Capítulo V: Entre La Luz Y La Oscuridad
Neither the Beauty of dark
(Ni la belleza de la oscuridad)
Or the brilliance of Light is welcome here
(Ni el brillo de la luz son bienvenidos aquí)
Bringer of light and dark —Primitive Graven Image.
—¿Quieres otra cerveza Alan? —dijo Charlie.
La casa de la guitarrista era donde ensayaban y le darían los últimos toques a la sinergia cómo agrupación ahora que el profesor se había unido a ellos.
Charlie lo vio con aquellos ojos café lodo muy expresivos y una gran sonrisa, eran amigos desde los años de primaria, el sabia toda la historia entre él y Kassandra. Estuvo ahí en los peores momentos de Belial.
—Pues llevo sólo una güey entonces si la acepto —dijo el baterista.
Observó a su amigo, él siempre lo admiró por haberse rapado desde hace quince años, más que nada porque sus genes lo dejarían sin cabello eventualmente, algo que a Charlie no le importaba, también en el black metal había gente sin melenas. Más aparte tenía una prominente barba que le llegaba al pecho.
EL guitarrista se acercó a su amigo y le entregó una lata de cerveza indio, la favorita de Alan. Este la abrió y bebió un gran trago.
—¡Qué delicia! —suspiró.
En ese momento entraron tres personas, dos chicas y un chico, más jóvenes que los dos amigos, no pasaban de los treinta años.
—¡Qué genial! Si conseguiste al bataco Dagon—exclamó una muchacha de cabello rubio y ojos verdes.
Se refería a Charlie.
—Te lo dije Lamia que lo haría —le guiñó el ojo.
Las otras dos personas se quedaron viendo al nuevo integrante, lo analizaron, cómo si lo conocieran.
—Vamos a presentarlos; Alan, ella es Jessica, le decimos Lamia nuestra guitarrista rítmica —señaló Charlie.
Belial sólo asentó con la cabeza.
—Un gusto conocerte.
Le extendió la mano y el chico la tomó sólo por educación.
—Él es Eduardo, le decimos Tezcatlipoca o Tezca para los compas, el bajista —le dio una palmada en la espalda al chico de tez morena y cabello largo negro.
—Un gusto.
Le extendió de nuevo la mano al maestro y él la tomó, pero sólo asintió.
—Y, por último, pero no menos importante, Priscila, pero le llamamos Nyx, nuestra tecladista.
Señaló a la última integrante, una mujer de cabello largo café claro con muchas pecas en su rostro y unos ojos grises muy expresivos.
Hizo lo mismo Belial con ella.
—Él es mi gran amigo Alan, cómo saben se estará uniendo a Pagan Night cómo el baterista.
—Genial y justo un mes antes de la tocada ¡nos salvamos! —dijo Tezca.
—Eres cómo salido del infierno compañero, ¡muchas gracias por aceptar! —aplaudió Nyx.
—No es nada, estamos aquí para ayudarnos a crecer —dijo sonriendo Alan.
Su pila social se estaba agotando, nunca fue una persona que le gustara estar con la demás gente mucho tiempo, pero siempre hacia el sacrificio, hoy en día por su amigo Charlie mientras que antes lo toleraba por Kassandra.
—Por lo que nos dijo Dagon —señaló a Charlie esta Nyx —, a ti te gusta el Pagan Black metal ¿verdad?
—Si, así es. Es uno de mis géneros favoritos, junto con el Raw Black, y el Symphonic —contestó Alan.
—¿Tus bandas favoritas? —preguntó Lamia.
—Desde que tengo memoria ha sido Satyricon, pero mis cuatro preferidas sin contarlos serían: Dissection, Kampfar, Helrunar y Limbonic Art.
—¡Wow, muy buenas bandas! —se impresionó Tezca.
Alan sonrió de lado, se sintió un poco incomodo.
—¿Qué les parece si ensayamos un rato y ya después se conocen más? —intervino Charlie.
El entendió los silencios de Alan, sabía que ya estaba un poco agotado socialmente, no quería que se pusiera de malas.
—Si, buena idea —asintió Jessica.
—¿Si pudiste checar todo lo que te mande amigo? —preguntó Charlie viendo a Belial.
—Si, ya me memoricé cuatro de las seis canciones —le sonrió.
—¿Cuáles?
—Among the horrors, Black Sacrifice, The Aeons of Hecate y Black Mass Ritual.
Los chicos sé quedaron aún más sorprendidos por ello, eran las canciones más complicadas que tenían que incluso a su antiguo baterista le costaron trabajo, que fue de hecho un detonante del por qué se fue.
—¡Perfecto! —dijo Charlie —, ¿te parece si empezamos con Black Mass Ritual?
—Claro, cómo ustedes digan —contestó Alan.
Todos asintieron y fueron a sus instrumentos.
Belial aditó la batería que tenían con algunas cosas de la suya, para sentirse más cómodo. Tenía pensado comprar una nueva para esta banda en cuanto le cayera el dinero del primer mes de clases extracurriculares.
—Cuando estén listos —dijo Alan.
Con ello empezó un teclado tipo eclesiástico cómo si de una consagración se tratase, dando a entender la idea de dicha canción, Ritual de la misa negra era su traducción al español.
El sonido se comenzó a escuchar más tétrico hasta que entraron la batería y los instrumentos de cuerda al mismo tiempo, con un sonido crudo, pero a la vez muy potente.
