IV: Tormenta.
IV.
"Tormenta"
Tormentas, lluvias, relámpagos... aquello que estremece a cualquier niño y en algunos casos, adultos. Esos ruidos que recorren tu espina dorsal como una serpiente en busca de contención ¿Cómo fue que sucedió? Mi corazón, mi alma pura le necesitaba...
Y ella no lo comprendió.
─Vamos, Minato... ¡Apresúrate!
La chica de coleta y cabellos lilas tomó la perilla de una ventana cualquiera con el sudor de su frente y siguió escalando como si esta fuese una mismísima lagartija sobre las paredes del hospital. Tras de ella, el ninja rubio de ojos azulados intentaba seguir su paso con frustración. Y no es que la Hyuga pudiese ser más rápida que él como para que Minato se complicase en esos momentos.
Pero sí, este era bastante torpe cuando tenía todo un trasero frente a sus ojos y en especial el de Naori, que aunque no quisiese admitirlo era bastante grande y provocador. Además, sus nervios estaban hasta la punta de sus pies.
Si les pillaban, estaban fritos...
─ Silencio Naori, que nos van a pillar... ─reprochó este en cuanto le escuchó exclamar─ Dios, ni siquiera sé como me metiste en este lío... ─gruñó para si mismo en voz baja mientras intentaba quitar su vista de aquel lugar prohibido para alguien como él, sus mejillas un tanto sonrojadas por el pensamiento pervertido que inundaba su cabeza.
Si Kushina le viese de esa forma o tuviese acceso a sus pensamientos...no lo contaría dos veces.
─Kakashi necesita nuestra ayuda, Minato ─explicó la morena, escalando hacia otra ventana─ Es que tu no viste a esa enfermera marrana... ¡Era peor que satanás! ─gruñó a brazos abiertos, desesperada al recordar dicha persona.
Minato no demoró en entrar completamente en pánico en cuanto notó como la chica alzaba sus brazos, por poco cayendo sobre él y lejos de la pared. Pero como este era bastante rápido, logró sujetarle enseguida y pegarla hacia la ventana que estaba a su costado. Aunque casi resbaló él también.
Ambos dieron un suspiro aliviado al ver que no caerían de golpe contra el suelo.
─Que no grites ni te sueltes o seremos puré de ninjas, Naori ─reprochó el ninja rubio mientras observaba hacia el suelo, el cual estaba bastante lejos de ambos.
Si bien no se trataba de una altura drástica, de igual manera no pretendía caer desde ese lugar por culpa de la morena. Pues, Kushina luego le preguntaría sobre sus moratones y le reprocharía por esto y por aquello. No necesitaba más dramas en su vida tranquila, pero teniendo a Naori Hyuga como amiga... se le hacía bastante difícil.
Aquella noche entendí ni siquiera un cuarto de lo que debería haber hecho ¿Por qué?
Entonces, ambos ninjas de rango jounin prosiguieron en su cometido, subiendo así a pasos sigilosos por las paredes de dicho edificio que a fin de cuentas era enorme. Pero, como la mala suerte seguía a la chica de ojos amarillentos por todas partes... pareciera que el mal clima llegó como un balde de agua sobre ellos.
Estos, enseguida resbalaron al no alcanzar la ventana que estaba sobre ellos, cayendo así en cámara lenta sobre el frío suelo de tierra. El cual a este punto comenzaba a ser barranco puro, Naori amortiguando su golpe al caer sobre su amigo el rubio y este, pues... tocó la peor parte.
─¡Maldición! ─gruñó la mujer, al notar como su muñeca se había dislocado con la pierna de Minato. El agua empapando todas sus ropas junto con su rostro.
Minato tan solo soltó un gran quejido al tener el codo de la muchacha en su oblicuo derecho y sentir un dolor soportable en su espalda. Aunque al levantar su rostro del suelo se sonrojó enseguida al notar como aquel trasero que le atormentaba se posaba frente a él. Aquello era mucho peor que haber caído de un segundo piso, lo sabía con mucha certeza.
Este rascó su cabellera rubia instintivamente y luego corrió su rostro para no observar de nuevo los glúteos de su amiga. Esto era meramente culpa de Jiraiya, sí, eso era.
─Recuérdame no seguir tus planes locos nunca más, por favor ─dijo, esta vez soltando un gran suspiro al ver como ella se ponía de pie y movía su muñeca con muecas de dolor en su rostro.
