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III: Bola de pelos.

II.
"Bola de pelos"

Los días caminaban a paso lento, el tiempo no avanzaba y no encontraba la hora en cuanto mi padre apareciese, según él la paciencia era esencial para todo tipo de ninja... Y sobre todo para mi, que en ese entonces aún no era un shinobi digno, ni sabía lo que la vida significaba...

O quizás, de lo que Naori vivió a raíz de mi culpa, era muy pequeño como para comprender aún...

─Naori ¿Ya está el des- ¡Kyaaaaa!

El niño de tan solo cinco años no pudo terminar su frase al entrar a la cocina de su hogar, enseguida gritando con desesperación  a la vez que agarraba su pecho de manera exagerada. Ya habían transcurrido unos tres días desde que su padre había dejado la aldea para su misión y se estaba acostumbrando al desayuno de la morena todas las mañanas. Pero no de esa manera.

Sin quitar que la primera vez que esta lo hizo, él despreció su desayuno y estuvo todo el día con hambre en la academia. Por ello, solo por ello... ahora comía las cosas de la Hyuga. Aunque seguía sin agradarle.

─¡¿Quién eres y qué haces en mi cocina gato marrano?! 

Frente a él, se encontraba un peludo bastante peculiar con su cola alargada y orejas bien hacia arriba. Este mantenía una bandana de Konoha sobre su cuello y un chaleco chunnin en su diminuto cuerpo, aunque eso no fue lo que sorprendió al pequeño Kakashi, sino el hecho de quien preparaba el desayuno esa mañana... Pues era este mismo felino.

Cosa que le dio asco a decir verdad, al peligris no le gustaban los gatos y le causaban mucha alergia por su gran sentido del olfato que este poseía, captando así todas las proteínas de dicho animal solo en el aire. Por lo tanto, estaba muy desesperado en ese momento.

─¡Oye gato estúpido! ¡Escúchame cuando te hablo! ─insistió el Hatake, soltando un inoportuno estornudo al acercase mucho a este.

El felino dejó la sartén sobre la cocina y soltó un suspiro, solo para luego voltearse hacia el pequeño con su seño fruncido y molesto. ¿Acaso le había llamado marrano y estúpido?

─¡¿A quién llamas gato marrano y estúpido pequeño mocoso?! ¡Deberías agradecer que me preocupo de alimentarte, criatura moquillenta!

Kakashi arrugó su nariz a la vez que apretaba los puños, dispuesto a luchar contra aquel intruso de su hogar y sacarle a patadas. Sin embargo, otro estornudo se lo impidió y el animal soltó una risa burlona al notar como este gruñía por lo bajo.

¿Dónde estaba Naori cuando más se le necesitaba?

─¿Manejas ninken? ─preguntó aquel peludo gato de ojos amarillentos con curiosidad al ver como rascaba su nariz, este le observó confundido.

─No.

─Todos los que manejan ninken tienen esa reacción al verme, niño moquillento y mentiroso. ─el gato apuntó con su garra hacia la frente del pequeño, este dio un paso hacia atrás por inercia.

─¡Pues te estoy diciendo que no lo hago! ─exclamó, esta vez bastante irritado con aquel animal que no tenía ni la menor idea de dónde había salido.

Nuevamente, soltó otro estornudo. Sin quitar su rostro molesto y nariz arrugada bajo su pequeña máscara.

─¡Vaya vaya! Naori-sama dijo que eras gruñón y prepotente pero no lo creí hasta oírte, pequeña criatura asquerosa e irrespetuosa.

Kakashi quitó su pequeño brazo de su nariz y subió su mirada bastante molesta al oír el nombre de la mujer que tanto odiaba. Así que esto era obra suya, matarle a estornudos.

─¡Así que ella planeó todo esto! ─exclamó, muy molesto─  ¡¿Dónde está ella aho-¡achó! ra?! ─gruñó entre estornudos, sus ojos un tanto rojos por la alergia hacia dicho animal.

Este se tocó su nariz y luego sus bigotes mientras pensaba, o al menos eso parecía a ojos del pequeño.

─Ella me envió a cuidarte por mientras que iba al distrito Hyuga por unas cosas, así que tendrás que comer porque sino ella...

─¡No comeré comida de un gat-achó!  ¡Aggg, maldición!

El pequeño, bastante irritado alzó y bajó sus brazitos a la vez que salía de la cocina. Tenía que encontrar a la mujer y darle su merecido ¿Por qué dejarle al cuidado de un gato? Sin duda alguna eso lo anotaría en la lista de cosas que tenía que hacerle saber a su padre cuando estuviese de vuelta.

Ya eran demasiadas.

Primero; la muchacha le olvidó en la academia... y con Obito.

Segundo; dejaba el suelo lleno de agua luego de ducharse y ni hablar de los cabellos lilas que encontraba por todas partes.

Tercero; entrenaba todo el día, lo que significaba que llegaba a ducharse y a dejar todo lleno de cabellos.

Cuarto; le avergonzó frente a sus amigos en cuanto le llevó almuerzo en una manta de ositos panda ¿Cuántos años creía que tenía? ¿3?

Quinto; el día de ayer le había dejado con Maito Dai sin razón aparente y hoy le dejaba a cargo de un gato feo asqueroso.

Y podría seguir con su lista, solo que no tenía ánimos de recordar algo más porque sino, explotaría.

Kakashi ya no daba más de la rabia en aquel momento. Si así se sentía el tener una madre o una figura materna, él no quería una jamás en la vida. Él era feliz con su padre y Naori solo le jodía las cosas, pues en cualquier momento terminaría él cuidando de la chica a este punto.

─ ¡Espera, espera! ¿A dónde vas moquillento?

Aquel felino se posó sobre la puerta con rapidez, justo en el momento en que el pequeño tomó la perilla para salir de su hogar en busca de la mujer. Soltando así uno que otro cabello en el lugar al erizarse.

─Sal de la puerta ─gruñó el pequeño mientras presionaba con mas fuerza la perilla, aunque el felino ni se inmuto en salir de allí─ mira gato roñoso si no sales de ahí te juro qu-¡Achó! ¡Agggg!

Entonces, no pudo mas de la picazón en su nariz y solo se volteó a paso rápido, alejándose de aquel gato negro que protegía la puerta principal. Si seguía cerca de él mucho tiempo más, seguramente moriría estornudando.

¿Cómo mi padre no fue capaz de hacerle saber lo alérgico que era a los gatos? Pasan los años y sigo sin saberlo...

─Hasta que por fin te calmas, Naori-sama me mataría si te desaparecieras de la nada criatura albina ─dijo, soltando un suspiro aliviado─ Por cierto, soy Toushirou...

Kakashi solo gruñó en respuesta mientras se tiraba en el sofá y rascaba su nariz con desesperación. Esta vez quitando su pequeña máscara del rostro para poder respirar un poco mejor.

─Hey ¿Estás bien-nya?

El felino se posó en cuatro patas para acercarse al peligris de cinco años, quien seguía rascando su nariz rojiza debido a la picazón que sentía en aquel momento. Kakashi abrió sus ojos de par en par en cuanto le vio muy cerca de él, enseguida saltando de aquel sofá hacia la mesa del centro. Solo para volver a estornudar.

─¡Aléjate de mi, gato roñoso! ─exclamó, esta vez apuntándole con su dedo índice al sentir como sus fosas nasales no recibían el aire suficiente para poder respirar bien.

─¡Hey! ─se quejó el felino, esta vez corriendo a su lado para darle un zape en la cabeza.

Kakashi se sorprendió ante el hecho de que fuese lo bastante rápido para hacerlo aunque luego esquivó el otro ataque de Toushirou. Entonces, no dudó en acumular chackra en sus pies para luego poder correr hacia la pared. Necesitaba estar lo más lejos posible de aquella bola negra de pelos o su respiración se dificultaría aún más.

─¡Me vale si Naori-sama se molesta-nya! ¡Me has insultado mucho mocoso insolente!

Dicho esto, el ninneko saltó con mucha fuerza hacia la espalda del pequeño Hatake para morder su rostro pálido y ahora descubierto, botándole enseguida al suelo. Este quiso luchar en contra de su atacante, sin embargo, la picazón ya había llegado a lo profundo de su garganta y comenzó a jadear con desesperación por un poco de aire.

Si Naori quería matarle, pues lo estaba logrando. 

