10
En todo el camino al hospital donde se encontraba el padre de Jungkook habíamos decidido no mencionar algo relacionado con lo que estaba a punto de ocurrir. Había dolor y molestia en su mente, todo estaba confabulando contra él por lo que era mejor no presionarlo. SoHyun y yo estuvimos totalmente de acuerdo en acompañarlos a ambos, este no era un momento en el cual debían permanecer solos y aunque nosotras nunca habíamos tenido una situación así supongo que todo apoyo era válido.
Volví de mi segundo de reflexión una vez el trigueño estacionó el auto en el aparcamiento, lentamente todos bajamos para después caminar hasta la puerta principal y entrar. Rápidamente nos acercamos hasta el área de información y una vez conocimos el estado del Señor Jeon y su habitación nos dirigimos hasta el ascensor y así subir hasta donde se encontraba.
Sentí como las manos de Jungkook tomaron las mías rogando por algo de fuerzas para lo que estaba a punto de enfrentar. Este seguramente sería uno de sus peores momentos pero sin importar nada yo estaría ahí para él.
Las puertas del ascensor se abrieron dejando a nuestra vista la primera habitación perteneciente al señor Jeon. Con pasos entrecortados nos acercamos hasta la puerta color blanco y después de dejar dos leves toques en esta por parte del trigueño y recibir un 'Adelabte' todos procedimos a entrar.
La imagen que se estaba recreando ante nosotros con cada paso hacia el interior de la habitación no era lo que esperábamos. La enfermedad que seguramente estaba consumiendo a ese señor era muy avanzada y según por mi evaluación visual ya no había remedio más que dejar el tiempo correr. Eso significaba que este era el momento para Jungkook de volver a ser una familia al menos por el pequeño tiempo que estaba siendo agotado.
—Jungkook. —la voz de aquel señor tumbado sobre la cama lo hizo voltear en esa dirección— Me alegro de que estés aquí hijo. —sonríe para después mirar al castaño— EunWoo... —el mencionado sonríe haciendo una reverencia— Gracias por venir querido sobrino.
Al percatarse de mi presencia y la de mi amiga rápidamente sonríe como si conociera mi relación con alguno de sus familiares. Supongo que un padre a punto de perder a su única familia debe conocer incluso hasta lo más mínimo de la vida de ellos y velar porque sean felices.
—Tu debes ser la mujer que salvó a mi hijo de quedarse en ese hospital. —sonrío para después realizar una reverencia— Eres muy hermosa.
—Yaeri es mi novia. —la gruesa voz de Jungkook nos hace voltear a verlo— Y ella es SoHyun, nuestra amiga. —mira a la castaña a mi lado para después volver su vista al señor de cabellos blancos— Ya estoy aquí como lo pediste, ¿que quieres de mi?
—Hijo por favor acércate. —sonríe mientras observa a Jungkook con orgullo— Quiero que estemos juntos al menos por el poco tiempo que me queda. Tenemos muchas cosas de que hablar...
—Yo creo que ustedes deben conversar a solas.
Al escuchar las palabras de EunWoo inmediatamente miré a Jungkook dándole a entender que era momento de tener esa conversación que por tanto tiempo se pospuso. Podía ver en sus ojos que no estaba dispuesto a ceder y que ni siquiera sabía que decir pero ya no había vuelta atrás, solo quedaba dejar que las palabras fluyan y luego comenzarían las lágrimas.
Lentamente me acerqué hasta el chico que se robó mi corazón para después envolverlo en mis brazos regalándole todo mi apoyo, él solo corresponde tomando fuerzas para no desvanecerse. Luego de unos segundos nos separamos para después yo tomar la mano de mi amiga y ambas salir de la habitación seguidas por EunWoo.
—¿Creen que Jungkook esté bien? —la voz de la castaña nos hace mirarla— Se nota que es un momento difícil para él.
—Se que es mi tío pero... —el chico a nuestro lado baja la mirada— Jungkook sufrió mucho y no se si pueda perdonarlo.
—Yaeri ¿te gustaría acompañarme por un café para ellos? —fijé mi vista en mi amiga— Es lo menos que podemos hacer. —asiento para después tomar su mano— EunWoo iremos por algo para beber y así podrán calmarse, ¿está bien?
