Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

8

Jungkook

Escuché el auto de EunWoo estacionarse por lo que rápidamente corrí hacia el centro del salón para esperar su llegada, en solo segundos las puertas se abrieron dejando frente a mi la silueta de aquella mujer que dominaba mi corazón con  cada suspiro.
No pude evitar sonreír al ver su mirada angelical una vez se dio cuenta de mi presencia por lo que rápidamente corrió hacia mi para abrazarme, inmediatamente yo correspondo.

—No puedo creer que ya estés aquí mi Luna. —beso su frente— Te necesitaba tanto.

—Yo también. —sonríe.

Lentamente mi mirada se dirige hacia el castaño con las intenciones de agradecerle pero él solo me regala una expresión con el ceño fruncido.

—¿EunWoo esta todo bien? —niega y escucho una pequeña sonrisa por parte de la trigueña— ¿Pueden explicarme que sucede?

—¿Qué sucede? —lo miro confundido— Esa loca casi me asesina, creí que vería mi vida pasar ante mis ojos. —río aún confundido— Casi me lanza un jarrón.

Miro nuevamente a la chica frente a mi quien aún intenta contener su hermosa sonrisa. No comprendía lo que sucedía pero conociendo las reacciones del castaño y las ganas de reír a todo pulmón de Yaeri sabía que todo estaba más que bien pero aún así quería conocer el porqué de esta reacción.

—Se refiere a mi amiga... casi estampa un jarrón en su cabeza.

—¿Te refieres a SoHyun? —asiente— ¿Qué le hiciste EunWoo?

—¿Cómo me preguntas eso Jungkook? —finge estar ofendido— ¡Casi muero!... Solo fue el accidente en aquel café.

—¿Quieres decir que SoHyun, la amiga de mi Yaeri es la misma chica a la que le hiciste perder todos sus documentos ese día? —asiente— Oh por dios EunWoo... —doy una carcajada— Me alegro de que aún sigas vivo.

—Eres muy insensible Kook. —río nuevamente — Mejor me voy a mi habitación... —camina en dirección a las escaleras pero luego se detiene volviendo su mirada a mi— Por cierto, quiero un aumento.

No pude evitar reír por sus palabras antes de verlo desaparecer escalones arriba, EunWoo era parte fundamental de todas nuestras empresas, tenía dinero suficiente y aún así cada día me pedía un aumento por cada cosa que hacía. Mi primo fue quien único no me abandonó cuando más lo necesitaba así que le debía más que todo en esta vida.

—¿Y bien? —volví mi mirada a la trigueña para luego acercarme y dejar un corto beso sobre sus labios— Debo admitir que me volví completamente loco cuando escuché que nos encontraríamos... deseaba verte.

—Yo también Jungkook. —sonríe— Necesitaba sentirte a mi lado, sentir tus caricias y tus besos...

—No se hable más hermosa. —no dejé salir otra palabra de sus labios cuando sujeté fuertemente sus caderas contra mi cuerpo sacando un leve gemido por su parte— Estaba deseando tener tu cuerpo nuevamente solo para mi.

Maldije cientos de veces cuando el sonido de su celular interrumpió el momento haciendo que se alejara un poco de mi para tomarlo y contestar.

¡Que suertudo eres Jeon!

—¿SoHyun? —sonríe— Si, no te preocupes, estoy bien... No tienes que asesinarlo —da una pequeña carcajada— ¿Jungkook? —la miro extrañado al escuchar mi nombre ser mencionado, ella solo me mira sonriente— Si él está a mi lado... ¿Quieres hablar con él?... —me entrega su celular— Quiere decirte algo.

—¿SoHyun?

Jungkook, hola... se que no hemos hablado nunca pero te diré algo.

—Claro, adelante.

Cuida de Yaeri por favor. —sonrío— Es la mujer más fuerte que conozco y merece mucho amor.

—No te preocupes SoHyun. —miro a la trigueña y ella sonríe — La amo demasiado como para lastimarla.

