34.
La directora llamo a Dakota, mi hermana.
Esta misma le explico que estaba suspendida por dos días, “para que reflexionara sobre mis actos”.
Vieja del demonio, ¡yo no tengo nada que reflexionar!
Simplemente quería llorar, bueno, me sentía como una niña pequeña.
Pero es que, ¡era mi cuaderno!
No se que haría ahora.
Dakota intento consolarme, pero no me ayudó mucho.
Todo se había lanzado por la borda, y realmente mi único recuerdo de Yeray, estaba, en ese cuaderno.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro