Después de tan hermoso momento que pasamos juntos, solo Micah y yo, pude dormir satisfactoriamente.

En la mañana, tome un baño caliente y me preparé para ir al colegio. Todo sería distinto con ella y eso me emocionaba.

Ah! El amor se sentía como estar drogado, aunque yo no sabía que se sentía estar drogado...

Baje las escaleras y mientras me acordaba de ella. Ah, micah!!

Ella es tan...ohhhh rayos!!!!!

En menos de un minuto me encontraba tirado en el suelo, abajo de las escaleras.

-Auch!!!!- grite ¡¡por estar embobado en el amor me había pasado esto!!

Mi madre se acercó corriendo y como no le gustaba hablar italiano me preguntó si estaba bien en inglés.

Mi vista se nubló y perdí la conciencia.

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Me desperté en una cama blanca, ¡¿había muerto?!.

-Danny!!!- exclamó mi madre al verme recobrar la conciencia. "uff al menos sigo vivo" pensé.

Mi padre me explicó todo lo que pasó,estaba en el hospital. Pero ambos se tuvieron que ir por cuestiones de trabajo.

Me quedé acostado. Tenía un collarín en el cuello ya que me había lastimado unas vértebras pero mínimo no moriría.

Caray, y yo que pensaba que hoy algo pasaría con Micah, pero había caído como todo un tonto. Ahora que lo pienso, fue bastante gracioso.

Pero..¿qué les diría a todos? "Oh, me caí de las escaleras por estar pensando en besar a micah" no!! Eso no lo diría.

Agh! Como me odio.

Después de varias horas de no hacer nada una enfermera se acerco a mi. -disculpe, tiene una visita- me sorprendí por sus palabras, ¿quien me visitaría?¿los chicos de mi grupo?Casi se me para el corazón al ver a Micah en la puerta de mi habitación.

-Los dejo solos- se retiró la enfermera. ¡¿Que hago ahora?! me sonroje. Tengo que actuar como hombre, no como niñita enamorada.

Pero Micah era bastante sociable, comenzamos a platicar de inmediato. Se había enterado de que estaba aquí por mi madre, que había esparcido el rumor por todos lados. Como de costumbre.

Estaba sentada en mi cama, enfrente de mi. Compartimos muchas cosas, y me contó todo sobre su enfermedad, hasta que se tuvo que ir.

-lo siento, tengo terapia- me explico, pero antes de irse sus suaves labios besaron los míos. Me sentí en el paraíso durante esos segundos, que se hicieron eternos.

Y entonces entendí, el amor es solo una palabra, hasta que alguien llega y le da sentido.