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—¡Buenos días Doctora Yaeri! —recibí un cálido saludo seguido de una tierna sonrisa por parte de mi secretaria una vez había entrado a mi oficina— ¿Cómo se encuentra?

—Muy bien MinHee, te agradezco.

Hace una reverencia para después entregarme un sobre con algunos datos que le había pedido la tarde anterior, la información correspondía con el primo de Jungkook, era mi única ayuda para poder cumplir mi promesa y necesitaba encontrarlo, lo único que deseaba era una aceptación por su parte.

—Estos son los datos que me ha pedido Doctora Yaeri, aquí está todo. —sonríe

—Gracias MinHee, ya puedes irte.

Realiza nuevamente una reverencia y así caminar en dirección a la salida, deteniendo su paso a solo segundos de salir.

—La Doctora SoHyun necesita verla con urgencia.

—Dile que estaré aquí.

Asintió nuevamente para después salir.
Abrí lentamente el sobre que me fue entregado dando exactamente con el nombre del chico y su número de teléfono, no dudé un segundo en tomar mi celular y marcar el número correspondiente y luego de dos tonos mi llamada fue contestada.

¿Si?escucho su voz al otro lado de la línea

—Disculpe... —tragué en seco, estaba demasiado nerviosa por su respuesta— ¿Es el señor Jeon EunWoo?

Si así es, ¿Quién habla?

—Soy la Doctora Yaeri, soy psicóloga y estoy a cargo del paciente Jeon Jungkook...

¿Sucede algo con mi primo?, ¿Él está bien?

—Si, no se preocupe... —en sus palabras había podido notar la preocupación que sentía— En realidad lo he llamado porque necesito de su ayuda para poder sacar al señor Jungkook de aquí.

Por supuesto que si, mi primo es lo único que tengo así que puede contar conmigo.

—Bien... —respiré profundamente una vez escuché la seguridad en su voz— ¿Puede usted venir al hospital mañana en la mañana?, se que a su primo le hará muy bien verlo.

Por supuesto, envíeme la ubicación y estaré a primera hora.

—Le agradezco Señor EunWoo.

Yo le agradezco a usted, por favor saque a Jungkook de ese lugar.

—Haré hasta lo imposible. —luego de recibir una aceptación por su parte finalicé la llamada

Dejé mi móvil a un lado para continuar mi actividad de leer los datos del Señor EunWoo, por mi profesionalidad mantenía mi palabra de 'señor' al dirigirme hacia ambos a pesar de ser mayores que yo.
Su currículo era excepcional, gran empresario igual que Jungkook y ahora dirigía las  empresas en su ausencia, era algo admirable la relación que a la vista mostraban ambos chicos.

Tenía cierta esperanza en esta visita, la presencia del Señor EunWoo le haría a Jungkook un gran bien, sería un buen avance y más pronto podría salir de este lugar.
Volví mis pensamientos a la realidad cuando las puertas de mi oficina fueron abiertas dejando expuesta la silueta de mi mejor amiga ante mi.

—Hola cariño. —se acerca a mi para dejar un corto beso en mi mejilla y luego sentarse frente a mi— Necesitaba verte.

—¿Qué sucede amiga?

—¿Cómo me preguntas eso Yaeri? —la miro confundida— No te he visto en dos días, desde que tienes tu nuevo paciente, los enfermeros dijeron que te volviste loca y ni siquiera te has molestando en ir a mi oficina, debería ser yo quien te pregunte que sucede.

—Lo siento... —sonrío amablemente— Es solo que estoy muy conectada con ese chico, necesito ayudarlo, está aquí sin razón alguna.

—¿Conectada en que sentido Kim Yaeri? —me regala una sonrisa pícara— ¿Te atrae físicamente?

—¡Por supuesto que no SoHyun! —rápidamente me dediqué a responder, sabía perfectamente por dónde venían sus insinuaciones y aunque fuera cierto no podía suceder— Es solo profesionalismo.

—Eso dijo tu hermano y está casado con la gran diseñadora Kim Jisoo.

—Taehyung y Jisoo no tienen nada que ver. —ruedo los ojos— Además es diferente y eso que piensas no puede suceder.

La historia de mi hermano y su esposa era completamente diferente, el es cirujano plástico y ella había sufrido un terrible accidente que desfiguró su pierna, Taehyung fue su doctor y se volvieron muy unidos, entonces surgió el amor y ahora, pronto tendrán un bebé.
Hermosa historia, sin embargo aunque algo así surgiera entre Jungkook y yo, nunca podría suceder por mi condición, estoy destinada a estar esclavizada al lado de alguien que no amo solo por el bien de mi familia.

