Capitulo 4: La respuesta
Caminando por la pequeña estancia que era la oficina de administración y presidencia del Hotel, Alastor veía los retratos familiares de la familia Morningstar. Una familia de historias admirables, quien lo diría. Lilith, una belleza sombría que resaltaba por su herencia humana y su carácter de súcubo, a un lado, su esposo, el primer caído del cielo y rey del infierno. En el medio por supuesto, la pequeña princesa, con un rostro reprimido y una sonrisa congelada, casi forzada. Intentaba dar la ilusión de una familia feliz ¿pero de verdad seria de ese modo? ¿qué habrían hecho para criar a una niña demonio así? Aquella curiosa princesa era un elemento que, para muchos era insatisfactorio y humillante, una burla para la corona del infierno y una blasfemia para el legado de su padre ¿Qué pensarían si la hubieran visto como él la había encontrado?
Casi quería agradecerle a Lucifer por aquella singular hija que había tenido ¿Era por eso que la había tenido oculta tanto tiempo? ¿O el mismísimo rey del infierno desconocía esta faceta de su hija?
Miró hacia la puerta. La princesa tenía ya tiempo de haber bajado a reunirse con sus amistades para discutir que harían de ahora en adelanté. Curioso, desligo su propia sombra de él para que fuera en busca del trio, encontrándolos en uno de los salones de reunión de la planta baja. Usando los sentidos de su sombra para ver y escuchar, se acercó con prudencia para oír lo que estaban diciendo.
—Charlie, lo que vayas a hacer, por favor ten cuidado con él. —le advirtió la polilla a su interlocutora.
La princesa la miró con una expresión suave, buscando reconfortándola mientras la tomaba de los hombros.
—No te preocupes, si algo aprendí de mi papá es que "no debo aceptar mierda de otros demonios"
La personalización de Lucifer hecha directamente por parte de su propia hija, caricaturizándolo de esa manera le provocó una agradable sorpresa. Aparte de ese feroz y brutal personaje que le había mostrado, también podía tener un pícaro sentido del humor.
Ordeno a su sombra volver cuando la observo salir de la habitación en dirección a su ubicación. Tal parecía que había dado con ellos cuando ya habían terminado de conversar. A los pocos minutos la señorita Mornigstar apareció por la puerta, acercándose a él con una expresión que intento ser amable, suponiendo que venía a explicarle las condiciones de su asociación.
—Ok, mira... Eres raro como el carajo y obviamente crees que lo que trato de hacer aquí es una broma o que fallara en algún momento —menciono, observando cualquier cambio de expresión que pudiera tener el wendigo, pese a que su sonrisa divertida seguía inalterable. Era natural que ella pensara que está aquí para reírse de ella, quizás no sería la primera vez que vivía eso. Pero nada estaba más alejado de la realidad, la princesa del infierno no se imaginaba todo lo que podía esperar de ella para divertirse a sus expensas. Imaginando todo lo que pudiera pasar, dejo inadvertido un poco de su poder, sin importarle si ella lo notaba o no—Pero yo no creo que eso sucederá. Pienso que todos merecen una oportunidad de probar que pueden ser mejor... y pienso que, pese a todas las cosas, triunfare en lo que me he determinado. ¡Así que tomaré tu oferta para ayudarme! Con la condición de que no habrá trucos vudú agregados o cualquier cosa que pueda dañar a los inquilinos del hotel.
Alastor asintió sonriente, aunque no estaba seguro de que tanto podría cumplir de eso.
—¿Entonces, es un trato? —Respondió esta vez en voz alta mientras giraba su micrófono y ofrecía su mano extendida imbuida en magia preestablecida para contratos entre demonios; sabía que ella no aceptaría tal cosa, pero ¡no podía negarse a ver más aquella expresión llena de molestia!
Sin embargo, pese a lo que había esperado, una luz rojiza afloro en la mano de Charlie, señal inequívoca que estaba por cerrar un trato con él.
—Es un trato —aseguró, sorprendiendo al wendigo con sus palabras—. Pero bajo mis condiciones —musito, viéndole sin retroceder.
El halo rojizo envolvió el cuerpo de Charlie, casi como una llamarada. Liberando su fuerza, surgieron algunos de sus rasgos demoniacos primarios. Sus ojos rojizos con el iris dorado como los ojos de su padre, los prominentes cuernos en su cabeza y las afiladas garras en sus manos.
—Yo, Charlotte Morningstar, princesa y única heredera del Infierno, te ordeno ayudar con nuestra misión de liberar el infierno del ataque del cielo y prestar todo tu apoyo y fidelidad incondicional en mi empresa —ordeno.
Por su parte, Alastor se sintió de la más grande euforia y excitación ¿Hasta qué punto podía sorprenderla esta criatura? Jamás alguien le ordeno de tal forma dentro de un trato, y lejos de enojarlo, lo llenó de interés ¿Acaso tendría la fuerza para doblegarlo a su antojo? Quería ver el alcance de su poder en su máxima expresión, por eso no dudo en tomar su mano devuelta.
—Yo, Alastor, el demonio de la radio, acepto este trato —acepto y el trato se dio por sellado.
Charlie suspiro, por la increíble energía que significaba para ella marcar un contrato entre demonios. Este no había sido como las ocasiones anteriores, donde ella había cerrado un trato de coerción con pecadores o demonios menores, evitando así que soltaran la lengua. No obstante, este trato era con un demonio que destilaba un gran poder y no temía en ocultar gran parte de él. Pero ella pudo sentirla, toda esa energía oculta, tan grande y pesada que, casi a la fuerza, la princesa buscó no verse abrumada. Por ello se contuvo de mostrar otras emociones, ya que esto no era solo para la comodidad de no verse revelada su identidad, era principalmente para proteger a sus amigos y al hotel de cualquier amenaza que Alastor pudiera significar.
La princesa vio al demonio escarlata sonreírle, casi sin ningún rastro de afección o incomodidad, muy a diferencia de Charlie que hacía todo lo posible para no desfallecer. Ahora, ¿por dónde debía empezar? Sin embargo, de manera sorpresiva Alastor tomó su barbilla y le pidió una sonrisa de una manera enérgica y positiva.
—¡Sonríe, querida! Dicen que nunca estás totalmente vestida sin una. —Al obtener la reacción deseada, el volvió a su lugar, dejando a una sorprendida y avergonzada Charlie en su lugar—. Bien, si ahora formo parte de este curioso lugar, significa que debo integrarme y conocer sobre toda su gestión ¿Serias tan amable de enseñarme y presentarme al staff?
Charlie aún seguía algo reticente, pero dado el trato que habían realizado hacía un momento, quizás debería empezar desde lo más sencillo que era presentarle a los integrantes del staff y los alrededores del hotel
—Vaggie y Ángel están en una sesión de rehabilitación en este momento —explico, tratando de seguir un camino de cordialidad—. Si gustas, puedo mostrarte las instalaciones mientras damos tiempo a que termine la sesión.
Alastor desapareció su micrófono en el aire, para seguirle de cerca.
—Me parece perfecto, dulzura.
Por otro lado, a muchos metros de distancia del Hotel, el rey del infierno había destrozado con furia un memorándum emitido desde el cielo con relación a lo ocurrido en el último exterminio anual. El arcángel Gabriel había traído personalmente la misiva de Miguel, quien como un jodido toca huevos, le recriminaba por su ineficiente control sobre las hordas más bajas del infierno.
Era claro que estaba molesto. Después de tantos siglos de paz, algo inusual y extraordinario estaba sucediendo y afectando directamente al cielo. Esto debido a que, un grupo muy particular de individuos había nacido para darle frente a los ángeles exterminadores. Apareciendo de la nada, con sus ropas completamente de negro y usando mascaras invertidas que contraponían a las volátiles de los ángeles, luchaban a mano armada contra los exterminadores sin importar si sus vidas también peligraban. Se llamaron a sí mismos Hazbin, como si no valieran nada por sí mismos, apareciendo siempre en medio de una gran masacre en los círculos medios, con muy pocos integrantes que lograron dar lucha a los ángeles, salvando la vida de varios pecadores y demonios menores en el proceso. El instinto por sobrevivir y el logro de la libertad habían sido su consigna, abrazando a muchos demonios menores que lo estaban apoyando gracias a sus intrépidas acciones.
Este hecho había surgido desde más abajo, desde las catatumbas de un olvidado circulo en donde un conjunto de pecadores se dieron la tarea de luchar por lo que ellos creían justo. Erradicar a los ángeles y acabar con las purgas anuales.
Lucifer no estaba fuera de contexto. Durante aquellos últimos años había tenido que recibir múltiples cartas, incluso hasta emisarios, que indicaban el alta negativa en relación a esos actos. El cielo estaba enfurecido, ya que aquello iba en contra del pacto establecido. Las purgas anuales no podían ser paradas bajo ningún pretexto, estas debían realizarse cada año sin falta para evitar la sobrepoblación del infierno. Que hubiera un grupo conformado entre demonios y pecadores que hicieran frente a los ángeles exterminadores, llegando incluso a matar a varios de ellos, era una ofensa que no pensaban tolerar. Incluso dieron a entender que el ángel caído estaba detrás de eso.
Por su parte, en todo ese momento, el señor del infierno los escucho con fastidio. Dando una severa vuelta alrededor de los emisarios angelicales que representaban al arcángel Miguel que nunca fue de su interés participar en ese tipo de actividades. Si bien él había pactado las purgas pese al desprecio que sentía con el cielo, no estaba dispuesto a seguir tolerando más intervenciones divinas en su territorio. Después de todo, ese había sido un acuerdo aceptado por las dos partes con intereses diferentes que al final de cuentas llegaban a un objetivo común: evitar el despertar del anticristo.
Por eso, aceptando de mala gana la recomendación del cielo, Lucifer decidió dar caza al grupo Hazbin. Era momento de encontrar la causa detrás todo ese alboroto y cortarlo de raíz de una vez por todas, no importa cuán intrigado estuviera por ellos siendo capaces de darle frente a los ángeles, él jamás permitiría que insulsos pecadores pudieran pasar por encima de él.
—Bien, ya los chicos han terminado la sesión de la tarde y los inquilinos se han retirado a sus habitaciones —indicó Charlie, invitando a pasar nuevamente al Wendigo a la planta baja del Hotel.
En un trascurso de media hora, la princesa le había mostrado todos los alrededores al demonio escarlata, habían comenzado desde las áreas de administración donde Charlie tenía sus oficinas, luego pasaron a los pisos de hospedaje, donde no solo los inquilinos se quedaban, sino que también el staff del Hotel. Luego pasaron por un enorme salón que aun parecía estar abandonado en los pisos medios del edificio, tal parecía que, pese al éxito de la princesa en redimir a algunos pecadores, el ingreso económico y la transformación de las instalaciones seguía siendo algo irregular, solo habiéndose adecuado determinados espacios. Por supuesto, la cocina, el comedor, el lobby, las estancias de rehabilitación, salas de orientación y difusión de hobbies positivos como costura, cocina, pintura y música.
Claro, todo eso había salido del ensayo y error, Charlie tenía que admitir que al principio no tenía ni la más mínima idea de cómo seguir adelante aun cuando era su propio proyecto de pasión. Aun así, habían desarrollado cosas muy positivas y a muchos de los inquilinos les gustaba, incluso uno había traído la propuesta de impartir mecánica y carpintería para aquellos pecadores que buscaban tareas positivas con uso de herramientas especializadas.
A ese nivel, Alastor no podía negar que, si no fuera por una idea tan positiva, había muchas formas de sacar provecho de ese proyecto instaurado por la princesa. Entonces, como una llama que incendió todo a su paso, una brillante idea se instauro en su cabeza. Con esa idea, Alastor no solo podría ganarse la confianza de la princesa, sino tener un ingreso no considerado en primer lugar. Que excelente idea.
—Bien querida, estoy esperando para conocerlos como es debido —habló mientras ingresaban por la estancia de rehabilitación. Allí, esperándolos alrededor de las sillas del salón, estaban Vaggie y Ángel.
—Ellos son Vaggie y Ángel, son junto conmigo los cofundadores del hotel e principales integrantes del Staff del Hotel, tenemos otras tres personas, pero son para tareas ocasionales, por lo que vienen en determinados días de la semana —explico—. Yo soy la presidenta y administradora del Hotel, Vaggie es la gerente y recepcionista.
Alastor miró a la chica polilla, con su ceño fruncido no le sorprendía que tuvieran tan poco personal.
—Oh jo, jo. Creo que necesitaremos más que eso.
Ahora se acercó hasta el demonio araña, quien, cruzado de piernas, había permanecido en silencio parte del tiempo. Tenía un aura más amistosa que su compañera, y compartía un aura de amistad junto con la señorita Morningstar, por lo que el demonio escarlata se acercó hasta él.
—¿Y tú qué puedes hacer, mi afeminado amigo?
—Te puedo chupar el pito. —dijo, sonriendo coqueto. Esa no era una respuesta esperada, el wendigo debía aceptarlo.
—¡Ja! NO.
—Tú pierdes. —le dijo, y Alastor estaba completamente seguro que era mejor mantener el contacto con ese chico araña lo mínimo posible.
—Ángel esta encargado de la cocina —apreció, nerviosa por las intrépidas y libidinosas preguntas de su amigo—. Aunque cada inquilino tiene instalada en su habitación una cocina personal en la que puede cocinar sus alimentos a su gusto —indico, su tono suave era curioso para Alastor, pero no en demás interesante—. Los tres nos encargamos en diferentes horarios de las jornadas de rehabilitación, por supuesto, si no estás interesado no tienes por qué estar presente en ese tiempo.
—No tienes que estar aquí en realidad —espetó la polilla, cruzándose de brazos.
Claro, siempre tendría que existir un elemento hostil que negara cualquier iniciativa. Alastor estaba interesado, con el divertido deseo de avivar un poco el ambiente que pudiera incrementar aún más el ceño fruncido de aquella amargada.
—Bueno, si ya nos hemos presentado todos, sólo queda una cosa por hacer...Tengo una maravillosa propuesta que hacerles como nuevo integrante de esta particular idea, y como es natural, estoy completamente seguro que les encantara —afirmo, sus ojos brillando de diversión y expectación.
¡Hola! Espero esten muy bien mis corazones, tenemos otro capitulo de nuestro querido fanfic Lady Hazbin, y aunque hacemos en esta oportunidad unos cuantos guiños al piloto, a diferencia de este nuestra querida Charlie se enrumba en camino peligroso haciendo un trato con Alastor ¿como se depararan las cosas? Me gustaria leer sus apreciaciones en los comentarios, me gusta mucho leerlos.
He decidido cambiar los dias de actualización de los domingos a los dias sabados, asi que tendran desde la otra semana los capitulos a partir del sabado, espero lo disfruten <3
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