Capítulo 40: Artimañas
Alastor cerró la puerta de su oficina con un golpe tenue pero firme, el eco resonando en el pasillo vació, pues nadie en su sano juicio sería capaz de pasarse de listo una vez atravesar el umbral del hotel.
Su sombra se manifestó, mostrando una preocupación particular por los signos arcanos que se manifestaban a su alrededor, era porque en ese momento sus pensamientos eran una tormenta, crujían y chocaban entre sí, como un enjambre de abejas enfurecidas. Si, Alastor estaba enojado, apenas contenía la tremenda cólera que tenía.
Después de todo, había empezado el día tranquilamente, tratando de sopesar todas las opciones de cómo abordar su nueva situación con su querida princesa. Luego del encuentro de la tarde anterior, en dónde había cumplido con liberar esa necesidad imperante que había colmado cada centímetro de su cuerpo, considero que habían cruzado un límite que de no detenerlo, alcanzarían un punto de no retorno en el cual sus intereses y ambiciones personales se verían afectados.
Lo aceptaba, Alastor había caído preso de su propia lujuria producto de las circunstancias, había intentado ser fuerte, pero al encontrarla en aquel necesitado estado, con su rostro sonrojado y su pasión incontrolable, no pudo dar marcha atrás.
Sin embargo, aun con las acciones realizadas, no permaneció para dar una conclusión efectiva a esos actos, nuevamente todo permaneció como aquella vez, en la que actuaron como si no hubiera sucedido nada, cuando era más que claro que debían conversar sobre el tema. Alastor no era un hombre acostumbrado a huir de sus propios asuntos, pero verse afectado y reducido por la necesidad mundana era algo que sencillamente no sabía como abordar, por lo que huyo como un verdadero cobarde durante mucho tiempo.
Incluso en ese instante, cuando ella parecía requerir de su presencia, él nuevamente se alejaba por su propio orgullo y vergüenza. No obstante, tal parecía que las circunstancias no estaban de acuerdo en darles un momento para hablar con calma.
Se pasó una mano por el rostro, sintiendo la molestia recordarle ante los inusitados rumores que aquel patético canal de noticias empezó a divulgar sobre ellos, y como le hubiese gustado destrozar sus sesos y esparcir sus cuerpos desmembrados para a dar conocer el destino de todo aquel ser despreciable irrespetuoso que buscase manchar la reputación él y la de Charlie.
Pero era claro que tomar acciones en persona sólo avivaría los comentarios que ya rondaban por toda la ciudad, así que lo mejor sería buscar un chivo expiatorio, y conocía a la persona correcta para resolver ello.
Doblando por el pasillo, se consiguió a Ángel quien parecía ir en dirección hacia la oficina de gerencia, este al verlo, se quedó un momento mirándolo.
—¿Charlie está bien? —le pregunto y pudo imaginar el origen de la pregunta, sonriendo un poco más abiertamente.
—Ella se encuentra bien, mi afeminado amigo. Solo procuren que no se encuentre sola por el resto del día —les recomendó mientras pasaba
—¿Te irás? ¿Justo en este momento? —Cuestionó incrédulo.
—Tengo otros asuntos que resolver, pero estaré de vuelta antes de que termine la jornada —indicó. Iba a retirarse cuando pareció recordar algo y se volteó de nuevo hacia Ángel—. Cualquier cosa que pueda suceder estoy disponible en la línea directa, Charlie sabe cuál es.
—Oh vale, está bien —contestó algo extrañado, no pensó que Alastor pudiera tener algún tipo de dispositivo tecnológico al cual ser contactado, eso era algo nuevo.
Y para más asombro del ex actor porno, dos figuras espectrales se posaron a cada lado de la puerta de gerencia, custodiando el lugar.
—Si ocurre otro molesto suceso como el de temprano, les dejo este par de amigos para que puedan arreglárselas mientras regreso.
Con esas últimas palabras el wendigo finalmente se retiró del pasillo, dejando a Ángel bastante pensativo.
—Hey muñequita —dijo Ángel cuando entró a la oficina—. ¿Pasó algo?
—¿Eh? ¿¿Ángel, qué haces aquí? —le pregunto, aunque fuera algo estupido, no habria motivos para que no pudiera venir en ese momento.
—Sonrisas me dijo que no te dejara sola —explicó—. Incluso dejó dos fortachones de sombras bastante apuestos custodiando la puerta.