—Te lo agradezco SoHyun. —ambos sonríen mientras sus miradas coinciden delicadamente por algunos segundos— Yo... yo las esperaré aquí.
Después de recibir una aceptación por parte del castaño y asegurarnos de que esperaría nuestra llegada ambas nos alejamos con las intenciones de buscar algún lugar para comprar bebidas y relajarnos por la situación. Aunque SoHyun o yo no eramos dueñas de este conflicto podíamos sentir el dolor que esto estaba provocándo en Jungkook, es un dolor muy fuerte y era algo que no se podría superar de un momento a otro.
Jungkook
—Dime de una vez porque me llamaste. —lo miro con seriedad esperando que solo diga todo para después marcharme y olvidar lo que sucedió— No tengo mucho tiempo y debo regresar a Seúl.
—Hijo solo quiero que me escuches. —me indica tomar asiento a su lado pero me niego— Lo único que quiero es que me perdones, necesito tu perdón para poder irme en paz.
—¿Mi perdón? —sonrío sarcástico intentando no dejar caer las lágrimas estancadas— ¿Quieres mi perdón para poder morir en paz?, ¡pero yo no pude vivir en paz cuando esa zorra y tu me traicionaron!
—Jungkook, hijo...
—¡No me llames así! —me acerco a él aún manteniendo la seriedad en mi mirada— ¡Dejé de ser tu hijo cuando dejaste que esa mujer me encerrara en un hospital y me hiciera creer a mi y a todos que estaba perdiendo la cabeza!
—Yo solo me dejé llevar... —en solo segundos sus lágrimas comenzaron a inundar sus ojos— Siempre te he amado por encima de cualquier cosa, no me hagas esto.
—Sabes como logré salir de ahí, ¿verdad? —me mira con tristeza— Fue gracias a Yaeri, ella me sacó de ese lugar. ¡Solo la tengo a ella y a EunWoo porque tu me abandonaste! —baja la mirada mientras deja caer sus lágrimas avergonzado— Deberías agradecer porque si ahora estoy aquí es por Yaeri, se lo prometí a ella.
—Pude ver en sus ojos que esa mujer te ama y estoy muy feliz por eso...
—Así es. —limpio las lágrimas que habían nublando mi visión en solo segundos— Ambos nos amamos y no pienso dejarla ir. —asiente orgulloso— Y mucho menos la traicionaría como tú lo hiciste conmigo.
—Jungkook no me queda mucho tiempo. —intenta levantarse pero le es imposible— Lo único que quiero es que Yaeri y tu sean felices y que puedas perdonarme.
—Ya es muy tarde para eso Señor Jeon...
Sin poder decir algo más rápidamente salí de esa habitación cerrando la puerta de un tirón tras mi último paso. Inmediatamente la silueta de EunWoo se hizo presente ante mi mientras me analizaba detenidamente con preocupación sin embargo no fui capaz de contarle algo relacionado con lo que acababa de ocurrir, no tenía fuerzas para hablar porque todas mis palabras se había atorado en mi garganta prohibiéndome incluso dejar salir mis lágrimas y haciendo mi respiración difícil.
Por inercia simplemente comencé a alejarme de mi primo caminando hacia cualquier dirección lejos de esa habitación. Por supuesto no se quedaría tranquilo así que decidió seguirme aunque no me interpuse, solo necesito aire fresco y apoyo.
(...)
Yaeri
Después de haber comprado las bebidas la castaña y yo regresamos hasta el lugar donde debía estar EunWoo esperándonos pero extrañadamente no no era así, solo habían algunas enfermas en el corredor mientras que la habitación del Señor Jeon aún permanecía cerrada.
Seguramente Jungkook aún seguía dentro con su padre y EunWoo estaba en algún otro sitio.
—¿Donde está EunWoo? —miro a la castaña— Será mejor que valla a buscarlo y así le llevaré su café. —asiento levemente— ¿Me acompañas?
—No yo entraré y veré como está Jungkook. —asiente— Necesita mi apoyo y debo estar a su lado.