─No seas exagerado, ─gruñó frente a él, quien finalmente tomaba asiento en aquel barranco─ te digo que Kakashi nos necesita y no entiendes...
Entonces, la chica negó con su cabeza al notar que su muñeca quedaría así por unos momentos más. Aunque no le importó, ya luego tendría tiempo para eso y mucho más. Pues, en ese momento su prioridad era nada más ni nada menos que Kakashi. Por lo que, enseguida volvió a la posición de escalar e intentó hacerlo con un solo brazo, la lluvia aún empapando más su ropa y cabello.
El Namikaze arrugó su nariz y le observó con detenimiento, su rostro demostrando la frustración que sentía en aquel momento con la muchacha al ver como no se rendiría. Realmente la Hyuga era muy insistente, no aceptaría un no como respuesta jamás y él lo sabía perfectamente.
─Lo que Kakashi necesita es estar lejos de ti... ─murmuró con frustración para si mismo, segundos antes de ponerse de pie y sacudir sus ropas mojadas. Ella no podría subir ese edificio en solitario.
Naori volteó su cabeza enseguida y le fulminó con su mirada amarillenta. Como si de un gato erizado se tratase.
─Repítelo y Kushina sabrá de lo que encontré en tus cajones la semana pasada ─gruñó la morena, apuntando con su dedo índice al rubio mientras que este abría sus ojos de par en par─ Ahora, ayúdame a subir que con un solo brazo no puedo.
Minato tensó sus músculos con solo escuchar las palabras de la morena, pues esta vez no le convendría seguir molestándola con cosas así. Ella tenía tantas cartas bajo la manga que daba miedo, él solo tenía unas cuantas pero no le superaba.
Entonces, Minato bufó con rendición, pues no había escapatoria... debía de ayudarle o terminaría sin novia esa noche. No sin antes volver a suspirar frente a ella.
─Estás loca.
Aquel día, aquellos sueños y tantas pesadillas... Ella no lo sabía pero internamente deseaba estar con alguien, quizás ella... quizás mi padre o no lo sé, quería contención.
Por poco lo entendí, pero no fue suficiente... y ella nunca lo supo tampoco.
Kakashi apenas despertó en aquel cuarto de hospital, no dudó ni un solo segundo en quitar dichas sondas que molestaban a sus fosas nasales y no le dejaban respirar. Solo para luego volver a recostarse bajo las sábanas de costado y cerrar sus párpados, dispuesto a conciliar el sueño nuevamente. Incluso si la cama era bastante incómoda para su gusto.
Sin embargo, algo le inquietaba y no lograba poder dormir. La lluvia chocaba con bastante fiereza sobre el tejado y su ventana, sin contar el hecho de los relámpagos y truenos que se avecinaban con tan semejante clima. Él sentía miedo, su corazón latía con fuerza y se odiaba por ello.
Para él, un buen shinobi no debía de temerle a nada y mucho menos a algo tan común como lo eran las tormentas. Pero él estaba solo, sin su padre y en un lugar que no era su hogar. Se sentía en peligro.
En ese entonces no sabía de lo que hablaba o pensaba, pues... no sabía lo que significaba ser shinobi, yo solo quería ser como mi padre y no temer a nada. Pero olvidaba el hecho de que somos humanos y sentimos, por ello no pensé que ella pasase tantas cosas o sintiese tanto...
Naori no lo sabía, pero en ese momento deseaba que viniese a por mi...
Otra vez, el pequeño de cabellos grises se revolcó en su cama y presionó con fuerza las finas sábanas blancas que le cubrían. Realmente necesitaba conciliar el sueño enseguida o terminaría por volverse loco, aquellas gotas que galopaban sobre la ventana le estaban matando por dentro. Tanto que hasta sintió como su pecho ansiaba por salir de su lugar al igual que las lágrimas que por poco comenzarían a avecinarse.
Él no quería estar ahí, y odiaba a Naori por haberle dejado solo.
─Maldita alergia ─gruñó por lo bajo, mordiendo su labio inferior bajo las sábanas─Maldita Naori y su gato roñoso.
Entonces, Kakashi no lo aguantó más y tomó asiento de golpe en dicha cama, sacudiendo así sus cabellos grises con desesperación ¿Cuánto más tardaría su padre en volver? ¿Por qué Naori no le había sacado de allí? En ese momento solo confirmaba una y otra vez que la muchacha solo quería quedarse con padre, botándole como un saco de basura.