─¡Quítate! ─gritó este desde el suelo, lanzando varias patadas hacia el animal. Las cuales este felino esquivaba sin problemas.

─¿Quién es el gato roñoso ahora-nya? ¿Eh? ─habló Toushirou con superioridad mientras sentía como los piececillos de  Kakashi luchaban con todas sus fuerzas. Aunque en cuanto este dejó de hacerlo, el gato se extrañó un poco ¿Acaso ese era todo el potencial de un prodigio?─ Hey, moquillento... pensé que serías más ágil.

El único hijo de Sakumo Hatake no respondió a su sentencia, pues solo estaba preocupado de captar todo el aire posible antes de que fuese muy tarde. El felino notó como este se desgarraba aún más la parte baja de su máscara y se preocupó un momento, no era normal que el chiquillo estuviese tan morado y rojo a la vez.

─Llé-vame al hospital ─gruñó entre jadeos el pequeño hacia el gato─ soy alér-gico a tus mu-grosos pelos.

Toushirou se sorprendió ante su sentencia, pero al ver sus ojos suplicantes no dudó ni un segundo en quitarse de encima y luego posarlo sobre su respaldo, dispuesto a llevarlo con rapidez. ¿Por qué Naori no se lo había dicho antes?  Ahora el chiquillo moriría en sus manos.

En ese momento le odié, porque estaba de cara contra la muerte... no había momento en el que nos pudiésemos llevar bien, yo creía que ella me quería bajo tierra sin saber lo errado que estaba...

Los pasillos largos de aquel distrito le causaban nostalgia y algo en su pecho que no podía describir ¿Hace cuanto no visitaba dicho lugar? la muchacha de tez morena había perdido la cuenta, pero agradecía que su amado Sakumo la hubiese sacado de allí. Ese lugar era un infierno.

Sin embargo, aquel día se encontraba de visita o tal vez no tan así, pues necesitaba que su padre le diese un poco de dinero mientras no había misiones en la aldea, esto debido a la guerra en que se encontraban otras naciones. Y no es como si no tuviese, pues la que tenía guardada era suficiente para ella, pero ahora tenía otra boca que alimentar y quería asegurarse de que no le faltase nada.

Naori tomó un poco de aire antes de parar frente a la puerta en donde se encontraba quien la procreó, alzando su brazo un poco para golpear dicho material de madera. Pero algo en su corazón se lo impedía, no sabía si el orgullo por haber dejado ese lugar o por el miedo que sentía de saber la respuesta. Aunque no perdía nada con intentarlo, el bienestar de Kakashi era mucho más importante.

La muchacha de cabellos lilas dio un suspiro largo y en cuanto se decidió por golpear, una voz le interrumpió;

─¿Cómo tienes el descaro de volver?

Naori apretó con fuerza sus puños al saber de quien se trataba, no le agradaba la idea de tener que toparse con ella. Al menos no en ese momento.

─Soi Hyuga ─murmuró, segundos antes de voltear para observar a su hermana pequeña con su semblante serio.

Esta se encontraba de brazos cruzados sobre uno de los tablones de dicho distrito, más bien conocido como la mansión Hyuga. Ella tenía su cabello largo y azulado, aunque no se dejaba ver bien debido a las trenzas que mantenía en este mismo.  Su tez también era un tanto morena, aunque no al nivel de Naori y sus ojos eran de un gris oscuro penetrante. El cuerpo que mantenía era de una adolescente de catorce años, incluso si tenía tres años más que eso.

Naori no podía negarlo, su hermana era bastante bella.

─Mi padre no está, así que deberías comenzar a retirarte. ─respondió, enseguida cambiando sus ojos a los blanquecinos que tanto aborrecía la morena.

Lo hacía a propósito.

De todo el clan, ella y su hermana habían sido las únicas nacidas sin los ojos blanquecinos característicos de los Hyuga, solo por un problema genético de su madre durante la conocida ovogénesis del cuerpo femenino. Sin embargo, fue Soi quien despertó dicho dojutsu a la edad de ocho años. Algo que Naori jamás logró u siquiera intentó conseguir, por lo que siempre se sintió superior a ella.

Incluso si estaban casi al mismo nivel.

─¿Dónde está? ─preguntó, ignorando el comentario desagradable que esta había hecho sobre su padre. Soi soltó un bufido.

