13. Amor
(Continuación de Cupido)
Ryou buscó las manos de Dany, entrelazándolas, mientras ambos se mostraban bastante nerviosos.
—Espero que nos dejen en el mismo grupo —expresó Ryou, con tono de súplica.
—Yo también, me muero si no —dramatizó la pelinegra, pero también muy tensa.
Bakura se les recostó desde atrás, pasando sus brazos por sobre los hombros de ambos e interponiendo su cabeza entremedio —vamos, vamos. Les va a dar algo, yo también lo quiero, pero necesitan relajarse un poco.
Los dos aludidos suspiraron profundo, haciendo caso.
—Kura ¿Tu hermano no viene? —preguntó Ryou para distraerse. Dany soltó un sonido de incertidumbre.
—Dijo que me alcanzaría después —el albino mayor tomó la una de las manos de Dany, para mirar el reloj de pulsera que llevaba la chica —debería estar llegando en los próximos minutos... ¿Qué? —miró a la pelinegra, quien le soltó un ligero codazo y los miró interrogante.
Ryou se mostró avergonzado —ups, se nos olvidó contarte, Dany-chan —apretó suavemente la mano de su mejor amiga en gesto de disculpa —el hermano mayor de Bakura se cambió de escuela, para hacer la preparatoria aquí con nosotros.
La pelinegra asintió, había escuchado menciones respecto al hermano de Bakura, pero este nunca hablaba específicamente de él y ella no le conocía en persona aún.
—Le conocerás hoy, es un tonto pero la mayor parte del tiempo no está mal —se río Bakura, hasta que su novio lo reprendió.
—No hables así —le miró mal, antes de volver la vista a su amiga —no le hagas caso, Akefia es genial y muy agradable, seguro que se caen bien.
Dany correspondió a la sonrisa de su amigo — ¿te llevas bien con el cuñado? —le bromeó, a lo que pareja se sonrojó —está bien, si tú lo dices, seguro que es buen tipo —dijo con sencillez, aunque luego mostró una tez curiosa — ¿por qué no estudiaba antes contigo? —se dirigió de vuelta al mayor.
Mientras estaban en eso, un par de profesores se acercaron para poner, por fin, el listado de estudiantes y la repartición de grupos.
Muchos adolescentes se aglomeraron de inmediato.
—Le habían ofrecido beca en otra secundaria por basquetbol —explicó el de ojos lavandas —fue capitán del equipo y estuvo en varias competencias entre escuelas, pero ya para el último año me dijo que estaba cansado de todas esas responsabilidades y por eso quería cambiarse de escuela.
Ryou arqueó las cejas, mostrando una cara de compasión —el pobre se le veía muy agobiado con los deberes, más encima el equipo —Dany asintió en comprensión.
—Por cierto ¿saben si el otro idiota se cambió de escuela? —preguntó Bakura.
Dany supo de inmediato a quien se refería —No hay suerte con eso —suspiró.
Ryou le dio un rápido abrazo reconfortante y Bakura le acarició el cabello —quizá tengamos la suficiente como para que él no esté en nuestro salón —probó el oji-verde —vamos, parece que ya se empieza a dispersar la gente ¡Crucen los dedos para que estemos en el mismo grupo!
Los tres amigos se acercaron al tablero donde estaban los listados.
— ¡Estoy en el salón A de primer año! —Ryou fue el primero en hallar su nombre.
— ¡Hey, yo igual! —celebró Bakura, a lo que Ryou se le abrazó con fuerza antes de darle un beso.
Dany tuvo que morderse los labios para no chillar al verlos dándose amor justo frente a ella, en cambio se concentró en buscar su propio nombre en la lista, rogando con fuerza internamente.
—A ver... Sennen... —la chica siguió la línea punteada desde su nombre, hallándose en el mismo salón de sus amigos —gracias —susurró al aire, con un gran peso fuera de sus hombros, e iba a girarse para darles las buenas noticias a sus amigos, cuando una mano la tomó firmemente de su cadera y tiró de ella hacia atrás — ¡Hey! —se quejó rápidamente, cuando su espalda dio contra un pecho masculino, y supo de inmediato de quien se trataba. Bakura era el único otro chico que la agarraba a veces por sorpresa, pero siempre lo hacía por los hombros.
—Hola neko —le susurró Edir al oído, justo antes de que ella se diera la vuelta —apenas y te vi durante las vacaciones —le dio una mirada de arriba a abajo —ya que alguien rechaza casi todas mis invitaciones... ¿Cómo estás?
— ¿Y de quién será la culpa? —Dany resopló, irónica, y dando dos pasos hacia atrás —y estoy muy bien, gracias... ¿Qué hay de ti?