—Y-ya veo —dijo.
Aunque pareció un poco distante cuando se encontraron, no dudo en dejar algo que pudiera cuidar de ella, incluso llamando a Ángel para que la acompañara.
— ¿Por qué tienes la cara roja? —pregunto.
—P-por nada en particular, está haciendo mucho calor en la oficina hoy —dijo encendiendo el aire acondicionado.
Al mismo tiempo, ella ocultó el teléfono con sus manos junto con la página que había estado leyendo justo antes de que él llegara, pero la vista afilada de Ángel fue más rápida.
Con una sonrisa traviesa, se pudo dar una ligera idea de lo que estaba pasando y la simple posibilidad era de por sí escandalosa, tanto que quería los detalles sórdidos así como el posible tamaño que podía tener el ciervo, pero la araña decidió controlar por esa ocasión por el propio bien de Charlie. En ese momento parecía luchar con pensamientos bochornosos mientras afuera se desarrollaba todo un teatro gracias a la foto en la que habían sido atrapados regresando al hotel. Entonces ¿Quién era él para arruinar la diversión tan pronto? Los observaría un poco más antes de siquiera comentar algo de ello, pero decir que estaba complacido sería poco.
Ángel se acomodó en una de las sillas del despacho, mirando a Charlie con una sonrisa juguetona.Como amaba los detalles sucios y las relaciones laborales.
—¿Así que te preocupabas por el calor? —bromeó. Al menos, quería divertirse solo un poco antes de dejar el tema atras—. No sé si debería creer en eso, tu cara parece un tomate.
Charlie se sonrojó un poco más, intentando desviar la mirada hacia su escritorio desordenado.
—Es solo... —balbuceó—. Es que, ya sabes, en este lugar siempre hay un ambiente incómodo a esta hora del día.
—Claro, claro —respondió Ángel, levantando una ceja—. Pero no creo que sea solo eso.
—¿Cómo está el hotel? —preguntó la princesa para cambiar de tema.
—Ah todo bien, no hay mucho. Un tipo vómito en el tercer piso, Husk observó una pelea de borrachos en el bar y Nifty limpio violentamente el salón de reuniones luego de que dos tipos fueran encontrados follando ahí, Vaggie les dio una buena reprimenda —se rio y a pesar del reporte bastante común, la expresión de intranquilidad de Charlie no cedió.
—¿Y los reporteros?
—Ah, Sonrisas les saco la mierda y los dejo medio muertos a 500 metros del hotel, seguramente no vengan en un rato —menciono y Charlie rió nerviosamente, imaginando el panorama, pero la única ventaja, es que no serían molestados por un tiempo.
En ese instante, el teléfono de Charlie comenzó a vibrar sobre la mesa. Ella se tensó, mirando el nombre en la pantalla. Era su padre.
—Oh, no... —susurró mientras veía el identificador.
—¿Qué pasa? —preguntó Ángel, observando su expresión cambiar drásticamente.
—Solo un momento. —Charlie giró un poco su cuerpo hacia un costado, pensando qué hacer.
¿Debía contestar? Tenían ya varios meses sin hablar y ya la había intentado contactar más temprano, seguramente para reñir sobre lo que estaba pasando y cómo esto afectaba la reputación de la familia infernal. Aunque no podía verlo, si podía imaginar fragmentos de cómo se desarrollaría la conversación.
En su cabeza, nuevamente oía la tensa voz de su padre diciendo que era una decepción, y de repente, Charlie frunció el ceño, porque de verdad no estaba de buen humor para soportar eso. Al final, tomó la decisión de terminar abruptamente la llamada y mandar un mensajes de texto con un "no me llames si solo te preocupa mi reputación". Por un largo rato, ella se quedó en silencio, el teléfono aún en su mano, mirándolo como si le quemara.
—¿Estás bien? —insistió Ángel, viéndola molesta y más pálida de lo habitual.
Charlie soltó un suspiro pesado, dejando caer el teléfono sobre el escritorio.
—No, era mi padre de nuevo —admitió mientras se volvía a sentar—. No sé qué le pasa. Llama como si nada luego de tres meses y seguramente es por lo que salió en las noticias, presionándome por lo que la gente piensa... como si eso fuera lo único que importa.
—¿Por qué no le dices que te deje en paz? —preguntó Ángel, cruzando los brazos—. Eres una adulta, Charlie. No tienes que dar explicaciones a nadie.