Los Blast Beats que tocaba Belial parecían cómo si el mismo Hefesto golpeara su yunque, eran muy rápidos y en completa sincronización con los demás miembros de la banda, que a pesar de lo agresiva que se escuchaba la melodía existía cierta sinergia en la combinación de todos.
Lamia volteaba a ver de vez en cuando a Belial, estaba sorprendida por la velocidad y potencia con la que tocaba, no le cabía ya la duda que Charlie no exageró cuando le dijo que era una bestia tocando.
«Tiene muchísimo talento» mentalizó.
Los guturales de Charlie eran potentes, los chillidos y alaridos que profería eran aquellos de un demonio, mientras que los demás instrumentos daban la idea de un ritual profano, como si el portal hacia algún reino demoniaco se fuera abrir con su música.
Belial se sintió feliz por estar tocando, tenía mucho tiempo sin pertenecer a una agrupación, estaba muy agradecido con su mejor amigo, lo ayudo a salir del sedentarismo en el que había caído.
Terminaron la canción y sin poner una pausa comenzaron a ensayar las otras tres para ver cómo se sincronizaban con Alan.
Se dieron cuenta los tres que era esa pieza que faltaba en la banda.
Al terminar, sacaron del refrigerador una cerveza cada uno y comenzaron a fumar un poco de tabaco.
—¿Cuánto tiempo tienes tocando Alan? —preguntó Tezca.
El maestro dio un sorbo a su cerveza y sonrió.
—Aproximadamente veinticuatro años, inicie a los ocho —dijo.
—No mames ¿neta? —se sorprendió Nyx.
El sólo asintió.
—Y yo que me sentía grande por tocar desde hace diez —silbó Lamia.
—Llevas tocando casi el mismo tiempo que Dagón —señaló Eduardo.
—De hecho, nos conocimos en las clases de música —dijo Charlie —, desde hace veinticuatro años ¡Es mi amistad más larga y la mejor!
Le dio una palmada al sonrojado Alan.
Nyx se le quedó viendo, ella estaba segura de que lo había visto en algún lado, pero no podía pensar de dónde.
—¿Ustedes que edad tienen? —preguntó Belial.
Intentó ser un poco más amigable.
—Yo tengo veintisiete —dijo Lamia.
—Veintidós —contestó Tezcatlipoca.
—Veinticinco —se recargó en el sillón la tecladista.
—Están muy jóvenes y ya tienen un gran talento, los felicito —ovacionó a sus nuevos compañeros.
—Aún nos falta mucho, pero gracias por decirlo, es un honor más viniendo de ti, Belial —dijo Nyx.
Esto tomó por sorpresa tanto a Charlie cómo a Alan, quienes se le quedaron viendo junto a sus otros compañeros, quienes no entendieron el comentario de su amiga.
—¿Cómo me llamaste? —la pregunta salió muy golpeada.
—Tu eres el famoso Belial, una de las personas más populares dentro de la escena del black metal entre los años dos mil cinco al diez.
Los demás chicos a excepción de su amigo se le quedaron viendo muy sorprendidos, ya que si te gustaba ese género y eras de la Ciudad de México y estados aledaños forzosamente tenías que conocerlo a él, todos lo respetaban e incluso tenía un gran grupo de admiradoras.
—¿Es el Belial? —preguntó Tezca.
—Si, es él, muy pocas personas se tatuarían tantos símbolos vikingos —señaló Nyx a las partes descubiertas.
Esto puso muy intranquilo a Belial, su fama seguía muy latente incluso después de una década y varios años.
—Tu fuiste un gran baterista del black metal mexicano, habiendo tocado en la antigua banda llamada Misantropic Spectrum —dijo Tezca.
Alan se acomodó intranquilo en la silla.
—Se dice que tu fuiste uno de los principales sospechosos sobre el destrozo que se hizo en una iglesia en Polanco hace años —comentó Lamia.
Admiró a Alan, era muy guapo, pero ahora saber que era aquel personaje famoso del género la hizo asombrarse más.
—Eres una de las más grandes leyendas en el chopo y dentro de lo más underground de las subculturas —puntualizó Tezca.
El maestro sabía que todo lo que decían era cierto, él tenía un pasado muy oscuro en el cual hizo muchas cosas que le hubieran ganado años en la cárcel, pero jamás pudieron comprobarle algo,
—Es un pasado que busco olvidar, espero no lo tomen a mal chicos, pero es una época que no me trae buenos recuerdos —dijo —, me pueden llamar Belial si gustan, pero intenten no hablar de lo demás.
Todos asintieron y no volvieron a tocar el tema aquella noche. Y a pesar de todo se hicieron amigos dentro de la luz prohibida.
Y gracias a las antiguas deidades anti cósmicas del mundo, lograron llegar al camino de Belial, el más grande.
Glosario y nota de autor:
Las bandas mencionadas por Alan son reales, mientras que Pagan Night es inventada.
Blast Beats: Se conoce como blast beat a un determinado ritmo de batería caracterizado por su rapidez a veces extrema.
Lamia: monstruo femenino de la mitología grecorromana que se caracterizaba por tener el rostro de una mujer y el cuerpo de un dragón. Se la consideraba una criatura terrorífica que devoraba a los niños.
Nyx: Diosa de la noche y los horrores nocturnos de la creencia griega.
Dagon: deidad mesopotámica de la fertilidad, la abundancia y la vegetación. También era el protector de los cultivos y se le atribuye la invención del arado.
Tezcatlipoca: dios mexica de la noche, el cambio, la dualidad entre la vida y la muerte, y el portador del bien y del mal
Un capítulo para mi reina @teresandongmendez
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