—Por favor, no hablemos sobre eso, ¿está bien?

—Bien, lo siento. —se acerca a mi nuevamente para envolverme en sus brazos, regalándome todo el afecto que siempre he amado— Yo me iré, tengo una cirugía a las diez. —asiento— Te veré más tarde. Adiós.

—Adiós y suerte. —me lanza un pequeño beso antes de salir

Después de su partida me dediqué a pensar en la pregunta de la castaña...

¿Te atrae físicamente?

En este instante odiaba a mi mejor amiga por provocar esta gran duda en mi cabeza. No quería que fuese un 'si' no estaba en la condición de enamorarme de alguien.
Simplemente debía quedarse en una relación profesional de Doctora y paciente.

(...)

Jungkook

Mi único momento de felicidad desde hace dos días era ver la silueta de aquella chica invadir con su belleza mi habitación, por supuesto no dudé ni un segundo en acercarme lentamente, con cuidado de no asustarla.
Ni siquiera sabía si ella sentía lo mismo cuando nos encontrábamos, sin embargo yo si estaba seguro, ella era mi completa seguridad.

—Buenos días señor Jungkook. —sonrío— ¿Cómo ha dormido?

—Perfectamente, todo gracias a usted. —delinea una pequeña sonrisa en su rostro— Pero quiero pedirle algo. —me mira confundida— Evitemos las formalidades, soy solo Jungkook.

—En ese caso... —sonríe apenada, amaba ver esa tierna acción en su mirada— Solo soy Yaeri.

Luego de un pequeño silencio ambos reímos. Agradecía tanto verla de esa manera estando a mi lado, durante los últimos años no había sido capaz de tratar a una mujer de la mejor forma, siempre dañaba de alguna manera pero con Yaeri era diferente, después de conocer lo que realmente se escondía tras de ella solo sentía la necesidad de protegerla.

—Bueno, tengo dos sorpresas para ti Jungkook. —sonrío al escucharla decir solamente mi nombre, realmente me gustaba mucho más así— Número uno... —la miro con curiosidad— Mañana tendrás una visita que seguro te gustará...

—¿Y número dos? —la interrumpo arqueando una ceja.

—Ahora vas a tomar mi mano y vamos al jardín, ¿te parece?

No logré reaccionar cuando sus manos tomaron las mías y con pasos rápidos nos dirigimos a la salida.
Me costaba creer que vería la luz del Sol nuevamente después de seis meses y todo gracias a Yaeri.

—¡¿Yaeri en serio puedes hacer esto?!

Dije entrecortadamente mientras corríamos por los pasillos, era evidente que una niña pequeña se escondía detrás de esa chica hermosa que me había cautivado plenamente.

—¡Si puedo porque soy tu Doctora!

Ni siquiera noté el bajar de las escaleras cuando ambos ya estábamos en el jardín trasero.
Todos a nuestro alrededor mantenían la mirada fija sobre ambos, podía notar en su expresión la desconfianza hacia mi y de seguro algunos pensaban que Yaeri había perdido la cabeza.
Sin embargo todo me daba igual, solo podía concentrarme en ella y su hermosa sonrisa, esa iluminación en sus ojos cuando estaba feliz me hacía perderme completamente.

—Yaeri... —voltea a verme— Te agradezco.

—No me agradezcas  Jungkook... esto no es nada, solo debes agradecerme cuando estés fuera de aquí, ¿está bien? —asiento—Ahora vamos... —ambos entrelazamos nuestras manos—Demos un paseo.

Me aferré a su pequeña mano para después comenzar a caminar al rededor de todo el lugar. Era tan confortante estar al lado de alguien que te inspiraba tanta confianza, nunca pensé volver a estar de esta manera con alguien más pero supongo que me equivoqué, había encontrado a alguien nuevamente.

(...)

Verla marcharse otra vez me causaba cierta tristeza, me preocupaba dejarla ir y cuando volviera a tenerla a mi lado encontrar esos moretones que dañaban su mirada angelical.

Sabía perfectamente el dolor que sentía y quería evitarlo, al menos cuando estuviese a mi lado. A partir de este momento me encargaría de mostrarle un mundo diferente.

(...)

Yaeri

—Hola cariño.

Sentí mi estómago revolverse por completo cuando sus manos rodearon mi cuerpo apegándome a él, cada día me repudiada más tenerlo cerca de mi pero no podía hacer nada al respecto o la situación seria peor, por supuesto siempre iría a peor para mi.

—¿Qué quieres HanSeok?

