Hace tanto tiempo desde que te fuiste que ya me empiezo a preocupar, las horas parecen eternidades cuando tu no estas.

En fin, no me puedo comer la cabeza ahora pensando en eso, debo terminar el trabajo de fotografía que me han mandado, aún no soy capaz de hacer una foto con la que de verdad esté contenta, además, estos poderes no me ayudan para nada, ¿por qué me tenía que pasar esto a mi?, lo único bueno que tienen fue que aquella vez pude salvarla, de eso estoy bastante orgullosa.

-Hey, Max, ya he vuelto- Su voz me sacó de mis pensamientos, al asomarme por la puerta pude ver un gorro de lana que sobresalía de un montón de bolsas de la compra, también unos pantalones azules rotos. Obviamente supe que era Chloe

-¿Ahora estas ciega o que?, por Dios, ayúdame, esto pesa- Realmente parecía muy molesta, aunque, casi siempre lo está, es su carácter natural.

-Voy!- Salí de la habitación de la peliazul para poder ayudarla con las pesadas bolsas, me llevé una decepción al ver que todo eran botellas de alcohol, jamás le podré quitar esa costumbre que tiene, por Dios, la última vez que se emborrachó tuve que ir a buscarla a la playa y estaba rodeada de gaviotas.

-Tierra llamando a Max, lleva las bolsas a mi cuarto, pequeñaja- Tan solo mostró una sonrisa burlona.

Tchz, si quisiera podría gastarle bromas o algo mucho peor como venganza por esto, total, nunca se enteraría gracias a mis poderes.

Llevé las bolsas hasta su cuarto para luego salir al pasillo y bajar las escaleras. Como siempre su madre me dedicó una cálida sonrisa, creo que ya se ha acostumbrado otra vez a vernos juntas después de tanto tiempo.

Las horas pasaron y a Chloe se le ocurrió ir al viejo faro para ver la puesta de sol, puede que sea una tomboy dura de los pies a la cabeza pero también es bastante romántica.

-Max, hoy has estado muy distante, ¿te pasa algo?- Ladeó la cabeza, parece que no entendía lo que me pasaba.

-No, nada, tan solo pensaba en mis cosas- Ella tenía razón, estaba tan distraída que no me había dado cuenta que ya estábamos en la cima de la montaña del faro, cerca del banco donde siempre pasábamos el tiempo.

Todo habría salido bien salvo por las horribles visiones que tenía. El tornado se acercaba, lo podía ver con claridad y Chloe.....ya no estaba a mi lado.

Caí al piso con ambas manos en mi cabeza, dolía demasiado. Chloe se acercó a mi, parecía tan preocupada que estaba al borde del llanto.

-Idiota, no me des esos sustos- Me abrazó tan fuerte que casi podía notar como mis costillas se rompían.

-Estoy bien, gracias por preocuparte- Mostré una pequeña sonrisa a lo que ella respondió dándome un suave golpe en el hombro.

Ambas nos quedamos así hasta que decidí acercarme más, lo suficiente como para casi juntar los labios con los míos.

-Max....- Fue la única respuesta que obtuve de ella.

Luego de eso la besé, espera.....no, no la estoy besando, ¿acaso se habrá apartado?. Abrí los ojos para comprobarlo y la cruda realidad me había golpeado en toda la cara.

La Chloe que yo conocía estaba borrosa, casi parecía desaparecer, en ese momento lo recordé todo, recordé el sacrificio que realizó para salvar a todos, recordé que ya no la tenía a mi lado, ahora era como un simple fantasma anclado al pasado y que no se quiere ir.

La sonrisa que me dio su madre no era por verla a ella también, no podía, supongo que tan solo se alegraba por ver que yo no estaba tan hundida como parecía.

-Olvidé que ya no podré besarte nunca más- Las lágrimas empezaron a bajar por mis mejillas, ¿por qué la única persona que había amado ya no estaba conmigo?, todo esto es injusto, ojalá fuera al contrario y yo estuviera muerta.

-Estaré siempre a tu lado, Max, da igual que los demás no me puedan ver, yo te cuidaré- Y por fin su imagen desapareció por completo dejando ver sólo una mariposa azul, la misma que me encontré el día que la salvé que la dispararan, aunque, luego tuve que dejar que lo hicieran, ella quería salvar a todos.

-¿¡CHLOE, VUELVE, TE NECESITO?!- No paraba de llorar desconsoladamente, ya no tenía su compañía, supongo que lo único que puedo hacer ahora es derramar lágrimas.