─¿Para qué le necesitas?

─No es de tu incumbencia, Soi.

─Ahora que tu vejete no está vienes a por él ¿No es así? 

Ambas se observaron fijamente a los ojos mientras que Naori aguantaba las ganas de romperle todo el rostro, sin embargo, la puerta a su costado se abrió lentamente y eso hizo que las hermanas cortaran su batalla de miradas que al parecer no tendría fin. Solo para ver de quien se trataba.

─Maldita mentirosa. ─gruñó la morena, en cuanto notó la presencia de su padre tras la puerta corrediza.

Soi sonrió a la vez que quitaba los ojos blancos y su vista de la puerta, bastante satisfecha y realizada. Algo que de sí molestó a Naori.

─Estaba tranquilamente en mi lugar de trabajo, pero no pude creer en cuanto vi ese chackra que tanto conozco ¿Qué necesitas, Naori? ¿Te decidiste por volver?

La muchacha de tez morena soltó un suspiro y destensó sus músculos, no podía permitirse que su padre le viese de esa manera tan tensa y nerviosa. Incluso si lo estaba hasta los poros.

─No, padre ─respondió ella, dando una leve referencia al hombre barbudo de ojos blanquecinos que se encontraba en frente suyo. Este hizo una mueca de confusión y luego miró a su otra hija, quien solo rechazó aquel cruce de vistas.─ No he venido a eso...

Este volvió su vista hacia la chica de ojos amarillentos bajo sus rodillas y frunció el seño, esta vez cruzándose de brazos.

─Entonces ¿Por qué te das el derecho de caminar por estos lugares? ─reprochó el hombre, confundido ante lo que su hija decía.

Naori tragó saliva, solo para luego abrir su boca y zafarse del problema;

─Necesito que me preste dinero, padre... en cuanto me den una misión yo...

─No.

La morena quitó su posición de reverencia enseguida para observarle, desconcertada. Si bien sabía que su padre no accedería tan fácil tampoco se esperaba un rechazo tan pronto de su parte. Soi soltó unas risas burlonas desde donde estaba, le agradaba el saber que su hermana podía arrepentirse de haberles dejado por un hombre que no valía la pena ni la gracia. Ella prefirió todo eso antes que a su propia familia.

─¿Qué? Padre, yo le juro que...

Nuevamente, no le dejó terminar.

─He dicho que no ─espetó, su mirada bastante seria frente a su hija─ No creas que solo porque eres mi hija puedes venir cuando se te plazca a pedirme dinero, no después de abandonar a tu propio clan por un hombre diez veces mayor que tu ¿Por qué no le consigues a él? Después de todo, el colmillo blanco de Konoha tiene mejor paga que todo el Ino-Shika-Chou.

Naori nuevamente presionó sus puños a la vez que tensaba su mandíbula ¿Acaso bromeaba? Por su rostro se podía adivinar que no, y se sintió muy cabreada. Sobre todo por las burlas de su propia hermana tras de ellos.

Una sola cosa le estaba pidiendo, solo una y ni siquiera sería para ella.

─Él está de misión, necesito ahora... ─insistió, sin dejar de pensar en el pequeño que tendría que alimentar por unos cuantos días más, matando por completo su orgullo─ no lo hago por mi, tengo otra boca que alimentar en estos momentos Padre, por favor...

Otra vez, la risa de Soi Hyuga resonó en el lugar.

─¿Ya ves que es cierto padre? Naori está jugando el papelón de madre mientras el vejete se va de misiones...─dijo, haciendo que la morena se cabreara aún más por seguir esparciendo los rumores que esta vez si eran ciertos. Sin embargo, fue su mismísimo padre quien frenó sus palabras.

─Soi, basta.

Esta le miró desconcertada, no se lo esperaba y Naori tampoco.

─¿Qué? Pero padre yo...─otra vez cortó su sentencia.

─Vete, este asunto es entre tu hermana y yo. ─ordenó, su tono de voz bastante firme mientras que Naori mantenía silencio, un tanto sorprendida.

¿Acaso le iba a apoyar?

Soi negó con su cabeza un par de veces sin entender y luego se fue de aquel lugar a regañadientes, no sin antes dirigir unas palabras a su hermana;  

─Espero el pobre no se te muera de hambre, aunque no me sorprendería viniendo de ti que abandonaste a tu propia familia por aquel hombre...