Ella sonrió levemente, aunque su mirada parecía distante.
—Lo sé, pero es complicado. Si solo fuera un demonio de clase baja o una pecadora no habría problema, pero soy la princesa del infierno y padre es el rey. Aun cuando pasan los años y le he demostrado lo que puedo hacer, él siempre duda sobre mi. Siempre ha sido así —terminó esa frase con cierto dolor.
El ex actor porno la miró con comprensión. No habían vivido las mismas circunstancias, pero había algo que si parecían coincidir: nunca serían lo que sus padres habían esperado de ellos.
—Los padres a veces son un dolor de cabeza —asintió Ángel, recordando las discusiones que tenía con el suyo—. Pero eso no significa que tengas que permitir que te presione. Tienes tu propia vida.
Charlie se mordió el labio, reconociendo que tenía razón. Había estado llevando una vida independiente, liderando una rebelión a sus espaldas.
—Es solo que... a veces siento que no puedo hacer nada bien para él.
—Escucha —dijo Ángel, inclinándose hacia adelante—. Lo que realmente importa es lo que tú deseas, no lo que otros esperan de ti. Este hotel, tus decisiones... son tuyas. Tienes derecho a vivir tu vida como quieras.
Un silencio se estableció entre ellos mientras Charlie absorbía sus palabras. Finalmente, inhaló profundamente.
—Gracias, Ángel. Eso significa mucho.
Ángel, recordando su propio pasado, sintió la necesidad de compartir sus propias heridas.
—Mira, sé lo difícil que es. Yo también pasé por eso en su momento. Tuve que esconder quién era porque los tiempos eran crueles, y en mi entorno, era aún peor. Mi padre me rechazó apenas notó que era diferente. Estuve atrapado en un torbellino de decisiones, haciendo cosas que ni siquiera deseaba, tratando de agradarle. Hice cosas de las que me arrepiento profundamente. Pero al final, aunque intentara encajar y ser quien él quería que fuera, nunca obtuve su aceptación. Así que, aunque apenas conozco a tu padre, espero de verdad que no todo esté perdido para ustedes.
Un destello de reconocimiento cruzó por los ojos de Charlie, comprendiendo que había alguien más que entendía su lucha.
—Quizás... solo tengo que darme tiempo.
—Exactamente. Y bueno, se que Sonrisas me ordenó cuidarte pero es mejor que le dé una vuelta al hotel, Vaggie estaba como loca antes porque Husk se fue a algún lado a pasar el rato —indicó.
—Vale, está bien.
La puerta de la oficina se cerró con un suave clic mientras Ángel se alejaba, dejándola envuelta en sus pensamientos. La habitación, ahora silenciosa, parecía más pequeña. Charlie trató de concentrarse en el desorden del escritorio, los papeles amontonados que necesitaban su atención, pero las palabras de Ángel resonaban en su mente.
¿De verdad valía la pena darle una oportunidad a su padre? Incluso después de aquellas palabras tan dolorosas ¿Sería capaz de perdonarlo?
De repente, un ligero escalofrío la embargo y recordó que el aire acondicionado de su oficina estaba encendido en su máxima potencia. Lo había encendido como excusa para Ángel ante su propia cara enrojecida pero ese día había sido relativamente fresco, así que se estaba congelando. Camino hacía su escritorio en busca del control remoto cuando se encontró con algo curioso. Sobre el respaldo del asiento contrario, reposaba el abrigo de rayas de Alastor. Esto llenó a Charlie de intriga, puesto que recordaba bien el verselo puesto cuando se encontraron más temprano ese día.
—¿Será un repuesto? ¿Acaso tiene todo su ropero del mismo estilo? —se preguntó en voz alta. La simple idea le daba algo de risa, aunque no sería extraño viniendo de él. Era demasiado excéntrico, pero muy tirado a la antigua, diversos estilos le quedaban bien pero seguía prefiriendo su único estilo de vestir, típico de Alastor.
Fue entonces que una maquiavélica idea cruzó por su usualmente tranquila mente. Tener cualquier cosa que perteneciera a Alastor era de por sí raro en cualquier circunstancia, pero tener entre sus manos una pieza de ropa de este parecía una especie de milagro similar a la redención. La idea de probarsela paso como un pensamiento fugaz que fue instalándose tanto en la mente como en el corazón de Charlie sin forma alguna de salir de allí. La tentación estaba allí, pero hacerlo sería incorrecto ¿que haría si llegaba la encontraba con ella puesta?