Y no lo permitiría.
Es irónico como el destino pone personas justas para cada momento, quizás ella fue puesta en dicho camino por orden de tal poder... quizás ella tenía que llegar a mi vida...
El peligris por un momento pensó en llamar a una enfermera para que le hiciese compañía, pero su orgullo como shinobi no se lo permitía. A pesar de ser un niño, aquello era mucho más importante que la necesidad de estar con alguien para calmar sus nervios y no tenía ni la menor idea de qué hacer con eso.
O tal vez si...
El único legado de Sakumo Hatake quitó las sábanas brúscamente de su cama y se puso de pie, refregando así sus párpados instintivamente mientras analizaba la situación con cautela.
Él iba a escapar.
─Me largo... ─murmuró, arrugando su nariz mientras buscaba la máscara habitual que utilizaba. Él no saldría así sin más.
También es irónico que le odiase por dejarme allí, sin saber lo que realmente ocurrió.
Le culpaba por todo...
Kakashi finalizó de poner su máscara en donde debía estar y fue a por sus sandalias, refunfuñando de vez en cuando por la irresponsabilidad de aquella mujer que suponía cuidarle. Aunque lo único que había hecho era dejarle en el hospital, no lo soportaba.
Este terminó de cambiar sus ropas y se acercó sigilosamente a la ventana, tragando saliva instintivamente al ver lo terrible que era aquella lluvia que inundaba Konoha aquella noche. Pero no iba a rendirse, él debía salir y ser valiente. Un poco de agua no le iba a frenar.
El peligris dio un suspiro largo y luego cerró sus ojos para abrir la ventana, sintiendo así las grandes olas de viento provenientes desde fuera llegar a su cuerpo y las gotas chocando con su rostro enseguida. Por lo que, a manos temblorosas subió en el marco de aquel trozo de vidrio y observó hacia abajo, su rostro bastante perplejo al hacerlo y no, no se trataba de la altura. Aquello no se lo esperaba.
Esa mujer estaba realmente loca, mi padre era un hombre tranquilo... supongo que todos necesitamos algo de locura en nuestras vidas ¿Verdad?
─¡¿Naori?! ─exclamó el pequeño, sus ojos bastante abiertos al ver como la muchacha colgaba del último peldaño que parecía ser de la cañería.
Esta en un principio se sorprendió al verle allí, pero luego al notar su posición desesperada le sonrió y saludó con su muñeca dislocada. Kakashi no se movió de su lugar, sorprendido.
─Qué hay, gruñón. ─fue todo lo que dijo la morena, aún con esa sonrisa plasmada en su rostro. Incluso si su cuerpo no daba más del cansancio.
Vaya que le había costado llegar a esa ventana con dicha tormenta. Y Minato, este solo le afirmaba para que no cayese en cualquier momento.
─¡Tú, maldita gata inmunda!
Ahora el rostro del peligris era de rabia pura, tan solo recordar aquel gato negro y roñoso le hacía cabrearse. Incluso si la chica de ojos amarillentos estuviese en dicha situación tan crítica él debía demostrar que tenía más poder que ella. Y a pesar de estar en un estado de shock sobre la ventana, no podía retractarse.
Naori dio un suspiro cansador al escucharle. Sakumo realmente debía enseñarle modales...
─Minato, ayúdame a subir más... solo me falta un poco ─dijo esta hacia su amigo el rubio bajo ella, a lo que este soltó un quejido.
─¿Acaso no entiendes que este niño no te quiere? ─soltó de la nada con frustración, pero se retractó de inmediato al sentir la patada en el rostro que había recibido.─ ¡Lo siento! ¡Agg!
Este sintió como su mano derecha resbalaba de aquella cañería de la que estaban afirmados al sentir dicho golpe y entró un poco en pánico, más al sentir el líquido caliente que corría por su nariz y suspiró. Debía aprender a callar su boca cuando se trataba de la morena, después de todo... Kushina Uzumaki era su mejor amiga.
─¡Minato, que me ayudes!─insistió la morena con desesperación, a lo que Minato intentó subir aún más.
─¡No es necesario, yo saldré solo! ¡No necesito que subas a por mi, mugrosa!