—Eso me tranquiliza. —escucho una risa al otro lado de la línea— Hoy es su cumpleaños, por favor hazla feliz por el resto de este día. —rápidamente mis ojos intentaron salirse de su órbita— Ella lo merece demasiado después de todo lo que ha sufrido.

—No te preocupes SoHyun, yo me encargaré.

Luego de escuchar una aceptación por parte de la chica finalicé la llamada y luego coloqué el celular nuevamente en su lugar para acercarme a la trigueña y elevarla haciendo que colocara sus piernas al rededor de mi cintura.

—Feliz cumpleaños amor. —beso lentamente sus labios, ella corresponde— Supongo que ya es hora de entregarte tu obsequio.

—Pero no sabías que era hoy...

—Solo sígueme.

Asiente y con cuidado la ayudo a retomar su postura para luego tomar su mano y subir. Nunca había sido capaz de dejar a una mujer entrar en mi habitación pero Yaeri era diferente, ella lo merecía todo, se había ganado el lugar más profundo en mi alma y solo ese lugar le pertenecería a ella.

Yaeri

Al entrar en la habitación de Jungkook simplemente quedé impresionada con la textura que se revelaba ante mi. Todo estaba perfectamente ordenado y acomodado cosa que me hacía sentir perfectamente cómoda aunque mis nervios ahora eran mayores.

—Cierra los ojos por favor. —asiento y eso hago— Solo dame un minuto.

Escuché un pequeño silencio y luego algunos pasos y después de eso pude sentir como sus manos sostuvieron mi cintura para hacerme caminar hacia el frente, con leves movimientos simplemente me dejé llevar hasta detenernos nuevamente.

—Ya puedes mirar.

Obedecí su orden y lentamente levanté la mirada encontrándome con un hermoso retrato de la primera vez que vi a Jungkook. Quedé completamente en estado de Shook ante semejante escena.
Yo era la mujer de aquel retrato y él lo llevaba como adorno sobre la pared de su habitación... ni siquiera logré contener mis lágrimas.

—Fue la primera vez que me miraste directamente a los ojos. —sonríe para luego besar mi mejilla— Nunca olvidaré ese pequeño instante.

—¿Tú lo has dibujado?

Asiente y sin pensarlo dos veces corrí hacia él para besar sus labios con necesidad. Definitivamente lo amaba y sabía que podía amarlo porque me lo había demostrado. Todo lo que nunca había sentido por nadie Jungkook se lo había ganado, se habían ganado mi alma y mis esperanzas y con cada momento a su lado me imaginaba el futuro más hermoso. Jungkook era lo más importante para mi.

—Jungkook yo... —me mira— Yo te amo.

—¡Por dios, estaba rogando porque lo dijeras mi amor!

Lentamente caminó hasta posicionarse tras de mi para luego comenzar a bajar el cierre de mi vestido cuidadosamente haciendo que este callera al suelo y así dejando todo mi cuerpo a su disposición y por supuesto yo no me interpondría. Sentí mi piel erizarse al comenzar sus besos húmedos por sobre mis hombros mientras sus manos delineaban mis caderas apretandolas contra su cuerpo, cosa que nos hacía estremecer a ambos.

Poco a poco me giré nuevamente hacia él para encargarme de quitar su camisa y lanzarla a cualquier lugar de la habitación revelando completamente para mi su abdomen bien marcado y sus exitantes tatuajes que cubrían su brazo y así simplemente me elevó acomodándonos sobre el suave colchón creando con sus apasionados besos un delicioso camino de ellos hasta mis bragas. Sin pensarlo una última vez nos desasimos de nuestra ropa interior y con delicadeza se adentró en mi haciendo que varios gemidos se escucharan por parte de ambos. Mi vergüenza se escabulló de un momento a otro cuando mis manos se dirigieron hasta sus caderas haciendo una mayor presión contra mi, haciéndome arquear mi espalda por unos segundos.

Entregarme a Jungkook era algo completamente diferente y maravilloso, solo él podía hacerme sentir mujer, sentirme especial y era lo que más me cautivaba.

Por primera vez estaba segura de que amaba a alguien de verdad.

(...)

