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Capítulo VI: Mi Universo Grita Por ti

The flower never grew
(La flor nunca creció)

But I love you just the same

(Pero te amo a pesar de ello)

Draconian — Bloodflower

La fortuna le sonrió a Kassandra, Tomasso se había ido de viaje en la semana que era la tocada de la banda de Belial. Parecía que todo se estaba alineando para que pudiera ir.

Su madre le pidió que ese fin de semana Paolino se quedara en su casa, quería que pasara tiempo con ella y el abuelo Medina, siendo que casi no los dejaba ir a verlos la pareja de Kassandra.

Ella aceptó, quería que convivieran más a pesar de todo lo que había pasado antes, donde ella seguía lastimada por la traición de su propio padre.

Kassandra sabía que cuando se cumpliera el plazo de la deuda de su progenitor ella no cumpliría con el contrato, jamás estuvo de acuerdo con ello. Tampoco le importaba mucho lo que le hicieran al señor Medina, él se ganó su desprecio.

Tenía tiempo analizando lo que había mencionado Mayra, la culpa de su familia en conjunto con Leandro. Entre más le daba vueltas al asunto más se daba cuenta que ellos en verdad tuvieron toda la responsabilidad de que ella y Alan cortaran.

Eso la tenía más furiosa.

Se estaba terminando de arreglar cuando tocaron la puerta de su cuarto.

—¿Qué pasó? —dijo de manera cortante.

Era Martina quien entró.

—Señora Medina, su amiga la señorita Camargo ya llegó.

—Dile que suba, que estoy acabando de arreglarme —dijo mientras se delineó los ojos.

Después de unos minutos se escucharon los pasos de su mejor amiga, quien entro sin tocar.

—¿Cómo vas Andras? —preguntó sonriendo.

Que la haya llamado por su antiguo apodo hizo que se le quedara viendo con una ceja levantada.

—¿Y eso a que vino? —preguntó.

—Estas regresando a tus raíces, eso me pone feliz —se sentó en la cama y extendió sus pies.

A Kassandra siempre le fascino cómo su amiga siempre se vestía tan bien para los eventos en general, ella era gótica desde hace décadas, casi del mismo tiempo que ella era metalera.

Sus vestidos siempre eran hermosos, como en esta ocasión uno negro con toques color vino, con un estilo corsé en el pecho que se entrelazaba con los amarres tipo listón, sus piernas ataviadas por unas medias de red y unos zapatos estilo balerina amarrados a sus piernas.

Su cabello arreglado en capas mientras que su maquillaje era muy hermoso, un manto de color blanco con delineado negro combinado con rojo y sus labios rosa coral.

—Wey la neta sólo porque me gustan mucho los hombres ¡pero si me hago lesbiana por ti! —rio Kassandra.

Esto hizo sonrojar a su amiga.

—Exageras, sólo me arregle de rápido en una hora no me dio tiempo de mucho —rodó los ojos.

–No quiero imaginar la magia qué harías si te tardaras más tiempo —se levantó de su tocador Kassandra y se puso sus pantalones de cuero.

Ya tenía puesta su playera negra de una de sus bandas favoritas, Psychonaut 4, que constataba sólo del logo de la agrupación que era su nombre con el numero y arriba muchas mariposas entre dos jeringas que salían del digito del final y la "P" del principio.

Tomó sus botas Dr. Martin y se las puso para después terminar con su cinturón de balas y una chamarra de cuero.

—Tu tampoco te ves nada mal Kassy —señaló Mayra.

—Amiga, de las dos tu eres la más bonita y no se puede negar eso —puntualizó Andras.

—Sigo diciendo que exageras mucho —le quitó importancia a lo que dijo su amiga.

—¿Cuándo aceptaras que eres muy guapa? —preguntó Kassandra.

La chica tomó su bolsa y las dos salieron del cuarto.

—Me cuesta aceptarlo después de todo lo que me han hecho ya no creo en nada de eso —respondió sin darle muchas vueltas al asunto.

—Debes dejar ir a ese tarado, no porque él te haya hecho sentir mal o te dijera de cosas quiere decir que fuera real, estaba muy pendejo ese tipo —la intentó animar.

Mayra dejó salir un suspiro y sabía que lo que decía su mejor amiga era cierto, pero le costaba aceptarlo, sobre todo por cómo fue su ex con ella.

Un abusivo y manipulador que la hacía sentirse mal siempre que ella se arreglaba, Kassandra vivió esa relación con Mayra y la intentó defender de ese sujeto.

Por fortuna la gótica no aguantó mucho con el tipo, apenas un año y medio, terminó con el pero el abuso se quedó en su mente, la inseguridad se había apoderado de ella, costándole aceptar los cumplidos de otras personas, más sobre su físico.

Kassandra estaba siendo pieza clave en que ella se fuera aceptando de nuevo.

—¿Entonces estas seguras de qué si es él? —preguntó la gótica.

—Si, lo vi de lejos y es idéntico a Alan, pero más grande, aparte Paolino me confirmo su nombre —dijo Andras.

—¿Y tú cómo te sientes?

Esa pregunta no la esperó Kassandra, ni ella misma se la había podido contestar.

—Si te soy sincera, no lo sé —comentó dudando.

—Yo sé que sabes, no todos los días te encuentras con el amor de tu vida después de tanto tiempo —señaló.

