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-¿Que temias? ¿Que luego del golpe que me diste no siguiera con vida? Aparte... no ibas a matar al pobre guardián de la entrada.. o si?-
Al escuchar eso, Lorzod abrió tan grande los ojos como sus cuencas lo permitían, pero sin levantarse ni un segundo
-No tenemos porque hacer esto...-
-No tengo pensado hacer nada, pero admito que tu plan de matarme para luego suicidarte no fue el mejor... nunca me espere tal cosa de ti Anastasia-
-Pero parece que te hizo bien, en todos estos años debe ser la primera vez que me diriges la palabra-
Esto hizo que Sakura se avergonzara, ya que aunque ahora es alguien totalmente distinto, era innegable admitir que antes no fue el mejor
-Si tienes razón... creo que debería agradecerte por eso...-
Sakura se rascaba la nuca y sonreía cálidamente mientras hablaba, haciendole a su hermana imposible de creer lo que estaba viendo, ¿su hermano sonreía y mencionó algo sobre agradecer?
-Ya Lorzod puedes levantarte, no hay necesidad de que sigas así-
-Como usted ordene majestad-
-¿Alguien sabe dónde se encuentra el bibliotecario?-
-¿Para que quieres saber?-
-No se que tienes en mente, pero enfrentar a nuestro padre es inútil, solamente hay una forma de siquiera dañarlo-Susurro Sakura
-¿Estas diciendo que me apoyas?-
-Solo quiero saber donde se encuentra ahora el bibliotecario-
-Esta en su torre como siempre-
Antes de que pudieran decir alguna otra cosa, Sakura ya había desaparecido
-Notaste eso Lorzod?-
-Que debi notar princesa-
-Sakura... parece alguien totalmente distinto...-
Esta frase tenia doble sentido, hacia referencia a que el joven era extraordinariamente más amable que antes y terriblemente más débil... a su hermana no le tomó mucho tiempo deducir que había pasado exactamente...
Al otro lado del templo, una habitación desprendida una luz muy brillante junto con cientos de libros que parecían volar en todas direcciones. En su interior, habían miles de estanterías que no paraban de moverse ni de mostras nuevos libros, por otro lado, el que parecía estar encargado de este lugar era un pequeño joven que usaba una túnica con capucha violeta, pese a que esta le tapaba todo el rostro, el joven se movía intrepidamente por el lugar, ojeando desesperado varios libros
-Ocupado como siempre enano-
Cuando la voz de Sakura invadio el lugar, todos los libros detuvieron su movimiento para caer en seco, mientras que el bibliotecario se dio vuelta temblorosamente
-Oh, no lo escuche venir majestad-Dijo con voz temblorosa el enano
-Necesito que hagas algo por mí-Agrego Sakura mientras caminaba cruzado de brazos
-¿Y exactamente que es lo que necesita mi lord?-
-Cuando yo diga la palabra vamos, le aplicaras a todas las personas a mi alrededor la ordenanza del artículo quince-
Sin darle al joven tiempo siquiera para pensarlo Sakura volvió a decir
-Una vez que estemos alla, traenos de vuelta a mi hermana y a mi en una pieza, ¿entendido?-
A lo que el bibliotecario asintió con la cabeza
-Bien, cuento contigo-
Tras esto, Sakura se desvaneció y en pocos segundos ya estaba de regreso con su hermana
-Ya es hora...-Dijo Anastasia
Ambos enfilaron la gran puerta y subieron lentamente los escalones, Lorzod solo se hizo a un lado mientras los miraba con angustia.
Paso a paso se fueron acercando hasta que sin mucho esfuerzo, abrieron la gigantesca puerta de par en par, solo para encontrarse con una habitación más grande, con pilares inmensos, en cuyo centro se hallaba un pilar considerablemente más pequeño y adornado por piedras brillantes, estas parecían moverse pero lo verdaderamente interesante se encontraba detrás.
Justo al límite de un circo en el suelo que rodeaba el pilar central, se hallaba un gigantesco trono inmerso en la oscuridad, lo único que estaba tenuemente iluminado, eran un par de piernas del tamaño de Sakura o incluso... de Hanayana...
Sin atemorizarse los jóvenes se separaron del pilar central, y caminaron lentamente por ambos lados del trono, hasta pararse justo enfrente de este
-Ah pasado mucho tiempo desde la última vez que los vi juntos, pero... es raro... no me transmiten buena vibra ¿Pasa algo?-Exclamo una muy profunda y gruesa voz
...Debo admitir que en ese momento trage saliva, pensar que desafiaria a mi padre era simplemente... aveces no lo puedo creer...
...Shh, estas interrumpiendo la mejor parte...
-No quiero sonar agresiva padre, pero hemos escucha...-
-Vinimos para exterminarte viejo asqueroso-Interrumpio Sakura
Su hermana quedo tan perpleja como su padre, con la diferencia que este último comenzó a reír descontroladamente al escuchar a su hijo.
Esto enfureció a Sakura, quien no tardó ni son segundos en arrojarle una espada como si de una piedra se tratase. En ese instante la risa cesó bruscamente y toda la valentía que aún le quedaba a los jóvenes desapareció por completo
-Bien... que a si sea-Pronuncio padre
En segundos, Anastasia pudo ver por el rabillo del ojo como su hermano había desaparecido completamente. Al voltear, vio como estaba reventado en el Pilar central o también conocido como pilar de la existencia.
El joven no podía moverse, el golpe que "padre" le había dado era invisible y fue a tal velocidad que tenía terribles quemaduras en su abdomen. Al levantarse Sakura miró con terror como el pilar tenia fugas de energía y lo que es más, varios huesos de su cuerpo se habían esfumado. Solo hizo falta un golpe para que entendiera que no había nada que hacer
-Inmovilizalo!-Grito a duras penas Sakura
Rápidamente, Anastasia envolvió con un aura a su padre, quien se levantó del trono y como si nada, moldeo la esfera de energía solo con su simple movimiento. Este se agachó y dejó que la luz le de de lleno. Allí, con una sonrisa macabra y acercando lentamente su dedo hacia su hija, reventó la burbuja y con un dedo que era más grande que la cabeza de su hija comenzó acariciar su cabeza
-Me rompe el corazón que mis propios hijos traten de matarme, pero me apena más el hecho de que sean tan débiles y patéticos-
Sin dejar que las cosas empeoren, Sakura se avalanzo hacia el trono y grito lo más rápido que pudo
-¡Vamos!-
Ahí, tanto los hermanos como el poderoso padre desaparecieron de la sala del trono, y fueron transportados a una gran base de piedra que parecía estar flotando en el espacio. Rodeando este círculo se encontraban a la distancia cuatro gigantes blancas, también denominadas como estrellas blancas.
A juzgar por el tamaño de estas, quedaban pocos minutos antes de que estallen, por suerte, la inconmesurable temperatura que emitían parecía ser detenida por una especia de atmósfera que rodeaba la arena
A todo esto, Sakura vio a su padre y comenzó a reír
-Deberias ver la cara de estupido que tienes ahora, ¿de verdad creíste que seria una pelea tradicional? O gran rey de los imbesiles-
Poco a poco, la burlona risa de Sakura de desvaneció al ver que todavía seguían allí, ya hacía tiempo que el bibliotecario los debería de haber devuelto a la sala del trono.
La cosa explotó cuando Anastasia quiso atacar por detrás a su padre, cosa que este aprovechó para abalanzarse y destruir a Sakura sin piedad, de la nada, el joven se encontraba debajo de una lluvia de golpes que si bien no lo mataron, lo dejaron tan desfigurado que parecía arte abstracto.
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