Taehyung

Lentamente acomodé algunas de las almohadas para conformar la comodidad de mi esposa, en solo un mes seríamos padres y sinceramente solo quería mimarla y apoyarla.
Hace unos minutos había recibido un mensaje de Yaeri informándome que todo estaba bien y que ya volvería a casa cosa que me tranquilizaba aunque en el fondo nunca permanecía en paz sabiendo que ese malnacido podría lastimarla en cualquier momento.

—¿Tae esta todo bien? —la voz de la pelinegra me hizo salir de mis pensamientos— Puedo ver la preocupación en tu mirada, ¿que sucede amor?

—Es Yaeri. —comienzo a quitar mi camisa para luego tomar lugar a su lado— Me duele tanto verla sufrir y no poder hacer algo al respecto.

—Taehyung no puedo decir que entiendo a Yaeri porque sinceramente tengo al esposo más amable y cariñoso de este mundo. —sonrío— Pero puedo ver el dolor que ella está sintiendo y aunque no puedes alejarla de HanSeok si puedes consolarla cada vez que ella esté a punto de romperse.

—¿Por qué eres tan sabia Kim Jisoo? —sonríe lentamente— Tienes toda la razón, siempre voy permanecer a su lado.

—Te amo Taehyung. —beso sus labios.

—Yo también te amo Ji. —sonríe.

Con algo de cuidado de no lastimarse se acurrucó sobre mi pecho dándome paso a poder acariciar su enorme vientre sintiendo así como nuestro pequeño bebé se movía en su interior. Me costaba no comenzar a llorar al sentir semejante sensación... solo esperaba la hora de tener a mi hijo en mis brazos.

(...)

Yaeri

Cuidadosamente abrí la puerta y con pasos lentos me adentré en casa encontrándome con una escena que estaba ecostumbrada a ver desde hace cinco años y que era completamente decepcionante.
Varias botellas de Soju sobre la mesa de cristal, algunas copas de cerveza vacías y la silueta de ese infeliz sobre el sofá completamente ebrio mientras me analizaba detenidamente.

—¡Hola querida esposaa! —alza gravemente su voz haciéndome alejarme un poco— ¡Qué alegría que ya estés aquí con tu esposo que tanto te ama!

—Estoy algo cansada HanSeok... por favor.

—¡Oh ven aquí querida! —da una carcajada— ¡¿No quieres hacerme enojar verdad?! —estaba a punto de levantarse cuando sus piernas tambalearon haciéndole caer— ¡Oh maldición!

Decidí ignorar algún tipo de daño que haya sufrido y lentamente me giré en mi lugar para continuar mi camino en dirección a mi habitación. Sinceramente necesitaba descansar y no pensar en nada más que solo en el hermoso momento que viví con Jungkook.

—¡Yaeri!

Me detuve en seco al escuchar sus gritos seguidos del estruendo de todas las botellas romperse en el suelo. Lentamente me giré nuevamente hacia él para verlo acercarse hacia mi mientras se tambaleaba. Sabía que hoy volvería a suceder.

Apreté duramente mi mandíbula al sentir su mano estampar contra mi mejilla provocándome golpear nuevamente mi cabeza con el varadal de los escalones haciendo que todo en mi cuerpo retumbara por completo.

—¡No te atrevas a darme la espalda otra vez!, ¡¿entendiste estúpida?!

Ni siquiera pude protestar cuando mi vista comenzó a nublarse por las lágrimas. El dolor dominaba mi cabeza al punto de querer estallar y mis fuerzas eran minúsculas, simplemente me quedaba arrastrarme hacia mi habitación intentando sostener mi cuerpo.

Solo me podía reclamar a mi misma porque seguía soportando este dolor y estos maltratos. Quería ser libre pero...

¿Por qué rayos no lo haces?

Lentamente me adentré en mi habitación y con algo de inercia coloqué el seguro y rápidamente me tumbé sobre la cama rogando porque el dolor cesara. Veía como todo daba vueltas sin tener idea de detenerse, quería llorar pero el nudo que se formó en mi garganta me lo impedía cruelmente... cerraba los ojos y lo único que venía a mi era la imagen de Jungkook, de mi Saturno que tanto amaba.