—Arréglate, iremos a casa de unos amigos de la empresa. —besó levemente la zona de mi cuello mientras dirigía sus manos a mis pechos— No tardes.

—No tengo ánimos para ir. —deseaba completamente evitar su acercamiento hacia mi, no se como podía ser tan cínico—Por favor déjame sola.

—Yaeri cariño... —su mirada de falsedad pasó a ser amenazante mientras hacía una fuerte presión sobre mis hombros, haciéndome dar un leve quejido— No me hagas enojar o prometo que mañana no tendrás la capacidad de ir a trabajar. —por más que intenté no llorar ante ese infeliz una pequeña lágrima delineó mi rostro— Entonces, ¿vas a acompañarme verdad?

—Si. —dejé salir mi voz en un hilo viéndolo besar mi frente y por fin alejar sus malditas manos de mi.

—Te espero abajo querida. —sonríe para después salir.

No me quedaba otro remedio que siempre obedecer sus malditas órdenes, así que simplemente decidí arreglarme para la ocasión.
Otra noche de mi vida siendo una persona desgraciada. Si alguien me hubiese advertido que esto pasaría no ubiese creído ni la más mínima palabra.

(...)

Día Siguiente

Abrí mis ojos lentamente al sentir el sonido de mi alarma pendiente para ir a trabajar. Agradecía no tener que soportar la presencia de HanSeok tan temprano en la mañana, gracias a Dios seguramente ya se habían ido al trabajo o quien sabe en que lugar estaría.

Respiré profundamente para después levantarme y así caminar hacia el cuarto de baño y tomar una larga ducha.
Mi día tenía una gran motivación y era Jeon Jungkook, por fin estábamos progresando y con la visita de su primo todo iría mucho mejor, si las cosas salían como lo esperaba en unas semanas podría salir del hospital.

Nunca había sido capaz de contarle a nadie mi secreto y las cosas que sufría desde hace años, solo estaban enterados SoHyun y mi hermano, pero con Jungkook había sido diferente, sentí la necesidad de desahogarme y mis palabras fueron bien recibidas.
SoHyun me pedía acabar con todo a pesar de no poder hacerlo, Taehyung se enojaba porque lo soportaba y no hacia nada al respecto pero, él no, solo compartió mi dolor y me regaló esa confianza que a veces dudaba tener, Jungkook era alguien maravilloso.

Una vez había terminado, comencé a arreglarme levemente, debía dar una buena impresión como era de costumbre y fingir que nada estaba sucediendo.
Di una última mirada al espejo dándome cuenta de las pequeñas marcas que había quedado en mis hombros por causa de HanSeok, suspiré nuevamente evitando la decepción y tomé uno de mis abrigos para entonces salir, estaba acostumbrada a tener que lidiar con este tipo de situaciones y aún así me dolía demasiado.

(...)

—¡Buenos días Doctora Yaeri! —como era costumbre cada mañana era recibida por la amabilidad de MinHee— ¿Está usted bien?

—Estoy bien, muchas gracias. —asiente con una sonrisa

—Doctora Yaeri, un chico muy apuesto la está esperando en su oficina, dice ser familiar de uno de sus pacientes así que creí que podía dejarlo pasar.

—Hiciste lo correcto MinHee, yo me encargo. —sonríe victoriosa mientras hace una reverencia— Gracias.

—Por nada Doctora, si necesita algo más, solo llámeme.

Asentí para después verla alejarse.
Caminé unos pocos metros hasta llegar frente a las puertas de mi oficina, tomé el pómulo de estas en mis manos y lentamente entré en el lugar, encontrándome con la silueta de un chico castaño, quien no dudó en sonreír ante mi presencia.

—¿Es usted la Doctora Yaeri?

—Así es. —sonrío y ambos realizamos una reverencia— Por favor tomé asiento.

Asintió para así tomar lugar frente a mi escritorio, tomé mi posición tras este y decidida hablé esperando todo saliera como deseaba.

—Bien, Señor EunWoo, lo he citado porque deseo plenamente sacar a Jungkook de aquí.

—Doctora, mi primo es lo único que tengo en esta vida. —habla con firmeza— Haría cualquier cosa por su bienestar así que dígame que tengo que hacer.

—Por el momento solo debe acompañarme a visitarlo y también debe hacerlo con más frecuencia, luego de eso debe llenar una planilla con las condiciones que demuestren que todo está bien y como es su único familiar debe hacerlo usted según lo que observa en sus visitas. —asiente con seguridad— Si todo sale bien Señor EunWoo Jungkook saldrá en solo semanas.