Asiente para después besar mi mejilla y así alejarse desapareciendo tras los pasillos. Volví mi mirada nuevamente hacia la puerta color blanco y así respirar profundamente para luego dar dos leves toques sobre esta, al recibir un 'Adelante' inmediatamente me adentré en la habitación percatándome solo de la presencia del Señor Jeon.
—Señor Jeon. —hago una reverencia— Disculpe, yo creí que Jungkook aún estaba con usted. —niega mientras limpia una pequeña lágrima— Lo siento, será mejor que me valla.
—Espera querida. —lo miro— Acércate por favor. —asiento para después acercarme rápidamente— Siéntate a mi lado, quiero hablar contigo. —con cuidado de no lastimarlo tomo lugar sobre su cama— Quiero pedirte algo Yaeri.
—Por supuesto Señor, haré todo lo que esté en mi mano para ayudarlo.
—Puedo ver que eres una buena persona hija. —sonrío mientras toma mis manos entre las suyas— Se que amas a mi hijo tanto como el te ama a ti y lo único que deseo es que ambos sean felices.
En solo segundos ambos habíamos comenzado a llorar. Las palabras de aquel Señor con cada segundo era más débiles pero con cada gesto no dejaba de demostrarme lo mucho que amaba a su hijo. Los errores del pasado solo eran errores y aunque fue doloroso se que Jungkook lo perdonará.
—Yaeri por favor cuida de mi hijo. —asiento intentando contener mi llanto— Él es la persona que más amo y créeme que nunca dejé de culparme por lo mucho que lo he lastimado... —sonríe entre las lágrimas— Yo no merezco ni siquiera que haya venido a verme, soy el peor padre que alguien pueda tener.
—No diga eso Señor. —sonrío mostrándole mi total apoyo— Jungkook lo perdonará porque es su padre, ¿si? —niega ya sin esperanzas— Usted cometió un error pero lo reconoció y ahora todo estará bien.
—Yo solo te pido que nunca lo abandones, quiero que sean felices y su amor perdure por siempre. —lentamente limpio sus lágrimas— Prométeme que siempre estarás a su lado Yaeri.
—Se lo prometo. —sonríe levemente— Le prometo que siempre amaré a Jungkook.
Antes de que el señor frente a mi pudiese decir algo más espontáneamente comenzó a toser con algo de presión en su pecho haciendo que algunas gotas de sangre se esparcieran por sobre mi vestido y las sábanas, inmediatamente intenté ayudarlo colocando su cuerpo hacia bajo facilitándole la entrada del oxígeno. Debía admitir que por dentro estaba muerta de miedo pero no era momento de dejar salir ese terror, tenia que ayudarlo de alguna manera y rogar porque todo pasara rápido y volviera a ver a su hijo por última vez.
En solo segundos algunos doctores entraron en la habitación para atender al Señor que aún seguía sin poder salir de esa crisis. Rápidamente la silueta de aquel chico trigueño seguido por su primo y mi amiga se hizo presente corriendo instantáneamente hasta su padre para después tomarlo en brazos y abrazarlo.
—Hijo por favor perdóname. —comienza a llorar aún entre el dolor que estaba sintiendo— Se que fui un mal padre pero yo te amo.
—¡Te perdono! —comienza a llorar sobre el pecho del hombre cabellos blancos— ¡Te perdono porque te amo papá!
—Gracias hijo...
Sin pensarlo dos veces EunWoo se acercó hasta ellos para intentar animarlos mientras que SoHyun solo me tomó entre sus brazos con preocupación sacándome de mi trance. Toda la escena que se estaba recreando frente a mi me había conmovido y ni siquiera podía hacer nada al respecto, solo quería que ubiese una oportunidad más para ellos de volver a ser una familia pero la situación no volvería a tomar ese rumbo.
—¿Papá? —todos volvimos la mirada hasta el trigueño quien esperaba una respuesta de su padre, sin embargo esto no sucedió— ¡Despierta maldición! —entonces volvió en sus lágrimas mientras colocaba el cuerpo sin vida sobre la cama— ¡No!
Al ver la escena SoHyun y yo simplemente nos aferramos una a la otra permitiéndonos llorar y amortiguar el dolor. Jungkook solo se dejó caer en el pecho de su padre ya sin vida mientras que EunWoo solo miraba lo que estaba sucediendo en completo estado de shook derramando por completo sus lágrimas.