(...)

                             Día Siguiente

Abrí mis ojos con pesar al sentir el sonido de la alarma retumbar con intensidad en la habitación. Como pude me acerqué hasta la mesita de noche para tomarlo y apagar el molesto timbre. Lentamente me levanto sintiendo un leve revuelto en mi cabeza sin embargo a pesar de no estar debidamente en las condiciones correctas no perdería la oportunidad de ir a trabajar y salir de esta casa de una maldita vez, no quería encontrarme con la presencia de ese desgraciado y mucho menos soportar algún otro golpe o maltrato.

Para mi surte mi rostro no había sido dañado, el golpe había quedado en mi cabeza y el moretón podía ser cubierto por mi cabello, cosa que agradecía mucho. Comencé a arreglarme como corresponde y luego de estar lista tomé mi bolso y sin ningún inconveniente salí de casa para subir a mi auto y conducir en dirección al hospital.

(...)

Estacioné el auto en el aparcamiento y con pasos moderados me adentré en el hospital percatándome de las imágenes que se dibujaban en las pantallas de entretenimiento de la sala de espera. Algunas fotos de toda mi familia, algunas de mis padres, otras de mi hermano y Jisoo y algunas de HanSeok y mías... todas esas imágenes representan una hermosa familia que era envidiada por todo Seúl.

¡Supongo que el realizador de esto no sabía la amargura que ocultaban algunas de esas fotos!

Decidí ignorar completamente todos los comentarios a mi alrededor y continué mi camino en dirección al ascensor, una vez dentro precioné el botón de subida y esperé algunos segundos hasta que este abriera y así caminar a mi oficina, lentamente entré en el lugar lanzando mi bolso y mi abrigo sobre el mueble.

—Espero que la Doctora Yaeri pueda atenderme en este día. —rápidamente levanté la mirada encontrándome con la silueta del trigueño— ¿Llego en un mal momento amor?

—¡Jungkook! —me acerco a él para abrazarlo— ¿Qué haces aquí?

—Bueno vine a buscarte. —sonríe mientras besa mis mejillas— ¿Te gustaría acompañarme y divertirnos un poco?

—¿Qué planeas? —me mira de forma pícara.

—Hoy te haré olvidarte de todo y solo seremos tu y yo.

Se acerca a mi para besarme y sin dudarlo yo correspondo. Ver su mirada de malicia me hacía querer perderme y no volver atrás así que por supuesto cedería a todo lo relacionado con un día a su lado... simplemente me dejaría llevar como siempre lo hacía.

—¿Entonces nos vamos?

—¿Pero cómo saldremos? —me mira confundido— Hay muchas personas en el hospital.

—Tengo una idea... —sonríe.

Sin que lograse entender alguna de las cosas que pasaban por su cabeza me entregó su chaqueta de cuero y una gorra, ambas color oscuro y así simplemente sujetó mi cabello y me colocó lentes de sol a combinación. No pude evitar reír mientras intentaba cambiar toda mi personalidad a algo completamente distinto pero solo me dejé llevar.
Luego de terminar mi cambio de look total entrelazamos nuestras manos y con pasos rápidos salimos de la oficina para tomar las escaleras en dirección a la salida trasera.

¡Nos veíamos como dos criminales dementes por amor!

Para nuestra buena suerte no habíamos tenido ningún inconveniente así que sin problemas llegamos hasta el auto de Jungkook y rápidamente procedimos a entrar. Me decise de todas la cosas extrañas con las cuales me había cubrido y luego volví mi vista hacia él.

—¿Estás bien? —asiento y lentamente sostiene mi cintura para luego colocarme sobre él— Dime que me amas Yaeri.

—Te amo Jungkook. —sonríe ocultando su mirada en mis pechos— Por supuesto que te amo.

—Yaeri... —lo miro con curiosidad al ver la seriedad en su rostro— Tengamos un hijo.

