antiguo reino de Hyrule. No obstante... la princesa logró sobrevivir, y sola se enfrentó a Ganon."

"Link... eres nuestra única esperanza junto con Lana. El destino de Hyrule... depende de ustedes."

Otra vez... la voz de esa chica... ¿quién es Lana?

-Esa princesa es mi hija... mi querida Zelda -el rey me distrae de mis pensamientos, continuando su historia- y el caballero y la protectora que la protegieron hasta su último aliento... -se gira a verme- esos fueron Lana y tú, Link -oh, así que Lana es la protectora- lucharon con todas sus fuerzas hasta casi morir... Casi. Los llevaron al Santuario de la Vida, donde al menos tú estuviste dormido durante cien años. -me explica-

-... ¿Y dónde se encuentra Lana? -inexplicablemente, siento mi corazón latir con fuerza, como si algo dentro mío realmente le preocupara su paradero-

-... Desafortunadamente, el paradero de la Protectora Lana nos es desconocido -responde, algo apenado- solo aquellos que la llevaron al otro Santuario de la Vida saben su ubicación, pero eso fue ya hace cien años, aquellos que estuvieron con ella en ese tiempo ya no están en este mundo. Si tú has despertado, no deberá pasar mucho tiempo para que ella lo haga también, sino es que ya despertó -opina-

-¿Y la voz que he estado escuchando?

-La voz que oíste al despertar y que ha estado guiándote pertenece a Zelda -me responde, seguro de su respuesta- ahora, ella sigue luchando sin descanso en el Castillo de Hyrule para contener a Ganon. Pero el poder de mi hija pronto se agotará. Cuando eso ocurra, nuestro enemigo quedará libre y destruirá esta tierra en su totalidad... es necesario que tú y la protectora estén presentes en Hyrule para el enfrentamiento contra Ganon.

-De acuerdo... -asiento con la cabeza-

-Link... Lamento mucho tener que poner esta carga sobre tus hombros. Pero aún así debo pedírtelo -habla apenado- encuentra a Lana. Derroten a Ganon. Por favor, salven a nuestra gente y a mi hija. Lo que te pido no será fácil. Ganon aún controla a las cuatro Bestias Divinas y a los guardianes que vigilan el Castillo de Hyrule. En tu condición actual, ir al castillo sería una temeridad -avanza hacia otro punto hacia su derecha- te sugiero que primero visites una aldea que se encuentra hacia el este -me acerco a él mientras apunta con su mano al lugar- su nombre es Kakariko. Ve hasta allá y busca a una mujer llamada Impa. Ella sabrá guiarte, y si tienes suerte, tendrá algún indicio del paradero de Lana

-Ok... la Aldea Kakariko, buscar a una mujer llamada Impa -recopilo la información-

-Si te pierdes, usa el mapa de tu Tableta Sheikah para encontrar la aldea -el rey me sugiere- debes seguir la senda que atraviesa los Picos Gemelos y tomar la ruta del norte -se gira a verme y me entrega en manos la paravela- toma. Aquí tienes mi paravela, tal y como había prometido. Ahora ya podrás descender de la meseta con total seguridad. Y con eso... Te he confiado todo cuanto estaba en mi mano -sonríe- cuento contigo... Link -dicho esto, se desvanece completamente-

Bien, parece que tengo cosas importantes que cumplir. A pesar de que aún me siento confundido y no recuerdo nada de lo que al parecer he vivido, estoy dispuesto a ayudar a este reino una vez más. Debo encontrar a Lana, quien parece ser una pieza importante para derrotar a Ganon, y salvar a la princesa junto con Hyrule.

Preparo la paravela y sin más preámbulos me lanzo por los aires directo hacia las afueras de la meseta. Primera parada: la Aldea Kakariko.

Foto de Multimedia: Artwork de Link observando el reino de Hyrule.

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