—Un poco aburrido, pero bueno —se encogió de hombros — ¿ya miraste? —señaló al tablero.
La azabache asintió —sigo en el grupo A, con mis amigos.
El de lentes resopló ligeramente —no me sorprende, supe que de nuestro grupo de secundaria solo hubo cambios en los que obtuvieron peores notas y los que cambiaron de escuela, evidentemente, así que apuesto a que yo también estoy en el A —se jactó, con una sonrisa torcida.
La azabache se llevó los brazos tras la espalda, cruzando los dedos a escondidas —quién sabe ¿por qué no confirmas? —mencionó, mientras rogaba porque él estuviera equivocado.
Para su mala suerte no fue así y, tal como había dicho el pelinegro, estaba en el grupo A.
Dany bufó, buscando con la mirada a sus amigos mientras se alejaba del nuevo tumulto de gente que buscaba saber su salón. A lo lejos pudo escuchar a Miho y Shadow, lloriqueando por no haber quedado en el mismo salón que 'sus' Ryou y Bakura, cosa que al menos la hizo sentir un poco mejor.
— ¿Por qué no vamos a tomar algo? No tienes nada que hacer ahora ¿cierto? —ofreció el chico, caminando con ella.
—Tengo que buscar a los chicos —enfatizó, cerrando los ojos y elevando el mentón —vine con ellos y...
— ¡Mira por dónde vas!
— ¡Ouch!
"Me avisa pero no me aparta, que amable, para eso sí no me jala" se quejó mentalmente Dany, sintiendo el suelo bajo su mano izquierda mientras que la derecha se sobaba la parte baja de su espalda —perdón, iba distraída —se apresuró a disculparse, mientras abría los ojos, ella estaba molesta con el chico a su lado, no con quién había chocado —no fue mi inten..ción.
Los ojos chocolates se toparon con otros lilas, afilados y astutos, que en ese instante lucían igual de sorprendidos que los de ella.
El dueño de esos ojos era un chico de, más o menos, su edad; un poco más alto, de piel morena y cabello plateado, muy alborotado, por debajo de los hombros.
El oji-lila se espabiló primero —lo siento nena, no me fijé —se disculpó gentilmente, tras oír que ella lo hacía, y se apresuró a ponerse en pie para darle la mano.
Dany no dudó en tomarla, apenándose cuando el moreno la levantó de un tirón y ella quedó casi contra su pecho —e-está bien —se separó de inmediato, abandonando la tibieza de su mano —no hay problema.
El moreno divisó un pequeño bolsito que se le había caído a la chica por el choque y fue a recogerlo, pero el pelinegro de lentes que iba con ella se le adelantó — ¿No te hiciste daño? —así que regresó su atención a la azabache que, él pensó, era linda.
—No, no. De verdad estoy bien —afirmó, tomando su bolso con cierta brusquedad del otro chico — ¿y tú?
El oji-lila le sonrió —estoy perfecto, no te preocupes.
"Yo concuerdo en que estás perfecto" Dany se sorprendió con sus propios pensamientos, así que agitó la cabeza para espabilarse —bueno, si me disculpan...
— ¡Dany-chan!
La aludida sonrió al escuchar la voz de Ryou acercándose, contrario al pelinegro que bufó. El peliplata miró sorprendido a su cuñado, aún más cuando la bonita azabache caminó apresuradamente hacia él para un abrazo.
— ¿Qué ocurre? —consultó rápidamente el albino, cuando sintió el rostro de su mejor amiga contra su pelo, pero los dos chicos que estaban con ella llamaron su atención — ¡Kura, tú hermano ya llegó! —avisó a su pareja, moviéndose lo menos posible para que Dany no pensara que le estaba negando el abrazo.
— ¿Eh? —murmuró confundida la azabache.
—Hola Ryou —el moreno se acercó a besar la frente de su cuñado, mirando con interés a la chica — ¿se conocen?
El albino asintió, pasando uno de sus brazos por la espalda femenina —Dany-chan es mi mejor amiga.
Bakura llegó con ellos entonces, le dedicó una mala mirada al de lentes mientras se acercaba —tardaste —fue el recibimiento para su hermano, mientras ambos chocaban puños tres veces, en un saludo propio. El mayor entonces le dedicó un vistazo fugaz hacia la azabache y una mirada confusa, a lo que Bakura prestó atención a su amiga — ¿Dany?
La chica soltó el abrazo de su mejor amigo y negó con la cabeza, ofreciéndoles a todos una sonrisa para hacerles saber que estaba bien —no pasa nada.
— ¿Segura? —ella asintió al susurro —bueno, déjame presentarte a mi hermano, Akefia ella es nuestra amiga Dany.