Naori abrió sus ojos de par en par en cuanto vio como el Hatake pretendía saltar por aquella ventana, entrando en pánico enseguida y desesperándose aún más. Aquel piso era el quinto y si este lo hacía, realmente no saldría ileso como con su alergia a los felinos. Ella no quería eso, no sabía si por el bien del muchachín o por su novio, quien seguramente se moriría de un infarto al saber las cosas pasadas con su hijo.
No sabía qué hacer.
─¡Ni se te ocurra, es el quinto piso! ─gruñó la morena hacia el pequeño, quien parecía no escucharle─ ¡Kakashi, que no lo hagas! ¡Joder! ¡No!
Entonces, todo sucedió en cámara lenta a vista de la chica y por poco pierde la razón al ver como Kakashi se había lanzado de la ventana hacia el suelo del edificio. Minato también entró en un estado de shock al ver dicha acción del niño, enseguida tomando uno de sus kunais para generar un hiraishin y salvar su vida. No quería a su amiga en la cárcel por aquello, o que su gran amor le dejase por asesinar a su hijo. Y mucho menos, que el chiquillo muriese al ser tan joven.
Necesitaba llegar a tiempo.
Pero como si los dioses por fin jugasen a favor de la Hyuga, ambos al no alcanzar al pequeño a tiempo se dedicaron a saltar hacia el suelo para ir en su búsqueda y por lo menos ingresarlo de nuevo a dicho hospital, esta vez amortiguando sus golpes con el jutsu de Minato. La morena de cabellos lilas pensando lo peor y por poco queriendo llorar por ello, su corazón latiendo con fuerza ante tal pensamiento. Pues, no se lo perdonaría jamás si el pequeño perdiese la vida de esa forma. Y no solo por Sakumo u por los aldeanos, sino que, por él.
Aunque lo negase, se había encariñado con su persona.
─Agg, aún estás aquí.
Ambos voltearon sus cabezas al escuchar esa voz, esta sobre el barranco que al parecer estaba bastante blando como para ser provocado con la lluvia. Naori dio un gran suspiro de alivio y corrió sin duda alguna a abrazarle con fuerza. Pues, jamás había sentido tanto alivio en su vida a decir verdad con respecto a nada.
Minato también lo hizo, aunque frunció el seño al notar que aquel niño podía manipular con mucha facilidad el doton {elemento tierra}. Algo bastante difícil para niños de su edad... realmente era un prodigio y le sorprendía.
─¡Que me sueltes, sucia! ¡Basta! ¡No me toques!
─¡Gracias a dios estás bien! ¡No sabes como se frenó mi corazón te lo juro yo...
─¡Que me sueltes te digo!
─¡No sabes lo que pasé por subir esa pared para sacarte de ahí! ¡Dios, realmente estás bien!
─¡Aggg! ¡Que me sueltes!
La escena era bastante agraciada para el ninja rubio a un costado de ellos. Naori apretujando al pobre peligris con sus brazos mientras este pegaba patadas y empujaba a la chica con todas sus fuerzas. Realmente este chico no le quiere cerca... Pensó, sonriendo levemente ante aquello y creyendo que quizás sí... tener que cuidar a Kakashi era un gran desafío.
Sobre todo si la muchacha ponía todo su esfuerzo en llevarse bien con él y el peligris no le ayudaba con ello, le agradaba esa sensación de verla ser perseverante. Aunque odiaba la pulsación que había en su nariz en ese preciso momento por aquella patada de la chica, ya se lo cobraría después... por ahora debía dejarles solos.
Eso necesitaban, estar solos.
«...»
Ella, era tan ella que se le reconocía enseguida... era impredecible, en esos momentos no sabía si creer o no en sus palabras. Ella quería estar conmigo, ella quería cuidarme, Ella...
Apenas ingresaron a la vivienda, Kakashi a cachetes inflados no dudó en subir las escaleras a pasos sonoros con mucha rabia en su interior. Él no quería nada con Naori, ni ahora ni nunca. Ella no sería parte de su familia ni aunque se rompiera tres piernas por salvarle, jamás.
─¡Hey! ¡Kakashi! ─exclamó la morena en cuanto le vio, todos sus sentidos casi por explotar. Pues, el pequeño de cabellos grises estuvo todo el camino ignorándola o si decía algo era para hacerle callar. Y todos tienen su límite.