No debería hacerlo, sería algo demasiado incorrecto. Sin embargo, gracias a todo el inconveniente de los periodistas esa mañana, no le había dado tiempo de buscar su chaqueta. Y habiendo aquella prenda disponible entre sus manos hizo que su mente se respondiera a sí misma que tenía la excusa perfecta para usarla.
Así detonando cada trazo de tala mientras se la ponía, naturalmente era mucho más grande lo que ella usaba y las mangas quedaban algo sueltas al punto que debía remangarse si quería trabajar con ella puesta. Aun así, la esencia fresca de sangre y café seguía impregnada en la ropa, ocasionando que la princesa se abrazara a sí misma con el objetivo de sentir mucho más el olor.
Era tan vergonzoso, pero aun así, fue feliz en ese mismo momento.
Bajando por el ascensor, Ángel camino tarareando una leve melodía que había cantado mucho tiempo en el escenario cuando fue interceptado por Vaggie, quien caminaba con paso firme y ceño fruncido. Sus ojos brillaban con frustración y algo de rabia.
—¡Ángel, Desgraciado! —exclamó, deteniéndose frente a él. De inmediato, este noto el aura oscura y asesina que ella destilaba, seguramente había tenido que lidiar con muchas cosas y estaba claramente afectada por la situación.
En ese momento, la araña deseo haber permanecido más tiempo en la oficina de Charlie.
—¿De verdad? ¿Me dejas sola con todo este desastre mientras te vas a pasear por ahí? ¡Maldito bastardo! —le regaño y la araña solo pudo levantar sus manos en señal de paz.
—Vags, espera, no es lo que piensas.
—¿Ah no? —respondió ella, cruzando los brazos—. Explica dondes estabas mientras yo estoy aquí, lidiando con clientes enojados, arreglando problemas después de la última pelea en el bar, y tú desapareces. ¿Para qué? ¿Para irte a cogerte a Husk?
—No, no estaba con Husk, por muy tentador que fuera, estaba con Charlie —explico y sintió como el enojo de la polilla desaparecía en ese momento. Su expresión se suavizó un poco pero seguía de brazos cruzados.
—¿Cómo está ella? ¿No se supone que el maldito bastardo estaba con ella? —replicó con acidez en la voz, tono que esté notó.
—Si, bueno, Sonrisas iba saliendo del hotel cuando iba llegando a la oficina de Charlie, le dejo un par de guardias espectro y se fue a quien sabe donde —le dijo en resumidas cuentas, Vaggie respondió con un bufido molesto.
—Típico, siempre desapareciendo cuando más se le necesita —bramó, su voz elevándose—. Hace un desmadre en el momento más inoportuno y nos deja su mierda para que la limpiemos. Gracias a esos putos reporteros este lugar está literalmente a punto de derrumbarse.
—Lo sé, lo sé —respondió Ángel, sosteniendo su mirada. Vaggie parecía demasiado molesta solo para ser el problema de los reporteros o la situación del hotel, algo más le pasaba—. Lo siento por dejar mis responsabilidades, pero Chars necesitaba algo de compañía por un momento.
La polilla se quedó callada. Sabía que Ángel tenía buen corazón, aunque a veces podía pasarse de molesto. Con un suspiro cansado, se rasco la nuca pensando que decir.
—Vale, está bien —La frustración todavía estaba presente, pero su voz se volvió más cálida—. Pero la próxima vez avísame dónde coño estás, ya es suficiente con que la mitad del staff principal esté en otras asignaciones.
—Claro, te mandaré un mensaje si algo imprevisto llega a suceder —le dijo notando como al fin su postura se había relajado.
—Solo espero que esta mierda no avance más de la cuenta —comentó ella mientras se encaminaban hacia una de las salas comunes del tercer piso. NIfty tenía todo controlado en los pisos superiores y Cherry había venido para brindar una segunda mano en recepción. Husk brillaba por su ausencia, pero Ángel y Vaggie podrian apañárselas.
Estaban pasando por la sala de estar, que, a pesar de su ambiente caótico, solía ser un refugio para los inquilinos del programa de redención. Sin embargo, esa tarde, el aire estaba cargado de una tensión palpable. La televisión, encendida en un rincón, estaba aglomerada por varios pecadores, lo que llamó la atención del demonio araña para ver si se trataba de alguna nueva artimaña elaborada por Katie para avivar el rumor de Charlie y Alastor.