El moreno sonrió de nuevo para Dany, y le tendió una mano con la palma hacia arriba, confundida ella le dio la mano -reprimiendo un estremecimiento al volver a sentir su contacto- y él le rozó el dorso de la misma con sus labios en un saludo que la dejó ligeramente sorprendida y sonrojada.
—Soy Akefia Thief, espero que el incidente no te de una mala primera impresión de mí —mencionó con una risilla y le guiñó un ojo —es un placer conocerte, Ryou habla mucho de ti.
—Etto... Dany Sennen. Es-es un gusto —correspondió ella, inclinando la cabeza.
Akefia soltó su mano lentamente, acariciándola inconsciente con el pulgar —Baku ¿miraste por mí?
—Sí, para mi desgracia quedaste con nosotros en el grupo A —rodó los ojos con una sonrisa burlona.
— ¡Eso es fantástico! —exclamó Ryou —quiere decir que estaremos los cuatro juntos a partir de ahora.
Nadie pudo decir nada más frente al entusiasmo del dulce albino.
Bakura mientras, se inclinó al oído de su amiga y le preguntó en voz baja — ¿te dijo algo?
Dany le respondió de la misma manera —trataba de invitarme a tomar algo, le dije que yo vine con ustedes y me voy con ustedes.
Bakura asintió, pasando un brazo por sobre sus hombros —bueno, ¿vamos al centro comercial a tomar algo antes de ir a casa?
Akefia estuvo de acuerdo —Sí, vamos.
Edir se acercó a Dany, apenas Bakura la soltó para ir con su novio —bueno, supongo que a fin de cuentas sí vamos —sonrió.
La azabache no fue capaz de negarse.
Así que los cinco fueron al centro comercial, compraron unas malteadas y se recorrieron el lugar, charlando y pasando el rato, hasta que empezó a ocultarse el sol.
Akefia tuvo que admitir que el ambiente se sentía menos tenso cuando el de lentes se separó del grupo, se preguntó ¿qué tenía su hermano contra él? Ya lo averiguaría...
— ¿Vienes un rato a casa, hikari? —consultó Bakura a Ryou, con voz coqueta, aferrándolo por la cintura.
El menor frotó su rostro contra el hombro de su pareja —sí, quiero —aceptó con tono dulce, para luego darle una mirada de disculpa a su mejor amiga.
Dany lo desestimó con un encogimiento de hombros, era tan lindo verlos juntos, y no le importaba irse sola a casa —tú también puedes venir —ahora, la propuesta de Akefia la tomó por sorpresa —podríamos ver una peli en casa los cuatro.
Ryou dio un saltito, aplaudiendo — ¡Sí!
Dany titubeó —vamos, no me dejes solo siendo su violinista —le pidió en voz baja el mayor, con una sonrisa.
—De acuerdo —aceptó la azabache. Y los cuatro se dirigieron a la casa de los hermanos Thief.
Se acomodaron en la sala: Ryou y Bakura entre almohadones y mantas en el suelo, con el menor sentado entre las piernas abiertas del oji-lavanda, quien lo abrazaba y le profería caricias.
Dany y Akefia estaban en el sofá tras ellos, con un tazón de palomitas caseras.
La película en curso era Ready Player One: comienza el juego, que Ryou y Dany habían elegido, y los cuatro estaban disfrutando del film, lanzando e intercambiando comentarios al respecto, sin embargo la parejita estaba cada vez más acaramelada y menos comunicativa.
—Son tan tiernos —se le escapó a Dany, en voz baja, cuando vio a Bakura robarle un beso a Ryou.
—Sorprendentemente, lo son —le respondió Akefia, inclinándose más cerca de ella, y tomando unas palomitas del tazón en su regazo —al principio me sorprendió verlos, Bakura nunca ha sido muy afectuoso.
Dany sonrió enternecida —Supongo que el amor hace la diferencia —ella suspiró, removiéndose y acurrucándose más en el sillón.
Akefia subió su brazo por el respaldo del sofá, justo por la espalda de Dany —sí, supongo que lo hace —ella se sorprendió por la cercanía, y lo miró curiosa —oye, según sé, mañana este par tiene una cita de casi todo el día —cabeceó hacia su hermano y cuñado —si no estás ocupada, tal vez, ¿me aceptarías una vuelta por los muelles? —la azabache separó ligeramente los labios, sorprendida —no sé por qué ellos no te habían invitado antes a casa, pero me gustaría conocerte más.
Dany lo miró a los ojos unos segundos, tratando de adivinar lo que Akefia tenía en mente, pero no había manera. Finalmente tomó una decisión —suena bien, estoy libre mañana —accedió suavemente, y el oji-lila le dedicó una hermosa sonrisa que provocó un poco de calor en sus mejillas.
—Grandioso —y así, con esa nueva cercanía, volvieron la atención a la película.
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