—Le estaré muy agradecido Doctora. —realiza una reverencia— ¿Puede llevarme con mi primo?, estoy deseando verlo.

—Claro. —sonrío para después caminar en dirección a la salida seguida del castaño— Estoy segura que estará muy feliz con su visita.

Caminamos unos cortos metros hasta llegar a la puerta correspondiente a la habitación de Jungkook, miré nuevamente al castaño reciviendo así una señal de aceptación por lo que rápidamente procedimos a entrar.
Sonreí para mis adentros al ver a mi paciente con toda su atención puesta en sus dibujos, ni siquiera había notado nuestra presencia hasta que el chico a mi lado mencionó su nombre, haciendo que rápidamente se acercara a él para abrazarlo.

—¡Me alegra tanto verte! —sonreí al ver la emoción en los ojos del trigueño— ¡Gracias por venir!

—¡No seas cretino! —da una carcajada— ¡No dejaría de venir a visitar a mi primo mayor y a mi jefe! 

—Bueno... —ambos voltean a verme— Yo los dejaré solos, seguro tienen cosas de que hablar. —hago una reverencia para luego caminar en dirección a la salida.

—Yaeri... —la vos gruesa del trigueño me hace mirarlo— Gracias.

Asentí con una leve sonrisa ante la mirada de agradecimiento que permanecía en su bello rostro.
Luego de eso simplemente me dediqué a dejarlos solos. Me sentía plena al haber hecho algo por Jungkook, ver la emoción que sintió en ese instante fue muy satisfactorio. Me sentía feliz porque él lo estaba, no se que era esta cesación pero se sentía mejor que nunca.

EunWoo

—¿Qué es esa mirada Jungkook? —dije haciéndolo voltear a verme.

—¿De qué estás hablando?

—De como miras a esa chica, Yaeri. —rápidamente sentí su cuerpo tensarse por completo— ¿Te estás enamorando de ella Jungkook?

No dijo nada simplemente miró hacia abajo. Sabía perfectamente lo difícil que era para Jungkook esta pregunta, sufrió mucho y prometió no volver a sentir lo mismo nunca más pero se que eso había cambiado, ella lo había cambiado.

—¿Jungkook, te gustas Yaeri?

—No lo se EunWoo. —pasa sus manos por su nuca en señal de frustración— Ella es especial, es quien único ilumina mi día en este infierno... desde que la conocí no dejo de pensar en ella... quiero protegerla y esos minutos en los que solo está a mi lado quisiera que fueran eternos y no se que es esto.

—Yo si lo se... —me mira de reojo— Ella se está adentrando en tu corazón, no solo lo veo en tus ojos sino en los de ella.

—¿De qué estás hablando?

Sabía que mis palabras despertarían la curiosidad en Jungkook, pero no podía contenerme, era obvio en la mirada de ambos cada que hablaban uno del otro o se tenían en frente.
No me molestaba, al contrario era una gran felicidad para mi verlo tener esos sentimientos por alguien que si valía la pena como lo era Yaeri.

—Puedo notar el brillo en su mirada cuando están cerca... Está esforzándose por ayudarte Jungkook. —sonríe— Ella es única.

Ninguno de los dos dijo algo más respecto al tema, yo no era la persona más capacitada para aconsejar en este tipo de situaciones, sin embargo lo que había visto en ellos era algo completamente distinto, nunca había sentido la conexión entre dos personas cuando sus miradas coincidieron.
La delicadeza y la bondad en Yaeri hacía que el corazón de Jungkook se abriera una vez más, lo conocía mejor que nadie y podía afirmarlo.

(...)

Lamentablemente la visita a mi primo había terminado, me había recargado mil veces las nuevas formas en que debía dirigir los negocios y todo había quedado claro en ese tema. Sin embargo todo lo demás relacionado con la chica de ojos marrones no se había vuelto a mencionar, sabía perfectamente que todo fluiría a la manera correcta.

Caminaba por los pasillos del hospital mientras buscaba con la mirada a la Doctora hasta que por fin se hizo presente en mi campo de visión, lentamente me acerqué a ella.

—Doctora Yaeri. —voltea a verme, yo sonrío— Ya debo irme... Le agradezco mucho su ayuda.

—No agradezca Señor EunWoo, en pocas semanas Jungkook estará fuera de aquí... lo prometo.

—Gracias Doctora...

Sonríe para después realizar nuevamente una reverencia, realicé la misma acción que ella y así me alejé.
Pronto tendría mi próxima visita, confiaba plenamente en la palabra de esa chica y no sólo yo, sino también Jungkook. 

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