Día 3
No pude dormir anoche. Simplemente no pude. Me vi al espejo y mi cara lo reflejaba claramente.
Salí de mi casa sin desayunar. El cielo se veía mas triste de lo normal, o quizás era solo yo.
Cuando llegue a clases hice lo mismo de siempre, pero no paraba de pensar en Micah. No me puedo haber enamorado en solo un día, pensaba, pero mi corazón decía lo contrario.
Voltee a verla y ella me regreso la mirada, me quede atrapado en esos grandes y bellos ojos verdes. Después de unos segundos desvíe la mirada, rayos, me había sonrojado. No puedo dejar que esto siga así, tengo que olvidarla...
Cada segundo parecía una hora, y cada hora un día entero.
En el receso de las 12:30pm unos amigos se acercaron a mi con una idea de ir de paseo.
-Hay un restaurante de comida Italiana cerca de aquí- dijo uno de ellos. -Nuestra comida es la mejor, ¡VIVA VERDI! ¡¡VIVA LA ITALIA!!- respondió otro. Estuve tentado a no aceptar la invitación pero tenia que distraerme de la chica de ojos verdes...
Me quede embobado de solo pensar en ella hasta que interrumpieron mis pensamientos. -Oye Danny, ¿vas o no vas?- respondí que si, porsupuesto. -vamos a invitar a las chicas- dijo otro con cara pervertida. -obvio no a la loca...- remarco refiriéndose a Micah. Quise golpearlo cuando dijo eso... Agh! ¡¿Porque quiero defenderla?! Que diga lo que quiera. Nuestro receso acabo y regresamos para sufrir otras clases.
Después de varias horas luchando por no pensar en ella, la campana aviso que podíamos irnos.
Todos salieron corriendo pero yo pase al baño. Cuando salí de este mis amigos ya se habían ido. Camine por el pasillo y para mi mala suerte me encontré con la "loca".
-Danny, tengo algo que decirte- trague saliva -se que me tienes miedo debido a mi enfermedad, también se que quieres alejarte de mi lo mas posible, pero tu me caíste bien desde el principio- dijo para luego irse, con una amplia sonrisa en su rostro. Sentí como mis mejillas se teñían de un rojo claro. Sacudí la cabeza y corrí hacia la entrada de la escuela, donde mis compañeros me esperaban. Nos dirigimos a un parque que tenia varios restaurantes alado. Entramos a uno y había cuatro chicas esperándonos....
Cuatro chicas y cuatro chicos... ¡¿Acaso esto era para conseguir pareja?!
De mala gana me senté enfrente de una chica pelirroja de ojos cafés, era bastante linda...
Mis amigos estaban platicando con la chica que tenían enfrente así que yo hice lo mismo.
La chica, llamada Lara, no paraba de hablar.
Después de la comida Lara me ofreció ir a su casa, pero yo ya estaba harto y me fui directamente a mi casa.
Aun no podía sacar la sonrisa de Micah de mi cabeza.
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