—Lo sentimos mucho Señor.
Los doctores simplemente realizaron una reverencia para después abandonar la habitación dejándonos intentar procesar lo que estaba pasando. Lentamente la castaña y yo nos separamos para después ella acercarse a EunWoo y hacerlo reaccionar envolviéndolo en sus brazos.
Por otro lado yo simplemente me acerqué hasta el trigueño con las intenciones de consolarlo pero no fui capaz de decir ni siquiera la más mínima palabra sin embargo él solo levantó la mirada para después rodear mi cintura con sus brazos aferrándose a mi y así recargar su cabeza sobre mi abdomen. Inmediatamente coloqué mis manos sobre su cabello dando leves caricias mostrándole que a pesar de todo aún tenía mi amor y mi apoyo.
(...) (...)
Ya habían pasado varias horas desde que el padre de Jungkook había fallecido y aún así todos seguíamos en shook. Cada vez que mi mirada y la del trigueño coincidían podía ver el terrible dolor que estaba sintiendo en su corazón y aunque se esforzara en no demostrarlo se que ese sentimiento siempre permanecería ahí.
Al ver la silueta de ambos chicos caminar hacia nosotras inmediatamente la castaña y yo nos acercamos. Sin pensarlo dos veces tomé la mano de Jungkook apretándola un poco mientras limpiaba alguna de sus lágrimas, sinceramente verlo así me destruía por dentro y lo que más me dolía era no poder hacer algo más para apoyarlo.
—Yae, ¿podemos hablar? —asiento para después seguirlo dejando a EunWoo y SoHyun justos, una vez solos sus lágrimas comenzaron a inundar sus ojos— Aún no puedo creer que ya no esté aquí.
—Jungkook donde quiera que tu padre esté ya está feliz. —inmediatamente me acerco a él para abrazarlo dándole la oportunidad de aferrarse a mi con todas sus fuerzas mientras continua su lágrimas— Le diste tu perdón, hiciste lo correcto y ahora todo estará bien.
—Gracias por acompañarme amor. —lentamente se aleja un poco para así poder mirarme a lo ojos— Por favor quédate conmigo siempre, ¿si? —asiento para después dejar un leve beso sobre sus labios— Te amo, te amo como nunca amaré a nadie mi Luna.
—Yo también te amo mi Saturno. —sonríe levemente— Siempre estaré contigo.
(...)
SoHyun
Una vez Jungkook y Yaeri habían vuelto con nosotros EunWoo se había ofrecido a llevarnos a mi y a mi amiga de regreso a Seúl y luego volver con el trigueño ya que aún debían resolver algún asuntos sin embargo Yae y yo nos negamos amablemente, ellos necesitaban tiempo para reorganizar sus ideas y no era momento para presionarlos. A pesar de que Jungkook se rehusó mil veces a dejarnos ir solas al final accedió y después de vernos entrar en un taxi seguras y a salvo comenzamos nuestro camino de regreso a nuestra cuidad.
—Ha sido un día impactante, sobre todo para ellos. —dije acercando mi cabeza hasta el hombro de mi amiga— Antes de que regreses a casa iremos a mi departamento para cambiarte, ¿está bien? —asiente para después colocar su mano sobre mi hombro— Sabes como es HanSeok y no puede saber que estuvimos fuera de la ciudad.
—Le prometí al Señor Jeon que siempre estaría con Jungkook. —la miro con una sonrisa al ver el amor en sus ojos— Le hice una promesa y la cumpliré porque lo amo demasiado.
—Me alegro de que exista alguien que te hace feliz amiga. —asiente— Te quiero Yae.
—Yo también SoHyun. —instantáneamente ambas nos abrazamos.
(...)
Después de algunas horas de camino por fin habíamos regresado a la ciudad y ahora estábamos en dirección a casa de mi amiga. Ya eran más de las diez de la noche y verdaderamente me preocupaba dejarla sola con ese infeliz, Yaeri desde hace mucho tiempo se había vuelto la hermana que nunca tuve y cada vez que me la encontraba en ese estado después de ser maltratada hacía que mi corazón se destruyera.