La mujer de ojos pardo verdosos remojó sus labios ante las palabras de su hermana e iba a decir algo, pero su progenitor fue quien habló primero.

─Naori Hyuga, esto...

─¿Me ayudarás? ─interrumpió la joven, bastante impacientada frente a él.

Este negó con su cabeza.

─Me temo que no, aquel chiquillo no es tu hijo y este no es tu hogar, arréglatelas como puedas... pero conmigo no cuentes. ─respondió, su semblante de la misma manera que antes y la chica bajó su mirada.

¿Tristeza? No ¿Dolor? Tampoco ¿Decepción? Sí.

─Nunca lo hice de todas formas. 

Dicho esto, la morena se volteó con ambos puños cerrados y dejó a su padre en aquel lugar mientras caminaba a paso rápido para salir lo antes posible de ahí. No soportaba la mirada de todo su clan sobre ella con desprecio, ya le bastaba con la de su padre y su hermana. No necesitaba más. 

Y su padre, ni se inmutó en detenerla. Ella debía volver por su propia cuenta, su camino no estaba en el mundo que él conocía.


─¡¿Pero qué diablos?!

La Hyuga estaba bastante perpleja en cuanto vio como el pequeño y humilde hogar de su pareja sacaba humos en un recién comenzado incendio. No era mucho lo que estaba quemando, pero las miradas de los aldeanos sobre ella le desesperaban aún más de lo que ya estaba.

¿Por qué no sólo se preocupaban de sus asuntos?

¡Demonios!  Pensó, segundos antes de entrar y comenzar a frenar las llamas que se intensificaban en la cocina, cosa que no le costó mucho a decir verdad. Pero el humo le molestaba de sobremanera.

Solo había dejado a Toushirou por una hora a solas con Kakashi ¿Por qué tanto desastre? No cabía en su cabeza una razón lógica para que su ninneko actuase de esa forma. Aunque teniendo al peligris en casa gruñiendo contra todo el mundo no le sorprendería que este perdiese su paciencia con él.

─¡Maldición! ¡Maldición! ─exclamó, en cuanto el fuego se disipó y pudo notar como la mitad de la cocina se tintaba de un negro empolvado. Aquello no le gustaría a Sakumo.

Entonces pensó en el pequeño a su cargo y sin dudarlo corrió por todas partes en su búsqueda, sin embargo, no había rastro alguno de él o siquiera de su animal dentro de dicha casa ¿A dónde se habían metido?

Definitivamente, estaba en problemas.

Estuvo varios minutos de esa forma, buscando en todas partes e incluso en el patio. Aunque al estar ahí escuchó una voz muy familiar que abría la puerta de su ahora casa brúscamente y suspiró, no quería un reproche en ese momento.

¿Por qué todo estaba en su contra el día de hoy?

─Kushina, que Naori no está aquí... ─era la voz frustrada del Namikaze, mientras que la pelirroja caminaba a pasos sonoros por toda la casa en búsqueda de su amiga─ Dios ¿Qué es ese olor? Es como si...

─¡La cocina-ttebané! ─gritó la Uzumaki, bastante espantada al ver aquel dichoso lugar cubierto de una capa negra.

Naori bufó y caminó hacia dentro del lugar, los gritos de su amiga ya estaban desesperándole lo suficiente y era mejor enfrentar el problema en ese segundo que después. Además, ellos podrían saber algo del prodigio y ayudarle. Algo que su padre jamás haría.

Se maldijo internamente al pensar en aquello.

─¡Lo ves Minato! ¡Te dije que estaría aquí-ttebané! ─exclamó Kushina al verle en el marco de la puerta, aunque su rostro cambió enseguida en cuanto recordó el por qué la buscaban.

Sus cabellos subiendo de inmediato en forma de varias colas, cosa que hizo estremecer al Namikaze de su costado.

─¿Qué le sucede? ¿Por qué está molesta? ─preguntó Naori, algo confundida por la reacción de la pelirroja. Este se tocó la cabellera con nerviosismo y luego suspiró, sujetando ambos hombros de su novia para que no hiciese daño a Naori.