No pasaron ni cinco segundos cuando la voz de sorpresa de Ángel resonó en la habitación.
—¡Vaggie, ven rápido! —Vaggie corrió hacia el televisor, donde el rostro del padrino ocupaba la pantalla. El imponente demonio tigre que era uno de los señores de la mafia más grandes del círculo del orgullo, parecía estar en medio de una gran rueda de prensa y el listillo informativo que circulaba en el parte inferior del televisor denoto el motivo de angustia de Ángel, al denotar la siguiente frase.
"El padrino en alianza estratégica con Lady Hazbin"
Parecía que la rueda de prensa ya había comenzado hacía poco, muchos pecadores parecían estar atentos a sus palabras, y aunque no era la primera vez que aquel mafioso se presentaba en televisión, quizás fue como este alegara su posible alianza con Lady hazbin la que hizo que todos estuvieran atentos a lo que tenía que decir.
Katie, como presentadora del 666news anunciaba en paralelo la exclusiva:
—Hoy es un día de sólo exclusivas, en este mismo momento tenemos al padrino, el principal exportador de acero divino del círculo del orgullo, quien ha decidido hacer una declaración sobre la situación de Lady Hazbin. Vamos a acercarnos rápidamente para realizarle unas preguntas —dijo a la audiencia y a su camarógrafo para acercarse a la cúpula de periodistas.
A su lado, un periodista le hizo una pregunta al padrino.
—Padrino, desde aquí la comisión de comunicación del palacio del infierno ¿Están conscientes de las implicaciones que tiene esta alianza? La corona del infierno considera a Lady Hazbin una criminal importante y líder de una rebelión.
Las palabras de aquella locutora avivaron una serie de preguntas y frases condenatorias.
Ambos se miraron con preocupación, esperando que el revuelo terminara para pasar nuevamente a la imagen del padrino.
Sin embargo, el mafioso sonrió astutamente mientras los flashes de las cámaras iluminaban la sala.
—Algunos la consideran una criminal en el círculo del orgullo, pero yo veo una oportunidad. Aquellos que desean mantener su dominio deben estar dispuestos a apostar por el mejor postor.
Un periodista levantó la mano, interrumpiendo.
—¿Padrino, se está alineando con la rebelión? ¿Está apoyando a Lady Hazbin? —cuestiono.
El silencio se hizo en la sala, la tensión parecía sentirse no solo entre la audiencia sino también entre los espectadores que veían la transmisión en vivo.
El padrino, en cambio, respondió la pregunta lleno de calma.
—No me alineo con bandos, sino con aquellos que buscan liberarse del yugo del cielo que los visita cada año. Mi interés es el poder y la libertad, no las lealtades pasajeras.
Con esto dio una señal para que sus guardaespaldas lo escoltaron fuera de la sala, cerrando con ello la rueda de prensa. Katie apareció de inmediato en la pantalla, haciendo comentarios escuetos y que no generaron mucho interes del resto de los inquilinos, los cuales se fueron reiterando del lugar comentando un poco sobre el tema.
—¿Eso significa que otros señores supremos apoyaran abiertamente a Lady hazbin? —comentó uno de estos.
—Eso parece —le respondió.
Mientras tanto, Angel miró a Vaggie, sus ojos brillando con incredulidad, este estuvo a punto de decirle algo cuando la polilla lo puso a su nivel y le obligó a guardar silencio.
—No hablemos aquí —le dijo con prudencia y mirando hacia los lados para que nadie más estuviera cerca de ellos para oírlos. Cerca de ellos había una gran cantidad de inquilinos y otros pecadores más que estaban disfrutando del hotel—. Tenemos que ir a contarle a Charlie de inmediato.
Mientras Ángel y Vaggie se apresuraban hacia la oficina de Charlie, la tensión en el aire era palpable. Las palabras del padrino resonaban en sus mentes, creando un eco de incertidumbre y posibilidades. Después de todo, muchas cosas podrían cambiar de ahora en adelante, para ellos y para el infierno mismo.
Bueno, las cosas van calentandose poco a poco, algunas van tomando forma y nuevos aliados inesperados van surgiendo ¿como creen que se desarrolle todo? Me gustaría leer sus comentarios
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