Aquello no podía seguir de esa manera. Pues, si ambos querían convivir de buena manera en aquella casa debían de llevarse bien o por lo menos respetarse. Quizás no por ellos o la morena por quedar bien con el padre del muchacho, sino que, por Sakumo Hatake. Él también quería una familia con la chica y su hijo, pero si seguían de esa forma...
Sería algo bastante imposible de realizar.
─Kakashi, quítate esas ropas o vas a res...
─¿Qué haces aquí? ¡No me mandes ni me sigas! ¡Dios, eres insoportable! ¡Gata marrana y psicópata!
El chico apenas le vio en el marco de la puerta de su habitación corrió y cerró la puerta de golpe con su seño fruncido, dejando así a Naori con la palabra en la boca y ambos puños apretados con fuerza tras aquel trozo de madera que les separaba. Ahora sí, estaba molesta.
1. Pasó un día entero planeando el cómo escabullirse para salvarle de aquella enfermera.
2. Se mojó y ensució las ropas.
3.Toushirou se encontraba con los veterinarios de Konoha por culpa de aquel incidente.
4. Golpeó a Minato y se dislocó su muñeca.
Además, su padre no quiso darle dinero y la chica ya no podía más. Kakashi Hatake sin duda alguna, era el crío más mal agradecido y mal educado que conoció jamás y ya no le aguantaría ni una sola burrada más. Ella había llegado a su límite.
A ojos entrecerrados y semblante molesto, la morena de ojos amarillentos abrió la puerta de golpe con solo una patada y se acercó al peligris con mucha rapidez para luego tomar el cuello de su playera mojada con fuerza, levantándole un poco del suelo. Este le abrió sus ojos de par en par con su semblante sorprendido al verle, pues no se esperaba una reacción similar de la chica.
Ella solo quería disciplinarme...
─Mira mocoso, te he aguantado varias y he cuidado de ti todos estos días con toda la paciencia del mundo, ─este entreabrió su boca para reclamar pero Naori solo presionó aún más su playera, cortando su intento de habla enseguida─ Sé que no soy una persona perfecta y mucho menos sé como cuidar a un niñato tan mal criado como tú. Pero al menos hago el intento y no hago berrinches infantiles como tu lo haces. Tu padre solo me pidió este favor porque te ama más que a nadie y quiere que nos llevemos bien a pesar de que tu no quieras. Y no, no vengo a robarme a tu padre para luego dejarte de lado si es lo que piensas, yo quiero el pack completo... Ambos con tu padre soñamos con tener una familia que jamás tuvimos y realmente lo pones muy difícil ¡Ya estoy harta de tu actitud, enserio!
Kakashi tragó saliva, bastante perturbado por como los cabellos lilas de la muchacha se erizaban al igual que de un felino mientras le seguía reprochando;
─No soy tu madre Kakashi ni tampoco pretendo serlo, solo quiero que nos llevemos bien y vivamos en paz de una buena vez... por tu padre que te ama y espera lo mismo de ti que de mi con respecto a esto ─esta tensó su mandíbula y presionó aún más la playera del muchachín, Kakashi cerrando sus párpados enseguida al creer que la chica le golpearía. Pero no lo hizo, ni lo haría jamás─ Así que por favor te lo pido, pon de tu parte en esto que también es difícil para mi tener que bancarme comentarios tuyos o de los demás, ya estoy cansada.
Dicho esto, la morena aflojó su agarre y le soltó con un suspiro. Este no dijo palabra alguna y solo observó el piso, aún con mucha sorpresa en su rostro. Realmente no se esperaba que Naori algún día fuese capaz de hablarle de esa manera, o siquiera, hacerle reflexionar sobre sus actitudes infantiles que estaba teniendo.
Mi padre jamás me había regañado de esa manera, y que ella lo hiciese de verdad fue algo brusco para alguien como yo, pero me sirvió, tarde pero lo hizo...
─Ahora, te vas a quitar esas ropas y te irás a la ducha... lo último que quiero es que te pegues un resfriado.
Kakashi le observó, bastante incómodo mientras jugaba con sus dedos y la chica de ojos amarillentos sintió una punzada en su corazón al verle de esa manera, sintiendo culpa inmediata al haberle hablado así. Sin embargo, no se arrepentía debido a que alguien necesitaba decírselo. Él no podía seguir siendo así de sin respeto con personas mayores, y no solo con ella... sino que con todos.