─Kakashi está en el hospital ¿Dónde estabas?─respondió, su semblante algo inseguro de saber si decir o no a la muchacha.

─¿Qué?

Naori estaba bastante sorprendida y su rostro cayó mucho por aquello ¿Acaso había sido mucho el humo del incendio? ¿Dónde estaba Toushirou?

Cada vez la situación empeoraba, en algún momento se colapsaría. Eso de seguro.

─¡Lo que oyes dattebané! ¡¿Cómo le dejas con un gato si el niño es alérgico?! ¡¿Acaso te volviste loca-ttebané?! ¡Sakumo-san se molestará y y y! ¡Maldición Naori-chan!

Kushina no dejaba de gritar y gritar hacia la morena, mientras que esta cambiaba su semblante a uno de confusión ¿Alérgico? Sakumo no le había dicho nada de eso. Sin embargo, en cuanto la pelirroja quiso decir algo más hacia la ojos amarillentos fue el mismísimo Minato quien tomó la mano de ambas y salió con su hiraishin no jutsu del lugar. Kushina a regañadientes y Naori algo sorprendida.

─Lo mejor sería que le fueras a ver, ─habló el Namikaze con una sonrisa de lado hacia la morena en cuanto llegaron a las afueras del hospital, luego se volteó a Kushina─ y tú, deja de armar más alboroto del que ya hay por favor.

La pelirroja se tomó el pecho con sorpresa mientras entreabría su boca, dispuesta a seguir reclamando. Sin embargo, al ver lo triste que se veía su amiga supo de inmediato que su novio tenía razón. Quizás la culpa no era de Naori, después de todo... ella nunca tuvo una figura materna como para que ella supiese como hacer ese papel con alguien que encima de todo, no era su hijo.

─Lo haré... ─murmuró la Hyuga, pero lo bastante fuerte como para que ambos escuchasen. Dedicándoles así una sonrisa de lado antes de voltearse para entrar al establecimiento.

─Lo siento dattebané...─dijo la pelirroja, segundos antes de que la morena se fuese.

Naori volvió su vista hacia ella y sonrió, esta vez achinando sus ojos.

─No te preocupes Kushina-chan.

Dicho esto, hizo ingreso con mucha rapidez al hospital de Konoha, dejando a Minato y Kushina en ese lugar mientras preguntaba a cada secretaria que veía por el nombre del muchacho. Aunque una sola de ellas fue capaz de darle su paradero. Por lo que, no dudó en correr escaleras arriba y seguir aquella dirección. Sudor corriendo por su frente mientras respiraba agitadamente.

Quizás ella si tenía algo de preocupación por mi, o solo... se sentía culpable de lo sucedido, nunca lo supe...    

Al estar frente a la puerta número treinta y séis, no dudó ni un segundo en abrirla de golpe. Solo para encontrarse con un pequeño de cinco años recostado sobre una cama mientras dormía plácidamente como un ángel, dos sondas se encontraban en su nariz pequeñita y no traía su máscara usual puesta.

La muchacha no pudo evitar el esbozar una sonrisa al notar el notable parecido que tenía el chico con su pareja, pues solo la edad demostraba la diferencia entre ambos. Y le agradaba que fuese así, aunque no supiera el por qué.

─¿Qué le sucedió? ─preguntó a la ninja médico que se encontraba escribiendo en una tabla a un costado de Kakashi.

Esta le mostró un rostro inexpresivo y luego soltó un suspiro.

─Sufrió un cuadro de anafilaxia leve, tiene alergia a los gatos ¿Lo sabía? ─el tono de voz de la mujer fue demandante y la morena tocó su nuca con nerviosismo mientras sonreía.

Etto... no, Sakumo-kun no dijo nada sobre ello y... tampoco le pregunté. ─lo último lo murmuró más para si misma, esta vez acercándose al peligris para tomar su manita y acariciarlo suavemente. Se veía tan frágil...

La ninja médico le observó con detenimiento y luego frunció el seño al notar el tacto, enseguida quitando la mano de Naori con brutalidad. Bastante molesta y prepotente.

─Oiga, solo le estab...

─Qué es alérgico a los gatos le digo ¿Acaso es sorda? ─el rostro de la mujer era bastante molesto ante la actitud tan relajada que estaba teniendo la chica de cabellos lilas, incluso si estaba bastante tensa aunque no lo pareciese.

