𓏲 💗 ࣪˖ capítulo O1 ⊹
primera parte: su linda y juguetona rosé.
Si le preguntan a Lisa, puede afirmar que es la omega con más suerte del mundo.
No solo por ser bendecida con tener el privilegio de encontrar su alma gemela, la pareja que había elegido la Diosa Luna para ella, sino que le había además, regalado tres hermosas y muy protectoras alfas que la amaban como ella a ellas.
Ese día en particular le tocó quedarse en casa sola con una de ellas, pues Jennie estaba en una reunión importante en su disquera y JiSoo trabajaría hasta tarde en la empresa.
Queda para ella, Rosé, quien, de las tres hermanas, era la más dulce y quizás diplomática.
Era una travesía diaria estar con las tres al mismo tiempo, aunque nunca se quejaba, eran adorables a su manera. JiSoo era la mayor de las trillizas, esta podría decirse que era la más tranquila, casi siempre pasaba su tiempo trabajando porque según ella, era una buena manera de ocupar el tiempo, o la pasaba durmiendo cada que veía una buena oportunidad. En cuanto a su personalidad, podría bien ser la más cariñosa de las tres, al menos abiertamente, pues no tenía reparos en llamarla de maneras cariñosas siempre.
La siguiente era Jennie, se podría decir que de ellas, tenía el temperamento más fuerte, una lengua muy filosa y sin dudas, una mirada juzgadora, pero eso no era del todo cierto, aunque su linda alfa de cabello azabache sea algo volátil, también era un terrón de azúcar, quizás más dulce que sus hermanas, pero a escondidas, solo con ella, cosa que amaba.
Por última, pero no menos importante, estaba Rosé, era bastante cariñosa, quizás más que JiSoo en el sentido de que no solo era con apodos lindos, sino que siempre quería estarla abrazando y besando. Podría bien ser la más imperativa de las hermanas y ese día lo pasarían juntas, solo ellas hasta el anochecer.
Por lo general, Rosé se la pasaba trabajando, pero tenía horarios más flexibles que sus otras dos hermanas, por lo que solía pasar más tiempo en casa con Lisa.
Justo en ese momento se había sentado en el sofá solo para dar pequeños mimos a la omega, quien no hacía mucho tiempo había despertado y gracias al frío del invierno se encontraba envuelta en algunas mantas, aún adormilada.
Y muchos se preguntarán si Lisa no tiene trabajo. Bueno, a pesar de que sus novias gozaban de un excelente estatus económico, ella también trabajaba. Era modelo, así que constantemente Rosé la usaba como su musa y se presentaba en sus pasarelas.
Porque si, Roseanne Kim tenía un ligero gusto por la moda, así que además de su empleo de compositora, también era una exitosa diseñadora de modas.
Aunque, cuando la omega no ocupaba su tiempo para modelar, simplemente impartía algunas clases de danza en la academia de su amiga Mina.
—Lili, ¿Estás cansada? Puedes seguir durmiendo si gustas —la estaban malcriando—. Las otras llegarán tarde, además, te quedaste hasta la madrugada ayudando a Jennie. Te lo mereces.
Si, la estaban malcriando, las Kim eran un poco -muy- consentidoras, desde que conocieron a la omega se habían obsesionado con tenerla, y no de manera obsesiva; sino que fue amor a primera vista. Aunque fue gracioso al principio porque ninguna quería compartir, más bien era una pequeña competencia, hasta que claro, Lisa tuvo que intervenir y declarar que no iba a decidirse por una.
Y podrían decirle como quieran, pero no es que fuese egoísta queriendo acaparar todo, sino que su corazón latía igualmente por las tres, simplemente no podía tener solo una porque se sentía incompleta, su hilo rojo tenía tres extremos ¿Podían culparla? Ella solo tuvo la suerte extraña de nacer hecha para unas trillizas así como las mayores para ella.
—No debo dormir más, Rosie. Debemos comer algo y quiero jugar en la nieve contigo. Es nuestro día libre —le sonrió tomando su rostro para detener aquellos dulces besos—. Me prometiste hacer un muñeco, ya busqué la zanahoria y una bufanda, espero que no te moleste, fue una de tu colección pasada de otoño.
Una jovial risa fue lo que escuchó en respuesta, la alfa no tenía ningún problema con que su linda chica tome prendas de ropa, de hecho, es algo que la omega suele hacer con las tres.
Y bueno, ellas se pelean por ver quién le cedería la siguiente prenda. Otra cosa destacable era, que tener novias con trabajos particulares era algo que traía ciertos beneficios a la menor.
Rosé solía regalarle ropa muy seguido, de hecho, la alfa se inspirada en alguna prenda y de inmediato la diseñaba sabiendo qué le quedaba hermoso a su omega, y sabe que a esta le gustaba.
Si su linda Lisa veía algo o quería algo, pero no podía conseguirlo, ella simplemente lo hacía, era algo que amaba y la hacía sentir como una buena pareja.
—No seas berrinchuda, aún es temprano, haremos de comer, pero debes dormir un poco más ¿Está bien? Luego jugaremos todo lo que quieras.
¿Cómo podía Lisa decirle que no a eso? Aveces, y solo aveces, le ponía las cosas algo difíciles a Jennie debido a su temperamento habitualmente retador, unas pocas veces a JiSoo, quien solía ser cabeza dura cuando quería. Pero no podía negarse a su rubia porque ella es con quién menos se enojaba de las tres.
—Bien...
Aunque claro, eso no evitó que un puchero se instale en su rostro.
Honestamente, amaba jugar así con la resistencia de sus novias, sabe que ellas eran débiles con su presencia y casi siempre lograba cualquier cosa que se propusiera. La más difícil de convencer para ciertas cosas era JiSoo, pero igual caía.
Así que luego de un buen desayuno, Lisa durmió en brazos de su novia rubia y luego estas salieron a jugar en la tarde, había frío, por lo que fue bastante efímero aquel momento.
Posteriormente, solo se quedaron jugando dentro a la pasarela, con Rosé usando algunos de esos momentos para hacer vestuarios mentales que implementaría más adelante.
Por cosas como esas, amaba estar con su alfa de cabello rubio, su linda y juguetona Rosé.
¡Gracias por leer!
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