Kassy tragó saliva, no quería decir nada en la casa, sabía que Tomasso tenía cámaras aunado a micrófonos por todos lados.

Llegaron al carro y se subieron.

—Me siento bien, pero con miedo, porque terminamos muy mal él y yo —se escuchó cierta tristeza en su voz.

—Pero todo fue algo que no pudieron controlar ustedes, no tienen la culpa —comentó Mayra.

—El problema es que Belial quiera entender eso, es muy necio —arrancó el vehículo y se dirigieron a la dirección del panfleto.

—Creo que si le comentas cómo te diste cuenta de las cosas, el estará abierto a platicar —analizó Mayra.

—Para empezar, no pienso hablarle —dijo sonrojada la chica —, y segundo, no sabemos ni siquiera si él se acuerda de mí.

—Sólo un bobo te olvidaría Kassandra, y por lo que me contaste, ambos tocaron sus almas —señaló Mayra.

—Pero lo lastime, estamos olvidando esa parte, y de la peor manera de todas.

Mayra se mordió el labio analizando las cosas, entendía el punto de su mejor amiga y comprendía mucho su miedo, pero el que no arriesga no gana.

—Aparte ya te lo he dicho, ningún hombre hoy en día quiere estar con una mujer con hijos y este Alan por lo que sé no tiene, así que no soy una buena opción para él —se escuchó el dolor en la voz de Andras.

Mayra entendía que su amiga se sentía estigmatizada y no estaba de más al escuchar todo lo que llegaba a decir Tomasso sobre ella, de que era una mujer usada, que nadie la iba a aceptar con un niño, que si no era con él no era con nadie.

El dolor al que era sujeta Kassandra no era justo, y siempre buscaba ayudarla. Ahora tenía la oportunidad perfecta de ello, con la aparición del famoso exnovio Belial, sabía que existía una oportunidad de arrancarla de esa vida en la que estaba hundida.

—Por cómo me has descrito a Alan él es muy diferente a ese tipo de hombres —dijo Mayra —, no creo que te rechace por Paolino.

—Pero cómo te dije, yo no me acercaré a él, no tengo cara para ello, no puedo regresar sólo con una estúpida sonrisa después de diez años y decir "Ups me equivoque, perdóname"

El sarcasmo en su voz era palpable pero también la psicóloga alcanzó a escuchar mucho dolor.

—No dejes que esta oportunidad escape de tus manos Kassy, ¡deja de atormentarte! Da un paso más allá de tu error.

Al llegar a su destino vieron que era un pequeño anfiteatro en la avenida Reforma, buscaron un estacionamiento y dejaron ahí el carro para caminar unos cuantos metros hacia el lugar de la tocada.

La admisión era de cien pesos, Andras pagó el de las dos y entraron, para ver que el evento ya había empezado.

Eso no les preocupó sabían que la banda de Belial, Pagan Night tocaría al último.

Se acercaron a la barra, Mayra pidió dos cervezas, dándole una a su mejor amiga. Brindaron con ellas y tomaron un gran trago.

—Sólo intenta disfrutar la noche, mientras Tomasso esta con su plástica secretaria, tu estas disfrutando de algo que amas —sonrió.

Ella lo dijo en doble sentido, tanto por la música cómo por el ex que jamás pudo olvidar su amiga.

—¡Tienes razón! —la voz de Kassandra fue vivida —. Ese estúpido está en un viaje de negocios según, pero se anda comiendo a su secretaria. Tengo derecho a yo disfrutar mi vida.

Esto hizo sonreír a Mayra, esa era la Kassandra que ella conocía.

—¡Genial! No quería seguir viéndote triste.

Las chicas se comenzaron a animar más conforme pasó el tiempo, con cerveza y disfrutando las bandas.

Hasta que llegó la hora donde saldría la agrupación de Belial, y las chicas se movieron casi hasta al frente.

Los vieron entrar, primero la tecladista, después el bajista y fue por fin que el pisó al escenario.

Alto, con una playera sin mangas, negra y con sus tatuajes visibles, su cabello largo, con unos pantalones negros junto a sus botas militares, sus ojos semejantes a vacíos cósmicos.

El corazón de Andras parecía un caballo desembocado, latía a gran velocidad, que parecía que se saltaba algunos latidos.

Después de tanto tiempo se dio cuenta de algo: los sentimientos por Belial jamás se habían ido.

Se sentó en la batería para que entraran los dos miembros restantes, los guitarristas y Kassandra reconoció al mejor amigo de Belial, Dagón.

Este tomó el micrófono.

—Buenas noches a todos los presentes, es un gusto verlos aquí y ¡esperó se la estén pasando muy chingón!

La gente aplaudió.

—Somos Pagan Night y esta canción se llama... ¡Black Sacrifice!

La batería entró de golpe sorprendido a Andras, no pudo quitar la mirada de aquel chico mientras el tocaba su instrumento, siempre había sido un maestro en ello, es algo que adoraba de él.

Sus orbes siguieron cada uno de los movimientos del joven, hasta que sucedió.

Los ojos de ambos se cruzaron y el la reconoció a ella, el tiempo se detuvo para los dos después de trece años.

Los infiernos se volvieron a encontrar y fue cuando Andras se dio cuenta de algo.

Necesitaba a Belial nuevamente en su vida.


Nota de autor:

Por fin ambos se vieron de nuevo, ¿Qué piensan que pasará?

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