Las palabras que habían salido de sus labios me había dejado completamente sin habla. Simplemente no sabía que decir, por muchos años me negué a tener un hijo con HanSeok pero escuchar esa petición viniendo de Jungkook había llegado a mi alma de manera diferente. Por supuesto que quería un hijo, era lo que más deseaba en este mundo y la persona con la que quería compartir esa felicidad era con el chico frente a mi.

—Jungkook... —me mira esperando alguna respuesta positiva por mi parte— Tengamos un hermoso hijo.

—¡Maldición te amo! —en solo segundos une nuestros labios en un necesitado beso— Te haré un precioso hijo cariño.

Lentamente sonreí antes su palabras maliciosas para luego retomar mi lugar en el asiento a su lado y permitirle conducir debidamente. No sabía cuales serían sus planes para nosotros pero estaba segura de algo, todo sería maravilloso a su lado.

(...)

HanSeok

Lentamente entré en casa cerrando levemente la puerta tras de mi, coloqué mi chaqueta sobre el sofá y con pasos rápidos me acerqué hasta el mini Bar para tomar un trago de Soju.

—¡JinHaa! —rápidamente vi la silueta de la chica aparecer frente a mi— ¿Donde está mi mujer?

—La señorita Yaeri aún no llega del hospital señor. —hace una reverencia— Decidió ir a trabajar esta mañana.

—¡Ya es tarde, debió haber llegado hace más de un hora! —baja la mirada— ¡Ya lárgate de aquí!

Hace nuevamente una reverencia para luego desaparecer delante de mi vista. El hecho de tener que lidiar con mi ira cada vez que Yaeri no estaba en casa para mi llegada me hacía tener que descargar todo en ella. Debía mostrarle que solo debía obedecerme y que yo era q la única persona a la que debía servir... pero ella se negaba a entender.

Salí lentamente de mis penas al escuchar mi celular sonar, rápidamente coloqué mi trago sobre la mesa y me acerqué hasta mi abrigo para tomarlo y contestar.

¿Hola?

—Buenas noches Señor Lee. —la voz al otro lado de la línea no fui capaz de reconocerla— Tengo algo que decirle.

¿Quién es usted?

JinSeok... soy un trabajador en el hospital del padre de la señorita Yaeri.

¿Y qué es lo que quieres?

—Contarle que he visto a su esposa salir del hospital acompañada de un hombre y luego subieron a su auto.

Rapídamente mi mandíbula se tensó queriendo estallar de la ira, si de alguna manera esto era real, esa estúpida no sabía de lo que sería capaz.

—¿Qué más viste?

¡Su querida esposa le está siendo infiel señor Lee HanSeok! —escucho una carcajada al otro lado de la línea— Si quiere que esta información no salga a las revistas yo quiero dinero.

¡¿Crees que te voy a creer sin pruebas idiota?!

—¡Supuse que usted quería pruebas! —antes de decir alguna cosa escuché mi secular sonar nuevamente indicándome que tenia un mensaje pendiente— ¡Puede verlo usted mismo!

Sin dudarlo dejé en espera la llamada y me dirigí directamente a la aplicación de mensajes. Tragué en seco al ver que ese incompetente tenía toda la razón...
La foto de Yaeri dentro de ese auto con aquel chico que estuvo presente en el desfile de Jisoo me hizo estremecer por completo, no puede separarme de ella pero me era infiel con ese maldito infeliz.

!¿A caso esta es su manera de jugar con mi poca paciencia?!

¡Cruzaste los limites Kim Yaeri!

—¡Escúchame cretino insolente!... ¡¿Cuánto quieres para que cierres tu maldita boca?!

¡Veinte millones de Wones!

—¡Envíame tu cuenta y más te vale cerrar la boca inútil!

Sin dudarlo finalicé la llamada y con todas mis fuerzas estampé mi celular contra el suelo haciendo que la imagen de pantalla que tenía de Yaeri se viera quebrada completamente. Por más que intentaba comportarme con ella siempre hacía algo indebido para estropearlo... Kim Yaeri no sabía lo que acababa de despertar en mi.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro