El sol ya había salido, su luz apenas irradiaba sobre el pueblo de Kamra, desde aquel día en que capturaron al tritón, el mar se volvió intranquilo, como si estuviera en una constante furia. Los peces desaparecían y la escacés de alimentos era cada vez peor. El cielo siempre estaba nublado, como si anunciara una tormenta atroz y el frío era cada vez más petrificador. 

Pareciera que una maldición había caído sobre el pueblo y por supuesto, le atribuían la culpa al tritón. Unos apoyaban la idea de matarlo y librarse de todos los males. Otros creían fielmente que si lo mantenían con vida estarían a salvo. Y, unos pocos, reclamaban su liberación.

La mayoría de los chicos a los que Taehyung mantuvo siempre con vida, sus padres los obligaron a mantenerse callados y no hacer nada, ni para bien ni para mal, porque ellos se ocuparían de todo. Los adultos se harían cargo. 

Solo unos pocos, entre ellos Yoongi, ideaban un plan para liberar a Taehyung de los grilletes y devolverlo al mar.

—... Y eso es todo. ¿Están de acuerdo con que ese será el plan para liberarlo? —preguntó Yoongi al resto, una vez que terminó de ultimar detalles. 

—Por supuesto que sí, estoy de acuerdo contigo Yoon. —Un chico de cabellos castaños levantó una mano y la apretó en forma de puño, mirando al chico frente a él firme y decidido. 

—Gracias Jimin, fuiste el primero en brindarme apoyo y mostrar tu intención de salvar a Tae. Te estoy muy agradecido. 

—No tienes que agradecerme. Tae curó a mis padres de su enfermedad, me enseñó muchas cosas estando bajo el mar. Además, mis padres son de los que reclaman “libertad para el tritón”. —Ladeó la cabeza, dejándola inclinada hacia la derecha—. Aunque si se enteran de esto me van a castigar ja, ja.

—Has sabido mantener el secreto. Bien hecho. ¿Y el resto? 

—No preguntes lo obvio, estamos contigo —respondió Namjoon, colocando su mano izquierda en forma de puño en el pecho. 

El resto siguió la acción de Namjoon, porque esa era una señal, una promesa, una muestra de su hermandad y su decisión de ayudar a Taehyung de todo corazón. 

—¿Nam, estarás bien con tu padre? —Preguntó Yoongi. 

—La ira lo ha cegado, pero no se preocupen por mí, estaré bien. Probablemente me de una paliza ji, ji; nada que Tae no pueda sanar después, ¿no crees? 

—¿Ya lo tenías pensado no?

—Por supuesto. Recibiré los golpes y luego iré a llorarle a Taehyung para que me cure el trasero. 

El resto echó a reír con aquel comentario. Solo cinco chicos estaban dispuestos a salvar al tritón, a sabiendas de que si los pillaban serían apresados independientemente de su edad, porque el padre de Namjoon había establecido una ley marcial en toda Kamra; quien intente salvar a Taehyung, será encarcelado hasta que se arrepienta de su acción. 

—Bien, en cinco lunas nos volveremos a reunir —habló Yoongi, líder de aquella hermandad—. Todos ya saben lo que tienen que hacer. 

¿Podrán estos cinco chicos guiados por Yoongi salvar a Taehyung?

Sigue atentamente la historia, y lo averiguarás.

Jimin de Lágrimas.