Alguien debía de enseñarle y hacerle ver que eso estaba mal.
─Anda, vamos.
El peligris mordió su labio inferior, aún con esa incomodidad de su cuerpo mientras esta vez tomaba los bordes de su playera sucia y mojada. Sus mejillas sonrojándose un poco.
─¿Puedes s-salir? No me siento cómodo estando tú aquí... ─lo último por poco sonó como un murmullo, creyendo que si decía algo más la chica realmente le golpearía. Pero él no lo decía por mal educado, él lo decía por no querer cambiar sus ropas en frente de ella.
Entonces, Naori al ver las mejillas y lo cohibido que estaba el pequeño de tan solo cinco años frente a ella, lo entendió y asintió con su cabeza. Esta vez saliendo de aquella habitación pequeña y cerrándola tras ella con suavidad. Sonriendo levemente en cuanto lo hizo, pues el muchachín le había hecho caso enseguida luego de aquello.
Quizás, solo quizás... no lo hacía del todo mal disciplinando niños.
«...»
─Na-naori...
El pequeño se encontraba a un costado del sofá mientras tocaba el hombro descubierto con fuerza de la muchacha que dormía plácidamente en dicho lugar. Por primera vez en su vida, perdiendo todo orgullo que tenía... o le quedaba.
No, él no se disculparía con ella. Pero sí... no podía conciliar el sueño con aquel golpeteo fuerte sobre el tejado de la lluvia y su padre no estaba allí como para dormir con él como le hacía en días así. Solo estaba ella.
─Naori ─insistió el peligris, picando con su dedo índice en su hombro. Esta se removió un poco en el sofá ante aquello y luego abrió sus ojos con lentitud, frunciendo el seño enseguida al verle frente a ella.
─¿Hmp? ─intentó decir, esta vez estirando sus brazos mientras las fresadas se movían en aquel sillón en el que estaba. Kakashi ladeó su cabeza─ ¿Qué sucede, Kakashi? No me digas que ahora tienes un resfriado porque yo...
─¿P-puedo dormir contigo? ─soltó de golpe, esta vez jugando con sus dedos mientras movía sus pies en el suelo.
La morena entreabrió sus labios, sorprendida ante sus palabras y su corazón latió con fuerza ¿Acaso eso era cierto? ¿Acaso había escuchado bien? ¿O solo estaba soñando?
─¿Qué? ─dijo, aún sin poder creer lo que oía. El peligris en cambio arrugó su frente al escucharle y sintió culpa, por todas las cosas que había dicho antes a la mujer.
─No me hagas repetirlo, me da pena...─murmuró, observando esta vez a su costado con sus mejillas sonrojadas.
─Ah... pues, sí ─respondió la morena, aún confundida ante su petición mientras quitaba las fresadas de su cuerpo para ponerse de pie─ Vamos arriba, seguramente allá estés más co...
─No, aquí. ─interrumpió nuevamente el pequeño, bastante cohibido.
Ella le observó por unos segundos con detenimiento, su semblante aún mostrando confusión a pesar de sentir aquello en su corazón llamado felicidad. Él se estaba acercando a ella por voluntad propia, y sin algún insulto de por medio. Aunque no lo crean, aquello era un gran avance.
─Está bien... ─dijo ella, haciendo un pequeño hueco en aquel gran sofá y palmeando con su mano el lugar para que este se recostara allí.
Kakashi rascó su cabellera gris por un segundo y luego se recostó a su costado, dándole la espalda enseguida mientras se ubicaba en posición fetal. Naori por su parte, tomó las cobijas y se encubrió en ellas. Aunque sí, dio la mayoría de ellas al pequeño Kakashi, no sin antes sonreír al ver como este cerraba sus párpados.
─Descansa, Kakashi.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igual puede tener spoilers.
—4—
¡Hola!🙌🙌 ¿Qué les pareció el capítulo? Sé que es algo corto pero bueno🙌 peor es nada jaja Al parecer Kakashi ya está entendiendo un poco más a Naori y luego de aquel reproche dudo que quiera decir algo más hacia ella jaja ¿O no?
En fin, solo espero les haya gustado porque insisto en que es primera vez que intento una historia así yyyyy eso jaja muchas gracias por leer y que tengan un lindo día{semana} las amooo💖😍😘
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