Naori ladeó su cabeza y le observó confundida, aunque luego al juntar las piezas en su cabeza gruñó por lo bajo. Ella manejaba ninnekos, por lo que, su cuerpo podría tener mucho aroma o esencia de dicho animal  y si tocaba al pequeño, este solo podía empeorar más.

La ninja médico tenía razón.

─Lo siento... ─dijo esta, sin quitar la vista del muchacho─ ¿Cuantos días estará en este lugar?

─Solo hasta mas tarde, como no fue grave solo tuvimos que hacerle respirar... pero en cuanto pueda hacerlo sin las sondas, podrá volver a su hogar. ─respondió esta, ahora su tono de voz un poco más calmado que antes.

Naori suspiró, al menos no era tan grave como se lo imaginó.

─Aunque solo el tutor legal lo puede retirar del hospital...─siguió batiendo la lengua dicha ninja médico. La morena frunció el seño ante su sentencia.

─Espere, ¿Me está diciendo que yo no puedo?

La muchacha sin duda alguna perdería su paciencia en cualquier momento, este no era su día y lo comenzaba a notar recién ahora ¿Cómo que solo el tutor legal? Ella estaba a cargo de él, no podía esperar a que Sakumo volviese en quizás cuanto ¿Cinco días más?  y mucho menos, que él volviese y se encontrara con esta situación.

Así jamás volvería a confiar en ella ¡Diablos! Pensó.

─Así es, al parecer es bastante inteligente señorita Hyuga... ─dijo ella, sonriendo cínicamente hacia la morena. 

─Esto tiene que ser una broma ¿Verdad? ¿Cómo es que no puedo si el padre lo dejó a mi cargo? ─insistió la chica de ojos pardo verdosos, bastante desesperada.

─Usted es la causante de su alergia y no es su madre o siquiera familiar del niño, no podemos permitir que se lo lleve...─respondió, aún con esa sonrisa─ solo Sakumo Hatake, el colmillo blanco de Konoha será capaz de retirarlo del hospital.

─¡Pero si Sakumo-kun no volverá dentro de unos tres días! ─exclamó, aún más desesperada que antes.

La mujer le ponía los pelos de punta con esa sonrisa falsa que tenía plasmada en su rostro. Si tan solo no estuviese en el hospital...

No obstante, ella no permitiría que el pequeñín comiese comida de hospital durante esos días o que fuese mal tratado por ninjas médicos como aquella mujer, que de por si ya era un asco para ese trabajo de empatizar con la gente. Solo era un peón más de la sociedad que juzgaba por las apariencias, ni siquiera debería ser shinobi con ese pensamiento tan cerrado sobre ella.

Era muy notorio que su actitud con la morena se debía a lo que cuchicheaba toda la aldea.

─Es mi última palabra y la del hospital, ahora si me permite... el horario de visitas terminó así que puede retirarse.

Naori gruñó por lo bajo, no quería hacer un escándalo en una habitación de hospital pero tenía que pensar en algo. Ella no dejaría a Kakashi en ese lugar, ella sintió que debía de protegerle y así lo haría desde aquel día. No solo por Sakumo, sino que en su pecho sintió eso de querer cobijarlo y disculparse hasta que se cansase.

Necesitaba enmendar tremendo cagazo que había formado, y no solo por Sakumo, sino por ella... y Kakashi, quien era el que más le preocupaba en ese momento.

¿Qué debería de hacer?

// Espero hayan disfrutado la lectura, este es un mundo alterno pero igual pueden haber spoilers.

—3—

¡Hola! Ya sé que he tardado, pero quiero tomarme mi tiempo jaja ¿Qué les pareció el capítulo? A mi parecer no me gustó mucho porque está medio rápido, pero se hace lo que se puede y quizás más adelante pueda editarlo mejor😔💔

¡Un nuevo personaje apareció! 🙌🙌 Si se imaginaron a Soi Fong de bleach, están en lo correcto porque al menos yo me la imaginé así... y si vieron bleach, al menos ya entenderán más o menos como es la relación de ambas porque le haré parecida jaja

En fin, no les aburro más y les doy las gracias por leer esta historia, que tengan un lindo día y muchos besos y abrazos para todas💖💖😍😍😘😘

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