Lentamente estacioné el auto intentando no hacer un ruido que pudiese delatar nuestra llegada, aunque era una posibilidad descartada quería pensar que HanSeok ya estaba dormido y no descubriría nada de lo que sucedió. Solo deseaba que mi mejor amiga saliera de ese infierno personal el cual le había tocado vivir.
—¿Quieres que te acompañe? —dije una vez bajamos del auto— Puedo entrar y hasta que no estés en tu cama no saldré.
—No te preocupes. —sonríe amablemente— Todo estará bien.
—Bueno si intenta lastimarte toma el jarrón que te regaló Taehyung por tu cumpleaños y rómpelo en su cabeza— ambas reímos— No lo olvides, ¿está bien?
—¿Por qué tiene que ser ese jarrón?
—Porque es horrible y el diseño no combina con la decoración. —sonríe intentando contener la risa— Cualquier cosa estaré pendiente a mi celular, ¿está bien? —asiente para después abrazarme, yo correspondo— Te quiero.
—Yo también cariño. —besa mi mejilla para después entrar permitiéndome volver a mi casa.
Yaeri
Lentamente cerré la puerta tras mi último paso evitando cualquier ruido que lograra delatarme, había sido un día demasiado largo y aún mi corazón estaba dolido por ver a la persona que amo sufrir de esa manera. Estaba a punto de subir las escaleras hasta mi habitación cuando las luces del salón fueron encendidas dejando a mi vista la silueta de aquel hombre cabellos negros mientras me analizaba detenidamente con una sonrisa maliciosa en sus rostro.
—Hola amor. —se acerca un poco hacia mi— ¿Donde estabas?, llamé muchas veces al hospital y desde la mañana no te han visto y tampoco a SoHyun. —comienza a dar leves caricias en mi rostro— Contéstame cariño.
—Tuvimos que ir a un hospital fuera de la ciudad por un paciente —finjo una sonrisa— Solo fue eso, debí avisar, lo siento.
—Y por eso llevas otra ropa, ¿verdad amor?
Al escuchar sus palabras y ver su actitud dominante inmediatamente me di cuenta de que mi excusa ni siquiera había recibido alguna importancia. Por más que quise evitar esta situación todo había sido en vano y ya era tarde, tendría que sufrir el castigo que su mirada estaba amenazando.
—¿Acaso estabas con Jeon Jungkook otra vez querida esposa?
—¿Qué? —no logré reaccionar cuando su mano fue estampada en mi rostro en una fuerte bofetada haciéndome caer al suelo— ¡HanSeok por favor!
—¡Cállate zorra estúpida! —sostiene con brusquedad mi mano obligándome a retomar mi postura— ¡¿Acaso crees que teniendo un amante puedes librarte de mi Yaeri?! —con fuerza aprieta mis hombros haciéndome mirarlo a los ojos— ¡Estás mal de la cabeza si piensas que voy a dejarte!
—¡Déjame HanSeok te lo ruego!
Sin importarle mis súplicas con rapidez me lanzó sobre la mesa de cristal haciendo que todo se quebrara en mil pedazos provocándo un fuerte estruendo en todo el salón. Sentí como varios vidrios penetraron la palma de mi mano dando paso a que el líquido rojo comenzara a brotar de las pequeñas cortadas, ni siquiera perdió más tiempo cuando volvió a sostenerme recargando toda su fuerza en mi brazo para hacerme mirarlo.
—¡Ni siquiera ese desgraciado podrá alejarte de mi lado!¡¿entendiste?! —dirige su mano derecha hasta mi cabello para sujetarlo con fuerza provocándome un fuerte dolor— ¡Te advierto que te alejes de él porque no sabes lo que soy capaz de hacer!
Después de recibir otra de sus miradas intimidantes simplemente se alejó dejándome aún entre todos los cristales quebrados en el suelo. Como pude retomé mi postura para luego caminar en dirección a mi habitación y encerrarme ahí permitiéndome dejar caer mis lágrimas.
Lo único que me preguntaba una y otra vez cada vez que sufría esta situación era si en verdad merecía esto, cada día que pasaba todo se volvía más difícil para mi y mi capacidad de soportarlo me estaba abandonando.
¡Solo quiero ser feliz a tu lado mi Saturno!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro